23
No permitáis que la unión de unas almas fieles admita impedimentos.
Magnus y Max llegaron a la posada de Marie. La mujer, al ver a Magnus y al niño, supo que algo pasaba. Le dijo a su marido que resolvería unos asuntos. Luís entendió de inmediato.
Marie les hizo señas a Will, Magnus, Arturo y Max para que la siguieran. Llegaron a la oficina, Max corrió hacia Arturo y lo abrazó, el ex mayordomo le empezó a le decir palabras de aliento y comprensión.
Will le dio a Magnus un abrazo. Magnus se lo devolvió.
-Como te fue...?- empezó a preguntarle Will a su su amigo.
-Descubrí que Maurice es mi padre y los Lightwood siguen prisioneros- dijo Magnus- Hoy no es mi día.
-Lo lamento- respondió Will.
-Cuando me estaban llevando, me ibas a decir eso?- le preguntó Magnus- Que Maurice es mi padre?
-Lo siento- respondió Will- Cuándo fuimos a la casa de tu novio...
-Fueron a nuestra casa?- interrumpió Max- Que tan mal está?
-Todo se quemó, Max- dijo Magnus. El pequeño asintió tristemente.
-Excepto esto- dijo Will. Le alcanzó a Magnus el cuadro de su madre, Robert y Maurice- No sabía que eran tus padres. Pero suponí que la mujer podía ser tu madre, se parece mucho a ti.
Magnus se quedó un rato en silencio.
-Y como escapaste, niño?- le preguntó Marie a Max.
-Iban a ejecutarme- respondió Max- Logré engañar a un guardia y corrí por todo el lugar. Pero me rodearon y salté por una ventana. Caí en un carro lleno de heno y pasto. Pero unos hombres practicaban con sus ballestas. Me dispararon y escapé. Luego encontré a Magnus. También tengo esto- Max les mostró el manojo de llaves.
-Podríamos usarlo- dijo Will- Podríamos liberar a los Lightwood.
-Maurice dijo- comentó Magnus- Que Alec estaría en prisión, pero decidiría su destino. Se que lo ejecutará. Ni siquiera sabemos que hará con Robert y Maryse.
-Entonces tenemos que actuar rápido- dijo Marie- Magnus es el hijo de Maurice, podemos usar eso a nuestro favor.
-Pero será extraño si nos ven juntos- dijo Magnus- Todos saben que amo a Alec. Sospecharían si nos ven juntos saliendo de la Bastilla.
-Entonces- dijo Will- Te alegrará que yo y tu novio seamos tan parecidos.
-A que te refieres?- preguntó Arturo.
-Cambiaré de lugar con Alec- dijo Will- Arturo y yo iremos a la prisión a ver a Alec. Nos caminaremos de ropa. Arturo sacará a Alec y lo llevará con Magnus y Max, quienes los estarán esperando con un carruaje que saldrá del país. Pero Alec saldrá como William Herondale. Max estará escondido.
-Pero que pasará contigo?- le preguntó Magnus- No puedo abandonarte. Tessa me mataría si dejo a su esposo para que muera en ente país y sabes que Tessa me da miedo cuándo se enoja.
-En ese detalle entramos mi marido y yo- dijo Marie- Ambos somos respetados en esta comunidad, a pesar de que no nos gustan varias ideas del país. Al día siguiente de que ustedes se vallan, mi marido yo iremos la Bastilla. Vamos a decirles a sacar a los Lightwood y Will de la cárcel, usando las llaves que Max nos dio. Si dicen algo, diremos que fueron ordenes de Maurice reubicar a los prisioneros. Nos iremos a Londres con ustedes, donde tengo un hermano que de seguro nos recibiría.
-Pero están arriesgando mucho- dijo Magnus- Su posada, sus vidas.
-Calla- ordenó Marie- No toleramos las injusticias y es ayudar a un amigo. Además, no quiero estar cuándo este agujero llamado Francia se hunda mas de lo que está.
-Ok- Magnus les sonrió a sus amigos- Iré esta noche a hablar con Alec para avisarle sobre el plan.
-Y yo voy a buscar algo para el niño- dijo Marie- Necesita alimentarse bien y algo para las heridas.
Y con esto, terminó la reunión.
No es amor el amor
que cambia cuando un cambio encuentra
o que se adapta a la distancia al distanciarse.
***
¡Oh, no!, es un faro imperturbable
que contempla la tormenta sin llegar a estremecerse,
es la estrella para un barco sin rumbo,
de valor desconocido, aun contando su altura.
La capucha lo tapaba mientras caminaba, sobre él, había un cielo negro, nocturno. La indumentaria hacía que se camuflara y volviera parte de la noche. Cuándo llegó a la Bastilla, se encontró con unos guardias que vigilaban las entradas, traían antorchas.
-No les parece mas seguridad de la cuenta?- preguntó el hombre a los guardias.
-Es la seguridad necesaria- respondió el guardia- Esta tarde se escapó un prisionero.
-Imagino que debió ser muy fuerte y rápido- dijo el hombre.
-Oh, si- respondió rápidamente el guardia- Medía como dos metros y era muy musculoso.
-También tenía un tatuaje- agregó otro guardia.
-Si- dijo el primer guardia que estaba hablando con Magnus- Decía Amo el crimen.
-Oh- dijo el hombre, tratando de aguantarse la risa- Si que debió ser muy peligroso.
-Si- respondieron ambos soldados. El primero volvió hablar- Quien es usted y que quiere?
-Soy Magnus Baudelaire- dijo Magnus- Vine a hablar con el hijo de los Lightwood. El que se llama Alec. Quiero resolver algo con él.
-Veo que aceptas el nombre de tu padre, chico- dijo el primer guardia- Ven conmigo.
-Gracias y mi padre sabe de mi visita. No es necesario que le digan de nuevo que vine. Se enojará mucho.
Los hombres temblaron.
El primer guardia empezó a llevar a Magnus por una serie de corredores. Magnus tenía que fingir que estaba del lado de su padre para poder pasar desapercibido.
Había pensado en usar las llave para sacar a Alec a escondidas, pero cuándo se lo comentó a sus amigos, ellos dijeron qué podría ser peligroso. Debían tomar las medidas mas seguras que pudieran.
Magnus odiaba eso. El quería sacar a Alec de inmediato. No quería estar lejos de él, solo quería irse de inmediato de ese infierno.
El guardia llevó a Magnus a una celda con una puerta de hierro, pero tenía una pequeña ventanita donde se podía ver al exterior. Magnus le dijo al guardia que se alejara, quería tener un momento a solas con Alec y lo llamaría cuándo terminara de hablar con Alec. El hombre asintió.
Cuando Magnus entró, sintió que algo le había golpeado la cabeza. El guardia preguntó si estaba bien, Magnus le dijo al guardia que se fuera. El guardia se fue.
-Juelit!- exclamó una voz varonil- No lo golpees.
-Que?- dijo una voz femenina- Si era un guardia pudimos dejarlo tirado y nosotros escapamos.
-Nos habrían atrapado- dijo la voz varonil- No habríamos llegado lejos contigo y tu bebé.
-Alec?- preguntó Magnus. Aún mareado.
-El mismo- respondió Alec.
Alec lo ayudó a levantarse y lo besó. Magnus le devolvió el beso.
El mas bajó le rodeo la cintura con los brazos para acercarlo mas. Magnus rodeó el cuello de Alec. Estaban perdidos en el otro. La lengua de Alec invadió la boca de Magnus.
Ambos sintieron sus dientes rosarse.
Pudieron continuar, cuándo una voz los interrumpió.
-Perdonen que los interrumpa- dijo una voz- Pero tienen compañía.
Magnus miró a la mujer embarazada.
-Tu quién eres?- le preguntó Magnus.
-Magnus- le dijo Alec- Ella es Juliet, mi ex esposa. Jueliet, el es Magnus y es mi novio.
-Oh- le dijo Magnus- Tu eres la mujer que lo abandonó y se robó mucho de su dinero, luego se escapa con su esposo. Tengo muchas cosas que decirte.
-Podemos ahorrarnos esa parte?- preguntó Juliet, irritada- Que haces aquí?
-Te iba a hacer la misma pregunta- le respondió Magnus.
-Basta- dijo Alec- Dejen de pelear.
-Solo por ti, amor- dijo Magnus.
-Por que estás aquí, Magnus?- le preguntó Alec.
-Ahora te lo digo, pero necesito que alguien vigile- dijo Magnus. Juliet dijo que lo iba a hacer ella.
Magnus le contó a Alec que Maurice es su padre, le contó sobre la amistad que tenía Robert con sus padres y como su madre llegó a huir de su padre por que esta estaba harta de lo malos tratos de su padre hacia su madre.
Luego le contó sobre la venganza de Maurice hacia la familia Lightwood y la huida de Max de la Bastilla y que ahora estaba con Marie, Luís, Will y Arturo. Le contó sobre el el plan para sacarlo al día siguiente de la cárcel y que después Marie y Luís sacarían a Robert, Maryse y Will.
Juliet había escuchado del plan y les pidió que la incluyeran.
A Magnus le hubiera gustado decir que no, entonces vio el vientre de la chica y no pudo decir que no. Después de todo, el bebé no había hecho nada.
Magnus se quedó un rato mas en la celda junto a Alec.
Ambos estaban acostados en el piso, Alec estaba sobre Magnus y Magnus jugaba con el pelo de su novio.
-Isabelle y Jace te extrañan- dijo Magnus- También extrañan a Max. Izz tuvo una hermosa niña el mes pasado. Le puso Alexa.
-Ya quiero verla- le dijo Alec. Algunas lágrimas caían de sus ojos.
-Jace se va a casar con Clary- agregó Magnus- Pero no quiere casarse con ella si tu no estás en la boda.
-Eso es algo que Jace haría- respondió Alec.
Ambos se vieron a los ojos y volvieron a besarse. Se decían esos besos lo mucho que se habían extrañado.
-Tengo miedo por mañana- dijo Alec- Temo que algo salga mal.
- Te he buscado toda mi vida y si algo nos separa, entonces nos veremos en ese prado para estar juntos- respondió Magnus- También estuve separado de ti un largo tiempo. No voy a rendirme para que volvamos a estar juntos. No me importa lo que pase o que tan imprecisa sera nuestra suerte, pero prefiero morir sabiendo que lo intenté por que te amo, a no intentarlo por temor a lo incierto.
Alec pareció procesar las palabras de Magnus.
Magnus empezó a irse, no podía estar tanto tiempo en la celda.
-Hasta mañana, Magnus.
-Hasta mañana, Alec.
No es un capricho del tiempo, aunque los rosados labios
y mejillas caigan bajo un golpe de guadaña.
***
El amor no varía durante breves horas o semanas,
sino que se confirma incluso ante la muerte.
Todos estaban en sus posiciones. Will y Arturo caminaban por las celdas de la Bastilla. Ambos habían logrado convencer a los guardias de ver a Alec.
El guardia dejó que Will entrara a la celda. Cuándo cerró la puerta, Will y Alec empezaron a cambiarse de ropa.
-Gracias- le dijo Alec a Will- Por ayudarnos. Se que arriesgas mucho.
-Callate- le respondió Will- Solo lo hago por Magnus. Los dos somos amigos desde hace tiempo y el me ayudó en el pasado a salir de la malas situaciones. Y a Juliet la sacaremos mañana, no se preocupen.
Alec ya estaba con la ropa de Will puesta y se despidió de Juliet.
Alec tocó la puerta y el guardia la abrió.
Minutos después, Arturo y Alec salían por la Bastilla y fueron hacia donde Magnus los estaba esperando.
Alec y Arturo subieron al carruaje. El ojiazul vio a su hermano que estaba escondido debajo de unas telas. Le dio una sonrisa.
Llegaron a la frontera y entregaron a los guardias, papeles que decían que tenían permitido salir del país.
Alec miró hacía atrás, por instinto. Cuándo vio que ya estaban lejos de Francia, se permitió respirar.
Magnus le dio una sonrisa tranquilizadora. Se tomaron de las manos.
Si es esto erróneo y puede ser probado,
nunca escribí nada, ni ningún hombre amó.
***
El capítulo tiene los versos del soneto 116 de Shakespeare.
Espero que disfrutaran el capítulo.
La idea de Will y Alec cambiando lugares, la saqué de Historia de dos Ciudades de Charles Dickens.
Ahora, nos queda la segunda fase del plan.
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