Capítulo 21: Canción, graduación, beso y ¿asesinato?

Pequeño paréntesis antes de empezar la historia, quería comentarles que este episodio es particularmente largo. Mis capítulos tienen entre 15 y 17 páginas, por lo que les quería avisar, más que nada por si lo leen de noche, no quería que se desvelaran o se les fuera el tiempo. Ahora sí, les dejo con uno de mis capítulos favoritos de la serie♥

Castiel me había dejado con la intriga de qué demonios seria su sorpresa, ¿se suponía que debía quedarme simplemente pensando de qué se trataba? Vamos, seguramente me conociera sumamente bien y supiera que me moriría de intriga. Pues si ese era su plan, lo había logrado porque no paraba de pensar para qué querría una manta. Me pregunté si sería algo relacionado al sexo, pero no parecía ser el caso, al menos yo no haría nada con respecto a eso. Él notó que lo estaba mirando y me soltó una sonrisa mientras yo se la devolvía rápidamente. Escuché la conversación que venían teniendo delante Vik y Lys.

-¿Al final va a ir Devil? ¿Le avisaron que tienen que ir bien vestidos? De Chris me espero que vaya de campera de cuero y no de traje.-dijo Viktor.

-Sí, yo les avisé, inclusive a Iris. ¿Crees que alguno de tus trajes me sirva? No encuentro nada porque tengo los hombros muy anchos y todo me queda demasiado corto.-dijo Lys. Ellos estaban hablando de los trajes mientras veía como Viktor manejaba y nos retirábamos de la cuidad. Nath estaba sonriéndole al celular puesto que hablaba con Kim. Castiel y yo cruzamos una mirada y nos reímos por el enamorado rubio. Lys volteó si rostro desde delante, sonriéndonos.

-¿Ya pensaron en las parejas?-dijo Lys. Le sonrió a Castiel, y fue evidente que intentaba hacerle algún tipo de empuje conmigo. Mierda, no sabía ni como iría, ni con quien iría... Recordé como cuando teníamos 14 Alexy y yo decíamos que iríamos juntos al baile, éramos mejores amigos y no había nada extraño en ello. No obstante tenía la impresión que si le preguntaba para ir juntos, o me diría que no, o no disfrutaría del todo. Solté un suspiro, tenía solo una semana para averiguar todo y decidirme. Por un segundo se me pasó por la mente no ir, las fiestas me divertían y seguro era más divertido que quedarme sola en mi casa viéndome las manos, pero no estaba segura de que me divertiría. Me pregunté con quien irían los demás, personas como Iris o Rosa que no tenían pareja. No obstante la respuesta de Nath me hizo reír como nunca, a todos nos hizo soltar una carcajada.

-Sí amor, iré contigo.-dijo Nath. Él no sacaba los ojos del celular y aparentemente estaba tan concentrado en lo que escribía que le respondió de esta forma a Lysandro. Apenas notó su error, Nath se sonrojó como nunca y trató de corregirse. -¡Lo siento! Estaba hablando con Kim, no me di cuenta que eras tú... No quise decirte amor.

-Descuida, es claro que irás con Kim, asumo. Nunca pensé que fueran a estar juntos, son tan disparejos, pero me alegro mucho que estén ambos felices. Yo pienso ir con Violeta, aunque honestamente no sé si irá, es muy tímida y las fiestas no son lo suyo.-Dijo Lys.

-Yo la convenzo, ¿tiene la ropa? Porque tal vez me venga bien, podría salir con Rosalya y Violeta a hacer compras y prepararnos.-dije. Castiel se rió.

-¿Aun no tienes nada? Yo tenía todo preparado hace como un mes, creí que iríamos juntos como novios, bueno, cuando lo éramos. Asumo que irás con Alexy.-dijo Castiel. Todos de pronto me miraron, preguntándose si lo que Castiel había asumido era cierto, Lysandro pareció como si quisiera hablar pero no encontrarse demasiado seguro al respecto. No obstante, en verdad nunca me había planteado con quien ir, Alexy no me hablaba hacía un tiempo, de hecho desde que Nebraska me contó la verdad. No respondí, me quedé en silencio y eso pareció asombrar a los chicos. De pronto pareció crearse un ambiente tenso, por lo que Lysandro habló.

-Si no te encuentras segura con quien ir, o si ir, hablame. Seguro conozco una solución para ti.-dijo Lys. Le lancé una suave sonrisa, agradecida que se hubiera dignado a ayudarme, sin embargo Castiel pareció algo sorprendido, como si estuviera dudando de lo que su mejor amigo haría. Casi sonó a que Lys iría conmigo; y ante eso Nath decidió hablar, tras soltar su celular.

-¿Por qué no ensayamos? Va a ser mejor para todos. Además en un par de horas seguro lleguemos y no creo que a Agatha le guste que esperemos, tampoco hablaría bien de nosotros.-dijo Nath. Asentimos, y como pudimos, nos acomodamos para tocar la guitarra, sin embargo tuvimos que hacer una parada porque apenas entramos. Lysandro decidió manejar, a fin de cuentas él no necesitaba las manos, Castiel se quedó en el asiento del acompañante tocando su instrumento, Viktor, Nath y yo fuimos atrás ensayando. Vik no podía hacer nada porque era baterista y obviamente no podía traer todo lo que éstas consistían en el automóvil, pero iba felizmente tranquilo disfrutando de la música. Castiel y Nath se lucían con la guitarra, Lys y yo cantábamos con una conexión increíble, pero terminé también tocando la guitarra. Cantar nunca había sido lo mío, pese a que muchos decían que lo hacía bien, lo mío eran los instrumentos de cuerda. Vi a mis amigos, el ambiente que se había creado se había ido de un segundo al otro y me impresionó todo lo que la música había hecho por nosotros. Nath en un comienzo se había distanciado con Castiel y por ende con Lys, no obstante la música los unió y ahora eran los tres muy buenos amigos. Viktor y yo habíamos sido buenos amigos por la música, y todos compartíamos un buen vínculo gracias a ésta. Lys y Castiel iban intercambiando sonrisas, yo cada tanto ayudaba a Nath con su guitarra y Viktor simplemente disfrutaba estando lejos de su trabajo. Sin duda éramos un grupo increíble, extrañaba esto, alejarme de los problemas que me había causado golpearme en la cabeza, Nebraska y Evan interrogándome, todo, solo quería estar bien con ellos.

Intento de ensayo tras intento de ensayo, llegamos al destino; bueno, tuvimos que detenernos porque Lysandro nos había perdido y Castiel terminó conduciendo así que mientras él lo hacía yo tomaba sus notas y practicaba. Él ya había estado aquí, al igual que todos los demás menos yo. Apenas bajanos nuestros instrumentos un guardia nos indicó donde se encontraba la oficina de Agatha, Castiel y Viktor iban confiados por los pasillos, mientras que Nath era indiferente, Lys y yo no sabíamos dónde demonios estábamos parados. Tras unas indicaciones llegamos a la oficina, el mayor del grupo tocó dos veces la puerta y la directora de la discográfica nos sonrió.

-¡Hola! Buenas tardes, ¿cómo les fue en el viaje? Vengan, pasen. ¿Cómo se encuentran? Oí todo en las noticias, ¿están bien? Lysandro y Alaska, ¿necesitan algo?-dijo Agatha. Nos hizo un gesto para que ingresáramos y accedimos con una sonrisa, no obstante negamos.

-Descuida, ya estamos mejor que nunca. Listos para hacer ese sencillo y romper las ventas, en el buen sentido.-dije. Ella sonrió y escuché como sacaba unos contratos, ellos ya algo habían firmado no obstante yo no. Me explicaron todos de qué trataba y apenas lo leí, firmé. Decía que se quedaría con un porcentaje de las ventas y bla, bla, bla. Lo típico formal. Los chicos me indicaron el camino a la sala de sonidos, saludamos a los sonidistas y nos indicaron que podíamos comenzar cuando quisiéramos. Viktor afortunadamente no tuvo que armar su batería, ya tenían una lista para que él hiciera lo suyo, mientras que Nath y Castiel trajeron su guitarra; Lys y yo nos aprontamos cerca del micrófono para cantar. La canción comenzaba bastante agresiva y leyendo las partituras de los chicos, decidí también ayudar con mi instrumento, nunca venia mal una tercera guitarra. Cuando volví escuché como Viktor hablaba con el peliblanco.

-Siempre has sido el más tranquilo del grupo, ¿cómo haces para gritar de la forma que haces en las canciones? Siempre parece que te sale un demonio de la garganta.-dijo Viktor. Lys le sonrió con alegría y pareció bromear con mucha confianza mientras nuevamente se aprontaba junto a mí.

-Siempre me ven muy tranquilo porque descargo todas las tensiones que puedo llegar a tener en el rock. Pero creo que no deberíamos entretenernos demasiado con esto, es hora de hacer lo que mejor hacemos como banda.-dijo Lysandro. Todos cruzamos una mirada y nos sorprendimos por la respuesta de Lys, pero no dijimos nada, era su forma de demostrar que podía calmarse. Le dio la señal al sonidista detrás de un vidrio y tras colocarnos todos auriculares, Viktor, Castiel, Nathaniel y yo descargamos la furia en nuestros instrumentos. Normalmente nuestras canciones comenzaban tras 5 golpes con las baquetas de Viktor, pero esta vez los cuatro juntos iniciamos con todo. Esta canción prometía ser una de las más fuertes que teníamos, ya el comienzo estaba marcando un cambio. Nath hacía lo que podía por mantener el ritmo en su guitarra, íbamos demasiado rápido para lo que él estaba acostumbrado, pero llevaba bastante bien todo. Viktor agitaba su cabeza al ritmo de la música, siempre estaba peinado y muy elegante, pero ahora podíamos ver su mejor faceta, cuando se mostraba como realmente era. Tocaba con fuerza cada uno de los tambores y los hacía sonar como si fuera el último día de su vida, sin duda amaba la batería con todo su corazón. Sin embargo el que más me llamó la atención fue Castiel, estaba completamente concentrado en la música, podía ver sus manos, una jugaba con las cuerdas de la guitarra y la otra tenía una pua negra. Se sentía feliz cuando tocaba y eso se podía notar a simple vista, era él, no tenía que fingir malhumor o ser alguien que no era. Sin embargo, él levantó la vista y por un segundo cruzamos una mirada, él me sonrió con orgullo y rápidamente le devolví la sonrisa. Afortunadamente la voz de Lysandro me distrajo y me recordó que tenía que tocar como nunca, estábamos grabando un sencillo, no era un ensayo en la casa de Castiel, tenía que ponerme seria. Comencé a tocar la guitarra dándole la espalda al pelirrojo, de otra forma solo me quedaría hipnotizada al verlo tocar la guitarra. Fuéramos amigos, compañeros de trabajo y colegio, ex novios, o lo que fuera, debía reconocer que tocaba increíble; hasta Nebraska lo admitía. Simplemente me quedé mirando a Lysandro mientras tocaba mi instrumento, sabia la canción de memoria, por lo que apenas terminara de cantar yo tendría que hacerlo. Y así fue, apenas él dejó de cantar con su grave voz, tuve que hacerlo yo. Mi voz daba para mucho más al estilo de Lysandro, pero los chicos creyeron que a pocos les gustaría una canción con dos cantantes tan agresivos; así que tuve que poner mi mejor voz dulce y cantar. Podía parecer que no me estaba divirtiendo, pero estaba pasando increíble con mis amigos, éramos una banda increíble y no sabía si llegaríamos más lejos, pero lo que habíamos construido ya era todo lo que necesitaba. Lys me intercambió una mirada para que cantáramos juntos, era lo que más nos costaba por la diferencia de voces, además que su micrófono estaba muy elevado y el mío... bueno, Lysandro terminó agachándose para estar a mi altura. Noté como Castiel intentaba aguantarse la risa de que el más alto del grupo se tuviera que bajar tanto con la más pequeña, no solo del grupo, sino que de mis amigos. Quise mostrarle el dedo del medio, pero no podía, estaba tocando la guitarra. Era un idiota, sí, eso no se podía negar, pero era un idiota que había conseguido hacerme sonreír.

Después de tres minutos y medio, la canción se terminó, y nos quedamos unos minutos viendo por el vidrio como la propia Agatha junto al sonidista revisaban lo que acabábamos de grabar. Ella parecía estar asombrándose de lo que estaba escuchando y mientras los nervios nos consumían, intercambiábamos miradas expectantes.

-Tranquilos, nuestros cantantes son los mejores del mundo. Aun no entiendo como hace Lys para gritar así.-dijo Nath. Nos soltó una sonrisa y se la devolví de inmediato, pero dos golpes contra la ventana nos distrajeron, era Agatha haciéndonos señas para que saliéramos. Con un mal presentimiento obedecimos. Ella pasó de mala cara a una sonrisa de un segundo al otro.

-No puedo creer el talento que tienen, creo que ya se los he dicho, pero me siguen asombrando que nadie los haya descubierto aun. Tengan por seguro que este sencillo se lanzará prácticamente que de inmediato. ¿Ya tienen algo pensado para la portada? Esto está increíble, no necesita ningún tipo de retoque como autotune, tienen los dos las voces muy claras y limpias. Llevo mucho tiempo en esto y pocas veces vi bandas como la de ustedes. Tienen un futuro sensacional.-dijo Agatha. Nos sonrió con felicidad, ¡no podía creerlo! ¡¿En serio un tema como Get Out le había gustado tanto?!

(Para los que les interese saber qué tema cantaron, van a tocar Get Out de Dust in Mind, perdonen por el spam sobre la banda, era simplemente para que si les daba curiosidad, escucharan cómo suena Demons. Ahora si, vuelta a la historia.)

Repasaba una y otra vez las palabras que ella había tomado, nos había elogiado tanto que ni siquiera podía creerlo, ¡demonios! Esto era demasiado bueno como para que me estuviera pasando, y de hecho tenía miedo, porque sabía que cuanto más buenas cosas pasaban en mi vida, peor después me iría. No, no debía ser así de negativa. Éramos una banda que nos esforzábamos mucho y aquí estábamos, con otro sencillo más. Miré a mis amigos y todos nos dimos un abrazo grupal para festejar, pude escuchar la risa de la directora de la discográfica detrás de nosotros, pero estaba enfocada en verle la sonrisa a todos. No obstante, debíamos ser lo más serios que pudiéramos, por lo que nos separamos de inmediato y nos limitamos a sonreírle. Sin embargo sentó como Castiel pasaba con total libertad uno de sus brazos por mis hombros, el otro lo pasó por los de Nathaniel.

-Yo creo que deberíamos darle creiditos a estos dos, desde que se unieron a la banda nunca estuvimos mejor. Se lo merecen.-dijo Castiel. Nathaniel se sonrojó por vergüenza, supuse, y yo me limité a sonreírle.

-No creo que sea justo, somos una banda. Ustedes iniciaron todo esto, todos merecemos el mismo crédito.-dije. Agatha parecía estar apresurada, por lo que yo decidí hablarle.-Descuida, no queremos robarte tiempo. Creo que lo mejor es que lo decidamos en equipo y apenas sepamos algo, te mantenemos en contacto, ¿lo crees?

-¡Por supuesto! ¿Mañana pueden venir? Me harían un favor enorme, así ya terminamos con su canción y tal vez en una semana ya podamos publicarla. Resuelvan el tema de la portada, tengan en cuenta que si deciden estar ustedes, como en una fotografía, vamos a necesitar verlos para hacer la portada, llamar a un fotógrafo, asistente, iluminación...-dijo Agatha. Mierda, Castiel, Viktor y yo no podíamos faltar al trabajo, además esta semana teníamos que terminar con algunos exámenes y necesitábamos estar en clases. De pronto, mi mente se iluminó, tenía la idea perfecta. Le sonreí a Agatha viendo el rostro de preocupación de todos, menos el de Castiel que parecía importarle poco si le quedaban materias.

-Descuida, tengo una idea genial. La sorprenderé.-dije. Ella alzó las cejas curiosa, igual que mis amigos, pero ninguno dijo nada. Agatha nos indicó un par de cosillas sobre la canción y finalmente nos dejó libres. Al salir del estudio vimos como la tarde ya comenzaba a llegar, y de hecho, ya el sol se estaba ocultando. Demonios, siempre demorábamos más en llegar a la discográfica que de lo que pasábamos allí dentro. Pero, al poner un pie afuera, todos me miraron mientras volvíamos a entrar al automóvil de Viktor.

-¿Cuál es tu idea, niña?-dijo Castiel. Oh, cierto, eso. Me acomode entre Viktor y Nathaniel, Castiel iba a manejar hasta un hotel donde nos quedaríamos y Lys iba acompañándolo.

-¿Puedes detenerte en un supermercado? Necesito comprar colores. ¿Qué tal si me quedo dibujándonos? La portada podría ser algo sobre nosotros, o nosotros. No tendrían que llamar a ningún fotógrafo, ni tendríamos que dejar de lado nuestras responsabilidades. Bastaría con escanear el dibujo y listo, editarlo si es necesario.-dije. Castiel arrancó el automóvil y todos, a excepción de él no me quitaban los ojos de encima. Todos parecían estar dudando muchísimo de mi o tal vez de mi idea extraña.

-No lo sé Alask, es algo muy importante. Sé que dibujas asombroso, pero creo que es mejor que busquemos algo, además sé lo que es dibujar y vas a tener que quedarte toda la noche despierta si nos quieres hacer a todos.-dijo Viktor.

-Yo creo que las ideas de Castiel y Alaska no son malas, y que se podrían mejorar mucho si las uniéramos.-dijo Nathaniel. De pronto todos lo miramos, expectantes de lo que pudiera decir, ¿Cómo podríamos juntar ambas ideas?

-¿A que te refieres?-dijo Lysandro.

-Claro, hacemos que Alask se dibuje ella sola. Ella es la que mas se destaca en el sencillo, y si bien es parte de la banda, cuando dicen Demons piensan en nosotros cuatro, a ella la siguen viendo como una colaboradora; es hora que eso cambie.-dijo Nathaniel. Todos cruzaron miradas, intentando ver si lo que él decía era una buena idea.

-Pero somos una banda, no pueden dejarme a mí todo el crédito, no es justo. A mi no me molesta dibujar, al contrario, me encanta, pero no puedo evitar sentir que me aprovecho de ustedes.-dije. Ellos sonrieron y algunos rieron.

-En absoluto, yo puedo ayudarte a dibujar. Desde que me fui de Oregon no hago eso, pero seguro puedo darte una mano. Nath tiene razón, eres una de las que mas da en el grupo y la que menos recibe, de hecho la letra era de Lysandro pero la música era tuya.-dijo Viktor. Todos parecieron estar de acuerdo de que hiciéramos eso, por lo que acordamos que Viktor me ayudaría a pintar mientras que Nath y Castiel estudiarían para los exámenes finales, Lysandro haría apoyo moral. Nos detuvimos en un supermercado, compramos algunos colores, hojas en blanco, refrigerio y comida para esta noche; no estábamos muy bien económicamente como para andar cenando en un restaurante, y de hecho dudaba que tanto Lys como Castiel comieran poco. Los miré subiéndose nuevamente al automóvil, esta vez condujo Viktor y en unos minutos llegamos al hotel. Bajamos todo, rápidamente nos instalamos y de inmediato me lancé a una cama a comenzar a hacer un boceto, Nath comenzó a esparcir libros por el suelo, Viktor se fue a dar una ducha y Castiel se retiró fuera a hablar con quien supuse que era iris, pues hablaba de darle de comer a Demonio en una hora. Un peso extra en la cama me hizo voltearme a ver de quien se trataba, ni más ni menos que Lysandro con su mejor sonrisa.

-¿Puedo?-dijo.

-Por supuesto. Ven, te hago un lugar. En estos momentos necesitaría a Violetita.-dije. Le sonreí, intentando hacerle recordar a su novia, sabía que ambos estaban muy enamorados. Él se sonrojó ligeramente y miró hacia otro lado, con clara vergüenza.

-Ni hablar, ambas dibujan muy bien. Esto, ¿tienes un segundo?-dijo Lys. Le asentí con curiosidad, normalmente no tenía tanto misterio y por un instante tuve miedo que tramara algo; hecho que efectivamente pasó.- ¿realmente no sabes con quien ir a la graduación? Sé que todo esto es difícil para ti, pero... también lo es para Castiel. No sé si lo recuerdas, pero yo una vez te dije que tú eras, y sigues siendo, mi mejor amiga. Yo estoy en un sitio neutro, Castiel y tu son mis mejores amigos, por lo que no podría ser tan egoísta de elegir a uno. Pero no puedes negar que tienen una increíble historia.

Suspiré, no me ayudaba a elegir que dijera eso, normalmente estas cosas las hablaba con Alexy, mierda Alex, no me había respondido, no sabía nada de él. Miré a Lysandro, y decidí confiar en él.

-No sé que es lo que sucede entre Castiel y yo, por favor no digas nada, pero lo hice con Nebraska y si bien la pasé increíble, tú lo has hecho y sabes lo que se siente. Pero fue extraño. No parecía ser lo mismo, para ella pareció ser solo sexo y veo a Castiel... demonios. No me ayudas, Lys.-dije. Él se rió pero rápidamente volvió a su seriedad habitual.

-Sé de alguien que no paraba de mirarlo hace unas horas el estudio. Escucha, solo quiero que lo pienses. No quiero hacer presión sobre ti, pero el mismo día de la graduación es el cumpleaños de Castiel, y sé que si accedes a ir con él, no te vas a arrepentir. Él te ha estado dando todo el espacio que necesitas, y no puedes negar que aún hay algo entre ambos.-dijo Lysandro. Volví a resoplar de mala gana y él se rió, no tenía una risa muy fuerte pero parecía muy honesta.-Te pareces a Nebraska.

-Desearía parecerme a Nebraska. Ella no tiene estos problemas, sabe bien cuando quiere a alguien.-dije. Lysandro iba a hablar, pero Castiel ingresó a la habitación, notó que estábamos sentados juntos, tal vez más cerca de lo que deberíamos, me pregunte si sintió celos, miedo o duda, porque pareció ponerse paranoico.

-¿De qué hablaban?-dijo Castiel. Lysandro de inmediato se quedó en silencio, pareció buscar una excusa, pero no parecía encontrar nada, por lo que yo hablé.

-Hablábamos de tatuajes, él me dijo que se quería hacer algo para tapar la herida, y si bien yo no tengo marcas muy notorias... también me gustaría hacerme algo; después de la graduación por supuesto. Y no lo sé, aprovechar y hacernos nuestros tatuajes juntos.-dije. Lysandro pareció asombrado de que pudiera inventar tonterías tan rápidamente, pero no me pareció una mala idea. Siempre me habían gustado los tatuajes, y... ¿Por qué no? Después de todo, no tenía una madre o padre que me dijeran que debía o no hacer. Castiel alzó una ceja y le lanzó una mirada inquisitiva a su mejor amigo, el cual le respondió con una sonrisa incómoda. El pelirrojo movió la cabeza suavemente y le golpeó la puerta a Viktor.

-¡Tomo tus llaves! A las 12 volvemos.-dijo Castiel.

-Bien, pero quiero el auto con gasolina para mañana. Y nada de asquerosidades, no quiero ver un rastro de nada, especialmente uso de pañuelos o sustancias líquidas. Te conozco Castiel.-dijo Viktor. No pude evitar mirar al pelirrojo que estaba sonrojándose como nunca.

-Cierra la boca. Ya no hago eso, ¡además, como si tu nunca lo hubieras hecho! Alaska, ¿vienes?-dijo Castiel. Vi como estaba esquivando los libros de Nathaniel, el cual estudiaba con auriculares en el suelo, me extendía la mano mientras rebuscaba en su mochila la misma manta negra que había traído de Florida. Miré a Lysandro y tenía una cara que era como decir "¿ves a lo que me refería? No te arrepentirás"

-¿A dónde vamos?-dije. Castiel se acercó a mí y me guiñó.

-Es parte de tu sorpresa, vamos niña, tengo 4 horas para darte ese regalo.-dijo Castiel. Nathaniel se sacó los auriculares y pareció mirar todo como si fuera un niño pequeño.

-Castiel, tienes que estudiar. Y tu Alask, debes hacer la portada. No es un chiste esto.-dijo Nath. Castiel le dio un golpe amistoso en la nuca en señal de que se callara, pero le pidió disculpas luego de escuchar el regaño de Lysandro. Tomé las hojas, los lápices y algo con qué apoyarme para dibujar.

-Puedo dibujar en el camino, ¿qué es lo que más te cuesta?-dije.

-Química, y la hija de puta de Delanay me tiene entre ceja y ceja desde que nos fuimos a la mierda de su clase. Más bien desde que te echó y te seguí.-dijo Castiel. No recordaba o entendía de lo que hablaba, pero le seguí la corriente, había podido conocer a la famosa Delanay y no era precisamente agradable.

-¿Puedo llevarme el libro de química?-dije. Nath asintió y me lo dio con una sonrisa, apenas lo tomé miré a Castiel casi indicándole que estaba lista para irme sea a donde sea que quisiera llevarme. Él sonrió algo sorprendido que hubiera accedido con tanta facilidad, no obstante la conversación que acababa de tener con Lysandro me había dejado pensando, tenía razón, debía decidirme y pronto.

Bajamos del hotel y me senté junto a él en el asiento del acompañante, obviamente como yo no sabía dónde íbamos no podía manejar. Él se veía algo nervioso por estar a solas conmigo, pero tras poner la radio pareció relajarse.

-No me vas a hacer estudiar, ¿cierto?-dijo Castiel.

-Por supuesto que sí. ¿No querrás quedarte el verano estudiando? Vamos, te doy un premio si estudias y te salen bien los ejercicios. Pero primero me gustaría saber a dónde demonios vamos. Nath tiene razón, el futuro de nuestra canción reside en mis manos, y realmente me gustaría tener la ayuda de Viktor para esto.-dije. Él soltó un suspiro algo molesto.

-Bien, cierra los ojos que ya casi llegamos y quiero que sea sorpresa.-dijo Castiel. Con algo de desconfianza accedí, es decir, confiaba en él pero me podía esperar alguna jugarreta idiota; de Nebraska podría esperar que me hiciera alguna broma. Pero cerré los ojos, decidí confiar en lo que decía, si venía preparando esto con tanta anterioridad es porque realmente le importaba. Sentí como el auto se movía, parecía estarse metiendo en una calle llena de pozos o montando una montaña, ni la más remota idea de lo que pensaba hacer. Sentí como se reía, seguramente de mi cara de incertidumbre, pero unos minutos después me indicó que podía abrir los ojos. Apenas lo hice me encontré frente a un autocine, habían varias decenas de autos y estaban todos esperando a que una película empezara frente a una enorme pantalla. Miré al pelirrojo, el cual me estaba alcanzando un paquete de palomitas con una bebida, por supuesto el niño grande tenía una cerveza, por lo que yo tendría que manejar a la vuelta.

-¿Piensas conquistarme sin darme algo de alcohol?-dije. Él sonrió, dándole un trago a su bebida.

-No quiero que parezca que quiero emborracharte.-dijo Castiel. Le sonreí y solté una pequeña risilla, era un idiota. Lo vi ir hacia los asientos de atrás y tras hacerme un gesto, accedí. Me senté junto a él y di un bocado a un par de pop, ¿qué pretendía hacer con esto? Castiel se estiró y tras presionar algo en el tablero del auto de Vik, noté que parte del techo comenzaba a retraerse, nunca había notado que pese a que el auto de mi amigo era algo antiguo, era descapotable. Castiel me dio la manta que había traído y me la pasó por las piernas sin tocarme, solo abrigándome, tanto a mí como a él. Aunque no sabía demasiado bien qué demonios trataba de hacer, me dejé llevar, ¿qué era lo peor que podía pasar? Nos quedamos un segundo en silencio, no era incomodo, solo pareció que las palabras sobraran. Sabía bien que la manta era solo una excusa para estar cerca de mí, porque podíamos ver bien la película desde los asientos delanteros con el auto cerrado, pero no me importó. Había dicho que me dejaría llevar e iba a intentar hacer todo por recordarlo, y si no podía, fabricaría mis propios recuerdos.

-¿Castiel?-dije. Él me miró expectante, casi parecía esperar a que dijera algo lindo, pero no fue el hecho.-Debemos estudiar, tú debes estudiar. Y yo necesito al menos hacer el boceto, Vik accedió a pintarlo y no puedo dejarle todo el trabajo.

-Te propongo un trato. Tu diviertete, disfruta de la película, dura una hora y media y son recién las 8:30 de la noche. A las 10 nos ponemos de lleno con ello, ¿te parece? Mientras, olvidate de todo. Comienzas a parecerte a Nathaniel.-dijo Castiel. Me quitó los libros de la mano y los dejó a un lado de mí, simplemente se limitó al silencio y acomodarse en el asiento. Tenía razón, un poco de distracción no me vendría mal, también me puse cómoda y me quedé en silencio comiendo mientras esperaba que empezara la película. Noté que el auto de al lado se estaba moviendo como si dos personas estuvieran haciéndolo, demonios, al menos esperen a que el filme fuera aburrido.

-Hoy no respondiste, ¿no sabes con quien irás al baile?-dijo Castiel. Lo miré y noté que me estaba clavando la mirada casi rogándome que accediera a ir con él, suspiré, ¿qué otra opción tenia? Seguro muchas chicas del colegio se murieran de ganas por ir con él. Me pregunté qué haría Alexy, y casi sintiéndolo mucho por él, decidí responderle a Castiel.

-Iría contigo, pero nunca escuché una invitación por tu parte.-dije. Él se sorprendió, pareció impresionado que hubiera soltado esa respuesta y rápidamente me respondió con una sonrisa. Parecía que iba a invitarme, pero lo interrumpí.-Pero no es mi estilo que tenga que el chico hacer todo, así que yo te invito. ¿Quieres ir al baile conmigo?

-¡Por supuesto! Gracias, lo quería hacía tiempo y si no iba contigo realmente dudaba que fuera; no me sentiría de ánimos.-dijo Castiel. Le sonreí dulcemente pero no pude hacer mucho más porque el filme empezó con un estrepitoso ruido. Casi de inmediato averigüé que se trataba de una película de terror y me relajé para que me diera unos buenos sustos. De hecho, no solo a mí me hizo dar unos saltos en el auto de Viktor, sino que Castiel también cada tanto se asustaba. Terminamos riéndonos el uno del otro por los sustos, hasta en un momento se me ocurrió asustarlo. Se supone que teníamos que tener miedo, pero lejos de eso terminamos llorando de risa el uno del otro. Si, sin duda esto era mucho mejor que estar estudiando. No obstante descubrimos que de tanto saltar por los sustos, se nos había quedado palomitas en el auto. Por lo que tuvimos que bajarnos y comenzar a limpiar todo, de otra forma Viktor nos mataría. Sin embargo, de un segundo a otro, Castiel detuvo su mirada en mí, se acercó lentamente y con una sonrisa me colocó algunos mechones detrás de mi oreja.

-¿Sigues sin recordarme?-dijo Castiel. Asentí mirando hacia otro lado, no quería hacerle más mal del que ya le hacía, y decirle que no sabía aun que había pasado con nosotros, dudaba que le hiciera bien.-Ya te lo he dicho, pero un beso puede hacer que me recuerdes. No perdemos nada por intentar.

Castiel me guiñó, por un segundo pensé en acceder, no sentía nada por él y sería solo un beso, ¿qué podía perder? No obstante, algo me tocó la pierna. Me volteé y pude observar un hermoso cachorro, muy flaco y que se notaba que era de la calle. Nos miraba con la cola entre las patitas y muy asustado, sabía que normalmente darle pop a un perro no era la mejor idea, pero se le veían las costillas de lo delgado que estaba, por lo que era preferible darle eso a que tuviera que buscar alimento en la basura. Le extendí mi mano con alimento y rápidamente comenzó a devorar todo. Castiel se sentó en el suelo conmigo y sin dudarlo empezó a jugar con el cachorro.

-Deberías quedártelo, siempre quisiste tener un perro y nunca pudiste. En tu casa dejan tener mascotas, así que... ¿lo recuerdas? Sabes, yo pensé en ir a adoptar un perro de algún refugio, tal vez un cachorro grande para que se llevara bien con Demonio; pero tras todo lo que pasó no creí que fuera correcto.-dijo Castiel. Algo en mi mente resonaba, de aquella vez que él me acompañó a ver mi casa, pero no podía ver el recuerdo con totalidad.

-No es mala idea, pero estamos en un hotel, ¿qué hacemos con el perro?-dije.

-Yo duermo en el auto de Vik y me quedo con... él cuidándolo.-dijo Castiel. Tras ver de qué sexo era el perro, el cual estaba tumbado con la panza hacia el cielo esperando los mimos de Castiel, decidí acceder.

-Yo me quedaré, va a ser mi perrito. Tu acompañame a estudiar, vamos.-dije. Tomé al perro en mis brazos y me metí dentro del auto, Castiel me acompañó y se sentó junto a mí en el asiento de atrás. Le di los libros, una hoja y un papel. Le expliqué el procedimiento que debía hacer, le dejé unos ejercicios mientras yo me limitaba a por el momento jugar con el perrito. Apenas conseguí que se durmiera, me dediqué a hacer el boceto de la portada. Cada unos minutos revisaba que Castiel estuviera haciendo las cosas bien, y después de varios intentos consiguió hacer un ejercicio bien.

-Me dijiste que me darías un premio por hacer el ejercicio bien.-dijo Castiel. Le sonreí y solté una risa sarcástica, sí que podía conseguir lo que quería cuando se lo proponía. Le di un beso suave en la mejilla.

-Sigue haciendo los ejercicios bien y tendrás más de esto.-dije. Él me sonrió con picardía, y se enfocó como nadie en hacer el trabajo. No pude evitar reírme con dulzura, era un chico totalmente distinto cuando se encontraba conmigo, pero debía enfocarme en mi boceto, de otra forma no habría portada y Agatha nos mataría. Sin embargo el cansancio del día comenzó a afectarme, mis ojos comenzaban a cerrarse y el calor reconfortante del cachorro contra mi me estaban haciendo adormecerme. Y en efecto, me dormí.

Me desperté sintiendo como el auto volvía a ponerse en marcha, estaba en el asiento de atrás acostada y tapada, vi a Castiel manejando tranquilamente con el rock sumamente alto, pero no me molestaba. Vi como hacía ritmo con los pulgares contra el manubrio e iba bastante feliz tarareando. No le presté mucha atención y volví a dormir, siempre había tenido un sueño muy pesado; normalmente no me dormiría así, pero me sentida cómoda y confiada con Castiel.

Escuché como cerró la puerta, el cachorro no se inmutó y yo tampoco, lo vi perderse dentro del hotel. Acomodé el perro contra mi pecho y se quedó tranquilo contra mí; no obstante tras unos minutos volví a sentir como la puerta se abría y alguien me tapaba. Abrí los ojos y vi a Castiel haciendo esfuerzos por taparme sin despertarme.

-Lo siento, vuelve a dormir. Yo me quedo en el asiento de adelante, no quiero dejarte sola en el auto durmiendo. Ya le llevé el dibujo a Viktor, me dijo que te quedó increíble y que hará lo que pueda para terminarlo. Tú descansa.-dijo Castiel. Me incorporé y vi como se intentaba acurrucar en el asiento de delante, el me sacaba solo en altura unos 30 centímetros, y en espesura... bueno, era mucho más ancho que yo. Entendía que quería darme mi espacio, pero no dormiría como la mierda por mí. Le toqué el hombro y le sonreí sumamente dormida.

-Ven a dormir atrás, no me molestas. ¿No roncas, verdad?-dije. Él sonrió y negó con la cabeza. Se sentó en la derecha y yo a la izquierda, con el perro en el medio; pero Castiel aun se veía incomodo por lo que decidí volver a hablar.-Puedes usar mis piernas de almohada, yo duermo cómoda sentada. Ponte al perro arriba de ti y listo.-dije. Él asintió feliz de poder interactuar directamente conmigo. Se acomodó y sentí su cabello haciéndome cosquillas en los brazos, pero no le presté atención y finalmente me dormí.

-Vaya, buenos días bellos durmientes. Venga que tenemos que irnos.-dijo Viktor. Apenas abrí los ojos vi como la luz de un nuevo día me encandilaba, mierda. Sentí un peso extra en mi cuerpo y descubrí que Castiel estaba apoyado contra mi hombro, ¿no se había dormido encima de mis piernas? ¡Mierda! ¿No habría aplastado al perro? Lo busqué como demente y descubrí que estaba dormido cómodamente en las piernas del pelirrojo. Noté que los chicos estaban con todo listo para subirse al auto e irse, maldita sea, no tenía demasiadas ganas que me vieran así con Castiel, especialmente cuando no había pasado nada. Me incorporé y les abrí las puertas a todos desde dentro del auto. Viktor se sentó en el asiento del conductor, Lys nuevamente en el asiento del acompañante y Nath permanecía afuera esperando a que Castiel se moviera. Lo moví suavemente y se despertó. Rápidamente tomó la compostura y nos acomodamos algo incomodos por saber que todos habían visto como dormimos. Mierda.

-¿Pueden explicarme por qué hay un perro en mi auto?-dijo Viktor.

-Lo adopté, es muy dulce. Parece un pastor alemán, no creo que tenga dueño y realmente si tenía un dueño que lo dejó en este estado a solo un cachorro de no más de dos o tres meses, realmente no merece ese dueño.-dije. Todos parecieron orgullosos del acto que había hecho, pero no tuvimos tiempo a mas nada, ya que en breves minutos llegamos al estudio. ¡Demonios! ¡La portada! Me acerqué a Viktor y le hablé lo más bajo que pude mientras esperábamos que Agatha nos atendiera.

-Lamento haberme dormido, anoche vimos una película y... no sé. De un momento a otro me dormí.-dije. Sentí como Castiel pasó al lado de nosotros con una sonrisa burlona.

-Oh vamos, ni siquiera fue tan mala la película.-dijo. Le sonreí, pero Viktor habló.

-Descuida, cumpliste con lo tuyo, de hecho... mira como quedó.-dijo Viktor. Me mostró el boceto que había hecho completamente coloreado. Yo estaba sentada contra una pared de un callejón que no tenía muy buena impresión, calles dibujadas y se podía ver un pentagrama detrás de mí. Me encontraba en brasier con una campera que parecía la de Castiel, un pantalón muy ajustado y unas botas muy al estilo de Nebraska. Miraba al espectador con muy mala cara, y de mi cabeza salían dos cuernos enormes, indicando que era un demonio. Un detalle que noté fue que Viktor me había hecho un tatuaje en el pecho que en la realidad no tenía. Lo miré asombrada, le había quedado increíble, y como si fuera poco se había tomado las molestias de escribir el nombre de la canción y nuestra banda. Le sonreí muy agradecida, pero no pude hacer mucho más porque Castiel habló.

-No recordaba que tenías los senos tan grandes.-dijo Castiel. Los tres nos reímos y le entregamos la portada a Agatha, a la cual le encantó. Tras despedirnos y agradecerle, nos encaminamos hacia el automóvil de Viktor, no me sentía cómoda al dejar a Lysandro con un cachorro, seguro lo perdía. Apenas nos acomodamos, el dueño del auto arrancó y esta vez nos dirigimos de una vez por todas a Florida. Le pregunté a Alexy por chat si podía pasar por su casa a hablar, pero un mensaje de Rosa me distrajo. Lo leí de inmediato y al hacerlo me sorprendí mucho a lo que mis ojos vieron.

Rosa: ¡Alask! ¡Tengo que decirte algo muy importante! ¿Tienes unos minutos?

Alaska: Por supuesto, ¿te encuentras bien?

Rosa: Invite a Alexy a ir al baile conmigo, ¡y dijo que si! Pese a que las palabras de tu amiga, Nebraska, siguen resonando en mi cabeza, con eso de que él me odia, ¡aceptó! No puedo creerlo. ¿Te molesta? Es tu mejor amigo por lo que...

Alaska: No, por supuesto que no. Sé que él te gusta mucho, yo iré con Castiel. De hecho... tenía que hablarte de eso. ¿Quieres decirle a Violeta de vernos en el shopping después de clases? Necesito un vestido y necesito ayuda para convencerla de ir con nosotras al baile. Además me gustaría tener tu opinión con la ropa, Nebrask es mi mejor amiga pero su gusto para cosas delicadas o estereotipadas como femeninas son... cuestionables.

Lo que recibí fue un audio de voz de Rosa chillando de alegría diciendo que si iría conmigo, mañana mismo nos acompañaría, debíamos resolver esto cuanto antes por el tema del vestido, nos quedaba menos de una semana para tener la tan esperada graduación de la que Rosa no paraba de hablar. Le sonreí al celular y me quedé leyendo mensajes, respondiendo y hablando con mis amigos mientras esperaba llegar a mi casa. No iría a ver a Alexy, no había recibido un solo mensaje de él y sabía que tenía que darle tiempo, en clases ya vería que hacer con él.

Y en efecto, así fue. Viktor dejó a Castiel y Lysandro en su casa, mientras que a Nath y a mi nos dejó en mi casa, ahora vivía bastante cerca de Kim por lo que el rubio se iría a verla; Viktor por otro lado se quedaría esta noche en la casa de su novia, lo cual me fue conveniente porque conseguí que me dejara en mi casa. Esa noche me pasé aprontándome para lo que sería esta infernal semana. Le hice un lugar en mi intento de cama al perro y lo dejé allí, no le había puesto nombre, ni comprado collar o comida, era domingo y casi todo estaba cerrado. Sin embargo me las apañé para hacerle algo de comer, mañana vería de hacer todo lo necesario, empezando por una visita al veterinario. No obstante, al tirarme en mi cama descubrí que estaba mucho más cansada de lo que creí, por lo que me dormí profundamente.

El día empezó con los lambiscones del perro en mi cara, me reí y justo en ese momento la alarma sonó. Me acomodé lo mas rápido que pude, teniendo cuidado con el cachorro que jugaba entre mis piernas, dándole un beso en su cabeza, salí apurada hacia el colegio, ¡mierda ya eran las 7:20! Tenía que estar allí 7:45 y con suerte de que el ómnibus pasara, debía llegar ahí y pronto. Mierda. Cerré la puerta lo más rápido que pude, pero sentí como alguien me tocaba el hombro, era Laeti con una sonrisa.

-Hola vecina. ¿Cómo les fue grabando el sencillo? ¡Hoy se estrena! Estoy esperando que sean las 2 de la tarde para escucharlo. Oh, por cierto, tu perrito se acaba de escapar.-dijo Laeti. ¡¿Qué?! Mire hacia el pasillo y vi al perro jugando con Nerón, el enorme pastor alemán de mi vecina. Mierda. Lo agarré y lo regañé.

-Perdón, empecé la mañana con el pie izquierdo, gracias, no sabía que se estrenaba hoy Get Out.-dije. Laeti se rió y tomó a mi perro.

-Sabes, tengo cosas de cuando Nerón era cachorro, a las 9 lo tengo que llevar a la veterinaria. ¿Quieres que lleve a tu can? Para que lo revisen, no dudo que lo cuides bien, solo que Vik me contó que era de la calle y puede tener parásitos o algo.-dijo Laeti. Miré la hora, tenía un examen a primera hora y si llegaba tarde tal vez no tuviera la oportunidad de entrar.

-¿No te importaría?-dije. Ella sonrió y negó.-Muchísimas gracias, ten, algo de dinero para las vacunas y seguramente todo lo que tengan que hacerle. Te debo una enorme, yo a las 10 de la noche seguro estoy en mi casa, si falta dinero dejame una carta y te lo dejaré en tu buzón.-dije.

-Puedes agradecérmelo para un blog que tengo online de Demons, tal vez una entrevista... Y un autógrafo.-dijo Laeti. Le sonreí y accedí, me despedí con la mano de ella y corrí a tomar el ómnibus. Ese día había comenzado agitado, y eso no era todo; de hecho era el comienzo de un día de demencia.

Llegué 10 minutos tarde al colegio, toda la clase me miró casi de mala forma por interrumpir el silencio, salvo Alexy que ni siquiera me miró en todo el día. Rosa se pasó con Alexy porque no quería dejarlo solo, mientras que yo pasé con Demons, Violeta y Kim. Ayudé un poco a repasar a Castiel para la prueba de mañana de Delanay, se veía muy nervioso porque le fuera mal, pero estaba comenzando a entender lo que hacía gracias a mi ayuda. Pude ver como tanto Lysandro como Violeta nos lanzaban miradas inquisitivas. Me reí pero les resté importancia, el timbre de salida nos distrajo. Nos despedimos de los chicos, Rosa, Violeta y yo nos encaminamos hacia la salida, pretendíamos ir hoy mismo a comprarnos la ropa para el baile; no obstante un auto conocido se detuvo frente a nosotros. Las tres nos detuvimos de un sobresalto y vi como Castiel estaba observándonos, pese a que ya estaba casi a una cuadra de nosotras. Del automóvil salió Viktor con una sonrisa, Nebraska del asiento de adelante y Evan del de atrás.

-Hola nena.-dijo Nebraska. Le sonreí y fui directo a saludarla, estaba vestida como si volviera de la policía, asumí que si estaba con Evan era porque sería su descanso. Los dos chicos me saludaron y vi como Alexy pasaba por al lado de mi sin decir nada, saludándolos a todos también.- ¿Y? ¿Qué esperas? No soy el pelirrojo que te abrirá la puerta, metete o vienes caminando.

-¿A dónde?-dije. No pude evitar sentirme confundida, ¿qué decía?

-Vamos a lo de Nebrask a ver el estreno del sencillo, juntos. Lo hablamos en el grupo, y ya que Evan vive cerca de lo de la pelirrosa, le di un aventón.-dijo Viktor. Le sonrió a Evan, el cual le devolvió rápidamente la sonrisa. Miré a mis amigas, las cuales se veían algo nerviosas con la sola presencia de Nebraska, especialmente cuando portaba armas.

-Tenía planes, lo siento.-dije.

-No, descuida. Nosotras podemos ir mañana las tres juntas. Ve, disfruta.-dijo rosa. Nebraska resopló molesta, y tras un par de diálogos, mis amigas me hicieron entender que en verdad no era molestia que pasara con mis amigos de Oregon.

-Nosotras no escuchamos rock, además la forma que Lys grita me da miedo, así que prefiero que pases con ellos que si saben y les gusta del género que tocan. Nosotros te daremos apoyo moral. Disfruten.-dijo violeta. Nos saludó con la mano y vi como ellas se dirigieron hacia la dirección opuesta a la que iríamos. Les sonreí a mis amigos y me metí en el auto con ellos, Evan iba entre Alexy y yo, hasta que en un momento Viktor detuvo el auto.

-Tú te bajas aquí.-dijo Nebraska.

-¿O qué?-dijo Evan. Rápidamente él le sonrió con picardía, siguiéndole el juego. Nebraska le hizo un gesto con la cabeza, señalándole que se bajara.

-O esta vez conseguiré inmovilizarte, no como aquella vez entrenando que me ganaste. Maldito cretino.-dijo Nebraska. Pese a lo que decía no era muy agradable, consiguió hacerlo sonar lo más dulce posible, especialmente proviniendo de ella. Evan se rió, nos saludó a todos y tras guiñarle un ojo a Nebraska se bajó del automóvil. Vik retomó la marcha y esta vez Alexy habló.

-Creí que ya no gustaba de ti.-dijo Alexy.

-No lo hace, es una forma nuestra de tontear. Pasamos 40 horas semanales juntos, a eso sumale las horas que pasamos en mi casa intentando resolver el caso del asesino que te conté. Maldito hijo de puta, no va a volver a tocar a ninguna mujer.-dijo Nebraska. Ella siempre hablaba de casos de asesinatos, estaba asignada a homicidios, amaba su trabajo, por lo que nunca le prestaba atención a lo que decía; lamentablemente para mí. No obstante vi como Alexy pareció celoso, ¿celoso? ¿Sería eso o eran impresiones mías? No pude pensar mucho más porque llegamos a la casa de Nebraska. Era un apartamento de 2 pisos, era alto, moderno y muy a su estilo con un enorme cartel que decía "mantén tus asquerosos hijos fuera de mi frente"; sí, sin duda era un amor. Nos bajamos todos pero tomé a Alexy del brazo antes de seguir.

-¿Podemos hablar?-dije. Alexy asintió, algo incómodo. Vi como Nebraska se perdía con Viktor en el pasillo de su casa.- ¿Sucede algo?

-En verdad sí, creí que me odiarías para siempre, después de haberte ocultado lo de Nebraska... lo siento, de verdad que si.-dijo Alexy. No pude evitar soltar una carcajada, era una dulzura.

-¿Es por eso? Nunca podría odiarte, sí me enoje muchísimo, pero eres mi mejor amigo. Deberías saberlo. Está todo más que perdonado, ella también es tu amiga y si te pidió que no cuentes nada, asumo que está bien. Pero no vuelvas a hacer algo así. ¿Bien?-dije. Alexy sin ningún tipo de aviso previo se abalanzó sobre mí para abrazarme, algo más fuerte de lo que me esperaría, no pude evitar reírme y devolverle el abrazo.

-Te juro que creí que me odiarías. Eres la mejor amiga del mundo, ¿lo sabes cierto?-dijo Alexy. Le sonreí y nos separamos de inmediato, suficiente afecto. Escuché un grito de Nebraska indicándonos que entráramos. Ingresamos por un corto pasillo y de inmediato llegamos a la sala de estar, la cual tenía planos de la ciudad, datos y pistas de un posible asesino de un caso que no tenía ni la mas mínima idea de lo que se trataba. Parecía sacada de la típica oficina de película, donde hilos conectaban puntos, destinos y pistas. Demonios, Nebraska se tomaba más que en serio su trabajo. Al menos rompía el estereotipo de policía flojo que come donas y no hace nada por la ciudad. Vi a Nebraska con unas patatas fritas, frituras, bebidas y la dejó sobre una pequeña mesita.

-Saben, en mi habitación hay más espacio, además aquí hay muchas cosas de la comisaría y me muero si pierdo un dato o pista. Vengan, suban.-dijo Nebraska. La seguimos por la escalera hasta su habitación, en el piso de arriba había un baño, una terraza y un pasillo que supuse que daría hacia su cuarto. Al ingresar notamos que tenía un saco de boxeo, pesas, armas, post ir con recordatorios, una colección de eventos de Demons, fotos con Alexy, Viktor y conmigo; también tenía una con su hermano Ethan. Miré la fotografía y ambos se veían muy sonrientes, casi no recordaba que Nebraska en verdad era rubia; era raro verla tan feliz. Pero dejé de mirar hacia allí, sabía que ella normalmente se ponía algo histérica con su hermano. Noté que mi ex novia tenía un par de recortes de periódico donde ella salía, leí los encabezados que decían "Policía local lleva 24 casos consecutivos resueltos, haciéndola una de las mejores en años." "El caso del asesino en serie se adjunta al Jefe de policía Evan Muller, junto a su mano derecha Nebraska Hudson. El alcalde espera que ambos puedan resolver las muertes de las mujeres." Vaya, realmente Nebraska era importante en su trabajo. No podía creer que ella hubiera salido en los periódicos y yo nunca lo hubiera notado, aunque debía de admitir que no leía diarios. Tenía 18 años, ¿quién lo haría? Afortunadamente Alexy me distrajo, se sentó en la cama con total confianza y tras tomar un bol con comida, esperó a que Viktor encendiera la televisión y conectara con la discográfica mediante sus redes sociales, en solo unos minutos lanzarían nuestro sencillo. Nebraska también se sentó junto a mi mejor amigo y pareció relajarse, noté que tanto Vik como Alexy se veían cómodos, como si frecuentaran la casa de la pelirosa. Alexy solía sentirse cómodo en casi cualquier ambiente, pero Viktor era algo mas reservado y realmente me alegraba que se sintiera bien aquí. Pero no tuve tiempo de hacer más nada, porque Nebraska comenzó a chillar.

-¡Ahí viene! Silencio todos.-dijo Nebrask. Pudimos ver en la pantalla como se reflectaba nuestro sencillo, con la portada, nombre, todo. Sonábamos mucho más agresivos por la televisión de mi ex novia, la cual ya lo había puesto a todo volumen y hacía ritmo con sus manos.-Son unos hijos de puta, no pueden tocar tan bien y con tanto odio. ¡Escuchen como grita Lysandro! Demonios, desearía tener su voz. Y también la tuya, nena, no te quedas atrás.

Le sonreí algo sonrojada, adoraba verla feliz, aunque fuera solo con una canción. Viktor y yo cruzamos una mirada, alegres de que la canción pareciera gustar, Alex no parecía tener mucha idea de lo que ocurría, pero se veía alegre. Esto era lo que más quería en todo el universo, y lo estaba teniendo todo. Afortunadamente ellos me dieron un descanso para la semana, y recién comenzaba.

Por la tarde no hice nada excepcional, ir al trabajo, volver cansada a mi casa, agradecerle a Laeti por llevar a mi perro a la veterinaria y le prometí que el jueves le haría la entrevista para su página. Se veía muy feliz por nuestra canción y me sentí bien al saber que comenzábamos a gustarle a la gente.

El día siguiente no fue nada particular, al menos en la mañana, ayudar a preparar la graduación, tener exámenes, seguir ayudando a Castiel con el examen y finalmente darlo. Él parecía sentirse muy seguro y me sorprendí mucho cuando me abrazó al final de clases por, según él, irle increíble en la prueba. Me reí y pese a que no le devolví el abrazo, no me molestó. Todo comenzaba a parecer normal, pasaba con mis amigos, Alexy y yo volvimos a estar juntos, en los recreos y clase nos quedábamos todos juntos. De hecho, éramos un grupo enorme, Violeta y Lys siempre juntos, Rosa, Alexy y yo éramos un trio inseparable, Castiel, Nath, Kim, Iris e inclusive Li estaban siempre con nosotros. Realmente pese a que era una locura por la falta de tiempo, estaba teniendo los mejores recuerdos del mundo. Y solo crearía más recuerdos, porque después del colegio nos íbamos a ir Rosa, Violeta y yo al shopping, esta vez sin ningún tipo de distracción en búsqueda de nuestros vestidos.

-Chicas, lamento informales que yo tengo mi vestido comprado hace tiempo, así que solo las acompañaré.-dijo rosa. Asentimos, vimos a Violeta despedirse románticamente de Lysandro.

-No importa lo que elijas, estarás hermosa, ¿lo sabes? Eres la chiquitina más linda del mundo.-dijo Lysandro. No pude evitar reírme, escuché una risa masculina a lo lejos, era Castiel también riéndose de las ridiculeces que decía Lysandro.

-¡No se rían! Ustedes dos eran iguales.-dijo violeta. Sus mejillas estaban extremadamente sonrojadas, pero no dijimos nada más, yo no tenía mucho tiempo ya que a las 5 tenía que estar en mi trabajo, por lo que nos encaminamos saludando a todos. Tras unos 15 minutos en el ómnibus, llegamos al dichoso centro comercial. De inmediato seguimos a Rosa, la cual siempre estaba hambrienta, por un segundo me recordó a mi hermano, no paraban de comer ninguno de los dos. Les sonreí, no entendía como no podía recordarlas, parecían unas amigas increíbles, no: eran unas amigas increíbles. No obstante, como dije anteriormente, no contábamos con demasiado tiempo, por lo que empezamos buscando algo que le gustara a Violeta, era la mas decida con respecto a su vestimenta, y de hecho en solo 10 minutos encontró algo que le gustó. La vimos perderse en el probador, mientras escuché la voz de Rosa.

-¿Alask? ¿Tienes idea por qué Alexy me invitó al baile?-dijo rosa. Me alcé de hombros, realmente no tenía ni idea, Nebraska seguramente supiera, pero no era aconsejable preguntarle.

-Tal vez le gustes.-dije. Ella soltó una carcajada increíblemente honesta.

-No, sé que no es por ese motivo, ¿crees que le dé pena? Porque no quiero obligarlo a ir conmigo, hay más chicos, y esto es algo que se recuerda toda la vida.-dijo rosa. No quería mentirle, pero algo en mi me decía que Rosa tenía razón, Alex era un chico increíble y nunca lastimaría a una buena amiga, por lo que estaría dispuesto a ir con ella aunque no quisiera. Solo esperaba que Nebraska no tuviera nada que ver con esto, podía ser muy persuasiva cuando se lo proponía. Afortunadamente no tuve que responder porque Violeta salió con una sonrisa enorme del vestidor, tenía su ropa normal y nos quedamos preguntándonos por qué no nos mostró la ropa.

-Esta es la indicada, pero no quiero que me vean hasta la graduación, así se llevan una sorpresa. ¿Alaska? ¿Puedo preguntarte algo?-dijo violeta. Nos encaminamos a pagar lo que ella había elegido mientras hablábamos.

-Por supuesto, ¿qué sucede?

-Tú tienes el pelo corto desde que te conozco, ¿alguna vez probaste extensiones? Porque creo que por solo una noche especial podría probarlo, ¿no?-dijo violeta. Subí las cejas sorprendida, me estaba dando una muy buena idea. Le sonreí con picardía.

-No, pero tuve el pelo largo y creeme, intentalo. Te podría quedar muy lindo, además, eres la chiquitina más hermosa del mundo.-dije. Imité la voz de Lysandro y escuche de inmediato la risa de Rosa, Violeta se sonrojó y se rió también. Sabía que lo decía en broma, nunca haría comentarios para lastimarla. Finalmente, tras comprar todo lo necesario nos dirigimos a comprar mi vestido. Nunca había sido una chica de vestidos, siempre fui fan de unos jeans, blusa negra y zapatos cómodos negros a preferencia. Pero sabía que era un evento importante, y tienda tras tienda comenzaba a frustrarme de no conseguir nada que me gustara.

-¿Y estos?-dijo rosa. Vi a Violeta sosteniendo un vestido violeta despampanante, con un escote importante y muy apegado al cuerpo, Rosa sostenía el mismo pero en rojo. La pequeña me ofreció otro vestido con un diseño rojo muy similar al que me ofreció la peliblanca, pero más corto y menos ajustado en la zona del trasero; no obstante mi otra amiga me propuso probarme un vestido blanco y negro muy corto, inclusive para mi gusto. Decidí probarme las dos primeras opciones que me ofrecieron mis amigas, normalmente elegiría un vestido negro, pero debía reconocer que cuando me vi en el espejo supe qué vestimenta era la indicada. Decidí imitar la acción de Violeta y no decirle nada a mis amigas, después de todo, también quería que se sorprendieran al verme.

Salí para pagar el vestido, una cosa menos de la que preocuparme, ahora solo tenía que disfrutar los últimos tres días de clases, estudiar, cuidar de mi perro y principalmente, buscarle un nombre. El miércoles fue un día normal, igual que el jueves, ese día le di la entrevista que Laeti tanto quería y realmente no podía creer que la novia de Vik fuera tan fan de Demons, seguramente se llevaría muy bien con Nebraska pese a que Laeti había confesado sentir profundos celos por mi mejor amiga solo por ser amiga de Vik hacía un buen tiempo. Me reí, era increíble que Nebraska causara celos solo por ser ella misma.

El viernes llegó, hicimos una despedida por el último día de clases, la cual consistía tirarnos agua y festejar, los más tímidos y responsables como Nath, Violeta y Lys no participaron, mientras que yo mantenía una auténtica guerra de agua con Alexy y rosa. Vi como Castiel estaba de brazos cruzados mirándome, casi como diciendo "sigues siendo una niña", por lo que le tiré agua. Se quedó asombrado que me hubiera animado a hacer eso, él era el rebelde, pero al demonio, si podía lidiar con la pelirosa podía con él. De inmediato se rió y me siguió el juego. Sin duda si creía que ese día no podía mejorar, estaba más que equivocada porque el viernes por la noche Kentin pasó a buscarme por mi trabajo. Se quedó a cenar en mi casa y me dijo que iría a verme mañana por mí graduación.

-De verdad que no es necesario, sé que estás cansado por el entrenamiento en la policía.-dije. Él se rió y me robó un pedazo de mi comida.

-Ni hablar, no estuve por 18 años de tu vida, al menos estaré ahora. Sé que no fue directamente mi culpa porque no sabía que existías, pero ahora que lo sé... ya sabes. ¿Puedo ver el vestido? ¿Con quien vas a ir?-dijo Kentin. Le mostré el vestido rojo y de inmediato se puso celoso por el escote y lo apegado que era al cuerpo. Escuché sus regaños instantemente y no pude evitar reírme, se sonrojaba del enojo porque claramente no le haría caso.

-¡No puedes ir así! Se te va a notar toda la cola, ¡encima la espalda es abierta! Y ni hablemos del escote.-dijo Kentin.

-Hermano, si no le hice caso a Nebraska, la reina de los celos, no vas a conseguir hacerme cambiar de opinión. Además no pasa nada, tampoco dejaré de vestirme como me gusta porque alguien me mire.-dije. Le sonreí dulcemente y pareció calmarlo; no obstante se quedó de brazos cruzados mirándome.

-Eres lo peor. Con más razón estaré allí para fijarme que nadie mire a mi hermanita. Aunque hasta donde sé, Castiel es bastante celoso; por lo que me siento tranquila que te cuide.-dijo Kentin. Me reí, él sabía bien que podía cuidarme sola, pero lo deje pasar, no ganaría nada peleándolo. Apoyé mi cabeza contra su hombro y nos quedamos unos minutos así, hasta que comprendimos que era hora de irnos a dormir, yo mañana tenía un día movido. Sin embargo, antes de irme a dormir, le envié un mensaje de feliz cumpleaños a Castiel, justo a las 00:00. Lys había dicho que el mismo día de la graduación sería el de su cumpleaños.

Apenas me desperté, recibí muchísimos mensajes de mis amigas, completamente emocionadas por la fiesta; vi a Alexy como loco enviando muchos adiós, Nebrask y Vik deseándonos suerte y Castiel agradeciéndome el mensaje de felicitaciones.

Rosa: ¡No puedo creer que hoy sea nuestro día! ¿Quieren ir a la peluquería juntas? Yo ya estoy yendo.

Violeta: ¡sí! Te acompaño, además seguramente puedas darme una opinión de algo que me quiero hacer temporalmente.

Rosa: Vaya, vaya. Ten por seguro que te ayudaré.

Iba a responderles que también me sumaba a la salida, cuando un mensaje de Lysandro me distrajo. Le estaba diciendo que era bienvenida a su casa si quería pasar a saludar a Castiel, estaban sus padres y hermana, me pareció algo muy íntimo y familiar, pero teniendo en cuenta que Castiel tenía fuertes sentimientos por mí, decidí pasar a verlo. Solo un saludo rápido y me iría, ¿qué tenía de malo? Pues más de lo que esperaba. Les avisé a mis amigas que no iría con ellas porque iría al cumpleaños de mi ex novio, lo que sucedió fue que me terminaron molestando en broma por ir a ver a Castiel. Eran las mejores y las peores, sin duda.

Tras unos 20 minutos, llegué a la casa del pelirrojo, me abrió Lys con una sonrisa y me hizo pasar al cumpleaños de Castiel. Los padres me miraron sorprendidos e Iris rápidamente vino a saludarme.

-¡Alaska! Viniste, creí que estarías aprontándote con tus amigas para la graduación.-dijo iris.

-El cumpleaños de tu hermano era más importante, además tengo pelo lacio, es fácil manejarlo.-dije. Le guiñé un ojo a Iris, la cual sonrió con mucha felicidad. No obstante, cuando Castiel me vio sus mejillas se sonrojaron como nunca, casi no parecía haberse esperado que estuviera aquí, y tras ver la sonrisa de Lysandro lo comprendí todo. Castiel nunca me había invitado a su cumpleaños, lo había hecho el peliblanco, porque sabía perfectamente bien que su mejor amigo moría de ganas de verme. Oh, era una mente diabólica.

-¿Alaska?-dijo Castiel.

-Hola, feliz cumpleaños. No te traje nada porque tu regalo te lo daré en la graduación.-dije. Le lancé una sonrisa que supuse que él interpretó como picara porque su rostro lo delató. No entendía cómo podía ser así con sus padres presentes pero ellos no parecían molestos; de hecho se portaron muy bien conmigo.

-¿Cómo sigues, querida? Los escuchamos hace unos días con su canción, tienes una voz increíble. Aún me debes las clases de piano.-dijo valerie.

-Mami, no recuerda nada.-dijo iris. Iris siempre era mi salvación, no obstante el tiempo que estuve allí Castiel no me quitó los ojos de encima. Se veía cómodo, y me pregunté cómo iría a la graduación, por lo que me senté junto a él.

-Más te vale ir presentable, de traje imagino.-dije.

-Pensaba ir de deportivo, ¡por supuesto Alaska! ¿Tu? ¿Cómo irás? Esto, no quiero echarte, pero son las 2 de la tarde y sé que las chicas demoran más... en solo unas horas es nuestra fiesta.-dijo Castiel. ¡¿Ya?! ¡Había estado cuatro horas aquí! Mierda, mierda, me incorporé de inmediato y pedí que me abrieran la puerta. El pelirrojo se ofreció y bajamos las escaleras en un santiamén, pero antes de irme corriendo a la peluquería, Castiel me tomó suavemente de la mano.

-No tienes que darme ningún regalo, que vinieras hoy fue el mejor regalo, niña.-dijo Castiel. Le sonreí dulcemente, no tenía ni idea de la que le esperaba. Le di dos palmaditas en la espalda y le hablé en un tono que sin querer, soné muy a Nebraska.

-Tu encargate de ir bien vestido, que de ti me espero todo menos prolijidad. Y sobre como iré, según Kentin y mis amigas, te va a dar un paro cardíaco.-dije. Me reí dulcemente, noté que Castiel había caído en mi trampa, estaba completamente intrigado por lo que pasaría, pero tras reírse pareció nuevamente despreocupado.

-Ve, tú no necesitas demasiado para estar increíble.-dijo Castiel. Me hizo sonreír como una idiota y esta vez me liberó. Me encaminé de inmediato hacia el salón que me arreglaría el cabello, afortunadamente no habían demasiadas personas, y tras explicarles lo que quería, un peluquero comenzó a hacerme eso en el cabello. Solo esperaba que me quedara bien, de otra forma sería un desastre. Vi como sacó las tijeras y comenzó a darme otro corte de pelo; pero las tijeras no fue lo único que fue a buscar, las extensiones también. Mierda, solo a mi se me ocurría imitar una idea de Violeta.

Pero para el final del trabajo del hombre, me encontré muy satisfecha con mi reflejo, de hecho no podía creer que me gustara tanto la imagen que me devolvía el espejo. Pagué, agradecí y me retiré a mi casa. Debía comenzar a aprontarme y con un perro no sería algo fácil. Fui a maquillarme, un poco de rímel, delineado, algo de sombra, pensé en ponerme los labios negros pero opté por rojos, al igual que mis uñas y una pulsera a juego. Me coloqué unos aretes rojos y un collar negro con rectángulos. Tenía que poner algo de mi color favorito, de otra forma parecería un semáforo. Finalmente, me coloqué el vestido, no podía creer el reflejo que me dio el espejo de mi sala, vi a una Alaska confiada, segura, alegre, que ya no temía por su pasado, padre o madre. Ésta iba a ser mi noche, no dejaría que nada ni nadie me lo arruinara.

La bocina de un automóvil me distrajo, y un mensaje también; era Castiel. El mensaje me informaba que él ya estaba en la puerta, ¿en qué momento habíamos acordado que me pasaría a buscar? Tomé un pequeño bolso a juego para dejar mi celular, llaves, cedula de identidad, dinero por las dudas, lo básico. Apenas salí me encontré con una larguísima limosina, negra, brillante y reluciente. Castiel se bajó del coche y me sonrió. Traía un traje negro con rojo, el cual parecía combinar perfectamente con mi ropa, realmente no lo reconocí sin su típica campera negra y estilo de chico malo, de hecho no pude evitar soltar una risa. No quise burlarme de él, pero algo en verlo así me daba gracia, como si no fuera el mismo chico. Vi como se sonrojó y se cruzó de brazos rápidamente.

-Ya sé, doy asco.-dijo Castiel.

-No, de hecho te ves muy bien. No sabía que me ibas a buscar, si tú, el menos caballeroso del mundo hace esto, ni imaginar lo que hará Lys con Violeta.-dije. Castiel se rió y me abrió la puerta del auto, ingresé y vi como él se sentaba del otro lado junto a mí. Noté que tenía la corbata roja mal puesta, por lo que me acerqué a él, quedando mí rostro cerca de él, le acomodé la corbata de forma prolija.

-Eres un desprolijo, te lo dije hoy temprano. Aunque debo admitir que me sorprendiste muchísimo, sabes, no era necesario esto. Somos... amigos, pero no debías gastar en mí.-dije. Él se rió y negó con la cabeza, como queriéndome decir que si valía la pena.- ¿Cómo terminaste tu cumpleaños? Yo... Tengo un regalo para ti pero tal vez te lo dé después, siempre me ha gustado molestarte.

Él se rió y me contó brevemente como había sido su día mientras llegábamos al instituto, pocas veces lo había visto de noche y debía admitir que se lucía. Tenía un enorme cartel de bienvenida generación 2019, luces y una alfombra reluciente de la entrada al gimnasio, el cual habíamos estado preparando varias semanas previas a la graduación. Vi a los padres de algunos amigos, como los de Alexy, Castiel e iris, rosa... de hecho, por un segundo me paralicé, pensé que estaba Felipe pero solo se trataba de Kentin. Demonios, ¿por qué se parecían tanto? Castiel pareció notar mi miedo y me miró, expectante.

-Descuida, mis padres prometieron no hacer ningún comentario tonto.-dijo Castiel. Le sonreí, debía salir, había sido solo un mal susto. Asentí y ambos salimos. Apenas puse un pie afuera, con mis tacones negros de 20 centímetros, escuché el chillido de Valerie de la emoción, la mamá de Castiel era tan alegre como su hija, a la cual no había visto. De inmediato comenzó a tomarnos fotos, vi como si hijo se sonrojó de la vergüenza y yo me reí, sí que era gracioso molestarlo aunque no fuera yo.

-¡Mira que lindos se ven juntos!-dijo valerie.

-Querida, le prometiste a cast...-dijo Louis.

-¡No seas viejo gruñón! Solo se graduará una vez en la vida.-dijo valerie. Nos acercamos a ella y la saludé, pero Castiel me tomó de la mano llevándome hacia dentro, casi sin tiempo a saludar al padre del pelirrojo. Vi a Arnaud y Vitoria, por lo que los saludé con la mano a la distancia.

-No les prestes atención a mis padres, se pondrán mil veces peor si lo haces. Busquemos a nuestros amigos.-dijo Castiel. Asentí y lo seguí, al ingresar al gimnasio vimos todo decorado de una forma hermosa, luces, música suave, comida, una bola de discos y un gran estrado para que Devil toque, los cuales aún no habían aparecido. Sin embargo vislumbré a varios de mis compañeros y a mi hermano también ingresando en mi búsqueda; también encontré a mis amigos. Nathaniel y Kim estaban tomados de la mano, conversando con Rosa y Alexy. Nath tenía un traje azul con moña y se veía completamente enamorado de Kim, la cual tenía un vestido corto rojo, el que revelaba sus piernas, parte de su estómago y lucía sus senos, pese a tenerlos cubiertos. Traía una gargantilla de collar y realmente se veía hermosa. Noté que por su altura no podía usar tacos, de otra forma quedaría más alta que su novio.

-Voy a saludar a los padres de Lys, ya vengo. Espero que el idiota de amigo no se haya olvidado de pasar a buscar a Violeta. Nos vemos, ve a rescatar a Alexy que se ve loco de aburrimiento por estar junto a Rosa.-dijo Castiel. Me sonrió y lo vi dirigirse a dos personas canosas, las cuales parecían tan desorientados como su hijo. Me acerqué a mi mejor amigo y su eterna enamorada; Rosa. Mi amiga traía un vestido negro hermoso, largo y con un escote en forma de V que le resaltaba sus atributos. Tenía una especie de... ¿moño violeta? No sabía lo que era, pero le quedaba hermoso, recogiendo levemente su blanco cabello, aún no se había percatado que estábamos allí, pero su acompañante sí. Alex traía un traje rojo con una camisa algo más informal, muy a su estilo alegre y relajado. Apenas me vio corrió a saludarme, Castiel tenía razón, parecía estar aburridísimo de estar junto a Rosa.

-¡Alask! Mirate, estás increíble. ¿Cuántos metros de tacos tienes? Estás de mi altura.-dijo Alexy.

-Muy simpático, Cooper. Solo tengo 20 centímetros. Tú también luces genial.-dije. Lo abracé rápidamente y me dirigí a saludar a mis amigos. Había un aire tan alegre que era sorprendente, todos hacíamos bromas, chistes y nos reíamos con completa libertad. Rosa se veía enamoradísima de Alexy, pero él estaba mucho más concentrado en comer. Un movimiento en el escenario me llamó la atención, eran Iris y Chris acomodando todo, se ve que irían aprontándose para empezar a tocar algo. Ellos cruzaron una mirada conmigo y rápidamente los saludé con la mano, iris me sonrió y saludó eufóricamente, Chris me devolvió la sonrisa y me hizo un gesto señalando a una persona vestida enteramente de rosado. Noté que la tímida novia de Chris había venido, estaba sentada sola sin saber que hacer por lo que decidí acompañarla.

-Voy con Daiana, ahora vuelvo.-dije.

-Te acompaño.-dijo Alexy. Le sonreí y nos encaminamos hacia ella, la cual se veía bastante nerviosa.

-Hola, ¿cómo estas? ¿Quieres venir con nosotros? Estamos todos divirtiéndonos.-dije. Ella me sonrió y saludó, me recordaba muchísimo a Violeta.

-S-sí, muchas gracias. V-Vine a ver a Chris, ¿se va a presentar, cierto?-dijo Daiana.

-Sí, eso esperamos. Yo no sé como toquen, no suelo escuchar rock pero seguro deslumbran.-dijo Alexy. Consiguió sacarle una risilla tímida a Daiana.

-Somos dos, tampoco escucho rock y solo conozco a Devil, aunque sé de ustedes y Demons. Mi cuñada es sumamente adicta a tu banda.-dijo Daiana. Le sonreí, pero alguien tocándome la espalda me distrajo, eran Viktor y Kentin, ambos con una sonrisa. Noté que Daiana pareció aliviada de ver a Viktor, tenía lógica, tanto ella como mi amigo pasaban muchas horas en la casa de mis vecinos, por lo que seguro comenzaba a desarrollar una gran confianza entre ellos, además tenían un aire. Vik en un comienzo había sido un chico sumamente tímido, y si bien tocaba en una banda de rock, no le quitaba lo tranquilo, al igual que Nath y Lys. Vi como se sentó junto a ella y de inmediato se relajó; no obstante el que casi le da un infarto fue a mi hermano.

-Alaska, realmente se te ve todo.-dijo Kentin.

-Descuida, no pasa nada. Además, nadie me está mirando ni haciendo nada raro. Relajate, hay comida, ve a comer algo.-dije.

-Hablando de relajarse, ¿por qué no vas a ver a Nebraska? Está como loca.-dijo Viktor. ¿Nebraska? ¿Nebraska Hudson? ¿Qué demonios? Él al ver mi cara de estupefacción se rió y de inmediato me encaminé hacia donde me había dicho. En efecto, Nebraska estaba con sus armas y ropa de la comisaría junto a Evan vigilando todo. Tenía su peor cara y el enorme chico no paraba de hacerle bromas para que se relajara.

-Esto no es una puta broma, Evan. El asesino había atacado solo 4 veces en 4 años, de pronto sus ataques comenzaron a ser más habituales. Solo en este año ya 3 mujeres perdieron la vida, todos y cada uno de los asesinatos fueron en eventos, donde nadie se esperaría nada. Quiero encargarme personalmente de este caso.-dijo Nebraska. Se veía realmente enojada, Evan dejó de bromear y tomó un tono más serio.

-Lo siento, se lo que dices, pero estas describiendo tu propio ataque. Piensalo, todas las mujeres están dentro del gimnasio, tu sola aquí afuera, ¿por qué no te atacarían? Sé que eres un soldado infalible, casi un robot con tu perfección y no hablo solo de tu puntería con la pistola. Sé que crees que puedes contra todo, pero no es así. Al menos dejame quedarme, o quedate junto a Sofía. Sabes que pasa siempre con su cuervo y al ver algo fuera de lo normal, avisa. O no lo sé, podemos pedirle a Armin que cubra más territorio.-dijo Evan. Evan se veía realmente preocupado por Nebrask, no obstante ella resopló y se cruzó de brazos.

-Ni lo sueñes, no me voy a quedar con Sofía, no sirve para entrenar un puto perro, menos para hacer algo bien. Armin es mi amigo, es simpático y alegre, pero sabemos que en terreno no sirve para nada. Lo prefiero en la comisaría vigilando las cámaras.-dijo Nebraska.

-¿Hola?-dije. Decidí interrumpir, Nebraska realmente estaba muy malhumorada, Viktor tenía razón, debía calmarla. Evan y ella me miraron, el chico me sonrió, simpático como siempre y mi amiga ni siquiera esbozó una sonrisa. No obstante, tras verme el escote y lo ajustado que estaba mi vestido, si sonrió, pero con picardía.

-Hola mocosa, ¿qué haces aquí? Ve con la mierda de pelirrojo, seguro te estás perdiendo de algo importante de tu graduación.-dijo Nebraska. Nebrask no tuvo tiempo de hablar mucho más porque vi a Li llegando con una sonrisa, me saludó con un beso en la mejilla y ni siquiera miró a mi amiga. Tenía un vestido escotado azul, muy al estilo de Lysandro o Rosa.

-¿Me acompañas dentro? Sigo con miedo de encontrarme a Ámber y a Charlotte, tras nuestra separación de amistad... me da miedo que me hagan algo.-dijo Li.

-Descuida, nada te sucederá, nos tienes a nosotros que somos tus amigos. Ve con Kim y Rosa.-dije. Ella sonrió y tras asentir se metió dentro del gimnasio, el cual ya comenzaba a tener la música más y más alta. Nebraska me miró casi diciéndome que entrara y que no perdiera tiempo con ella, no obstante vi a Sofía caminando por allí, vigilando todo. Me miró muy mal y pude escuchar un comentario de ella a lo lejos.

-Estas zorras de mierda cada día vienen con ropa más ajustada.-dijo Sofía. Tanto Nebraska, como yo la miramos mal, Evan soltó una risa, intentando alegrar el ambiente.

-Más que ex novias parecen hermanas. Tienen esa misma mirada de "te voy a matar."-dijo Evan. Yo me reí pero Nebraska solo se limitó a soltar un resoplido.

-Es una imbécil, perdió sus neuronas el día que nació.-dijo Nebraska. Me reí, pero afortunadamente dos personas llegando tarde, como siempre, nos distrajeron y alegraron el ambiente. Lysandro se estaba bajando de un auto, tenía un traje completamente negro, a excepción de una corbata y pañuelo verde; fue a abrirle la puerta a su novia y cuando la vi no pude evitar quedarme impactada. Del automóvil salió una chica con el pelo tan largo que le llegaba pasando el trasero, tenía una gargantilla negra con forma de luna y un escote que revelaba que Violeta tenía mas senos de los que todos seguramente nos imagináramos. Se le veía algo de su estómago y sus piernas estaban casi que enteramente reveladas. Se veía tímida, como siempre, pero asumí que debería estar más confiada que de costumbre para andar así, frente a todos. Era claro que su idea de las extensiones había funcionado, porque se veía increíble.

-Demonios, ¿esa es tu amiga? Vaya par de cositas tenía escondidas.-dijo Nebraska. Mi amiga habló en un susurro para que solo Evan y yo pudiéramos escucharlo, el enorme chico soltó una sonrisa pero yo le di un suave empujón a Nebraska para que se callara, especialmente cuando la parejita venía hacia nosotros.

-¿Alaska? ¿Qué haces aquí? Castiel no hizo ninguna idiotez, ¿cierto?-dijo Lysandro.

-¡Alaska! Te ves increíble, ven, vamos hacia dentro.-dijo violeta. Les sonreí y saludé a ambos, se veían tan enamorados, tan dulces, tan unidos, atormentaban de amor.

-Descuida, se ha portado increíble. Ambos lucen genial, vayan yendo dentro, ¿siempre tarde? Nunca cambiarás, Belmont.-dije. Lys se rió y rodeó a Violeta con sus brazos, no supe si por hacerle un cariño o porque pensó que haría frio. Los vi haciéndome gestos para que ingresara con ellos, no obstante cuando el peliblanco abrió la puerta, se chocó con Rosa, la cual salía corriendo y ¿llorando? Mierda, ¿qué demonios había sucedido? Vi a Alexy corriendo detrás de ella, algo preocupado. Demonios, no quería pensar que Alex la había rechazado, pero todo indicaba a que sí. Escuché una risa muy de hija de puta proveniente de Nebraska, tanto Evan como yo le lanzamos una mirada furiosa.

-¿Qué? Le advertí que Alexy no la quería como novia.-dijo Nebraska.

-Ven, vamos a vigilar en otras zonas, Nebrask.-dijo Evan. Lys le dio un beso en la mejilla a Violeta y se desapareció dentro del gimnasio, ella, Alexy y yo corrimos detrás de Rosa, la cual confirmamos que lloraba desquiciadamente en el jardín a oscuras.

-¿Rosa? ¿Qué sucedió? Nos tienes aquí.-dijo violeta. La peliblanca ni siquiera nos miró, aproveché a que con tacones era casi de la altura de Alexy y le coloqué una mano en el hombro.

-Ve adentro, romeo.-dije. Me miró triste y pareció querer excusarse.

-No fue mi intención solo... Lo siento. Tú sabes bien lo que me pasa en la cabeza y...-dijo Alexy. Le indiqué que dejara de hablar, solo le haría peor a mi amiga. Le pedí que se retirara hacia el gimnasio y él obedeció, algo apenado por hacer llorar a Rosa. Me senté en un banco junto a ella y le limpié las lágrimas.

-No puedo creer que fuera tan idiota, creí que me estaba dando las señales correctas y la teñida del averno resultó tener razón. Me lo había dicho varias veces, Alexy no sentía nada por mi, era tan obvio. Siempre fue obvio.-dijo rosa. Violeta y yo intercambiamos una mirada apenadas, sabía que Alex no era un mal chico, pero tenía límites y no estaría con alguien que no quería. Violeta la abrazó tímidamente, pero cometió un grave error, preguntarle qué había pasado.

-Seguro tiene solución, ¿qué sucedió? Tal vez si hablamos con él...-dijo violeta.

-Estábamos bailando, él se estaba riendo, me miró con esa sonrisa dulce, justo pusieron música lenta, bailamos pegados y creí que era el momento. Lo intenté besar y me quitó el rostro, me dijo que estaba muy confundido con dos personas, pero que ninguna de ellas era yo; que la persona que lo confundía era lesbiana y la otra persona la quería tanto que no le arruinaría la relación con un intento de novio.-dijo rosa. Me dolía mucho verla así, pero me sentí una mierda de persona cuando comencé a preguntarme si a Alexy le causábamos dudas Nebraska y yo, ¡no! No... No podía ser, tenía que haber otra explicación. Demonios Alaska Blue, no todo gira entorno a ti. Pero, casi sin quererlo, por pensar en mi ex novia, ésta se apareció sigilosamente detrás de nosotras. Violeta dio un respingo y chilló suavemente, Rosa no paraba de llorar y yo solo miré mal a Nebraska, la adoraba, pero no era el momento de su característico malhumor.

-Nebrask, ahora no. Ve a vigilar que no haya nada raro.-dije. Ella hizo caso omiso a lo que le decía, se sentó junto a Rosa, la cual se apartó levemente de ella, parecía tenerle miedo. A la peliblanca comenzaba a salirse el maquillaje.

-Escucha, no somos amigas, te detesto por motivos que no logras comprender, pero eres amiga de Alaska y ella significa mucho para mí. Y aunque odie admitirlo, tenemos algo en común: la persona que nos gusta no es correspondida. No sé como seas, pero creeme que no es lindo ver a esa persona con la que tanto ansias estar yendo atrás de otra persona. Lo digo por tu bien, suéltelo. No te hará bien vivir con eso, solo háblenlo, dense un beso, tengan sexo, no lo sé, pero hagan un acto que ponga final a tus intereses con él, o ella.-dijo Nebraska. Todo lo que le dijo, lo hizo mirándola y cada tanto, posando sus ojos en los míos. ¿Acaso Nebraska estaba admitiendo que no le molestaría que estuviera con Castiel? ¿En verdad? La miré sorprendida, no esperaba esto de ella, yo sabía que en el fondo era una buena persona, pero ese acto no era propio de Nebraska. Rosa detuvo por un segundo el llanto y la miró.

-Lo sé, pero no es fácil. Además estoy segura que gusta de ti, gustó o gusta de Alaska, ¿por qué todo es complicado?-dijo rosa. De pronto parecían llevarse bien ¿qué demonios? Violeta y yo intercambiamos una mirada de asombro.

-Es tu graduación, te ves como la típica idiot... ¡ilusa! Por este día, así que te recomiendo que te olvides de él, lo superes poco a poco y vayas a disfrutar. No tendrás otra graduación hasta que consigas tu título profesional. Ve a divertirte con tus amigos, tienes una muy buena amiga y seguramente Lila sea otra amiga increíble.-dijo Nebraska.

-Violeta, se llama Violeta.-dije. Nebraska soltó una mirada indicándome que me callara, pero prosiguió hablando con completa normalidad con Rosa, como si de pronto se llevaran bien. Violeta estaba que no daba crédito a lo que sus ojos veían. Me acerqué a ella y le susurré suavemente.-Violet, ¿puedes maquillar a Rosa? Se me ocurrió una idea increíble, si funciona será genial.

Violeta asintió y de su bolso comenzó a sacar maquillaje, no me quedé a ver como la maquillaba, sino que entré apresuradamente hacia el gimnasio. La música estaba muy alta y todos ya estaban bailando alegremente, pude ver a Nath y Kim bailando, en verdad ella hacía lo imposible por quitarle la timidez al rubio, el cual la seguía embobado. Viktor se estaba despidiendo, porque ya era bastante tarde para él y solo había ido a vernos, felicitarnos por nuestra graduación y a mostrarnos lo orgulloso que estaba de nosotros. Vi a varias personas mas, incluyendo a Li, Lysandro, Daiana, Iris paseándose con una guitarra por el escenario, Farrés con una caja hablando con los alumnos, había demasiada gente. No obstante, alguien me tocó del hombro, era Castiel. Al voltearme vi a mi hermano sonriente comiendo algo, mi ex novio esperando para bailar y a Alexy sumamente triste.

-¡Aquí estabas! Te había perdido, ¿bailamos?-dijo Castiel.

-Un segundo, ya vengo, ¿sí? Aun te debo la sorpresa y por como te encuentras, aseguro que te gustará.-dije. Castiel se quedó completamente intrigado con una sonrisa, mientras que yo tomé del brazo a Kentin y lo arrastré conmigo hacia la salida.-Traga eso, Ken. Demonios, siempre comiendo. Ven, ¿tienes pareja para el baile?

-¿Pareja? ¿Debía tener pareja para venir?-dijo Kentin. Se veía muy confundido, y no pude evitar soltar una sonrisa. Perfecto. Lo llevé al patio, acomodándole su traje negro con la moña ya torcida. Era igual que Castiel, incorregible; no me sorprendía que se llevaran tan bien. A fin de cuentas, vivían uno frente al otro y compartían un inmenso cariño por mí. Rosa ya estaba maquillada y estaba sonriendo con Violeta, la cual no se animaba a pronunciar palabra frente a mi mejor amiga.

-¡Volvimos! Adivina qué, este tontín no tiene pareja, no sabe bailar y va a necesitar unas clases de baile.-dije. Les guiñé un ojo a ambos, tomé la mano de Rosa y se la coloqué en la de mi hermano. Ambos se veían completamente confundidos, como si fueran completamente opuestos. Rosalya era femenina, delicada y dulce, Kentin era un bruto del averno que le gustaba entrenar constantemente. No obstante, tenían algo en común: la comida.- ¿Por qué no van hacia dentro? Vi que había mucho que comer, y Devil está por tocar, así que pueden hablar que no entienden un comino de rock juntos.

Ellos cruzaron una mirada y se dirigieron hacia dentro como les indiqué, Violeta me observaba sorprendida y Nebraska simplemente con su típico rostro de indiferencia.

-Tú también deberías ir, ambas. Se están perdiendo lo mejor de todo. Vayan, afuera estará más que seguro.-dijo Nebraska. Nos sonrió y tras ver que Evan andaba cerca, decidí entrar, no me sentía del todo cómoda que ella estuviera patrullando pero con el jefe de policía me dejaba algo más calmada. La música estaba aún más fuerte, y tanto Violeta como yo nos retiramos hacia nuestras parejas del baile. Le toqué el hombro a Castiel con una sonrisa.

-Apuesto 10 dólares a que tienes dos pies izquierdos, me pisas el vestido y termino haciendo un bochorno.-dije. Él se rió y pareció feliz que recién estuviera prestándole atención. De inmediato comenzó a moverse al ritmo de la música, se veía feliz, sonreía, estaba alegre y comenzaba a contagiarme esa felicidad. No obstante alguien nos interrumpió, era Farrés nuevamente con la caja.

-Buenas noches, ¿cuento con su voto para elegir al rey y la reina del baile?-dijo Farrés. Se veía muy alegre, era claro que había un ambiente enorme de buena vibra. Miré a Castiel alzando una ceja, ¿rey y reina del baile? El profesor se retiró y fue a buscar a otras personas con sus votos. Miramos la lista, estaban todas las parejas marcadas, teníamos que seleccionar a un chico y a una chica.

-¿Quién crees? ¿Lys y Violeta? Se ven muy enamorados.-dije. Castiel se rio y me guiñó un ojo.

-¿Qué tal nosotros? No pude decírtelo, pero mi voto no es lo único que tienes. Mis ojos no salen de ese vestido rojo, además, no sé que le hiciste a tu cabello pero me encanta. Al demonio la falsa modestia, tu mereces ser la reina del baile. No es mi estilo decirlo, pero ya lo eres niña. Y como yo soy tu pareja... ya sabes.-dijo. Hizo un tic en nuestros nombres, era raro leer "Alaska Blue y Castiel Jensen" en una misma oración. No obstante, también leí los nombres de Rosa y Alexy, mierda. Los busqué con la mirada y vi a Alexy riéndose a carcajadas con Nebraska en la puerta, ella no se reía con facilidad pero para Alex eso no era un problema. En la otra esquina estaba Kentin bailando distendidamente con Rosa, la cual se veía reluciente, vi como él la tomó de la mano y la hizo dar una vuelta. Todo había salido mucho mejor de lo esperado.

-¿Ya tienen sus votos? Descuiden, son anónimos. Van en esta caja y después de unos minutos los vamos a contar.-dijo Farrés. Miré a Castiel, al demonio, si podía pararme frente a un escenario y no tener vergüenza mientras cantaba y tocaba la guitarra, ¿qué podía pasar por ser la reina del baile? Voté por nosotros, el pelirrojo parecía querer ser el centro de atención. Le entregamos nuestros votos a Farrés con una sonrisa y proseguimos bailando. Había todo tipo de música, desde alegre hasta algunas más lentas, Devil tocaba muy bien. Iris se lucía muchísimo con una guitarra blanca, Chris se veía en su mundo mientras cantaba y tocaba con una impecable guitarra negra. Me alegré por la hermana de Castiel, merecía estar feliz haciendo lo que le gustaba, no obstante su momento de lucirse llegó unos instantes después. La directora subió al escenario, tomó un micrófono y habló con voz clara.

-Estamos llegando al final de la graduación, y con ello se viene el momento de coronar al rey y la reina del baile. Debemos admitir que esto fue casi unanimidad, nunca tuvimos un conteo de votos más fácil. Cuando nombremos a los reyes, por favor pasen, los coronaremos y deberán dar el baile inaugural.-dijo shermansky. Todos nos acercamos hacia la directora, expectantes de los nombres, no obstante una conversación me distrajo. Era Alexy hablando con Nebraska a lo lejos.

-Vamos, solo un baile. Evan dijo que te cubría, es el baile final, sé que eres un desastre bailando pero quiero divertirme contigo. Son solo 3 minutos, nada más.-dijo Alexy.

-No puedo, es mi trabajo cuidarlos a todos ustedes. ¿Y si el asesino ataca?-dijo Nebraska. Castiel y yo cruzamos una mirada pero él rápidamente desvió la vista, no parecía importarle nada de la vida de Nebraska.

-Vamos Nebrask, por favor. Evan y Sofía te cubren la espalda. Ven, eres una vieja aburrida.-dijo Alexy. La tomó de la mano y la asomó delicadamente por el gimnasio, quedándose en un rincón sin molestar a nadie esperando a los nombres de los reyes. La directora abrió un sobre con el logo del Sweet Amoris, tomó el micrófono y habló con una fuerte voz.

-Y el rey y reina del baile 2019 son ¡Castiel Jensen y Alaska Blue! Felicitaciones, vengan a tener su corona.-dijo la directora. Sentí mis mejillas ardiendo, ¿qué? ¿En verdad? Creí que seriamos los únicos lunáticos que votarían por nosotros. Vaya... apenas podía creerlo. Castiel me sonrió, y tras tomarme de la mano me llevó hacia el escenario donde Shermansky nos colocó una corona, felicitándonos. Era extraño ver a todos mis amigos aplaudiéndonos, sonriéndonos y felices. Iris le acarició el brazo a Castiel y Chris me soltó una sonrisa de orgullo.

-Ellos van a inaugurar el último baile, y con esto damos por concluida la graduación, muchas gracias a todos por venir, fue un año hermoso y fue un gran honor ser parte del último año liceal de su vida. Muchas gracias a Devil por tocar toda la noche, y sin más que agregar, ¡a bailar!-dijo shermansky. Castiel y yo bajamos del escenario mientras escuchábamos como Chris presentaba la última canción de la noche.

-Esta canción se llama Follow You, habla del amor y de lo que una persona es capaz de hacer por alguien cuando está enamorado. Todos tenemos o tuvimos una persona especial, y decidimos que esta era la mejor canción para terminar la noche. Piensen en esa persona que amen, y disfruten. Muchas gracias por dejarnos tocar en su graduación.-dijo Christen. (La canción que van a tocar a continuación es Follow You de Bring me The Horizon, nuevamente, por si les interesa meterse más en la historia.)

Nuestros compañeros nos hicieron un enorme circulo para que pudiéramos bailar tranquilamente, algunos estaban de la mano con sus parejas como era el caso de Nath y Kim, o Violeta y Lys, otros estaban completamente sonrojados, como fue el caso de Daiana observando a su novio. La pobre estaba engullendo comida distraída cuando Chris prácticamente le dedicó la canción, pude ver como le guiñó un ojo con simpatía y las mejillas de la chica se sonrojaron como nunca. Otros simplemente nos observaban con mucho cariño, como Kentin y Rosa; Alex y Nebrask estaban algo más celosos pero rápidamente se retiraron a bailar. No pude evitar esbozar una sonrisa, Nebraska con sus armas y bailando era algo que no se veía todos los días. Alexy se rió porque ella le pisó un par de veces los pies, pero no pareció molestarle, nada le molestaba a mi mejor amigo.

Pero deje de pensar en todo, solo me enfoqué en mirar a Castiel. Las luces se atenuaron y solo podía ver los pequeños reflejos de la bola de espejos girando, él se veía muy feliz de tenerme tan cerca. Colocó sus manos en mi cintura y yo lo rodeé por el cuello, acto que no podría hacer de no ser por mis tacones. Nos quedamos así simplemente moviéndonos al compás de la suave música. Chris cantaba exageradamente dulce, tenía momentos que podía suavizar la voz al punto que creía firmemente que yo cantaba más grave que él. Escuché la letra, tenía razón, hablaba de que una persona haría todo por la otra, solo por tomarla de las manos. Recosté mi cabeza en el pecho de Castiel y me acurruqué un poco más cerca de él, cerré los ojos y solo dejé que el momento me invadiera. Me sentía feliz, de verdad feliz. Tenía todo lo que quería, y muchísimo más. El pelirrojo se veía tan tranquilo y apacible junto a mí, no parecía molestarle nada. Olía muy bien, y su corazón en mi oído me tranquilizaba, nunca había sido una chiquilla indefensa pero debía reconocer que me sentía muy bien sentirme rodeada y cuidada. Al abrir los ojos vi como todos ya bailaban con sus respectivas parejas, cada cual con su propia personalidad, pero feliz.

-¿Castiel?-dije. Mi voz sonó como un murmuro, casi tan suave que fue apenas escuchable. Miré la hora, faltaba un minuto para la media noche, aún era su cumpleaños.

-¿Si?-dijo Castiel.

-Debo darte la sorpresa.-dije. Me despegué de él, y por un segundo me quedé mirándolo a los ojos.- ¿Recuerdas que cuando grabamos la canción me dijiste que tal vez un beso me ayudara a recordarte? Pues... Feliz cumpleaños.-dije.

Le coloqué una mano en su mejilla y tiernamente le dejé un suave beso en sus labios. Sentí de inmediato el calor de sus cachetes abrasándolo, su cabello me hacía cosquillas y una sonrisa se dibujó de inmediato en nuestros labios. Las manos de Castiel pasaron de solo estar en mis caderas a abrazarme por la cintura, como si realmente necesitara todo esto. Mi idea fue darle solo un beso, pero no pude moverme de allí, él me siguió cada uno de los besos haciéndome que casi me sonrojara. No pude evitar hacerle una caricia en el cabello y él parecía querer abrazarme más, como si ya no pudiera tenerme más cerca. Pero de pronto se detuvo, alejó su boca apenas unos centímetros de la mía y susurró esas tres palabras que me hicieron recordar todo.

-Te amo, Alaska.-dijo Castiel. Todo pasó en menos de un segundo, pero fue demasiado abrumador para mi, para todos lo fue. Los recuerdos comenzaron a invadir mi mente, como si fuera un pequeño fotograma de mi vida. Vi cada momento con él, cada risa, cada enojo, los besos, las confesiones, los secretos, las caminatas del trabajo a casa, todo. Todo volvió a mi mente, como había estado encerrada y él estaba cantando canciones de amor en pleno escenario, como me había besado en pleno granero, cuando tenía el labio lastimado y él me lo curó, ¡hasta mis celos hacia iris! Recordé como creía que mi propia ¿cuñada? Era a novia de Castiel. Todo vino a mi mente, pero antes que pudiera siquiera procesar todo esto, las luces se cortaron, quedando completamente a oscuras. La música se detuvo y lo único que se escuchó por unos segundos fue la voz de Chris cantando, pero rápidamente paró. Lo siguiente que escuchamos nos paralizó del miedo a todos: un grito femenino desgarrador, parecía que la estuvieran matando. Mierda, mierda. Escuché como Evan gritaba histéricamente el nombre de Nebraska y por un segundo temí que Evan fuera el asesino que mi amiga hablaba. ¿Y si era mi ex novia? ¡Demonios! ¡O peor aun! ¡¿Y si mi mejor amiga resultaba asesinada?! ¡¿O si era Rosa o Violeta?! Mierda, todo pasó tan rápido que ni siquiera tuve tiempo a procesar que había besado a Castiel y en ese instante seguramente alguien acababa de perder la vida.  

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