Extra : La Boda


Un año pasó desde los acontecimientos de la historia, no volvieron a saber de Raziel ni de los demonios durante este tiempo.

Pero que ha pasado durante este tiempo pues Isabel tuvo a su bebé, que resultó que en vez de un bebé fueron dos, un par de gemelos, una niña y un niño, según Catarina por la situación que pasaban en aquella época no le dio la oportunidad de ver bien el vientre de la cazadora, pero un mes después de todo lo ocurrido le dio la maravillosa noticia. Esta noticia emocionó mucho a la joven pareja y a los miembros de su familia.

Jace y Clary por su parte tuvieron un niño que tenía el mismo color de cabello que su madre y los ojos de su padre, Clary quedó embarazada un mes después de la pelea pero tuvo algunas complicaciones en el embarazo y lo dio a luz a los siete meses, pero gracias a Magnus y Cat todo salió muy bien, ahora tenía a su bebé en los brazos.

Ahora la vida de nuestros protagonistas Alexander y nuestro brujo; la vida para ellos dos había cambiado, Alec regreso al loft de su novio, los días y las noches eran una maravilla para los tortolitos. Después de construir un nuevo consejo entre los shadowhunters y subterráneos las cosas cambiaron, a el lo escogieron como nuevo consul a Magnus como líder del grupo de los subterráneos, todavía tenía el título de gran brujo pero aún más poderoso.

Durante este año viajaron a varias ciudades y pueblos de todo el mundo, pues tenían que recuperar el tiempo perdido, atrás quedó esos años negros para ambos, lejos de los demonios, lejos de las torturas; todo era amor para ellos, eran felices. Al quinto mes de la batalla final se fueron a Indonesia país de origen de Magnus donde se llevaría acabo el día más especial de ellos dos.

Un nervioso Alexander estaba de rodillas ante Magnus a la vez que tenía el anillo familiar Lightwood, solo eran ellos dos, pues era su momento.

— Magnus Bane... debes saber lo feliz que me haces, nunca imagine encontrar a alguien como tú, mi vida antes de ti era un encierro, me enseñaste a ser libre  — Alec se puso de pie sin soltar la mano de su amado — Yo quiero saber si... tu quisieras compartir una vida conmigo. Se que soy un ser mortal y en unos cuantos años me iré, pero lo que aprendí de ti es vivir el presente, el futuro se escribe solo — las mejillas de Magnus estaban cubiertas de lagrimas — Amor , ¿quieres ser mi compañero de vida?

Alexander estaba esperando una respuesta, la cual no llegaba a un, solo podía ver como su novio lo miraba; pensó tal vez que en los planes del brujo no estaba casarse, menos con un cazador de sombras, peor aún un ser inmortal. Pero nada le preparo para lo que venía, pues Magnus llevo su mano a su bolsillo trasero, del cual sacó una bolsita de color dorado, la cual abrió y de ella salió un anillo, este tenía una piedra de color azul.

El brujo dejó caer la bolsita para quedarse solo con el anillo; el cazador estaba muy sorprendido, pues los dos habían tenido la misma idea.

— Al parecer mi querido garbancito tuvimos la misma idea. Ahora es mi turno de hablar espero que no hayas pensado mal , cuando me quede callado —  con su pulgar acaricio la mejilla izquierda de Alec — Ambos hemos pasado por mucho mi bello cazador sombras primero mi padre, después esa separación de   siete largos años, años en que ningún momento deje de amarte y ahora que todo parece ir en paz, lo digo por que nunca se sabe que peligros nos espera mañana, pero lo único que quiero y deseo es que si mañana llegase ser el fin del mundo, lo quiero pasar contigo; Alexander Gideon Ligthwood ¿quieres ser mi compañero de vida? .

Ahora la escena era distinta pues era Alec quien tenía lagrimas, nunca había llorado frente a otra persona pues no quería que lo consideraran débil menos con su parabatai pero hubo una ocasión cuando Magnus fue llevado por su padre a Edom ahí se dio el lujo de derramar algunas lágrimas frente a todo su equipo. Estas no eran lágrimas de tristeza eran lágrimas de mucha felicidad.

Ambos no necesitaban respuesta alguna pues el beso que se daban en este momento era la respuesta de ambos.

La noche prosiguió, era la escena más bella que se podía ver, en aquel pequeño pueblo la luna brillaba intensamente, en una habitación dos amantes se demostraban su amor uno encima del otro, esa noche no había palabras, esa noche los besos y caricias era el lenguaje para ellos; ante aquella gran luna y en aquella cama ambos se decían si acepto.

Cuando regresaron de su lindo viaje de compromiso la noticia de su pronta boda hizo enloquecer a Isabel que con un bebé en brazos se aventó a abrazar a su hermano y muy pronto a su cuñado oficial; Simón también felicitó a la feliz pareja. El instituto se quedó a cargo de ellos dos, los más jóvenes directores de todos los tiempos, era un orgullo, sus padres hubieran estado contentos de ellos.

Jace con su querida esposa vivían en el instituto entre temporadas ya que la mansión Horendale era su residencia actual pero el rubio ya sabía que su hermano se iba a proponer por eso decidió pasar esos meses en el instituto; cuando vio a su parabatai con ese anillo en su dedo no dudo en felicitarle.

— Felicidades hermano — le dijo en un fuerte abrazo.

— Gracias, Jace. Estoy muy feliz. — le hablo con una gran sonrisa Alec.

— Si lo se, puedo sentirlo.

— Ohh cuñado — esta vez fue Clary, quien sostenía a su bebé — muchas felicidades — le dio un pequeño abrazo junto con una gran sonrisa.

— Muchas gracias cuñada — Alec le sonrio y luego se dirijo al bebé — ¿como esta el pequeño Will?.

— Esta muy bien, gracias por preguntar. Se parece mucho a su padre en lo tranquilo.

— Jace, ¿estas bien? Tu no eres para nada tranquilo, dirás que se parece a su madre.

— ok, ok. No discutan por favor, recuerden que estoy de fiesta.

— Si, perdón Alec.

Después de los saludos de felicitaciones, Isabel hablo con Magnus referente a los planes de boda. Los dos eran los más emocionados por la decoración y los trajes las invitaciones, el lugar donde seria la ceremonia, todo debía ser perfecto.

Faltaban 5 meses para la boda pero ellos hablaban como si fuera mañana, hasta Magnus apuntaba todo lo que decía su cuñada.

— Estaba pensando que podía ser en Francia en el mismo Palacio de Versalles —  los ojitos del brujo brillaban como estrellas.

— O podría ser en una isla desierta — opino Isabel.

— Me gusta mucho esa idea — todos los presentes miraban con desconcierto a ellos dos.

— Suerte hermano, tendrás unos meses horribles de planificación. — se burló Jace.

— Oye, no seas malo. — Clary le dio un golpe a su esposo — No le creas Alec, todo va salir bien, es la primera vez que se casan.

— La primera y la última — dijo Alexander.

Todos rieron.

*****

Como había dicho Jace la planificación para la ceremonia era todo un infierno, no porque no le importara ese momento especial si no que su ahora prometido, le había llevado a no sabe cuántas galerías a que se probara, no sabe cuantos trajes para novios y no era en el mundo mágico, pero en algunos locales Alec se dio cuenta que los vendedores miraban mal a su novio y a el también; la homofobia seguía y seguirá reinando hasta que las personas vean que el amor tiene diferentes formas y colores. Pero eso no le quitaba el ánimo, bueno lo único que no le gustaba de esta salida era eso los benditos trajes, poco más le dice a Magnus que se casaría con su traje de guerrero, ya se imaginaba la cara del brujo si en realidad le hubiera dicho eso.

De regreso a su hogar y sin ninguna bolsa de compras, se acostó en la silla, realmente estaba agotado y esto solo era el comienzo.

— Garbancito...

— Umm... —. Alexander miraba a su novio como le quitaba los zapatos y le daba masajes.

— Siento mucho haberte hecho caminar — se  disculpó el brujo.

— No tienes porque pedir disculpas, me gusta pasar tiempo contigo...

— Ahí vamos, pero..siempre hay en pero.

— Si, si lo hay. Debes tratar de calmarte, se que los preparativos son importantes pero se supone que debe ser una experiencia agradable, no asfixiante.

— Me pase, ¿cierto?.

— Solo un poco, pero se te entiendo, quieres que todo este perfecto. Pero también quiero opinar.

— Si, claro. Dime, ¿que deseas?.

— Referente al traje de boda, quiero que sea el traje tradicional que usa los shadowhunters.

Magnus se paró del mueble.

— Si, lo había pensado, pero no creo que los brujos del consejo, me dejen casarme con el el azul tradicional de los brujos.

— Pero, ¿por que, no? Pensé que las cosas habían cambiado.

— Con tu gente si, con la mía no, sabes que esos ancianos del laberinto espiral, no son todos de mente abierta.

— No puedo creer eso, hemos vivido dos guerras, y así no pueden cambiar — Alec hablaba molesto.

— Lo se, pero no te enojes.

— Yo iré hablar con esos señores.

— No, creo que debas hacerlo, no son muy amigables.

— Bueno, tu eres líder ahora de los brujos, debes darme una audiencia con ellos.

— Espera, me estás diciendo que un cazador de sombras, ¿quiere hablar, con los altos brujos?.

— Exacto, lo haré formal, si gustas — Alec se puso de pie — Señor Magnus Bane, solicito una audiencia con los altos brujos del laberinto espiral.

— Asunto, señor Alexander Ligthwood.

— El asunto a tratar es solicitar permiso para realizar una boda en el recinto de los brujos.

Magnus se quedó en shock ante lo dicho por su cazador, no podía creer que Alexander quería casarse en el laberinto espiral, casa de los brujos, donde ninguna otra especie ha entrado, excepto en la guerra pasada. Pero ahora no podía hablar como el novio de Alec si no como el líder de los brujos.

— No sabe lo que está pidiendo, ¿está seguro de querer solicitar eso?.

— Como dice un lema familiar Ligthwood todo lo tomamos en serio. No estoy bromeando señor — Realmente Alec hablaba  enserio, eso se podía ver en su expresión.

— Esta bien, señor Ligthwood, acepto su solicitud, pero créame no es tan fácil convencer al clero.

— Eso lo veremos señor Bane, espero verle el día mi boda.

— Eso no me lo perdería por nada del mundo, señor Ligthwood.

Así terminó la solicitud para tener la audiencia en el laberinto espiral; pero ahí no acabaría su velada, pues el romance se olía a kilómetros y en la ducha se demostrarían cuanto se amaban el uno al otro.

Así llegó el dia de la audiencia, Alec como todo guerrero vistió su traje de cazador, su prometido no estaba ese día ya que como jefe de los brujos debía estar con lo de su especie. Llego la hora pactada para la reunión con los altos brujos; en el salón del Laberinto Espiral estaban ya los brujos en una mesa redonda, en el medio Magnus quien iba a presidir la reunión.

— Buenos días a todos — saludo el cazador

— Buenos días, señor Ligthwood. ¿Que es lo que le trajo a solicitar esta audiencia?

— Si, señor Bane. Lo que me trajo aquí, es una solicitud para poder casarme en este lugar con un brujo.

— ¿Una boda? — comento un anciano, que no dejo que Magnus hablara.

— Si, una boda. Voy a casarme con Magnus Bane y deseo que este sea el lugar para la ceremonia.

— Esto es inconcebible, usted un cazador de sombras, viene aquí para decirnos que se va a casar, encima con uno de nosotros — hablo con desdén el viejo brujo.

— Si, eso mismo dije. Se que mi novio no ha podido hablar con ustedes, ya se de sus largas tradiciones, lo se muy bien, ya que por siglos nosotros también hemos seguido una lista larga de reglas y protocolos.

— No es necesario que nos diga quien es el brujo con que se va casar, ya sabemos eso, pero no podemos permitir que un de su especie, sin ofender señor Ligthwood, venga a la que ha sido la cuna de los brujos a pretender que se lleve acabo esa ceremonia.

— ¿Puedo hablar? — Magnus pidió permiso fiel a su estilo, se puso de pie y miró a todos los viejos consejeros a los ojos. —. Señores hace un año enfrente una de las peleas más fuertes de mi vida, por siete años creí perdido al amor de mi vida..— cuando dijo lo último miró a Alec —. Solo pido que me permitan que use el azul tradicional que los brujos, el cual utilizamos para las bodas, no importa si la ceremonia es celebrada aquí o en una isla desierta, lo importante es lo celebrar la unión de dos personas que se aman.

Los ancianos se miraron entre y miraron a su actual líder y asintieron.

— Podrá utilizar el azul en su traje, pero por ningún motivo dejaremos que profanen este santuario.

Magnus iba a reclamar pero su novio negó y el se quedó callado.

— Gracias, señores. — Alec hizo una breve reverencia.

— Si ese es todo — los ancianos se pusieron de pie — Damos por terminada la reunión, el más viejo de los ancianos miro a Magnus.

— Bien, esta reunión a dado por concluida, el señor Magnus Bane se casará de azul como dicta la tradición, pero la boda no será en este recinto, ambas partes llegaron al acuerdo.

Al salir los ancianos de la sala de conferencias el brujo se juntó con su prometido.

— Te dije amor, no iban a dejar que nos casemos aquí — lo dijo con tono de tristeza.

— Si, es una verdadera pena, pero eso es lo que vine a buscar — el cazador sujeto de la cadera al brujo.

— ¿Que? —. Magnus estaba confundido — Explicate.

— Yo siempre vine para pedir que te dejaran casar con el traje de los brujos, eso que deseaba hacer la ceremonia aquí, era una segunda opción, nunca fue prioridad.

— Pero... tu me dijiste que..

— Si, yo te dije cosas — le interrumpió Alec a su novio — Solo puse dos casos a la mesa una más fuerte que el otro, así te dan el que para ellos no es relevante.

— Que inteligente, garbancito. — beso los labios de su cazador.

— Siempre estar un paso adelante, Magnus. Pero ahora si, vamos.

Magnus creo un portal y llegaron a su casa donde una sección de sexo en la ducha les ayudó alegrar más el día.

*****

Los meses pasaron y así llegó el día de la boda; Jace ayudaba a su hermano con su traje, todo estaba quedando de maravilla, la decoración, con flores blancas y azules, era los colores favoritos de Magnus.

Alexander se encontraba muy nervioso, ya listo con su traje se fue a la oficina de su padre; se preguntaran dónde es la boda, pues era en el instituto. Si Magnus fue el que hizo la propuesta, pues quería que todo el mundo esté presente.

Para la boda llegaron todos los que participaron en la guerra, todo era hermoso la decoración, las mesas, los bocadillos; todo como lo planeo estaba ahí.

— Magnus, si que se lució — comento Clary con su bebé en brazos.

— Si, mi cuñado es un genio — trataba que su niña dejara en paz las flores de la mesa.

— Ni que lo digas... por favor Harry — El niño que sostenía en sus brazos le estaba quitando la corbata a su padre.

— Ay, querido parabatai. Mis sobrinos son tan  parecidos a ustedes dos.

— Eso no lo saco de mi, más bien de su madre. — comento Simón que peleaba con su pequeño.

— No te quejes — se defendió Isabel —. Yo no fui quien dejó dos semillas dentro mío.

— Esa no es una conversación que dos niños deban oír.

— Por favor, Clary. Son unos bebés, no saben sobre el tema. — La peliroja rodo los ojos.

En la habitación de Alexander, los parabatais hablaban.

— Tranquilo hermano, te ves bien, no más guapo que yo en mi boda. — Alec rodo los ojos.

— Gracias — dijo de manera sarcástica — Me alegra que no hayas cambiado ese ego tuyo.

— Si, Raziel me bendijo con este rostro — lo decía mientras se miraba al espejo.

— Gracias.. por estar aquí conmigo — le dijo mientras se acomodaba las mangas de la camisa. Alexander miraba a su parabatai al igual que este le miraba.

— De nada, hermano. Tu corbata no quiere estar quieta — el rubio volvió a acomodar la corbata del ojiazul —. Siempre seremos hermanos, ¿cierto?.

— Claro que si, lo seremos. Me esperaste siete años, Jace.

— Más bien, no te busque — agacho su rostro.

— No sabías que estaba vivo, no te debes culpar. Que me casé no significa que te vaya a dejar de lado, tu no lo has hecho estando casado, recuerda a donde tu vayas yo iré..

— Ja ja ja... sin querer estamos atados de por vida.

— Elegí al mejor parabatai del mundo de las sombras —. Alexander abrazo a su hermano.

— Bueno, dejemos el momento de chicas — decía Jace mientras se secaba algunas lágrimas al igual que lo hacia Alec.

Ambos cazadores salieron de la habitación.



— ¡Magnus, ya cálmate! — le grito Cat a su amigo.

— No puedo, me voy a casar, seré un hombre casado — caminaba de un lado a otro.

— Dirás un brujo casado. Pero eso es lo que deseabas ¿verdad?.

— Claro que si, por ocho años espere este momento. Primero sentí morir cuando creí que mi garbancito había muerto, luego su falta de memoria...

— Pero..

— Me conoces muy bien amiga, tengo miedo, soy un brujo inmortal, no se si voy a soportar todo, yo...

Catarina le dio una cachetada, Magnus puso su mano en la mejilla.

— No hables estupideces, estás hablando de Alexander, se supone que ya han hablado del tema de la inmortalidad, por eso le terminaste hace tiempo.

— Tienes razón, seguro son los nervios — mira el reloj de estaba en la pared. — Falta poco.

— Si, pronto serás un Ligthwood.

— Si, seremos una familia, Ligthwood Bane.

— Si, así será. Por cierto, te queda bien el azul claro que le tenias que poner tu.. toque personal.

— Sabes que me encanta el brillo y en mi boda no iba a faltar.

— Si, pero es mejor darnos prisa, no vas a querer llegar tarde a tu propia boda y dejar esperando a tu novio, que seguro que estará para comer.

— No, no claro que no. Pero Cat, no seas vulgar.

— Mira quien habla, mejor vámonos, que los invitados seguro ya están ahí.

El par de amigos salieron camino al instituto.

Era como dijo Catarina, todos los invitados ya estaban en el salón, todos en traje, los del submundo y los cazadores, eso es lo que le decía Cat a su amigo.



Así pasó medio hora y por fin iniciaba la ceremonia; Isabel hacia su ingreso con llevando los aros detrás ella su cuñado quien iba acompañado de su azul amiga Cat y en el altar esperaba Alexander, con su traje dorado con su corbata rebelde, pero lo que le llamo la atención del brujo mientras caminaba por el extenso pasillo era los brillos de los ojos azules de su novio, esa era de la mirada de que hablaban las mujeres cuando se casaban y veían al novio al pie del altar.

Alexander por su parte miraba el bello y brillante traje de su futuro esposo, se veía realmente hermoso, sobre todo aquel brillo que sus ojos verde esmeralda; la canción seguía sonando pero poco a poco se iba apagando, terminó la última nota y Magnus ya estaba a un paso de el..

— Por favor, cuida bien de mi amigo — le dijo Cat mientras Alec recibía la mano de Magnus.

— Eso dalo por hecho, gracias — la bruja le devolvió una sonrisa como respuesta y se paso a sentar a su lugar.

El hermano Enoc era quien realizaría la ceremonia, todos tomaron asiento y escuchaban las palabras del hermano silencioso; todo transcurría normal hasta que llego la hora de decir los votos y la puesta de los aros, el cazador hablaría primero.

— Magnus, amor. Sabes que hemos pasado por mucho para llegar aquí, también se que has sufrido mucho por mi culpa, pero voy a compensar cada lágrima que has derramado por mi, eso es lo que quería decirte para comenzar ahora viene la mejor parte. Cuando te conocí yo era un joven que escondía su verdadera forma de ser, pero llegaste en ese preciso momento para liberarme y salir del armario, ver un mundo lleno de colores y te doy las gracias por ello, te amo demasiado que no alcanzaría la vida para demostrarte ese amor, pero lo único que se es que viviré el día a día, tienes todo mi corazón, te amo.

El cazador se limpiaba algunas lágrimas que se le salían de la emoción.

— Mi querido Alexander, desde que te vi me impactó ese color azul de tus ojos, pero mi amor por ti fue desarrollando poco a poco, me di cuanta que no eras como los otros cazadores, después de pasar todos esos obstáculos junto con tus amigos te has vuelto la persona más valiosa para mi, me has enseñado muchas cosas y me has dado una familia, me has enseñado a confiar más en los demás, has dado magia a vida y quiero compartir todo que tengo contigo, te amo Alexander Ligthwood, te haré feliz todos los días de la vida que nos toque estar juntos gracias por aparecer esa noche.

Después de terminado de decir sus votos el hermano silencioso continuó y le ordenó a colocar los aros , Isabel les entregó a cada uno y ellos hicieron el resto.

— Bien, con la autoridad que el consejo me dio, yo declaro a esta pareja casada por todas las leyes del mundo de la sombra, pueden sellar esa unión colocando las runas una en la mano y la otra en el corazón.

Clary cuando se enteró que le ceremonia iba ser solo decir los votos y ponerse los anillos idea una runa muy especial para ellos dos, como una marca especial y claro una ideal que no matará a Magnus.

Alexander fue el primero en dibujar la runa se dio cuenta que su cuñada tenia razón, pues cuando la dibujaba en la muñeca de su amado no se quejaba ni quemaba su piel, luego fue turno de Magnus el cual tuvo tuvo que abrir la camisa de su amado para dibujar la runa. Al finalizar el acto, el hermano Enoc dijo sus últimas palabras.

— Ahora están oficialmente unidos, pueden sellar la unión con un beso de amor.

La pareja se beso y sellaron así unión mientras todos los presentes aplaudían.







Agradezco a todos los que han leído mi historia pensé en hacer este extra cuando publiqué el final, pero no pude hacerlo por factores x, pero hoy en esta cuarentena decidí escribir. También es un regalo para los  nuevos lectores.

De verdad muchas gracias por haberme acompañado en esta aventura, esto es todo nos vemos en los otros fic Malec que voy a crear, los quiero, cuídense y bendiciones.

👍😌


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