CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 49
— Hannah — la miro a los ojos y no sé cómo podré decirlo.
Han pasado solo dos semanas y los dolores de cabeza se han intensificado mucho más; las pastillas solo logran calmarme unos pocos minutos. Decidí que es el momento de decirlo.
— Amor, ¿pasa algo? — dice preocupada al ver mis ojos cristalizarse.
— Ten-tengo un tumor cerebral — siento las lágrimas deslizarse por mis mejillas.
Veo su rostro, tan sorprendido y a la vez triste. Las palabras parecen no alcanzar para describir la angustia en sus ojos.
— Pero amor, pue-puedes hacerte una cirugía, ¿verdad? — me dice mientras las lágrimas comienzan a rodar por su rostro también.
— Lo siento, pero no se puede hacer nada, es muy arriesgado — digo finalmente, agachando la cabeza. Un nudo en mi garganta se apodera de mí, impidiéndome hablar más.
— No amor, no... no puede ser posible t-tu no — dice, sus manos temblando mientras las coloca sobre las mías. — Amor...
No puedo mirarla a los ojos porque siento que, al verla, no soportaré más el dolor. Respiro profundamente, entrelazando nuestras manos, me levanto junto con ella para salir de aquel restaurante. Realmente disfruto del silencio en el que estamos mientras caminamos, el dolor es tan abrumador que el silencio se vuelve mi refugio.
— Yo estaré en cada momento contigo, te cuidaré y nunca dejaré de amarte — dice en voz baja, temblando. — Solo no te vayas aún, por favor, aún no lo asimilo, no sé si podré...
— Amor — digo con voz calmada, intentando no quebrarme más — ¿te gusta el cielo? — la miro a los ojos con una sonrisa débil. — Es muy hermoso, mira allí, se parecen a unas ballenas.
— Taemin — susurra, con la voz rota.
— Solo tratemos de seguir avanzando, no miremos hacia atrás. Quiero disfrutar de tu compañía — sonrío, aunque mi corazón se rompe en mil pedazos por dentro. Ella solo asiente con la cabeza, su dolor reflejado en sus ojos.
— ¡Te amo Taemin! — grita con todo su corazón. — Y nunca dejaré de amarte.
— ¡Te amo Hannah! — también grito, luchando por contener las lágrimas. — Tampoco dejaré de amarte.
Vamos tomados de la mano hasta la casa, pero nuevamente siento ese dolor insoportable de cabeza. Me apresuro a abrir la puerta y me dejo caer en los muebles, mi cabeza me marea tanto que siento que, si intento moverme, caeré al suelo.
— Amor — cierro los ojos con un esfuerzo — ¿Me puedes pasar las pastillas, por favor? — digo a Hannah, señalando un cajón específico del estante.
— Aquí están, amor — me dice, ayudándome a reincorporarme para tomar la pastilla.
Han pasado unas cuantas horas mientras escuchaba su voz cantándome una canción, un refugio en medio de mi dolor. La miro atentamente y sonrío. En este momento he aceptado la realidad, y aunque el dolor sigue presente, estoy en paz con lo que he vivido. He conocido a personas especiales, amistades que valen más que el oro, como mi tía Claudia, que me llamó hace unos días.
— Taemin, cómo despertaste — escucho su voz dulce a través del teléfono.
— Bien, tía, no te preocupes. — Puedo escucharlo en tu voz — menciona
— ¿Y Thiago? — pregunto por la persona que siempre me cuidó.
— Él fue a su ciudad natal, quería estar de regreso donde empezó — me dice. Solo me alegra saber que está en paz.
Además, conocí a mi personita especial, a la que ahora me está mirando a los ojos, esos ojos que me transmiten una tranquilidad que no puedo describir. Ella me enseñó lo que es amar verdaderamente. Ahora me río de mi yo del pasado, cuando decía que nunca me enamoraría. Ahora, he encontrado mi propio concepto del amor, un amor tan sincero y profundo.
— Hannah, te amo — digo cuando termina de cantar.
— También te amo, Taemin — acaricia mis mejillas con ternura.
— Mi chico de cabellos castaños.
— Mi chica de mejillas rojas — respondo con una sonrisa que apenas logra esconder mi dolor interno.
Estoy tranquilo porque siento que, durante toda mi vida, he vivido situaciones hermosas, algunas no tan bonitas, pero que me han ayudado a crecer. Estoy feliz, porque ahora me puedo ir en paz.
Siento que mis ojos pesan y un frío recorre todo mi cuerpo.
— Taemin — escucho su voz, quebrada.
— Abrázame, amor — digo en un susurro, sintiendo cómo mi fuerza se desvanece lentamente.
Inmediatamente siento su abrazo cálido que reconforta mi alma. Cierro mis ojos, luchando por mantenerme en el presente, por aferrarme a los últimos momentos de paz que me ofrece su amor.
¿Qué es el amor?
El amor es un sentimiento que no puedes evitar; es tan profundo cuando amas a una persona. El amor es una cura milagrosa para nosotros mismos. Muchas personas tienen diferentes conceptos del amor, y yo decidí crear mi propio concepto. Algunas personas lo ven como una debilidad, porque eso pensaba yo antes. Sin embargo, sin imaginarlo, mi amor llegó a mí, y sentir todas esas emociones que pensaba que no podían ser reales, me han mostrado un nuevo significado.
Mi amada, esto recién es el inicio de nuestro amor. Siempre te amaré y cuidaré desde el cielo.
Te amo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top