Capítulo 22: Primera víctima

El grito desgarrador de la mujer, aún desconocida nos había dejado petrificados a todos, la música junto a la luz se habían cortado y el ambiente dejó de ser del de un cuento de hadas para dar paso a una situación realmente alarmante. No sabíamos si ella estaba herida, si la habían robado o inclusive algo peor. Intente buscar a Nebraska con la vista pero en la oscuridad me era imposible ver algo, no podía ni siquiera ver mis propias manos. No entendía del todo lo que acaba de suceder, recuperé la memoria, todo volvió a la "normalidad" y en el instante que Castiel me decía que me amaba esto pasaba. Sin embargo, debía dejar de pensar de esta forma, seguramente a una chica afuera del gimnasio le hubiera sucedido algo y yo pensando en que mi ¿novio? Me había besado. No tenía tiempo para eso, escuche una exagerada voz familiar, era Lysandro. Tenía la linterna de su celular apuntando hacia el techo y habló con voz muy grave, se lo notó muy alarmado, era extraño ver al gigante pacífico así de trastornado; no obstante parecía querer mantener la calma.

-¡Vengan hacia mi! Chris, enciende tu celular, estas en el escenario y te verán mejor. ¡Vengan hacia nosotros! Mantengamos la calma hasta que las autoridades solucionen todo. Tomen la mano de todos los que puedan y vengan juntos hasta aquí.-dijo. Pude ver como tenía a Violeta presionada fuertemente contra él, como si fuera solo una niñita. Se la veía realmente mal. Chris, iris y el resto de la banda Devil tomó la iniciativa de Lysandro, comenzaron a hacer una gran multitud todos juntos. Castiel me tomó de la mano y me arrastró hacia allí pero me detuve.

-¿Qué haces?-dijo Castiel. Me habló en un tono realmente agresivo, supuse que no estaba enojado conmigo sino solamente tendría miedo de toda la situación. No obstante seguí buscando con la mirada a mis amigos, Nath y Kim estaban juntos con Lys y Violeta, vi a Ámber y Charlotte corriendo hacia todos, Daiana estaba abrazada a Chris, Iris y las dos chicas de la banda estaban juntas, ¿y Alex? Antes de poder pensar en Alexy sentí como alguien me abrazaba.

-Que susto, estas bien. Vámonos ya.-dijo Kentin. Identifique a Kentin entre la oscuridad, junto a él estaba Rosa muy temerosa. Apenas mi hermano me soltó le tomó la mano a mi amiga, supuse que por una cuestión de tenerla cerca de nosotros, no era un momento ni remotamente romántico.

-Es lo que estoy intentando hacer, pero la señorita no se mueve.-dijo Castiel. Una vez más sonó agresivo pero no me importó.

-Ven amiga, estas en estado de shock. Vamos con los demás.-dijo rosa. Me quedé unos segundos al lado de Castiel, miré a mi hermano y amiga, necesitaba tenerlos lejos.

-Vayan, necesito un segundo estar con el grandullón.-dije. El pelirrojo les hizo un gesto para que se fueran y vi como fueron caminando. Se colocaron cerca de Farrés y Delanay. Miré a Castiel, se iba a enojar pero sabía como tratar con él.-No encuentro a Alexy, es mi mejor amigo y no voy a estar tranquila hasta tenerlo conmigo.

-¡¿Qué mierda dices Alaska?! No vamos a discutir esto, te vienes con nosotros. Es cuestión de lógica. Hay un loco suelto, no voy a dejar que te pase nada.-dijo Castiel. Le sonreí con ternura, pero que siguiera soñando, no iba a estar tranquila sin tener a Castiel de un lado, a Alexy de otro y saber que Nebrask estaba haciendo su trabajo con la seguridad correspondiente. Demonios, ¿y Nebraska? ¡¿Dónde estaba mi mejor amiga?! Comencé a hiperventilar del miedo, ¿y si le había sucedido algo? Evan había gritado su nombre, pero había sonado mucho más a un regaño que a un grito de miedo o socorro. Escuché una vez más a Castiel.

-Quedate aquí, si a Nebraska o a alguien le sucedió algo, yendo hacia allí no vas a conseguir absolutamente nada. Vamos, niña.-dijo Castiel. Mire hacia la salida algo preocupada, noté que Iris venía hacia aquí, parecía haberme leído la mente porque se acercaba predispuesta a ayudarme. Le colocó una mano en el hombro a su hermano y le sonrió.

-Estaba preocupada por ustedes, ¿Dónde se habían metido? Vengan.-dijo iris. Lo tomó de la mano visiblemente preocupada por lo que pudiera pasarle a su hermano y en ese instante aproveché para zafarme del agarre del pelirrojo e ir hacia fuera. Realmente necesitaba encontrar y ver qué demonios les había sucedido a mis mejores amigos, no podía quedarme tranquila sabiendo que estaban todos a salvo menos ellos. Escuché la voz de Castiel diciéndome de todo, que volviera, que se iba a enojar, que estaba preocupado, pero no me importaba. Corrí en tacones lo mas rápido que pude hacia la salida, pude ver como habían luces azules y rojas; solo podía indicar o una ambulancia o una patrulla de policía. Honestamente, no sabía cuál de las dos opciones era peor. Sin embargo una voz adorablemente familiar me alivió, era Nebraska discutiendo con alguien y esta vez se veía muy enojada.

-¡¿Cómo se te ocurre haberme sacado a bailar?! ¿Ahora ves lo que sucede? No puedo distraerme de mi trabajo, velo por la seguridad de todos. Esto no hubiera sucedido si no fueras un mocoso de mierda y me hubieras dejado hacer mi trabajo en paz.-dijo Nebraska. Salí al jardín, Nebraska estaba gritándole completamente fuera de sí a Alexy, el cual miraba al suelo arrepentido. En efecto, vi las luces, eran de una patrulla, de ella se estaban bajando Priya y un chico que no supe reconocer. Traía gorra de lana, cabello negro y corto como el mío, ojos azules y pese a que la situación parecía ser una mierda; un aura alegre se desprendía de él. Traía una laptop en una mano y una cámara colgando de su cuello. Priya corrió a ver a su novia, la cual miraba muy mal a Nebrask, como si todo eso fuera su culpa. El chico desconocido no era muy alto, de hecho seguramente midiera unos 15 centímetros más que yo. Bueno, yo no era un buen ejemplo porque cualquier persona era más alta que yo; a lo que me refería que tal vez midiera unos 1,65 o 1,70 cm. Él pareció que fuera a hablarle a Nebraska pero al escucharla gritar como histérica pareció que prefirió tomar fotografías a algo que Evan comenzaba a tapar, rodeándolo de cinta de policía. Un sentimiento horrendo me recorrió la espalda, mierda. Tuve miedo de que hubiera pasado un asesinato, no creería que este revuelo de la policía fuera solo porque a alguien le robaron una cartera. No obstante, la voz rota de Alexy me distrajo.

-Lo siento, Nebraska. Solo pretendía divertirme contigo 3 minutos, nunca quise que nada de esto sucediera. Ya no sueles salir tanto a bailar, ya no nos divertimos como antes y extraño eso. De verdad lo lamento.-dijo Alexy. Se lo escuchaba muy mal, parecía al borde de llorar. Agradecí que nadie hubiera notado mi presencia hasta ese entonces, porque corrí a abrazar a Alex. Se lo veía tan mal, sabía que él y yo podíamos con el carácter de Nebraska, pero esta vez estaba yendo demasiado lejos, inclusive para ella.

-Para, Nebraska. Gritando no vas a solucionar nada.-dije.

-Y diciendo lo siento tampoco, tengo el cuerpo de una mujer, otra mas. ¿Crees que decir que lo lamenta solucionará algo? Seguro pude evitar que el asesino atacara, seguro si hubiera estado donde me correspondía esa chica hubiera estado bailando con ustedes en este momento y nada de esto sucedería.-dijo Nebraska. De pronto me helé, ¡¿cuerpo!? Oh no... Repasé en mi cabeza todas las personas que estaban presentes, Ámber y Charlotte se habían quedado dentro pero honestamente ninguna de las dos me importaban. Iris, Daiana, Kim, Rosa, Violeta... Mis amigas estaban bien con sus correspondientes parejas. ¿Y si no conocía a la persona que había perdido la vida? Miré en dirección hacia Evan y al desconocido de cabello negro, él tomaba fotografías hacia el suelo; Evan hablaba por celular. No obstante, el gigante jefe de policía se apartó y lo que vi allí me heló la sangre.

Li yacía en un charco de sangre, su propia sangre. Le habían hecho un corte en la garganta y tenía una mano en su cuello, como si vanamente quisiera detener la hemorragia. Aún tenía los ojos abiertos, se veía tan bien hacía solo unos momentos. No podía creerlo, hacía nada ella me saludó con alegría. Se la veía viva, bien, bailando con amigas. Se estaba riendo sin problemas y ahora... mierda. Sentí como alguien me tomaba de la mano, me volteé y vi a Castiel. Me abrazó fuertemente para que no viera todo el escenario, y no pude evitar recostarme en su pecho. No quería ver eso, solo me remití a quedarme cerca de él.

-Ven dentro. Rosa y yo te estábamos buscando. Deja que las autoridades se ocupen de ell...-dijo Castiel. Me hablaba suave y bajo, como si tratara de tranquilizarme. No obstante no pudo hacer mucho, porque Evan y Nebraska estaban hablando.

-¡¿Cómo que no viene?! Tenemos información que puede ser importante, y ¿no puede venir? ¡Es un caso de un asesino serial! ¡No se trata de un ladrón robándose tres manzanas!-dijo Evan. Nebraska resopló y se molesto aún más cuando vio a Rosa llegar completamente preocupada.

-Demonios, esto no es un puto espectáculo. ¿Pueden irse todos para dentro de una maldita vez? Rosalya, llama ya a tu madre. Alaska, no te vayas. Necesito que me ayudes en algo.-dijo Nebraska. Rosa miró el panorama y se atormentó de inmediato, comenzó a llorar mientras llamaba a la madre; no recordaba que Crystal era la forense de la policía. Pese a toda la situación, Alexy y yo le colocamos una mano en el hombro, para tratar vanamente de tranquilizarla. Castiel miró a Nebraska muy mal, como si no le gustara la idea de que yo tuviera que ayudarla, pero a la pelirosa le importó realmente poco lo que mi novio pensara. Se acercó a mí y me hizo un gesto para que fuera hacia ella, acto que hice. Mi mejor amigo se quedó cuidando a Rosa mientras que Castiel me siguió hasta quedar junto a Nebraska y a mí.

-Escucha, Sofía dice tener información del asesino, nuestra dibujante no llegó y cualquier dato se puede perder de aquí a mañana. Así que de verdad necesito que nos ayudes. Tenemos todo lo necesario, lápices, hojas en blanco, lienzos, lo que necesites. Solo escucha lo que ella te pueda decir, dibuja todo al pie de la letra.-dijo Nebraska. Me entregó todo lo necesario y vi como me hacía camino hacia Evan, el cual hablaba entre susurros con Sofía. Priya hablaba con el desconocido y sentí como Castiel intentó seguirme pero tanto Evan como Nebraska no lo dejaron. No quise ver a Li en el suelo, solo me haría peor. No estaba del todo segura si podía ayudar, es decir, un error mío y tal vez podrían despistarlos en conseguir atrapar al asesino, o asesina. No podíamos estar seguros de eso hasta que la policía pudiera confirmar algo.

-¿Y ella?-dijo Sofía.

-Describe de una maldita vez lo que viste.-dijo Nebraska. No era el momento, pero era adorable ver como Nebraska la trataba mal por haber engañado a su amiga, Priya. Seguramente no quisiera reconocerlo, pero Nebraska se preocupaba mas por sus amigos de lo que verdaderamente mostraba. Basta Alaska, concentrate, mire el lienzo en blanco y solo observé eso. Hacía muchos años que hacia retratos de personas pero pocas veces había hecho esto; hacer un dibujo en base a lo que me decían, siempre podía observar a lo que dibujaba. Mierda, ¿realmente Nebraska me tenía tanta confianza? ¿Y si me equivocaba? Sentí a Evan suspirar, fue solo un suspiro pero sonó a "realmente estamos jodidos si le pedimos a una recién graduada que haga nuestro trabajo." y sí, realmente lo estaban.

-No estoy segura si fue él, pero instantes antes de que todo ocurriera, pude ver a un sujeto encapuchado con una campera negra. Mediría lo mismo que el pelirrojo, el novio de tu ex, Nebraska. No pude verle el rostro, ni sus manos o algo que mostrara su piel, llevaba las manos en los bolsillos y en el rostro traía una careta de payaso.-dijo Sofía. Comencé a dibujar lo que yo interpretaba por la descripción de ella, a medida que iba trazando líneas con un lápiz claro para poder borrar fácilmente en caso de ser necesario. Dibujé a un hombre con el físico de Castiel, alto, no muy musculoso pero si con unos bíceps, unos abdominales en proceso de formarse, hombros anchos y cuerpo grande. Ella me indicó que realmente el físico se le parecía más a Evan, grande y musculoso. La careta de payaso que me describió fue muy básica, una sonrisa amplia y aterradora, mejillas sonrojadas, ojos pintados de azul y nariz roja. No había forma de buscar algo así. Cuando le mostré lo que había hecho a Sofía, asintió como si lo que dibuje realmente se pareciera al sospechoso. Demonios, ya comenzaba a hablar como mi mejor amiga.

-Creo que es la única pista que tenemos de esta persona.-dijo Evan.

-Precisamente, es la única pista que tenemos y la vio la policía más incompetente y corrupta. ¿Podemos realmente fiarnos? Es decir, estamos más que para vigilar. Sabes bien que si yo viera algo así avisaría de inmediato que cuides mi sección e iría en búsqueda del sospechoso. Esto no es una broma, Evan. Hablamos de vidas humanas.-dijo Nebraska. Sofía la miró mal y Priya casi le rogó con la vista que evitara hacer esos comentarios filosos hacia su novia.

-Deberías agradecerme tener una pista.-dijo Sofía.

-De ti, me esperaría que te inventes todo.-dijo Nebraska. Se podía ver perfectamente la tensión entre ambas, afortunadamente el chico desconocido interfirió.

-Priya ya me consiguió una orden para poder revisar las pertenencias de Li, entre ellas el celular. ¿Puedo ver el dibujo, Alaska? Ya sabes, en caso de que algo me suene familiar mientras lo registro. Será lo básico, mañana en la comisaría seguro podré investigar muchísimo mejor.-dijo Armin. Miré al desconocido, ¿cómo sabía mi nombre? De inmediato miré a Nebraska, apartó la mirada y casi pude ver que se sonrojara. ¿Había hablado de mí hasta a personas que no tenía ni la menor idea de quiénes eran? Le sonreí con dulzura, sí, era mucho más dulce de lo que verdaderamente admitía.

-Oh, lo siento no me presente. Armin, un gusto. ¿Me lo permites?-dijo Armin.

-¿Recuerdas que te mencioné que yo estaba como loca por ti y un amigo de la comisaría por Castiel? Bien, él es ese amigo que está muerto de amor por esa cosa horrorosa de "amigo" que tienes.-dijo Nebraska. Le sonreí a duras penas, había fallecido Li y si bien no éramos tan cercanas, tenía respeto por ella y el cadáver el cual aún yacía allí.

-"Como loco" es un termino muy amplio, Nebrask. Tampoco es como que pese a tener 24 años, tuviera la habitación llena de fotos de Castiel que pude tomar en alguna que otra presentación que dieron ustedes. Tienes un buen gusto para parejas, en la comisaría bromeamos con que Nebraska y Castiel en personalidad se parecen, ¿adivina quien siempre se enoj...?-dijo Armin. Mi mejor amiga ya estaba a punto de chillar pero Evan la interrumpió, no era noticia ver que tanto ella como mi novio se parecían mucho en personalidad, algo antipático ambos, malhumorados, adictos al rock, les gustaban los perros, hasta estaban cerca de medir exactamente lo mismo. No obstante, no pude evitar paralizarme del miedo al escudriñar lo que Evan y Sofía le entregaban a Nebraska.

-¿Aún crees que todo me lo invento?-dijo Sofía. Le lanzó una mirada de odio a la pelirosa, la cual tomó algo en un sobre transparente que le entregaba su jefe. Dentro había una hoja blanca, ella al leer el contenido se rió con completa ironía.

-Claro, que siga soñando.-dijo Nebraska. En ese papel se podía leer con distintas letras del periódico una oración, la cual no podía entender como no hacía temblar a mi mejor amiga. Decía "N. Hudson fuera del caso." el asesino sabía perfectamente quien era ella, ¡¿cómo no podía estar muerta de miedo?! De hecho, se estaba riendo y se lo tomaba con humor. A veces hasta yo debía admitir que ella era muy extraña.

-Lo siento, eres mi mejor amiga y sabes que te quiero, pero también sabes que las relaciones y la vida personal no puede interferir en el trabajo. Eres mi mejor oficial, pero lo que hiciste, desprevenirte tanto con tu amigo... Tal vez ella estuviera viva si hubieras hecho tu trabajo. Sabes bien que no soy como el resto de jefes, sabes que dejo horarios para que todos mis empleados tengan tiempo de ocio, pero una cosa es el trabajo y otra bailar con él. A menos que creas que Alexy Cooper sea el asesino, y solo estés en cubierto, lo que hiciste fue insubordinación y una falta de responsabilidad increíble, Nebraska. Lo sabes. Y sinceramente me da pánico que el asesino sepa tu nombre, ¿qué decirte? Me da miedo que seas tú la próxima víctima que tenga que ir a ver. Bajo ningún concepto, voy a tener que dejarte fuera del caso.-dijo Evan. Evan no le gritaba, le hablaba muy pausado y se notaba que hasta él estaba decepcionado de ella. Mi mejor amiga fue a gritar histérica, pero Alexy la interrumpió.

-Fue mi culpa. Yo le insistí, ella es la mejor, tú mismo lo dijiste. Si hay alguien que puede conseguir resolver esto, es Nebraska Hudson. Ella me advirtió en todo momento, fue un descuido mío.-dijo Alexy. Nebraska le soltó una suave sonrisa, casi invisible. Evan suspiró y pude escuchar como Sofía intentaba persuadirlo para dejarla al menos fuera del caso.

-Alaska, Castiel, Alexy y... ¿Rosa? Lamento mucho lo que están viendo, sé que es un mal momento y realmente agradezco la colaboración de Rosa al llamar a la médica forense para examinar el cadáver al igual que la ayuda de Alaska perfilando al asesino. De verdad que sí, pero esto es un asunto de la policía y sinceramente, no me parece correcto que estén viendo el cuerpo de su conocida desangrarse. Además lejos de civiles podemos trabajar mejor. Si son tan amables, ¿puede ingresar? Yo seguro en unos minutos entro al gimnasio a avisarles si se pueden retirar.-dijo Priya. Nos lo dijo con amabilidad y un semblante triste, rápidamente accedimos. Abracé a Rosa y vi como me devolvía rápidamente el abrazo. Nos encaminamos seguidas de Castiel al gimnasio, vi como Nebraska asentía hacia Alexy, en señal de agradecimiento por haberle cubierto el trasero. Vi como Armin se dirigía hacia el generador del colegio, reestableció la luz y de inmediato pudimos ver a todos juntos, resguardándose mutuamente. Apenas ingresamos, Castiel se encargó de dar el pesame. Algunos se sorprendieron, otros solo se sintieron tristes pero no lo suficiente como para conocerla demasiado bien. Me sentí mal por ella, todo esto parecía salido de un cuento de hadas a uno de horror. Lo sabía, sabía que en mi vida nada podía ir demasiado bien por demasiado tiempo... no quise hacerlo sonar así. Es decir, Li había traicionado a sus amigas, si es que podían llamarse así, por mí. Ámber y Charlotte me habían humillado públicamente y Li solo detuvo todo, desde entonces había estado cerca de nosotros, Rosa, Violeta, Kim, Iris... Mis amigas. Suspiré y miré al suelo apenada, sentí de inmediato como Kentin me abrazaba preocupado y me regañaba por haberme ido de esa forma pero no tuvo tiempo a mucho más nada porque Evan ingresó en la sala.

-Buenas noches, si así se le pueden decir. Mi nombre es Evan Muller, lamento informar que esta noche la estudiante del Sweet Amoris, Li, ha fallecido. Estamos haciendo todo lo que podemos para que esto no vuelva a suceder y quien la asesinó pague su condena. No obstante, les pedimos que por favor se retiren por la puerta trasera, delante es una escena del crimen. Lamento que esto haya sucedido, estén pendientes a las noticias, seguro allí tengan más información. Buenas noches.-dijo Evan. Un murmullo general se levantó por la habitación, pareció como que confirmaban lo que Castiel decían. Algunos llamaron a sus padres, otros hablaban entre ellos. Pude escuchar a Ámber decir "lo tenía merecido por asiática de mierda", no solo su comentario era racista, sino que estaba más que fuera de lugar; Li acababa de ser asesinada. La miré muy mal y escuché como Nathaniel la regañaba con la mirada. Vi como Lysandro pasaba cerca de nosotros con Violeta tomada de la mano.

-¿Vienen a casa? Nosotros nos vamos de inmediato, estoy completamente paranoico.-dijo Lysandro. Miré a Castiel dubitativa, ¿qué haríamos? Afortunadamente mi hermano interrumpió.

-¿Les importa si voy con ustedes? Vivo enfrente a su apartamento y me vendría bien la compañía.-dijo Kentin. Lo miré mal, ¡¿pensaba dejar a Rosa volverse sola?! Lo iba a matar, no pretendía que fuera un caballero como Lysandro que hasta le abría la puerta del auto a Violeta, pero tampoco podía dejar que mi amiga volviera sola a su casa, después de haber sido oficialmente rechazada por Alexy y aun peor, cuando había un loco suelto.

-Kentin... ¿Y Rosa?-dije. Intenté no sonar tan ruda, pero sin querer soné como si le estuviera dando una orden. Él me miró confundido, lo entendía, dudaba que Debrah su ex fuera precisamente como Rosalya. No obstante, hablando de Roma, pude ver a la peliblanca caminando hacia nosotros con su padre, Peter.

-¿Necesitan que los llevemos a sus casas?-dijo rosa. Lysandro y Violeta intercambiaron una mirada, casi parecían querer decir que si pero dudaba que su timidez y su aura tranquila les dejara pedir un aventón. Una vez más, afortunadamente Kentin intervino.

-A mi me vendría bien a decir verdad, aunque yo debería ser quien te llevara a casa por ser mi compañera de baile.-dijo Kentin. Rosa se rió y Peter alzó una ceja dubitativo. Mi hermano y mi amiga terminaron yendo en el auto del padre de la peliblanca, y ya que Kentin vivía frente a Lys y Castiel, Violeta y Lysandro aprovecharon, yendo con ellos. Miré los restantes, Chris y Daiana se acecaba a nosotros, él tenía su guitarra en la espalda y ella sostenía un casco rosado.

-Nosotros nos vamos en moto hacia casa, lamento no poder llevar a nadie pero no se puede andar en 3 personas en motocicleta. Sin embargo, les aviso que las chicas de la banda se van en automóvil. Iris va con ellas, quedan 2 asientos disponibles; deberían aprovechar. Nos vemos.-dijo Chris. Daiana y él nos saludaron con la mano algo preocupados, él le colocó el casco rosado mientras buscaba las llaves de su vehículo tanteando su ropa. Vi como le colocó la mano en la cintura mientras se percataba que ella tenía su campera y las llaves se ve que se encontrarían allí. Le sonrió y los vimos perderse en dirección hacia la salida. Esta vez vimos a Iris hablando con Kim, venían hacia nosotros, también notamos como Nathaniel se iba regañando visiblemente enojado a Ámber.

-Tenemos asientos disponibles, las chicas terminan de desarmar la batería, nuestras pertenencias y estaremos listas. ¿Quieren venir?-dijo iris.

-Si no te importaría, a mi me vendría bien irme con ustedes. Quiero más de lo que admito a Nathaniel, pero me saca de quicio cuando hace esas tonterías de niñito de la herman...-dijo Kim. Se la veía muy molesta, pero no pudo terminar lo que nos estaba diciendo porque su novio apareció de la nada, le estampó un beso en la mejilla algo preocupado y habló lo más bajo que pudo.

-Avisame cuando llegues, por favor. Me había olvidado de saludarte.-dijo Nath. Vimos como se sonrojó ligeramente, Castiel soltó una risa algo ¿burlona? No sabía, pero consiguió incomodarlo y hacerlo sonrojar aún más. Consiguió que su novia no se enojara tanto y hasta le sacó una sonrisa. Se alejó de todos saludando y corrió hacia su hermana, a la cual siguió regañando como si nada.

-Como les decía, el nenito de la hermana se va con ella y me vendría bien que me dieran aunque sea un aventón, ¿te importa, tía?-dijo Kim. Iris le sonrió con esa alegría que tanto la caracterizaba.

-¡Por supuesto que no! Ven con nosotras. Ya verás, las chicas del grupo son muy simpáticas y alegres, nuestro nombre de la banda significa Diablo pero en verdad deberíamos llamarnos con un nombre más suave. ¿Ustedes? ¿Vienen con nosotros?-dijo iris. Miré a Castiel, preguntándole qué haríamos. En mi opinión lo mejor era que él se fuera con Lysandro y Violeta, mi amiga era una chiquilla muy tímida y miedosa. Si bien estaba Demonio en la casa del pelirrojo, seguro la compañía de dos chicos muy grandes como Lysandro y su mejor amigo la ayudaran a sentirse mejor.

-Acompaño a Alaska a su casa y luego iré con Lys, no voy a dejar que le suceda nada a la niña.-dijo Castiel. No pude evitar alzar una ceja cuando lo miré, no me sucedería nada, no era una niñita indefensa... Aunque debía reconocer que me sentía cómoda ante esa idea, Li supongo que debería saber patear en los testículos si la ocasión lo ameritaba y sin embargo... no quise ni pensar en eso.

-Está bien, ¿nos avisan cuando lleguen? Así me quedo tranquila.-dijo iris. Castiel asintió, pero yo comencé a notar que estábamos solo quedando nosotros, ¿y Alexy? Me pareció verlo aun en el jardín, donde Evan nos había pedido que no fuéramos. Comencé a encaminarme hacia allí, pero Castiel me tomó del brazo, no fue fuerte, solo fue un pequeño gesto para que me detuviera.

-Voy a ver a Alexy, ¿aún les sobra un asiento en su automóvil?-dije. Iris asintió, volví a mirar al pelirrojo.-Prefiero que se vaya con ustedes, es mi mejor amigo y sabes como me pongo con él.

Castiel soltó un suspiro, por un segundo pareció casi celoso de que le prestara atención a Alex y no a él, eso no cambiaría nunca. Camine lentamente hacia el peliazul, lo escuché hablando con Nebraska. No quise entrometerme, pero lamentablemente no pude evitar escucharlos.

-Siento mucho todo esto, siento que la muerte de Li es mi culpa.-dijo Alexy.

-No vuelvas a entrometerte entre Evan o en mi trabajo en general.-dijo Nebraska. Nebraska habló como si fuera una orden, estaba segura que algunas veces no comprendía la tonalidad con la que se refería a otros, no obstante rápidamente pareció percatarase de sus palabras. Se sentó junto a Alexy en un banco y le colocó una mano en el hombro.-Lo siento, siempre fui fría y reservada. Amo mi trabajo, me encanta perseguir asesinos, lanzarlos al suelo con fuerza y saber que se pudrirán en la cárcel por muchísimos años. Pero este oficio te hace aún más dura, y...

-Lo entiendo, estuve mal. No volveré a interferir, es solo que sé cuanto amas tu empleo, y no quise que te quitaran del caso por mi culpa.-dijo Alexy. Miró al suelo sumamente arrepentido, casi como si fuera un niño chiquillo a quien acababan de regañar. Nebraska se rió y le tiró suavemente de la mejilla.

-No me quitarán, no lo decía por eso. ¿Acaso no sabes que sé apañármelas para conseguir lo que quiero? Me refería a que no te entrometas en mi trabajo porque el asesino sabe quien soy, Alaska y tu son personas imprescindibles en mi vida. No me gustaría verlos en el estado que está Li, de hecho no sabría de lo que soy capaz.-dijo Nebraska. Demonios, tenía razón. No pensaba alejarme de ella, pero era un riesgo saber que ahora el homicida sabía la identidad de la pelirosa... no obstante Alexy intentando bromear me distrajo.

-Puedes conseguir todo lo que quieras menos el cariño de Alaska, creo que está oficialmente con Castiel.-dijo Alexy. Nebraska le dio un puñetazo suave en el hombro y Alexy tras frotarse dicha zona se rió. Me alegró verlos bien, a su extraña forma. Carraspeé la voz y noté que Evan me lanzó una mirada, casi pidiéndome que me retirara. No fue grosero, simplemente fue un pedido, sabía que si realmente quería sacarme, perfectamente podía hacerlo. Nebraska y Alexy se voltearon y me sonrieron, si es que podía interpretar lo que la pelirosa hacía como una sonrisa. Le comenté a mi mejor amigo el plan de Iris, en el cual le informé que podían llevarlo o al menos alcanzarlo a algún sitio; él iba a aceptar, pero Evan nos interrumpió.

-Hudson, creo que ya hiciste bastante esta noche. Puedes irte.-dijo Evan. Suspiró, casi doliéndole hacer lo que iba a hacer, extendió la mano y Nebraska con su peor cara le dio la placa y sus armas, no obstante, le devolvió una.-Voy a pensar y tener en cuenta tu expediente, si tu amigo se expresó bien, este desliz fue su culpa. De todas formas necesito que tengas el arma cerca de ti, por protección. Cualquier cosa que veas, recuerda el entrenamiento, solo dispar...

-Si el peligro es real e inminente, Evan, yo te entrené a ti. Gracias, supongo.-dijo Nebraska. Le esbozó una sonrisa y su jefe asintió, sentí como Armin y Priya intentaban persuadirlo, pude escuchar como el chico le decía que sin Nebraska el operativo no tenía sentido porque solo ella podría atrapar un homicida de su calibre. Sonreí, no lo conocía pero si le simpatizaba a mi amiga, y ya eso era un hecho por si solo, a mi también.

-¿Vas con el pelirrojo?-dijo Nebraska. Asentí.-Bien, iba a ofrecerme a llevarte, pero si ya tienes compañía, ten.-dijo Nebraska. Le lanzó un casco a Alexy y él lo tomó en el aire. Con la cabeza, mi mejor amiga le hizo un gesto para que se subiera a su motocicleta, él obedeció, no sin antes abrazarme fuertemente.

-Cuidate mucho, ¿bien?-dijo Alexy. Asentí y le sonreí, la dueña del vehículo se subió y apenas lo encendió, el poderoso motor nos alertó, no era demasiado fanática de los automóviles o las motocicletas, de hecho no entendía nada sobre eso, pero debía admitir que el motor impresionaba.

-Dile a Castiel que si no te cuida apropiadamente, terminará peor que Li.-dijo Nebraska. Me guiñó un ojo con una sonrisa, sabía que lo decía en broma, pero aun así se las apañaba para conseguir erizarme el cabello del miedo. Ellos desaparecieron entre la oscuridad de la noche y yo me encaminé hacia dentro, una vez más, no sin antes mirar la luna. Si bien siempre hacía calor por donde vivíamos, pero esta noche comenzaba a estar algo fresca; me arrepentí de inmediato de no haber llevado un abrigo. Bah, era el menor de los problemas de esa noche.

Dentro vi a Castiel recostado contra la pared, escribiendo con alguien en su celular, naturalmente le resté importancia porque no me importaba con quien se hablara. Ya no quedaba mucha gente, algunas personas que sabía que eran del Sweet Amoris pero los conocía solo de vista.

-Ya pedí un taxi, vamos a esperarlo fuera.-dijo Castiel. Me tomó de la mano y nos encaminamos hacia el fondo del gimnasio, por donde los policías nos pidieron que nos retiráramos. Fuera una vez más comencé a sentir frio, pero me remití a tomarle de la mano a mi novio. Un segundo, ¿éramos novios? Es decir, recordaba todo, pero ¿ya éramos nuevamente pareja oficialmente? Lo miré, se veía preocupado y nervioso, supuse que sería normal. Yo todavía no podía creer todo esto, no obstante la voz de Castiel me distrajo, me estaba ofreciendo su campera. Le sonreí dulcemente y le negué con el rostro.

-Vaya, vaya. ¿Ahora eres caballeroso? Yo recuerdo que eras un tontín que me tiraba al suelo y metía hojas de arboles entre la ropa.-dije. No pude evitar esbozar una sonrisa, me sentía feliz de poder decir "recuerdo que...", me sentía bien de recordar todo. Él se rió y me colocó la campera, hasta aprovechó para rodearme con sus brazos.

-Es extraño verte decir eso, necesito verificar que recuerdes todo, pero antes debes descansar. Los dos debemos.-dijo Castiel. Asentí, pero no tuve tiempo a mas nada porque vimos llegar el taxi, nos sentamos atrás los dos y le dimos la dirección de mi casa. En el camino fui recostada contra su pecho, sentía que me adormecía, no, aun no Alaska, debía abrir la puerta de mi casa, verificar que mi cachorro estuviera bien, despedirme de Castiel...

-Tengo frio en las manos, ¿te importa si las pongo en los bolsillos de la campera?-dije. Él pareció preguntarse qué demonios hacía preguntando tal idiotez, de hecho hasta yo me lo pregunté.

-¿Qué demonios niña? Por supuesto que no, ya te dije que confiaba en ti, inclusive antes de ser... bueno, lo que sea que seamos. El día que ganaste por completo mi confianza fue ese mediodía que pudiste ver mi celular, mis conversaciones y sin embargo no te importó ver lo que hacía. Hace unos instantes también hiciste lo mismo, siempre me gustó que supieras como hacerme celar sin ser una novia histérica controladora. Y sobre eso...-dijo Castiel. Me abrochó la campera hasta poder tapar el escote que tenía. Me reí, no me gustaba que me controlaran la ropa pero realmente tenía frio así que aproveché eso. Decidí obedecer y poner las manos en los bolsillos, estaba acostumbrada a climas bajo cero pero después de varios meses viviendo aquí, en pleno calor, mi definición de frio era cuando habían menos de 10 grados; tal vez esa noche hubieran precisamente 10 grados centígrados. Sin embargo, al abrigar mis manos sentí un papel dentro de los bolsillos del abrigo de Castiel, una vez más no quise hurgar entre su privacidad. Pagamos a medias el taxi y nos bajamos en mi casa, y se me estaba viniendo una idea en mi cabeza.

-Ve entrando, me quedo vigilando que todo esté bien.-dijo Castiel. Me reí y me quité la campera para dársela.

-Descuida, policía, ya hiciste más que suficiente al acompañarme. Por cierto, podrías quedarte. Es tarde, pasó de todo esta noche, y si bien ya no es tu cumpleaños, creo que mereces una mejor forma de terminar tus recién cumplidos 19 años que con el asesinato de una compañera de curso.-dije. Castiel pareció sorprendido, y de hecho me pareció ver una chispa de un matiz adulto en sus ojos, como si esperara una proposición indecente. De inmediato una mala cara mía le indicó que en efecto, estaba soñando.-Me refiero a que termines durmiendo en mi casa, seguramente Lysandro esté paranoico con Violeta. Creo que es mejor pasarla aquí, a menos claro que prefieras dormir acurrucadito al peliblanco.-dije. Intenté bromear y él de inmediato captó el chiste, sonrió y me pasó una mano por los hombros.

-Al menos la cama de Lys es cómoda.-dijo Castiel. Si no fuera porque una amiga acababa de perder la vida hubiera soltado un comentario como "es porque aun no probaste la mía", Nebraska podría darle lecciones de la comodidad de mi intento de cama. Esbocé una sonrisa y le abrí la puerta, y él ingresó. Cuando estaba abriendo la puerta para ahora entrar a mi casa y por fin salir del oscuro pasillo, sentí la puerta de mis vecinos abriéndose: salía Viktor sumamente dormido, estaba tan cansado que por un segundo pareció ver una especie de visión, como si no entendiera que realmente Castiel se encontraba allí.

-¿Se encuentran bien? Chris me contó lo que sucedió.-dijo Viktor. Castiel y yo cruzamos una mirada y le explicamos todo lo que pudimos. Él se quedó asombrado por todo y de inmediato nos preguntó por todos, si nos encontrábamos bien y eso.

-Vaya mierda, siento que hayas terminado tu cumpleaños así, Castiel. ¿Nebraska y Alexy? ¿A ella la sacaron de la policía? ¿Y ustedes? Chris me comentó que los vio besándose...-dijo Viktor. Una vez más cruzamos una mirada con el pelirrojo y esta vez sonreímos ambos. Yo me ruboricé apenas y de inmediato respondió.

-Nebrask y Alex estaba bien, ella algo mal porque creo que tuvo una suspensión en su trabajo. Y sobre nosotros... creo que estamos juntos. No hemos tenido tiempo ni de hablarlo, pero imaginate que hasta Nebrask admitió a su modo que estaba bien que fuéramos novios nuevamente. ¡Oh! Recordé todo.-dije. Viktor abrió los ojos como platos y me quedé unos minutos explicándole todo mientras Castiel se restregaba los ojos del cansancio.

-Esto, sé que lo de la niña es la única buena noticia en toda esta mierda, pero estoy despierto desde las 7 de la mañana. El viejo raro de Lys me despertó con un pastel en mi cama, lo adoro, pero tiene costumbres muy extrañas, ¿a qué adolescente se le ocurre despertarse a esa hora?-dijo Castiel. Viktor soltó una risilla y asintió.

-Vayan a descansar, yo también quiero aprovechar a dormir. Solo quería asegurarme que estuvieran bien, enviale un mensaje a los chicos, están preocupados. Al menos los de Demons, Nebrask y Alex. Y espero que no hagan demasiado ruido, oh, Alaska; siento mucho lo de Li.-dijo Viktor. Asentí, no sabía si me encontraba en posición de que me dijeran eso, la quería pero nunca había podido interactuar demasiado con ella, pero sin dudas merecía algo mejor que eso. No obstante, no tuve tiempo a mas nada porque Vik se despidió con una mano y tras él ingresar al apartamento de su novia, nosotros imitamos la acción. Al abrir la puerta, mi perro salió al pasillo moviendo alegremente la cola, Castiel lo tomó aúpa y lo metió con nosotros, de otra forma haría un escándalo en el corredor.

-¿Aun no le has puesto nombre?-dijo Castiel. Le negué con la cabeza mientras me dirigía hacia el baño, quería desmaquillarme, quitarme los pendientes, el collar, quería a volver a ser yo, a vestirme cómoda y preferiblemente de negro. Me miré al espejo y pude quitarme todo, inclusive los tacones. Había vuelto a mi corta estatura, tome el vestido para no arrastrarlo por el suelo y vi a Castiel haciendo la cama. Era extrañamente agradable saber que él ya se sentía lo suficientemente cómodo como para hacerse la cama. De todas formas, ya era grandecito como para que yo se la hiciera. Busqué algo de ropa cómoda, encontré un pijama de un turquesa chillón, me serviría. Me lo llevé hacia el baño para cambiarme, junto a un pequeño short pijama a conjunto, el cual revelaba mi estómago. Me desaté el cabello y quité las extensiones que fueron necesarias para hacerme el moño encima de la cabeza, no me arrepentía de mi pasado, pero no podía verme frente al espejo con el pelo largo; solo me recordaba a Oregon. En su lugar, mi reflejo me mostró una adolescente en camino a ser adulta con un tierno pijama, pero eso no era lo que llamaba la atención, sino el corte de cabello que lucía. Había aprovechado a que mi pelo no paraba de crecer, bueno, a fin de cuentas, me había cortado el cabello yo cuando tenía 17 años, ya había pasado un año de eso; normal que creciera. Ya que este no paraba de crecer, decidí darle un nuevo look, ahora tenía un mini flequillo que me cubría ligeramente el ojo derecho, el azulado. Mi pelo ahora tenía un corte uniforme y recto, caía hacia mis hombros pero me debían faltar unos 10 centímetros para que me los rozaran. Nadie aun había visto este corte de pelo, solo Alexy sabía algo y era únicamente porque era y es mi mejor amigo. Luego de asearme rápidamente y lavarme los dientes, salí del baño con normalidad, esperando a ver la reacción de Castiel, el cual se encontraba sin camisa encima de la cama jugando con el cachorro.

-Tiene cara de llamars... ¡Demonios Alaska!-dijo Castiel. Estaba tonteando con mi perro, hasta que alzó la vista y se encontró con mi corte de pelo, mi estómago expuesto y mi pijama tierno. Me reí y me senté en la cama junto a él, estaba absorto, no paraba de mirarme. En el momento que exclamó fue el momento exacto en el que me vio, me reí y me sentí algo nerviosa, en el buen sentido.

-Sabes, pensé que no te gustaría. No pareces ser el tipo de chico que le gusten chicas de cabello corto, pero al menos sirvió de algo tu "demonios Alaska", demonio para un pastor alemán es hermoso, pero Demonio ya se llama el perro más lindo del mundo, tierno, dulce, simpatic...-dije. Castiel me interrumpió con su clásica mala cara para decir lo que ya me esperaba, "Demonio no es tierno."

-Es un beauceron, Alaska. No es un caniche, no es tierno.-dijo Castiel. Me reí, sabía que le molestaba que le dijeran eso a su perro.

-Lo sé, solo quería molestarte. ¿Y si le ponemos Atlas? Combina con Demonio, además, es nombre de "perro malo", igual que Dem. Aunque los dos son muy buenos y unos malcriados.-dije. El perro me movió la cola y lamió amistosamente mi mano. Me reí y le acaricié el pelo al can.

-No importa como se llame, tendrá a mejor dueña del mundo, niñita.-dijo Castiel. Le sonreí, pero no tuve tiempo a nada más porque su celular sonó, él me pidió que se lo alcanzara, ya que dejó su campera al lado de donde yo me encontraba. Al pasarle la campera, se cayó el papel que tenía dentro hacía unos minutos, aquel que toqué en el taxi. No era un simple papel, sino que era un sobre gris con una letra que no borraría nunca de mi cabeza, era de Lucy, mi madre. Se podía leer en su hermosa y prolija letra cursiva un "para Alaska." miré a Castiel confundida, él no se había percatado de nada porque estaba hablando por celular, con alguien que supuse que sería o la madre o Iris, porque se podía escuchar claramente la conversación. Una voz femenina lo estaba regañando porque no le avisó que llegó bien, que se quedaba en mi casa, que estaba preocupada y mil dramas mas.

No obstante, no podía parar de mirar el sobre, sentí mis manos temblando y todo el peso de los sucesos de pronto me cayó encima. Nunca me había detenido realmente a pensar "oh vaya, mi madre está muerta." miré a Castiel, seguramente estuviera hablando con su mamá y de pronto me sentí mal por no tenerla. Nunca había sido una excepcional madre, pero sabía que hacia lo mejor por mi, al menos hasta antes de llegar a Florida donde me dejó a un lado por Francis. No sentía ningún tipo de celos ante eso, me alegraba verla feliz, pero tampoco tenía por qué tener actitudes como las que tuvo cuando me echó de la casa. Demonios, los recuerdos me estaban invadiendo y me estaba intentando contener para no llorar con todas mis fuerzas. El pelirrojo no pareció notar nada de eso, de hecho, se retiró al porche para hablar con privacidad. Comencé a hiperventilar, ¿por qué Castiel tenía esto? Sabía que él tenía una letra hermosa, recordaba cuando aun nos estábamos conociendo y me dejó una nota diciéndome que nos reuniéramos en el parque; yo había creído que era Ámber por su delicada y afeminada letra. ¿Sería una broma? Sabía que el pelirrojo tenía su carácter y su cuota de bromas pesadas, ¿pero a este punto? ¿Esta noche? No, ni Nebraska sería capaz de hacer estas cosas. Me encaminé en pijama hacia afuera y él se dio cuenta de inmediato que no me encontraba bien, se preocupó pero al verme con el sobre en las manos, pareció de pronto comprender todo. Su expresión facial pasó de preocupación y nervios a miedo.

-Estamos bien, mamá. Descuida, vinimos en taxi y ahora nos dormiremos, sí, comí, calmate. Ve a dormir, mañana te cuento todo. Descansa, y también te quiero.-dijo Castiel. Pude ver como se sonrojaba a lo ultimo por mostrarle cariño a su mamá, normalmente le diría algo como "aww, mira al niñito de mami" pero en este momento lo que menos quería pensar era en ello. Cortó la llamada y dejó su pantalón en el bolsillo, me hizo entrar en la habitación; se notaba que se estaba muriendo de frio.

-Tranquila, puedo explicarte eso, bueno, en gran parte.-dijo Castiel. Me hizo sentarme en la cama, obedecí y él me imitó. Estaba constantemente tratando de tranquilizarme y de una u otra forma lo logró. Tragué saliva nerviosa, aun aferrándome al sobre, no me había percatado que era lo ultimo que me quedaba de ella, más que mis recuerdos. Demonios, ¿por qué de pronto me importaba tanto? ¿Habría sido por lo de Li? Mierda.

-Ten.-dijo Castiel. Me estaba alcanzando un vaso de agua, lo tomé aun temblando y lo miré mientras me explicaba con lentitud todo. Me dijo que mi madre cuando había fallecido les había pedido a Alexy y a él, ya que eran las personas mas importantes en mi vida, según Lucy, que me dieran este sobre. Se suponía que tanto como Castiel y mi mejor amigo debían esperar a que me encontrara completamente bien para darme ese pequeño sobre gris.

-Siento no habértelo dicho antes, pero realmente no te encontrabas bien como para esto. Y si bien ni Alex ni yo sabemos qué pueda haber ahí dentro, tenemos la impresión de que no será nada bueno.-dijo Castiel. Solté un suspiro, tenía razón. ¿Qué podría haber? Honestamente, lo que más quería era que se tratara de una despedida, pero tenía la impresión que se trataría de otro secreto, más y mas putos secretos. Dejé el sobre en la mesita de luz y vi como Castiel parecía sorprendido.- ¿No piensas abrirlo?

-No, prefiero hacerlo frente a Alexy, Nebraska y por supuesto, contigo. Si Lucy les dijo que me lo dieran es porque sabía que seguramente me sentiría mal, y antes que pongas mala cara, sí, necesito que Nebraska esté presente.-dije. Castiel soltó un suspiro algo malhumorado, no obstante decidí sonreírle.-Le debemos una, está haciendo un esfuerzo enorme por no molestarnos ni lanzar comentarios de mierda por vernos juntos.

-Entonces, ¿estamos juntos?-dijo Castiel. Lo miré a los ojos, ¿lo estábamos? Me acerqué lentamente y le dejé unos suaves besos en los labios. Él sonrió, me rodeó con sus brazos y me devolvió con más intensidad cada uno de los besos; no obstante decidí alejarme.

-Lo siento, no paro de pensar en Li, me siento mal por ella. Cuando todo el tema de Li, mi madre y el sobre se difuminen, vemos bien qué somos. ¿Te parece? Por el momento, ¿por qué no nos limitamos a descansar?-dije. Él asintió. Se acomodó en mi cama, yo me acurruqué en su pecho. Se sentía extraño, no sabía si grata o ingratamente; sentía la ausencia de los senos de Nebraska pero a la vez había un reconfort en él que no sabía explicar. No, Alaska. No era justo ni para él, ni para mi ex novia ni para mi que lo abrazara y pensara en los senos de la pelirosa. Lo miré, había cerrado los ojos y se lo veía feliz. Me quedé mirándolo unos minutos, intentando buscar el sueño, pero me fue imposible poder descansar. Mi móvil sonó, lo tenía en silencio de otra forma sería imposible que durmiera porque no paraba de sonar, nunca, pero afortunadamente la luz consiguió llamar mi atención. Junto a él estaba el sobre, ¿y si lo abría? Quité suavemente el brazo de Castiel rodeando mi cuerpo y cuando iba a tomar el sobre, mi celular junto nuevamente se activó, eran mensajes de un grupo que tenía con Rosa y Violeta, otro que estábamos todas las chicas, Kim, Rosa, Violeta e Iris, la cual estaba considerando poner a Daiana, únicamente porque se llevaba bien con su novio por participar en la misma banda. ¡Demonios! Me había olvidado contestarles que había llegado bien. El primer grupo que abrí fue el de Rosa y Violeta.

Rosa: ¿Dónde estas Alaska? ¿Llegaste bien? ¡Nos tienes preocupada!

Violeta: Lo mismo digo, yo llegué bien con Lysandro. Estamos por dormir, está muy loco y tiene miedo que el asesino nos haya seguido.

Rosa: ¡Yo necesito contarte algo urgente!

Violeta: ¿Qué sucedió?

Alaska: Hola chicas, lo siento. ¿Cómo están? ¿Llegaron bien? Lamento haber avisado tarde, digamos que me quedé con Castiel dándonos mimos.

No tenía demasiadas ganas de comentarles aun del sobre, no valía la pena hacerlas enloquecer, ¿y si solo se trataba de una tontería? No obstante, antes de que pudiera cambiar de grupo, Rosa respondió.

Rosa: ¡Por fin das señales de vida! Comenzaba a preocuparme, Alaska Blue. Ya que estamos las tres juntas, les comento que como Kentin me cuidó muy bien, mi papá lo invitó a cenar mañana por la noche. No quiero entusiasmarme demasiado, aun no puedo creer lo que le pasó a Li.

Me alegré por mi hermano y mejor amiga, sé lo necesitada que estaba de amor y de una distracción la pobre Rosa, por lo que Kentin fue la mejor idea que se me había ocurrido en mucho tiempo. No obstante, tenía razón, lo de Li era todo un tema, y en el grupo de todas las chicas estaban hablando de ello. Me dirigí al grupo de las chicas.

Iris: No tuve tiempo de decirles, que felicitaciones a todas. No saben lo hermosas que se encontraban todas con su pareja, ¡graduadas 2019!

Kim: Tía, no te lo pregunté, ¿Por qué no bailaste? Te perdiste de lo mejor, además tienes la actitud.

Violeta: ¡Kim! Dejala, debe tener sus motivos. Además pareció divertirse mucho.

Iris: Descuida, no tenía pareja, Castiel se ofreció a ir conmigo al baile pero preferí verlo con Alaska. Lo merecían, ambos. ¡Y mira como les fue!

Alaska: Iris, no sabía esto. Eres un ángel, no debías hacerlo, yo con gusto hubiera tocado la guitarra con Devil, o me quedaba en mi casa.

Rosa: ¿Qué dices? No seas aburrida amiga.

Kim: Pues la verdad fue todo una mierda esta graduación, nunca fui amiga de Li, pero no creo que ni la idiota de mi "cuñada" merezca la muerte. Muero de ganas de empezar el entrenamiento oficial en la policía y atrapar estos idiotas.

Rosa: Kentin dice lo mismo.

Violeta: ¿Chicas? ¿Todas llegaron bien? ¿Se encuentran todas bien?

Todas asentimos y acordábamos encontrarnos bien, nos quedamos unos minutos hablando de todo, pero el tema que mas se presentaba era el de nuestra fallecida compañera. Normalmente hubiéramos hablado de los vestidos, de cómo la pasamos, de nuestras parejas, Rosa parecía tener ganas de hablar de cómo Castiel y yo nos besamos. De hecho, me preguntaron por él y les conté que se quedaría en mi casa, todas comenzaron a tontear. No pude evitar esbozar una sonrisa y por esos minutos, quitar mi mente de todo lo malo que había sucedido en el día. Vi un mensaje de Kentin y le respondí que me encontraba bien, le deseé las buenas noches y un mensaje de un grupo con Alexy, Nebraska y Viktor me alertó. Corrí a ver qué sucedía, pude ver que había varios mensajes sin leer, la mayoría de Nebrask y Vik.

Alaska: siento haber demorado tanto en responder, ¿cómo se encuentran? ¿Llegaron bien?

Nebraska: Asfixiada, Alexy se asustó con mi motocicleta y me abrazó como nunca, demonios, el mocoso nunca dejará de asustarse, ¿huh?

Alexy: No es mi culpa que manejes como una loca.

Alaska: Uh... te dijo loca.

Me encantaba meter líos entre ellos dos, sabía que solo lo decían por bromear, pero algunas veces Nebraska se enojaba en serio y terminaban pidiéndose perdón como dos niñitos adorables. Los amaba con todo mi corazón.

Nebraska: Callate, tu deberías lavarte los dientes, después de chapar a ese pelirrojo feo no sé como es que no terminaste vomitando.

Alaska: Hablando de él, me dio un sobre que Alex y Castiel debían darme, y presiento que necesitaré a mis dos mejores amigos para ver lo que tenga dentro ese sobre. Mañana es domingo, ¿les importaría juntarse conmigo? Además me gustaría saber qué sucederá con Li.

Alexy: Oh... eso. ¿Castiel te explico todo? Lo de tu madre y...

Alaska: Sí, sí. Descuida. Solo los quiero aquí por si me siento mal o si recuerdan algún dato que pueda aportar datos.

Alexy: Cuenta conmigo para lo que necesites.

Nebraska: No prometo no insultar al pelirrojo, pero cuenta conmigo, mocosa de mierda.

Sonreí al celular, me sentía mal excluyendo a Viktor, pero si necesitaba a una cuarta persona apelaría o por Violeta o por Lysandro, principalmente porque sabían calmarme. Dejé el móvil en la mesa de luz y me dispuse a dormir, ya comenzaba a necesitarlo. Volví a colocar el brazo de Castiel alrededor de mi cuerpo, use su pecho de almohada y sentí como Atlas se dormía en mis pies. Sonreí, comenzaba a tener un intento de familia. Miré al pelirrojo y le dejé un beso en la mejilla antes de dormirme profundamente.

-Vaya, sí que la bella durmiente duerme profundamente.-dijo Nebraska. ¿Nebraska? ¿Qué demonios? ¿Estaría soñando? Oh no... ¡¿No estaría hablando dormida?! ¡Seria lo que me faltaba! Dormirme y hablar entre sueños, encima del pecho de Castiel de nada más que de mi ex novia, la cual era como perro y gato con el pelirrojo. Me incorporé de un sobresalto, solo para percatarme que Castiel se estaba colocando una camisa mientras Alexy lo saludaba y Nebraska le corría el rostro para evitar todo contacto con él. ¿Qué demonios hacían? Este debía ser un sueño muy extraño, sin duda alguna. Alexy acarició con euforia al can y Nebraska comenzó a hablarle como si solo fuera un bebé. La malhumorada chica, con su voz grave ahora había puesto una voz chillona y le rascaba el estomago a Atlas. Castiel la miró sorprendido, casi dudando que fuera mi mejor amiga, pero cuando recobró la compostura, también lo hizo su típica cara de malhumor.

-¡Buen día! Trajimos el desayuno, ¿comemos algo? Tengo hambre. Oh... ¡Qué lindo corte de pelo, Azul!-dijo Alexy. Sonreí, me sentí bien al saber que le gustaba mi nuevo look, Nebraska era muy observadora, debía serlo, pero me preguntaba si le gustaría, si lo odiaría o si simplemente era demasiado fría para lanzar un comentario. Alexy abrió la puerta corrediza que se dirigía hacia el porche y llevó una bolsa que traía en la mano. Nebraska se dirigió hacia la cocina y llevó tres vasos, sabía que estaba excluyendo indirectamente a Castiel. No pude evitar reírme, le iba a costar más de lo que me esperaba aceptar mi relación con él.

-¿Vienes? ¿O también hay que darle un beso de buenos días a la bella durmiente? Por cierto, te ves aún más increíble así, nena.-dijo Nebraska. Me saludó con un beso en la mejilla y esbozó una suave sonrisa mientras se volvía a dirigir hacia fuera, donde Alexy ya estaba sentado buscando algo dentro de la bolsa. Me destapé y noté que aun seguía en pijamas, Castiel tosió apropósito para que lo notara. Me reí, normalmente me quedaría de esta forma, no se me veía nada, tanto él como Nebraska me habían visto completamente desnuda, y Alexy me veía en pijamas desde siempre, además, era solo un short. No obstante para que los celos del pelirrojo y la pelirosa no aparecieran decidí simplemente obedecer, me llevé un short y me quedé con la parte de arriba del pijama. Miré la hora en mi celular, eran las 10 de la mañana, un domingo, para mí era más que temprano. Al salir del baño tomé el sobre y me encaminé hacia fuera, Nebraska estaba sentada en la hamaca mientras tomaba un jugo de naranja que al parecer había comprado. Alexy estaba pegado a la comida y se encontraba feliz comiendo un alfajor con una bebida cola, Castiel por el contrario estaba sentado en el suelo con el perro encima. Pude ver a lo lejos a Viktor dormido en una silla de la zona de la piscina de donde vivía, Daiana estaba metida en el agua, sola, pero parecía divertirse. El verdadero lío lo tenían mis vecinos.

-¡Laetizia Jones! ¿Te comiste mis galletitas?-dijo Chris.

-No...-dijo Laeti.

-¡Si te las comiste! ¡Ven aquí!-dijo Chris. No sabíamos qué sucedía pero pude escuchar como Laeti se moría de risa, posteriormente la escuchamos gritando "¡cosquillas no!", se notaba que estaban jugando a su manera, por lo que hice oídos sordos a su necesidad de comer, de hecho hasta comencé a bromear.

-Mira Alex, mis vecinos seguro pueden vencerte comiendo.-dije. Él se rió y trató de hablar con la boca llena.

-Ni lof sueñenf.-dijo. Agradecí conocerlo hacia años, ya desarrollaba como una especie de traductorado para cuando intentaba hablar con la boca llena con tal de no dejar de comer. Nebraska puso los ojos en blanco y señaló con la cabeza el sobre.

-¿Estamos aquí para hablar de comida? ¿O piensas abrir el sobre? Tengo trabajo que hacer, si Evan cree que por suspenderme dejaré de hacer cosas, está mal de la cabeza.-dijo Nebraska. Asentí y me senté en el sofá, junto a mi mejor amigo.

-¿Niña? Pase lo que pase, nos tienes a los tres. No solo nosotros somos tus amigos, cuentan con muchísimas personas que hoy no están aquí. Pero claro, nosotros les llevamos ventaja.-dijo Castiel. Me guiñó un ojo con picardía y no pude evitar devolverle la sonrisa de inmediato. No obstante, mi sonrisa se desdibujó. Volví a leer la letra de mi madre, aún era extraño saber que nunca más la volvería a ver, al igual que a Li. No necesitaba ser cercana a ellas en su totalidad para sentirme extraña. Abrí el sobre con cuidado de no romperlo, mis amigos y novio me miraban expectantes; cuando retiré el contenido descubrí de inmediato que se trataba de una carta. Por la letra vi de inmediato que había sido escrita por mi madre, pero como si eso no fuera suficiente sorpresa noté que Nebraska acababa de palidecer, sus ojos se abrieron como platos y de inmediato pareció incomoda. Eso me llamó la atención al instante, Lucy sabía que Nebraska había sido todo en su momento, ¿Por qué darle la carta a Castiel? A no ser, que Nebraska tuviera algo que ver con la carta... no. Imposible. No obstante, el rostro de ella no mentía, y la carta tampoco. Apenas leí lo que contenía, la pelirosa no fue la única en palidecer, yo no pude contener más el asombro al leer aquello. 

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