CAPÍTULO 09

Han pasado varios días desde aquella fiesta, días que han estado cargados de una tensión constante para mí. El chico castaño ha estado evitando cualquier tipo de contacto, y la preocupación me consume. Cada vez que pienso en lo que ocurrió, me atormenta la idea de haber invadido su espacio personal de manera inapropiada. Quizás ahora tiene aún más razones para pensar que soy una acosadora.

Solo me dejé llevar... es que sus labios...

Reprimo mis pensamientos y doy un sorbo a mi capuchino, tratando de concentrarme. Mi celular vibra, y veo un mensaje de Amy informándome que estará en el cafetín en unos cinco minutos. Respiro hondo y decido esperar, aunque mi mente está atrapada en un torbellino de dudas.

¿Me odiará?  

Mi mente está en blanco hasta que, de repente, lo veo. Él entra en el cafetín acompañado de algunos amigos. La risa y la conversación animada de su grupo llena el espacio. Me doy cuenta de que, no soy la única que lo observa con admiración; muchas otras chicas también lo hacen.

 Mi corazón se acelera cuando veo que él y su grupo se dirigen hacia donde estoy sentada. Estoy nerviosa, con el pulso enloquecido. Jamás me había sentido así antes.

— ¿Puedo? — pregunta, y su voz suave y cercana hace que mi respiración se detenga por un momento. Estoy tan sorprendida que solo puedo mirarlo fijamente, asintiendo con la cabeza, debido a que no logro articular palabra.

— ¿Recuerdas el trabajo del profesor de investigación?, nos asignaron como grupo para exponer, pero un compañero de otro grupo se retiró de la universidad, así que me uniré a ese grupo. No te lo tomes a mal, me siento más cómodo con mi grupo de amigos. Bueno, eso era todo, adiós.

Me quedo mirando cada facción de su rostro. ¿Por qué no me mira a los ojos? ¿Por qué se limita a mirar sus manos? Sus palabras, su actitud distante me dejan con una sensación de desamparo.

— ¡Espera! — exclamo antes de que pueda levantarse.

 Finalmente, nuestros ojos se encuentran, y noto un brillo en los suyos, aunque está mezclado con una emoción difícil de identificar. Le sonrío y levanto una mano, como si quisiera tocar su mejilla.  

— ¿Ya no te duele? — pregunto, preocupada. Pero él desvía la mirada y aparta mi mano con frialdad. 

 — Aquella noche te dije que "ya pasó". No me vuelvas a tocar, me incomodas — responde, levantándose y huyendo entre la multitud.

Otra vez, se aleja de mí, y esas últimas palabras me hieren profundamente. Mi corazón se encoje, y una mezcla abrumadora de ira, tristeza y amor me ahoga. Siento un nudo en la garganta mientras mis ojos se cristalizan. He prometido no permitir que nadie me lastime de nuevo, pero este rechazo me duele más de lo que imaginé. Siempre creí en el amor a primera vista, pero nunca pensé que me tocaría vivir algo tan doloroso. Sus ojos castaños, tan profundos, siempre me parecieron llenos de secretos y emociones. Desde el primer momento que lo vi, su mirada capturó mi mundo. ¿Es iluso pensar que lo que siento es amor? ¿Por qué siento este impulso de estar cerca de él? ¿Por qué mi corazón late con tanta fuerza cuando lo veo?

Por un lado, mi mente me dice que lo mejor es alejarme, darle su espacio y concentrarme en mi vida, sin dejarme arrastrar por sentimientos tan intensos. Pero hay una parte de mí que quiere acercarse a él, ayudarlo, ser parte de su vida. Quiero que sienta mi amor, que no mire a nadie más, que se sienta amado y yo amada.

Me levanto de un salto, agarro mi mochila y salgo a paso apresurado del cafetín, dirigiéndome hacia la salida. Mientras camino, envío un mensaje a Amy diciendo que no me siento bien y que iré rápido a casa.

Cada paso que doy está acompañado de lágrimas que se deslizan por mi rostro. Me muerdo los labios con fuerza, intentando no llorar en público. Subo a un taxi que estaba disponible justo afuera de la universidad y me alejo de ese lugar, lo más lejos posible.

¿Debería intentar acercarme a él nuevamente? ¿O debería simplemente ignorarlo y seguir adelante con mi vida? ¿Qué debo hacer?