Capítulo 3: ¡Regreso de Lys!
*Castiel*
Bajé corriendo de la habitación de mi hermana mientras sentía como mi perro me movía la cola desesperado en búsqueda de atención. Lo siento, Dem, hoy no. ¿Dónde mierda había dejado mis llaves? Mi mejor amigo se había despertado en el hospital y estaba como loco queriendo verme, y yo aquí como un imbécil buscando las llaves. Escuché unos pasos bajando la escalera, alcé mi vista y me encontré a mi madre sonriendo. Sostenía unas llaves.
-¿Buscabas esto? Ten, ve en el auto. Ni un solo raspón.-dijo mi madre. Me lanzó ambas llaves y las tomé en el aire. Le sonreí y pensé en salir corriendo como un demente hacia afuera, pero debía agradecérselo. Me acerqué a ella, la cual se veía aun en pijama y le sonreí guiñándole un ojo.
-Gracias, ma. Sin ni un rayón. Descuida, manejo increíble. ¿Papá cómo está? ¿Iris?-pregunté. Ella me sonrió con dulzura. Bajó hasta la cocina y la seguí mientras veía como sacaba algunas cosas de la heladera.
-Confío en ti, además si tomas el ómnibus demoraras mucho. Tu padre no va a manejar en el estado que esta y yo tampoco, debo cuidarlo aunque se encuentra bien. Tu hermana está estudiando, me dijo que después del colegio iría a ver a Lys y Alaska. Así que si te quedas un tiempo allí, seguramente puedas volver con ella.-dijo mi madre.
-Seguro.-dije. Le sonreí, tomé las llaves y me encamine hacia la puerta, pero mi madre me detuvo. Traía una bolsa consigo y me la dio, luego de acariciarme el rostro y sonreírme.
-Es tu almuerzo, cielo. Sabes, te fuiste muy temprano de casa y algunas veces extraño tener a mi niño por aquí.-dijo mi madre. Tomé la bolsa que me extendía, por un segundo mi mente volvió al pasado. Recordé cuando vivía aquí, Iris era igual de feliz de cómo es ahora, todo era igual: solo que yo estaba con Debrah y mi vida era un asco. Mis únicos amigos eran Lysandro, Viktor y con algo de suerte, Chris. Mi padre no solía tratarme bien, al igual que yo creía que Nathaniel no era mi amigo. Y ahora todo eso se había revertido gracias a una sola persona: Alaska. Suspiré, solo deseaba que ella estuviera bien.
-¿Cielo? ¿Te encuentras bien? No debes ir.-dijo mi madre. Mire la bolsa que me tendía, apenas un año atrás no se la hubiera tomado, me hubiera puesto un cigarro en la boca y me hubiera ido. Pero ahora era distinto, se la tomé con una sonrisa y la abracé.
-Sí, debo ir y sí me encuentro bien. Solo sigo cansado por no haber descansado bien y por todo lo que está pasando. Esto... Gracias por el almuerzo, ma. Pero no quiero hacer esperar más a Lys, he estado muy nervioso por él y en verdad quiero verlo cuanto antes.-dije. Ella sonrió y me asintió. Le hice un gesto a Demonio para que me siguiera y él se quedó en el patio jugando con sus juguetes mientras me veía irme. Me subí al automóvil, me puse el cinturón y encendí la radio local. De inmediato escuché una locutora que estaba hablando.
Locutora: Volvemos al programa de hoy. Los fanáticos de Demons se preguntan qué está sucediendo con los miembros de su banda, hace unos días supimos de manos de Castiel, uno de los guitarristas, que se encontraba en pareja con Alaska Blue. Él nos informó que ella se encontraba secuestrada, y todos sus fanáticos se movilizaron en redes sociales para ayudar en la búsqueda. Algunos "demonios" como se hacen llamar sus fanáticos se encontraban absortos con la gravedad de los hechos. Supimos que la policía está investigando su caso, una reportera intentó hablar con una de las policías asignadas al caso, a continuación los dejaremos con ella.
Reportera: Buen día. En verdad no pudimos conseguir nada, por ahora solo conseguimos que una oficial nos hablara y no fue nada amable. Tenía el cabello rosado y apenas le nombramos a Alaska, se enloqueció. Simplemente me observó con mala cara y se limitó a controlarse como pudo.
Locutora: Que pena. Les estaremos avisando más de esta nueva banda que arrasó con furor en el público. Quédense con nosotros para más información de Demon...
Bajé el volumen de la radio y escuché como sonaba nuestro sencillo. Genial, lo único que me faltaba era la jodida prensa. Afortunadamente, mi celular me distrajo, era Violeta llamándome. Atendí y deje el celular en manos libres, puesto a que no debía manejar con el celular, no solo por mi vida, sino porque mis padres me matarían si me multaban. Demonios, ya estaba volviendo a pensar como si viviera con ellos, Castiel, vives solo hace un tiempo. Suspiré.
Yo: ¿Hola? ¿Lys está bien?
Violet: Hola, Castiel. Sí, está más que bien, de hecho quiere hablar contigo. ¿Te lo paso?
Yo: Por supuesto, gracias, por todo Violet.
Violet: De nada, gracias a ti por apoyarme.
Lys: Hey colega. ¿Cómo estás? ¿Vienes para aquí? Quiero verte, necesito a mi mejor amigo en este momento.
Lys se escuchaba completamente agotado, su grave y calmada voz se escuchaba mucho más apagada que de costumbre, por un segundo pensé que estaba hablando con un anciano. Lys nunca fue una persona demasiado enérgica, sin embargo conmigo no solía ser tan callado. Mierda, me sentí una basura al saber que había metido a mi mejor amigo en esto y ahora él estaba sufriendo las consecuencias. Me cago en todo, si tan solo no hubiera sido tan terco y me hubiera dejado a mí ayudar a Alaska... Ya no importaba, pensar solo me haría peor.
Yo: Anda, miren se despertó el blanco durmiente. ¿No puedes vivir sin mí?
Lys: Podría decirte lo mismo, me contaron que te pusiste algo sentimental anoche cuando pasaste a verme. ¡Oh, antes de que me olvide! No debes apresurarte, pero una tal Nebraska está yendo a buscarte para ayudarte con la prensa. Hay muchas personas en la entrada, a Chris casi se le tiran arriba a preguntas, no quiso decir nada. ¿Tienes idea de quién es? Tiene un aura muy Alaska, pero mucho más ruda. No sabía que eso era siquiera posible. Si no estuvieras con Alask, juraría que intentaría emparejarte con ella.
Yo: Debes estar de puta broma, cuando llegue te explico quién es Nebraska...
Me interrumpí cuando una mujer vestida de negro con una motocicleta enorme y también negra se detuvo enfrente de mí. Quien fuera no le importó que venía conduciendo, simplemente se mantuvo allí, impasible. Tuve que frenar completamente a las prisas, observé por el retrovisor rogando que no hubiera nadie detrás, y afortunadamente no lo había. Ella permaneció en la moto, no le importaba absolutamente. Se sacó el casco y su cabello se soltó, era Nebraska con sus malditos rizos. Venía mascando un chicle, apenas me vio se esforzó por poner aún más mala cara. Se bajó de la moto y caminó hacia mí, venia vestida completamente de negro y con un estilo que podría ser perfectamente mío. La miré con odio, me saqué el cinturón y bajé del vehículo. Noté que ella estaba más alta que yo, lo cual era algo que nunca me había pasado, mire hacia abajo y noté que traía unas inmensas plataformas negras llenas de pinchos o tachas. Explotó el chicle tras hacerlo un globo y con la menor expresión facial que pudo, me habló.
-Sigueme, la prensa te comerá vivo. No hagas ningún comentario, no mires a nadie, no hagas expresiones faciales, no dejes que tus estúpidas emociones te controlen. Cierra la boca, enciende ese auto y sigueme, por cierto, mis ojos están aquí. Como vuelvas a mirarme la cola o cualquier otra parte que no sea mi rostro, no seré tan buena como cuando estaba Alex.-dijo ella. Se dio la vuelta moviendo ampliamente su cabeza, haciendo que su cabello se golpeara con mi rostro.
-¿Quién mierda querría verte? ¿Quién te crees que eres? ¿Crees que porque eres policía eres una especie de dios? Para mí no lo eres, no te tengo miedo. Yo puedo entrar sin que la prensa me atosigue. –dije. Ella se subió a la moto, la encendió y pude escuchar como el poderoso motor casi me enamora.
-Como quieras, no vas a obtener ayuda por mi parte. Si no fuera porque Alex me lo pidió, seguramente te estaría filmando al verte intentar pasar por esas plagas llamadas periodistas. No respetan nada, y si aún le quedan algo de escrúpulos, es con la policía.-dijo Nebraska.
-¿Por qué no te dejas de revolotear con Alexy y te ennovias con él de una buena vez? ¿Por qué tienes que estar aquí? Priya me dijo que tu especialidad son homicidios, y el único que va a haber, es si tú intentas algo con mi novia.-dije. Mi voz sonó mucho más agresiva de lo que me esperaría. Pude escuchar una enérgica risa detrás del casco que ya comenzaba a ponerse. Me señaló el dedo del medio y arrancó la motocicleta. La odiaba, juraba que la odiaba. Y me molestaba mucho darle la razón, pero la prensa me comería vivo, mejor me apuraba y fingía que simplemente nos encontramos. Vi como la llamada en mi celular se había cortado, me puse el cinturón de seguridad y la seguí lo mejor que pude. Se movía con rapidez entre el tránsito, era prácticamente un fantasma entre las calles, hasta que en cierto punto la perdí. Me estacioné por un semáforo rojo y vi como una motocicleta venía a toda velocidad, en segundos la tuve junto al vehículo de mis padres, mirándome con superioridad.
-Admitelo, tengo razón.-dijo ella. Me sonrió con una blanca y enorme sonrisa. La odiaba. Me limité a mirar hacia adelante, ella nuevamente rió. Aun no entendía como Alaska pudo haber salido con una mierda como ella, tampoco entendía como Vik y Alexy podían ser amigos de ella. Afortunadamente la luz se puso verde y esta vez ella se colocó delante de mí, a una velocidad considerablemente baja para la rapidez que le exigía ese vehículo. Demonios, ¿de verdad debía ponerse delante de mí? Las personas normales manejaban una moto sentados con completa normalidad, ella se inclinaba hacia delante, resaltando su voluptuoso trasero. Nebraska, el único trasero que me gusta es el de Alaska, pero debía reconocer que ella no se quedaba atrás. ¡No! No, no debía pensar en esas cosas. Ella me hizo una seña para que bajara la velocidad, estacionó su motocicleta y la imite. Apenas me bajé noté como una multitud de periodistas se encontraban en la puerta del hospital, malditos parásitos. Entre ellos pude notar a Ámber y a Peggy, hablando de parásitos...
-¡Hey! ¿Qué mierda haces? Te van a ver. Disimula.-dijo Nebraska. Me hizo un gesto para que la siguiera tras sacar algo de su moto, se metió en un callejón bastante oscuro y sin salida. Noté que traía algo en las manos, abrió el bolso y me lanzó ropa. ¿Qué demonios? Ella se sacó su chaqueta y se puso un canguro verde, el cual le ocultaba prácticamente todo el rostro, apenas se le podía ver un poco de sus ojos azules.
-¿Qué esperas? Cambiate.-dijo. Noté lo que tenía en mi mano, era una remera violeta junto a una chaqueta azul. Tenía un pañuelo rojo y una peluca negra.
-¿Qué crees que voy hacer? Voy a ver a mi novia y mejor amigo, no a una fiesta de disfraces.-dije.
-¿Qué? ¿El rudito de la banda tiene vergüenza de sacarse la camisa enfrente de la lesbiana? Cambiate de una vez, eres lo más infantil que conocí en mi vida. Así nadie te reconocerá, come chicle y cuando me veas haciendo un globo, hazlo, ayudará a que tu rostro no se note tanto. Deberás tomarme de la mano cuando estemos cerca del hospital, así pensarán que somos simplemente una pareja. Soy policía, se trabajar encubierto, y creeme a mí me da el mismo asco que a ti.-dijo ella. Suspiré, que se callara porque juraría que le pondría cinta en la boca para evitar escuchar su voz. Me saqué la chaqueta de cuero negra y le di la espalda a ella antes de sacarme la camiseta roja. No me creía el cuento que era lesbiana, además ninguna otra chica que no fuera mi niña tenía que verme. Me puse la mierda de camiseta violeta y la chaqueta, apenas me di vuelta noté que ella me estaba mirando atentamente.
-Mis ojos no están en mi trasero.-dije.
-Nunca conocí una persona que no tuviera trasero, debe ser difícil vivir con tal sufrimiento. Con razón tú me mirabas tanto, tenías envidia. Ahora lo entiendo.-dijo Nebraska. Ella se rió de una forma burlona, me señaló la peluca y el pañuelo.-Pontelos, debes evitar que tu rostro se vea. Ya es bastante difícil que ambos pasemos desapercibidos por nuestra estatura.
-Pues Alaska piensa algo distinto sobre mi cuerpo. Y no me des órdenes, no soy uno de tus soladitos.-dije. De pronto pude ver por qué se llevaba tan bien con Alexy, no había parado de reír siempre y cuando se estuviera burlando de mí. Ella resopló entre risas, aun se reía de mi cuerpo y apenas vio como me quedaba la peluca se rió aún más. La odiaba. No era una risa agradable como la de Alask, en la cual ambos no reíamos de los idiotas que nos veríamos, era una risa de persona claramente malvada.
-Vamos, muevete. El tiempo es oro.-dijo Nebraska. La seguí, caminaba con pasos largos y determinados. Me pregunté cómo haría para caminar con tales zapatos, pero honestamente solo esperaba que se cayera al suelo para burlarme un poco de ella. Pero no fue así, comenzábamos a llegar al hospital y fue momento de tomarle la mano a ella, se encontraba completamente fría. Noté como sus uñas negras hacían contraste con su pálida piel, debía fingir amor con ese espantoso ser humano. Escuché como ella explotó su goma de mascar, asumí que era el momento de hacer mi propio globo con el chicle mientras nos hacíamos paso entre los periodistas. Pude ver como Peggy intentaba recaudar información a toda costa, y por un segundo la odie.
-¡Es mi compañera de curso! Debo de poder entrar.-dijo Peggy.
-Opino lo mismo, yo tengo una imagen de como ella entró al baile junto a Dakota, su aparente secuestrador. Quiero darle amor a Alaska, siempre fuimos mejores amigas.-dijo Ámber. Me quedé quieto, simplemente mirándolas con completo odio, ¿cómo mierda podían ser tan hijas de puta? Ámber en especial. Pensaba exponer a Alaska de una manera tan insólita, ¿es tan difícil conseguirte una vida, rubia estúpida?
-Cielo, vamos. Deja a los periodistas trabajar, ¿por qué hay tanto alboroto?-preguntó Nebraska. Su voz de pronto fue suave, cálida, amistosa y estaba sonriendo a un periodista mientras me tiraba fuertemente de la mano. Me pellizcó y supe que debía reaccionar.
-Es porque Alaska Blue seguramente vaya a morir, es la novia de Castiel, el de Demons. Y bueno, una estúpida policía de mala cara nos prohíbe el acceso porque cree que no somos amigas.-dijo Ámber.
-Oh, lo lamento mucho. Espero que ella se recupere, le deseo lo mejor para ella y su novio. Cariño, ¿vamos?-dijo de nuevo Nebraska. Esta vez casi me tira al suelo, tenía una fuerza poco normal, pero por lo menos me hizo reaccionar. Noté que Peggy me estaba mirando detenidamente, vi que estaba sacando su cámara de fotos, debía reaccionar, era ahora o nunca.
-Por supuesto, mi vida. Vamos que mi suegrita debe estar ansiosa por vernos.-dije. Le sonreí y le pasé un brazo por el hombro. Aun a toda la ropa que teníamos puesta, pude notar que ella tenía los hombros sumamente marcados, lo cual la delataba que hacía muchísimo ejercicio. ¡¿Cómo mierda mi novia había estado con este bicho inmundo?! No debía pensar en eso. Miré disimuladamente a Peggy mientras entrabamos al hospital, ella había guardado su cámara pero seguía mirándome. Apenas perdimos de vista a todos solté con asco a Nebraska, ¡por fin! Me sentía libre. Me saqué la chaqueta y estuve a punto de sacarme la camisa enfrente de todos, pero tuve algo de decencia.
-¡¿Debías llamarme cielo y todos esos malditos apodos?!-chillé.
-Ni siquiera sabes comportarte con extraños, ¡algo debía hacer! ¿Ves? Disimular funciona.-dijo Nebraska. Se encontraba claramente molesta.
-¡Mira quién habla de comportarse con extraños! Toma tu maldita peluca, el pañuelo y la chaqueta.-dije. Le lancé todo al tiempo que ella se sacaba su canguro, volviendo a revelar su rostro.
-¿Nebrask? No tuve oportunidad de saludarte, ¿sucede algo con Castiel?-dijo Viktor. Observé que Viktor se encontraba cerca de nosotros, venía caminando con Laeti de la mano. Nebraska se volteó y apenas lo reconoció, le sonrió como si todo lo que había discutido conmigo nunca hubiera existido. Lo abrazó como si se conocieran de toda la vida, Vik se sonrojó y la abrazó de vuelta, pude ver que Laeti se puso histérica de la rabia y los celos.
-¡Vik! ¡No puedo creer que con toda la locura no te haya saludado! Perdona, pequeñajo, es que cuando te vi fue todo lo de Alask... ¿Cómo estás? ¡Hola! Mucho gusto, preciosa. Soy Nebraska, amiga de la infancia de Viktor. Asumo por tus evidentes celos que eres la novia de Vik, mucho gusto.-dijo Nebraska. Le extendió la mano y Laeti se la tomó, pude ver como intentaba presionársela pero Nebraska apenas pareció inmutarse. Se quedó hablando con él como si se hubieran visto todos los días de su vida. Yo solté un suspiro ahogado, iba a decirle a Viktor que no confiara en esa desgraciada pero un desgraciado me llamó la atención: Francis. Me había tocado dos veces el hombro y me volteé esperando que fuera Alexy o algún otro amigo de Alaska, sin embargo era el novio de la madre de mi novia. Francis parecía muy calmado, demasiado calmado para la última vez que habíamos discutido, en la cual yo lo traté de un secuestrador y fui directamente a su oficina a incriminarlo, obviamente estaba equivocado.
-¿Podemos hablar?-preguntó Francis. Su voz no parecía la de él, sino que de una persona normal. No me gritaba ni me miraba con cara de asesino, ¿se había enterado sobre Lucy? Miré a Viktor y le indiqué con la mirada que si sucedía algo, que reaccionara. Note una vez más que Laeti buscaba desesperadamente llamarle la atención a su novio, pero no lo lograba ya que se estaba riendo con Nebraska. No pensaba hacer ningún comentario al respecto, porque si era cierto que Nebraska y Alaska eran ex, no quería ni imaginar cómo estaría yo de los celos cuando mi novia despertara.
-Sí, por supuesto.-dije. ¡Era un día de dementes! ¿Por qué no seguirle el juego a Francis? Es decir, acababa de insinuar que la mierda de Nebraska era mi novia, ella en efecto se estab riendo con uno de mis amigos, me había "ayudado" y Francis no me estaba gritando. ¿Acaso seguía dormido? La respuesta del novio de Lucy me confirmó que no, que estaba despierto.
-Escucha, las incompetentes de enfermeras me dicen que Lucy murió, lo cual es completamente irracional porque ella no tenía forma de estar en peligro. La última vez que la vi estaba en su casa.-dijo Francis. Oh, él no sabía nada. ¿Qué debía hacer? No era bueno para dar malas noticias, porque siempre lo decía de la forma con menos tacto posible.
-Ah, no lo sabes. Alaska fue secuestrada, su hermano la ayudó e ideamos un plan para rescatarla, el cual obviamente necesitaba gente. Alexy se comunicó con Lucy y la hizo entender que su hija la ayudaba, su madre peleó por ella y lamentablemente Felipe la hirió.-dije. Él abrió los ojos como platos, como si de pronto estuviera recibiendo mucha información, demasiada.
-¿Alaska tiene un hermano? ¿Felipe? ¿Secuestrada? ¿Qué? ¡Escucha mocoso, como esto sea una tontería tuy...!-dijo Francis. Y definitivamente ahí estaba, su mal carácter. Suspiré, le hice un gesto para que se sentara.
-Escucha, honestamente estoy bastante apresurado. Felipe es el padre de Alaska, supongo que será el ex esposo o novio de Lucy. Kentin no es hijo de ella, es hijo de Felipe. Lucy nunca trató bien a su hija, pero esa vez se levantó a pelear por ella. Yo mismo vi como ella se despedía de todos en sus últimos momentos, murió feliz y sabiendo que hacia algo correcto. Nosotros vamos a encargarnos de que mi novia sepa que su madre no murió en vano. Lo siento, sé que debe ser difícil para ti.-dije. Por un segundo me sentí Nebraska, hablé con tanta poca emoción que me sentí carente de sentimientos. No podía perdonar a ese hijo de puta, había herido a mi novia, le había levantado la mano en la nieve y ella se había paralizado del miedo, además me había puesto una denuncia falsa. No era una buena persona y honestamente, esperaba que le doliera con cada parte de su alma su "perdida", porque estaba seguro que él no quería a Lucy. Francis asintió y se quedó unos segundos en silencio, tras ver que no emitía palabra alguna, caminé hacia la recepción, allí pregunté por la habitación de mi amigo. Una enfermera amablemente me informó cual era y le avise a Viktor.
-¿No piensas avisarle a Alexy?-preguntó Viktor.
-No lo he visto. ¿Dónde está? ¿Somos solo nosotros?-pregunté.
-No, Alex está durmiendo en la cafetería junto a la peliblanca. Dejalo dormir, anoche me quedé con él y se lo veía agotado. Está Christen con su novia y Nathaniel por allí, yo iré a la comisaría, en un tiempo vuelvo así hablamos. Cuidate.-dijo Nebraska. Al comienzo habló horrible ya que se dirigía hacia mí, pero al final habló bien y le hizo una caricia en el brazo a Viktor. Laeti estaba prácticamente roja del enojo, pero su novio rápidamente la calmó con un guiño.
-Bueno, supongo que Chris, Nath y la novia ya estarán allí. ¿Vamos yendo?-pregunté. Ellos asintieron, nos encaminamos hacia el ascensor y un segundo antes de que la puerta se cerrara pude ver como Francis estaba llorando desconsoladamente. Vaya, después de todo si tenía sentimientos.
-¿Vik? ¿Es en serio Nebraska tu amiga?-preguntó Laeti. Él sonrió.
-Por supuesto, es una chica que se enamoró de Alaska y como Alaska es mi amiga, estaban todo el tiempo juntas, me termino simpatizando pero un día simplemente desapareció. Descuida.-dijo Vik. Le sonrió a Laeti y la abrazó, apretándola contra él. Ella se vio más relajada de pronto. Debía ser honesto: no podía creer que Viktor y Chris tuvieran novias, en especial este último, siempre creí que era homosexual. En años que lo conozco, nunca habló de nada relacionado al género femenino.
-Hey, ¿qué hay con Nebraska? ¿Siempre fue así? ¿Y la novia de Chris? ¿Desde cuándo son novios? ¿Por qué me entero de esto ahora? ¿Ustedes desde cuando son pareja? Se conocieron hace nada...-dije.
-No somos pareja, aún. Nos simpatizamos, estamos juntos pero no hay sentimientos involucrados, por el momento. Y sobre Nebraska, descuida, es una excelente chica. Solo debes conocerla y creeme que cuesta mucho conocerla. Pasó una infancia algo complicada y el hecho de haberse entrenado en una academia militar la hace aún mucho más ruda de lo que ya era.-dijo Viktor.
-Y sobre mi hermano y su novia, no lo sé. Sabía que estaba hablando con una chica pero nunca nos decimos nada porque somos muy celosos el uno del otro. Supongo que están juntos hace unos 6 meses, ella es muy extraña.-dijo Laeti.
-¿Extraña en qué sentido?-pregunté.
-No sé, no es la típica chica con la que uno esperaría que Chris estaría, se viste siempre de rosa, es muy alegre, cuenta chistes todo el tiempo, nunca para de reír, no sé, el otro día vi a mi hermano con las uñas pintadas de rosa. Pero honestamente no me importa siempre y cuando él sea feliz.-dijo Laeti. Se veía más calmada, pero aún tenía celos sobre Nebraska y Viktor. ¿Acaso alguien aquí no tenía celos de Nebraska? ¿Éramos realmente todos muy infantiles como Nebraska creía? Las puertas del elevador se abrieron y de inmediato vimos a Nath, Chris y su novia, estos últimos tomados de la mano.
-Vaya, por fin. ¿Qué demonios pasó? Los estuvimos esperando una eternidad.-dijo Chris.
-No quieres saber. ¿Vamos? Necesito verlo.-dije. Ellos asintieron y caminamos en búsqueda de la habitación, yo iba delante del todo, caminando con ansiedad. Sentí como Nathaniel se acercaba a mí.
-Hey, siento haberme ido ayer. ¿Cómo está Alaska?-preguntó Nathaniel.
-No lo sé, no tuve tiempo de pensar cómo era que estaba. Se veía como la mierda, hermosa, pero en un estado muy malo. Por cierto, tu hermana está diciendo un montón de mierdas ahí abajo. ¿No le bastó con la venganza que le hizo Alaska?-dije. Nathaniel se llevó la mano al rostro.
-Lo siento, es una estúpida. Intentaré controlarla. Por cierto, hoy fui al colegio y me dijo la directora que no te preocuparas de las faltas, que entendía la situación en que te encontrabas, pero que no faltaras porque sí; puedes ser expulsado por las inasistencias. Sigo siendo el delegado, pese a ser tu amigo. De todas formas... te borre algunas.-dijo Nathaniel. Me sonrió con una mirada cómplice, le devolví la sonrisa de inmediato. Esto era lo que nos faltaba, los modales de Nath en mi vida y mi picardía en la suya. Él se sintió feliz de saber que le respondí bien, todo lo que necesitamos en nuestra vida era que llegara Alaska a solucionar todo. Pero mi mente dejó de pensar un segundo en ella cuando nos encontramos la puerta abierta de la habitación de Lys. Nathaniel iba a golpear la puerta, pero al ver el panorama todos se sonrojaron, menos yo. Le hice un gesto para que no golpeara, quería sorprenderlos infraganti. Vimos a Violeta sentada en la cama junto a Lysandro, el cual la miraba lleno de amor. Se lo veía muy mal, pero aun así, mejor que ayer cuando lo fui a ver. Ella le estaba acariciando dulcemente el rostro y él la rodeó como pudo desde la cintura, pude ver como una de sus manos se dirigía lentamente hacia su cola. Ella se rió llena de vergüenza y lo besó suavemente, pude ver algo de rubor en las mejillas de Lysandro.
-Te amo, sugar. Creí que te perdía, que no volvería a darte besitos ni a mimarte como a mí me gusta.-dijo ella. Habló apenas entre susurros, de por si su voz no era excesivamente alta, pero ahora se podía escuchar un inmenso amor en su voz. Lys dejó de besarla, la tomó con ambas manos de sus mejillas y la miró directamente a los ojos. Lys era uno de los más grandes de mis amigos, si es que no era el más grande, y junto a Violeta, la segunda más pequeña del grupo, se veía la diferencia de tamaño. Él la besó muy lento, pausado e intentando demostrar amor.
-Lo sé, también tuve miedo de nunca más volver a verte ni a los demás. Pero mirame, estoy bien. Yo te amo más, mi chiquitina.-dijo Lysandro. Se sonrojó y la besó una vez más. Ella sonreía llena de amor y Lysandro la atrajo más hacia él, con completo cuidado, no sabía si era para no presionarla o si porque le dolía el cuerpo, asumí que serían ambas cosas. Sus manos nuevamente se dirigían al trasero de Violeta, lo cual me indicó que efectivamente ellos ya lo habían hecho. Debía aceptar que me resultaba muy extraño ver a Lysandro con tanta iniciativa, normalmente era mucho más calmado o... insulso ante esto. Antes de que él apretara una de sus nalgas, y viendo el estado de las mejillas de todos decidí hablar.
-Vaya, vaya, alguien que me traiga un balde porque voy a vomitar arcoíris de tanto amor.-dije. De inmediato ambos se sobresaltaron, Violeta bajó de la cama de un salto y Lysandro se agitó de una manera que no era ni normal. Pero apenas notó que la voz era mía, se rió y se sonrojó.
-Callate, imbécil.-dijo Lysandro. Sonreí y entré a la habitación casi que corriendo, fue algo demasiado cursi lo que sucedió ahí, pero no pude contenerme de abrazarlo lo más fuerte que pude. Él se rió y tras unas palmadas en mi espalda, comenzó a chillar.
-¿Castiel? Me estas lastimando. Recuerda que me apuñalaron en el estómago.-dijo Lys. De inmediato lo solté, pero lo observé con una sonrisa enorme. Él se veía muy mal aun debajo de su enorme sonrisa, el moretón en el ojo ahora me pareció mucho más grande y se lo veía muy sufrido. Me sentí una mierda por verlo así de decaído, pero lo conocía y sabía que estaba haciendo su mayor esfuerzo por contenerse el rostro de dolor, en especial cuando vio que todos estaban aquí. Bueno, "todos." Mis amigos comenzaron a entrar uno tras otro, con la mayor sonrisa que podían, saludaron a Lys y le dedicaron unas palabras mientras le daban ánimos. Vik y Chris se empecinaron en hablar con él, darle ánimos, Laeti y Daiana permanecían quietas mientras hablaban entre si y Nathaniel quería dar apoyo, pero apenas se animaba.
-Nos diste un buen susto a todos. ¿Qué demonios pensabas cuando te metiste en esto? Se supone que debías cuidarte, y cuidar a Alaska.-dijo Viktor.
-Es exactamente lo mismo que le dije.-dijo Violeta.
-¡Esperen! Antes de comenzar como dementes a hablar y toda la locura, deberíamos empezar por lo básico: ¿cómo te encuentras? ¿Te sientes bien? ¿Qué fue lo que te pasó?-pregunté. Él se rió, se lo veía bastante mal. Se acomodó mejor en la cama y vio como todos nos sentamos, Violeta se sentó junto a él y le tomó de la mano, algo preocupada por él. Cuando se incorporó pudimos ver como su rostro expresaba dolor.
-¿Quién eres y que hiciste con Castiel? Descuiden, estoy bien. Me duele bastante el estómago ya que tengo un tajo algo grande.-dijo Lysandro. Se levantó la camiseta y pude ver que tenía cuatro abdominales marcados, sentía que no lo conocía, ¿desde cuándo tenía ese físico? ¿Sería por Violeta? Honestamente, Lys, no es buena idea que sigas ejercitándote tanto porque se llevan una enorme diferencia física. ¿Acaso la gente nos vería así con Alaska? Le sacaba unos 30 cm de altura y seguramente pesara otros 30 kilogramos más que ella. No importaba, la gente podía meterse sus opiniones donde les cupiera, porque a mí no me importaría un corno lo que piensen. Ver los rostros de mis amigos hizo volver a la realidad, Lys tenía un tajo enorme lleno de suturas, puntos y cicatrices que le quedarían para toda la vida. Mierda, sin duda había sido sumamente grave la apuñalada. Me pregunté cómo demonios estaría vivo, ¿cómo podía estar de buen humor? Seguramente si a mí me sucedía eso, estaría completamente histérico.
-Dicen que fue casi un milagro que no le haya tocado algún órgano vital. ¿Qué haríamos sin ti?-dijo violeta. Recostó su cabeza contra él y vimos como Lys se ruborizaba.
-Vaya, siento mucho todo lo que te sucedió. Espero que te recuperes pronto, cualquier cosa que necesites cuentas conmigo. Hoy le avise a la directora sobre tu estado y dijo que era completamente entendible. Kim y yo estaremos siempre por aquí, de hecho ella vendrá después de las clases a ver a su amiga y a ti. Así que, cualquier cosa, ya sabes.-dijo Nathaniel. Le sonreí suavemente a modo de agradecimiento, acto que Lys de inmediato imitó, pero de pronto pareció que algo estuviera fuera de lugar, como si Nath hubiera dicho algo que no debió decir.
-¿A ver a su amiga? ¿Le sucedió algo a Rosa? No... Espera, ¡Alaska! ¿Cómo está? ¿Louis? ¿Kentin? ¿Alguien más resultó herido?-dijo Lysandro. Cruzamos una rápida mirada cargada de preocupación entre todos los presentes, tras unos segundos de silencio Lys me enterró la mirada a mí, al ver que mi rostro no era el mejor, de inmediato asumió lo peor.
-Castiel... Lo siento mucho, si tan solo Felipe no me hubiera herido estaba seguro que hubiera podido ayudarla. Es toda mi culpa, lo lamento mucho.-dijo Lysandro. Su voz de inmediato sonó completamente rota y pareció que se iba a poner a llorar, pero un intento de sonrisa por mi parte lo alivió.
-Descuida, ella está viva. Nada de esto fue tu culpa, en todo caso fue la mía. Rosa está muerta de sueño por acompañar a Alexy toda la noche, ellos se quedaron cuidándote y de paso a Alask. La madre de ella falleció anoche, se veía tan bien, tan feliz, tan... no sé. Realmente creí que era un nuevo inicio para todos, que pudiéramos ver que nos encontrábamos bien y que éramos afortunados de tenernos. O al menos eso me sucedió a mi cuando vi que mi padre estaba bien. Ya está de alta y se quedó descansando en su casa. Y sobre Kentin, está bastante similar a ti, tuvieron casi la misma herida solo que la de él fue más leve porque la bala salió de su organismo, a ti... bueno en verdad no sé demasiado. Kentin de todas formas parece algo más fuerte que ti, pedazo de anormal.-dije. Él se rió, se sintió mucho mejor al saber que mis amigos estaban bien y que intentaba animar el tenso ambiente.
-Vaya, sí que han pasado cosas mientras yo estaba herido. Lamento mucho lo de Lucy, sin embargo, Alaska estará bien. Creció sin una familia, ahora adquirió una nueva: nosotros, sus amigos. Además, puedes informarle que su madre murió por una buena causa. Me alegro que Kentin, Lou y Alask estén bien, yo ya puedo sumarme a ese grupo.-dijo Lys.
-Sin duda, ¿ves? Somos una enorme familia, además Laeti y yo podemos ayudarla, vivimos al lado, así que cuando vuelva a su casa se encontrará más que acompañada. De hecho, hasta podemos prestarle a nuestro perro, sabemos que ella adora a los animales.-dijo Chris. Le sonreí.
-Descuida, pero cuando ella despierte estaré con Alaska lo más que pueda, a fin de cuentas, Lys ya no necesita a su mejor amigo.-dije. Le hice un guiño a la pareja, los cuales se sonrojaron.- ¿Chris? ¿No se supone que le tienes miedo a los perros?-dije. Recordé cuando Chris me trajo la ouija a mi trabajo, había sido mordido por un perro justo en las nalgas y tuve que llevarlo a mi casa donde le presté un pantalón, el cual nunca me devolvió. Allí mi novia, la cual estaba muy asustada por el tema de los hombres misteriosos, que resultaron ser Felipe, Dakota, Debrah y su propio hermano. Alaska creyó que Chris era un atacante y lo atacó, mierda, adoraba las agallas que tenía.
-Sí, pero mi perro es una dulzura. ¡No como Demonio que cada vez que me ve intenta tirarme al suelo!-chilló Chris.
-Es únicamente para darte lengüetazos, yo también le tenía miedo por ese motivo.-dijo Nath.
-¿Podemos hablar de algo más que no sea mi perro? Estamos en un hospital con nuestro amigo grave, y lo único que hacemos es hablar de mi perro.-dije. Le sonreí a Nath por defender a mi mascota.
-Sin duda, disculpen mi curiosidad, ¿pero ustedes están en pareja?-dijo Lysandro. Señaló con la vista a Laeti y a Daiana. Laeti se sonrojó y miró a Viktor, sus mejillas indicaban que claramente estaban en algo. Me sorprendió la actitud que tomó Daiana, tomó la mano de Christen y prácticamente se escondió detrás de él, usó sus rizos castaños para taparse el rostro con suma vergüenza.
-Podría decirse que estamos en algo, si es que Chris no me mata, cuñado celoso.-dijo Viktor. Vik le dio un golpe en el brazo a Chris, el cual se frotó el mismo y cuando su novia no lo miró hizo un rostro de dolor evidente. Pude ver como Laeti se sonrojaba ante el comentario de su intento de pareja, Chris los miró y ella le hizo una mueca que no supe interpretar como algo más que un juego de hermanos ya que yo le hacía lo mismo a mi hermana. Lys los felicitó, podía esperarse algo así porque Alaska había estado intentando ennoviarlos con mucho esfuerzo, aunque parecía que Vik había hecho lo suyo últimamente. Sin embargo, ahora miramos a Chris y su novia, expectantes de una respuesta, en especial por parte de Laeti, la cual se la veía bastante celosa.
-Sí, es mi novia, Lys. Estamos juntos hace... Mañana hace medio año, pero ya veníamos en algo hace un tiempo. Nos conocimos en un ensayo, ella tiene un hermano que es ideal para nuestra banda Devil, ya que si bien saben uno de nuestros integrantes se fue. El punto es que su hermano la arrastró a que lo acompañara y hablando entre tontería y tontería, me gustó mucho.-dijo Chris. La abrazó como pudo ya que ella estaba prácticamente escondida detrás de él, le hizo un gesto como para que se presentara entre todos nosotros. No era tan pequeña como Violeta, pero me recordaba mucho a ella: tímida, sonriente y con ese extraño aura dulce.
-¿Y por qué no nos la presentaste? No somos salvajes. Bienvenida a la disfuncional familia que tenemos. Soy Viktor, ¿Daiana, cierto?-preguntó.
-S-Sí, un gusto.-dijo ella.
-No se las presenté porque son unos cuervos, hace 6 meses todos estaban solteros y seguro se abalanzarían hacia ella. Además Castiel daba miedo antes de que Alaska llegara a su vida, Lys parecía drogado de lo distraído que era y Vik... se notaba que necesitaba una mujer urgente.-dijo Chris.
-¡Eso es mentira!-chillé. Todos me observaron y de inmediato supe que tenían razón, daba miedo antes de que Alask llegara a mi vida. Demonios. Laeti tenía razón, ella no se veía como la típica chica que le gustaría a Chris. Si bien era el más similar a mí, tenía mucho de Lysandro, era como una especie de Lys pero muy tímido. No me esperaría que ella fuera su novia, de hecho, me esperaría que fuera la novia de alguien como Iris o Rosalya. No, a mi hermana no la tocaba nadie. ¡Como Nebraska le pusiera una mano arriba...!
-Felicitaciones, no debes sentir miedo. Yo era muy tímida con todos aquí, pero son una verdadera familia. Sientente cómoda, yo soy Violeta, mi novio es Lysandro, ellos son Viktor y Laeti, aunque a ella seguro la conoces, él es Nath y él es Castiel y creeme que normalmente es mucho más alegre, solo se encuentra mal porque su novia está muy mal.-dijo violeta. Le sonreí a modo de agradecimiento. No podía creer todas las veces que le había dicho a Lys que no se enamorara porque el amor era una mierda, me retractaba profundamente, ellos eran la mejor pareja existente.
-S-Sí, gracias. Osito, ¿te veo en casa? En unos minutos entro a trabajar y no quiero llegar tarde. Fue un gusto conocerlos, espero que todos se mejoren.-dijo Daiana.
-No, espera que te acompaño. Mejorate, Lys, después vengo a hacerte compañía.-dijo Chris. Se despidió de todos y se fue junto a su novia, la cual lo abrazó de la cintura.
-Vaya, cuanto amor, ¿no?-dijo Nathaniel. Para que él, que era uno de los más románticos lo reconociera, sin duda debían vomitar arcoíris esos dos. Pero era como Laeti decía, se veían felices.
-Ya ven, me alegro que todos estén bien. Y descuida, tu pronto podrás estar haciendo las mismas cosas cursis con tu novia. Todo va a estar bien, te lo prometo.-dijo Lys.
Le sonreí. Todos nos sentamos y comenzamos hacerle preguntas, lo típico, como se sentía, si necesitaba algo... hasta que Vik preguntó qué era lo que había pasado. Lysandro nos explicó que se encontraba ayudando a Alaska a bajar por la ventana, hasta que lo sintió.
-Les juro que nunca sentí un dolor tan fuerte, fue casi indescriptible. Perdí toda fuerza existente en mi cuerpo y simplemente pude ver como sus ojitos se perdían, cayó con una velocidad impresionante y al mismo tiempo se vio todo como en cámara lenta. Pude ver como intentaba tomar mi mano mientras gritaba desesperadamente, por un segundo todo se dividió, me sentí un imbécil completamente inútil. Lo único que tenía que hacer era cuidarla, y les fallé.-dijo Lys. Su voz se rompió y me miró con completa tristeza.
-Creo que es momento de darles un tiempo a solas, Violet, ¿te invito a un almuerzo?-preguntó Vik. Ella miró a Lys, el cual le hizo un gesto para que se fuera, necesitábamos hablar con completa privacidad. Vik tomó de la mano a Laeti y junto a Violeta se fueron, él nos cerró la puerta y nos guiñó un ojo. Apenas confirmé que estuvimos solos me senté junto a él, manteniendo una clara distancia.
-Hey, no nos fallaste. Lys, fuiste apuñalado, hiciste mucho más de lo que te pedí. ¡Incluso dormiste a Debrah! No sé qué demonios esa bruja era capaz de hacer, ¿y si no lo hubieras hecho y te mataba? ¿O Alaska? ¿O a mí? No, hiciste todo lo que te pedí y más. No me fallaste, ni a mí ni a ella.-dije. Él me esbozó una sonrisa, se lo veía sumamente triste, ahora que todos se fueron se mostró tal y como era. Por un segundo me pareció que había cambiado cuerpos con otra persona, Lys parecía tener mi personalidad y yo me encontraba demasiado alegre para tratarse de mí.
-No lo sé, Castiel. Es todo muy confuso, ella se veía tan asustada, tan frustrada, tan paralizada... no sabía si iba a vivir, pero por un segundo mi única preocupación fue tomarla de la mano y no dejarla caer, pero todo fue mi culpa. Habíamos trancado la puerta como pudimos y cuando ella se paralizó por el vértigo, solo pude pensar en que debíamos apresurarnos, me olvidé que Felipe estaba atrás de mi golpeando la puerta como un demente. Fueron solo segundos, ella estaba colgando de mi mano, Felipe entró como un demente y lo próximo que sentí fue como ese cuchillo se enterraba entre mi abdomen, escuché un grito histérico de Alaska.-dijo Lysandro. Él tuvo que hacer una pausa porque no se sentía nada bien, sus ojos se humedecieron, no lo había visto llorar, o no al menos con fuerza.
-No debes hablar de esto si no quieres.-dije.
-Es que... en un momento nos escondimos dentro de un armario y te juro que nunca en mi vida la había visto tan asustada, estaba temblando, le corrían lágrimas por las mejillas. Castiel, ¿y si en el peor de los casos ella no vive? Sería mi culpa, ¡abrí la mano! Ella podría estar contigo si no hubiera sido porque yo abrí la mano por el dolor.-dijo Lys.
-¡¿Eres imbécil?! ¿Cómo mierda esto va a ser tu culpa? Sin duda eres imbécil. ¿Acaso tú quisiste que te apuñalaran? ¿Acaso fue tu elección soltarla? ¿Acaso ella quiso soltarse? No, nada de esto es tu culpa. Deja de culparte, Lysandro. Solo vas a conseguir hacerte aún más mal, y nada bueno saldrá de eso. Creeme, culparte no sirve de nada. Y en todo caso, el imbécil culpable de todo soy yo. Si no me hubiera paralizado por haberte visto así, seguramente hubiera podido agarrar con fuerza a Alaska y no se hubiera dado la cabeza contra un maldito muro de mierda. ¿Sabes el peso que tengo encima? Si ella no sobrevive, yo seré el único culpable.-dije. Él puso una mano en mi hombro.
-Va a sobrevivir, nada de esto no hubiera pasado si Dakota, Kentin, Debrah y Felipe no se hubieran metido en la vida de Alaska.-dijo Lys.
-Lo sé, pero es todo tan... ¡todo esto es una mierda! Y soy una basura hipócrita, pretendo que me encuentro ver a todos bien con sus parejas y sin embargo estoy destruido. No me malinterpretes, estoy feliz por verte a ti con Violet, lo tienes merecido, al igual que Vik, Nath y Chris. Pero me parte el alma saber que mi novia puede estar muriendo y yo aquí pretendiendo que todo esto no es una mierda por un comentario que me dio Alex. Lo peor es que ha estado funcionado.-dije.
-¿Alex?-dijo Lys. De pronto nos miramos en completo silencio, no pude contener una risa a lo que él se sorprendió mucho.
-¿Lysandro tienes celos? ¿Qué demonios, colega? Cela a tu novia, no a mí.-dije. Él se sonrojó.
-No, en absoluto, solo que es extraño verte tan feliz con los amigos de tu novia en un momento de mierda como este. Es todo.-dijo Lys.
-Es que me defendió de Nebraska, algo que no me esperaría nunca. Esa imbécil es la ex de Alaska y... vaya, te has perdido de mucho. La madre de ella antes de fallecer nos dejó a Alexy y a mí un sobre completamente sospechoso que decía que debíamos dárselo cuando ella estuviera despierta y lista para leerlo. Era tan extraño... Bueno, hablando de extrañeces, Nebraska me dijo que creía que mi novia se quiso suicidar, ¿crees que es verdad? ¿Ella se soltó de tu mano?-pregunté. Él me observó bastante impresionado, asombrado o molesto, aún era difícil interpretar las expresiones de Lys.
-¿Cómo te atreves a pensar eso de ella? Castiel, estaba llorando desconsolada y abrazándome para luchar por su vida, por un futuro contigo. ¿Crees que no tuvo miles de oportunidades para hacer esa atrocidad? Su vida fue una mierda, sí, no conocemos absolutamente nada de su pasado, sí, pero sin embargo está viva y es por nosotros: su familia. Así que ni se te ocurra siquiera insinuar eso. ¿Por qué se soltaría? Sabía que tú la agarrarías, no tiene lógica que pienses eso. Además, por lo que me has comentado hasta ahora, Nebraska parece ser una persona poco agradable, no me sorprendería que intentara llenarte la cabeza de mierda; lo que me sorprende es que tú lo creas. ¿Hablaste con Viktor y Alex sobre esto?-preguntó Lys. Negué con la cabeza.
-Alex me dijo que también creía lo mismo que Nebraska y honestamente no quiero saber lo que pueda opinar Vik porque me sentiría una mierda si descubro que ella en verdad solo quería irse del mundo y yo era una inútil excusa para seguir viva.-dije. Lys suspiró.
-Castiel, ¿Cuántas veces debo decírtelo? Esa chica muere por ti, tu madre te lo dice, tu padre arriesgo su vida por salvarla, ¿crees que justo tu padre haría ese gesto por una chica como Debrah? Sé que no quieres oír una palabra de ella, pero es verdad. Deja de pensar en esas estupideces, ¿no has estado fumando, no? Siento decirlo, pero te ves como la mierda.-dijo Lys. Le sonreí y negué. No podía creer que se encontrara bien, sentía que estaba recuperando a mi familia, mi padre estaba bien y mi hermano de otra madre también lo estaba, solo faltaba mi niña. Suspiré. Nos quedamos hablando de un par de tonterías con Lysandro hasta que comenzaron a llegar más personas: Alexy, Rosalya, Kim, Iris, mi madre, los padres de Lys, Violeta, Viktor, Laeti, Li, todos, incluso Farrés se apareció por aquí. Lysandro se veía completamente feliz con todas las personas que lo estaban apoyando, sus padres conocieron a Violeta, la cual estaba muy sonrojada. Hablaron conmigo y mi madre, también noté que el suegro de Lys apareció y se quedó hablando con los padres del peliblanco. Todos estábamos aquí para apoyarlo, inclusive Nebraska se apareció para corroborar que él estuviera bien. Me lanzó una mirada y no hizo nada, simplemente me observó, incomodándome. Se retiró y pude ver como Alexy la miró.
-¿Cómo te sientes?-preguntó Alexy. Lo miré sorprendido que me hablara con tanta naturalidad.
-Bien, mejor que anoche definitivamente. ¿Tu? ¿Supiste algo de Alask?-pregunté.
-¡Psss, Alex, Castiel!-dijo Nebraska. Nos volteamos hacia ella y vimos cómo se encontraba con la madre de Rosalya, cruzamos una mirada con Alexy y disimuladamente salimos hacia afuera. Cerramos la puerta pude ver como Lys nos miró algo preocupado, pero nada del otro mundo. Priya caminaba entre los pasillos con miles de papeles, pude ver como se dirigió a la habitación de Kentin y le lanzó una mirada preocupada a Nebraska.
-¿Qué sucede aquí?-pregunté.
-Bueno, necesitamos algo de privacidad para hablar, síganme. Es importante lo que les voy a decir.-dijo Crystal. Volvimos a mirarnos todos entre todos y seguimos a Crystal al elevador, donde allí lo detuvo. Alex se veía muy nervioso, pero Nebraska le sonrió, intentando ayudarlo a calmarlo, lo que funcionó. Crystal marcó el subsuelo, donde se supone que solo trabajaban los médicos. ¿Qué demonios era esto?
-¿Sabes de qué se trata esto?-Susurró Alexy. Nebraska iba a responderle, pero Crystal se adelantó.
-Sí, lo sabe. Escuchen, deben mantener una cierta confidencialidad de esto que les diré porque estamos transgrediendo un par de reglas, pero no soporto verlos así de mal, en especial a ti, cielo.-dijo Crystal. Miró a Alex y él se sonrojó.- Así que iremos a ver a Alaska, y esta vez no será a través de un vidrio, esta vez podrán verla en persona. Pero ninguno de sus amigos puede saber esto, ni siquiera su familia, nadie. Cuando les pregunten por Alaska deberán decir que aún no saben nada, de todas formas supongo que mañana mismo podrán verla todos, pero sé lo importante que es para ustedes, por lo que apresuraré un poco las cosas.
-¿En serio? ¿No es algún tipo de broma?-pregunté. Ella me sonrió y me negó con la cabeza.
-Por supuesto que no, solo les pediré que no la toquen en exceso, no está nada bien, pero le diré como se encuentra cuando estemos todos allí. Deben recordar que si bien comprendo los términos en medicina, mi especialidad es la gente muerta, por lo que me resulta extraño y horrible tenerla de paciente. ¡Pero descuida, Castiel! No me mires así, ella está viva.-dijo Crystal. La observé completamente asustado, por un segundo creí que ella estaba insinuando que iríamos a la morgue a ver el cuerpo de mi novia, eso sería demasiado. Pude ver como Nebraska aguantaba su risa al verme así de mal, la odiaba con todo mí ser. La madre de Rosalya destrabó el ascensor y dejó que este continuara su curso, apenas se abrieron las puertas del subsuelo me sentí extraño. Venia muchísimos médicos corriendo de un lado al otro, todos los pacientes allí parecían estar en un estado grave, inclusive vimos como pasaban corriendo varios paramédicos con un paciente que tenía una fractura expuesta. Sentí asco, pero nada del otro mundo, Alexy sin embargo parecía que iba a vomitar, pero Nebraska le acarició el brazo; ella y Crystal se veían encantadas de encontrare rodeadas de tanta carne expuesta. ¿Cómo demonios podía gustarle esto? de Crystal podía entenderlo ya que era su trabajo, ¿pero Nebraska? Ella estaba especializada en homicidios, supuse que vería este tipo de cosas con frecuencia. ¿Sería por eso que era tan fría? No, Vik me había dicho que ella ya era así desde que la conocían.
-Síganme. No miren a los pacientes, seguramente les haga mal. Miren mis pies y simplemente síganme.-dijo Crystal. Obedecí por el simple hecho que prefería no ver todo eso, pude escuchar un comentario de Nebraska hacia mí, pero no me importo, ni siquiera le presté atención porque sabía que solo buscaba burlarse de mí, o una pelea. Caminamos por largos pasillos, rodeados de personas que constantemente nos pedían permiso y llevaban pacientes en camillas, todos malheridos. Hasta que finalmente llegamos a una puerta que decía "Alaska Blue, estado: grave. En observación."
Mierda, niña. Me sentí horrible, no sabía si estaba listo para entrar y verla en ese estado. Miré a Alexy, se limitaba a mirar el suelo con completo miedo.
-¿Chicos, se encuentran bien?-pregunto Crystal. Eleve mi vista y miré nuevamente la puerta, ella me necesitaba con una sonrisa, no con miedo. Solté un suspiro.
-Sí, estamos bien. Vamos Alex, nos necesita. Tenemos la suerte de ser las dos personas que más quiere, seremos los primeros que puedan verla y ayudarla, decirle todo lo que la amamo... digo que la queremos. Todo estará bien.-dije. Él asintió sin sacar la mirada del suelo, Nebraska lo rodeó por los hombros con su brazo y lo hizo caminar hacia dentro de la habitación. Tomé aire, me masajeé la cara y seguí a Crystal, la cual nos esperaba ya con la puerta abierta. Yo fui el primero en pasar, y una vez más me quedé helado del miedo. Ella estaba con los ojos cerrados, llena de cables, igual que la primera vez que la vi a traves de la ventana. Se veía dormida, pero aun así tenía una carita de dolor impresionante. Sentí como mis piernas me flaqueaban, mi respiración se aceleró y a la vez pareció haberse cortado de un instate al otro. Comencé a hiperventilar y detrás de mi pude escuchar como Alexy hacía exactamente lo mismo, seguido por un suspiro con pesadumbre de Nebraska. De pronto mi cuerpo se sumió en una adrenalina increíble, corrí hacia ella y la tomé de las mejillas, se veía fría, helada. Tenía un corte en la mejilla que le atravesaba sus preciosas pecas, el respirador artificial hacía que fuera difícil reconocerla. Demonios, ¡¿por qué todo lo malo le sucedía a ella?! No se supone que debería verla en este estado, no se lo merecía.
-¿Está durmiendo?-preguntó Alexy. Crystal y Nebraska cruzaron una mirada algo incómodas.
-¿Qué? ¿Por qué se miraron así? Alask, niña, mirame. Estoy contigo, estamos juntos, vamos cielo, despierta. Sé que amas dormir, pero necesito escucharte y saber que te encuentras bien. Mira, estoy aquí.-dije. Le estampé un beso en la mejilla ya que sus labios se encontraban detrás del respirador artificial. Estaba sonriendo mientras intentaba hacerla despertar, sabía que ella tenía el sueño pesado y que era difícil despertarla, pero no podía tener el sueño tan pesado.
-Dejala, no va a despertarse. No es la bella durmiente y no es el beso del amor verdadero, esas mierdas no existen. Dejala en paz y escucha.-dijo Nebraska. La miré con muchísimo odio, no le importaba absolutamente nada, solo parecía querer especificar que ella era quien mandaba. Miré una vez más a mi novia, no se inmutaba, parecía que se hubiera desmayado.
-Castiel, tal vez deberías escuchar a Nebraska. Tenemos algo muy importante que decirles. Sientate, por favor. En este asiento, lejos de ella.-dijo Crystal. Me señaló un asiento junto a Alexy, pero lo tomé y me senté junto a mi novia, tomándole de la mano. Sus manitas de por si eran pequeñas, pero junto a las mías se veían aún más pequeñas. Vi su esmalte negro desgastado, como si hubiera usado sus uñas para pelear hasta el final. Noté que en su mano tenía un cable que comunicaba sangre todo el tiempo y suero, mucho suero. ¿El suero no era para aliviar el dolor? ¿Qué tanto dolor podría tener para que le pasaran suero constantemente?
-Como prefieras. Crystal, cuando quieras inicia.-dijo Nebraska. Ella sacó una computadora y comenzó a escribir mientras Crystal ahora con dolor comentaba lo que sucedió.
-Intentaré decirlo lo más suave posible, Alask no se encuentra muy bien, nada bien de hecho. Cuando llegó al hospital prácticamente no tenía signos vitales, es decir su corazón estaba perdiendo la batalla. De hecho, su corazón "murió" por un minuto, pero logramos reanimarla. Cuando eso sucede, muchas veces trae consecuencias graves para el cuerpo, obviamente. Ella perdió tanta sangre que nunca la tuvimos con conciencia, se lastimó gravemente el lóbulo occipital, el cual es justo en la nuca.-Dijo Crystal. Ella se acercó a mi novia, tomó su cabeza con cuidado y nos señaló la zona, noté que tenía una venda en dicha área. Noté que Nebraska estaba escribiendo todo lo que la médica decía, noté que Alex seguía muy asustado y buscaba confort en Nebraska, la cual no soltaba su vista de la computadora.
-Sabiendo eso, quiero que sepan que obviamente el cerebro es una parte muy importante en el cuerpo humano. Y al no tener una respuesta de Alaska, tenemos miedo que algo grave le haya sucedido: y en efecto le sucedió. Ella se indujo en un estado de coma. Por eso no reacciona ante ti, Castiel. No tiene sueño, ojala lo tuviera. Está en coma.-dijo Crystal. Sentí como mi corazón se detuvo, dolor, solo pude sentir dolor. Alexy se largó a llorar y Nebraska detuvo la escritura para mirarla con muchísima pena. No me importaron ellos, no me importó nadie, la miré y se veía simplemente dormida. Sin quererlo presioné su mano algo más fuerte, como queriendo abrazarla, pero sin poderlo. Quería llorar de la angustia pero no me salía, solo quería que ella despertara. Sentí que esta vez me desmayaría, el cuerpo me pesaba, me sentía un muñeco de trapo manipulado por un vago intento de mi voluntad. Me incorporé y le acaricié una mejilla.
-Esto es pura mierda, ¡es toda una mentira! ¡Ella está bien! La he visto dormir mil veces, tiene el sueño pesado, eso es todo. Niña, despierta, ¡despierta cariño!-chillé. Mi voz comenzaba a subir a un tono bastante evidente. Pude ver como mis manos estaban temblando, ella se veía destruida, arruinada, triste, y aun así, hermosa. La madre de Rosalya me puso una mano en el hombro y me habló muy suave.
-Sé que esto es horrible, pero es la verdad. Nebraska está escribiendo el informe policial para su jefe.-dijo Crystal.
-Pero... ¿No es posible despertarla o algo similar? En internet leí que supuestamente las voces familiares ayudan al paciente a encontrarse mejor. ¿Podemos intentarlo? No sé, ¡algo debe haber que la ayude!-dijo Alexy. Antes que siquiera pudiera pensar en ejecutar esa idea, Crystal me detuvo.
-No sabemos demasiado sobre el estado de coma, sabemos que cuanto más esté en ese trance, menos probabilidades de volver son las que ella tiene. No podemos hacer nada más que esperar.-dijo la madre de rosa.
-¿Esperar? ¿En serio pretendes que me siente aquí como un imbécil a esperar que venga algún tipo de ser místico a salvarle la vida a mi novia? ¡Estamos en el siglo XXI! ¡Algo se debe poder hacer!-dije. Me incorporé y Crystal me hizo un gesto para que me calmara, pero no me importó.-Niña, vamos, basta de bromas, despierta. Cariño, esta Alexy, Crystal y Nebraska aquí, todos nuestros amigos se encuentran muy preocupados por ti. Vamos, preciosa, debes despertar.-dije.
-¡No va a funcionar! ¿No entiendes? ¿Eres retrasado? Alex, ¿es retrasado? Porque si lo es me disculpo, debí tratarte distinto, asumo que lo eres. Una persona normal no reaccionaría así. ¡Estas atormentándola! No sabes lo que está viviendo, tal vez mientras se encuentra en coma y tú la sacudes como un saco de papas, ella está creyendo que algo malo sucede. Atravesó un infierno, dejala en paz.-dijo Nebraska. Dejó su computadora encima de la falda de Alexy sin siquiera pedirle permiso y caminó directamente a mí, con muy mala cara. Se acercó peligrosamente a mí, enfatizando su claro enojo. Crystal la miró y pareció calmarse. Suspiré.
-A mí no me hables así, que ella no te importe no es mi culpa. Solo quiero que despierte y aseguro que me ama mucho más a mí de lo que siquiera pueda quererte.-dije.
-¡Hey! Aquí no estamos para discutir quién se ama más con Alaska, Nebrask, vamos. Démosle un tiempo a solas a Castiel. Lo necesita. Además podrás terminar tu reporte tranquila. Vamos.-dijo Alexy. La tomó del brazo y la arrastró prácticamente hacia afuera. Crystal me observó con enojo.
-¿Qué? No puede hablarme así, no soy uno de sus soldados. Ella es mi novia, mía. Y sé que es infantil ponerme así, pero siento que la estoy perdiendo o que directamente no la conozco.-dije. La miré, le acaricié una mejilla.- ¿Puedo pasar la noche aquí con ella? por favor. Si viene alguien me escondo debajo de la cama o... no sé, lo que haga falta.
-¿Debajo de la cama? No estamos jugando a las escondidas, Castiel, además mirate, eres enorme. Descuida, puedes quedarte aquí, tal vez Nebraska y Alex se queden también, espero que nada pase. Recuerda que no debes tocarla demasiado, puedes tomarla de la mano con cuidado y puedes darle besos en las mejillas, sin tocar nada. Necesita el respirador, el suero y las transfusiones de sangre.-dijo Crystal. De pronto sentí que mi pecho rebozaba de alegría, sentía que quería saltar de la felicidad y emoción. ¡Sí, sí! Niña, te cuidaría yo. Solo rogué que Nebraska no metiera sus narices en lo que no le incumbía, pero seguramente lo haría.
-Gracias, no sabes lo que significa esto para mí. ¿Necesitan sangre para ella? Yo puedo darles.-dije.
-No, por ahora está bien. Además, tengo entendido que fumabas y no es recomendable que tu sangre termine en ella. Ella estará bien, descuida. Yo me iré para darles algo de privacidad, portate bien. No hagas ninguna estupidez porque puedes comprometer su vida.-dijo Crystal. Asentí. Odiaba que desde que Nebraska estaba aquí me trataran como un imbécil impulsivo, ¿qué clase de idiota creían que era? Bueno, en verdad si era impulsivo, ¡pero hablamos de la vida de mi novia! Apenas vi como ella se fue, me senté jun to a ella y le tomé de la mano. Parecía muerta, respiraba muy lento de hecho, tan lento que apenas se elevaba su pecho. Le acaricie con la mano que tenía libre una de sus mejillas, la que tenía el corte en ella. Me sentía un imbécil, ¿y si ella nunca despertaba del coma? La última vez que la habría visto era cuando Kentin me llevó con ella y estábamos ambos secuestrados, aun así hicimos todo lo posible para abrazarnos o besarnos. Mierda, esto se estaba complicando.
-Niña, por favor, despierta. Tenemos toda una vida por vivir, sabes que no soy cursi ni nada de esto pero me haz cambiado, ¡me cambiaste la vida! No sabes todo lo que te extraño, hoy cuando me desperté noté que estaba abrazando a un peluche de Iris de la misma forma que te abrazaba a ti. Te extraño en mi casa, jugando con Demonio mientras cocinas, o tomas una cerveza, o me abrazas. Extraño acostarme en el sofá a ver películas contigo mientras Demonio se pone celoso e intenta subirse con nosotros. Te extraño, niña.-dije. Sentí como mi voz comenzaba a traicionarme y parecía que iba a llorar. No me importó, estábamos solos.-Por favor, te necesito. Me destruí cuando Nebraska dijo que creía que querías suicidarte, vamos preciosa, tienes una vida conmigo, con tus amigos, con mi familia. Tú eres mi familia, no necesito a nadie más que a ti, cuando estamos juntos todo es una maravilla. Por favor, Alaska, mira las cosas que digo. Necesito que despiertes y me digas que te hiciste la dormida para no saludar a tu ex, vamos, si me lo admites prometo no enojarte. Vamos, cielo.-dije. Me quedé unos segundos esperando como si en efecto eso fuera a funcionar, pero al ver que ella no se inmutaba, me incorporé y la tomé de las mejillas.
-No puedo hacerlo sin ti, rompí nuestra promesa de no fumar por el miedo que me causaba sentir que te perdía. Alaska, necesito que estés conmigo. Lamento todas las estupideces que te dije cuando me enojé contigo, solo necesito verte bien, conmigo. Vamos preciosa, tienes una vida por delante.-dije. Esta vez se me escapó una lágrima de uno de mis ojos. Observé si alguien venía, al demonio, sabía que si la besaba ella reconocería mis labios. Le quité el respirador por unos segundos y de inmediato sentí como su respiración se dificultaba, pero apenas besé sus labios fríos ella se calmó. Fue un beso rápido, ni siquiera fue un beso, fue un choque de labios. Le puse el respirador rápidamente y me quedé esperando a que reaccionara. Pero nada, simplemente yacía con los ojos cerrados, parecía que nuestro beso no hubiera valido de nada. No importa, niña, me quedaré contigo hasta que te recuperes... Aunque honestamente yo sentí miedo, sentí que no era ella a quien besaba. Se sintió extraño, no era la típica química que había entre nosotros. ¿Acaso ya la había perdido? No, iba a luchar hasta el final.
-Te amo, niña. Te prometo que vamos a salir de esto, juntos.-dije. Me senté en la silla, le tomé la mano y descansé mi cabeza en la cama. Casi sin quererlo, me dormí. Estaba muy cansado y necesitaba las energías para mañana acompañarla.
*Nebraska*
Castiel era un imbécil, ¡era un imbécil! Alex me miraba visiblemente enojado, me iba a matar, pero antes de hacerlo decidió ir rápidamente al baño a lavarse la cara. Él sabía que odiaba verle las lágrimas recorriéndole las mejillas. Estúpidos todos, ¿Cuándo entenderían que llorar era de débiles? Llorar le demostraba a todos quien era tu punto débil, y estaba claro que Alaska era el punto débil de Alex, Castiel y aun tras los años; el mío también. Decidí aprovechar a que Alex se había ido al baño y abrí la puerta de la sala de Alaska, allí vi a Castiel besándola. ¡Lo iba a matar! ¡Lo iba a jodido matar! ¡Iba a terminar con la vida de mi novia antes de que ella pudiera siquiera despertar! Bueno, técnicamente era mi ex, aunque ninguna de las dos nos despedimos de la otra. Todo por ese estúpido homofóbico que me alejó de ella... no iba a pensar en él. Iba a pensar en cómo matar a Castiel, pero vi algo que me sorprendió muchísimo: Alask había respondido con una sonrisa sutil al beso de Castiel. Se supone que cuando un paciente en coma respondía físicamente era porque estaba por despertar. Mierda, mi nena se había enamorado, creí que lo nuestro era distinto... Supuse que era una estúpida por aferrarme a las personas: siempre terminaba herida. Cerré la puerta y los dejé en paz. Ya hablaría con Alask cuando despertara.
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