Plusvalía
—Déjeme le explico cómo esta persona llegó con usted: Este ing. Méndez me exigió entregarle el nombre de mi proveedor para poder recibir en renta mis salones para uso de la secretaría de educación por medio de gobierno del estado, trabaja en la secretaría de educación en dirección de normatividad e inversión, en realidad le interesaba sacarme del camino para comprar él las aulas y rentarlas a nombre de su hijo pero usando la información que yo misma proporcioné obligada por él.
—Lo siento señora, pero yo debo vender a quien me quiera comprar. Lo único que puedo ofrecerle por haberme enviado esa gran venta de más de $70,000 mil dlls es obsequiarle dos salones medianos o grandes.
—No le estoy pidiendo nada, no acepto nada. ¿Usted no es consciente del daño que este hombre me está causando? De la burla que soy objeto, de la humillación que como mujer me está haciendo. Quédese con sus salones, esta vida está girando constantemente y ya nos volveremos a ver de una forma muy diferente, Dios siempre me hace justicia.
Me retiré molesta porque sentía que la gente se hace de lado que le conviene sin importarle si esa persona es traidora, falsa, mentirosa, solo ven su propia conveniencia, su ganancia. Yo solo pensaba de donde tenía más de esa cantidad de dinero un pobrecito funcionario público para hacer tal compra. Pero no lo dejaría así, en cuanto lo tuviera de frente me iba a escuchar ese neófito traidor.
Le pedí a Claudia investigara un poco de la vida privada de ese funcionario ratero a lo cual se negó y solo me respondió que tenía una yarda muy grande en el bulevar Terán Terán en Mexicali de venta de autos seminuevos y que él mismo participaba en licitaciones para la compra de autos para el gobierno tanto municipal como estatal. Ese negocio lo tenía a nombre de un hijo y contaba con un socio con el cual hacían los fraudes para la venta de autos. Donde ellos se veían favorecidos muy de acuerdo con otros funcionarios entregando a cambio un porcentaje de la ganancia por la venta. De ese tamaño es el disfraz de un vulgar ratero, como un funcionario público. Cada vez que se abría una licitación para la compra de autos o cualquier mercancía de volumen grande él participaba siendo siempre favorecido con la compra que ya estaba arreglada con anticipación aun antes que saliera la convocatoria al público.
Si eso me lo hubiera dicho antes Claudia jamás le hubiera entregado los datos de mi proveedor. Pero ya era demasiado tarde para lamentarme. Solo podía tomarlo como una mala experiencia y ampliar mis conocimientos a futuro. Nunca dejamos de conocer a las personas, de lo que son capaces de hacer por ganarse un dinero ilícito y sin trabajar, robándole a personas honradas que sí participan y creemos en un concurso donde sea beneficiado el que mejor precio, calidad y garantía ofrezca. Ellos se manejaban por avaricia simplemente tanto económico como de poder en la política, asco es todo lo que siento por ellos, vulgares rateros, hijos de puta, mal paridos los que se prestan a este robo descarado.
Me lo repetía 10, 20, 100 veces ¿Cómo fui tan estúpida? Me lo merezco. Me dolía mi ingenuidad.
Seguía manejando sin saber a dónde ir y sabía que no podía perder un viaje de 2:40 horas y un día completo sin lograr nada positivo, así que me dediqué a buscar otro proveedor, llegué a un centro comercial y me estacioné aun aturdida, comía dentro de mi pick up una hamburguesa más por instinto que por hambre, no podía dejar de pensar en lo mismo, en algún momento lloré tranquilamente más por decepción de la humanidad que por lo perdido.
No encontré a nadie que vendiera salones así que me regresé con mi fracaso a casa, con mi decepción, con mi tristeza y mi estupidez a flor de piel con la compañía de una que otra lágrima repentina.
Al llegar a casa y explicárselo a mis padres, mi madre fue la primera en recriminarme la estupidez de haber entregado los datos de mi proveedor, no dejaba de decirme.
—Hubieras entregado los datos de un proveedor de casas o uno falso.
Ya no tenía caso pensar en lo que hubiese hecho o dicho, simplemente lo hecho, hecho estaba y marcaba una parte de mi destino. Ahora mi prioridad era buscar otra persona que tuviera los salones que necesitaba. Al siguiente día envié correos electrónicos a varias personas preguntándoles si conocían quien vendiera salones u oficinas. Quizás nadie me daría esa información por envidia, pero creyendo en mi amor y mis acciones los envié con una pizca de confianza en algunas personas.
Por la noche al revisar mi correo electrónico tenía dos respuestas, estaba muy agradecida con las personas que me respondieron. En ese momento les llamé por teléfono a los vendedores, uno los vendía a unas cantidades estratosféricas fuera de lo real. Me animé a marcar a la segunda recomendación, el precio era alto pero accesible y hacía hincapié en que estaban en condiciones perfectas, debía ir a verlas y programé una cita para el siguiente día, Federico y su esposa decidieron acompañarme por mi petición de no querer ir sola porque sentía miedo, miedo a lo desconocido y haberme nuevamente fracasada y sola.
El precio era elevado pero realmente valían la pena, estaban preciosos los salones. Negocié el precio y llegamos a un acuerdo favorable para ambas partes. Les tomamos fotografías para enviarlas a mis clientes de la preparatoria en Mexicali. Le pedí al proveedor no los vendiera porque yo seguramente los compraría, estuvimos conscientes y ambos lo acordamos con un plazo de una semana de espera.
Cuando llamé a mis clientes me pidieron ir urgentemente a Mexicali al siguiente día. Así lo hice, llegamos puntuales Federico y yo. Nos hicieron saber la decisión que habían tomado entre los proveedores y la mayoría de votos era en favor mío, para mi negocio. Agradecimos muchísimo la confianza depositada y les mostramos las fotos de los salones, estaban encantados. Solo había un pequeño problema con la secretaría de educación, a pesar de estar registrada como proveedor vigente, con buena recomendación por cumplir con mis contratos, deseaban entrevistarme algunos funcionarios de inife como el mismo director que nunca estuvo para firmar mi contrato y no conocía personalmente, ya que el recurso a utilizar era del fonden (FONDO DE DESASTRES NATURALES). En ese momento sentí tranquilidad puesto que recién había terminado mi trabajo con ellos y ya conocían mi forma de trabajar y eso era lo más importante para mí, aun cuando me desconcertaba el que quisieran verme.
Cuando nos confirmaron la fecha de la entrevista con los funcionarios de inife me presenté sola porque empezaban problemas con Federico por la venta que aún no se realizaba con certeza, ver su avaricia me dolía como la traición de ese funcionario público, no aceptaba que para una persona fuera más importante el dinero que la lealtad con la familia, conmigo que le estaba dando la oportunidad de ganar una buena cantidad de dinero cuando esa cantidad podía y debía ser solo mía, y no me arrepentía de compartirla con mis hermanos como ya lo había hecho en el pasado. Al llegar a la oficina de reuniones estaban como 10 hombres entre funcionarios y los directivos de la preparatoria. Me sentía una hormiga espantada y perseguida por su fumigador para exterminarme. Fui acosada con preguntas absurdas por el hecho de no ser respaldada por un hombre y verme sola. Pero recalcaba que el trabajo recién entregado había sido por la misma mujer que ellos contrataron. Les hice hincapié en que no entendía cual fuera la diferencia en esta ocasión si era la misma mujer.
Hubo momentos en que respondía nerviosa, otras donde era atacada por esos funcionarios por mi sexo a los cuales respondía con severidad callándoles la boca por su desprecio sin querer reconocer mi trabajo exitoso simplemente.
Los directivos de la preparatoria ya habían entregado la carta donde solicitaban se compraran exclusivamente los 6 salones grandes en favor mío. Eso me hacía sentir paz y felicidad que se derrumbó al escuchar la respuesta negativa por parte del director de inife al ser uno de los principales agresores por mi género femenino, asombrada al ver que era un hombre mayor yo me preguntaba ¿Qué le había hecho la vida para tratar con tanta discriminación a una mujer trabajadora e independiente?
—Señorita Covarrubias para que usted sea beneficiada con la compra de esta necesidad de aulas móviles debe cumplir ciertos requisitos con anterioridad. Como por ejemplo dejar en garantía una propiedad con cierto valor o contratar una fianza. Entregar los salones sin anticipo. O comprar una fianza que garantice su trabajo y cumplimiento del contrato en el cual hay varios requisitos por cumplir pero solo con la fianza será otorgada la compra en su beneficio, tiene 5 días para cumplir con los requisitos o de lo contrario se declinara la compra en su favor y se buscará otro proveedor.
—No tengo la cantidad de dinero necesario para hacer la inversión y entregar las aulas sin anticipo ya que ustedes NO me han pagado por mi trabajo terminado, pero si puedo entregar una y ustedes pagármela y así sucesivamente.
—Claro que no, imagínese cuánto tiempo se llevaría para terminar su trabajo.
—Ustedes ya me conocen, ¿Cuál es el motivo para no entregarme un anticipo?
—En cuestión de negocios nunca se conoce a las personas señora y estamos hablando de una suma considerada que requiere una fianza donde usted deposite una garantía por el doble del valor que se le pagará.
—Está bien, voy a hablar con la aseguranza que trabajo para comprar la fianza y saber los requisitos, solo que no tengo una propiedad por esa cantidad, mis terrenos no tienen plusvalía.
—Nosotros le recomendamos a dos aseguranzas que ya tienen experiencia con gobierno del estado, sino tiene una propiedad puede conseguir un aval señora.
Y así fue como empezó un sinfín de obstáculos para realizar mi venta. Como los problemas con Federico aumentaron y hubo un momento en que desee sinceramente sacarlo de mi buena intención de beneficiarlo con esa magnífica venta al enterarme de la sarta de estupideces que decía si yo no lo incluía en la venta, al parecer ya era una obligación y no una buena acción de amor por ayudar a mis hermanos, como la amenaza que recibí de su propia voz por teléfono más baja y era decirle a una persona que se dedicaba a algo ilícito mentiras sobre mi para que esa persona me estafara, disparara, levantara (secuestrar) si, puedes NO creerlo pero mi propio hermano me amenazó por teléfono, de viva voz en dos ocasiones, SI, después de que yo le salvará de morir en su propia casa por una congestión alcohólica ignorado por su esposa, ahogado en su vómito, al que yo me llevé a mi casa varios días para que se recuperara y cuidarlo, al que yo le di a ganar con la venta completa de una casa móvil en mi yarda sin yo ganar un solo centavo, Si, al hermano que amaba y consideraba de toda mi confianza, por quien yo hubiera dado la vida sin dudarlo, ese hermano me estaba amenazando de la forma más baja que una persona puede hacerlo con otra sin considerar que esta fuera su hermana, fuera mujer y quien cuidaba, alimentaba y les dio techo a sus padres. Pero sobretodo era inocente en sus mentiras despiadadas. Si a eso le podemos llamar "hombre" o "hermano". Tristemente solo era el inicio de mi destino cruel por un profundo amor profesado a mi familia, a quienes llevaban la misma sangre que yo. De quienes nunca, NUNCA hubiera esperado una traición, un robo y desamor a mi persona.
Al platicarlo con mis padres y estando presente mi hija, me dolía el alma al escuchar a mi madre JUSTIFICAR a su pobre hijo que no tenía la misma suerte que yo para tener dinero y que solamente estaba desesperado porque ya había hecho planes con su ganancia.
Sí, ella le llamaba suerte a mi trabajo, a mi independencia, a enfrentarme a lobos experimentados siendo una oveja que creía ciegamente en el amor, en la unión, en el apoyo y respeto al trabajo de otro, mis desvelos, mi riesgo al ser mujer y tener que salir de madrugada y enfrentarme sola con policías municipales, federales, pidiéndome dinero o la clásica "mordida" para permitirme trabajar honestamente, acaso es una burla mis palabras, tener que pagar ¿como si fuera una delincuente? No, no lo aceptaba, yo trabajaba honestamente y debía pagar por permitirme hacerlo. Ver cómo nos perseguían los policías al vernos transitar por las calles como a billetes verdes solamente eso me enfurecía, me avergonzaba, me indignaba. Anécdotas tengo muchísimas, pero no intento hacer alarde de mi inteligencia para que me permitieran trabajar, para ser honesta con esos policías que también deseaban llevar comida a sus casas, pero de una forma diferente a la mía. Siempre les decía "prefiero darles a ustedes una cantidad de dinero ya que andan arriesgando sus vidas en la calle enfrentando delincuentes, rateros, asesinos", a su jefe que pasa la mayor parte del tiempo sentado cómodamente frente a un escritorio dando órdenes. Y eso les causaba felicidad, y admiraban mi honestidad. Así que aprendí a respetarlos y darles mi dinero con agradecimiento y bendiciendo sus vidas.
Hubo malos policías que trataban de estafarme con más dinero y no lo permití enfrentándolos de cara, gritándoles si me gritaban y haciendo uso de mis influencias con sus jefes en varias ocasiones por faltarme al respeto, los choferes y trabajadores se asustaban al escucharme porque daban por hecho que todos dormiríamos en la cárcel, que la casa se la llevarían como los camiones y mi carro detenidos. Siempre he sido muy respetuosa y admiro mucho a las personas que realizan su trabajo con honestidad, pero no permito que traten de amedrentar con el uso del uniforme que está para protegernos, NO para agredirnos.
— ¿A qué santo le reza señora para hablarme de esa forma? ¿no le da miedo andar sola?
—Al mismo al que le rezas tú al no saber a quién le estás faltando el respeto. ¿Acaso me ves con miedo?
—ja, ja, ja, ja, ja. Yo no le rezo a ninguno.
—Deberías empezar a hacerlo, ahorita te van hablar por tu radio.
— ¿Mi radio? Mi nextel solo lo tienen amigos y no le voy hacer el favor a ninguno de dejarla ir, ¿De quién me estás hablando?
—Te van a hablar a la frecuencia de radio de tu unidad, no al personal.
En eso le llamaron por la radio y le explicaron lo insolente que se estaba comportando con una mujer al haber escuchado a través de mi teléfono las palabras del oficial. Era ni más ni menos su propio jefe que le decía muy molesto con algunas claves.
—Tu obligación es revisar que no haya nada ilícito en la carga, no ofender a las personas y menos siendo una mujer, no es cualquier mujer, no solo es ama de casa, madre, hija, también es trabajadora y arriesga su vida al transportar esas gigantes casas sola y para hacerlo se necesita tener bien puestos los pantalones. Deja que se vaya y cuando la vuelvas a ver solo revisa la carga y no recibas dinero. Pero sobre todo NO vuelvas a faltarle el respeto. Señora Isabel si vuelve a tener un contratiempo con oficiales como este solo anote el número de la unidad y el nombre del oficial y hágamelo llegar a mi oficina.
—Gracias oficial, así lo haré.
Los trabajadores estaban sorprendidos, no se cansaban de decirme que nunca habían visto o vivido algo similar, y me preguntaban entre risas...
—Diga ¿Con quien está arreglada? de ahora en adelante si la respetábamos ahora la idolatramos.
y cosas por el estilo que me causaban risa a lo que yo siempre les respondía nunca deben permitir que un funcionario público haga mal uso de su uniforme siempre debemos denunciarlos. El oficial no se conformaba con el dinero que siempre les daba, él quería el triple y eso era un abuso que NO podía permitir.
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