capítulo 19
Quesadillas de Corozo Pando
La quesadilla es un pan dulce, relleno o cubierto de queso, probablemente de origen español, cuya preparación se esparció rápidamente por América Latina. Tal y como ha ocurrido con otros platillos, en Venezuela ha surgido una importante cantidad de variantes de la receta original, adaptada siempre a las costumbres de cada región y a los productos más comunes de la zona.
Al terminar de hablar con Luis Fernando, ella retomó la búsqueda de su prima, tenía venganzas en mente y no se decidía cuál ejecutar, al fin visualizó a la joven que llegaba de cabalgar y procedía a acicalar a su yegua.
—Hasta que te encontré. — Le dijo.
—¿Para qué soy buena? —Le preguntó su prima con las manos en la cadera y con la mirada altiva.
—Debes estar feliz disfrutando de lo que hiciste ayer.
—Yo no tuve nada que ver en lo que pasó, yo mis asuntos los arreglo de frente.
—¿Y piensas que te voy a creer? Me amenazas y al día siguiente me encuentro con todas mis cosas destrozadas ¿No es mucha casualidad?
—Ya te lo dije, no fui yo, eres tan creída y altanera, que de seguro ya te has ganado un montón de enemigos.
—Aquí la única que me ha declarado la guerra eres tú, pero me cansé… No pienso aguantar una más de tus idioteces, ni tus amenazas. Tú no me conoces querida primita. —Vicky se le encimó.
—Tú tampoco me conoces, así que ya somos dos. —Andreína levantó el mentón y no retrocedió.
—Yo no amenazo, yo actúo, esa es la diferencia entre tú y yo.
Dolores salió a buscar a María Victoria y la vio con su prima, de inmediato fue hasta ellas para evitar una contienda, porque ese par de hienas estaban lista para lanzarse a la yugular.
—¿Qué les dije a ustedes dos la última vez? —le preguntó la mujer en un tono autoritario que hizo que las dos abandonaran de inmediato la pose combativa.
—Nana estábamos hablando cordialmente ¿No es así? — le preguntó a Andreína.
La joven asintió, sabiendo que la vieja Dolores era muy capaz de cumplir lo que dijo y lo último que deseaba era estar amarrada en el medio del patio donde todos la verían, perdería todo el respeto que había ganado.
—Charlábamos de lo bien que lo está pasando Vicky, que ya se ha adaptado a su nueva vida.
—Claro nanita, Andreína y yo estábamos conversando con la mayor tranquilidad.
—Ah bueno porque ya iba a mandar a buscar la cuerda y hoy es un buen día ya que hay bastante movimiento en la hacienda.
—Nana tú siempre pensando en castigos, mejor dejemos que la prima termine con su yegua y nosotras nos vamos a la cocina para que me enseñes a hacer unos postres. —La tomó del brazo y se giraron para caminar hacia la casa.
—¡Gau! ¿Y desde cuándo tú quieres aprender a cocinar?
—¿Tú no siempre me andas dando lata que debo aprender a hacer de todo? Pues ahora quiero que me enseñes a realizar un postre rico, nada más eso, no te entusiasme que me voy a convertirme en una cocinera profesional.
—¿Pero si tú no pruebas los dulces porque y que te engordan?
—¿Nana, quien te entiende?
—Tú estás muy rara, te conozco, me ocultas algo importante y eso no me gusta naita.
—Siempre pensando mal, ve adelantándote que voy un momento a mi habitación y luego te alcanzo en la cocina.
Dolores entrecerró los ojos viendo como la esquivaba.
Vicky entró a su habitación antes de que su nana le sacara toda la verdad, además quería ver la sorpresa de Luis Fernando.
Arriba de la cama se encontró con un estuche pequeño de terciopelo azul se acercó y lo abrió, había un par de anillos de oro preciosos, cada uno llevaba grabado en su interior unas iniciales en uno LG y el otro M, pensó que hubo un error en el de Luis Fernando que quizás con la premura lo grabaron mal, sonrió cogió el que le pertenecía a ella y se lo puso en el dedo, le quedaba perfecto. Luego, se lo sacó y lo guardó de nuevo en la cajita que la escondió celosamente para que nadie la encontrara. Al lado del estuche se encontraba una nota.
“Estos anillos son el símbolo principal de nuestra unión”
L F.
Vicky suspiró completamente enamorada, feliz.
****
Los dos días que faltaban para su matrimonio se hicieron eternos, para no pensar tanto, aprendió con Dolores a hacer unas quesadillas de Corozo Pando, quería un día sorprender a su esposo preparándole un rico postre. Su nana no dejaba de mirarla de forma extraña sabiendo que algo tramaba y el mal presentimiento no se alojaba de la mujer, por eso no le quitabas los ojos de encima.
María Victoria se disculpó con Verónica por no poder acompañarla, le explicó que no podía salir por su seguridad. La joven no lo tomó a mal, después de eso Vicky siguió cultivando la amistad con su prima porque le caía bien, no como la ponzoñosa de Andreína.
Vicky volvió a ver a su padre esa tarde, cuando la obligó nuevamente a soportar la presencia de los Gallardos solo que esta vez, fue en El Morichal, ella para no poner en Alerta a Antonio soportó aquella horrible reunión. Y Cada minuto se convencía de que su lugar era con Luis Fernando porque con el bobalicón de Patricio no deseaba ni siquiera un simple saludo, al menos esa noche no tenía la horrorosa sustancia en su boca.
Su padre quería congraciarse con ella, había mandado a Alecia a una casita que quedaba dentro de las tierras, pero alejada de la casona, para que ya no anduviera enojada. Mas el daño ya estaba hecho.
Todo el mundo comenzó a preguntar por el capataz quien desapareció de manera sorpresiva.
Andreína vagaba como un alma en pena por la hacienda, ni siquiera disimulaba la atracción que sentía por el catire.
Vicky, en cambio, estuvo tranquila porque confiaba plenamente en él. Solamente Julio al parecer sabía el paradero de Luis Fernando. Ya que, a tan solo un día de su boda, secretamente le entregó varios paquetes, en uno se encontraba un hermoso vestido blanco de finos tirantes de cuello en V con un lindo encaje en la cintura, en las otras bolsas había, blusas, pantalones, shorts y demás prendas y no eran baratas, eran de muy buena calidad. Por un lado, se sentía feliz y completamente enamorada, pero por otro se preguntaba de donde Luis Fernando sacó dinero para los anillos, el vestido y toda la ropa que le obsequió, un sueldo de un trabajador promedio no alcanzaba para comprar aquello. Después de la boda ella y él hablarían seriamente.
****
El día tan esperado había llegado, por medio del mismo Julio, Vicky conoció la estrategia que usarían. Ella se levantó de madrugada se vistió, y tardó en arreglarse, ya que no era cualquier día, era su matrimonio, se recogió el cabello en un moño alto, que le daba un toque sofisticado y se dejó un riso suelto alrededor de su rostro, se maquilló y se colocó su lindo vestido y antes del amanecer, salió de la casa, Julio la estaba esperando, no podían salir por la entrada principal porque serían descubiertos, pero como el hombrecillo era un baqueano* sabía los atajos, las entradas y salidas que nadie conocía de El Morichal.
Llegaron al pueblo de Ortiz a buena hora al registro civil. Menos mal que ella era una mujer práctica y el romanticismo no ocupaba gran parte en su vida, si no se habría llevado una enorme decepción, Julio era su único acompañante, para otra chica hubiera sido decepcionante haberse casado sin sus seres queridos, pero para ella simplemente le daba igual, solo había una sola persona que sí le habría gustado que estuviera, mas de ser así esa boda no tendría lugar, su nana tenía temor a perderla; el día era gris porque amaneció lluvioso, lo único digno de un matrimonio de novela, era el novio que la estaba ya esperando y se encontraba vestido de manera casual con un traje azul oscuro y una camisa blanca sin corbata, si con vaqueros y camiseta robaba el aliento, vestido así se encontraba totalmente irresistible, al verla se acercó.
—Hola —le dijo sonriendo.
Vicky suspiró profundamente, porque la loción o colonia que usó la dejó obnubilada.
—Hola —logró balbucear.
—¿Estás lista? ¿Trajiste los anillos?
Ella asintió.
—Perfecto —dijo con su voz ronca endiabladamente sexy.
Se tomaron de la mano y entraron al registro civil. El lugar se encontraba vació a pesar de que ya era hora laborable, solo el juez municipal que era el encargado de casarlos, era la única persona presente.
Saludó a Luis Fernando con nerviosismo, lo que a ella le pareció extraño. Luego les indicó que para ahorrarse tiempo porque ese día tenía un compromiso muy importante, solamente les leería los deberes conyugales y ya ellos después leerían el acta con mayor tranquilidad.
Luis Fernando Asintió.
EL hombre habló y habló, ella estaba tan nerviosa que no escuchó nada.
—¿Luis Fernando acepta a María Victoria como tu esposa? — preguntó el juez ocultando deliberadamente los apellidos.
—Acepto. —Respondió él.
Luego el juez la miró a ella y le preguntó:
—¿María Victoria aceptas a Luis Fernando como tu esposo?
—Acepto —dijo sonriendo ampliamente.
—Con la autoridad que me confiere la ley los declaro marido y mujer.
Intercambiaron anillos luego, Luis Fernando le acarició la mejilla y le dio un casto beso en los labios, ella deseaba más, pero se quedó con las ganas.
Procedieron a firmar el acta que Vicky no detalló por los nervios, ella solo quería terminar aquello, lo demás se lo dejaba al que ahora era su esposo.
Al salir del registro civil Julio los felicitó, ella se fijó que el semblante de Luis Fernando que era sombrío, no era el relajado y tranquilo el cual ella estaba acostumbrada.
—María victoria quiero que te devuelvas a El Morichal. — Le dijo en tono frío.
Él al ver su cara de sorpresa, él le explicó:
—Solo para que te despidas de tu familia, yo iré por ti más tarde.
—Pensé que ya no regresaría, si descubren lo que acaba de ocurrir mi papá me va a matar. — Respondió ella alterada.
—No se va a enterar — Él la agarró por los hombros y la miró a los ojos— yo hoy iré por ti ¿De acuerdo?
Vicky no se encontraba muy convencida, pero no tenía alternativa.
La despedida fue fría, le dio un beso en la mejilla y se marchó, ella sintió un malestar en su cuerpo, luego pensó que era nervios por la boda y trató de tranquilizarse.
Al regresar con la ayuda del fiel Julio entró a la casona sin ser vista, inmediatamente se cambió de ropa, aunque no se quitó su anillo; el día transcurrió con normalidad, cada vehículo que Vicky escuchaba la hacía sobresaltarse pensado que era él que ya venía en su búsqueda, pero ninguno era él.
La preocupación se apoderó de ella al llegar el anochecer y no sabía nada de Luis Fernando, era la hora de la cena y Vicky no tenía apetito, lo que tenía era una ganas inmensas de llorar, se sentó a la mesa, todo transcurría con normalidad, no faltaba ningún miembro de la familia, Alejandro hablaba con su padre de un ganado que quería comprar, Verónica callada como siempre esperando que le sirvieran, Andreína hablando con Dolores sobre un ungüento de llagas para uno de sus caballos y su tía Carmela, pendiente de que Antonio no necesitara nada y ella con un enorme nudo en la garganta.
De repente se escucharon unos pasos y entonces lo vio y Vicky volvió a respirar y a sonreír, lástima que la alegría le iba a durar muy poco.
Antonio al verlo se sorprendió.
—¿Muchacho donde andabas metido? Pensamos que te había ocurrido algo.
—Tenía asunto que atender —Respondió con frialdad.
—Que bueno que ya llegaste, la próxima vez avisa, no puedes dejarme todo tirado —dijo Antonio que miró a Carmela— busca otro asiento para que Luis Fernando nos acompañe y nos diga si es buena idea el ganado que Alejandro quiere comprar.
—Tengo que rechazar tu oferta Antonio, solo he venido a buscar a mi esposa.
Antonio frunció el ceño de inmediato, primero por la tuteada que le echó su capataz y segundo porque no entendía de que estaba hablando.
—¿Esposa? ¿Cuál esposa? — preguntó.
—¿Estás casado? — Soltó Andreína casi gritando.
María Victoria se quiso morir y Dolores si comprendió a quien él andaba buscando cuando vio la argolla de matrimonio en su dedo.
—Claro que estoy casado ¿No es así mi amor? —Preguntó Luis Fernando con sarcasmo viendo a María Victoria.
Todas las miradas cayeron sobre ella. Vicky no quiso hablar, aquello no era lo que esperaba ni la manera de decirle a su familia.
Su padre se levantó de la mesa.
—¿Qué carajos significa esto? —Le preguntó a Luis Fernando.
—Que mi esposa es María Victoria y vengo por ella.
Su padre la miró sin poder creerlo.
—¿Tú te casaste con el capataz de la hacienda? —Gritó completamente furioso.
—Error Antonio Araujo tu hija no se casó con ningún capataz, ella se casó con Luis Fernando Montenegro el hijo de Gustavo Montenegro, el legítimo heredero y ahora dueño y señor de El Morichal —Dijo Micaela Montenegro que había entrado detrás de su hijo y quien dejó atónitos a todos los presentes.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top