Capítulo 20: lemon yuri
Antes de comenzar el capítulo, quiero robarles un segundo de tiempo para avisarles que, como dice el título del episodio; contiene lemon yuri, entre chicas, lésbico, como prefieran decirle. Está de más decirlo, pero si contienen dosis de homofobia, les recomiendo que se salteen el capítulo hasta algún momento en el que vean que ya no hay más relaciones sexuales.
Si leyeron el lemon de la temporada pasada, seguramente sabrán que soy algo "fuerte" o explicito para estos temas, por lo que, les recomendaría que si tienen menos de 15/16 años no lo lean o lo omitan. No hay nada que seguramente no hayan oído o visto, pero queda la advertencia dicha. ♥Lean bajo su gusto♥
Nebraska me había contado todo, desde el principio hasta el final, no había omitido ningún tipo de detalle y asumí que lo haría precisamente para que pudiera comprender todo y no la odiara para siempre. Realmente no sabía que pensar de todo esto, es decir, todo era demasiado confuso para pensarlo en solo unos minutos. Viktor, Alexy y Nebraska me habían ocultado la verdad durante años, y más aun sabiendo que me moría de ganas por saber que había sucedido con ella. no sabía si perdonarlos a todos juntos o por separado, no obstante Alexy casi que estaba más que perdonado porque le había dicho miles de veces que no quería saber nada y aun así el insistió a su manera. Vik... No lo sabía, siempre había sido una dulzura conmigo, y era un excelente amigo. No obstante, la que más me preocupaba era Nebraska. Había estado muchos años sin saber nada de ella y ahora que la tenía no estaba del todo segura de cómo reaccionar. Es decir... ¡demonios!
-Alask, ¿te encuentras bien?-dijo Nebraska. Suspiré, repasé en mi mente todo lo que ella había pasado, confiaba en Nebraska y sabía que no me mentiría. Por un segundo pensé que era lo que yo hubiera hecho si me encontraba en su lugar. Sabía que lo más lógico era moldearse a lo que Megan le decía, pero tanto la pelirosa como yo compartíamos esa terquedad, ¡ni loca dejaba que eso sucediera! Ella hizo todo exactamente como yo habría hecho, es decir, me hubiera intentado fugar más de una vez, hubiera buscado aliados y al verme cansada tal vez si hubiera dejado que Megan ganara. Lo único que yo habría hecho distinto sería enviarme un mensaje cuando tuvo la oportunidad con Alexy. Le pediría a todos mis amigos que le avisaran como y donde me encontraba. Nebraska sabia de lo que era capaz, y me conocía, sabía que si hubiera sabido algo de ella, mínimo aunque fuera, habría acudido a ella de inmediato. Creo que era más que claro que la perdonaría. Ella se veía ¿asustada? Sabía que no era su estilo encontrarse mal o mostrar sus sentimientos pero honestamente, ambas habíamos cambiado mucho; todos lo habíamos hecho.
-Hiciste lo correcto, no fue tu culpa lo que Giles o Megan te hicieron, y sí, tal vez lo más fácil era que hicieras caso pero esa no es la Nebraska de la que tanto me encariñe. Tampoco sabias por todo lo que pasé, porque conociéndote eras capaz de tirar un muro con una bazuca. Alex, Vik y tu están más que perdonados, pero no vuelvas a ocultarme secretos.-dije. Ella de pronto abrió los ojos bastante sorprendida, no era muy común verla así, de hecho apenas parecía ser Nebraska Hudson.
-No me jodas, ¿es en serio?-dijo Nebraska. Le asentí con una sonrisa, odiaba la facilidad que tenía para hacerme sonreír, parecía que nunca pudiera enojarme con ella o mantenerme seria por más de unos míseros minutos. Ella sonrió y me abrazó, pero rápidamente me soltó, casi como sintiendo vergüenza que sus verdaderas emociones hubieran salido a la luz. Me dio un puñetazo suave en el brazo y ahora me sonrió con su mejor cara de "no los odio a todos."
-Sin embargo, te perdono a base de unas cuantas condiciones.-dije. Nebraska alzó una ceja, de pronto pareció molesta o intrigada. Se sentó junto a mí y esperó a que hablara.-Nunca, nunca más vuelvas a esconderme cosas. Hablo en serio Nebraska, te salvaste por los pelos de que te mandara a la mierda.
-Descuida, no más secretos.-dijo Nebraska. Asentí, no más secretos. Debía confiar en ella, sabía bien a los tipos de secretos que me refería. No quería que me contara todo, si tenía un caso clasificado era más que implícito que no debía decirme nada. Me refería a que si sabía algo así, que me afectara directamente que lo dijera.
-Bien, confío en ti. Lo segundo que te voy a pedir implica un mayor esfuerzo. Sé que Castiel no te simpatiza, pero de la misma forma que yo no insulto a Priya o a Evan, voy a pedir que solo toleres a Castiel y al resto de mis amigos. Rosa está como loca por Alexy y en el hospital le dijiste de todo.-dije. Ella soltó una risa molesta, se cruzó de brazos y me esperaba que gritara.
-No me molesta que le hables mal a Pri o Evie, él seguro se ría y Pri... soporta a su novia, creeme que tú le hables mal no es nada. Y sobre Rosalya, vamos, tú también la odiabas. ¿No lo recuerdas? Te encontrabas celosa de que Alexy le hablara siempre.-dijo Nebraska.
-No le voy a hablar mal a tus amigos, me caen bien. Y sobre Rosa, no la recuerdo pero seguro es una buena amiga, no me equivoco en mis amigos.-dije. Le guiñé un ojo y pude sacar una sonrisa de la comisura de sus labios.-Vamos Nebrask, solo te pido que la toleres. No tienes que sonreírle ni ser simpática, y si ella te dice algo o insulta, creeme, seré la primera en defenderte. Solo ignorala, pretende que nunca existe.-dije. Nebraska resopló y asintió.
-Bien, maldita sea.-dijo. Me reí ante su malhumor, me acerqué a ella un poco más, era extraño verla de cabello rosado, siempre creí que se teñiría de negro.
-Y lo último que quiero pedirte, ¿mañana puedes llevarme al colegio? No sé dónde queda y si bien me manejo bien con los ómnibus, me vendría bien una mano. No te pediré eso más, lo sabes ¿verdad? Oh y por cierto, deberás dormir conmigo. No tengo nada para que duermas y ni loca te dejo dormir en el suelo.-dije. Ella soltó una mirada picara y se acostó en mi sofá, el cual era mi cama, al menos por el momento.
-No te saldrá gratis el paseo hasta tu colegio.-dijo Nebraska. Una vez más, de las miles que me habían sucedido antes, no supe interpretar su mirada y le lancé un almohadón por la cabeza.
-¡Nebraska! eres una tacaña de mierda. Vamos, levantate que tengo que hacer la cama.-dije. Ella se incorporó y yo corrí levemente la cama para que el sofá-cama funcionara como algo para descansar. Se quedó de brazos cruzados mientras me miraba como ponía unas sábanas negras y buscaba algo para que ella se sintiera cómoda para descansar, algún pijama o algo. Le lancé un pijama azul y ella lo atrapó en el aire, observándolo detenidamente. Soltó una risa y me miró con intriga.
-¿Qué?-dije.
-¿En serio, Alask?-dijo Nebraska. Se estaba riendo de mi pijama y con mi mejor rostro de sarcasmo le mostré el dedo del medio mientras contenía una risa.-Si no te gusta puedes dormir en ropa interior, como antes.
-No se diga más. Y por "no te saldrá gratis el paseo hasta tu colegio", no me refería a que me lo pagaras con dinero.-dijo Nebraska. Se quitó la remera allí mismo se quedó con su sostén, y por sostén me refería a uno de encaje negro que apenas le contenía los senos. Mierda, ¡¿cómo hacía para que les siguieran creciendo?! Noté que tenía el ventanal abierto, ni siquiera se había molestado en cerrar las cortinas.
-¡Nebraska! ¿Qué demonios haces? Era broma, ya me conoces.-dije. Me guiñó un ojo y se acercó a mí.
-Y tú a mi.-dijo Nebraska. Colocó sus manos en mi cintura y bajando levemente su cabeza me besó. Mierda, amaba como era, no tenía problemas en ser directa cuando se lo proponía, ¿cómo tenía tanta confianza en ella misma? ¿Cómo hacia? Realmente la envidiaba mucho en ese aspecto, yo para decirle lo que sentía no fui igual; aunque si fui la que dio el primer paso. No, basta, deja de pensar en eso y disfruta el momento. Nebraska besaba fuerte, con intensidad y no tenía problemas en entrelazar su lengua con la mía pero me detuve, había algo allí extraño; como que no debía estar. Retrocedí unos centímetros y vi como Nebraska abría sus hermosos ojos azules para enterrármelos en los míos.
-¿Qué sucede? No empieces con tus tonterías.-dijo Nebraska.
-No, no es eso. ¿Tienes un piercing en la lengua? ¿Cuántos tienes en total? Veo 3 en una oreja, 2 en otra, uno en la nariz, otro en la lengua... Demonios Nebrask, no pierdes el tiempo.-dije. Ella se rió y me guiñó un ojo. Esta vez se abalanzó hacia mi cuello, al cual comenzó a besar con intensidad mientras sus manos ahora bajaban hasta mi falda.
-¿Por qué no me buscas los piercings? Tengo dos más, podemos divertirnos buscándolos.-dijo Nebraska. Sentía su voz grave y tranquila cerca de mi oído, podía su respiración y la mía comenzaban a agitarse pese a que la de ella estaba mucho más tranquila. Me reí mientras sentía como me mordía con intensidad y pasión el cuello. Sus manos ahora pasaron por debajo de mi falda y me acariciaron la cola. Pude sentir como sonrió, pareció orgullosa que mis glúteos hubieran comenzado a crecer. Esa no sería la única sorpresa que tendría si seguía así. Ahora pasó sus manos por mi espalda en búsqueda del cierre que me abría el vestido, pero esta vez la detuve.
-Espera, una cosa es un beso contigo, y otra muy destino es hacerlo. Te conozco, se tus intenciones, rulitos.-dije. Ella se rió con algo de sarcasmo.
-¿Cuál es el problema? ¿No me perdonaste? No veo el problema de un poco de sexo de reconciliación, además ya eres legal.-dijo Nebraska.
-No... No es eso. Sabes que no somos novias, y sabes que le dije a Castiel que intentaría hacer lo posible por recordarlo y dudo que esta sea la forma correcta de hacerlo. Él y yo no somos nada, por lo que en verdad no habría problemas de que lo hiciéramos. Pero... ya sabes.-dije. Nebraska ahora me soltó y puso su peor cara.
-No, no sé. ¿Qué pasa? ¿Te interesa?-dijo Nebraska.
-No, pero no me gusta decirle algo ya sea a él como a cualquier otra persona y no cumplirlo.-dije. Nebraska ahora me miraba realmente mal, se alejó y se quedó unos minutos simplemente mirándome.
-¿Qué sientes? Porque no podemos esperar por ti, al menos yo no. Es sexo, Alaska. No es la primera vez que lo haces y a juzgar por el tamaño de Castiel y el mío, dudo que hayas hecho algo nuevo. Debes aclararte, de una vez.-dijo Nebraska. Suspiré, tenía razón, pero no podía decidir, y menos teniéndola a ella con el torso semidesnudo y a Castiel lejos. Nebraska le tenía ventaja, y mucha, pero algo en mi me decía que era incorrecto. Le tomé la mano a Nebraska y le hablé lo más dulce que pude.
-Escucha, no sé lo que siento por él como no sé lo que siento por ti. A ti te adoro, con todo mi corazón aunque me hayas hecho mal. ¿Ya está saldado? Si, lo está. Pero si Castiel hace e hizo todo esto solo por mí es porque obvio que siente algo por mí, ¿cómo te sentirías si estuvieras en mi lugar?-dije. Nebraska no respondió, se limitó a mirarme con mala cara, le sonreí y le susurré intentando provocarla. Le coloqué el cabello detrás de la oreja y le postré una mano en la cintura.-No sé lo que pasará entre nosotras, no sé lo que pueda pasar entre Castiel y yo, pero en caso de que sucediera algo, ¿por qué no tener el mejor sexo del mundo como despedida?-dije.
Ella ahora sonrió mirando hacia otro lado, sabía que si me miraba iba a caer en la tentación, pero no tuvo otra opción. Me subí a la cama, quedando más alta que ella y tomándola de sus mejillas, la besé con muchísima pasión. Sentí como ella sonreía en pleno beso y sus manos volvieron a mi cintura. Yo tonteaba vanamente con el cierre y los botones de su short y ella ya se encontraba bajando la cremallera de mi vestido. Siempre me sorprendía su habilidad para desprenderme la ropa, en Oregon no tenía problema en quitármela inclusive con una mano, y yo apenas aprendía con Nebrask. Me reí mientras sentía sus manos acariciándome la espalda, buscando la forma que cooperara y accedí, me quité la ropa sin ningún problema. Se sentía bien, hacía mucho que no lo hacíamos, pero el sentimiento de comodidad con ella nunca había cambiado. Siempre me hizo sentir muy cómoda con mi cuerpo y me alegré que ella hubiera sido mi primera vez. No obstante no tuve tiempo de pensar en eso, porque Nebraska me tomó con fuerza, sosteniéndome del trasero y haciendo que pasara mis piernas por su cintura. Me colocó contra la pared para ayudarse a sostener mi poco peso y allí sentí como me dejaba unos chupetones que no eran ni normales. No tenía cosquillas pero comencé a reírme, no sabía si de nervios o porque de verdad me daba gracia, pero se sentía bien. Yo aproveché a acariciarle el cabello y con una mano intentar quitarle el corpiño, pero no podía. Nebraska se rió y por un instante detuvo todo, solo para mirarme.
-¿Cuándo vas a aprender a quitar sostenes? Te hace más falta de esto.-dijo Nebraska. Me guiñó un ojo y no pude evitar reírme, tenía razón, no recordaba la última vez que había tenido sexo, pero creía que yo no era la única que lo necesitaba.
-Pues dada tu insistencia, creo que a ambas nos vendría muy bien todo esto.-dije. Me reí en tono peleador, sabía que las bromas de ese estilo a Nebraska le encantaban, pero no estaba segura de lo que había causado porque ella alzó una ceja con curiosidad.
-¿Qué dices mocosa? Para tu información, dos días antes que te sucediera todo esto, lo hice con una chica. Y ahora no he hecho nada porque estaba preocupada por ti.-dijo Nebraska. Me reí, adoraba sus intentos de celarme, siempre fracasaban y ella terminaba enojándose de una forma muy tierna. Bueno, decir "tierno" para alguien como Nebraska era una hipérbole.
-Seguro, pero nadie mejor que yo.-dije. Obviamente era en broma, no sabía que tan buena era en esto, pero a juzgar por la emoción de ella, o era buena, o lo ansiaba o ambas cosas. Ella me sonrió pero tras ver que seguía luchando con su sostén me dejó con cuidado en la cama, se lo quitó y se trepó con cuidado encima de mí. Comenzó a besarme el cuello por donde fuera que no lo había hecho, y una vez más, bajó. Sentí sus besos en mis pechos, no hizo ningún comentario pero se vio satisfecha que ellos también hubieran creído. Me incorporé levemente para que ella pasara sus manos por mi espalda para quitarme el brasier, exponiendo mis senos. Ella se mordió el labio y me lanzó esa mirada, oh demonios, estaba jodida.
-Suave.-dije.
-Ni lo sueñes, ahora hay más que morder.-dijo Nebraska. Le solté una sonrisa cariñosa y la vi mordiendo suavemente mis senos, pude ver como empezaba a dejar marcas por ellos. Demonios, como extrañaba sentirla, me hacía tanto bien. Sus manos me acariciaban uno de mis pechos y con la otra mano comenzaba a bajar por mi estómago hacia mi entrepierna. Ésta se deslizó suavemente entre mi cadera y comenzó a retirar lentamente mi vestimenta, o lo que quedaba de ella. No obstante en un momento se incorporó, dejándome acostada preguntándome qué demonios hacía. La vi rebuscar entre su ropa y cuando vi lo que tenía en la mano no supe que pensar. Traía unas esposas y una cara de felicidad que la delataba por completo.
-Ventajas de ser policía. Voy a cerrar las cortinas, lo que te voy a hacer no lo vas a olvidar nunca, creeme.-dijo Nebraska. Me reí y le di mis manos, ella me esposó al sofá, no sabía cómo o de donde había encontrado un lugar solido pero sin duda tenia ambas manos atadas. Ella ahora prosiguió con mucha más comodidad. Se quedó a gachas en el suelo mientras me daba besos en las piernas, la conocía, estaba dándome ansias y como no podía mover las manos para llevarla que me besara entre medio de ellas... mierda. Era una hija de puta hasta en el sexo, y me encantaba que fuera así.
-¿Vas a seguir haciéndome esperar?-dije. Ella sonrió con picardía.
-Depende, ¿crees que si te beso en la vagina despiertes a tus vecinos? Recuerdo que eras muy ruidosa.-dijo Nebraska. No pude evitar reírme, sin duda lo era.
-Seguramente, por ende intenta ser tranquila. Soy nueva aquí y no me gustaría que Chris, su hermana y novia me odiaran por gemir fuerte. ¡Y Vik! ¡Esta Vik del otro lado!-dije.
-¡Alaska! No hables de Viktor en este momento.-dijo Nebraska. No pude evitar reírme, tenía razón, hablar de Viktor no causaba nada más que rechazo. No era un mal chico ni feo, pero en este momento mi motivación no era nadie que tuviera pene.
-Al menos así te motivo a que me beses, y por algo lo hacíamos cuando yo tenía la casa sola.-dije. Ella me mostró el dedo del medio y haciendo un camino invisible de besos desde mis piernas, se acercó a mi vagina y oh demonios, ¡sus besos! Pude sentir al comienzo que ella movía su lengua suave, solo para relajarme y realmente para no despertar a nadie. No obstante, a solo segundos que ella colocara sus labios en mis genitales comencé a hacer ruiditos. Moría de ganas de hacerle caricias en el pelo, pero no podía por encontrarme esposada. Maldita sea. De todas formas, ese era el menor de mis problemas. Nebraska ahora subió una mano en dirección a mis senos y pude sentir como me los acariciaba con cuidado. Sus labios y lengua se comenzaban a mover a un ritmo algo más agitado, más fuerte, más... ¿rítmico? No lo sabía, no estaba para pensar en adjetivos que describieran lo que sentía. Mis sonidos suaves comenzaron a tomar volumen, cada vez que Nebraska movía más fuerte su lengua mi boca soltaba un sonido más fuerte al punto de ser gemidos. Ella se veía feliz de hacerme chillar de esa forma, de hecho pude verla sonreír y mirarme. Desearía poder hacer lo mismo, se notaba tanto que tenía experiencia con otras chicas. Sentí mi respiración y corazón agitándose y no podía evitar tomar lo que fuera que tuviera cerca de mis manos, necesitaba presionar algo para intentar contener vanamente mis gemidos.
-Alaska, en serio callate, nos va a escuchar medio mundo.-dijo Nebraska. No le respondí, ¡¿cómo podía responderle si era ella la que me hacía esto!? Era como decirle a alguien que le hacían cosquillas que no se riera. ¿Y lo peor? Ella me hacía esto apropósito, sabía que le encantaba tener el poder y molestarme. Lo único que podía decir era entre gemidos su nombre, a lo que ella respondía con más besos. Pero esta vez respondió con algo más, insertó suavemente un dedo mientras lo movía al mismo ritmo que su lengua. Necesitaba mis manos para taparme la boca, así tal vez haría menos ruido, maldita sea, como había extrañado esto.
No sé cuánto tiempo se había quedado allí, pero unos golpes contra la pared nos llamaron la atención, y una voz masculina también.
-¡Dejen de chillar! ¡Parecen un par de gallinas cacareando!-dijo Viktor. Sentí mis mejillas sonrojándome de la vergüenza de que mi amigo me escuchara gemir, y por ende seguramente su novia, su cuñado y concuñada. Mierda. Fui a responderle pero la respuesta de Nebraska no solo me hizo callar los ruidos, sino que me soltó una carcajada enorme.
-¡Comer vaginas está bien! Deberías intentarlo con tu novio.-dijo Nebraska. No pude evitar reírme como una condenada, pero la respuesta de Viktor nos hizo reír a ambas.
-¡Dejen dormir al prójimo!-dijo Viktor.
-¡Calmate, Ned Flanders! Eres un viejo aburrido.-dijo Nebraska. Ella se incorporó haciendo el mismo recorrido que antes pero a la inversa, subió por mi estómago y senos hasta llegar a mis labios donde me besó. Me mordió el labio con intensidad y pude sentir como me miraba casi que con amor, nunca había escuchado un "te amo" de su parte, y seguramente nunca lo escucharía, pero estaba bien. Solo nos divertíamos, y honestamente si me dijera eso solo me confundiría más.
-Voy a quitarte las esposas, solo si consigues hacerme soltar un sonidito.-dijo Nebraska. De inmediato recurrí a su cuello, sabía que era su debilidad. Comencé a besarla, a morderle suavemente y a dejarle chupetones. Sentí como su piel se erizaba y su respiración también. Ella finalmente soltó un gemido casi inaudible, de no ser porque me encontraba junto a ella jamás lo habría percibido. Ella se mordió el labio y me miró con picardía, se incorporó y me liberó de las esposas.
-Te lo ganaste.-dijo Nebraska. Me reí y la besé con intensidad, rodeándole el cuello con mis brazos. Moría de ganas de hacerle lo mismo, pero ella se me adelantó. Nuevamente volvimos a besarme, pero esta vez yo dirigí mi mano hacia su ropa interior, y con rapidez se la quité. Quise acomodarme para poder besarla, pero ella rápidamente entrelazó sus piernas con las mías. Mierda no, si había despertado a Viktor con lo anterior, con esto despertaría hasta a la señora sorda del apartamento de arriba. Nebraska me miró con picardía y acercándose más a mí comenzó a besarme. No quería alejarme de ella nunca, solo quería quedarme aquí para siempre. No obstante no pude evitar reírme, mirando mis piernas entrelazadas me recordó a algo que me dio tanta gracia que tuve que dejar de besarla para reírme en paz.
-¡Parecemos un pretzel!-dije. Nebraska al comienzo permaneció seria pero soltó una carcajada que me recordó a cuando Alexy la hacía reír y ella no podía parar de llorar de risa. Consiguió calmar su risa y cuando lo hizo volví a interrumpirla.-Espera, ¿no tienes ninguna enfermedad de transmisión sexual?
-¡Claro que no! Alaska, por favor, me decepcionas mocosa.-dijo Nebraska.
-Mejor prevenir que curar.-dije. Ella me besó ignorando lo que había dicho y comenzó a frotar su vagina contra la mía, haciéndome soltar reales gemidos. Esta vez parecía que estuviera gritando su nombre, si es que no lo estaba haciendo. Recién cuando la tuve allí, pegada a mí y desnuda pude corroborar que los dos piercings que ella se había referido, los tenía en los pezones. Mierda, sí que le gustaba sufrir. No obstante, decidí acariciarle uno de sus pechos mientras la besaba, era la única forma de que ella tenía para callarme. Necesitaba desesperadamente volver a sentirla contra mi piel, escuchar su risa, sentir su corazón latiendo fuerte, sus besos apasionados. Extrañaba tener marcas de chupones por todo el cuerpo, necesitaba esto más que nadie. Sabía que ella podía parecer ruda pero teníamos un nivel de cariño en el cual ninguna de las dos se veía incomoda, de hecho hasta nos parecíamos en el nivel de picardía que manejábamos para el sexo. No obstante, ahora encontrándome entre gemidos, besos, caricias y mimos con Nebraska, me había dado cuenta que ella había utilizado el término "es solo sexo." No sabía si era eso, es decir, para mi tener sexo de la forma en la que ella lo dijo era equivalente a que tuviera relaciones sexuales con Evan. Era muy atractivo, tenía un cuerpo increíble pero no habían sentimientos. Nebraska lo hizo sonar de esa forma; pero tampoco creía que fuera hacer el amor. Mierda...
Un beso de Nebraska me distrajo, le sonreí y nos besamos mientras seguimos, hasta que nuevamente dos golpes contra la pared se escucharon.
-¡Nebraska! ¡La vas a romper! ¡Vayan a descansar! Son las tres y media de la mañana. Ella tiene un día largo. Ojala fuera Ned Flanders para lanzarles una biblia.-dijo Viktor.
-¿Y te haces llamar demonio por integrar Demons? ¡Puff!-dije. Nebraska se rió, pero esta vez decidimos detenernos poco a poco. Lentamente bajamos la intensidad y mis gemidos se redujeron a sonrisas por los besos. No sabía que iba a pasar entre ella y yo, o entre Castiel y yo, pero si no podía volver a besarla nunca más, esta había sido la mejor despedida de todas. Nunca habíamos tenido un "adiós" a dos años sin vernos, por lo que esto era el mejor suplente. Nebraska y yo nos habíamos puesto la ropa interior y nos quedamos acostadas, simplemente en silencio. Me acomodé encima de sus senos y sentí como me abrazó. Su respiración ahora estaba tranquila, se veía feliz, como si lo hubiera querido hacía mucho tiempo.
-¿Crees que pueda convencerte de volver?-dijo Nebraska.
-No vas por mal camino, rubia.-dije. Pese a que ya no era rubia, para mí siempre lo sería. Me sonrió y me dio un beso en la frente. Le sonreí, había querido esto por tantas noches, no solo tener relaciones, sino que acostarme con ella, abrazarla, sentirla.-¿Nebrask?
-¿Sí? ¿Qué sucede?-dijo Nebraska.
-Nunca más te vayas de mi vida, te perdí una vez, no quiero volver a perderte.-dije. La miré y vi como ella me sonrió muy dulcemente. Me dio un suave beso en los labios y me hizo mimos en los brazos.
-Amigas o novias, tendrás que soportar mi malhumor siempre. No pienso irme de tu vida, nena.-dijo Nebraska. Me guiñó un ojo y me sentí más tranquila de saber que la tendría siempre conmigo. Me acomodé en su pecho y cerré mis ojos. No obstante, no supe si se trató de un sueño o si de verdad Nebraska estaba diciéndomelo, pero su voz sonó como un susurro.
-¿Sabes? Cuando Giles me llevó de esa manera, nunca pude responderte al te amo que me dijiste. Y si bien no es mi estilo decir eso, pues si lo hago. Si te amaba y lo sigo haciendo, a mi manera.-dijo Nebraska.
Me desperté escuchando una alarma que claramente no era la de mi celular, abrí los ojos somnolienta y vi a Nebraska vistiéndose. Tenía ropa cómoda para correr en caso de que fuera necesario, sus armas en su cintura y un cuchillo en la pantorrilla. Aun no se había percatado que estaba despierta y ahora había vuelto a su característica cara de molestia, la cual era completamente habitual en ella. Vi cómo se iba al baño a ajustarse los lentes de contacto y al volver notó que la estaba observando con una sonrisa.
-Hey, mirate esas ojeras. Me parece que alguien no durmió anoche, tal vez una pelirosa la mantuvo despierta.-dijo Nebraska. Me reí y me rasqué los ojos con sueño.
-A mí se me hace que fue porque tuvimos un sexo increíble. ¿Qué hora es? ¿A qué hora te despiertas?-dije.
-Son las 6:30, me despierto a las 6. Es una costumbre que me agarré desde que estuve en la correccional. Desayuna algo, a las 7 nos vamos a tu colegio porque 7:30 necesito estar en la comisaría.-dijo Nebraska. Vi cómo me hizo un gesto para que me levantara y me dejó unos huevos revueltos con un sándwich. Se tomaba muy en serio lo de los desayunos y su "es la comida más importante del día." Nunca desayunaba porque sinceramente prefería ahorrarme 15 minutos más para dormir, pero no me iba a negar un desayuno con Nebraska. Le sonreí y vi como ella comía barritas energéticas y un licuado. Ella era mucho más saludable que yo y a juzgar por su cuerpo podía comprender que lo fuera. Anoche no había podido pararme dos segundos a pensar sobre ello, pero tenía un cuerpo increíble. Su trasero estaba muy formado y se encontraba muy tieso, se notaba que hacia sentadillas y seguramente hiciera un par de centenares diarios. Su abdomen también estaba tieso, no llegaba a tener abdominales realmente marcados pero comenzaban a notarse dos líneas a los laterales de su ombligo. Sus pechos eran grandes pero sinceramente, tampoco eran mucho más grandes que los míos.
-Si sigues mirándome así no me va a quedar otro remedio que faltar al trabajo e ir por una segunda o tercera ronda.-dijo Nebraska. Le sonreí y al hacerlo sin querer se me cayó un poco de bebida. Me hacía sentir igual de tonta que antes cuando estaba con ella, en el buen sentido. Vi cómo me sonrió suavemente y me ayudó a preparar todo. Tomé mi celular y vi que tenía varios mensajes, entre ellos uno de Rosa.
Rosa: Hola amiga, ¿cómo estás? Espero que mejor, ¿qué te parece si nos sentamos juntas? Apuesto a que una mañana juntas en las materias que tenemos en común y me recordarás. Oh y también recuerda sentarte con Violeta. Yo solo puedo decirte que no olvides de traer tus libros y cuadernolas de Literatura e inglés. Hoy tenemos eso, Violeta seguro puede ayudarte más porque tienes la mayoría de clases con ella.
Yo: ¡Hola Rosa! Por supuesto, muchas gracias, por todo. Y sin duda nos sentaremos juntas, ya tengo mucho que contarte y te recuerde o no, seguro volveremos a ser muy buenas amigas.
Miré a Nebraska, si sabía que tenía una amistad con Rosa seguramente se enojara, pero la rubia siempre sería mi mejor amiga, y eso no cambiaría ni hoy ni nunca, así que podía confiar tranquilamente en mí. Mire el resto de mis mensajes, no tenía mucho tiempo para revisarlos, especialmente porque sabía que si 7:00 en punto no estaba encima de la motocicleta de Nebraska, ella se iría sin mí. Violeta me había mandado un audio de voz, me lo acerqué al oído y lo escuché lo más bajo que pude.
Violeta: Buen día Alask, quería recordarte que tenemos Inglés, Literatura, Historia y Dibujo, en estas dos últimas, ¿puedes sentarte conmigo? En historia me vendría bien tu ayuda y en dibujo también.
Lysandro: ¿Qué dices? Dibujas increíble chiquitina.
Pude escuchar a Lysandro hablando a lo lejos y esa no fue la única voz que escuché, sino a la de Castiel a los gritos también y no pude evitar contener una risa. El audio duraba casi un minuto pero fue un minuto en el cual casi me muero de risa.
Castiel: ¡Lysandro! ¿Dónde mierda dejaste mis cosas? ¿Cuántas veces te dije que si no encuentras tu libreta no tomes mis partituras? ¡Son partituras! ¡No putas hojas para escribir poemas!
Lysandro: Lo siento, vi algo con renglones y asumí que se podía escribir en él. Lamentablemente no recuerdo donde te deje las partituras. Y cuida el lenguaje, esta Violetita.
Castiel: Si es amiga de Alaska no creo que lo que dije sea lo peor que escuchó.
Violeta: Es cierto, sugar. De hecho estoy hablando con ella, ¡oh no! Deje el dedo en el audio, ¿cómo cancel...?
El audio se cortó allí y sentí como me estaba ahogando por intentar contener la risa. Eran un trio de locos, pero los quería muchísimo. Sin embargo no tuve tiempo a mucho más nada porque Nebraska ya me estaba haciendo gestos de que me cambiara para irme al colegio. Fui a buscar algo de ropa, me dirigí al baño, me cepillé los dientes y apenas estuve lista me dirigí hacia la puerta donde ella me esperaba impacientemente. Tenía mi mochila en su hombro y un casco en una mano, cerré mi casa y me encaminé hacia ella. Guardé mi celular, me coloqué el casco y subí. Adoraba esto de Nebraska en el cual sin hablar podíamos comunicarnos. Ambas sabíamos que lo de anoche había quedado entre los muros de mi casa y bueno... la del vecino. Cuando volviera debía disculparme con ellos cuatro, el auto de Viktor ya no estaba, al menos con él era el que más debía disculparme. Nebraska se colocó el casco y esta vez anduvo a velocidades normales, ahora ya no podía enloquecer tanto con la velocidad porque podía suponerle una suspensión en su trabajo.
Le pasé mis manos por su cintura solo para sostenerme mejor y si bien ella no me dijo nada, no pareció cómoda. Si, oficialmente Nebraska era la mejor del mundo para tener sexo y que los sentimientos no se involucraran. Sabía que podía decirle a Castiel lo que pasó y joderme, pero sabía que no lo haría, confiaba en ella muchísimo. Suspiré y simplemente dejé que el cálido viento de la mañana me acariciara los brazos hasta llegar al colegio. Una vez que llegamos, vi como ya los más responsables estaban entrando 15 minutos antes que sonara el timbre, entre ellos vislumbré a Nathaniel y su hermana.
Nebraska detuvo rápidamente su moto y sosteniéndose con un pie, se bajó para que yo también pudiera hacerlo.
-Gracias por el aventón.-dije. Ella me sonrió pero parecía que se hubiera puesto la máscara de siempre, de esa chica ruda que era incapaz de demostrar un solo sentimiento.
-De nada nena, diviertete con tus amigos. Dejale saludos a Alexy de mi parte.-dijo Nebraska. Me saludó con la mano y se retiró. Me volteé y vi el colegio, pese a estar a nada de graduarnos para mí era un nuevo comienzo. No recordaba nada de esto, sin embargo hablar con desconocidos y/o hacer amigos no me suponía un problema. A los 14 tal vez sí, pero 4 años después era casi imposible hacerme dar timidez. Sentí como muchos me miraban mientras ingresaba por los pasillos en búsqueda de mis amigos. Sin embargo noté que estaban decorando todo para la graduación, comenzaba a haber decorado, letreros y las clases en las que los de la última generación solíamos ir estaban decoradas con serpentinas coloridas y habían globos por inflar. Sonreí, vaya, parecía el mejor colegio del universo. Fui a ingresar a un salón pero alguien me tocó del hombro, me volteé y vi a Rosalya con una sonrisa dulce.
-¡Hola! ¡Qué alegría volver a verte por estos pasillos! Estuvo todo muy silencioso sin ti, muy calmo. Necesitaba mi compañera en crimen. ¿Cómo te encuentras? ¿Dormiste bien? Tienes unas ojeras que no son ni normales.-dijo rosa. Le sonreí y la saludé, detrás de ella vi a Violeta llegando de la mano con Lysandro. Apenas nos vieron, nos sonrieron y se quedaron hablando con Rosa y conmigo en el pasillo.
-Buen día, Alask, perdón por lo que oíste en el audio de Violeta. Castiel normalmente no es así y...-dijo Lysandro. Me reí, parecía querer excusar a su amigo.
-Descuida, me sacó unas buenas carcajadas. Y creeme, los chicos buenos no son de mi estilo.-dije. Él se rió y pareció feliz de que me hubiera reído ante las tonterías que hacían. Me gustaba saber que ellos eran así, que se comportaban como un par de niñitos el uno con el otro.
-Si no les molesta, voy a hablar con Nathaniel sobre Demons, este fin de semana tenemos que ir a grabar el sencillo. ¿Vienes Alask? Tú y yo tenemos que ensayar mucho, entonar las voces y todo lo demás.-dijo Lysandro. Miré a mis amigas que estaban las dos conmigo.
-Prefiero esperar a que llegue Castiel, así al menos somos más y dices todo de una. Ve, luego te alcanzo.-dije. El asintió y se retiró soltándole la mano a su novia. Rosa nos miró a ambas y volvió a hacer referencia a nuestras ojeras mientras se encaminaba a nuestro salón.
-¿Y? ¡Cuenten todo!-dijo rosa.
-¿Qué cosa Rosita? ¿Sobre la prueba de dibujo? El cubismo se desarroll...-dijo violeta. Rápidamente Rosa la interrumpió riéndose y sentándose en la penúltima fila del salón. Me senté con ella mientras buscaba a Alexy con la mirada, pero no lo encontré.
-¡Todo! Alexy me contó que te quedaste anoche hablando con Nebraska y me interesa saber que sucedió. Y tu pequeña no te hagas la distraída que vi como Lys te mira, llegaron juntos. ¿Qué sucedió?-dijo rosa. Violeta y yo intercambiamos una mirada y nuevamente nos reímos.
-Lys y yo no hicimos nada, no es nuestro estilo y menos aún con Castiel en la casa. Además sinceramente me da mucho miedo, tiene un tajo horrible en el estómago, dijo que quería tatuarse algo para cubrir la marca. Va a terminar todo tatuado, entre el que tiene en la espalda con forma de alas de demonio y el del estómago... siempre creí que Castiel sería el tatuado.-dijo violeta. Rosa pareció desilusionada y pasó su mirada a la mía mientras veíamos a algunos alumnos llegar a la clase, Lysandro y Nathaniel entraron juntos, el rubio ahora me vio y tras saludarme se sentó delante de Lys, parecía que el peliblanco estaba esperando a Castiel para sentarse con él. Sin embargo un chillido de Rosa me distrajo, de hecho toda la clase de un segundo al otro la miró.
-¡Rosalya! ¿Qué demonios te sucede?-dije. Ella ahora habló más bajo y se detuvo mirando mi cuello, mierda los chupetones.
-¿Lo hiciste con Nebraska? Con Castiel sé que no fue porque estuvo toda la noche con nosotros... ¿O fue con Alex?-dijo violeta. Rosa de pronto pareció dolida, como si le molestara la simple idea absurda de que mi mejor amigo y yo lo hiciéramos. Busque con la mirada a mi ex novio y a Alex, y tras confirmar que ninguno estaba allí, les hablé lo más bajo que pude.
-¿Pueden guardar un secreto? De verdad no creo que sea redundante decírselo a Castiel.-dije. Ellas asintieron y entre susurros les conté todo lo que sucedió, muy a grandes rasgos. Dudaba que Nebraska le gustara saber que le cuente a Rosa lo que hicimos anoche. La peliblanca estaba absorta de la emoción y Violeta nos miraba algo impresionada, como si no pudiera creer que yo eventualmente me dejara esposar o que me gustara que me lo hicieran.
-Espera, y si no quieres que Castiel se entere, ¿cómo se te ocurre venir con esos chupetones al colegio? Alask... eres peor que Lysandro. Ven, vamos a maquillarte eso.-dijo rosa. Me tomó de la mano y llevando su bolso en la mano se encaminó hacia la puerta. Escuché como Violeta nos seguía de atrás, en el camino al baño saludé con la mano a Kim e Iris, las cuales venían llegando tarde. Sin embargo no tuve tiempo a mucho más nada porque Rosa me llevaba a rastras y no me daba tiempo a absolutamente nada. Violeta venia caminando muy lento detrás de nosotras al punto que por un instante la perdí de vista. La peliblanca me llevó al baño y comenzó a desarmar todo su maquillaje, en un minuto y con gran habilidad había conseguido taparme los chupones que Nebraska me había dejado, los cuales por cierto eran más marcas violetas que otra cosa.
-Gracias, te debo una.-dije. Me incorporé y pude verme en el espejo, me había dejado increíble. Ella sonrió con cariño y mientras nos encaminábamos hacia la salida del baño nos encontramos a Violeta que aun venia caminando con lentitud.
-Vaya, quedaste como nueva. Si algún día nos damos esa clase de mimos con Lys voy a pedirte que me ayudes, aunque no lo creo, no es mi estilo.-dijo violeta. Rosa sonrió orgullosa y tras escuchar el timbre que anunciaba el comienzo de clases, nos volvió a tomar de la mano, arrastrándonos rápidamente hacia clases. Sin embargo en el camino nos topamos con un pelirrojo enorme, de hecho escuchamos gritos de la directora con él por llegar tarde y aparentemente "llegar y eructar en una institución academia." No pude evitar reírme, noté que me escuchó soltar la carcajada y me sonrió con picardía.
-¡Alaska Blue! Ven, necesito hablar contigo y Castiel.-dijo la directora. Violeta y Rosa desaparecieron dentro de la clase, dejándome sola en el pasillo con el pelirrojo y la directora. Me encaminé con confianza hacia ella.
-Vaya, 5 minutos aquí y ya en problemas, esa es la niña que conozco.-dijo Castiel. Habló bajo para que solo lo escuchara a él, y tras soltarle una sonrisa miré a la directora.
-Quería preguntarte cómo te encuentras, con respecto a las clases y eso. ¿Tus amigos te han integrado? Nathaniel es el delegado, cualquier inconveniente puedes hablarle. O a Melody, no sé dónde se habrá metido. Seguramente se encuentre en clases, es una chica muy aplicada y responsable.-dijo shermansky. Castiel alzó una ceja con curiosidad ante mi respuesta.
-Sí, todo más que bien. Gracias. De hecho, tengo clases ahora y no me gustaría llegar tarde.-dije.
-Por supuesto, ve. Jensen, usted acompáñeme a la dirección, va a recibir su detención.-dijo la directora. ¿Castigo? ¿Por qué? ¿Por eructar? Que idiotez. Tomé del brazo a Castiel y hablé con voz muy clara.
-Oh esto, Castiel y yo tenemos que terminar un trabajo, y es en equipo. Me siento bien pero ya desde tan temprano haciendo cosas sola... tal vez me sienta algo abrumada. ¿Le importaría que él se quede conmigo? Me vendría bien. Además, por lo que sé él no tiene las mejores notas y literatura es una de mis materias favoritas; sin mencionar que me va bien. Seguro pueda ayudarlo.-dije. Castiel se mostró asombrado que le estuviera salvando el poco culo que tenía. La directora meditó unos segundos y tras un resoplo habló.
-Bien, pero que sea la última vez, Jensen. Y necesito hablar con Lysandro, Nathaniel, Castiel y contigo al final de clases, por favor vayan a verme a la dirección.-dijo shermansky. Se retiró con una sonrisa hacia donde había dicho, Castiel y yo nos quedamos solos.
-¿Qué fue eso? Te encuentras de muy buen humor, alguien parece haber dormido bien. Tal vez deba darte las buenas noches más seguido.-dijo Castiel. Le sonreí, si él supiera el verdadero motivo por el cual estaba de buen humor...
-No te creas que te salvaste de detención, aparentemente tenemos que ir a verla al final de clases.-dije. Él asintió.
-¿Recuerdas que hoy tienes trabajo? No sé si lo sabes pero trabajamos juntos, tú te encargas de cantar y yo toco la guitarra. Bueno, técnicamente no trabajamos juntos, solo en el mismo edificio. ¿Sabes cómo llegar?-dijo Castiel. Alcé una ceja sonriéndole.
-¿Acaso te estas proponiendo a acompañarme?-dije. Él me guiñó un ojo y con solo eso me indicó que era afirmativo lo que él decía.
-Si quieres, me vendría muy bien. Gracias.-dije. acordamos que él pasaría por mi casa a las 4:30 para encontrarnos a las 5:00 de la tarde en nuestro trabajo. Me sentí aliviada de que me acompañara porque realmente no tenía ni idea de donde quedaba o como llegar.
Ingresamos a la clase disculpándonos y separándonos de inmediato, él se sentó con Lysandro y pude escuchar cómo les contaba todo a sus amigos, lo que Shermansky nos había pedido al final de clases. Y así, clase tras clase, hora tras hora, recreo tras recreo, llegó el timbre anunciando la salida, al menos para nosotros. Tras algunos despedirse, nos encaminamos todos los integrantes de Demons hacia la dirección, Nath y Lys se veían nerviosos, mientras que Castiel y yo nos encontrábamos tranquilos. A fin de cuentas, era algo cotidiano para ambos terminar hablando con la directora, tarde o temprano. Nath tocó la puerta y tras escuchar un "adelante" ingresamos. Ella nos sonrió con calidez.
-¿Quería vernos?-dijo Nath.
-Sí, ¿tienen un minuto?-dijo la directora. Tras cruzar unas miradas, todos asentimos y nos quedamos expectantes a lo que ella diría.-Seguramente Nathaniel esté enterado, pero los fondos para su graduación no son muy altos. Sabemos que ustedes tienen miles de ocupaciones, todo el equipo de la dirección está enterado que tanto Jensen como Blue trabajan, pero nos gustaría pedirles un favor.
Miré a mis amigos, ¿qué se tramaba la señora? Como nadie habló, decidí hacerlo yo.
-Depende del favor, ¿qué sucede?-dije.
-Verán, como no tenemos mucho dinero, creemos que es mejor priorizarlo en otras cosas. Por ejemplo, en la decoración del salón. Y sabemos que la música para ustedes es muy importante, por lo que... ya que ustedes tienen una banda...-dijo la señora. Castiel soltó la carcajada y todos lo miramos.
-Tocamos rock, a menos que su decoración sea gótica, dudo que sea como lo imaginas. –dijo Castiel.
-Podemos intentar tocar algo suave, con guitarras acústicas. De todas formas, falta Viktor. Él es nuestro baterista y parte muy importante del equipo. Trabaja muchísimo, no sé si se sentirá cómodo.-dijo Lys. La directora parecía desilusionada, yo honestamente no sabía que sentir. Es decir, se supone que era mi graduación y yo debería estar con mis amigos, no tocando. Pero honestamente eso me entusiasmaba muchísimo más que tener la típica graduación aburrida. Lys y Castiel no parecían demasiado entusiasmados por la idea, Nath estaba pensándolo todo seguramente.
-¿Y Devil? Tocan rock pero son una banda mucho más tranquila que nosotros. A veces, nuestros temas llegan a ser heavy metal, el género que ellos manejan suele ser entre rock soft y rock alternativo. Pese a que su nombre significa Diablo en ingles... suelen ser muy tranquilos. Tienen muy pocos temas realmente agresivos y por lo que sé, al menos su guitarrista suele tocar canciones más suaves. De todas formas, a mí no me supone una molestia aprenderme canciones y tocarlas con la guitarra acústica.-dije. Hablé mirando a los integrantes de la banda y a la directora, la cual no parecía entender de qué mierda le estaba hablando con los géneros de rock.
-Podría ser...-dijo Nath.
-No creo que la decisión la debamos tomar sin Viktor.-insistió Lys.
-Yo creo que Devil es una buena idea, van a tener público, son nuestros amigos y mi hermana se está intentando meter en su banda mediante audiciones. Si Iris consigue entrar, tendremos ya 2 miembros a nuestro favor, nuestro amigo Chris y mi hermana.-dijo Castiel. ¡Sí! Ellos eran la clave, seguro aceptarían, eran una banda increíble. Miramos a Lys, no se veía conforme con esta idea.
-No lo sé, creo que no deberíamos emocionarnos. Tal vez ellos no puedan, no quieran o no lo sé. Vamos a hablarlo, ya sea con Devil como con Demons.-dijo Lys. La directora pareció agradecida y nos dejó irnos con la condición que la tuviéramos al tanto de lo que hiciéramos. Castiel miraba a Lysandro casi rogándole que accediera.
-Tengo una idea, ¿Por qué no vienen a casa? Podríamos ensayar, almorzar juntos, Castiel tiene guitarras por todos lados, podrían usarlas para practicar y mientras vemos qué hacemos con todo esto. Y después ustedes dos se van al trabajo desde casa. Además así Alaska sabe cómo llegar a nuestro hogar, en caso de que quiera hacer alguna visita.-dijo Lys. Sin ser demasiado disimulado, vi cómo le guiñó un ojo a Castiel y su amigo le daba un empujón suave riéndose. De inmediato nos pareció una increíble idea así que pasamos por un supermercado, compramos algo y nos encaminamos rápidamente a la casa de Castiel y Lysandro. Cuando llegamos al edificio me vino una especie de deja vú, era como si recordara pero a la vez no, como si el recuerdo hubiera sido borrado de mi mente. Me quedé unos segundos mirando los apartamentos, el balcón, todo...
-¿Viven en el segundo piso?-pregunté. Los tres chicos me miraron, algo asombrados.
-Sí, ¿lo recuerdas?-dijo Castiel. Señalé al balcón que me sonaba muy familiar y asentí.
-Sí, pero muy borroso. Solo recuerdo el lugar, no lo que sucedió allí.-dije. Lysandro y Castiel intercambiaron una mirada demasiado cómplice como para saber qué demonios se trataba. Nathaniel subió las escaleras con total confianza, lo seguí de inmediato preguntándome si se encontraría mi hermano en la casa de su madre pero al no escuchar ningún ruido asumí que no. No tenía nada contra Carmen, la madre de Kentin, pero en este momento no tenía ganas de charlas. Lysandro nos abrió y de inmediato saltó un enorme perro hacia Castiel, moviéndole la cola y lamiéndole la cara con euforia. Lo recordaba, era Demonio, el hermoso cachorro de Castiel. Al verme también me hizo festejo y lo acaricie de inmediato.
-Hola Dem, te extrañé cachorrito hermoso.-dije. Noté que a Castiel no le gustó demasiado que le hablara como a un bebé, o tal vez le molestaba que recordara a su perro y a él no. Me reí, si Nebraska estuviera aquí seguro hubiera dicho algo como "y sí, hasta el perro vale más que él." No pude evitar reírme solo de pensarlo. Sin embargo, vi como Lysandro y Nathaniel se dirigían a la cocina para preparar algo de comer, mientras que yo seguía jugando con el can. Castiel marcó algo en su celular y nos dijo que hiciéramos silencio, estaba llamando a Viktor. Nos respondió de inmediato y pudimos comprobar que estaba almorzando.
Viktor: Hola, ¿qué pasó? Estoy almorzando.
Castiel: Escucha, seré breve porque sé que no tienes mucho tiempo. La directora de nuestro colegio nos dijo si podíamos tocar en nuestra graduación, es en dos sábados a las 9:30 de la noche. ¿Te interesa? Tu decisión es clave, nosotros no haremos nada sin ti. Además no podemos, una canción sin batería es un asco.
Viktor hizo una pausa, parecía querer procesar toda la información, escuchamos toda la conversación mientras me dirigí a ayudar a los chicos a servir la mesa.
Viktor: No sé si pueda... Iba a salir con Laeti pero puedo decirle que lo siento y que no puedo. Igualmente, sinceramente no tengo muchas ganas. Estoy saturado de trabajo, me despierto a las 6 am, llego a mi casa a las 8 pm, me baño, como algo, hablo 5 minutos con Laeti, Nebrask y Alask y me duermo. Estoy agotado y los sábados y domingos son días en los que puedo descansar. Pero por ustedes lo hago.
Castiel: No, no. Descuida. Tenemos un as en la manga.
Le mostré el dedo del medio de la mano a Castiel, había sido mi idea, de todas formas lo hice en broma. Obviamente no me enojaría por una tontería así. No obstante, luego de saludarnos y despedirnos, el pelirrojo marcó el número de Chris, uno de los integrantes de Devil. Nos atendió algo dormido.
Chris: ¿Hola? ¿Qué haces llamándome a esta hora?
Castiel: ¿Qué esperabas? Es la una de la tarde, ¿qué haces tú despertándote a esta hora?
Chris: ¿Ya? Mierda, tenía un ensayo a las 12 con la banda.
Castiel: Sí, sobre eso...
Él le explicó un poco todo el procedimiento, lo que había sucedido y lo que podría pasar. Le dijo que si Devil aceptaba, tenía que tener en cuenta que no le podríamos pagar, que sería solo voluntario. Y que seguramente tuviera que quedarse hasta la medianoche cuando anunciaran la tontería del rey y reina del baile.
Chris: Este fin de semana no, ¿el siguiente? Iba a salir con mi novia a que conociera a mi madre, pero seguro se odien. Así que tal vez es mejor que vaya, ¿pueden ir nuestras parejas? Oh, Iris tendría que tocar, ¿no le molesta? No sé si te avise, vino ayer a un ensayo y quedamos enamorados por como toca. Con razón es tu hermana.
Castiel: ¿Quién crees que le enseñó? Bien, ¿entonces? ¿Es un sí o un no? Y si, asumo que puedes traer a tu novia, creo que hay entrada pero no es muy costosa. Eres la persona más gobernada por ella que existe.
Chris: Mira quien habla, cuando te invitaba a salir me decías que no podías porque tenías que estar con Alaska. Esto... yo voy a hablar ahora con la banda y te diré. Asumo que Iris va a querer, por mí no hay problema siempre y cuando pueda comer algo de lo que ofrezcan. Y las otras chicas son muy divertidas, seguro acceden.
Nos miramos entre todos, ¡sí! ¡Era un muy probable sí! Estábamos salvados, podríamos bailar tranquilamente y disfrutar sin preocuparnos de que la música la tuviéramos que poner nosotros. Sin embargo noté que Castiel se había sonrojado cuando Chris mencionó que se dejaba gobernar por mí. Honestamente no me sorprendía, yo no era temperamental en las relaciones, pero si me enojaba sabía que podía llegar a serlo.
Ese día nos pasamos ensayando y hablando de todo, simplemente riéndonos como un grupo de amigos normales. Cuando vimos que se hizo la hora de irnos, Castiel y yo nos encaminamos hacia donde él me dijo que era su trabajo. Llevaba su guitarra con orgullo e iba caminando considerablemente contento de que estuviera conmigo. No hubieron charlas extra comunes. En mi trabajo todos me recibieron muy bien y de inmediato entendí que era básicamente la profe de canto de un montón de niños. En los recreos me pasaba hablando con Castiel, sin nada particularmente extraordinario.
La noche llegó rápido y antes que quisiera darme cuenta, Castiel me estaba acompañando a mi casa. Normalmente me hubiera vuelto sola, pero no estaba del todo segura de cómo llegar. Afortunadamente no era demasiado difícil el recorrido, y día tras día, llegó el sábado; día que teníamos que filmar el sencillo. Lo que me asombró de esa semana es que no había visto a Alexy ni una sola vez. Le pregunté a Nebraska que le sucedía a Alex y solamente me dijo que estaba bien, pero que no tenía ganas de hablar con nadie. No me había respondido mis mensajes, y si el domingo por la tarde no tenía una respuesta de él, iría a su casa a ver qué le sucedía. Una cosa era darle espacio y otra muy distinta era ignorarlo por completo. Me necesitaba, e iba a tener todo el apoyo que quisiera.
El sábado acordamos juntarnos todos temprano en la casa de Lys y Castiel, debíamos viajar unas cuantas horas hasta llegar a la discográfica, por lo que cuanto antes estuviéramos allí, mejor. Seguro tuviéramos que pasar la noche en algún hotel. Era gracioso ver como Nebraska estaba completamente paranoica de que pasara con Castiel, pero tenía a Vik y confiaba en él para serme de guardaespaldas; el cual no lo necesitaba. Vi llegar a Nath a lo lejos y escuché como Lysandro bajaba.
-Castiel ya viene, está indicándole a Iris que hacer con Demonio. ¿Y Vik?-dijo Lysandro.
-Ya debería estar por llegar.-dijo Nath. Una bocina nos distrajo, era Viktor que estaba deteniéndose justo frente a nosotros con una sonrisa. Se bajó del auto y nos saludó a todos, incluyendo a Castiel que salía detrás de nosotros.
-Perdón la demora, ¿todos listos?-dijo Viktor.
-Listos.-dijo Nath. Le dimos nuestros bolsos, era solo algo pequeño. Yo solo llevaba una mochila con dos mudas de ropa, productos de higiene y cargadores. Viktor colocó nuestros bolsos en el maletero y nos hizo una seña para que ingresáramos, él iría manejando unas horas, Lys se sentó en el asiento del acompañante porque era realmente grande para ir atrás. Castiel, Nath y yo iríamos atrás con nuestras respectivas guitarras. Sin embargo vi a Castiel y Vik afuera hablando.
-¿Entran?-dije.
-En un segundo.-dijo Vik. Vi como Castiel subí a su casa y bajaba con una manta negra, lo miré extrañada. ¿Una manta? Hacia relativo calor donde íbamos. Lo miré intrigada y él pareció orgulloso que le hubiera prestado atención a ello.
-¿Qué? ¿Quieres saber para qué es esto?-dijo Castiel. Asentí con curiosidad.-Es para una sorpresa que te tengo planeada, niña.
¿En serio? ¿Una sorpresa? No se veía como el típico chico que hacia sorpresas. Me reí intrigada por lo que él decía.
-¿Puedo saber de qué se trata esa sorpresa?-dije. Él se acercó a mí, solo un poco más, y con un susurro apenas audible habló sumamente bajo.
-Creeme, ya verás de que se trata.-dijo Castiel.
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