DONACIÓN
Me llama mi jefe:
—Buenos días, señor Roberto.
— Buenos días, ¿Cómo has estado, Isabel? O mejor dicho ¿Cómo te has portado?
—Yo como siempre muy bien. Gracias por preguntarme. —Sentí nervios al escuchar preguntarme, yo misma me sentía delatada por haber hecho algo indebido con Enrique, pensaba que todos podrían saberlo o notarlo.
—Tu hermana me ha platicado que estás ayudando a tu hermana mayor y que te ha visto algo cansada, desvelada.
—Sí, vi a Lourdes hace unos días, llegué a la oficina por contratos y hojas membretadas. Pero me siento bien.
—Cuídate, no abuses de tu salud.
—Sí. Gracias por decirme.
******
Me fui por mi hermana y las dejé en su casa, quería llegar a mi casa y descansar.
Al llegar a casa platico con mis padres mientras limpio la cocina, ya tengo mucha ropa por lavar y no tengo tiempo, no tengo descanso, mi madre ha ido lavando la ropa ella sola de los tres, aprovecho y platico con ellos tratando de prevenir el nacimiento de los gemelos de María.
—Mamá usted cree que alguna de sus hijas tengo más hijos cree que habrá más niños en la familia o imagínese gemelitos.
—Pues no lo creo, tus hermanas ya están operadas. Ya no pueden tener hijos.
— ¿Cómo? ¿Pero ya no es posible que se embaraze Lourdes, María o Claudia?
—Ya te dije que NO, María ya tuvo 3 cesáreas, Lourdes dos cesáreas y yo pedí que le quitaran la matriz cuando nació Alex, no quería que tuviera más hijos que yo no podía mantener y que los padres irresponsables no se ocuparan de ellos ni con los pañales menos para darles su apellido. Claudia igual ya tiene 3 cesáreas y se operó. Las esposas de tus hermanos no lo creo. Así que no habrá más porque tú no puedes tener.
Tengo que decir que mi madre no tenía derecho a decidir que operaran a mi hermana para NO tener más hijos, pero no puedo asegurar que el doctor lo hizo simplemente por la petición de mi madre, tuvo que haberle preguntado a mi hermana y ella autorizar, ella es la dueña de su cuerpo, igual si el Doctor no le hubiese preguntado (lo dudo) ella hubiera podido proceder legalmente en su contra y solo lo hizo contra mi madre al contar a su favor la historia, victimizandose. Si bien es cierto mi madre NO tenía derecho en pedirlo. Pero ella debió negarse.
Mi hermana se encargó de decirles a sus amigas que mi madre la obligó a operarse, eso no fue así, sé que nada justifica la acción de mi madre, porque cada quien es dueño de su cuerpo y tiene el poder de decidir lo mejor para sí mismo, pero la comprendo porque ella trabajaba para todos en casa, Lourdes ya tenía dos hijos de diferentes padres y eso no es malo, solo que ninguno se hizo cargo de ellos, tampoco fueron lo suficientemente hombres para registrarlos con su apellido. No sólo carecieron de una figura paterna, y NO es necesaria cuando una madre es autosuficiente para darles amor, educarlos con paciencia y ejemplo, nunca hubo un acercamiento en su infancia hasta hace escasos 5 años el padre de cada uno los busco. A eso le agrego la inestabilidad emocional de mi hermana y sus errores como todos los tenemos, pero que cuando somos madre no podemos darnos el lujo de cometerlos. Nuestros hijos deben ser nuestra prioridad. Como mi madre nos los demostró haciéndose cargo de ellos en medida que podía y trabajando muchísimo y sola. Aun con sus graves errores y que aún sigue cometiendo a su edad avanzada.
CONTINÚO...
—Pero mamá, yo he sabido de mujeres que están operadas y quedan embarazadas.
—No cuando te sacan la matriz. Puedes quedar embarazada cuando te colocan un dispositivo y éste se mueve. ¿Pero por qué insistes en eso?
—Solo pensé que pudiera tener más sobrinos, solo eso.
—Pues ahora ya sabes que no.
Estoy bastante consternada, no sé qué pensar, imaginar, me niego a creer que solo está mintiéndole a Enrique, eso sería demasiado abuso por parte de María.
*******
Me voy por mi hermana un poco más tarde ya que mi cuñado llevaría a las niñas a la escuela, llego a su casa y me invita a pasar.
—Pasa. ¿Ya desayunaste?
—Si con mis padres, te acompaño con un café. Quiero preguntarte algo. ¿Puedes tener más hijos? Es que he estado soñando con un bebé y como ya sabes soy bruja.
—Sí ya sé que eres una buena bruja, pero de mi parte no quiero y no puedo tenerlos, creo que ya no habrá más nacimientos de parte de nuestras hermanas, están en las mismas que yo.
No me atreví a preguntarle directamente lo que me había dicho Enrique para no ocasionar una discusión con María. Pero me dolía mucho esta mentira cruel. No quería imaginar lo que sentiría Enrique cuando se diera cuenta que no está embarazada. Es algo que no podrá fingir durante mucho tiempo.
Esto me ocasionaba una decepción más, dolor, tristeza. Cuando amas a tus hermanas y te hacen daño o sabes que mienten tan severamente causando daño a otro ser, simplemente me afectaba mucho, no solo por el hecho de no poder ser madre, si no la ilusión, el amor que ya nacía en Enrique hasta dejar a sus propios hijos y su esposa por mi hermana. Pensando que formaría una nueva familia.
Llego a la oficina atiendo algunos clientes, me doy cuenta que llevaron dos casas me alegra mucho, me acerco a verlas y están muy hermosas, decido llamarles a mis clientes pendientes les avisaría de nuevo cuando estuvieran listas para mostrar. Veo llegar a mis compañeros a trabajar en esas casas. Detrás de ellos viene mi jefe.
—Buenos días Isabel ¿Alguna novedad?
—Si, les avisé a mis clientes de las casa que trajo y les voy avisar cuando ya puedan pasar a verlas, aún no han comprado casa, nos están esperando.
—Excelente noticia. Si hay alguna novedad me llamas.
—Así lo haré.
A pesar que había dormido un poco más tenía mucho sueño, me voy a la oficina y me siento en mi sillón y dormitaba, que horrendo sueño que no puedes tener los ojos abiertos, se siente un cansancio tremendo. Ese tipo de sueño donde duermes 5 minutos y sientes que dormiste una hora. ¿Les ha pasado?
Más tarde llegaron María y Enrique a invitarme a comer cuando saliera de trabajar. Recuerdo que pedí un riquísimo caldo tlalpeño mientras platicábamos de sus planes de convencer a mis sobrinas para que acepten a Enrique como pareja de María, cuando me levanté para ir al tocador al regresar vi que él le acariciaba su estómago con amor y delicadeza. Cuando ella vio que me acercaba se la retiró bruscamente y se reían, a decir verdad me encantaba ver a mi hermana sonreír, quería creer que era feliz con ese hombre a pesar de sus mentiras. Por ese motivo siempre la apoyé en todo, solo deseaba verla feliz.
Al terminar de comer nos fuimos a la papelería nos quedamos hasta llegada la hora para cerrar y nos fuimos con mis sobrinas a su casa. Se bajaron del carro, abrieron su casa revisaron que todo estuviera en orden y me fui con mis padres. Pasaban los días y mi comunicación con mi jefe era realmente muy poca, él no iba a la oficina y hablamos una vez al día y rápidamente. Al menos ya no me presionaban con las reuniones, ni con las llamadas por la mañana y tarde. Podía pasar una semana y solo ir el sábado a pagarme. No me fue difícil acostumbrarme a no verlo, porque no lo veía diario. Aun cuando si extrañaba platicar con él.
Al paso de unas semanas llegó Enrique la pareja de María a la oficina muy feliz...
—Isabel necesito pedirte un favor muy especial.
—Me dará mucho gusto poder ayudarte en agradecimiento de lo que tú me ayudaste en el cambio de casa. Dime ¿Qué puedo hacer por ti?
—Quiero que me acompañes a comprar las cunas para mis hijos, algunos accesorios, cobijitas y otras cosas para darle la sorpresa a tu hermana, acabo de comprar las andaderas y los colchones.
Lo vi tan feliz, tan entusiasmado, pensé en mis hermanos y en mi padre que como hombres les pudiera pasar a ellos, aun cuando ya estaban casados, decidí hablar con él en ese momento.
—Enrique ¿Tú ya acompañaste a María al ginecólogo? ¿Ya viste a los bebés en el ultrasonido?
—No me ha dejado acompañarla, cada mes le doy dinero para la consulta y las vitaminas, ultrasonido y todo lo necesario. —Me mira fijamente por mi rostro seguramente dudando en decirle de mis sospechas.
—Te voy a pedir no compres nada hasta que la acompañes al ginecólogo, hasta que sepas que ya tiene los meses que no corren peligro, solo por eso te lo digo.
—Todo saldrá bien Isabel, mis hijos van a nacer porque son producto de un gran amor.
—Así será entonces. Y cuenta conmigo para dentro de unas semanas vayamos juntos a comprar las cunas.
No tuve el corazón para romper el suyo, sus ilusiones, quizás ella si estaba embarazada, ya no sabía qué pensar, si creer o no.
Al llegar a la papelería veo que María carga a kristell, le digo que no se deje cargar que puede lastimar a su mamá. Pero mi hermana se molesta.
—Siempre la he cargado, es mi bebita y nunca lo dejaré de hacer Isabel.
—Está bien como tú quieras. —Pasaron las horas tan lentamente o sería mi tremendo aburrimiento.
—Vámonos ya Isabel para que llegues temprano a la casa con mis padres. Las niñas se quedaran con su padre hoy también. Isabel ya me tengo que ir en unos días, mañana hablaré con las niñas, te las voy a encargar muchísimo prométeme que estarás con ellas.
—Sí, no te preocupes. Así lo haré hasta donde ellas me lo permitan.
—Ya hablé con nuestros padres, no están de acuerdo pero así tiene que ser.
Está bien, si es por el bien de ellas y el tuyo yo te apoyaré como siempre.
AL PASO DE UNOS DIAS:
Hoy es la cena de navidad, no tengo ropa hermosa que ponerme pero me siento feliz de convivir una ocasión más con mi cielo, volver a abrazarlo y sentir en mí su cuerpo.
Le avisé a María que hoy no podría ir por ella, me dijo que le pediría el carro a su marido.
Al llegar a la oficina limpio y me salgo a caminar por la yarda sintiendo el calor del sol, ha hecho mucho frío al menos no llueve. Aun cuando me encanta la lluvia, pero pienso en los animales que no tienen casa, así como las personas que no tienen un techo o una cobija para cubrirse del frío y eso me entristece.
Veo llegar a mi jefe lo cual me sorprende. Normalmente a esta hora siempre está en la oficina con mi hermana.
—Buen día señorita. ¿Qué haces?
—Buen día señor jefe. —Sonríe y yo a él— Tengo un poco de frío y decidí caminar un ratito. Me voy acercando a su pick up y veo la caja llena de cajas pequeñas.
—Me parece excelente que camines y no estés sentada. Te veo muy delgada Isabel. ¿Cómo te sientes? ¿Estas enferma?
—Si, me encanta caminar, quisiera tener tiempo para irme a caminar a la playa todos los días. Me siento muy bien, eso es bueno bajar de peso. Vuelvo afirmar algo nerviosa con su presencia.
—Si es por mejorar tu salud y condición física estoy de acuerdo, pero sin arriesgar tu salud por una apariencia solamente.
—¿Qué lleva en esas cajas? —Me atreví a preguntarle.
Suena su celular y responde. Con su mano me hace una señal que me responderá en un momento. Y lo escucho hablar ya que no se retira de mí.
—Si madre, solo espero me diga donde la veo. En el orfanato me parece bien. Ya estoy muy cercas, en 20 minutos llego. Isabel son cajas con despensa básica.
— ¿Las va a donar?
—Si. —Me cambia de tema— Van a llegar más casas en dos semanas, muy bonitas espero que se vendan pronto y en la siguiente venta hacemos cuentas si quieres para saber cuánto llevas abonado tu casa. Ya han pasado varios meses y has vendido varias casas.
—Sí, me parece excelente. Lo felicito por ese gran corazón que tiene al donar despensas, lo admiro mucho.
—Son cosas que no se dicen Isabel solo se hacen, gracias. Pero todos podríamos ayudar con poquito y el mundo fuera diferente. Me tengo que ir, más tarde nos vemos en la cena, vete directamente a las carnitas Uruapan allí cenaremos.
—Me parece genial el lugar por mis compañeros y claro para mí también. Allí nos vemos, que le vaya muy bien.
Mi admiración y amor crecieron del 100% a 100"000,000,000,000% no cabe duda que mi alma reconoce a ese gran ser humano, ese gran hombre noble, hermoso no solo físicamente si no espiritualmente, con más ganas vendería muchas casas para que él siguiera ayudando a niños, personas, a quien fuera, así como me dijo sin decirlo, yo haré mi mejor esfuerzo por vender más, para que a su vez él siga ayudando a los necesitados como lo ha hecho conmigo, y como lo hace con ese orfanato. Mi cielo hermoso.
*-*
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