INOCENCIA


—Bailemos entonces. Nos dejan el servicio de bebidas y la botana, comenzamos a bailar, me parecía un sueño, un cuento de hadas. 

La música nos fue envolviendo, el calor de nuestros cuerpos subiendo, el deseo apareció con el juego de la seducción del baile... El roce de nuestros labios por el cuello... Me mira seductoramente y veo sus pupilas dilatadas como lo estarían las mías seguramente. Nos besamos y fui recorriendo su cuello, su cabello, acariciando sus músculos.

Me lleva suavemente a la cama y al sentirlo encima de mí siento pánico y  grito... 

—¡NOOOO! Se deja caer a un lado mío asustado.

—Pensé que tú también lo deseabas.

—Sí, pero creo que no es el momento, no puedo, perdóname por favor, me siento muy apenada. No me veas.

—Estás vestida, ¿Porque no te veo? 

—No sé, siento mucha pena.

—No quiero que nada te haga sentir mal, no pasa nada hermosa, cálmate, ¿Te puedo abrazar? 

—Sí, tus abrazos me hacen sentir muy bien. Pablo, pensaras que soy una loca, una atrevida, dime... ¿Qué piensas de mí?

—Que eres una niña y quiero que seas siempre mi niña.

 Se acercó más a mi... Puso su brazo debajo de mi cabeza, no sé cuánto tiempo me quedé allí, platicando con él sin que nada más pasara, escuchando el latir de su corazón, sintiendo su cuerpo a mi lado.

Entonces supe que él no era un hombre común, era diferente, era único, pero mi realidad terminó cuando lo escuché hablar.

—Es mi sueño tener una mujer como tú para que sea la madre de mis hijos, estoy harto de las mujeres que se creen lo mejor en la cama, y no saben hacerme un café por la mañana, un desayuno, que podamos divertirnos jugando con algo casual. Enfadado que solo quieren mi dinero y lujos, todo lo contrario a ti, necesito saber si podemos estar juntos para tomar una decisión Isabel, desde que te encontré les platiqué a mis padres, a mi hermana de ti, ha dado vuelta en mi cabeza el hecho de vivir contigo, de formar un hogar como lo soñamos de niños. Quiero ser el primero y el único en ti, llegar a viejitos como lo soñamos de niños. 

Mi corazón se partía con cada palabra que me decía, como le digo que no puedo tener hijos, que soy una mujer infértil, que me violaron de niña, que  no se cuando pueda entregarme libremente al amor, que mi vida había cambiado y no era digna de su amor ya. ¿Cómo carajos se lo digo?

—¿Y si te dijera lo contrario a todo lo que tu deseas? 

—Entonces me iría a vivir con una mujer que está esperando un hijo mío, solo por eso, porque no la amo y no lo haré nunca.

—No puedes decir eso,  te acostaste con ella, no lo haces por tu hijo, o tal vez si, siempre has sido muy amoroso, paternal. ¿Por qué no te cuidaste? 

—Estaba ebrio y ella lo hizo a conciencia. 

—NO justifica el hecho, pero entiendo y no debo juzgarte Pablo. Debes hacer lo que sientes, lo mejor para ti, para ella y para él bebe, yo no estoy lista para formar una familia, como bien puedes ver, ni siquiera me animo a tener relaciones, lo mejor es que te vayas y lo intentes antes que nazca él bebe, si se llevan bien será excelente, para los tres, pero no dejes a tu hijo solo por favor.

—¿Nos vamos? 

—Si, cuando tú quieras hermosa.

—Ya es tarde.

—Yo hablo con mis suegros, no te preocupes por eso, ojalá me obliguen a casarme contigo. ¡ja, ja, ja, ja! Sonreímos los dos viéndonos.

—Eso sería divino.

—¿Entonces si quieres, Isabel? 

—Claro, pero no en este momento, no lo haría sabiendo que vas hacer un hermoso padre, que cambiaría el destino del bebé al no vivir con una familia y gozar de ese amor de padre que estoy segura le entregarás.

Salimos de la habitación,  llegamos al estacionamiento, siempre sintiendo su brazo, me dejó en mi casa, donde por desgracia," NO" salió nadie a obligarme a casarme con él.

—¿Te volveré a ver Isabel?  

—Sí, cuando tú quieras, aquí estaré para ti, deseo y pediré a Dios cada noche que seas muy feliz, que tú bebé nazca sano y hermoso como tú, no me olvides por favor.

—Te aseguro que no lo haré. Nos despedimos besándonos. 

Por primera vez en mi vida sabía que estaba haciendo lo correcto, que él deseaba tener hijos que yo no le podría dar y tenía el derecho a realizarse como padre. Aun cuando sintiera que a su lado sería la mujer más feliz del planeta Tierra, del Universo.

*****

Me fui a trabajar, un tanto desconsolada, dudando de mi decisión, pero sabiendo que yo no le daría hijos, me resigné.

Regreso a casa veo una patrulla afuera de mi casa.

—¿Qué pasó? Le pregunto a Enrique que venía saliendo de casa con un oficial de policía. 

—Entraron a robar, se llevaron muchas cosas, y una bolsa con dinero mío, una fuerte cantidad.

—Cuanto lo siento, ¿Por dónde entraron? 

—Por la parte de atrás.

—¿Ya hablaron con los vecinos? 

—¿Para qué? No tiene caso, que lo haga la policía.

—Como tú quieras es tu dinero, voy a revisar mi recámara.

También hacían falta cosas personales ¿Cómo mi perra los dejó entrar? Ella es muy brava.

Estaba tan desconcertado Enrique, se fue al mismo tiempo que la patrulla, salí al patio... Hay una barda grande y casas a los tres lados, entonces me fui a preguntar a cada casa, en una de atrás tenían 4 perros dóberman, aun lado departamentos estoy segura por allí fue. Al otro extremo una casa grande de dos pisos con alarma.

Había una puerta abierta en un departamento abandonado, no tengo duda que por allí entraron, entonces decidí entrar sin permiso de nadie, salí de casa y le di la vuelta a la cuadra...Habían dejado una cobija tirada en el patio con algunas cosas, sentí que debía buscar.

Siempre escucho mi voz interior y la encontré. Tal vez no pudieron llevársela, se les cayó o simplemente no les importo  y la escondieron, había herramientas dentro y una bolsa de plástico con el dinero de Enrique, me puse feliz, corrí dentro de la casa para llamarle  y decirle que había encontrado su dinero.

—¿Dónde estás? ¿Puedes venir a la casa? 

—No gordita, estoy en el aeropuerto, voy a los Cabos, tu hermana viene conmigo, ¿Pasa algo? Sentí coraje, celos,  solo le respondí no pasa nada.           

—Tengo que colgarte, más tarde te marco.

—Está bien, buen viaje.

Siempre he hecho lo que mi alma siente que es correcto con amor, y si tengo duda simplemente no lo hago, pero aquí se movían otros sentimientos y sufría, le llamé por Tel. a mi hermano mayor Roberto, le platiqué lo ocurrido.

—¿Crees que se le deba regresar el dinero?  No le importo buscarlo, le dio igual perderlo.

Tu sabes lo que es correcto y estoy seguro lo harás, no me interesa que cantidad sea, mil o miles, para hacer lo correcto da lo mismo cualquier cantidad.

Tan hermoso, como lo admiro, tengo la dicha de que si tengo una duda, tengo una linda alma que me guie por mi buen camino, no tengo dudas, ese dinero no es mío, y no tengo porqué afectar sus intereses por mis estúpidos celos.

No sabía qué hacer, no dije nada a nadie y lo guardé en mi bolsa, hasta hablar con Enrique para que decidiera él lo que yo hiciera con su dinero.

En la noche no me llamó como lo supuse, lo hizo al siguiente día.

—Gordita ¿Qué onda? ¿Para que me llamaste ayer? Me extraño mucho, nunca lo haces, me dio mucho gusto que lo hicieras pero no podía hablar.

—No te preocupes no es para lo que piensas, solo quiero darte la sorpresa que encontré tu dinero, ¿Qué quieres que haga con el?

—¿De verdad? ¿Enserio Isabel? 

—No tengo porque jugar con eso, te dije que fuéramos con los vecinos, creo entraron por los departamentos y allí lo dejaron junto con mi grabadora, unas cobijas, y otras cosas.

—No lo puedo creer que me lo devuelvas.

—¿Cómo? No me interesa quedarme con algo que no es mío, sí lo pensé por celos, pero no me interesa hacerlo, no soy interesada. ¿Qué hago?.

—No sabes la alegría que me causas, no tengo palabras, cuéntalo y toma para ti $5,000 pesos.

—No gracias, no me interesa recompensa.

—No seas tonta y agárralo, ve y cómprate lo que quieras, yo te lo regalo.

—No lo haré, dime ¿Cómo te lo mando? 

—No me lo mandes, ve y abre una cuenta a tu nombre y deposítalo, cuando regrese vemos que hacemos, muchas gracias, "Te quiero Isabel".

Wooo esas palabras tan hermosas, pero no tengo porque hacerme ilusiones.

Claro que no tomé el dinero, lo deposite íntegro, un poco más de $100,000 pesos fue una bendición que no se dieran cuenta lo que iba dentro de esa bolsa, nada comparado con lo que se llevaron.

Cuando regresaron del viaje y me vio, corrió, así literal abrazarme frente a mi familia, frente a mi hermana.

—Gracias por encontrar mi dinero y sobre todo por regresarlo, esto me dice cuanto vales y ¡¡Te quiero mucho!!

Yo sentía que todo mi amor lo verían todos, nuestras miradas, nuestro abrazo, a lo que interrumpió mi hermana.

—Lo importante es que ya lo tienes, dáselo gorda.

Interrumpe Enrique: —Ya le dije que hiciera con él, cuando yo lo necesite te lo pido. Note la cara de mi hermana y si hubiera podido matarme lo hubiera hecho.

******

Salgo de mi recámara para irme a trabajar y allí estaba sentado en el comedor esperándome:

—¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí? 

—Nada, no hay nadie y tengo que besarte. 

Pero ya estaba un milímetro de mí, sus labios. 

—Me es tan difícil tenerte tan cercas.

—Por favor no lo hagas más, recuerda lo que me prometiste, no me hagas sentir una basura de mujer, al traicionar a mi hermana. Lo decía entre besos, no podía rechazar a ese hombre.

—Tienes razón, discúlpame. Al tiempo que se retira de mí, te voy a llevar a la oficina, necesito me des un cheque.

—Claro, ahorita te lo doy, no hay necesidad que me lleves.

—Sí te llevaré, tenemos que ir juntos al banco.

—No lo creo necesario, pero como quieras.

Llegamos primero al banco y la mujer que me atendió la primera vez lo hizo de nuevo, le expliqué que iba a sacar una cantidad de dinero y si solo tenía que firmar el cheque o necesitaba hacer algo más, por la cantidad que era.

—Solo requiere autorización señora ¿Lo sacará para usted o para su esposo? 

—Si, lo necesito sacar yo. (responde él)

—¿Firma usted en la cuenta? 

—No, solo mi esposa. Yo incrédula lo veía, sonriendo de la broma que estaba haciéndole a la mujer del banco.

—Si van a continuar con la cuenta por largo tiempo, le sugiero firmar los dos y así ambos pueden retirar cuando lo deseen. —Interrumpo—

—No es necesario, la cuenta se cancelará en poco tiempo, firmaré el cheque y es todo, muchas gracias, tengo prisa.

—Ven esposa mía a mis brazos. ¡ja, ja, ja, ja, ja! 

—¡Cállate, no sigas el juego! Si llegas a venir un día con mi hermana, imagínate la vergüenza para mí y para ella.

Camino a la oficina me toma la mano, trato de retirarla. 

—Déjame tenerla así conmigo. Le da un beso. No insisto en retirarla.

Llegamos a la oficina y me bajo inmediatamente dándole las gracias.

—Que tengas un bonito día y nadie venga a verte hoy 

—¡ja, ja, ja! Yo también así lo quiero señor.  bye y cierro la puerta.

Me llama mi jefe: 

—Isabel ¿Dónde estás? 

—Aquí en la oficina.

—¿Estás segura? 

—Me ofende que dude de mí, aquí estoy, no tengo porque mentirle. 

—Entonces dime ¿A qué hora llegaste? 

Madre mia no se que decirle, me muero de la vergüenza.

Y afirmo: —A la hora de entrada 

—¿Por qué me mientes? Me llamó tu hermana, para avisarme que fue un cliente y nadie lo pudo atender porque estaba cerrado, marcó a los números del anuncio y tu hermana lo invitó a ir a la oficina, ella lo atendió, el señor compró una casa y no te daré tu comisión, porque en esta ocasión tu hermana tiene razón, tú no lo atendiste, no me vuelvas a MENTIR  Isabel, yo confiaba en ti... Me decepcionas.

Quería que me tragara la tierra, odio las mentiras y aquí estoy de nuevo mintiendo, encima me descubren, me duelen sus palabras porque tiene razón, no debía mentirle, la comisión no me importa pero sí que él deje de confiar en mí, me siento muy mal conmigo misma.

Llega Daniel muy contento de ir al juzgado a depositar su pago de manutención

—Vi a mis hijos. Los voy a traer si te parece bien más tarde.  ¿Puedes? 

No me sentía con ánimos,  pero me inspira mucha tristeza su soledad. 

—Si, aquí los espero. 

—¿Te pasa algo? 

—No, todo está bien. 

—¿Podemos comer aquí Isabel o vamos al buffet de comida china? 

—Lo mejor será ir a la comida china. 

—Paso por ti a las 6.00 pm.

—Aquí los espero.

Es eterno ver las manecillas del reloj avanzar, necesito hacer algo, saldré a barrer el patio, recojo tornillos, clavos, basuritas, piedras grandes, entro de nuevo a la oficina y me pongo a escribir mejor.

Llegan por mí y se bajan corriendo dos hermosos niños güeros como su padre, de ojos azules.

—¡Hola! Me dicen muy felices los dos. 

—¿Cómo les fue en la escuela? (veo vienen con su uniforme).

—Muy bien,  pero a Daniel le mandaron citatorio porque le contestó mal a su maestro. Me responde Kevin el pequeño.

A lo que voltea Daniel (papá) a verlo algo molesto. 

—¿Qué te he enseñado? Creo que te he educado bien, que ya no esté en casa no significa que debas comportarte mal o ser mal educado y dejar en vergüenza a tu madre, no quiero que lo vuelvas hacer, ¿Entiendes?

—Si papi. Le da un golpe en la gorra a Kevin, Daniel chico. 

—No aprendes a callarte ¿Verdad? Chismoso, tienes que hacer enojar a papá.

Yo solo los miraba y escuchaba, no creí prudente opinar, no era correcto.

De pronto los niños comienzan a empujarse y cae kevin, a lo que Daniel levanta la mano para pegarle a Danielito, y allí lo interrumpo yo.

—Amigo, perdón por involucrarme en la educación de los niños, pero NO lo maltrates no es la forma de corregirlo, por el contrario entiende que el niño está en rebeldía tiene sentimientos encontrados por el divorcio y la nueva relación de su madre. Le hago muecas para no decir más.

—Tienes razón, pero como no tienes hijos no sabes educarlos. 

Le da una fuerte nalgada a Daniel él contiene el llanto y me ve tristemente, avergonzado, lo abrazo y le pido entren a la oficina. 

—Tomen un cuaderno y dibujen o jueguen en lo que hablo con su papá. Ya un tanto molesta, me dirijo a él como energúmeno. 

—Detesto la violencia y más en los niños. —Me acerco lo suficiente para que le quede muy clara mi opinión— Jamás, jamás, escúchame muy bien, vuelvas a golpear a tu hijo por quedar bien con el otro, o porque yo esté aquí y pienses que yo crea que son mal educados, jamás lo vuelvas hacer, antes que nada ni nadie están primero tus hijos y lo que sucedió no era motivo para avergonzarlo de esa forma frente a mí, entiende que los hijos son quienes más sufren por la separación de los padres, tú puedes pensar que alguien más te robó el amor de tu esposa y vive con ella, pero primero son tus hijos. ¿Acaso sabes cómo los trata la pareja de tu ex esposa? 

—Yo no te he dicho que viva con alguien más Isabel. 

—Por favor, he notado en tus comentarios tus celos, tu coraje. Ellos solo pensaran que ya no tienen el amor, el calor, la protección de su padre, el que les dió la vida, porque jamás verán al otro hombre como padre, porque solo tú lo eres ¿Porque no investigas el motivo de su comportamiento antes de llamarle la atención? Porque no hablas con él a solas, no era el momento, ni conmigo y su hermano presente. Le das la razón a Kevin frente a Daniel y puedes crear conflictos afectivos entre ellos, celos, coraje. No hay nada más importante para un niño (a) que sentir el amor de sus padres y saberse protegido por ti. No lo vuelvas a desilusionar así, habla con él por favor más tarde, cuando lo lleves a casa, pídele una disculpa.

—Yo soy el padre, no le pediré disculpa alguna.

 —Cómo eres egoísta Daniel, pensé que eras diferente. ¿Te cuesta reconocer tus errores? ¿Te falta humildad para disculparte con tu propio hijo? ¿Te falta valor? ¿Dime?...

—Algo de todo. Bajando la mirada. 

—Pues sólo hazlo, abraza a tus hijos y diles cuánto los amas.

Llamé a los niños. 

—¿Listos para ir a comer y me cuenten sus aventuras en la escuela? 

—Siii, vámonos.

Jugamos a dibujar animales, después juego de palabras y se relajaron bastante, lo suficiente para olvidar el mal rato. ¡Comimos delicioso!

—Te vamos a llevar a tu casa. Me dijo Daniel.

—Me parece perfecto.

Me despedí un con abrazo y beso con cada niño y a Danielito le dije que siempre escuchará y comprendiera a su padre, que a veces los adultos sufren más con la separación de los hijos, y que su padre me ha dicho cuántos los ama y extraña. Allí delante de mí abrazo a su papi y le dió un beso.

Hermoso niño demostrando su amor, su humildad y el perdón inmediato.

Me despido sosteniendo mis lágrimas.

De verdad cuánto amor pierden los padres por comportarse como adultos con los niños, por obligarlos a tener responsabilidades a una corta edad, cuando podemos enseñarles por medio de juegos o retos, haciéndolos cumplir su palabra y haciéndoles entender que hay que disfrutar cada etapa de la niñez, así jugando, y en medida de su crecimiento a ser responsable sin robarles su inocencia y en completa libertad.

ps:/�v�S�&� *-* 

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