Capítulo 31
RCTV (acrónimo de Radio Caracas Televisión) fue un canal de televisión abierta venezolano fundado el 15 de noviembre de 1953 y el más antiguo del país. Canal donde salieron las mejores telenovelas emblemáticas de Venezuela.
Al despertarse ya Luis Fernando no se encontraba y no pudo evitar sonreír, se giró para acariciar el lugar donde él había dormido y tomó su almohada e inhaló su aroma que tanto la desquiciaba y que alborotaba cada partícula de su ser.
Esa mañana su ánimo era alegre, se repetía una y otra vez que Luis Fernando nada tenía que ver con su felicidad interna, sino más bien porque se encontraba viva y que la víbora de su suegra no había cumplido con su cometido ya que Vicky estaba completamente segura que ella intentó asesinarla.
Una vez vestida salió de su habitación y se fue directamente a la cocina donde sabía que encontraría a Julio.
—Buenos días— saludó a las mujeres que ya se hallaban allí, por supuesto el chisme del ataque se había corrido por toda la casa.
—Buenos días, señoras ¿Cómo se encuentra? —Le preguntó la cocinera.
—Me encuentro de maravilla —contestó sonriendo.
Julio que estaba desayunando se levantó rápido de la mesa y se le acercó.
—Patroncita que bueno que usté está bien, yo estaba muy preocupao, pero el catire me dijo, que no le había pasado na'.
Vicky sonrió.
—Si Julio gracias a Dios solo fue un susto, he venido a buscarte porque tú y yo tenemos un asunto pendiente.
El hombrecillo se asustó.
Una vez que salieron de la cocina.
—Ahora el catire si me va a matar, ese no va a querer que uste' salga después de lo de anoche.
—Tengo que salir, pero tienes razón no puedo meterte en ese asunto, solo consígueme un caballo sin levantar sospecha.
—Pero el catire...
—El catire nada — lo amonestó enojada — obedéceme que no estoy para jueguitos.
—Está bien no se me ponga bravita, ya le consigo en caballo espéreme por el corral de las gallinas.
—Allí te esperaré.
Iba saliendo de la casa cuando se encontró con Micaela.
María Victoria se le acercó con una amplia sonrisa.
—No te hicieron bien el recadito suegrita, aquí me tienes más viva que nunca.
—Yo no tengo nada que ver en eso. —Micaela la vio con altivez.
—Tus mentiras se las dirá a quién te crea, porque yo sé muy bien que tú estás detrás de ese ataque, pero tengo que agradecerte que hayas hecho eso, porque has colaborado enormemente con la relación de tu hijo y yo.
—¿De qué hablas estúpida? — Le preguntó Micaela con arrogancia.
Vicky se tocó el pecho y puso cara de asombro.
—¿Me has llamado estúpida? Creo que ese término te vas más a ti, que gracias a tu gran colaboración mi esposo y yo pasamos la noche juntos, no sabes lo rico que la pasé.
—¿Se acostaron? — Esta vez la arrogancia le dio paso a un tono de preocupación.
—Somos esposo Micaela, es algo normal que un hombre como Luis Fernando se acueste con su esposa, te imaginas a lo mejor dentro de poco, correrán niños por la hacienda, ya me los imagino con sus cabellos rubios y rizados haciendo travesuras, quiero tener unos mellizos en los Araujo eso es común.
—Eso nunca, nuestra sangre jamás se mezclará con la basura de ustedes.
—Es una lástima que quizás ya sea demasiado tarde. —Respondió Vicky riéndose. — Ya me imagino a un Luisito y un Fernandito llamándote abuelita, abuelita...
—Eres una maldita.
—No tanto como tú suegrita. — Le guiño el ojo y salió aun riéndose.
Vicky continuó su camino y se fue a donde le indicó Julio, esperó unos minutos, sintió que alguien llegaba, pero no era el hombrecillo sino su cuñada.
—¿Hada que haces aquí? —Vicky la vio de arriba abajo, iba vestida con unos jeans, botas de cuero, una camiseta rosada y el cabello recogido en una coleta.
—Voy a ir contigo. —Afirmó la joven.
—No puedes venir conmigo, no quiero problemas con tu hermano y mucho menos deseo que tu madre te haga lo de la última vez.
—Micaela no sabrá nada, ya que ella no entra nunca a mi habitación y ya desayuné, en la única vez que Amelia va a mi cuarto.
—No sé, con lo que ocurrió la última vez, no quiero arriesgarme, además yo no voy al pueblo, yo voy a El Morichal y ese es el último lugar al que tú debes ir.
—¿Por qué? —preguntó asombrada.
—¿Cómo que por qué? Eres la hija de ese demonio, los Montenegro no son muy bien recibidos en mi casa.
—No te preocupes, nadie allí me conoce y quiero ir a El Morichal porque deseo ver a Verónica.
—¿Tú conoces a mi prima?
—Claro es mi mejor amiga y no la he visto desde hace mucho tiempo, por favor no me digas que no —Hadassah le puso cara de cachorrito abandonado y Vicky no pudo negarse.
—Está bien, solo espero que el demonio de tu madre no se entere.
Julio se apareció con dos animales.
—Aquí está patroncita.
—¿Por qué dos? — Le preguntó Vicky.
—Porque yo voy a ir con usté —dijo en tono alegre hasta que vio a Hadassah. —Ay no ¿la niña jadasaaa va a ir?
—Si Julio voy a ir ¿Cuál es tu problema? —Le preguntó la joven con la mano en la cintura.
—El problema es que ustedes van a ser las culpables de la muerte de este pobre hombre, patroncita ni siquiera me he bautizado.
—Ahí ya Julio deja el melodrama — Le reprochó María Victoria — cuando vaya a caracas te voy a llevar para Radio Caracas Televisión para que trabajes en dramáticos porque Dios mío, todos los días es una telenovela distinta contigo.
Hadassah se rio de las ocurrencias de su cuñada.
Vicky y la joven se montaron en la yegua mientras que Julio en el otro caballo y salieron al galope a El Morichal.
Media hora después entraban en los terrenos de los Araujo, como María Victoria sabía que Julio no era bien recibido, lo dejó afuera de las tierras con el caballo.
—Patroncita yo no puedo dejarla sola.
—Tienes que quedarte aquí mi padre no puede verte, él sabe que tú trabajas para los Montenegro y créeme que si te agarra ni yo te voy a poder salvar.
—No es bueno que ustedes vayan, solas.
—Es mi casa Julio, nada va a ocurrirme y menos a Hada, en una hora estaré aquí.
—Si no regresa en ese tiempo, me devuelvo a Los Sauces y le informo al catire.
—Está bien, pero no será necesario y para que veas que soy buena contigo, enviaré a alguien que te haga compañía.
—¿A quién?
—Espera y verás, eso si te me comportas, no quiero que te pases de listillo.
— ¡Gua! patroncita yo soy un hombre decente.
—Eso espero Julio.
María Victoria y Hadassah entraron en la casa sin ser vista, fueron directo a la habitación de Verónica. Esta al verla se sorprendió sobre todo al ver a su amiga justo allí.
—¡Oh Dios mío! —Exclamó con sorpresa —¿Qué haces aquí? —Le preguntó a la joven Montenegro.
—Vinimos a visitarte prima, Hada tenía ganas de verte.
Las jóvenes se abrazaron emocionadas.
—No es bueno que mi tío te vea —le dijo a Hadassah tomadas de las manos.
—No la verá —contestó Vicky —te quedarás aquí hasta que venga a buscarte —le habló a su cuñada que asintió emocionada.
María Victoria salió de la habitación y se fue hasta la cocina, al ver a su nana no aguantó la emoción y corrió a sus brazos.
—! Oh mi Dios amado! Mi amor que alegría le has dado a esta vieja. — Dolores la apretó muy fuerte.
—Nana no sabes cuanta falta me has hecho —Todos esos sentimientos que tenía salieron convertidos en lágrimas —te he extrañado tanto.
—Mi niña esta vieja no ha sido la misma sin ti mi muchachita, varias veces he querido irme a Los Sauces y sacarte de allá, pero tu hermano me ha detenido y me ha consolado ¿Cómo te han tratado? ¿Te escapaste? Yo tengo unos churupitos* guardados vámonos mi niña, deja que todos estos miserables se maten, tú no tienes naitica que hacer entre tanta gente mala.
—No me va tan mal allá y no me escapé, vine a visitarte porque quería verte, no puedo escapar nana, recuerda que estoy casada.
—Si de ese desgraciado ¿cómo te trata? ¿Se ha atrevido a levantarte la mano? Porque si lo ha hecho te juro Vicky que soy capaz de agarrar la escopeta de tu hermano y echarle uno cuantos tiros.
—Nana, pero que cosas dices, Dios mío hablas como una malandra del 23 de enero.
—Esos infelices Montenegro lo que merecen es plomo y más ese sinvergüenza que te engañó.
—Luis Fernando no me ha pegado y no me trata mal y no quiero que andes por ahí con ninguna pistola.
—¿No me digas que sigues enamorisquiá de ese hombre?
—Por favor nana ¿Cómo crees eso?
Dolores la escudriñó con la mirada.
—Tú a mí no me engañas.
—He venido a visitarte para que me consientas no para que me des la misma lata de siempre... Por cierto, donde está Elenita.
—Aquí estoy señorita.
—No pierden la maña ustedes, de estar escuchando todo —La reprendió Vicky —Ve y lleva unas galletas y un jugo de limón a la salida de la hacienda, Julio me está esperando allí, hazle compañía hasta que yo llegue.
Elenita era una muchacha regordeta, morena, de cabello, negro largo y liso que al escuchar el nombre de su pretendiente se le iluminaron los ojos y enseguida hizo el recado que le envió Vicky.
—¿Cómo han estado las cosas por aquí nana? — Le preguntó a la mujer.
Dolores sacó a todas de la cocina y se quedaron solo ellas dos.
—Tu padre se ha vuelto loco con esto de tu casorio, ahora se le ha metido en la cabeza casar a tu prima con el Gallardo.
—¿Qué? Y ¿Andreína aceptó eso?
—Ninguna Andreína, quiere casar a la monjita y hasta le ha prohibido que vaya a la iglesia y le quemó el hábito —Dolores se persignó. —A tu padre se le ha metido el demonio adentro.
—¿Va a casar a Verónica? — Preguntó sin poder creerlo.
—Si y la ha amenazado y que si no lo hace la echará a la calle y se desquitará con su madre, por lo que la muchachita no haya que hacer.
—Él no puede hacerle eso a Verónica, no es justo.
—Mi niña tu padre no es justo ni durmiendo, ahora a la Alecia la quitó de los quehaceres de la casona y prácticamente la ha puesto como la señora de esta casa.
—¿A esa sucia?
Dolores asintió.
—Tu prima Andreína y ella han tenido fuertes agarrones, porque si la vieras, se cree de mejor familia, hasta conmigo la ha agarrado, yo tengo que permanecer aquí por no puedo andar por la casa.
—¿Cómo es la cosa? — Preguntó Vicky y Dolores se arrepintió de haberle dicho.
—María Victoria, no quiero que vayas a armar un alboroto, la situación aquí está muy complicada para que vengas a hacer uno de tus berrinches.
—Nana, ningún berrinche, esa Alecia se ha atrevido a meterse contigo y eso es algo que no lo voy a permitir, esa cachifa arribista se va a enterar quien es María Victoria Araujo.
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Mientras tanto en el otro lado de la casa Verónica le contaba a su mejor amiga las intenciones que tenía su tío.
—Ese hombre es igual que Micaela, quizás por eso se odian tanto porque en el fondo están hechos con la misma maldad.
— Mi tío es malo y mi madre lo apoya, y sabes él me ha dicho que, si no lo hago, la va a matar y yo le creo, pero mi mamá dice que yo estoy mintiendo y que su amado Antonio lo que quiere es lo mejor es para mí.
— Pero ¿Qué les pasa a las mujeres? ¿Cómo no puede apoyarte?
—No sé qué hacer — dijo Verónica angustiada — yo no puedo casarme con ese hombre.
Hadassah se quedó pensativa por unos minutos hasta que por fin habló:
—Hay que decirle a Vicky, estoy segura de que ella hará algo y no dejará que su padre te haga esa maldad.
Verónica negó con la cabeza.
—Pero si Vicky está peor.
—En eso te equivocas si hay alguien quien tiene al toro agarrado por los cuernos es tu prima.
—¿Tú crees que ella pueda ayudarme? — Preguntó incrédula.
—Estoy segura... Vamos a llamarla y contarle lo que está sucediendo.
Verónica sintió que tal vez no todo estaba perdido.
—Si estás tan segura quien soy yo para contradecirte, hagámoslo nada pierdo con intentarlo.
Hadassah sonrió y abrió la puerta de la habitación para salir con Verónica a buscar a su cuñada, se encontraba mirando a su amiga por lo que no se fijó que alguien estaba del otro lado, solo fue consciente cuando chocó con un poderoso torso y al subir la mirada se encontró con unos preciosos ojos que conocía a la perfección, se quedó sin aliento al ver a Alejandro Araujo frente a ella.
Mis amores nos vemos el lunes, espero consentirlas con dos capítulos
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