CONFUSIÓN
—Cómete éste taco y llévate otro para el camino. —Me dice mi madre.
Al olerlo me voy corriendo al baño a devolver el estómago, empiezo a estornudar como con alergia.
— ¿Te sientes mal?
—Sí, tengo escalofríos, me duele la cabeza y tengo mucho frío.
— ¿Por qué no pides el día?
—No puedo debo ir a trabajar, ya me voy.
Salgo de casa y veo que viene saliendo mi hermana del motorhome siento que no puedo verla a los ojos y enciendo el motor del carro.
—Ya me voy María, nos vemos en la noche.
—Si. Vete con cuidado.
Llego a la oficina saco el celular y lo dejo en mi escritorio, me pongo a limpiar sin más deseo que mantener ocupado a mi cerebro. Ya han pasado días y no me ha llamado Fernando. Decido llamarle yo, quizás y muy seguro sintiendo arrepentimiento por lo sucedido con Braulio.
—Buenos días amor. ¿Cómo estás? No me has llamado. ¡Malo!
—Mi amor te veo en la tarde, estoy muy ocupado ahora me esperas en el arbolito o en la tienda mejor para que no estés sola.
—Sí, te veo más tarde.
No sé por qué pero sentí algo raro al escuchar su voz muy cortante, serio. ¿Pasará algo?
"Es del primer pensamiento que doy una explicación y para mí significa mucho, encierra todo sentimiento que viví en tiempo de mi vida más difícil. Me dedico a escribir, tiraba papeles que escribía uno tras otro... Quería encontrar la forma de expresar lo que he vivido con los hombres sexualmente desde mi violación hasta con las parejas de mis hermanas, sin que fuera directo ya que nadie sabe lo sucedido, no quiero que sea algo largo más bien deseo algo corto y confuso, si... Se llamará "Confusión" Como las mismas que siento. Continué escribiendo hasta que lo terminé y no solo me gusto, lo amé profundamente"
CONFUSIÓN
Creí... Pensé... Soñé... Y en silencio otra vez lo amé.
1.- (Creía que Enrique me amaba, pensé solo en mi al estar con Fernando, soñé porque deseaba que hubiera sido mi violación solo un sueño. volvía amar a Enrique)
Olvidé los malos tiempos, viviendo el momento en mi soledad...Viviendo una entrega total.
2.- (Cuando perdí el miedo a estar con un hombre. Estaba realmente sola. Cuando me entregué a Enrique)
Mi dignidad se ahogó en un mar en calma...Mi orgullo se escondió debajo de mi alma... Perdiendo todo lo que añoraba.
3.- (No tuve dignidad al estar, buscar y permitir tantas cosas a Enrique. El orgullo fue por la traición con Fernando. Perdí todo mi anhelo de formar un matrimonio, tener hijos, amar y ser amada por un solo hombre)
Mi cuerpo se consumía entre las llamas... Mi corazón latía al ritmo que mis ojos lloraban... Mi alma se elevaba.
4.- (En la primer entrega a Enrique. El sexo con Fernando. Mi violación de niña)
Descubriendo el éxtasis de la pasión descontrolada, no tuve fuerzas para gritar, tuve miedo de amar... Mi cuerpo flotaba, mis ilusiones terminaban.
5.- (La entrega a Enrique. La violación. Con Fernando. En relación a todo)
Mi vida quedó oscura, dejó una huella profunda... El cielo fue testigo... Y Dios en silencio quedó confundido.
6.- (Mi violación)
Isabel Covarrubias
Transcurre el día sin más novedad que atender a unos clientes, veo una llamada entrante es de mi jefe.
—Buenas tardes señor jefe.
—Buenas tardes señorita. ¿Cómo va todo por allá?
—Todo bien, han venido varios clientes.
— ¿Cómo te has portado Isabel?
Por dentro pensé... Si yo le contara me ganaría su desprecio.
—Bien, eso creo yo.
—Eso espero. El sábado 22 vamos hacer la cena de navidad en la oficina, te espero a partir de las 7.00 pm
—Sí gracias, allí estaré.
—Cualquier novedad me llamas.
—Así lo haré, que tenga bonita tarde.
—Gracias Isabel, tú también.
Veo que es la hora de cerrar y por un momento pienso en esperar a Fernando en la oficina, pero decido mejor ir a la tienda no al arbolito. Me compro una botella con agua y unos saladitos. Estoy platicando con Don Raymundo cuando siento sus brazos en mi cintura y su cuerpo por detrás. Solo me recargo en su pecho mientras me da un beso en el cuello y a mi hombro. Yo siento mil emociones con sus labios.
—Don Raymundo le presento a mi novio, aun cuando supongo que ya lo conoce.
— ¿Como que tu novio? pero...
Siento un movimiento de Fernando volteo a verlo, pero detiene su cabeza.
— ¿Qué haces amor? —Le pregunto y regreso la mirada a Don Raymundo... ¿Por qué pone esa cara Don Raymundo?
—Sólo porque eres muy guapa para este menso.
—No diga eso, Fernando es un hombre muy inteligente, caballero y muy guapo.
—Yo los dejo, un mandamiento dice que no estorbemos ni hagamos mal tercio, hasta mañana muchachos.
—Vamos al arbolito mi amor.
—Sí, vamos. —Le respondo sin ninguna duda.
Me recargo en sus brazos, en su pecho y me siento tan bien, me siento segura, lo veo y me parece una fantasía besarlo escucharlo hablarme con tanta dulzura, me acaricia el cabello, mis manos desde los dedos hasta el hombro y de regreso... Voy sintiendo escalofríos y reímos juntos tiernamente, empiezo hacer lo mismo pero con sus piernas tenía puesto un shorts, siento sus escalofríos de igual manera, sus besos se vuelven un poco más apasionados hasta ser más profundos devorándonos en cada beso, con cada caricia, sus manos subían entre mis piernas hasta mis senos, con un sobresalto que hice involuntariamente se detuvo, pero continué besándolo aprobando lo que había hecho, excitada con su sensual seducción, subo mi mano de su pierna a su pecho y rozo su pene erecto, al empezar a desabrochar mi blusa una luz nos iluminó el rostro. Una mugrosa patrulla que nunca pasaban se le ocurría pasar en ese justo momento.
— ¿Dígame oficial? —Le pregunta Fernando.
— ¿Qué están haciendo jóvenes?
—Besando a mi novia.
— ¿Están tomando?
—Sí, agua.
Yo quería reírme pero contenía mis carcajadas impetuosas que deseaban salir.
—No pueden estar aquí, retírense a su casa.
—Lo siento eso no será posible, si no se ha dado cuenta usted oficial se encuentra en una propiedad privada al igual que nosotros y no estamos haciendo nada malo, no estamos desnudos como tampoco estamos ingiriendo bebidas embriagantes.
—No me hables en ese tono o tendré que remitirte a la delegación.
—Solo le estoy dejando claro que NO estamos haciendo nada indebido. ¿Es ese motivo para detenerme o amenazarme con hacerlo?
Los veo alejarse y ya no escuché lo que se dijeron, Fernando regresó burlándose de la falta de preparación de los oficiales. Nos quedamos un poco más pero ya era algo tarde y al siguiente día ambos teníamos que trabajar y él estaba considerando la distancia para que yo llegara a mi casa a descansar.
—Vete con cuidado mi amor me encantan tus besos, tus caricias. En muy mal momento llegaron éstos oficiales.
—Sí, tu igual Fernando, ya nos daremos otra oportunidad.
—Estoy seguro que sí mi amor, pero no habrá interrupciones la siguiente ocasión.
Le sonrío imaginando tenerlo desnudo completo para mí, para explorar ese perfecto cuerpo. ¡Pero que rayos pienso! Que pensamiento tan libidinoso, que lujuriosa me estoy volviendo.
AL SIGUIENTE DIA...
Me llama de nuevo Enrique, quedamos de vernos en la noche en un bar en Rosarito. Veo que viene Braulio pero esta vez con mi hermana, un poco antes de mi hora de salida.
—Isabel andábamos por aquí y llegamos a saludarte ya casi nos vamos a casa, aprovechamos y nos vamos juntos.
—No me iré a casa ahorita, tengo que ver a una persona en Rosarito. —Se sale Braulio y le explico a María que veré a Enrique, que si me puede acompañar para no ir sola y no caer de nuevo en tentaciones con él y por cierto temor a su agresividad.
—Braulio. ¿Podemos acompañar a mi hermana a ver a Enrique?
— ¿La pareja de tu otra hermana?
—Si. —Le responde ella.
Yo la veo desconcertada y molesta, no quería que él nos acompañara por eso se lo dije a solas.
—Si la acompañamos, voy a la tienda ahora regreso.
—No quería que le dijeras a él María pero ya ni modo, sólo vamos a un bar y allí hablaré a solas con Enrique.
—Sí, está bien, pero sabes que yo no salgo sola. ¿Entonces es verdad que andas con él?
—No, después te cuento con detalles.
Vemos que regresa con dos six de cerveza, a mí me dará valor para ver a Enrique, no tengo ni la menor idea de que quiere hablarme y debo controlar mis emociones.
Ya casi es la hora y nos vamos hasta el bar, antes de entrar le marco al celular a Enrique...
—Ya llegué al bar, estoy afuera.
—Yo me estoy estacionando en la parte de atrás.
Nos quedamos platicando los tres a la entrada cuando lo veo venir y poner cara de terror cuando nos ve a los tres, se regresa corriendo a su carro y sale quemando llanta y se va.
Le marco al celular muy molesta.
—¿Qué pasa? ¿Por qué te vas así? ¿Estás bien?
— ¿Por qué chingados traes contigo a Lourdes y a tu novio?
— ¿De qué carajos estás hablando? No es mi novio y no es Lourdes ¿Y por pensar que era ella sales corriendo como un desgraciado cobarde marica?
Me colgó el teléfono, le marque de nuevo y no me respondió, me puse a llorar como Magdalena, como la llorona misma, solo que yo gritaba ¡Hay... Enrique! ¡ja, ja, ja, ja! Ahora me río y bastante, en ese momento sufría horrores de conocer realmente a ese hombre cobarde.
¿Cómo sabe que tengo novio? ¿Quién le dijo?
— ¿Cuñada ese pendejo es por quien traicionaste a tu hermana? Un cobarde maricón que sale corriendo...
— ¡Tú no te entrometas!
—Vámonos a la casa hermana, no pasa nada. ¿Cómo te sientes?
— ¿Acaso no me ves? Me duele mucho su acción, mi amor se ha vuelto como lodo cenagoso. Sintió miedo al creer ver a Lourdes y es porque nunca me amó, nunca le interesé realmente por eso se asustó que ella lo viera conmigo. Me voy a pasar al bar si quieren acompañarme adelante, se quieren ir váyanse.
Entro al bar que estaba casi solo, pido 12 cervezas y me dispongo a cantar llorando, sufriendo nuevamente por ese hombre aun cuando ya no tuviera nada que ver con él, que nunca lo hubo me dolía sentir su miedo, lo tomaba como un rechazo a mi persona como que él prefería a mi hermana igual que mi jefe, y me ahogué en cerveza, me emborraché llorando con la compañía de María y Braulio.
—Vámonos Isabel, ya estás muy tomada. —Me dijo María.
Pagué la cuenta y manejé así a mi casa, María se fue conmigo. Le dije que sí podía manejar. Camino a casa no hay puente donde yo debo dar vuelta pero entre ambas carreteras de norte y el del sur hay una separación de vallas de cemento, por allí nos dábamos la mayoría de gente la vuelta, porque el puente estaba a 10 minutos arriba, yo solo lo hacía de noche cuando no había tráfico, muy pocas veces lo hice durante el día.
Por no subir al puente... Por 10 minutos... Por no gastar gasolina unos cuantos kilómetros... Mucha gente como yo arriesgaba su vida y poníamos en riesgo la de las personas que venían bajando las curvas al sur, cuántos accidentes me toco ver, cuánta gente murió en esa vuelta prohibida por no continuar 10 mugrosos minutos.
Manejé bien hasta antes de entrar a la carretera federal, ya no hay semáforos, aceleré... No hay lámparas públicas, más o menos recordé dónde estaba abierto el hueco y aceleré, cuando sentí que golpeo la llanta trasera en la banqueta alta, sentimos el golpe de caída entrando a la terracería me detuve a llorar, Braulio venía haciendo cambio de luces para que me detuviera y nunca lo vi. En la carretera no podía controlar el auto a una velocidad de 40 a 50 millas mph.
— ¿Por qué no manejaste tu María? Casi se voltean, ¡Chingada madre!
—No exageres, solo golpee la llanta con la banqueta.—Le respondo.
—María, pásate al volante tú, no quiero que se vayan a ir al barranco.
—Yaaa, pero está bien María maneja tú, discúlpame no miré la banqueta no venía recio ni manejando mal, no hay luz, no se ve nada, solo calculé la vuelta sin darle a la banqueta pero lo hice mal.
Sin más me paso al asiento del copiloto, subo el volumen de la música de pronto pienso como me voy a levantar mañana para ir a trabajar, enciendo un cigarro y al inhalar siento como si algo dentro de mi empezara a burbujear y iuk, iuk, a vomitar.
En realidad no me había sentido mal, pero al inhalar el cigarro sentí todo salir de mi cuerpo, mis decepciones, mis desamores, mis traiciones acompañados de la cerveza y cacahuates.
Ahora si no tengo vergüenza ni cara para llegar a mi casa, que asco me doy a mí misma. Qué soledad tan agobiante, que amor tan miserable me tengo, cuanta falta de dignidad de amor propio. Me voy sumergiendo más en el pantano de las desilusiones, de las traiciones, del desamor y el rechazo.
—María, te invito a la cena de navidad de la oficina, ¿Vamos? Yo sé que si vas, va a rabiar Lourdes... y dejé salir una risa maléfica como el gargamel. ¡ja, ja, ja, ja, ja, muah!
—Si puedo te acompaño, le diré a Braulio.
—No, yo te estoy invitando solo a ti.
—Yo te aviso mañana por la noche.
AL SIGUIENTE DIA...
Sentí la peor resaca que nunca imaginé tener, me duele la cabeza espantoso, el estómago. ¡Me hinché como sapo! (Inflamación del cuerpo) No quiero levantarme de mi cama, me siento tan avergonzada con mi hermana, con Braulio, conmigo misma.
Me arreglo y salgo al trabajo, me voy directo a la tienda, me compro un clamato, una cerveza y una gran botella de suero. Me voy a la oficina. Erick no me pregunta nada solo me mira sonriendo, sospechando seguramente una noche de locura y bebidas.
Sin dar ninguna explicación, que no tenía que hacerlo y pasando por alto que Erick pudiera decirle a Fernando me fui a la oficina, limpié y moví el sillón retirándolo de la puerta principal, de modo que si llegaba alguien yo fuera la primera en verlo y no ellos a mí, me recuesto, subo mis pies y bebo mi cerveza preparada con clamato.
*-*
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top