Capítulo 16: Pasado (parte 9)/ Adiós Viktor

¿Cómo? ¿Qué acababa de decir? ¿Él también se iría? Viktor acababa de decirnos a Nebraska y a mí que él se mudaría y no sabía si largarme a llorar, si reír creyendo que fuera un chiste o si permanecer incrédula y en silencio. ¿En serio? Esto no podía estarme pasando, no a mí. Todo pareció volver a mi mente, todo comenzaba a normalizarse y de pronto, ¡bam! Viktor nos salía con esto en la mitad de la nada. No sabía cómo sentirme, debía ser una broma, no podía ser tan cruel de decirlo cuando sabía que yo comenzaba a sentirme normal con respecto a lo de Alexy. Es decir, no me sentía mal, pero tampoco me encontraba "feliz" por todo lo que había pasado. Sin embargo, no era ninguna broma, lo soltó de una, sin preguntar, sin nada.

-Si me dices en este momento que no se trata de una puta broma prometo no golpearte tan fuerte, Viktor.-dijo Nebraska. Él se rió incomodo, se lo veía muy perturbado, como si tuviera miedo de hacernos mal o que Nebraska se la fuera a agarrar con él con su característica violencia. O tal vez parecía como si quisiera evitar herirnos y diciéndolo de esta forma no nos lo tomaríamos tan mal. ¿Cómo se supone que deberíamos tomárnoslo? ¿Qué demonios esperaba? ¿Qué saltáramos de alegría? No, obviamente nos pondríamos horrible, ya de por si el grupo estaba muy dividido, Nebrask y Vik con la universidad, Alexy en la otra punta del país y yo sola, acompañada ocasionalmente por mi novia. No obstante, yo no sabía que pensar, como tratármelo, que decir o que cara poner, por lo que me limite a quedar en completo silencio.

-No es una broma, en unos días me iré, y les juro que me siento mal porque quiero ir y a la vez no quiero irme. Es decir, cuando les explique el motivo por el cual me voy, espero que se alegren mucho por mi.-Dijo Viktor. Solté un suspiro hastiada, era todo igual a cuando Alexy se fue, se supone que debía "alegrarme" por él y su padre. Y era cierto, estaba contenta de que el pudiera vivir la vida que merece lejos de aquí y toda esta mierda, con amigos alegres y divertidos; pero tampoco sabía si podía decir que estaba feliz por él. como todo, tenía sus cosas buenas y malas, pero no podía sentirme bien al saber que mi mejor amigo se había olvidado de mí que tenía una nueva mejor amiga y quie Viktor seguiría sus pasos. Nebraska había logrado contenerme un poco con respecto a mis celos y ya prácticamente no tenía pero saber que el amigo que nos quedaba haría lo mismo, no hizo más que retomar mis miedos. Cruce una mirada con ella y pareció empezar a comprenderme mejor, estaba pensando lo mismo que yo seguramente.

-Bien, cuenta.-dijo Nebraska. Viktor tomó aire, parecía tener miedo de hacer esto, como si nos temiera o a nuestra reacción.

-No se enojen, ni conmigo ni con Alexy, ¿bien? Resulta que Alex me contó que cerca de su actual casa y colegio se encontraba una facultad especializada en fisioterapia y muchas otras disciplinas acorde a lo que quiero hacer en un futuro. Dijo Viktor.

-Sí, recuerdo que algo nos comentó al respecto.-dije.

-Me alegro que lo recuerden, porque eso es clave. Le dije que en la universidad de aquí me estaba yendo como la mierda, me molestaban, era una farsa tanto los profesores como la carrera. Yo estoy estudiando mucho por mi cuenta y las cosas que dan en la facultad no son ni la mitad de las que estudio solo. Le dije en tono de broma que me hiciera espacio en su casa porque me iría a probar suerte en la institución cerca de su hogar y sin decirme nada, al otro día apareció con folletos.-dijo Viktor. Nebraska y yo cruzamos una mirada de incertidumbre, no nos estaba gustando mucho el camino que estaba yendo esta conversación.

-Resulta que había ido a la universidad después del colegio con unas amigas de él a averiguar todo para mí, había traído folletos, información, había sacado apuntes de la conversación que tuvo con el administrativo de allí y empezó a mandarme todo. Aún tengo las fotos en nuestra conversación por si les interesa ver a donde iré. El administrativo le dijo que pese a que el curso estaba ya avanzado en unos meses, si conseguía pasar una prueba podía entrar a la facultad.-dijo Viktor.

-¿Y la pasaste?-dije.

-¡Sí! No saben lo difícil que fue eso, tuve que estudiar todos los temas que ya habían dado por mi cuenta. La pasé con categoría A, Nebrask va a la facultad y puede decirte lo difícil, casi imposible, que es sacarse esa nota. Así que como me fue tan bien, podré ir a la universidad becado. Podré vivir en el campus de ahí, solo tendré que trabajar 20 horas por semana y listo, podré pagarme mi comida, el resto me lo da la beca. Hospedaje, electricidad, acceso a la biblioteca, wifi, agua, todo. Lo tiene todo esa universidad, podré dormir allí con un compañero de piso, bañarme en nuestra ducha individual por habitación, puedo comer en el comedor o en mi habitación mientras estudio, todo. Va a ser mi hogar en los próximos 4 años y dicen que si sigo sacándome esas notas tal vez hasta me adelanten de semestre. Y no saben la alegría que tengo de saber eso.-dijo Vik.

-Me alegro por ti, ¿pero no hay forma que puedas estudiar eso desde aquí? ¿Por internet? Asumo que la prueba la hiciste por allí, Nebrask ha tenido algunos parciales por internet...-dije. Vik suspiró triste.

-No, Alask. Y por más que quisiera hacerlo es una meta mía personal poder irme de aquí y ser feliz o intentar hacerlo. Es un nuevo comienzo, quiero eso más que nada en el mundo. Tú nos dijiste que querías irte y nadie te lo prohibirá, es lo mismo conmigo. Quiero alejarme pero a la vez no. Tengo a mi madre y padrastro que ya casi es padre, las tengo a ustedes y no voy a dejarlos. Saben, los vuelos son bastantes económicos y viendo los horarios de mis clases tal vez pueda venir todos los fines de semana a verlas tanto a ustedes como a mi familia.-dijo Viktor. Por un segundo detuve todos mis pensamientos, mi malhumor y mi tristeza, lo miré en silencio. ¿En serio nos quería a ese punto? Es decir, no solo era el dinero que tiraría en viajar, sino viajar tanto y todas las semanas. Nunca había viajado en avión, pero sabía lo que era, horas de espera, vuelos atrasados, pasaje, valija, a veces suspenso por tormentas especialmente aquí con las tormentas de nieve, además seguramente fueran unas 3 o 4 horas viajar de un sitio a otro. Son horas que perdería, podría descansar, ya estudiar era difícil no quería ni imaginar lo que sería estudiar, trabajar y viajar de una punta al país a otra solo para vernos. No me di cuenta de lo egoísta que estaba siendo hasta ahora, es decir, existía la tecnología, los celulares y las videollamadas nos mantenían unidos a las personas que amábamos pese a la distancia, yo no quería hacerle esto a Viktor. Si quería venir, que lo hiciera por su familia y obviamente allí aprovecharía a verlo aunque fuera una hora. Tras pensarlo unos instantes, todo mi enojo se esfumó de un segundo a otro, se notaba que nos adoraba, no había necesidad de que lo poco que ganaría en el campus lo desperdiciaría en nosotras; al menos no en mí. Además, si quería dejarse medio sueldo en vernos, seguro no nos olvidaría como Alexy estaba empezando a hacer con nosotras.

-Vik, por mí no es necesario. No me malinterpretes, estoy triste y enojada porque te vayas pero tampoco quiero que te gastes tu sueldo en ir y venir, además del desgasto físico que implica.-dije.

-Ustedes y mi familia lo valen-dijo Viktor.

-Oh vamos, sé honesto. En un mes te habrás olvidado de nosotras, dices que vienes por nosotras para que no nos sintamos mal o reemplazadas, que es lo que estás haciendo. Pero la verdad es que solo vienes por tu madre, recuerdalo, en menos de un mes no sabrás quienes éramos.-dijo Nebraska. La miré, le puse una mano en el hombro buscando que se calmara pero ella me lo sacó de inmediato, demonios, ¿así me veía cuando me sentía mal por Alexy?

-Nebrask, calmate. Tiene una oportunidad única, además piensa que va a poder ver a Alexy, tal vez pueda llevarle algo para que vea que aquí aun lo queremos.-dije.

-Sí, puedo llevarle lo que quieran mientras no sea muy pesado. Vamos Nebrask, es un sueño hecho realidad lo que me está pasando.-dijo Viktor. Nebraska se quedó en completo silencio.

-Vamos, dejen de decir idioteces los dos. Alaska debes admitir que Viktor te importa muchísimo menos que Alexy, de otra forma estarías llorando abrazada a él como hiciste con Alex. Viktor... A no todos los problemas le puedes huir, si alguien te molesta en la universidad de aquí, te le paras de frente y le dices que deje de hacerlo. Porque no huyes de la facultad, huyes de 3 imbéciles que te molestan. Madura de una vez.-dijo Nebraska. Se incorporó y se dirigió hacia la saluda, Viktor completamente afligido salió detrás de ella, pero la rubia y yo hablamos al mismo tiempo.

-Dejame sola.-dijo Nebraska.

-Dejala sola, necesita su tiempo.-dije. Ella se fue dando un portazo y Viktor se quedó en un incómodo silencio.-Ya se le va a pasar, yo la voy a calmar. Lo que dijo Nebrask no es cierto, quiero a Alexy de una forma especial de la misma forma que te quiero a ti.

-Descuida, lo entiendo. Sinceramente creí que tú te pondrías peor que Nebraska, ella parece manejar muy bien sus emociones.-dijo Viktor. Le sonreí, pero aun no sabía cómo sentirme al respecto de todo.

-¿Puedo serte honesta?-dije. Viktor asintió algo preocupado.-No me sorprende que la gente se vaya de mi vida, cuando Nebrask estaba mal porque Alexy se iría me dijo que ella era una persona pasajera en la vida de muchos y comienzo a creer que tiene razón pero aplicada a mí. Además, no es lo mismo. Si cumples tu palabra podremos seguirnos pudiendo vernos, en cambio con Alexy sé que hasta mis 18 no podremos vernos. Pero bueno, tampoco quiero pensar en eso, ya bastante mal estuve con ese tema. Y sí, me siento mal que el grupo se termine por dividir, pero ¿qué más da? Yo... lo siento. No quiero ser negativa, lo que te paso es algo realmente bueno y me alegro por ti, sinceramente.-dije. Dejé de hablar porque note que Viktor comenzaba a sentirse mal. Le coloqué una mano en el hombro y le sonreí con tristeza.-Lo siento.

-No, yo lo siento. Siempre hago lo que puedo pero nunca podré ser suficiente. Espero que allí con Alexy me ayude a sentirme mejor, este lugar me hace sentir mal, Nebrask y tu su mi mejor distracción de todo. Y ella tiene razón, tengo que hacerle frente a mis problemas, ignorarlos solo lo hará peor. –dijo Viktor. Lo noté sonrojado, aun no sabía bien por qué, pero me reí con ternura y lo abracé.

-No sabes cómo te voy a extrañar, y pensar que antes no me caías bien porque creí que me dibujabas en plan acosador, ¿lo recuerdas?-dije. No pude evitar reírme junto a Viktor, era un solcito, no podía creer que Nebrask se hubiera enojado de esa forma solo con él. Sabía que su temperamento era complicado, pero no creí que de esa manera.

-Sabes, extrañare mucho nuestros intentos de tocar en una banda, tus dibujos, tus chistes, estoy muy orgullosa que hayas podido cambiar tanto y tan positivamente.-dije. Él volvió a abrazarme y me sonrió.

-Voy a extrañarte mucho más, pero descuida, seguiremos en contacto y seguramente pueda traerte cositas de Alexy y mías, de recuerdo así nos tienes presente siempre. Será solo un "hasta pronto físico" porque por internet seguro estaremos comunicados. Aunque debo admitir que tampoco nos veíamos muy seguido...-dijo Viktor.

-Sí, lo sé. Lo siento mucho.-dije. El resto de la tarde la pasamos juntos hablando de la vida, de lo que sucedería en el futuro, el campus, lo que estudiaría y mil temas más. En mi cabeza volvió esa pregunta, ¿nos reemplazaría? ¿Nos recordaría? A fin de cuentas, yo solo era una niña y seguramente alguien de 18 años seria mucho ma interesante que una de 15, de hecho, Vik casi cumpliría 19.

-¿Alask? ¿Crees que Nebrask se enojará para siempre conmigo? Es bastante rencorosa, pero es una buena amiga y no me gustaría perderla.

-Descuida, yo puedo ir a hablarle ahora mismo si queres.-dije.

-No, no. Ni hablar, una nena en la calle sola a las 11 de la noche no. Mañana o cuando puedas, solo espero que pueda volver a ser la de siempre antes de que me vaya.-dijo Viktor. De pronto abrí los ojos como platos, ¡eran las 11 de la noche! Maldita sea, debía irme, se supone que no debía salir de mi habitación porque estaba castigada.

-Lo siento Vik, debo irme ahora mismo. Mañana le hablo, ¿bien? También te hablare a ti.-dije. Lo saludé y Salí lo más rápido que pude a mi casa. Lamentablemente para mi estaban Felipe y Lucy en la puerta de brazos cruzados, mierda.

-Miren quien llegó, ¡la prostituta!-dijo Felipe.

-¿Se puede saber qué demonios hacías tan tarde? En la calle y sola, para variar. ¡Estabas castigada Alaska!-dijo Lucy. Solté un suspiro, se me venía una gorda.

-Estaba despidiéndome de Viktor, se va a ir a Florida a una universidad cerca de la casa de Alexy. No soy ninguna prostituta por estar en la casa de un amigo con una amiga, ¿sabes? ¿En qué puto siglo vives?-dije. Me intenté hacer paso entre ellos para meterme en mi casa pero Felipe me tomó de la muñeca lastimándome levemente, solo me presionaba pero ejercía tanta fuerza que claramente me dolía, intenté zafarme pero él no me soltó.

-¿A dónde vas?-dijo Felipe.

-A mi habitación, ¿A dónde mierda crees que iría?-dije. Felipe me miró con muy mala cara, Lucy se veía bastante nerviosa y de un segundo al otro, la violencia se desató.

-¡Tu no vas a ningún lugar hasta recibir tu castigo! Mocosa de mierda, debí haberte abortado cuando tuve la oportunidad. Voy a llenar tu habitación a rejas, no vas a hacer nada sin que yo me entere.-dijo Felipe. Me intenté zafar nuevamente de su mano pero solo me estaba lastimando mucho más.

-¡Dejame en paz! ¿Qué más te da? ¡Haz tu puta vida como quieras! Dejanos a nosotras dos tranquilas. ¿Qué más quieres quitarme? Ya perdí a mi mejor amigo, voy a perder a otro amigo, la libertad es lo único que me queda.-dije. Sentí mis ojos humedecerse simplemente de la impotencia.

-Oh no, mocosa. A ti tu madre te tuvo que haber criado de la forma correcta, a golpes.-dijo Felipe. De pronto, todo lo que sucedió allí fue tan rápido que mi mente apenas tuvo tiempo para procesar todo. Vi como su mano parecía querer golpearme, la estaba elevando por encima de su cabeza listo para hacerme mierda cuando una mano lo tomó fuertemente a centésimas de segundos de que se estampara contra mi rostro. Miré la persona que me había ayudado a salir de esa, supuse que sería mi madre pero ella nunca interfirió de esa manera y seguramente nunca lo haría. No, era Nebraska. ¡¿Nebraska?! ¡¿Qué mierda estaba haciendo?! Creí que se había ido hace horas, además, ¡Felipe no debía saber que tenía una amiga porque seguramente todo sería mil veces peor!

-Vuelves a tocarle un solo pelo a Alaska y juro que lo lamentaras.-dijo Nebraska. De pronto el frio no fue lo que heló el ambiente, sino su voz y la autoridad que de un segundo emanó. Su voz se tornó mucho más autoritaria y realmente daba miedo. Felipe me miró preguntándose qué demonios acaba de pasar.

-¿Necesitas una guardaespaldas?-dijo Felipe.

-Ella no necesita nada, lo que tal vez necesitas tu es un correctivo. ¿No te enseñaron que a las mujeres no se les golpea? ¿No te enseñaron a meterte con alguien de tu propio tamaño? ¿No te enseñaron que las mujeres nos valemos por nosotras mismas? Parece que no lo sabes, así que yo te daré la lección.-dijo Nebraska. Felipe comenzó a hacer fuerza para soltarse de su agarre pero Nebrask lejos de soltarlo, comenzó a avanzar hacia él, empujándolo y arrinconándolo contra la pared. Ella parecía fuera de sí y realmente me estaba dando un miedo enorme. Normalmente la hubiera detenido pero ella tenía el coraje, la fuerza y la autoridad para hacer lo que yo más quería y no me animaba.

-Alaska, detenla.-dijo Lucy.

-¿Por qué? Se lo merece, no puedes dejar que te trate así, no puedes dejar que nos trate así. Tú no eres su sirvienta, ni yo lo soy, ni lo voy a ser. Yo no soy prostituta por tener amigos chicos, solo soy una adolescente normal que pasa bien con sus amigos.-dije.

-¿La escuchaste? ¿O debo repetírtelo?-dijo Nebraska.

-Me las vas a pagar, mocosa.-dijo Felipe. Le dio un golpe con la rodilla en el estómago a Nebraska, haciendo que ella lo soltara y llevara ambas manos a su panza, pero como si fuera un jodido robot, contuvo el aire y salió detrás de él caminando con paso firme.

-Alaska, tu amiga está loca, detenla.-dijo Lucy.

-Nebrask, haz lo que consideres necesario. Te voy a apoyar en todas.-dije. A mi novia no le importó lo que opinara, tomó a Felipe del brazo y se lo dobló.

-Vamos a poner unas reglas nuevas. Tú no vas a tocar nunca más a una mujer, especialmente a Alaska y... no recuerdo tu nombre, tampoco me importa. No vas a tocar ni a mi amiga ni a su madre, de lo contrario te las verás conmigo. Sabes, no sé lo que es tener testículos pero si sigues así tú tampoco sabrás lo que es tenerlos. Nena, subete a mi moto. Tú no duermes en esta casa.-dijo Nebraska. La miré sorprendida, no podía creer lo que estaba haciendo. Tenía a Felipe tomadolo del brazo en una posición completamente antinatural. Cada vez que quería enfatizar algo, le amenazaba con doblarle un dedo y ¿lo peor? Conocía a Nebraska y sabía que lo haría si tenía la oportunidad. Lucy me miró completamente alterada de que mi amiga fuera así de violenta pero en verdad yo sabía que era una dulzura.

*Vuelta al presente*

-Si me meto en la policía ¿tú serás la que me entrene?-dijo Kentin. Todos miramos a mi hermano, había interrumpido una vez más la historia para decir algo poco pertinente.

-Sí, normalmente los entrena otra persona porque yo estoy asignada a los casos más importantes de la ciudad junto a Evie, pero esa persona es muy incompetente. Alaska la vio un par de veces, creo y tu también. Es la novia de Priya. Pero si, seguramente te entrene yo, junto a Kim y algunas veces le doy una ayudita a Pri.-dijo Nebraska.

-¿Evie?-dijo Alexy.

-Evan, lo siento. Es un apodo que tengo para él.-dijo Nebraska. Alexy la miró confundido, pareció ¿celoso? No, no creo que Alex estuviera celoso de mi mejor amiga, además Nebrask tenía apodos tiernos para Priya, para Evan y para mí, ¿por qué alterarse solo con el único chico que había mencionado?

-¡Vaya! No puedo creer que me vayas a entrenar, no tengas miedo en hacerme lo más rudo posible, aguanto muy bien. Felipe me tenía bastante entrenado y sus métodos no eran precisamente los mejores. ¡No puedo creer que hayas salido con una chica como ella!-dijo Kentin. Se veía orgulloso de que Nebrask hubiera sido mi ex novia, no pude evitar sonrojarme y mirarla.

-Yo tampoco puedo creer la chica con la que salí.-dije.

-Descuida, una vez que entrenes conmigo vas a quedar hecho todo un soldadito, ex cuñado.-dijo Nebraska. Le guiñó un ojo y con total confianza le dio un puñetazo suave en el hombro. Kentin y Nebraska se rieron, Alexy pareció confundido y tanto Viktor como Castiel parecían querer huir de allí.

-¡Kentin! Maldita sea.-dijo Castiel. Todos nos sorprendimos un poco por su repentino ataque de locura, sin embargo él pareció calmarse y tras cruzar una mirada conmigo bajó un poco la guardia con Nebraska.-Gracias.

-¿Gracias? ¿Por?-dijo Nebraska. Suspiré, Nebrask, por favor solo intenta ser un poco dulce con él.

-Por cuidar a la chica de mis sueños.-dijo Castiel. Mis mejillas se enrojecieron, no pude controlarlo y tampoco pude explicarlo. Tomé un color tan intenso que parecía el cabello de Castiel, demonios no ahora, no frente a mi mejor amiga, mucho menos frente al pelirrojo. Miré al suelo pero no pude hacer mucho más porque Viktor y Alexy comenzaron a molestarme.

-Aww mirate, pareces un tomate.-dijo Viktor.

-¡Que tiernos!-dijo Alexy. Me tomó de los cachetes con amor y me peleó jugando, a lo que le respondí empujándolo suavemente

-¡Alex!-dije. Él se rió pero solo puse mi atención en Nebraska, había quedado pensando qué responderle a Castiel, tenía miedo que soltara alguna de sus respuestas malhumoradas, pero lo que hizo me sorprendió, a todos lo hizo.

-No es problema alguno.-dijo Nebraska. Ninguno de los dos sonrió o intercambio miradas, pero eso pareció lo más parecido a un buen trato que había visto entre ellos y seguramente que fuera a ver. Les sonreí a ambos, orgullosa de que hubieran bajado la guardia.

-Bueno, continua Alask, este silencio incomodo es horrible.-dijo Viktor.

*Vuelta al pasado*

Nebraska soltó a Felipe con fuerza pero sin llegar a lastimarlo, solo para dejar en claro una vez más que si me tocaba la iba a pasar mal. Me agarró del brazo suavemente y me llevó hasta su motocicleta. Yo obedecí, no quería quedarme esa noche en la casa de Lucy y Felipe, solo quería quedarme con Nebraska y fingir que nada de esto había pasado. De todas formas le debía una enorme. Me subí a su vehículo y ella tras subirse, encendió la motocicleta rápidamente, arrancando a gran velocidad. Mi casa se quedó detrás en cuestión de segundos y pude ver a la persona que se supone que era mi padre hirviendo de furia y Lucy sin creer lo que estaba pasando. No quería mirarlos más, solo me aferré a mi novia y rodeándola de la cintura, dejé de pensar en todo. Tenía miles de sentimientos abrumándome en este momento, la partida de Viktor, el enojo de la rubia, Felipe por primera vez contenido, Lucy defendiéndolo. Demonios, solo quería largarme a llorar. Me pregunté que pasaría si Nebraska me veía llorar, ¿diría algo? ¿Me apoyaría? No importaba, solo quería llegar a donde fuera que ella quisiera llevarme. Cerré los ojos y dejé que el viento me congelara aún más el cuerpo, al menos me servía para dejar de pensar.

No supe cuánto tiempo pasó, solo sé que una voz suave me despertó, por un segundo desconocí quien me hablaba, hasta que abrí los ojos y vi donde me encontraba, estaba en el orfanato de Nebraska y ella me estaba mirando lo más dulce que podía.

-Nena, vamos despierta. Demonios, debes tener hasta hipotermia. Ven.-dijo Nebraska. Me extendió la mano y se la tomé, me bajé lentamente de la motocicleta y la acompañé a que la estacionara. Ella me indicó que no hiciera ruido, obedecí mientras me ayudaba a colarnos por el balcón y a su vez escalando todo de la mejor manera que podía. En unos minutos estuvimos en su habitación, completamente a oscuras me senté en su cama y simplemente me quedé allí en silencio.

-¿Te encuentras bien? Diría que lamento si fui ruda con tu padre pero realmente no lo lamento, se lo merece.-dijo Nebraska. Esbocé una suave sonrisa, no tenía muchas ganas de hablar.

-¿Puedo solamente dormir?-dije. Ella asintió, me lanzó un pijama y mientras yo me lo colocaba ella también hacia lo mismo, sacándose los lentes y dejándolos donde podía. Me acosté y le di la espalda, los sentimientos me abrumaban.

-¿Quieres hablar sobre Viktor? Sé que me comporté como una imbécil pero realmente me duele que él también se vaya. Seguramente me termine disculpando con él como pasó con Alexy pero por ahora solo quiero estar con mi nena.-dijo Nebraska. Me acarició el cabello pero no le respondí, sabía que tenía que calmarla pero ella sola se había calmado con respecto a Viktor. Sentí como ella me tocaba la frente pese a tenerla a mis espaldas.

-Si... Deberías pedirle perdón. De todas formas lo veremos seguido, no como a Alexy. Hey, gracias por lo que hiciste con Felipe, pero... no tengo muchas ganas de hablar.-dije.

-Alask, tienes una hipotermia increíble, tal vez por eso estás extraña. Sabes, no quiero que Vik se vaya pero lo único bueno de que lo haga es que tengo más tiempo para estar a solas con mi nenita.-dijo Nebraska. Me besó y con cuidado logró tomarme y apretarme junto a ella. Me había subido encima de ella y me miraba con esos ojazos azules que me volvían loca. Sin darme tiempo a más nada, solo me comenzó a llenar a besos toda la cara, los labios, los cachetes, la frente, no le importaba. Afortunadamente consiguió hacerme reír.

-¡Nebrask! Para, me da cosquillas.-dije. Ella me sonrió pero no le importó lo que le dije, siguió dándome besos hasta que contraataque de la misma forma.

-Esa es la nena que me gusta. Vamos, ¿qué te pasó? ¿Tienes frio? Tengo una idea.-dijo. Me tapó entre las sabanas y me abrazó dulcemente, dejando sus senos como almohada. Me reí nerviosa, nunca había estado tan cerca de ellos, pero no me molestaban, de hecho eran muy cómodos.

-Gracias, eres la mejor. Me parece dulce este lado tierno tuyo, pero descuida, tu secreto está a salvo conmigo. Sabes, no sé qué me pasa pero cuando estoy contigo todo es mejor.-dije. Nebraska se rió y comenzó a bromar.

-Oh vamos Alask, eso es demasiado dulce hasta para ti. Al menos en Halloween cuando salgan a pedir dulces puedo usar de excusa que eres mi dulce para comerte.-dijo Nebraska. ¿Acaso estaba insinuando sexo? No era su estilo, de hecho ella se controlaba mucho con ese tema por sus motivos. Si no me sintiera tan decaída, hubiera accedido a probar nuestra primera vez, pero... preferí que fuera en otro momento.

-No necesitas que se a Halloween para comerme, rulitos.-dije. Ella se rió, prosiguió tonteando unos minutos más hasta que sentí como mis parpados se me cerraban, y me quedé dormida entre sus brazos.

El tiempo de allí en adelante se pasó increíblemente rápido, Viktor se había ido y había tenido una despedida en un pub junto a Nebrask y a mí, éramos solo los tres pero esa noche la pasamos increíble, conseguimos que Viktor bailara, se divirtiera y hasta besara a una chica en el baile. Nebrask y yo hicimos lo nuestro mientras 'le estaba ocupado, bailar, divertirnos, besarnos y ella celarme compulsivamente.

En el aeropuerto me sentí mal porque recordé todo lo de Alexy, pero Vik supo mantener la palabra, cada unos 2 o 3 fines de semana aparecían a visitarnos. Nos había contado de todo por grupos de appwhats, el campus en el que vivía era hermoso, y si bien estaba constantemente cansado, disfrutaba como nunca estar estudiando lo que más le apasionaba. Sin embargo nos había dicho que no había tenido demasiado tiempo en hablar con Alexy, él estaba igual que siempre solo que con 16 años ya se había teñido de azul su cabello y era casi irreconocible. Conmigo hablaba poco y cada vez era menos frecuente que habláramos en el grupo todos juntos. Yo había controlado mis celos y de hecho ya no sentía nada, solo lo extrañaba, pero pude entender que él era feliz de esa forma, teniendo nueva gente en su vida. Viktor había hecho muchos amigos, estaba entrenando y aparentemente se iba a sacar los lentes por unos de contacto; quería teñirse el pelo de negro y cambiar mucho su apariencia para un nuevo comienzo. Y me alegraba que hubiera hecho esos cambios en su vida, pero estaba comenzando a seguir los pasos de Alexy. Cada vez lo veíamos menos, cada vez se enfocaba más a pasar con su familia y a veces hasta sentía que molestaba mucho a Viktor hablándole por mensaje.

Nebrask hablaba un poco más con él, por el tema de la universidad y que conseguían entenderse por materias en común que todos los universitarios entendían. Ella me contaba cosas que Viktor a mí no, y debía admitir que en otro momento me hubiera sentido mal, ahora solo decidí dejarlo estar. No quería sentirme peor de lo que ya lo hacía.

Mi casa era una locura desde que pasó lo de Nebraska, Felipe cada vez se ponía mas demente pero nunca más al menos a mí me había intentado hacer nada, a mi madre si cada tanto le gritaba pero al verme parecía controlarse. De hecho algunas veces había llegado a pensar que tenía miedo de Nebrask, por lo que le pedí a mi novia que me ayudar a defenderme, por lo que cuando ella tenía tardes libres me enseñaba todo lo que sabía y poco a poco estaba aprendiendo a defenderme. Nebrask había aprendido todo eso a las malas: metiéndose en problemas y defendiendo a su difunto hermano. Ella no tenía idea de lo bien que me sabia saber defenderme, me sentía más segura y cómoda inclusive frente a Felipe. Pero obviamente toda felicidad duraba poco, especialmente en mi vida.

La bocina de la motocicleta de mi novia me alertó, saqué mi cabeza por el balcón y pude verla con su radiante sonrisa sacándose el casco, por algún motivo extraño mi madre esta noche no estaría y Felipe trabajaría hasta tarde, seguramente sería alguna excusa idiota para quedarse lejos de la casa; mejor. Por lo que esa noche me quedaría sola, normalmente le hubiera dicho a Alexy que se quedara, pero él no estaba, Viktor estaba en la otra punta del país y Nebrask era la única persona que quería ver esa noche. Noté que traía una mochila, normalmente solo venía con lo esencial. Corrí rápidamente a abrirle la puerta, me saludó con un beso y se dirigió a la cocina directo a ayudarme a preparar algo para cenar.

-¿Te percataste qué día es hoy?-dijo Nebraska. La observé dudando, era un día como cualquier otro, me pregunté si yo tendría al día siguiente algún examen o algo pero que recordara no. Por lo que negué con la cabeza, ella se rió y comenzó a hervir agua.-Me lo esperaba, habíamos quedado en eso. Hoy hace un año que estamos en algo, sé que nunca dijimos de estar en un noviazgo o algo similar y sigo pensando lo mismo porque hasta entonces hemos durado muy bien y mucho, por lo que... eso. Hace un año que me besaste por primera vez.

Me sonrojé como nunca, sentí mis mejillas ardiendo, ¿Nebraska en serio me quería tanto como para recordar eso? como habíamos acordado de nada de sentimientos de ese estilo, nada de feliz cumple mes o feliz aniversario... asumí que podía olvidar por completo la fecha en que nos besamos que nunca pasaría nada. No pude evitar correr a besarla lo más dulce que pude, por el impulso la coloqué contra la mesada más fuerte de lo que me hubiera gustado, pero no pareció importarle. De hecho se rió y sentí como me mordía el labio, de hecho sentí sus manos bajando hasta mis glúteos y con fuerza me subió encima de ella, a su vez dejándome encima de la mesada.

-Así estarás a una altura normal, pequitas.-dijo Nebraska. Se rió y prosiguió besándome.

-Oh muy chistosa, ¿sabes? Nunca te he hecho los típicos chistes de "¿cómo está el tiempo allí arriba?"-dije. Nebraska sonrió.

-Alexy los hacía. Descuida, puedes hacerlo, creo que después de un año juntas ya tenemos esa confianza. Escucha, esto no es de mi estilo, pero te traje algo. No esperes la gran cosa pero...-dijo Nebraska. Sacó de su mochila un pequeño frasco con ¿salsa? No pude evitar reírme, ¿en serio había traído salsa? Pude ver que era salsa cuatro quesos, la miré confundida. ¿Qué se supone que debía hacer con eso?

-Ayer por la noche me tocó cocinar en el orfanato y decidí hacerte una de tus comidas favoritas, pasta con salsa cuatro quesos. Sé que te da curiosidad estos aspectos míos que pocos pueden ver, en el sentido que seguramente nunca te me imaginarias cocinando. Pues... espero que te guste, nena. No es por presumir, pero mi cocina es bastante buena para haber aprendido sola.-dijo Nebraska. Se rió y me entregó eso. Sé que era una completa tontería, pero era mucho más dulce que si me hubiera comprado algo, lo había hecho ella y para alguien como mi novia suponía una enorme muestra de amor pese a que nunca nos habíamos dicho "te amo." La abracé y la comencé a llenar a besos, no podía adorarla más de lo que hacía. Sentí como ella se rió.

-Yo no tengo algo para ti, pero puedo improvisar algo que creo que esperas hace tiempo, pero después de la cena. O depende, ¿qué tanta hambre tienes? Tal vez puedo darte eso y luego comemos.-dije. Nebraska levantó una ceja y eso me bastó para saber que estaba completamente intrigada.

-Creo que puedo esperar, además ya te di unos cuantos bocados.-dijo Nebraska. Me reí, me bajé de la mesada, apagué la cocina y la tomé de la mano. Ella me siguió hasta mi habitación, adoraba sentir esta confianza con ella al punto de que no parecía importarle sentirse en otra casa, esto era casi como su hogar, de hecho era la primera vez que se sentía como un "hogar"

La rubia se sentó en mi cama, cómoda, yo aproveché y me senté en sus piernas a besarle el cuello. Ella sonrió y me acarició el trasero con cariño. Yo pasé su mano por entre su ropa, busqué la forma de desabrochar su sostén por debajo de su blusa, pero ella me detuvo.

-¿Segura? No sería mi primera vez, por lo que sería una experiencia nueva únicamente para ti. Aunque nunca te quité el ojo de encima.-dijo Nebraska. Me sonrojé levemente pero estaba segura de lo que quería hacer.

-Lo sé, pero tu llevas más de un año sin hacerlo, tienes edad en la que se supone que es algo que se hace con frecuencia, además me siento cómoda contigo. ¿Recuerdas cuando te cambiaste y no podía ni mirarte? Ahora tengo media mano aun en tu sostén, ¿qué crees que te dice eso? y... Quiero que seas mi primera vez.-dije. Nebraska sonrió y sin más vacilación se abalanzó hacia mi cuello, directo a besarme. Sentí como ahora ella pasaba sus manos por dentro de mi ropa, en búsqueda de mi sostén. Se notaba que ella lo había hecho más de una vez, porque en cuestión de segundos consiguió soltarmel...

*vuelta al presente*

-¡Alaska!-chilló Castiel.

-Azul... Eso es íntimo.-dijo Alexy.

-¡Alaska! Soy tu hermano, no debería estar escuchando esto.-dijo Kentin.

Castiel, Alexy y Kentin se mostraron inmediatamente alterados de que les estuviera contando mi primera vez, ¿qué tenía de malo? Era con la persona que más quería, sin contar a Alexy. Viktor estaba aguantándose la risa y Nebraska estaba impasible, como si todo lo que estuviera contando no le afectara en lo absoluto.

-Demonios son un montón de vírgenes. Dejen que hable, si quieren escuchar su pasado, y por ende el mío, también tienen que escuchar eso.-dijo Nebraska. Crucé una mirada con Nebraska, me sonrojé ligeramente, pero tenía razón, era parte de mi pasado.

-Para tu información, "rubia", yo perdí mi virginidad a los 18 años. Y con Alaska.-dijo Castiel.

-¿Eso debería hacerte menos virgen? Sigues siéndolo de aquí.-dijo Nebraska. Le tocó dos veces la frente, como si quisiera comprobar que estaba hueco. Viktor se estaba aguantando la risa como podía, Alexy parecía incomodo de que su mejor amiga lo hubiera hecho y Kentin parecía ¿celoso? ¿Sobreprotector? No lo sabía, pero dudaba que quisiera escuchar como su hermana había tenido relaciones sexuales. Miré a Castiel, le había corrido la mano a Nebraska de un suave manotazo y yo no pude evitar reírme.

-Si lo hice contigo, tal vez hablar precisamente de sexo me ayude a recordarte.-dije. Le guiñé un ojo a Castiel y tanto él como Nebraska se sonrojaron.

-¿Comparas nuestro sexo con él? Oh, eso es bajo Alaska. Inclusive para ti, pequeña bajita.-dijo Nebraska. Solté una carcajada enorme y ahora Viktor no soportó más y también se rió. Había estado intentando aguantarse supuse que para seguir siendo una parte neutral del grupo.

-¿Podemos omitir esa parte de la historia? Ustedes siempre podrán recordarlo, pero realmente no es redundante.-dijo Alexy.

-Somos todos adultos, no veo por qué no hablar del tema. Pero es cierto que tal vez no es lo más importante en este momento.-dijo Viktor.

-Bien, bien, hablo de otra cosa.-dije.

-Gracias, Azul.-dijo Alexy.

-¿Por? ¿Sigues siendo...?-dijo Nebraska. Alexy no respondió, solo miró hacia otro lado y se quedó sonrojado, Nebraska se rió y le apretó una mejilla.-Si sigues virgen para los 19 años, yo te consigo una novia. Solo para aclarar, a excepción de Alex, ¿todos lo hemos hecho? tal vez para que Alask omita ciertos temas en la conversación.-dijo Nebraska.

-Yo lo hice con Debrah, así que sí.-dijo Kentin.

-Yo con la niña, así que también.-dijo Castiel.

-Yo con Nebrask y Castiel aparentemente, así que me sumo al equipo de mi hermano.-dije.

-Sí, con una chica de la universidad y estoy realmente cerca de hacerlo con Laeti, pero con su hermano siempre sobreprotegiéndola, me es difícil. Creo que ella es virgen por lo que...-dijo Viktor.

-¿En serio? ¿Cuándo pasó eso de la chica de la universidad? Nunca nos hablaste de ella. Y sobre Laeti, Castiel es amigo de Chris, tal vez deberías salir con él un día para darle privacidad a Vik.-dije. Le sonreí al pelirrojo el cual se alzó de hombros, como accediendo a que pasara.

-Oh... Fue en la época que estaba cambiando. Me metí con un amigo a una fiesta en una sororidad, estaba muy borracho, intenté hacerme el chico original y decir que era baterista. Ella me dijo que tocaba la guitarra y realmente lo siguiente que me acuerdo fue que estábamos entre las sabanas.-dijo Viktor. Todos soltamos una carcajada a excepción de Alexy que estaba muerto de vergüenza. Era extraño ver a mi mejor amigo tan serio y conocer ese lado de Viktor en el cual era extrovertido y ligón, siempre pensé que era un chico serio y dulce. Sin embargo no podía ver a mi amigo así, por lo que proseguí contando todo.

*vuelta al pasado*

Esa noche había sido inolvidable, y fue el comienzo de muchas noches inolvidables en mi vida, ya sea para bien o para mal. Afortunadamente mi primera vez con Nebraska había sido increíble en el buen sentido, tanto que me había convencido que tal vez yo tenía que dar el primer paso. Habían pasado meses de que lo habíamos hecho, y pese a que todo seguía igual de mierda, Nebraska me sacaba de esos momentos así. Ella me había dicho que no quería involucrar sentimientos porque sabía que siempre terminaba mal, pero ya había pasado por lo menos un año y unos cuantos meses, yo moría de ganas de decirle que la amaba y de hecho se lo iba a decir esa noche misma. Esa noche debía quedarme en mi casa sola con Felipe, cosa que no iba a pasar porque me sentía completamente insegura con él; por lo que me fugué y pensaba pasar la noche junto a mi novia. Me tomé el último ómnibus que salía hasta la mañana siguiente, eran la 1 de la mañana, pero no me importaba, realmente era más seguro estar a esas horas de la noche en la calle que con Felipe.

En cuestión de unos 20 minutos me bajé en el orfanato de Nebraska, de noche intimidaba mucho más de lo que me esperaba, pero no me importó. Noté su motocicleta estacionada junto a unas bicicletas, por lo que mi novia estaba allí. No pretendía controlarla, simplemente sabía que a veces se fugaba a estar sola y no le importaba que fuera en el medio de la noche.

Comencé a escalar hasta su balcón, afortunadamente la rubia me había enseñado como treparlo con mayor facilidad, conocía cada recoveco de este lugar, sabía dónde colocar los pies y manos para impulsarse casi sin hacer esfuerzo. Agradecí no sentir vértigo, de otra forma me sería imposible. Y casi sin ser consciente, llegué a su habitación. Le toqué dos veces la ventana y vi como algo se movía en su cama, Nebrask apareció con una cara de dormida que no parecía ella. Realmente se veía cansada y particularmente malhumorada. No obstante apenas me reconoció me abrió la ventana, dejándome pasar.

-¿Alask? ¿Qué haces a esta hora? Mañana tengo una prueba importante en la universidad, debo descansar.-dijo Nebraska. Apenas tenía voz, estaba bastante afónica y me pregunté qué le pasaría. Solo me limité a ingresar y sonreírle.

-Descuida, no voy a molestar. Solo quiero estar con mi chica y... quería decirte algo, pero en el estado que te encuentras, creo que es mejor dejarlo para otro día.-dije. Nebraska no tuvo expresión en el rostro, se mantuvo seria y tras unos segundos de mirarme preguntándose si era un sueño, una pesadilla o que se volvió a acostar.

-En mi armario esta mi pijama, cuando termines vente a acostar conmigo.-dijo Nebraska. Le sonreí, sin vacilar me acosté por encima de las sabanas, me acurruqué contra ella y sin querer me dormí. Su calor era adormecedor, pese a no oler especialmente a nada, algo en su aroma me gustaba. Adoraba dormirme contra ella, sentirla cerca de mí especialmente contra mí. Lamentablemente para mí, esa era la última noche que podríamos pasar juntas hasta... bueno fue la última vez que la vi.

Por la mañana la voz de un hombre me despertó y por instinto me sobresalté desorientada, creí que se trataba de Felipe con una de sus matutinas histerias por no tener el desayuno listo y se la agarraría conmigo, pero no, era una voz que no podía reconocer del todo; la conocía pero no era habitual. Nebraska seguía durmiendo, no sabía qué hora era pero era evidente que el día se había avanzado bastante, seguramente fueran las 10 de la mañana, la noté más caliente que lo habitual, ¿estaría bien? La noche anterior había estado afónica, era normal enfermarse con este clima de mierda, pero ella nunca se enfermaba. Le toqué la frente y hervía, tenía una fiebre impresionante. Intenté despertarla pero parecía sumida en un sueño tan profundo que parecía de mis típicos sueños en los cuales ni sacudiéndome me podían despertar.

-Rulitos, despierta. ¿Dónde puedo conseguir algo húmedo? Un pañuelo, un pequeño repasador, lo que sea, una toalla inclusive. Tienes que ir a bañarte, tienes fiebre y debes bajarla. Además, tienes la prueba.-dije. Ella soltó un quejido.

-Demonios Alask, me siento como la mierda, dejame dormir 5 minutos más.-dijo Nebraska. Le sonreí y le di unos cuantos besos en todo el rostro.

-En serio, debes levantarte. No quiero que pierdas la prueba, adoras la carrera que elegiste, vamos.-dije. Intente moverla ligeramente y conseguí que abriera los ojos, me soltó una sonrisa suave y me abrazó con mucha flojera.

-No sabes lo hermoso que es ser estudiante de secundaria, la universidad te consume, Alask. Ven, para darme algo de suerte.-dijo Nebraska. Se incorporó ligeramente y me dio un beso en los labios. Le sonreí y le seguí el beso inmediatamente, acariciándole la mejilla suavemente. Nebraska pocas veces era dulce, y había elegido el peor momento para serlo, porque esa voz masculina volvió a resonar cerca.

La puerta se abrió de golpe, sin darnos tiempo a absolutamente nada, de hecho se abrió tan estrepitosamente que el pomo de la misma se dio contra la pared con violencia. No tuve tiempo a separarme de mi novia, porque ya era demasiado tarde, Giles nos había visto y su rostro había cambiado de una forma alarmante. Si de por sí ya parecía estar enojado, ahora estaba furioso, tanto que me recordó a Felipe en sus ataques de demencia.

-¡Hudson! Son las 11 de la mañana, te necesito controlando a los más pequeños maldita sea ¿qué crees que es esto? ¿Un hotel?-dijo giles. Antes de ingresar a la habitación de Nebraska ya estaba gritando, pero una vez que lo hizo, su voz cambió notoriamente.

-¡Giles! ¿Qué mierda? ¿No sabes tocar? Me cago en todo, vete, estoy en pijamas.-dijo Nebraska.

-¡¿Qué mierda estás haciendo?! ¡Eres un asco! Hay muy pocas reglas aquí, y tú te empecinas en romper cada una de ellas. Especialmente esta, ser una lesbiana de mierda.-dijo giles. Ingresó a la habitación de Nebraska y la tomó del brazo. Ella de inmediato soltó su malhumor, pero no se encontraba bien, ni siquiera para levatarse de la cama, mucho menos para discutir.

-¡Hey! Suéltela, ella es normal, es normal ser homosexual como ser heterosexual. Déjela en paz.-dije. Él ni siquiera se molestó en mirarme, salvo con un asco impresionante, como si yo fuera una "cosa" y no una persona. O como si hubiera asesinado a alguien.

-Alaska, no te metas en esto. Vete a tu casa.-dijo Nebraska. Sonó tan autoritaria como si le estuviera hablando a Felipe y no a su novia, pero no le hice caso.

-Tengo 2 niños pegándose entre ellos y todo porque la pedazo de asquerosa pedófila estaba acostada con su noviecita besuqueándose. Esto termina aquí. ¿Entendiste? Levantate, vamos a hablar.-dijo giles. ¿Cómo que termina aquí? Mierda, mierda, había metido en problemas a mi novia. Todo era mi culpa.

-Si tiene algo que decir o hacer, cúlpeme a mí. Yo me cole de noche, ella no hizo nada, de hecho me advirtió que me fuera. Yo soy la culpable.-dije. Nebraska me miró molesta de que intentara asumir la culpa, no la entendía. Giles me empujó suavemente, solo para indicarme que me fuera, nunca para lastimarme.

-Vete a tu casa, no quiero verte por aquí nunca más. ¿Entendiste? Ni una sola vez quiero verte aquí. Mirate, la amiga que venía a estudiar. Eres igual o más desagradable que Hudson.-dijo giles.

-¡Deja en paz a mi novia! Alaska, vete de aquí ya. Cuando pueda te hablo, y de verdad no quiero que vengas aquí. Yo iré a tu casa, descuida.-dijo Nebraska. Se puso delante de él interviniendo y defendiéndome de todo lo posible. No pude evitar sonrojarme, ¡Nebraska había admitido delante de él que yo era su novia! Sentí unos nervios impresionantes recorriéndome cada parte del cuerpo, ¡tenia novia! ¡Lo había dicho! No en las mejores circunstancias pero lo admitió. Le tomé de la mano y le susurré suavemente.

-Cuidate, ¿sí? Lamento haberte causado todo esto, pero anoche sentía la necesidad de decirte que te amo, y lo sigo haciendo.-dije. Nebraska se sonrojó levemente, no estaba del todo seguro que ella estuviera lista para escuchar esas dos palabras, pero no tuve tiempo para más nada porque Giles me sacó de la habitación y cerró la puerta de un portazo. Pude ver como todos los compañeros de Nebraska tenían puestos los ojos en el escándalo que había hecho Giles, y eso que afortunadamente la mayoría estaba en clases, sino seria aún más bochornoso. Mis mejillas se sonrojaron de la vergüenza de que todos me miraran, rápidamente salí, sin duda era la mañana avanzada. Supuse que por la hora podría irme a mi casa y si me preguntaban qué hacía tan temprano diría que un profesor faltó y por ende salí antes.

Me encaminé hacia la parada del ómnibus y una vez que me subí a este mis pensamientos estallaban, Nebraska se había metido en un lio enorme por mi culpa, me había dicho novia, habíamos pasado otra noche juntas, le había dicho que la amaba... mierda necesitaba hablar con ella más que nunca.

Al llegar a mi casa simplemente me acosté, evitando todo y todos. En mi celular no había ningún mensaje de Nebraska, en ningún grupo, nada. No presté atención, tal vez necesitaba estar sola.

Durante ese día no supe nada de ella, al igual que el siguiente y el siguiente... Durante una semana entera Nebraska no dio señales de vida, ni siquiera se había conectado. Viktor y Alexy comenzaban a preocuparse por ella, pero nadie como yo, estaba completamente asustada. Sabía que Giles estaba ligeramente demente, para empezar muy sano de mente no se podía estar cuando se creía que alguien era "anormal" por tener una diferente orientación sexual a la de él. Por un segundo pensé en ir a preguntarle a él si sabía algo de mi novia, pero tanto Giles como Nebrask me habían pedido que nunca más apareciera por allí. La rubia también me había pedido que nunca fuera a su universidad, sabía que era mala idea estar tras ella pero no aguantaba más los nervios. Así que esa misma tarde me encaminé hacia la facultad y en unos minutos llegué a la enorme institución. Como siempre, adultos caminando, yendo y viniendo, algunos fumando, otros tomando café, otros completamente nerviosos corriendo de un lado a otro, pero ninguno era Nebraska. Comencé a preguntarle a algunas personas si la conocían o si sabían algo de ella pero ninguno supo preguntarme nada, esto definitivamente no era el colegio que todos nos conocíamos entre todos. Solté un suspiro extasiada, demonios, ¿dónde se había metido? ¿Y si...? ¿Y si solo por esta vez iba al orfanato? Me pregunté si Nebrask estaría enojada conmigo por el lio en la que la metí, pero nunca había sido mi intención. ¿Y si solo necesitaba un tiempo para procesar que le había dicho que la amaba? Mierda, lo estropeé y fuerte esta vez. Tenía que solucionarlo, y esperando las cosas no se iban a resolver. Rindiéndome con la universidad, me encaminé hacia el orfanato, el cual por suerte no quedaba tan lejos. En cuestión de unos minutos me encontré frente a la enorme institución preguntándome qué demonios decir o hacer. ¿Y si Giles la había obligado a hacer trabajos forzados? ¿Y si pasaba algo más? ¿Y si Giles le hacía algo más que la hiciera odiar aún más a los hombres? Mierda, mierda, ¡mierda Alaska! Si él le había hecho algo iba a intentar negociarlo para que me lo haga a mí, yo había sido la responsable, Nebraska solo quería dormir y yo lo fastidie todo. Sin embargo un brote de alegría me dio al ver su motocicleta estacionada... en el exacto mismo lugar que la había visto la vez anterior, con el casco en el mismo lugar... Tenía una mala impresión de esto.

Suspiré e ingresé a la institución, pude sentir las miradas de todos en mí, me sentía asqueada, pero me sentí aun peor cuando alguien puso una mano en mi cuerpo. Me volteé, Giles me tenía la mano en el hombro.

-Te dije que nunca más asomaras aquí. Vete o te sacaré por la fuerza.-dijo giles.

-Nunca más entraré aquí, pero solo quiero ver a Nebraska y pedirle perdón a ella y a usted.-dije. Giles sonrió con maldad.

-Oh, ¿acaso no te enteraste? Hudson dejó la ciudad, nunca más va a volver.-dijo Giles.

-¡¿Qué?!-dije. No, mi novia no, Nebraska no se podía ir de la ciudad sin despedirse, sin darme una explicación, sin decirme un adiós al menos. ¿Sería cierto? Sentí mis ojos humedeciéndose, si no me controlaba iba a soltarme a llorar allí mismo, ¿pero qué más importaba? Las dos personas que más amaba en el mundo se habían ido, si bien a Viktor no lo amaba, lo quería. De todas las personas que me habían dado la espalda y abandonado, no ella, no Nebraska. No podía haberse ido. Mis piernas perdieron fuerza y no pude evitar caer de rodillas llorando al suelo, estaba destruida, ese día perdí a la chica de mis sueños.

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