Ser Protagonista

Theodore Nott se enamoro de Hermione desde el colegio, pero tenía tantas cosas en contra que nunca se atrevió a confesarle sus sentimientos. Se consolaba con mirarla de lejos, sufriendo en silencio los terribles celos cuando aquel estúpido pelirrojo la besaba.  Hubiera dado toda su fortuna por ser ese Weasley, todo con tal de ser un hombre diferente y poder acercarse a ella y demostrarle cuanto la quería.

Todos los días de ese último año en el colegio, después de terminada la guerra,  la esperaba en la biblioteca, sabía que era una persona de costumbres y que siempre se sentaría en la misma mesa, en un rincón apartado donde podía concentrase  rodeada de sus amados libros ya fuera para leer o para hacer sus deberes.

Amaba la manera en que su cabello brillaba por los rayos del sol que se colaban por la ventana de la biblioteca, dándole una apariencia de caramelo liquido, como sus ojos se movían veloces por las palabras que devoraba con suma rapidez y como de la misma manera imparable tomaba su pluma y la hacia bailar sobre el pergamino hasta completar pliegos y pliegos de trabajos, haciendo que terminara con los dedos manchados de tinta y ocasionalmente alguna marca en la mejilla cuando de manera descuidada apartaba su cabello indómito que caía sobre su rostro.

Estaba seguro que nadie la conocía tanto como él, ni siquiera sus amigos o su novio que tenían el privilegio de gozar todos los días de su compañía. Sabía que siempre tomaba café en las mañanas para despejarse antes de las clases, pero que los domingo prefería el te; que secretamente gustaba de leer historias de amor y que se avergonzaba por ello pues siempre escondía ese tipo de  libros entre otros, pero sabía que los leía cuando a los lejos la veía suspirar, ocasionalmente sus mejillas se teñían de rojo y sus ojos tomaban un aire soñador; Sabia también desde que compartían la torre de premios anuales que tenia frecuentes pesadillas, se despertaba gritando en medio de la noche y tenía que bajar a la sala común y tomar un té frente a la chimenea hasta que lograba calmarse un poco para intentar dormir de nuevo, mas de una vez la encontró dormida en el sillón y tuvo que resistir la tentación de tomarla entre sus brazos y llevarla a dormir a su habitación, para que no pensara mal.

De la misma forma sabia que sus inseguridades las sustituía con conocimientos, que por eso siempre se había esforzado por sobresalir y conocer todas las respuestas. Aprendió a leer las facciones en su rostro, la pequeña arruga que se formaba en su frente cuando se angustiaba, el brillo peligroso que asomaba en sus pupilas amieladas cuando Draco la molestaba, la manera de apretar los puños para contener su frustración y como mordía su labio inferior cuando se ponía nerviosa.

La veía en silencio, escondido en la sombras levantar su mano y contestar incluso a preguntas no formulas; la veía sonreír y deseaba ser  quien fuera causante de esa felicidad y cada día era más difícil poner mantener la distancia y no sucumbir al deseo de acercarse e intentar lo imposible y hablar con ella. Muchas veces por las noches la escucho llorar y sabía a ciencia cierta que lo hacía porque recordaba a todas las personas que quiso y murieron en la guerra, y de la misma manera tenía la certeza que a la mañana siguiente fingiría que nada pasaba y que ella era feliz aun cuando no fuera del todo cierto.

La conocía tan bien, que sabía que se reprochaba por no hacer las cosas mejor y dejar  que tantos murieran; daba un consuelo a Potter y a Weasley cuando ella misma no se perdonaba aun por que había fallado y muchos murieron. En esos momentos cuando veía su mirada triste perdida en recuerdos dolorosos fingiendo una sonrisa débil que no llegaba a iluminar sus ojos, le daban ganas de tomarla por los brazos y sacudirla hasta que entendiera que nada fue  su culpa que de no ser por ella todo se hubiera ido a la mierda, que por mucho que Potter fuera el elegido era seguro que sin su valor, inteligencia y audacia, Potter no hubiera tenido la mas mínima oportunidad de derrotar al innombrable. También deseaba en aquellas ocasiones hacer que sus amigos probaran sus puños hasta obligarlos a que se dieran cuenta que ella los necesita y  ni siquiera se daban cuenta.

Nott poco o nada sabia del amor, poco a nada podía entender, pues nunca nadie lo había amado, sin embargo, su mente comenzó a aclararse de a poco, cuando  descubrió a aquella chica de cabellos alborotados, mirada sabionda, asustada pero firme, con la ropa maltratada y sucia, y el rostro perlado de sudor,  que en plena guerra y aun siendo quien era le tendió la mano para ayudarlo a que se levantara del sucio piso. Su mano era cálida, tan cálida que recobro el calor de su frio corazón y lucho con fuerza a partir de ese instante para ayudarle.

Todos creyeron que Theodore había cambiado de bando en el último momento de la guerra, al evaluar sus posibilidades y admitir que el innombrable ese día iba a caer, lo cierto es que cambio por que alguien le ayudo a levantarse del piso después de una explosión, y que al ver sus ojos se dio cuenta que hasta ese momento siempre se había sentido incompleto.

Lucho ese día con el deseo de protegerla y desde entonces supo que después de todo un Nott puede enamorarse, aun cuando esa persona se merezca alguien mejor que él, alguien de quien sentirse orgullosa.

Theo conocía a Hermione mas que a si mismo, por eso supo que todo estaba perdido cuando Draco Malfoy poso sus ojos en ella, siendo capaz por fin de ver mas alla de su ideales de la pureza de la sangre y valorar que no había ninguna mujer que pudiera comparársele.

Deseo entonces poder confesar al fin su amor, pero fue tarde, Draco se había adelantado, mucho antes de poderle decir que ella era la mujer de quien tantas veces le hablo. Después solo callo para no afectar la entrañable amistad que tenían desde la infancia, sin embargo, todo cambio de nuevo y la única mujer que ha amado sufre y su mejor amigo no es capaz de valorarla, así que ya era tiempo de luchar aun en contra de su amigo por el amor.

-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-

Para Draco todo había empezado como un juego, uno muy divertido y prometedor si sabes manejar tus cartas de la manera adecuada. Conocía la obsesión de Theo por una chica desde el inicio de aquel último año en Hogwards pero este nunca quiso revelar el nombre, lo que avivo más su curiosidad.

Su amigo era muy reservado, poco le hablo de esa chica y de su fascinación por ella de tal manera, fue más lo que supo leer entre líneas que lo que le dijo realmente, pero fue así que  empezó a observar con mayor atención tratando de adivinar de quien se trataba. Por lo que le contaba era una chica inteligente pues no una cualquiera hubiera llamado su atención, lo cual era raro si se conjuga con el hecho de que dio a entender que también era muy bonita, cuando el comento que si tenía cerebro debía ser un adefesio, Nott se limito a decir que estaba equivocado y el brillo en sus ojos dejo a relucir que debía ser mucho más que bonita, sin embargo, su amigo era muy cuidadoso para no revelar más detalle y delatarse. Eso hizo el juego aun mas interesante.

Esa chica tenía que ser un espécimen raro  en su género, contar con el encanto suficiente para cautivar a un misántropo como Nott, ser inteligente, culta, misteriosa, poseer un encanto excelso, mucho más que su apariencia, porque su mejor amigo nunca estaría interesado en alguien a quien no admirara o fuera digna de su respeto. Y para lograrlo debía tener una mescla de cualidades poco común en una femina.

Ya se había devanado los sesos pensando en quien pudiera ser la susodicha. No debía ser muy difícil considerando que pocas cumplían con los requisitos. Pero aun parecía que algo se escapaba y no sabía el que.

A partir de sus pobres descubrimientos se dio a la tarea de seguir ocasionalmente a su amigo, aun cuando le fastidiaba sobre manera tener que estar horas y horas en la biblioteca solo leyendo o estudiando. Por otro lado no podía entrar en su sala común de premios anuales todas las veces que quisiera ya que compartía la torre con Granger y aun cuando habían cesado los ataques directos era imposible detener su lengua para hacerla rabiar y Theo prefería abstenerse de cargar con el mal humor de la leona. Aunque de vez en cuando lograba convencerle de que lo dejara pasar para hacer algunos trabajos.

Una noche sin mucho más que hacer y aburrido como el infierno, hizo una pequeña lista después de pensarlo mucho y evaluar a las posibles candidatas, todo a una lista de no menos de 10 nombres.

Emilia Wood, era una belleza rubia en toda la extensión de la palabra, con el cabello corto por encima del hombro, de facciones finas en una piel banca de porcelana y un cuerpo bien equilibrado sobre dos piernas largas y torneadas. Era de las pocas Slytherin que cuya familia no estaba involucrada con el señor oscuro, además de ser rica era inteligente, aunque posiblemente no era precisamente una eminencia. Tenía unos ojos azules muy expresivos y unos labios rosados bastantes rellenos en forma de corazón. Todo iba de maravilla hasta que se acerco un poco más para evaluarla y se dio cuenta lo fácil que era acceder a ella.

No es que Theo se obsesionara con las vírgenes, ni mucho menos, incluso estaba seguro que para él no tendría mayor importancia,  pero también estaba seguro que todo atractivo se veía opacado por la liviandad de la chica, que entregaba sus favores a casi cualquiera que pudiera proporcionarle algún beneficio en el futuro, ya fuera un apellido medianamente importante o una cuenta en Gringots suficientemente jugosa.

Después de tachar el primer nombre, salió tras su segunda presa, Melinda Sullivan. Castaña de ojos almendrados en color verde escondidos bajo unas tupidas pestañas y gafas finas que le daba un aire intelectual, además de un cuerpo de infarto con una diminuta cintura, caderas anchas y pechos redondo, usaba el cabello largo, lacio y suelto hasta la cintura, también era Slytherin con una historia familiar no tan impecable como la primera, pero  relativamente fuera de radar en general. Tenía un buen historial académico con un excelente promedio, no tenía las finas facciones de Emilia pero era bastante bonita en general. El problema, porque también encontró uno un tanto difícil de ignorar, tenía una voz tan aguda, que sonaba aun mas chillante cuando estaba nerviosa y  que con la cual, 15 minutos de platica eras suficientes para ganarte un gran dolor de cabeza.

Ahora entendía porque a pesar de su belleza no se le conocía novio y solo tenía por amiga una chica medio sorda desde que inicio el colegio. No era que a su amigo le encantara hablar, de hecho era bastante retraído y de pocas palabras, pero estaba segura que siempre valoraba una  conversación interesante y con esa chica estaba completamente seguro no lo iba a obtener o quizás lo obtendría pero a un costo demasiado elevado.

Ginevra Weasley, cuerpo muy bien proporcionado, pelirroja de ojos vivaces de color café. Puesta en la lista por varios meritos, entre ellas su belleza, valor e inteligencia. Descartada, minutos después, considerando que era la novia eterna de San Potter y hermana de la comadreja. De no ser por ese pequeño gran detalle seria una excelente candidata, quizás era un tanto salvaje y tenía un temperamento fuerte, sin embargo, también esos puntos eran parte de su encanto y al mismo tiempo era un mujer demasiado voluble para Nott.

Amanda Robinson, rubia, alta y delgada, no demasiado voluptuosa, pero aun asi bien proporcionada y con hermosos senos, de cabello rizado por abajo del hombro, preciosas facciones en una piel apiñonada y unos enormes y expresivos ojos azules, pertenecía a Ravenclaw por tanto era brillante. Escucho hablar de manera discreta en el comedor, tenía un dialogo fluido e inteligente y una voz suave y melodiosa, lo mismo hablaba de trivialidades, que de cosas importantes. Parecía una chica madura y por lo que averiguo había tenido un par de novios, nada importante y por lo que supo nada demasiado comprometedor.   No era de sangre pura, lo que para Theo no representaba ningún problema, pero parecía demasiado interesada en la posición y el dinero, y ahí era cuando las cosas se torcían en una candidata de apariencia casi perfecta.

Robinson no era una facililla como Emilia, sin embargo, parecía que tenía muy en claro lo que tenía que hacer para hacerse de las comodidades que consideraba que merecía. Hondando en su historial amoroso fue como supo que ese par de novios eran de padres influyentes, de mucho dinero y buena posición, que había dejado al último porque estaba a la casa de un pez más gordo y para colmo de sus males ese pez, era el mismo. Por tanto se dio el lujo de tachar su nombre con excesiva violencia en el pergamino, después de que la chica en cuestione intentara conquistarle con mas que claras intenciones de usarlo.

Así, uno a uno fue tachando los nombres en la lista ya fuera porque no eran suficientemente brillantes o espabiladas para tener una buena conversación, que fueran tan interesadas como para no preocuparse con quien se enredaban, demasiado volubles o temperamentales como para ser afines con alguien tan calmado y tranquilo como Nott. Y estos se sumaban más y mas puntos que hacían que todo se viera reducido a una hoja llena de nombres tachados.

En ese momento cuando estuvo dispuesto a mandar todo al diablo, presa del fastidio y de los pocos resultados obtenidos, ante sus ojos paso una chica mas, a la cual no hubiera prestado mayor atención de no ser por que escucho como Theo contuvo la respiración cuando paso a su lado en la clase de pociones.

Ella ni siquiera había sido consideraba, estando descartada desde un inicio por la sola y única razón que era una insufrible mujer a la que detestaba con todo el corazón, sin embargo, ahí estaba sentado a lado de su misántropo amigo que había perdido solo por segundos el control siempre utilizado y se había delatado con tan solo contener el aliento.

Inicialmente Draco se sintió ofendido y se resistió a creerlo, cegado por el desprecio desmedido que sentía por Granger, deseaba pensar que había sido solo una coincidencia, una equivocación, el destino que confabulaba en su contra y que la estúpida mujercilla se había atravesado en el momento justo cuando Nott estaba pensando en su amor anónimo.

Pero no fue así, después de ese momento, desde el punto exacto que dejo que la venda que cubría sus ojos callera fue cuando todo se acomodo y estuvo todo tan claro que no podía seguir negando lo evidente.

Theodore Nott, su amigo de la infancia estaba enamorado por primera vez y de su némesis femenina, Hermione Granger.

La tarde que decidió aceptar tal aberración ocurrió al día siguiente de la primera señal. Lo noto porque después de  dejar de ignorar la posibilidad descubrió que no solo Theo pasaba todas las tardes en la biblioteca, sino que además, siempre escogía la mesa que proporcionaba la mejor vista de la impura. Entonces pudo apreciar un fenómeno que había esperado nunca presenciar, su amigo, el que poseía una máscara tan impenetrable como la de él mismo, se dejaba leer por primera vez mientras la observaba de manera disimulada entre las páginas de algún libro.

Molesto se puso de pie y salió de la biblioteca soltando una excusa y sintiéndose ofendido, traicionado. ¿Cómo era posible? ¿Qué veía en ella? ¿Por qué esa estúpida? Se preguntaba muchas cosas y para ninguna tuvo respuesta, pero era tal su enojo que decidió entonces encontrar por el mismo que había llevado a su amigo a enloquecer de esa manera. Y para lograrlo necesitaba tener la mente abierta y fría para llegar al fondo de esa estupidez.

Al día siguiente y aun sin revelar los resultados de sus investigación, observo a lo lejos a esa marisabidilla insufrible. Estando consiente que debía ser un tanto más cuidadoso para que Theo no se diera cuenta que sabía de su traición.

En contra de su orgullo se dio cuenta que la había descartado porque la detestaba, pero que si se trataba de ser brillante ella hubiera tenido que ser la primera de su lista, porque entre todas ella era la más inteligente de su gremio, aunque se le revolviera la tripa solo de aceptar algo como eso.

No era la gran cosa, no tenía el pelo prolijo o llamativo como  la Weasley, o la piernas largas de Emilia,  la cintura tan estrecha y las caderas de Melinda o los pechos de  Amanda; era del monton, verdaderamente alguien tan simple y llano que no resaltaba a la vista. Pudiera ser y siendo todo lo objetivo que se podía permitir que en el baile de tres magos se encontrara sorprendido por su apariencia,  pero tampoco era una belleza de esas que llaman la atención, de las que tienes que ver con embeleso.

Mas después de bufar y despotricar contra su apariencia se lo planteo mas enserio, de verdad quería entender que le veía su amigo, que era eso que lo tenía tan cautivado y perdido.

Tomo aire, se paso las manos por entre los cabellos para calmarse y tomo la decisión de seguirla cuando la vio por uno de los pasillos que daban a las del castillo hacia el campo de quiddich. Ese día seria el partido entre los leones contra los tejones, por lo que iría solo a observan con el pretexto de evaluar sus estrategias en el partido.

Se situó en un lugar estratégico, desde ahí podía verla sin levantar sospecha. Hacia algo de viento y se burlo del cabello despeinado y alborotado de la castaña. Contrario a lo que creía en un inicio descubrió un par de detalles interesantes.  Su sonrisa era uno de ellos, cuando sus labios se curvaban en una sonrisa todo su rostro se iluminaba a la par de sus ojos, haciéndola lucir radiante.

La veía gritar a todo pulmón desde las gravas animando a su equipo, agitando sus manos y sonriendo como loca, sin mayor encanto, sin embargo, se encontró contagiado por esa vitalidad y esas ganas de reír que prefirió marcharse antes de cometer la estupidez de ponerse a reír como un crio.

Se fue a su habitación, necesitaba mucho por pensar. Tenía Ahora que sabia quien era la susodicha, lo que seguía era saber las razones por las que entre todas la había elegido a ella. Sabía perfectamente que su amigo apreciaba la belleza como cualquier hombre, pero esta no tenía tanta importancia como otros aspecto, por ejemplo prefería hablar con alguien de su nivel intelectual y admiraba la cultura que pudiera poseer otra persona a la hora de desenvolverse.  

Siendo justos, Granger era atractiva sin una belleza que rayara en lo extraordinario o lo llamativo, pero su manera de desenvolverse y tratar a los demás la hacían tener un encanto especial. Ya no era la misma chiquilla de dientes largos, tan insegura que compensaba sus carencias con respuestas inteligentes, con el tiempo gano seguridad y eso se notaba, pues ahora podía mostrar su intelecto pero también se mostraba entera y confiada.

Antes posiblemente no había apreciado muchos aspectos sobresalientes en su persona, mas que nada, porque la detestaba tanto que procuraba mantenerse apartado de cualquier cosa en la que estuviera involucrada ella y su sequito de amigos, pero en vista de sus investigaciones se daba cuenta que solo conocía el lado hostil y defensivo de la leona, porque de alguna manera el siempre la empujaba a que tuviera esa actitud como consecuencia de sus continuos ataques verbales.

Desde ese momento descubrió muchas cualidades que antes habían pasado desapercibidas, entre ellas que era alguien alegre, que continuamente sonríe de manera franca y sincera, no era especialmente jovial con todo mundo, pero siempre que se acercaban a ella para pedir ayuda, estaba dispuesta a brindarla. No temía a las críticas como antaño, ahora se desenvolvía con naturalidad sin importar lo que los demás pudieran opinar de su persona y eso se transmitía en la manera que caminaba y se desenvolvía. Era un chica madura, fuerte, de carácter firme pero amigable, lista, dulce, tranquila y si se le miraba con atención podría deducirse que era muy apasionada, por la manera en que se entregaba  a todo lo que hiciera.

Con el transcurso de los días se reprocho a si mismo prestarle tanta atención, pero se encontró fascinado con su descubrimiento, sorprendido de todas las cosas que había pasado por alto y eran tan obvias y claras que se reprendía por haber sido tan ciego.

Claro que la leona estaba también llena de defectos, era demasiado quisquillosa, obstinada y terca, sumamente puntillosa con lo que es correcto y lo que no lo es, podías discutir con ella por horas y horas, sin  llegar a una solución y era tan obsesa con la perfección que no se estaba en paz hasta encontrar la respuesta adecuada que la hiciera sentir de nuevo confiada. Y era tan insistente que arrastraba con las voluntades de los demás hasta salirse con la suya. Pero compensaba en gran medida todos esos deslices con su entrega, con la bondad de sus acciones, por la lucha de pelear por aquellas causas incluso pérdidas, por su talento innato para encontrar lo bueno incluso en las cosas más absurdas.

Nunca tuvo la oportunidad, ni el valor para enfrentar a Nott y decirle que había descubierto su secreto, después de todo, ¿Cómo podía juzgarlo? Si el también cayó en las redes de sus encantos y se vio muchas veces observándola a lo lejos, dejándose cautivar por el calor de su mirada, por el eco de su risa y por la luz que desprendía toda su persona, aun cuando  la mirase desde las sombras. Sabía que no debía encapricharse con alguien como ella, pero al mismo tiempo reconocía, había pocas mujeres que fueran tan dignas como ella aun sin ser de sangre pura.

Así habían pasado los meses con demasiada rapidez, se graduaron y tomaron caminos distintos sin revelar que Theodore Nott compartía los mismos gustos con Draco Malfoy. Aunque de maneras muy distintas pues el primero se había enamorado y el segundo solo estaba deseando algo que sabía que no podía, ni debía tener, a Hermione Granger.

En común ese par de Slytherin también tenían un odio declarada contra cierto pelirrojo de apellido Weasley que de alguna manera se burlaba de ambos, aun sin saberlo, por ser novio de la chica a la que ambos deseaban.

Muchos años después se rencontraron en el ministerio de magia, después de terminar sus estudios mágicos. Hermione regreso de Francia donde se había especializado en leyes mágicas, volvía a casa con un titulo y el reconocimiento oficial de ser la mejor en su ramo.

Theo había estado al tanto de la vida de su querida castaña leyendo las reseñas en revistas especializadas donde salían ocasionalmente artículos redactados por ella, tenia recortes de la parte de sociales de la prensa rosa donde se anunciaba el compromiso nupcial del elegido Harry Potter  con  la célebre jugadora de quiddich  Ginebra Weasley por que junto a ellos con una enorme sonrisa estaba ella, con un sencillo vestido azul, hermosa como nunca con su cabellos suelto y el rostro radiante. Tiempo después se hizo de recortes del evento del año, cuando se casaron y ella vestía un impecable vestido en color Granate y un peinado sofisticado por ser la madrina, quizás lo único malo de aquella imagen era que se encontraba al lado de su eterno novio Ronald Weasley

Cuando se entero que había regresado a Londres para ocupar un importante cargo en el departamento de legislación de Leyes mágicas, hizo lo posible por acercarse a ella, después de todo el mismo previendo que pronto regresaría, pues conociéndola como la conocía sabía que debía añorar su hogar y sus amigos, y por mucho que se le derramara la bilis también su novia a distancia. Entonces hizo lo necesario por hacerse de un cargo en el departamento de aprobación de Leyes mágicas pues ambos departamentos trabajaban en conjunto e inevitablemente tendría que tratar con ella.

Ese tiempo para Draco paso sin pena ni gloria, en esos años no pensó en ella, apenas salió de la escuela se obligo a expulsarla de sus pensamientos y entregarse a la vida disipada que llevaba. La señora Malfoy continuamente le instaba que consiguiera un trabajo en el ministerio pues eso ayudaría en gran medida a recuperar la antigua gloria de la familia. Lo hizo a regañadientes para complacerla, pero nunca puso demasiado empeño en ello, prefería salir todos los fines de semana a divertirse, llevándose a la cama a cuanto chica atractiva se cruzaba por su camino y a la mañana siguiente con esa actitud de "si te vi, ni me acuerdo" o simplemente se escapaba de madrugada pues no gustaba de dormir en camas ajenas, ni en compañía.

Supo que Granger había regresado a Londres después de un mes completo de su llegada. Se topo con ella saliendo del los elevadores del ministerio y ella ni siquiera se percato de su presencia lo que le molesto mucho. Un par de días después se la encontró de nuevo, lucia más guapa que en el colegio, más madura, más mujer, en esa ocasión sus miradas se cruzaron por un segundo y ella le saludo con un movimiento de cabeza de manera educada pero distante, la imito y se hizo a un lado para dejarla que pasara primero.

No sabía exactamente por qué le quedaba un sentimiento de molestia cada que la veía, era como si algo echara en falta y con el correr de los días supo a que se atribuía su malestar, extrañaba sus discusiones, era algo alucinante, pero estaba demasiado acostumbrado discutir cada que la veía en alguno de los pasillos de los colegios y ahora un par de años después la veía de nuevo y no podía dejar de añorar ese tipo de enfrentamientos.

En una ocasión la vio a lado de Nott, charlando de manera amigable, como si fueran los mejores amigos. Eso activo la alarma en su sistema, estaba completamente seguro que su amigo estaba aun enamorado de la impura y eso le lleno la boca de un sabor amargo.

Granger seguía de novia con la comadreja, eran los eternos novios, pero nada parecía indicar que esa relación se formalizara, pues de muy buenas fuentes había escuchado que el pelirrojo pecoso estaba liado con una  joven y atractiva rubia desde que la insufrible sabelotodo estaba en Francia, era un secreto a voces, pero parecía que aun la ingenua no sabía nada de aquello.

Por lo que veía, mas temprano que tarde Theodore tendría su oportunidad a como iban las cosas y no entendía el por qué, pero eso le molestaba profundamente. Fue en ese momento que decidió propiciar un acercamiento con la ex leona por el simple hecho de divertirse un poco.

A la mañana siguiente se planto en su oficina con toda la  suficiencia que pudo se sentó frente a su escritorio, viendo como levantaba la ceja con intriga. <En que puedo ayudarte, Malfoy> soltó después de largos minutos esperando entender la razón de su visita. 

Fue una visita más bien incomoda para la castaña donde solo expreso su deseo de invitarla a comer para darle la bienvenida al ministerio y así mismo ponerse a sus órdenes, claro después de soltarle un discurso muy bien estudiado sobre "el por qué es bueno dejar el pasado atrás y empezar de nuevo, es lo mejor". Desconfiada le había tendido la  mano, claro que no se fiaba de sus buenas intenciones y con educación declino su invitación.

Malfoy era hábil, toda una vil y astuta serpiente, nunca había hecho del conocimiento de Theo que conocía muy bien su secreto, así no lo podría culpar de mal amigo si el por su parte intentaba llevarse a la cama a Granger, lo cual se volvió su objetivo cuando tanteo que sería muy divertido y un gran reto lograrlo. Hacía mucho tiempo que no se veía motivado por cazar a una presa tan difícil como ella.

Puso entonces un plan en marcha, averiguo un poco sobre la relación aparentemente secreta de su actual novio de Hermione, así se entero del  nombre de la rubia amante de Weasley, descubriendo que era Gabrielle la hermana pequeña de su cuñada. Mientras planeaba la mejor manera de utilizar esa información a su favor se fue acercado mas y mas a la castaña, siendo todo lo atento y caballeroso, sin mostrar claro, sus oscuras intenciones. Se hizo pasar por un buen amigo y compañero de trabajo, haciendo que eventualmente tuvieran que tener más cosas en común dentro y fuera del ministerio, pero siempre ocultando de ojos curiosos esa extraña relación que se fortalecía con el paso de los días.

Sin saberlo Nott le facilito mucho las cosas, pues había logrado que Granger confiara poco a poco en los ex Slytherin, pues este se había ganado su completa confianza y su admiración. Podría decirse, sin exagerar, que el castaño se convirtió en poco tiempo en un gran amigo para la chica en cuestión,  por tanto eran mucho menores las barreras que mostraba en contra de sus antiguos enemigos naturales en el colegio.

Draco era inteligente sabia que debía ser paciente, pues su nueva presa no era para nada fácil y precipitar las cosas y dar un paso en falso podían arruinarlo todo. Debía orquestar todo de tal manera que Nott no se diera cuenta de sus intenciones para que no interviniera, a la par de que tenía que ir ganándose cada vez más la simpatía y confianza de Granger y dar el toque final al hacer que la relación ilícita que sostenía la comadreja con esa rubiecilla descendiente de vellas saliera a la luz pública.

La suerte le favorecía pues su amigo tuvo que salir a un congreso dándole la oportunidad que estaba buscando. Sin él en el camino sería más fácil hacer caer a su presa, pues estaría completamente desprotegida y en su poder.

Tenía una semana, lo que duraba el congreso, para afinar detalles y así lo hizo. El primer día hizo llegar a la oficina de Granger una nota anónima <Sabes que tu novio te engaña> se leía simplemente.

Lógicamente ella no creería fácil mente en esa información, mucho menos por llegar de manera anónima, pero sembraría en ella la duda y eso era mucho peor, pues se estaría devanando los sesos, preguntándose si tendría algo de verdad esa acusación. Ese fue el inicio de una campaña para lograr llenarla de desconfianza, claro que hubiera sido más fácil hacerle llegar aquellas fotos que había mandado tomar a un investigador privado, donde se veía a todas luces el tipo de relación que sostenían ese par, pero quería debilitarla poco a poco, para que en el momento de dar el último golpe estuviera completamente hundida.

Por boca de Hermione supo que esa noche saldría con la comadreja, que era su aniversario de novios y que tenían muchos planes para festejar. Pudo notarla inquieta y evasiva, no del todo contenta, sabía que la semilla de la duda estaba ahí creciendo y retorciéndose en su interior.

El rubio fue a una joyería a Londres Muggle para que nadie lo reconociera  y compro una preciosa pulsera con un fino gravado "Para el amor de mi vida" guardo el comprobante e hizo que uno de sus elfos domésticos dejara la nota como por descuido pero a la vista en el departamento que compartían Weasley y Granger. Arreglo también que  la fina pulsera llegara a las manos de Gabrielle. Y se sentó a esperar.

A la mañana siguiente la visito en su oficina y la noto abatida, sus ojos estaban tristes y oscuras ojeras estaba bajo ellos opacándolos. Todo había salido como imaginaba. La pulsera puso más que feliz a la rubia que termino secuestrando a Ron  que aturdido y sin comprender el por se estaba viendo arrastrado por la euforia desmedida de su amante y correspondió a los favores sexuales que se le ofrecían, sin importar que dejaría plantada a su novia oficial en la cena especial de aniversario.

Hermione espero casi dos horas en el restaurant a que su prometido llegara, estaba sumamente emocionada por que cuando se fue a arreglar a su departamento encontró el comprobante de lo que seguramente sería un obsequio de aniversario, había leído la descripción del artículo que había comprado, además de lo que se había gravado y estaba sumamente conmovida, esperando que al fin esa fuera la señal definitiva para que le pidiera matrimonio. Pero con forme los minutos corrían esa emoción fue sustituida por tristeza, pues recordó la nota donde le advertían que Ron la engañaba, sin embargo, todavía se resistía a creer ese tipo de calumnias, debía haber una explicación convincente del porque Ron no había llegado a su cita.

Cuando llego al fin al departamento con el ánimo por los suelos, Ron todavía no llegaba y trato de creer que algo inesperado había surgido en el trabajo, algo que tenía que ser muy importante como para que no hubiera llegado a su cita, así tenía que ser, pensó mientras se cambiaba y se escondía entre las sabanas para protegerse de sus dudas.

El pelirrojo llego de madrugada bastante mareado por licor con que había festejado con su amante aunque no sabía exactamente qué o por que festejaban, lo que estaba mas que claro era una marca en el cuello y aroma de un perfume que no era de Hermione. Gabrielle  solía ser cuidadosa para que no descubrieran su romance, pero dado que había recibido un regalo tan costoso y con aquel mensaje, para ella fue suficiente para saber que al fin el pelirrojo se había decidido por ella y que dejaría a Granger. Por eso no tuvo reparo en marcarlo en un arranque pasional.

Hermione comprendió todo al verlo en aquel estado, no espero por más explicación y tomando sus cosas abandono el departamento con un par de maletas, que ahora descansaban en un rincón en su oficina, porque ni siquiera había pensado todavía donde viviría a partir de ese día. Había tenido la necesidad imperiosa de salir y aun no tenía claro que aria a partir de entonces.

Malfoy la escucho imperturbable, sonriendo por dentro y aparentando empatía con la desgracia de la chica, pero ante todo tenia en sus manos lo que daría el golpe definitivo. <Lamento mucho lo que me cuentas y ser yo quien te muestre esto, pero creo que es mejor que te prepares>  le dijo extendiendo una copia del Profeta.

Al extender el periódico se quedo sin aliento, en la página principal había una enorme foto donde se podía apreciar a un  Ron Weasley algo mareado en los brazos de Gabrielle Dellacord y bajo ella una larga historia donde se detallaba una relación que parecía existir desde hacía mucho tiempo atrás y ella, ella que era la víctima en todo eso, se le acusaba de intentar destruir su relación.

Se llevo una mano para ahogar un grito y las lágrimas fluyeron de nuevo por sus ojos, estaba destrozada y amablemente Draco comenzó a consolarla.

Sabía que cuando la historia llegara a oídos de Theo este regresaría para intentar ayudarla, por eso tenía que ser sumamente hábil para dar los últimos toques a su plan. Le ofreció desinteresadamente alojamiento, un modesto departamento no muy lejos del ministerio que casi no utilizaba, sabía que no debía presionarla en esos momentos si no todo se torcería y lo arruinaría, ella debía confiar más en el.

Lo que paso despues no lo hubiera esperado, pero no por ello estaba menos complacido. Potter se presento preocupado en cuanto se entero, pero fue corrido por una furiosa castaña que le reprochaba no haberle dicho nada. El rostro culpable lo delato, él sabía lo que estaba pasando y lo dejo pasar.

-Está claro que no te importo lo suficiente como para contarme lo que estaba pasando. Has preferido que me entere de esa manera. -le lanzo el periódico.

-Yo no sabía cómo decirte, no quería lastimarte.

-¿No querías lastimarme? -dijo con ironía. -Pero preferiste que viviera un engaño, pues muchas gracias Harry, fuiste muy considerado. Ya entiendo lo mucho que me quieres, el buen hermano que eres, que me a protegido de que me lastimen y me ha dejado vivir una mentira.

-¡En verdad lo siento!

-Pues tu y tus los siento se pueden ir muy lejos, porque no me interesa en lo mas mínimo escucharte, me has dejado más que claro qué prefieres a Ronald, pues bien ¡Ya no quiero saber nada de ninguno de los dos!

-¡Por favor Hermione escúchame! -Suplico afligido

-El tiempo para escucharte ya se termino y ya no me interesa que me digas nada, todo está más que claro. Son hombres ¿No es eso? Se defienden sobre todas las cosas, se protegen, cubriendo sus trastadas, pues ya esta, ¡Al fin lo he comprendido!

-No digas eso, sabes que me importas, que eres como mi hermana. Yo no quería que esto pasara, hable con Ron para que terminara esa tontería pero no me escucho.

-¿Y aun así callaste? ¡Le dejaste engañarme! ¡Qué bueno eres!

-Se que hice mal, pero yo no sabia que hacer... yo...

-¡¡¡He dicho que te largues!!! -Grito perdiendo lo estribos, ya sin lagrimas en los ojos. Potter no tuvo más remedio que obedecer y marcharse arrepentido de haber callado.

Malfoy no tardo en llegar estaba al pendiente de lo que estaba pasando he intento proteger tanto como pudo a Hermione para que el escándalo no trascendiera demasiado, eso no le convenía  por ahora.

Sin saber que mas hacer o a donde ir, Hermione acepto estar un par de días en el departamento de Draco en lo que conseguía otro departamento. Pero estaba tan vulnerable, tan lastimada que se dejo envolver poco a poco con sus atenciones, con sus palabras de consuelo, que se encontró perdida al cabo de unos días, llena de dudas y confusión se dejo llevar y termino en la cama con el, después de haber bebido más de la cuenta. Pasada esa noche, el rubio no tenia suficiente de ella, quería mucho  más y decidió no presionarla y conquistarla más para prolongar sus encuentros.

Para cuando Theodore regreso dispuesto a confesar al fin sus sentimientos ya era tarde. Draco le conto que estaba saliendo con Granger y que le gustaba mucho, que quizás con el tiempo llegarían a algo formal. El castaño se sintió desfallecer y en vista de todo callo de nuevo por su amigo.

Pero después de todo, Draco no quiso hacer pública su relación, según el, hasta estar seguro de dar el siguiente paso, pero este momento nunca llegaba y con el tiempo se dio cuenta que Hermione había olvidado del todo a Weasley y estaba perdidamente enamorada de Malfoy. Lo que sin duda fue malo, porque comenzó a utilizar sus sentimientos en su contra e imponer sus decisiones.

Sabía que Hermione no tenía alma de mártir, ni carácter para dejarse dominar de esa manera, la leona había despertado y él quería por fin ser parte de su vida. Ser el protagonista de la historia y no solo el papel secundario que mira tras bambalinas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top