12

Magnus bebía una taza de café, mientras conversaba con sus amigos.
Estaban discutiendo sobre sus aventuras del pasado y Catarina estaba sorprendida por la abstinencia de aventuras que había surgido tan de repente en Magnus, siendo entre los tres, al que mas le gustaba pasar el rato llevándolos a alguna aventura.
La chica también había preguntado en donde estaba Clary, Magnus le dijo que estaba con Jace Lightwood.
-Hablando de Lightwoods- dijo Cat- Como te va con Alexander?
-Me va fantástico- dijo Magnus con una enorme sonrisa en su rostro- El es maravilloso.
-Te dije que esta ciudad te sorprendería- dijo Marie mientras llenaba la taza de Magnus, Ragnor y Catarina con café- Estás muy enamorado, niño.
-Y el primer beso que nos dimos- le dijo Magnus a sus amigos- fue tan romántico.
-Siempre pensé que un beso- dijo Ragnor- es la única forma de unir con baba dos pedazos de carne humana.
-Y de esa forma, damas y caballeros- dijo Magnus- Ragnor mata otra vez el amor.

Ragnor hizo una mueca y Catarina le dio un beso en la mejilla.
Magnus sonrió y agradeció tener amigos como ellos.
Le confesó a sus amigos que le preocupaba el día en el que partiera de París y tuviera que dejar a Alec.
-Si que eres idiota- le dijo Ragnor- Dile que venga contigo. Sino, llorarás todo el viaje por que extrañas a ese chico.
Magnus sonrió. Ahora el problema sería si Alec quisiera venir con el.

***

Magnus bajó del carruaje y se dirigió a la casa Lightwood. Cuándo estaba a punto de tocar, la puerta se abrió y de ella emergió Robert Lightwood. Magnus se quedó mudo.
No sabía que decirle al padre de su novio.
-Buenas tardes, señor Bane- dijo Robert.
-Buenas tardes, señor Lightwood- dijo Magnus con bastante timidez.
-Imagino que quieres ver a mi hijo mayor- dijo Robert
-Si, señor- respondió Magnus.
-Yo no quiero que lo veas- dijo Robert. Seguidamente, cerró la puerta en las narices de Magnus.

Magnus se quedó sin habla. El quería ver a Alec y proponerle que se fuera con él. De seguro saldrían después de la boda de Izzy. Pero lo importante era salir y...

-No te rindas- dijo una voz.
Magnus se dio vuelta al escuchar la voz.
-Quién me habló?- preguntó Magnus.
-Yo fui, amigo- respondió la voz de nuevo. Provenía de un caballo que estaba comiendo pasto cerca de un árbol.
-Quien eres?- le preguntó Magnus. Acaso estaba hablando con un caballo? Bueno, a caballo que habla no se le mira la lengua.
-Eso no importa, amigo- respondió el caballo- Solo importa quién eres tu.
-Soy Magnus.
-Soy Jack.
-El pasto está rico?
-Si. Pero me gusta mas el caramelo. Probaste alguna vez el pasto de chocolate, Magnus?
-Ehh, no.
-Yo tampoco, pero me gustaría.
-Cuál es el punto de esta conversación?
-Tienes que encontrar la forma de ver a Alec.
-Acaso conoces alguna manera, Jack?- Magnus sentía que era la conversación mas extraña que había tenido.
-Conozco a alguien que podría ayudarte, pero tienes que responder estás preguntas.
-Ok- Magnus se sentía mas confundido.
-Bien...
Cuándo Jack estaba a punto de hablar, empezó a irse.
-No te vayas, caballo...- empezó a decir Jack.

Magnus fue hacía el árbol y allí encontró a un niño: Max.
-Hola- dijo tímidamente.
-Hola, Jack- le respondió Magnus, bromeando.
Magnus miró a Max y este en vez de pensar en como lo miraba Magnus, fijó su mirada a los ojos del novio de su hermano.
-Tengo preguntas- dijo Max.
-No tenía idea- dijo Magnus, sarcásticamente.
-Cuáles son tus intensiones con mi hermano?
-Hacerlo feliz.
-Eres un violador?
-No.
Max lo miró de una forma como si estuviera estudiándolo. Y después de un largo, pero no tan largo momento de silencio, Max le dijo a Magnus que lo siguiera, llevándolo a la parte de atrás de la casa. Max se detuvo y miró hacía arriba, su vista fija en una ventana en particular.
-Listo- dijo Max- he cumplido con lo que dije.
-A que te refieres?- preguntó Magnus.

-Quieres ver a Alec?- le dijo Mac- Entonces, escala hacia la ventana.
-

Pero como quieres que lo haga?- le preguntó Magnus.
-Bueno, tu eres el novio. Se romántico, se que se te ocurrirá algo. Un placer conocerte.

Max empezó a alejarse antes de que Magnus pudiera decir algo. Magnus se quedó sin ideas. Recordó ese cuento de la princesa en la torre, pero no podía subirse a la ventana de Alec del mismo modo en el que el príncipe lo hizo en el cuento. Magnus miró una piedras pequeñas y las tomó. Seguidamente, empezó a tirarlas hacía la ventana. La ventana se abrió y de ella emergió la cabeza de Alec. Magnus sonrió.
-Vas recitarme poesía, mi amor?- preguntó Alec.
-Puedo subir?- preguntó Magnus- Pero sin que tu padre se entere que estoy aquí.
-Claro- dijo Alec. Antes de desaparecer, le pidió a Magnus que lo esperara.

Alec fue a su ropero y empezó a atar las sabanas, logrando armar una cuerda. Fue hacia la ventana abierta y le tiró un extremo de la soga improvisada, ató el otro extremo a su cama. Magnus empezó a subir y cuándo ya estuvo arriba, Alec le ayudó a entrar a la habitación.
Magnus nunca había estado en el cuarto de su novio y era como lo imaginaba: ordenado y lleno de libros.
Había un escritorio con un recipiente pequeño con tinta negra para escribir. Alec le dijo que allí componía su música. Magnus sonrió.
Fue a la biblioteca y empezó a acariciar los lomos de los libros. Algunos eran títulos que conocía y otros no. Al darles un vistazo, se dio cuenta que no todos estaban escritos en francés, también habían algunos en italiano, español, alemán e inglés. Unos pocos eran de texto: geografía, historia, música, etc. La mayoría eran de literatura.
Magnus sonreía cada vez mas, la habitación era la misma mente de Alec. Era como caminar adentro de su cerebro y ver lo que había. Incluso encontró un cuadro de el y sus hermanos.
Le parecía adorable.
Magnus aún estaba en la biblioteca, cuando escuchó a Alec detrás de el.

-En algunos libros aprendo como está compuesto el aire. Pero en otros, aprendo como respirar. Las historias que leemos, pueden enseñarnos a vivir.
Alec se quedó callado después de haber dicho su argumento.
Magnus no dijo nada.
Se quedaron en silencio. Un silencio de mas de mil palabras. Magnus fijó su vista en Alec y Alec hizo lo mismo con Magnus. Sin aguantarlo más, unieron sus labios. Magnus levantó a Alec y este enrolló las piernas en la cintura de su novio. Magnus lo llevó a la cama y acostó a Alec con delicadeza. Ambos se quitaron la camisa y mientras se besaban, acariciaban la piel del otro. Estaban hundidos en el deseo, pero antes de que pudieran caminar, escucharon la voz lejana de Maryse llamando a Alec. Ambos sabían, que allí no era el lugar adecuado.
-Quieres conocer mi barco?- le preguntó Magnus a Alec.
-Quiero- respondió este.

Se pusieron las camisas y bajaron por la ventana. Cuándo Maryse llegó a la habitación de su hijo, lo único que encontró fue: una habitación vacía, una cama desordenada, una soga improvisada con sabanas y una ventana abierta.

***

Cuándo llegaron al barco, ya se hacia de noche y se encontraron con uno de los hombres de Magnus, haciendo guardia.
Magnus le dijo que podía tomarse el día y cuándo vio a Alec, entendió por que su capitán le había dicho que se retirara. Después de todo, al día siguiente, vendría otro a hacer el cambio de guardia.
Magnus y Alec empezaron a besarse mientras caminaban a tropiezos a la habitación de Magnus. Allí, Magnus acostó a Alec en la cama y empezó a quitarle la camisa, repartiendo dulces besos en el pecho desnudo de su novio. Alec jadeaba al sentir el suave contacto de los labios de Magnus en su piel y en ese momento, deseó sentir a Magnus completamente.
-Mag-nus-s- decía Alec entre jadeos- Haceme tuyo.
-Seguro, mi amor?- le preguntó Magnus.
-Callate y metete en mi, Magnus Bane.
Magnus sonrió, era la primera vez que Alec le hablaba de forma tan...sucia.
-Te lo haré tan duro, que no podrás levantarte en mucho tiempo.

Magnus empezó a quitarle los pantalones y la ropa interior a Alec. El muchacho se ruborizó, había estado desnudo antes frente a alguien, pero esta vez, sería diferente. Esta vez haría el amor con alguien que de verdad amaba. Magnus tomaba el pene de Alec y se lo metía en la boca, succionando el líquido. Alec gemía el nombre de Magnus, mientras daba estocadas. Una vez que Magnus había terminado, empezó a besar el cuello de Alec. El chico a darle mas espacio.
Alec fue hacia los labios de Magnus y empezó a besarlo con ferocidad, Magnus correspondió.
Entre besos, Alec le quitó el pantalón y la ropa interior a Magnus, el chico empezó a masajear la erección de Magnus y Magnus respondía con te amo. Y entre besos, Alec también se lo dijo.
Cuándo estuvo listo, Magnus se metió dentro de Alec y aunque al principio recibió dolor, luego fue remplazado por placer. Las estocadas fueron mas rápidas y los jadeos aumentaron, como también los te amo.
Magnus se corrió y se acostó sobre Alec. Alec envolvió a Magnus entre sus brazos, mientras los tapaba a ambos con la sabana.
-Eres tan...perfecto- dijo Alec.
-Tu no estuviste mal, mi ángel- dijo Magnus.
Alec se ruborizó por como lo llamó Magnus. Esta no era la primera vez que tenía sexo, pero si fue la primera vez que hizo el amor. Se había sentido bien, correcto y casi pudo jurar que había tocado el cielo con cada estocada de Magnus, hasta llegar al climax de la pasión.
Magnus vio que Alec estaba callado.
-Alec- le dijo Magnus- Estás despierto?
-Si- dijo Alec- estaba pensando.
-Quería preguntarte algo- dijo Magnus.
-Que pasa?- respondió Alec.
-En un momento tendré que irme y no quiero dejarte. Por eso quería preguntarte si te gustaría acompañarme.
Alec se quedó callado.
-Recuerdas lo que dije en nuestra primera cita? Dije: Te seguiría a cualquier lado. Aún lo sostengo. Quiero estar en donde tu estés, Magnus.

Magnus no se lo aguantó, besó a Alec en los labios.
Antes de que se quedaran dormidos, Alec habló:
-Como es el mundo, Magnus?
-Como queramos que sea, Alec.

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