Capítulo 12: La Ofrenda de Caín

Viernes 30 de marzo de 2018. Seúl, Corea del Sur.

Seok Jin esperaba sentado en el sillón de la sala, sabía que JungKook iría por él, por su pago por darle la ubicación de Abel. Sabía perfectamente que iría a ese lugar, lo conocía y sabía que esperaría ahí por él.

Es JungKook, el padre de Luzbel

Esas palabras regresaron a él. JungKook era hijo de Lucifer, su medio hermano con quien tuvo un hijo. Nadie se lo hubiera creído de no ser por la seriedad con la que había hablado Abel. Era cierto, JungKook llevaba la misma sangre que él, lo que podría explicar la parte malvada que nació en él luego de que estuvieran juntos. Llevaba parte del pecado en su sangre gracias a su padre. Sin embargo, ni siquiera era como Luzbel ya que Lucifer, para ese entonces, aún seguía siendo un Querubín, por lo que Kook era puramente un ser celestial. Aunque el pecado de sus padres quedaba rondando en su sangre, como un recuerdo que despertó el día que él llegó a su vida.

El día que todo comenzó.

Unos pasos resonaron en el interior y pronto lo vio, parado en el umbral con una sonrisa triunfal. Recordó el plan que debía llevar a cabo, conquistarlo y secuestrarlo en el Infierno posteriormente para que Caín hablara. Si jugaba bien sus cartas, pronto lograría engañarlo y atrapar a la persona que estaba tras Luzbel.

-¿Y esa cara? ¿Tan desagradable es tenerme frente a ti?-se levantó, tomándolo de la cintura bruscamente para acercarlo a su cuerpo.

-Acabemos con esto de una vez-cuando estaba por besarlo, JungKook se lo prohibió.

-No, cariño, así no...quiero más de tu parte, nada que sea de esta forma.-sonriendo acarició su pecho.

Le dedicó un insulto en ruso que Kook entendió perfectamente. La mano que tocaba su pecho pasó a desabrochar los botones lentamente, la mirada azul del Serafín brillando intensamente. No en lujuria, sino en amor.

-Jin, por favor, por hoy simplemente no pensemos en lo que está pasando. Olvidémonos de todo y volvamos a ese tiempo donde solamente éramos Seok Jin y JungKook, sólo nosotros dos, amándonos sin límites.-lo miró suplicante, el brillo ya no era por su ser celestial, era por las lágrimas-por favor, Jin...vuelve a amarme como antes de que todo pasara.

La primera lágrima cayó, haciendo un camino delgado y brilloso por la clara piel. Seok Jin la limpió con el pulgar, sintiendo una pequeña debilidad dentro suyo ante esa imagen tan vulnerable del Serafín que seguía amando.

No dijo nada, simplemente lo besó dulcemente, como la primera vez que se atrevió a hacerlo tras un engaño cuando aún no sentía nada por él. Pero la tentación había ganado y le había robado su primer beso. Sintió los labios finos moverse con suavidad, sus brazos afianzándose en el cuello con necesidad. Chupó su lengua y mordió el labio inferior. La pasión creció en ellos con tanta rapidez que no la creyó posible. Pronto tuvo las piernas contrarias enroscadas en su cadera mientras tocaba con fuerza el trasero tentador de su pareja quien gemía cuando su lengua comenzó a jugar obscenamente con la contraria.

Succionó el cuello con pasión, lamiendo y mordiendo. Su camisa cayendo por sus anchos hombros cuando las manos de JungKook la separaron. Hubo más contacto con la piel de su espalda en ese momento, pudo sentir el calor vibrante pasar por donde esas manos pasaban, dejando un camino que ardía con fuerza.

Sintió, irónicamente, un Infierno desatarse en su interior.

Ángel&Demonio

Jueves 29 de marzo de 2018. El Castillo del Infierno.

Nadie podía creer la noticia. En cuanto JiMin, TaeHyung y HoSeok lo supieron dieron un enorme grito. El Serafín era hijo de Lucifer, hermano de Seok Jin y padre de Luzbel. Agradecían que el pequeño estuviera con JiSoo ahora mismo, no querían que supiera eso.

-¿Ese cretino lleva nuestra misma sangre?-preguntó TaeHyung.

-Sí y no-Lucifer habló-es mi hijo pero no es demonio porque fue procreado cuando era Querubín. Así que sí, es su medio hermano pero no es demonio.

-No lo puedo creer-hablaba Lilith esta vez-si hubiera sido otro, lo hubiera aceptado como mi hijo, pero justamente tenía que ser el desgraciado de JungKook que odio.

-¿Lo hubieras aceptado como hijo?-preguntó Agniel, uno de los Grigori.

-Por supuesto, soy demasiado consciente que antes de mí Lucifer tuvo una larga lista de amantes, mucho más larga que la mía. Pero el hecho de que sea JungKook ya lo arruinó. Hubiera aceptado hasta a Set, algo imposible, o a JiHoon, ese niño me cae bien. Pero justamente JungKook tenía que ser.

Comprendía a su madre, que fuera el hombre que quería ver a su nieto muerto no era bueno. Él pensaba lo mismo, pero el caso cambiaba con él porque tuvo sexo con su medio hermano. Por un instante había pensado en JiSoo y Alex, pero la relación de ellos era algo simbólico más que biológico. Ella era su madre porque así él lo quiso, porque lo adoptó, pero biológicamente no lo era así que no era tan raro como su situación.

-¿Cómo haremos para atrapar a JungKook? Porque creo que una invitación repentina sería sospechosa. Es un idiota pero no estúpido-dijo Mefistófeles.

-Papá, eso es casi lo mismo-dijo HoSeok rodando los ojos.

-Yo me encargaré de eso-dijo Jin seriamente-encontré a Abel porque él me llevó hasta donde se encontraba. Como sabrán, no fue gratis, él quiere que nos encontremos. Podría encontrarme con él más veces, ganarme su confianza y traerlo aquí.

-Será peligroso para Luzbel.-dijo TaeHyung.

-No, porque él deberá estar en la parte contraria del Castillo para cuando traiga a JungKook. Así estará seguro y podremos atraer a Caín.

-Tomará tiempo.-dijo Belial.

-Sí, pero será lo único que nos permitirá hallar al desgraciado que quiere dañar a mi hijo.

-Pienso que es el mejor plan que podemos idear por ahora-intervino Lucifer-así que hazlo. Siempre y cuando puedas traer a JungKook hasta aquí entonces hazlo, hijo. Aunque será como tener un Caín dos. Maldición ¿Por qué no lo noté antes? Con razón eran tan parecidos...aunque JungKook sacó los dientes de su tío Abel.

-Sí, pero reconozco que Abel parece una rata mutante, JungKook se ve más tierno. Sigo sin creer que te lo hayas follado, cariño.

-Lilith, por favor, no me lo recuerdes-pidió haciendo una mueca de asco-como sea, ya he dejado personas encargándose de ese par. Así que si me disculpan tengo cosas importantes que hacer, como, por ejemplo, administrar algunos asuntos con mis hermanos.-la mirada que les dirigió a ellos era seria y claramente fuera de broma.

Cuando su padre usaba esa mirada era porque los temas eran importantes, así que de seguro hablarían sobre cosas referentes a la humanidad. Dejó que se fueran mientras él iba con JiHoon, quien todavía hacía reposo. Su hermano Jano le había dicho que dentro de un par de días volvería a estar bien, eso era bueno.

Al ingresar lo vio leyendo un libro. Le dedicó una sonrisa antes de dejar el libro de lado, pero pronto su expresión cambió ante su seriedad.

-¿Ocurrió algo?

-¿Conocías algo de la Ofrenda de Caín?-JiHoon ladeó la cabeza pensativo antes de asentir distraído.

-Algo, pero eran rumores, nada cierto. Se creía que Caín le dio algo a Dios para que lo perdonara a él y sus hermanos, pero jamás se supo qué.

-Pues sería bueno que sepas que no es qué, sino quién-JiHoon abrió los ojos sorprendido-capturamos a Abel pero ¿sabes que nos dijo? Que Caín no vendría por él así que teníamos que secuestrar a lo único que podría hacerlo venir al Infierno.

-A la Ofrenda-Jin asintió.

-Sí, la Ofrenda, su hijo.-el Ángel volvió a abrir los ojos sorprendido-Hijo de Caín y Lucifer, mi hermano.

-No...no lo puedo creer. ¿En serio no les mentía?

-Créeme, iba a perder algo importante si no hablaba, así que no, no mentía.-suspiró-¿sabes que es lo peor de todo esto?-JiHoon negó-que la Ofrenda de Caín es JungKook.

-¿Qué? Tiene que ser broma...JungKook...el padre de Luzbel.

-Sí, es él-Seok suspiró derrotado, dejando salir los sentimientos que no se permitió frente a su padre y hermanos.-no lo puedo creer, yo...

El Ángel lo envolvió en sus delgados brazos, conteniéndolo y dejando que apretara la delgada tela de su ropa. Saber que JungKook, además de ser el padre de Luzbel era su hermano, fue una noticia que jamás esperó recibir. Era difícil recibir una noticia así de la persona que más amaba en el mundo. Tardó diez minutos en recuperarse y, cuando lo hizo, se separó del abrazo, acariciando el cabello de JiHoon.

-Gracias-él le sonrió dejándole un suave beso en los labios-no quiero ser cruel, seré demonio pero no me gustaría ilusionarte.-él rio.

-Descuida, no lo estás haciendo. Creo que es una costumbre que tomé luego de lo que pasamos. Pero no le tomes importancia. Además un beso en los labios no siempre es de pareja, los humanos no lo ven así, pero un beso en los labios se puede dar entre personas que se quieren realmente. Y yo te aprecio, sacando de lado lo que hicimos, aunque quizás tú no lo hagas.-Jin le devolvió el beso.

-También te aprecio, descuida.

Ángel&Demonio

Viernes 30 de marzo de 2018. Seúl, Corea del Sur.

Seok Jin lanzó su cabeza hacia atrás al sentir la boca de JungKook rodeando su pene con maestría. Subía y bajaba mientras él sostenía su cabeza, apoyado contra la pared del pasillo. No habían llegado al cuarto, pero ¿acaso importaba? Claro que no. Ellos sólo querían sentirse completamente y en este momento el demonio quería seguir sintiendo esa boca saborear su miembro mientras el movía la cadera para embestirlo.

-Esa boca no es la de un Serafín, JungKook-él le dedicó una mirada juguetona y Seok Jin no pudo evitar recordar que eran hermanos, ambos hijos de Lucifer.

Lo separó de su miembro, levantándolo y azotándolo contra la pared.

-¿Qué haces? Quería seguir chupándote más.-los labios de Kook estaban rojos e hinchados, sus ojos brillantes y un hilo de saliva cayendo por su mentón.

Jin mandó sus pensamientos lejos para besar con furia al Serafín, quien correspondió con la misma pasión, aferrándose a él y sonriendo.

Bajó sus manos, pasándola por debajo de la tela de la ropa interior, lo único que conservaba JungKook mientras él ya no tenía prenda alguna. JungKook se había encargado de desnudarlo por completo, tocándolo y besando cada parte de su cuerpo con verdadero deseo. Dejó que lo marcara, borrando cada zona ya marcada por JiHoon, dejó que lo besara y lo enloqueciera como en aquellos viejos tiempos donde se veían a escondidas para tener sexo hasta el cansancio.

-Métela, sin preparación, sabes que me gusta así-murmuró Kook contra sus labios, arañando su espalda y haciendo que el demonio que residía en su interior despertada destrozando la ropa interior.

Sus colmillos y garras comenzaban a crecer, incluso sus orejas cambiaban. Su piel amenazaba con volverse blanca, con esas marcas negras que parecían tatuajes. Si no se controlaba su transformación pronto se daría y sabía lo que eso significaba. Su miembro se haría más grande, por lo que metérsela sin preparación a JungKook sería mucho más doloroso que en su forma humana. Nunca lo habían intentado así anteriormente, siempre se había asegurado de no hacerle gran daño durante el sexo, pero ahora comenzaba a dudar, quería dejarse llevar y romper a Kook.

El Serafín lo vio dudar en medio de su transformación, así que tomó su pene para masturbarlo con fuerza y besar su cuello con ganas, buscando que se transformara por completo.

Y lo logró, pronto Seok Jin se transformó en demonio, con su cabello incluso más largo y los ojos como dos rubís. Lo único faltante eran las negras alas de murciélago.

-Deberás prepararte, con estas garras no podré.-murmuró antes de darle un furioso beso en la boca.

Al separarse JungKook sonrió, mordiéndole el labio inferior y acariciando su miembro.

-Métela así, quiero sentirte así de grande en mi interior.- ¿Qué tan masoquista podía ser Kook como para pedir algo así? En todos sus años como demonio jamás había estado con alguien de esa forma.

-No sabes lo que dices, no es lo mismo así que en mi forma humana-el Serafín sonrió de lado, dándose la vuelta y alzando el trasero.

-Sé lo que quiero, métela, ahora.-pidió y Jin cada vez se sentía más débil como para negarse.

Sin embargo, no lo embistió, en su lugar se arrodilló frente a él y con sus manos separó ambas nalgas para lamer con deseo el agujero de Kook, sintiéndolo gemir su nombre. Su lengua lo embestía y su boca succionaba, mordiendo en ocasiones la blanca piel de las nalgas mientras sus manos apretaban con demasiada fuerza, en ocasiones arañándolo y dejando ligeras marcas rojas de las cuales caían gotas carmesí.

-¡Seok Jin! ¡Métela!-pidió en un gemido.

Jin se levantó, dándole una nalgada que dejó su mano marcada en rojo antes de adentrarse de una sola vez en el interior del Serafín. Este se arqueó notablemente, jadeando y abriendo los ojos. No le sorprendió que la sangre comenzara a descender de sus piernas. Se sintió loco al excitarse más con eso, inconscientemente dio una embestida que hizo a JungKook jadear mudamente, sin aliento.

-Tú lo pediste, mi amor.

No quiso esperar, Kook lo había pedido y aunque quería controlarse, sabía que no podría. Así que movió sus caderas, sintiendo con satisfacción la sangre lubricar la entrada haciendo sus movimientos más rápidos y certeros. Entrando y saliendo sin control, sintiendo los quejidos del Serafín quien no llegaba a hablar, parecía estar sin palabras mientras él se encargaba de sentir placer.

Mordió el cuello y los hombros de Kook, clavando sus colmillos y dejando unas marcas. Era gratificante poder follárselo de ese modo. Siguió moviéndose, oyendo palabras sin sentido de parte de JungKook.

-¿Qué ocurre? Habla claro-dijo deteniéndose de repente, pensando que eso era lo que quería para tomar aire y continuar.

Pero él movió la cadera hacia atrás, indicándole que estaba equivocado.

-M-más...-murmuró haciendo la cabeza hacia atrás, su brazo tomando la cabeza de Jin-m-más...por favor...

-Pequeño masoquista-susurró divertido antes de volver a embestirlo, escuchándolo dar pequeños gemidos rotos, moviendo la cadera para sentirlo más profundo.

El piso del pasillo comenzó a mancharse de sangre pero no se fijaron en eso, siguieron perdidos en su placer hasta que Kook se corrió contra la pared unos minutos antes que Seok Jin, quien salió de su interior y se corrió sobre el trasero del Serafín, gruñendo roncamente.

Las piernas de JungKook fallaron pero antes de que cayera lo tomó de la cintura. Lo dio vuelta y lo besó sin importar que no recuperara el aliento, lo que causó que, al separarse, él diera bocanadas de aire, lanzando la cabeza hacia atrás.

-Maldición...-susurró-Jinnie...eso...fue genial.

-Y no ha sido todo, Kookie-murmuró tomándolo del cabello para que lo mirara-de aquí no te vas hasta que esté satisfecho.

JungKook sonrió divertido, lamiéndole los labios y sosteniéndose de sus hombros.

-Entonces vamos, Jinnie. Permíteme satisfacer tu deseo completamente.

No sé...pero JungKook me hizo doler el culo...lo siento por decirlo así u-u

Este Serafín es peor que un demonio con el dolor ._. me di cuenta que este fic es el primer jinkook con un lemon tan extremo (Entre rejas y hormonas no cuenta porque no era extremo) Y me di cuenta que se me hace más facil para escribir...debe ser por lo sencillo y crudo XD no sé. 

Espero que les haya gustado! nos vemos! besos💋💋💋

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