Capítulo 12
—Magnus, ya son cinco días —Gritó alterado Jace.
— ¡¿Y PIENSAS QUE YO NO ESTOY PREOCUPADO?! —Gritó también alterado Magnus. El cazador y el brujo se acercaron, los presentes se asustaron porque pensaron que se iban a los golpes.
—¡SILENCIO A AMBOS!—Robert iba entrando—. ,¡ESTE NO ES LUGAR PARA SUS DISCUSIONES, NO OLVIDEN QUE MI HIJO ESTÁ DELICADO, ASI QUE LARGO! —Robert sacó a Jace y a Magnus de la enfermería, sin protestar ambos salieron. Jace iba a encarar a Magnus.
—Lo siento, lo siento —Se disculpó el brujo. Jace se quedó sorprendido, ya que Magnus no era de esas personas que pedían disculpas.
—Discúlpame a mí —Magnus miró al rubio y este sonreía—. Pude sentirlo, ¿sabes?, sentí el dolor de Alec —decía con pesar Jace—. No sé si sentirme mala persona, Magnus —El brujo no comprendía lo que quería decir el cazador—. Pero quiero sentirlo de nuevo, así sea que sufra dolor, sé que suena feo eso, pero sentirlo me hizo sentirme con vida, a mí también me hace falta —Jace no pudo contener las lágrimas y ambos hombres se sumaron en un abrazo.
—No es malo lo que sientes, Jace —el brujo miró fijamente al cazador—. Es tu hermano de quien hablamos, su vínculo es grande, ya quisiera yo tener ese vínculo así de fuerte con él.
Jace supo una vez más que Magnus haría cualquier cosa por su parabatai.
—Gracias, Magnus... —el brujo lo miró confuso—. Por amar a mi hermano —finalizó Jace. Magnus entendió que ya era parte de la familia de su novio.
Empezaron a reír y a contar anécdotas divertidas vividas junto a Alec, no podían ocultar la tristeza que tenían, pero no se iban a rendir iban a recuperar a Alec juntos.
Era de noche y los padres de Alec discutían, Maryse no estaba de acuerdo con lo que Robert estaba proponiendo.
—¿No puedes hablar en serio,Robert? —decía sorprendida la mujer—. No es posible que hayas pensado en esa solución.
—Entonces, dime tú, mujer, ¿se te ocurre otra cosa? —Robert miró a Maryse por una respuesta que no llegó—. Hasta Magnus ha dicho que no sabe qué ocurre.
—Sí eso lo sé, pero lo que propones es… —ambos fueron interrumpidos por el toque de la puerta.
—Mamá, papá —se escuchó la voz de Izzy.
—Adelante hija —Izzy pasó y saludó a sus padres.
—Se supone que deberías estar en descanso —le dijo Robert.
—Sí. Pero no puedo si es que Alec no está bien —Izzy miraba como sus padres se lanzaban miradas acusadoras—. Tranquilos, fue Simón quien me avisó.
—Izzy tu padre tiene razón deberías guardar reposo —Maryse quería convencer a su hija—. Además, ya no debes pensar en ti sino en el bebé que llevas dentro —la señora rogaba para que con ese discurso su hija aceptara, pero Izzy no era tan fácil de convencer.
—En serio, me siento bien —se sentó en el mueble—. Alec es mi hermano mayor, es normal que me preocupe por él —finalizó de hablar. Ambos padres se miraron.
—Su pronóstico es reservado, hace cinco días que no reacciona, tiene también pequeñas crisis —Robert explicaba a su hija—. Hemos tomado una decisión —al decir eso con eso la mujer mayor se molestó e hizo que Izzy se preocupara.
—Robert, si mal no recuerdo, todavía no hemos decidido nada —habló enojada Maryse.
— ¿Qué? ¿De qué hablan? ¿Cuál decisión? —preguntaba asustada la pelinegra.
—Llamar a los hermanos silenciosos —Izzy no podía creer lo que estaba escuchando.
—No te referirás a... —Robert interrumpió a Izzy.
—Sí —Maryse empezó a llorar e Izzy se acercó a ella, Robert solo las miraba—. Voy a llamar al hermano Enoc —diciendo esto salió de la oficina, dejando a las mujeres llorando.
—Chicos necesito hablar con ustedes —Izzy sonaba angustiada, así que todos la siguieron.
— ¿Qué es lo que pasa, Izzy? —estaba preocupado—. Por tu expresión no es nada bueno —sentenció Jace.
—No me digas que es el bebé —Simón se acercó pronto a su novia y la besó.
—Uhmm eso me gusta —sonrió Izzy, pero rápidamente su expresión cambió—. Mi padre quiere llamar al hermano Enoc —todos se quedaron en silencio.
—No, no y no —gritaba Jace—. Es una locura Izzy, no puede hacer eso —el rubio estaba a punto de salir de la sala, pero Clary detuvo su salida.
—Jace a todos nos afecta lo que estamos escuchando, pero debes tranquilizarte —el rubio asintió y volvió a sentarse.
— ¿Y qué esperas que hagamos, Izzy? —pregunto Clary.
La pelinegra muy seria.
—Evitar a toda costa que ese tal Enoc, toque a mi hermano —todos asintieron—. Entonces este será el plan...
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Catarina había mandado a Magnus a descansar, ya que por estar pendiente de Alec el brujo no había dormido en estos últimos días, para Magnus eso era lo menos importante ahora, descansar no haría que su novio volviera. No podía creer que después de la gran guerra, estos acontecimientos serían para él un calvario, primero perder a Alec eso si fue un golpe tremendo, después encontrarlo con otra vida, tercero recupero y perderlo nuevamente y para rematar ahora está en estado de coma, todo se complicaba más y más, el brujo está tan desesperado por ayudar a su novio que estaría dispuesto de ir con su padre, pero sabría muy bien que Alec no se quedara quieto, así que empezó alejar esos pensamientos. Así que decidió darse un baño con espumas para relajarse y volver al instituto, ya que ese ahora era su lugar.
Había pasado dos horas y salió de su baño de relajación, en su cama esperaba la ropa que iba a ponerse y los accesorios que le harían juego, estaba dando un último vistazo a su ropa cuando llegó un mensaje de fuego de su cuñada.
Magnus soy Izzy, tenemos noticias terribles mis padres quieren que el hermano Enoc se encargue de él, no podemos permitir eso, pero aguarda tenemos un plan.
Y como tal el mensaje se hizo cenizas, eso hizo a Magnus a darse prisa y con solo dos movimientos de dedos ya estaba listo. Estaba a punto de abrir un portal cuando un segundo mensaje llegó, pero esta vez sí sabía de dónde provenía...
Mis más cordiales saludos, gran brujo de Brooklyn. El motivo que me lleva a escribir es que hemos recibido la visita del inquisidor Robert Lightwood pidiendo ayuda para su hijo Alec Lightwood, pero como sé que no estás al tanto de ello decidí informarte, la operación se hará dentro 30 minutos.
Atte.: el hermano Zachariah.
No pasó ni un minuto y ya había un portal y dentro de él Magnus, mientras que el aire ya se desvanecía el mensaje que había leído.
Todo había pasado muy rápido. Según Izzy era un buen plan, por así decirlo.
Jace entró haciendo visita a Alec y esperó quedarse completamente solo, sin ningún médico en la habitación, cuando sucedió, mandó a Clary un mensaje, la pelirroja informó y todos se empezaron a mover. Izzy se fue a la oficina de sus padres, ella iba a ser la distracción de ambos.
—Hola, Papá, hola, Mamá —entró saludando poniendo en marcha su plan.
Mientras eso pasaba Simón también se ponía en marcha, su misión era sencilla: robar los códigos de la puerta de salida de enfermería, mientras que Clary creaba una runa para pasar desapercibido en el instituto y hacer inviables las runas en el mundo exterior. Todo estaba marchando bien, los cazadores al mismo tiempo veían sus celulares para ver cómo les estaba lleno a todos, en eso Clary envía un mensaje diciendo que ya tenía listo la nueva runa.
Izzy buscó una excusa para retirarse de la oficina de sus padres, que no le gustó nada esa actitud de la futura mamá.
Simón ya tenía los códigos y Jace también ya había sacado a Alec de su habitación, ahora venía lo difícil: salir de la enfermería, eso iba a ser un problema. Cuando pasó el tema de Dominic un cazador del Círculo que se encontraba en la enfermería y que escapó por dejarlo sin guardias, de ahí implementaron los códigos que solo lo tenía un hermano silencioso cuidando la salida, ya estaban todo bien, pero no siempre sale todo lo que planeamos, los señores Lightwood sorprendieron a los cazadores y ahí se fue todo el plan.
Cuando llevaban a Alec de nuevo a la habitación, llegó el hermano Enoc quien informó que ya iba a proceder con la curación.
—Son unos irresponsables —trataba de controlarse Maryse—. Lo que querían hacer era muy peligroso.
—Lo que ustedes también quieren hacer, es peor —Contraatacó Jace—. Alec puede no despertar, incluso puede no recordar nada —finalizó el rubio.
—Mamá, debes detenerlo —suplicó Izzy —No podemos hacerle esto Alec, por favor, mamá —insistía la cazadora.
—Esta decisión ya está tomada, no hay lugar para reclamos es lo mejor para mi hijo —intervino Robert.
—No utilices este momento para querer ser bueno con Alec cuando hace años le diste la espalda —era el rubio que reclamaba los malos tratos que recibió Alec de su padre.
Todo se estaba saliendo de control, de repente un ruido llamó la atención de todos, era Magnus que hacía su aparición, pero no venía solo, su acompañante era un señor ya de edad, vestía de manera antigua y daba algo de miedo.
—¿Todavía no han empezado? —pregunto preocupado Magnus, el rubio negó con la cabeza—. ¡Qué bien! —se puso feliz y observó que todos tenían la vista en su acompañante—. ¿Dónde quedan mis modales? El caballero aquí presente es uno de los cinco grandes brujos antiguos —los cazadores estaban más sorprendidos ahora, habían escuchado de leyendas de esos antiguos brujos inventores de la magia, nunca lo creyeron, pero ahí tenían uno al frente—. Vino para ayudar a Alec —volvieron a mirar al brujo con esperanza—. Su arte es la curación, Su nombre es Valed —el antiguo brujo hizo una pequeña reverencia en forma de saludo y los cazadores imitaron el gesto.
—Gracias Magnus, pero ya tenemos todo…. —Robert no pudo terminar de hablar, porque el hermano Enoc y el antiguo brujo Valed, se pusieron hablar, aunque para todos estaban mirándose detalladamente, ellos tenían una conversación mental; después de unos minutos, que parecieron eternos, el brujo Valed habló.
—He estado hablando con el hermano Enoc de la curación que va a realizar, quiero saber si saben los riesgos —la voz del brujo no sonaba para nada vieja, era una voz que retumbaba el pasillo en forma de eco.
—Sí, los sabemos, estamos de acuerdo—contestó Robert.
—Hablarás por ti —reprochó Jace nada feliz, Robert lo miró molesto por sus palabras.
—Como sabrán no todo es malo, ya que el hermano Enoc me ha permitido ayudar en la operación, pero ni con mi ayuda garantizo éxito —finalizó.
—Mamá, papá, por favor —Izzy se puso en frente de sus padres—. Nada garantiza que esto sea exitoso detengan esto —ambos padres se miraron, pero Robert ya tenía su decisión.
—Puede continuar, hermano Enoc —dijo Robert mirando fijamente a su hija, que no pudo evitar llorar y se fue al lado de Simón.
El hermano Enoc y el gran brujo Valed se adentraron a la habitación, no sin antes Magnus mirará a su amigo y este le sonrió, esa sonrisa para Magnus era esperanzadora.
Se sabía que la operación craneal que los hermanos hacían era complicada, los resultados algunas veces no salían como esperaban, los pacientes podían morir, quedarse en coma, o no recordar nada de su vida, era cincuenta y cincuenta, es por eso la oposición de los cazadores, pero entendían a los mayores, lo hacían para traer de vuelta a Alec, eso valía más.
Se quedaron viendo la puerta de la habitación y cómo, al cabo de unos segundos, empezaron a verse luces dentro de ella, solo tenían que esperar.
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