CAPITULO 36
CAPÍTULO 36
— Por esa razón, este proyecto nos ayudará a hacer nuevas alianzas estratégicas, no solo en los mercados del país, sino también en el extranjero. De esta forma, la compañía crecerá en muchos más países — dice Hannah, concluyendo su exposición del proyecto con una confianza palpable.
Me dedico a observarla con una sonrisa de orgullo. Sabía que se había preparado a conciencia, y su dedicación se refleja en cada palabra. La aprobación del proyecto es inminente, y el entusiasmo de sus compañeros confirma el éxito de su presentación.
— Me agrada la idea — informo, contento por el avance.
— ¡Entonces el proyecto queda aprobado! — festejan los compañeros de Hannah, llenos de alegría y alivio.
— Señorita, tengo una duda — interrumpe Emma, con un tono que deja entrever su desconfianza. — ¿Cómo puede asegurar que este proyecto satisfará a los ciudadanos?
Me quedo en silencio, esperando la respuesta de Hannah. La he visto enfrentar preguntas difíciles con habilidad, y estoy seguro de que dará una respuesta sólida. Mi sonrisa se ensancha al escuchar su respuesta bien argumentada, reafirmando la fe que tengo en ella.
— El proyecto está aprobado — digo, levantándome con decisión. — Necesito que empecemos ya — y salgo de la reunión con paso firme.
Mientras camino hacia mi oficina, escucho un susurro a mi lado.
— Taemin, ¿estás seguro de ese proyecto? No sé, no me inspira confianza — es Emma, con una mirada que mezcla inquietud y desafío.
— No se trata de "inspirar" confianza, se trata de que el proyecto esté bien elaborado y que satisfaga las necesidades de la población — respondo, sin dejar de mirar al frente mientras entro a la oficina. — ¿Acaso crees que mi padre aprobó proyectos que solo le inspiraron a él y no a los demás?, debemos abrir los ojos y enfocarnos en todas las clases sociales, no solo en la alta sociedad.
— Eres perfecto — murmura Emma, tomando asiento frente a mí con una sonrisa que parece un poco forzada. — Bueno, se hará como tú digas.
— Lo siento, señor, la señorita Hannah está aquí para coordinar el proyecto — anuncia la secretaria, abriendo la puerta para que Hannah entre.
— Disculpe, aquí le traigo el proyecto. Necesitaba saber las fechas en las que podremos ejecutarlo — informa Hannah, manteniéndose de pie, su presencia serena y profesional.
— Puedes empezar desde hoy mismo, por favor avísame de cada actividad — le indico, asintiendo con aprobación. — Eso sería todo, necesito firmar unos documentos — digo, tratando de cortar la conversación.
— Por cierto, mi tía Fátima quiere que vayamos a cenar este domingo — menciona Emma, lanzando una mirada fugaz hacia Hannah, que se está retirando. — ¿Irás?
— No lo sé — respondo, dudando. — Supongo que sí.
Tras unas horas de trabajo y tras haber despejado mi mente, continúo revisando documentos. De repente, una llamada interrumpe mi concentración.
— Taemin, amigo — dice Tom, con una voz que muestra su característico entusiasmo. — ¿Acaso ya te olvidaste de mí? — dramatiza con una risa contagiosa.
— Te escribí en la mañana, y también a Liam — informo, sonriendo.
— Bueno, sabes que hoy estamos libres. ¿Podemos ir a verte?
— Pues sí, ahora solo estoy terminando unos documentos — menciono.
— Qué buen ambiente hay aquí — escucho, y veo a Tom y Liam entrando en la oficina con amplias sonrisas.
— ¿Desde cuándo están aquí? — pregunto, sorprendiendo por su repentina aparición.
— Pues no mucho tiempo — responde Liam, acomodándose en uno de los muebles.
— Amigo, vi a Emma hace un momento, casi nos echa a patadas — dice Tom, con una risa exagerada. — Sin duda, no le agradamos.
— Yo tengo una novedad — digo —¿Se acuerdan de esos correos que envié a Hannah?
— ¿Cuándo me llamaste borracho llorando como un niño, pidiéndome que revisara la ortografía? — dice Tom, riéndose a carcajadas.
Rápidamente, mis mejillas se tiñen de un carmesí, sintiendo el calor en ellas. Solo puedo sonreír avergonzado por el drama que hice. Mi tía Claudia tenía razón: cuando una persona se enamora, hace cualquier cosa.
— Sí, esos mismos — confirmo. — En especial el correo del que hablas, Tom. Hace unas horas, estaba leyendo nuevamente, y me di cuenta de que Hannah no lo envió.
Tom, que estaba bebiendo agua, derramó el contenido en mi cara, haciendo que el calor de mis mejillas se sintiera más refrescado.
— Tom — digo, limpiándome el rostro mientras Liam se ríe a carcajadas. — En serio, chicos.
— ¿Por qué estás tan seguro de eso? — pregunta Liam, aun riendo.
— En ese momento, estaba demasiado dolido para analizar la situación. Me di cuenta de que la redacción no es de Hannah. Eso explica su cara de confusión cuando la vi. ¡Qué tonto fui!
— ¿Estás seguro de que no estás confundido?, digo, porque esas lloraditas que te hiciste en mi casa parecen haber sido en vano — dice Tom, con un tono de incredulidad.
— Tom — digo, riéndome y recordando el drama que hice en su casa cuando aterricé en la ciudad. — Lo que no entiendo es por qué Hannah no sabe nada de ese correo si es su correo. ¿O existe la posibilidad de...?
— Entonces, ese correo fue hackeado, o alguien pudo haber adivinado la contraseña solo con saber el correo — concluye Liam, con una mirada grave.
— ¿Quién no querría que te comunicaras con Hannah durante mucho tiempo al perder tu celular? — pregunta Tom, y todos nos miramos a los ojos, reconociendo la respuesta.
— Emma — decimos juntos.
— No es la única — añado, con determinación. — Sé quién es experta en hacer Photoshop muy evidentes. Dejaré ir mi pasado, pero primero necesito saber toda la verdad y hacer justicia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top