CAPITULO 33

CAPÍTULO 33

Cuatro años después 

— Manfrid, ¿dónde estás? — Amy preguntó sobre el sonido de la música de fondo. —Podrías venir a recogernos de la fiesta, por favor. Estoy con Hannah y... 

— Estaré ahí en unos minutos, esperen — interrumpí para cortar la llamada.

Mientras conduzco hacia ellas, pienso en Hannah. Los últimos años no han sido fáciles para ella. Me ha enseñado que la perseverancia da frutos y creo que ella merece ser feliz.

Recuerdo cuando la conocí en la universidad. Su sonrisa me atrajo desde el principio. Siempre fue amable, me ayudaba con mis trabajos y se preocupaba por mi bienestar. Poco a poco, me fui interesando más en ella. 

El accidente fue un punto de quiebre. Verla tirada en el suelo, perdiendo sangre, me aterrorizó. Estuve a su lado hasta que despertó. Cuando abrió los ojos y me miró, no pude contener las lágrimas de emoción.

Cuando el doctor le hizo su diagnóstico nos dijo que por el fuerte impacto que sufrió en la cabeza creó en ella lagunas mentales fragmentarias, el cual se refiere a una alteración en la memoria en la que no se retiene todo lo que sucedió durante un evento en particular, sino partes individuales de lo que formaría un rompecabezas completo.

Amy al escuchar eso se desmayó y cuando despertó decía que era la culpable de eso, si tan solo la llanta del carro no se hubiera roto, por lo que lloraba un mar de lágrimas, pero claramente sabíamos que ella no era la culpable, y que, gracias a ella, estos años Hannah ha tenido una sonrisa en el rostro.

Agradezco inmensamente que la vida le haya dado una segunda oportunidad para que siga sonriendo y que aquel brillo nunca se apague. 

Mientras conduzco mi auto siento las lágrimas deslizarse por mis mejillas y un fuerte nudo se creaba en mi garganta, este dolor era inmenso porque cada vez que lloraba siempre miraba aquel anillo, ese anillo que él le regalo.

Y es ahí donde sentía que mi corazón se rompía y me dolía eso, sabía que el regresaría tarde o temprano, pero aun así no dejaría de amarla. 

Si tan solo el destino me hubiera permitido ser yo quien este con ella.

No obstante, la seguiré cuidando, pero no dejare que le hagan daño, porque este amor que siento no lo puedo esconder y me arriesgare.

Limpio mis lagrimas para estacionar correctamente el auto para después salir, respiro profundamente al verlas a fuera, por lo que sonrío y voy para encontrarlas. 

— ¿Hace frio verdad? — digo riendo  

— Y lo dices cuando nosotras nos morimos aquí esperándote con este frio — dice Amy y Hannah solo sonríe.

— Bien vamos — digo para ayudarlas a ambas a caminar — el auto está cerca de aquí 

Al acomodarlas tranquilamente en los asientos para que descansen, veo como Hannah tiene su vista en un punto fijo de la ventana, por lo que acelero para llegar primero a la casa de Amy. 

Al dejar a Amy en su habitación y luego de que sus padres me lo hayan agradecido voy al auto donde esta Hannah, así que le indico que me acompañe en el asiento del copiloto y ella asiente con mucha energía, al estar dentro del auto ambos solo disfrutamos del silencio.

— Manfrid — dice y al escuchar su voz descubro que esta ebria — ¿Por qué demoraste tanto? — me reclama en un lindo puchero.

Solo me dedico a observarla sonriendo en el intento.

— Te iré a comprar agua — digo para encender el auto hasta encontrar una bodega abierta a estas horas.

— Desde aquí — veo como está sentada cómodamente — Te ves apuesto Manfrid — dice sonriendo  

Al escuchar eso no puedo evitar sonrojarme y sonreír, así como mover la cabeza en negación.

— Desde aquí — le digo— veo que estas despeinada — arrugo mi nariz y sonrío.

— Yaaa— me dice golpeando levemente mi brazo.

— Eres malo arruinando momentos.

— ¿Quieres que te diga la verdad? — digo para estacionar el auto y acercarme a ella— estás preciosa — susurro en su oído.  

Ella me aparta levemente sonriendo, bajamos del auto a comprarle el agua, la tomo de la mano después de tener la botella de agua, por lo que nos vamos a sentar en uno de los bancos del parque que estaba cerca.

Al contemplarla al frente mío, tan linda como siempre, decido sacarme el abrigo que tenía para dárselo a ella, la miro atentamente diciendo.

— Te estaré cuidando — para depositar un beso en su frente 

Un beso que para mí significa el inicio de algo, por lo que me da tranquilidad saber que ella no me aparta, la miro nuevamente y veo sus ojos, esos ojos en los que me pierdo, luego miro sus labios, tan suaves, me acerco poco a poco hasta ese lugar hasta que siento que aún no es el momento por lo que me aparto de ella.

Se que es difícil iniciar algo más, así como dejar ir el pasado, pero es necesario avanzar hacia adelante y no cargar con recuerdos incensarios que te hacen sufrir, estaré aquí para ti, ahora que solo nos tienes a Amy y a mí, es hora de ser feliz Hannah te aseguro que tu abuela así lo hubiera deseado si aun estuviera con nosotros.

Me gustas Hannah.  

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