Capítulo 9

Por estas calles es una telenovela venezolana producida por el canal RCTV Creada originalmente por Ibsen Martínez, se emitió en dicho canal a las 9:00 p. m. durante dos años, entre 1992 y 1994.

Franklin Virgüez interpretó a Eudomar Santos, en dicha telenovela e hizo un excelente personaje que aún es popularmente conocido por las frases "¿Qué es lo que está pa' sopa?" y "Como vaya viniendo, vamos viendo"

María Victoria Araujo se encontraba acostada en su cama, acariciando su vientre, desde que se había enterado de que iba a ser madre sentía, la vida adquirió otro sentido para ella.

Allí, recostada en la pequeña cama individual que tenía que compartir con Verónica, no se podía decir que en la quietud de la noche porque los ronquidos de Julio que dormía tranquilamente en la sala en un chinchorro*, perturbaba el silencio nocturno, era un calvario que muchas veces no dejaban dormir a las mujeres, pero esa noche en particular todas dormían plácidamente, excepto ella que el sueño se le volvió esquivo; Vicky recordó su vida en Caracas en las tardes que pasaba conversando con Pamelita de diversos temas y soñaban como sería su futuro.

—Ay, no chama, yo no pienso casarme sino hasta los 30 años o quizás más, no quiero amarrarme a un hombre tan joven —decía Pamela mientras le daba un sorbo a su malta fría y se metía en la boca un puño de pepitos. —Mira a mi mamá, amargada todo el tiempo renegando de haberse casado y llenarse de hijos, reprochándonos a todos, que nadie le agradece por lo que hace, que ella es el eje central de la familia, que si se va de la casa nosotros nos volveríamos locos y bla, bla, bla... Si me va a tocar eso, pues que sea cuando haya disfrutado bastante.

—Yo tampoco quiero casarme, solo deseo un novio muy rico y guapo que me lleve a recorrer el mundo y ya luego como dice el malandro de Eudomar Santos "como vaya viniendo vamos viendo" claro primero tengo que graduarme porque así lo exige don Antonio y que lo haga con honores.

Las dos soltaron unas carcajadas.

—Tu papá es muy inocente, si tú casi no entras a clase.

—Él no tiene por qué saber —dijo Vicky esbozando una sonrisa, mientras le daba una mordida a su cocosette—Como te decía, es más, no creo que me case algún día, no me veo siendo la mujer de nadie y menos teniendo hijos, por favor, es que ni soporto a los niños, cuando llegan las amigas de mi tía con sus hijos a la casa, me da de todo, son llorones, tremendos, malcriados... ¿Puedes creer que el hijo de Marlene me rompió mi diario y rayó las paredes de mi cuarto? No, imposible, no quiero bebés, ni en mil años.

María Victoria sonrió al recordar sus palabras, la vida daba tantas vueltas, porque no solamente se casó y lo había hecho feliz y enamorada, aunque únicamente eran por su parte esos bellos sentimientos, sino que ahora se encontraba llevando un bebé en su vientre de ese hombre al que amaba y odiaba con la misma intensidad.

Inmediatamente, su mente la llevó a una de esas tantas noches en Los Sauces.

María Victoria había discutido con Luis Fernando porque lo vio hablando con la víbora de Alecia, ella no deseaba que esa mujer se le acercara ni a medio kilómetro a su marido. Para darle una lección decidió que esa noche no dormiría con él, que se llevaría una gran sorpresa cuando entrara a la habitación.

Le pidió a la cocinera de Los Sauces que su hija la acompañara a dormir, porque tenía mucho miedo. Una mentirilla piadosa.

—¿Y el patrón no se pondrá bravo, cuando llegue a dormir y vea a la niña allí?

—Que va, él dormirá en la habitación de invitados, estamos disgustados, además quiero practicar unos trenzados en el cabello de Ofelia, que tiene un pelo hermoso.

La mujer, poco convencida, le dio permiso a la niña que estuvo más que encantada de acompañar a la patrona, Vicky le tejió el cabello, le hizo un trenzado precioso, le dio galletas con leche y hasta un cuento se inventó, sabía que esa noche Luis Fernando llegaría algo tarde. La Ofelia parlanchina se quedó al fin dormida y ella intentó hacer lo mismo.

Era casi la medianoche cuando sintió que la puerta se abrió y Vicky sonrió, en el instante en que su esposo encendió la luz y encontró a Ofelia en la cama.

Él frunció el ceño.

—Lo siento, tendrás que irte a dormir en la habitación de invitado, la niña se ha quedado dormida. —Dijo Vicky con sarcasmo, creyéndose ganadora en el juego.

Luis Fernando se le quedó mirando, luego salió del cuarto sin cerrar la puerta, Vicky se levantó de la cama y esperó un rato luego, en el momento que se disponía a cerrarla lo vio aparecer con el padre de la criatura.

—Llévate a la niña. —Ordenó Luis Fernando en tono serio.

—Como usted ordene patrón. —Dijo el hombre rápidamente.

—No, Ofelia se queda. —Se interpuso en el camino, pero el padre de la niña la esquivo y cargó a la chica.

El hombre pasó por su lado, Ofelia ni se enteró de lo que sucedió.

Luis Fernando cerró la puerta y echó el cerrojo sin apartar los ojos de Vicky. Luego se acercó despacio a ella. Le acarició el rostro y la tensión que él sentía disminuyó al tocarla. Ella lo miró a los ojos. No se movió. Él esbozó una tímida sonrisa antes de posar las manos en sus pechos

—¿Crees que exista algo que pueda impedirme que yo te haga mía cada noche? ¿Piensas que puede interesarme otra mujer? Cuando lo único que pienso es tener a mi potra zaina en mis brazos. —Esa voz ronca y la dulzura con la que hablaba la dejó sin palabras. Vicky Contuvo la respiración al sentir cómo las manos fuertes y varoniles de él, le acariciaban sus pezones erectos a través de la delicada seda que era su bata. Luis Fernando volvió a sonreír y le rodeó el cuello con las manos, apretándolo ligeramente. Lentamente, quitó los tirantes del camisón y este resbaló por la piel de su esposa, dejándola completamente desnuda. Retrocedió un paso y la contempló, y la velocidad de su pulso se incrementó al igual que el de ella.

Luego volvió a acercarse y la tomó en sus brazos. La besó ansiosa y profundamente, y la ardiente presión de su boca la hizo delirar. El beso era tan excitante como la firmeza de su cuerpo contra el suyo desnudo. Le acarició la espalda con delicadeza y le rodeó el cuello con las manos, mientras ella sofocaba un débil grito de rendición y deseo.

Él la cogió en brazos y la llevó a la cama. Movió los labios y las manos sobre María Victoria, le susurró una y otra vez cuanto la quería, dulces palabras, que prendieron fuego en su interior.

Desnuda y estremecida de deseo, sintió que amaría a ese hombre toda la vida... Que Luis Fernando no solo le daba el placer más grande que había conocido en su vida. Si no que la amaba tan intensamente como ella a él, era un amor tan profundo que era como morir y volver a nacer.

—Mentira, todo era una vil mentira —susurró sollozando —Te odio, Luis Fernando Montenegro, te odio.

María Victoria se quedó dormida, mas su almohada húmeda reveló que todavía su corazón sufría por su traición.

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La mañana eran fatal para Vicky, ya que los olores fuertes causaban estragos en ella, las primeras horas del día las pasaba en el baño.

Luego comía solo galleta de soda, que era lo que toleraba, ya en horas del mediodía eran los calditos de pollo de su nana que la devolvían a la vida, se encontraba más delgada y ojerosa, porque era muy poco lo que retenía en su estómago.

Las primeras horas del día eran agitados, Consuelo y Dolores se encargaban de hacer las empañadas mientras que Verónica preparaba el café y los jugos, Julio era el gran mesero y Vicky era la que por el momento atendía a los clientes.

Abrieron las puertas de humilde localcito, Julio lleno de ánimo, como todos los días comenzó a barrer, mientras cantaba y agarraba a la escoba de pareja de baile.

Los llaneros somos lazos de historia, de enlazar ganado violento.

Venga y ensille esta mula, primero póngale el bozal y tráigala con el cabresto,

Aprenda viejo Raúl que se ve que tienes talento.

Móntese por el lado izquierdo pa' que no le mamen el gallo* aquel poco de babiecos*.

Porque es muy triste Raúl ser el payaso del cuento.

María Victoria mientras limpiaba las mesas no pudo contener la risa y más cuando la canción la había adaptado para poner a su archirrival Raúl en ridículo, el tal enemigo de Julio era un vendedor de dulce del lugar que no podía ver que alguna muchacha se le acercara porque enseguida venía a Raulito a enamorar a la jovencita en cuestión.

—Pobre Raúl le deben estar picando las orejas. —Comentó Vicky, mientras ponía servilleta en los centros de mesa.

—Eso le pasa a la gente abusadora, patroncita.

—No sé por qué te molestas, que importancia que él enamore a alguna jovencita, si tu gran amor está en San José.

—Las muchachas de aquí soy muy querendonas conmigo, pero eso sí solo amigas, ese Raúl es un zamuro.

—Más te vale que sean amigas, porque te observo con mucho detenimiento y ay de ti, si te veo con bochinchitos con algunas de esas amiguitas.

—Patroncita déjese de estar agarrando tanta rabia, mire que el catirito le va a salir bien resabiado.

—Resabiada, me voy a poner yo, ya lo sabes —Le advirtió Vicky— ya me imagino a la tonta de Elenita que es casi una santa, esperándote para que te cases con ella y tú aquí de pica flor.

—Pero si yo también soy un santo, que le haya dado un besito en la boca a Rosita no... —Julio se tapó la boca con las dos manos porque se dio cuenta de que había hablado de más.

—¿Julio Bernabé Perez, tú te besaste con Rosita la hija de Doña Crucita? —Le preguntó Vicky con las manos en la cintura.

—Escuche patroncita, me están llamando, ahora vuelvo —el hombrecillo salió corriendo.

María Victoria se quedó mirando hacia donde corrió el hombrecillo y por más que intentó ponerse brava con Julio, le fue imposible.

Más tarde, cuando él regresó, no se salvó de un enorme pellizco en el brazo de su patrona y de una cantaleta de todas las mujeres de la casa, el pobre no podía abrir la boca porque si lo hacía se ganaba un escobazo por infiel.

La mañana fue muy concurrido como siempre, la marea comenzaba a bajar a casi al mediodía, para luego empezar con la locura del almuerzo.

Julio fue a hacer unos mandados, mientras que Vicky preparaba nuevamente el sitio para la hora de la comida.

Estaba limpiando una mesa, cuando sintió una presencia pararse en la entrada del local, ella se encontraba de espalda, su cuerpo se puso en tensión, percibió que la observaban y de repente le llegó un aroma que conocía perfectamente, pero negó esa posibilidad, debía ser una casualidad, no podía ser él, era imposible, se tranquilizó y lentamente se dio la vuelta con una sonrisa para recibir a quien sea que estuviera mirándola. En el momento en que lo hizo y sus ojos se encontraron con dos zafiros gélidos. Su corazón se detuvo.

* Mamar gallo: Tomar el pelo, burlarse de alguien, decir algo que no es verdad para reírse de la reacción de quien escucha. Uso: coloquial, jocoso.

*Babieco: Es aquella persona tonta, o que le pasan cosas malas por confiar de más.

* Cocosette: El Cocosette salió en 1956 por primera vez en Venezuela por Nestlé Savoy y desde sus inicios hasta la actualidad es considerada una de las chucherías más deseadas por todos los venezolanos. Muchos prefieren la Susy, pero todos sabemos que no tienen nada que ver, excepto por la galleta y la forma rectangular, el Cocosette tiene un sabor a coco que lo ubica en uno de los mejores puestos en la caja de recuerdos.

*Malta Maltin Polar: es una bebida de malta carbonatada venezolana que no contiene alcohol y que se ha ganado un puesto en el corazón de Venezuela. No hay una hora específica para disfrutar de una rica Malta, suele estar presente en el desayuno, almuerzo o cena.

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