Capítulo 3: desconocido.


Mire nerviosamente mis alrededores, buscando el autor de esta bromita.
Todos estaban entre sus cosas, en pequeños grupos de cuatro o cinco personas. Me sentí nerviosa.
Alguien tocó mi hombro y di un respingo involuntario.
-calma. Solo soy yo.-sonrió Alex.
-oh, hola alexy- lo saludé.
Se sentó al lado mio, me estudio con la mirada y vio el papel y el encendedor en mi mano.
-y eso?- preguntó.
-no sé. Me acompañas en un recreo al patio y te digo mi teoría sobre esto?
-hum, si. Claro. Estas bien? Discutiste con lucy?
-no y si. No me encuentro muy bien y si discutí. Pero fue leve. Nada extraño. -(Sonreí)- y tu?

Alex era único. Tenia esa capacidad de conversando, hacerme olvidar del mundo. Cuanto lo quería. Debía decírselo a menudo.
Con frecuencia veía que algunos alumnos se acercaban a saludar a Alex, conversaban abiertamente con él y luego me veían.
El timbre sonó y sin darle tiempo a nada, lo tomé de la mano y lo arrastré al patio.

Nos dirigimos al jardín, solía estar desierto allí.
-escucha. Me dieron esto ayer, estoy segura. No llevo encendedores para evitar fumar. Recuerdas las sombras? Una eras vos, y la otra? Un criminal? Un desconocido? Amber gastando otra broma? Sus amigas? Peggy? No sé. Alex, estoy nerviosa.
-calmate, esta todo bien. Escucha, yo estuve pensando como devolvérsela a amber. Debe ser ella. Yo te acompañaré y si es ella, le damos el merecido que corresponde.- me tranquilizó.
-me gusta mucho tu manera de pensar. Quien eres y que hiciste con mi amigo?- reí
-yo no le voy a pegar. Me refería a no sé, infundirle miedo...-se sorprendió.
-eres demasiado bueno para ser mi amigo.
-todos necesitamos una mala influencia.- me dio un amistoso toque en el brazo. Sonreí.
-no sé a quien te refieres. Yo jamás pego a nadie, trato bien a todos, nunca me salteó clases, no fumo ni salgo de fiesta. Sobretodo jamás insulto, pedazo de inútil-le sonreí lo más grande que pude.
-oh no. Semejante insulto, no podré seguir con mi vida.-exageró. Reímos ambos.
-alquilen un cuarto.- una voz femenina nos distrajo. Eleve mi vista hasta encontrarme con una joven de cabello blanco y otra con un pelo oscuro precioso. Había hablado la de pelo oscuro.
-kim y rosalya. Alaska, verdad?- se presentó la peliblanco. Asentí.
-un gusto, podríamos hablar con Alex un segundo?
-por supuesto. Un gusto igualmente.

Entré en la clase y vi a una joven de cabellos violetas observando de reojo un cuaderno de dibujos mio. Me acerqué a ella y al notarme se puso muy nerviosa.
-yo solo... No...-era muy tímida y era más baja de estatura que yo.
-descuida.
-tus trabajos son preciosos.
La miré atónita. Mis dibujos eran en su mayoría góticos.
De ella esperaría un dibujo sobre la naturaleza.
-podrías enseñarme algún día a hacer las sombras bajo los ojos?-señaló un dibujo de una persona. La mitad era de un anciano y la otra de una calavera.
-oh, por supuesto. Sueles dibujar?
-algo...-sacó unos dibujos en blanco y negro espectaculares
-algo? Eres increíble!
-g...gracuas- se sonrojó.

Ella se sentó junto a mi en clases y realmente no sé ni que clase fue.
En un momento sentí dos miradas. Una proveniente de alexy, que en cuanto me vio, volteó la mirada. La otra provenía de la puerta del salón. Castiel estaba afuera, recibiendo un sermón de la directora. Me reí. Era un imbécil.

Al final del día, descubrí que tenia una auténtica artista en mi clase, una gran aliada para mi. Hablamos de todo. De técnicas en el dibujo, el significado del mismo, entre otras tantas cosas. Sentí que comenzaba una amistad.
El timbre me indicó que era la última hora del día. Sentí una pequeña alegría recorriendo mi cuerpo.

Me reuní con alexy y violeta. Salimos al pasillo para acomodar nuestras cosas en los casilleros cuando escuchamos un ruido de estatica por los altavoces.
-hola? Hola. Se solicita la presencia de castiel y Alaska en la dirección. Muchas gracias por su atención.
Ni siquiera terminó el anuncio y yo ya quería irme y obviar esta situación. Demonios.
-no paras de meterte en líos, verdad?-sonrió Alex.
-mucha suerte, alaska- susurró violeta.
-gracias. Esperemos que esta vez solo sea un regaño y no permanecer hasta las 10 de la noche.
-que??-se exaltó violeta.
-jaja, si. Ponla al día, por favor Alex. Si demoro les envío un mensaje, bien?

Me dirigí a la sala de profesores. Me recibió nathaniel con una sonrisa.
-hola Alaska.
-hola nathaniel. Qué hice ahora?-pregunté.
-esperemos a la directora, mejor. Café?- preguntó. Preferí tomar un vaso de agua.
Antes de que entraran, escuchaba los gritos de castiel. Nathaniel salió pitando de allí, llegué a escuchar un par de maldiciones.

Salí fuera de la habitación, para ver el espectáculo.
Castiel y la directora discutían como si fuera un debate de vida o muerte.
-exijo una penalización para esta imbécil. Nos mantuvo encerrados durante horas- veía como peggy se hacía paso entre la multitud.
Busque con los ojos a amber o a sus amigas. Solo encontré a charlotte, yéndose. Oh. Ni se te ocurra.

Corrí como alma que lleva el diablo, me hice paso entre la multitud ágilmente y la agarré del brazo.
-tu no te escapas, descarada.
-sueltame mocosa!- chilló mientras se retorcía para zafarse de mi fuerte agarre.
-si yo caigo, tu también lo harás conmigo.- reí maliciosamente. Su expresión pareció indicar que tenia miedo.
-sueltala!- me dio un cachetazo li, salida de la nada.
-li! Te vi!- el grito de la directora resonó por toda la institución, dejándonos a todos en un silencio abrumador.
-esto se puso interesante.-cortó él silencio castiel. Clavandome la mirada y sonriendo, casi felicitándome por haber ido a buscarla.
-todos se van a sus aulas, DE INMEDIATO.-chillo la directora.-castiel, li, charlotte y Alaska, acompañenme.

Les di una ultima mirada a Alex y violeta, despidiéndome de ellos por el resto del día. Ellos asintieron y se marcharon.
Entramos a la sala de profesores. El ambiente era insoportable. Las dos amigas de amber estaban chillando inocencia, castiel con un humor insoportable y nathaniel muy preocupado.
-comiencen a hablar, de inmediato.-ordenó.
Castiel habló primero, narrando todo lo sucedido anoche, exagerando ampliamente su herida.
-eso es mentira! Amber no tiene nada que ver en esto. Fue idea de li. Yo la seguí porque me obligó- dijo charlotte. Abrí mis ojos como platos. Como podían decirse amigas si se traicionaban así de vilmente.
-y una mierda. Ambos fuimos testigos de ello.
-el vocabulario, castiel.- pidió nath
-callate, imbécil. No obedezco a mi madre, menos a un alcahuete como lo sos tu.
-si no quieren una detención y hasta expulsión todos les recomiendo hacer silencio.-ordenó sharmansky.
-señora. Castiel se ha herido por una injusticia y maldad cometida anoche. Castiel, puedes mostrarle?(el se desvendo, mostrando el tajo hecho en su mano) yo comprendo que castiel o yo pudimos estar bajo el pánico del momento e imaginar cosas, pero las puertas no se cierran solas. Alguien fue. Y no es casualidad que dos personas vean a la misma chica. Solicito que se llamen a los padres de estas jóvenes en busca de pruebas, si se encontraban en su casa a la hora del inconveniente.
-eso.-añadió castiel.
-suena lógico. Nathaniel, proceda por favor.

Nathaniel llamó a las casas de las insistentes chicas que clamaban su inocencia.
Se confirmó que no estuvieron en el momento del conflicto. Y luego de unos instantes, la directora dictaminó su castigo.
-bien. Alaska mostró su inocencia. Li y charlotte estarán suspendidas tres días, deberán limpiar todo el instituto por dos semanas y se le bajaran 2 puntos en todas las asignaturas. Castiel, ve a la enfermería a que te revise esa mano. Alaska y castiel quedan libre de castigo. Y nathaniel (este se sorprendió a escuchar su nombre. ) - deberías estar suspendido pero al ser un alumno ejemplar lo pasaré por alto. Pueden retirarse.

Me fui pitando de allí. Ya ni quería saber nada de ello.
Escuche el altavoz, una vez más encendiéndose. Esta vez, li y charlotte iban a hablar. Estaban llorando. Vi a peggy encender su micrófono. Oh si. Esto iba a ser demasiado bueno. Crucé una mirada con castiel antes de que fuera a la enfermería.
-no quiero hacer esto. No quiero!- sonaba li
-se lo merecen!- chilló charlotte.
-si no lo hacen limpiarán todo por un mes.- sonó la directora.
-bien.-accedió li.- vamos charlotte. Es mejor que limpiar los vestuarios después de gimnasia.
-diantres.- refunfuñó charlotte.
-nos queremos disculpar públicamente con castiel y Alaska por hacerlos encerrado en la sala de detención.-dijo li
-y por la herida de castiel-agrego charlotte.
Esto era demasiado bueno. Había valido la pena cada segundo. Castiel tenía una sonrisa tan amplia que jamás se la había visto. Me levantó la mano, esperando que se la chocara. Lo hice y le susurré.
-ahora falta la rubia mocosa. Planea una venganza para mañana. Nos vemos, pelirrojo. Me tengo que ir.
Me di media vuelta y escuché por lo bajo:
-jaja, que tonta. Todavía no se dio cuenta.

Me marché finalmente a mi casa. En el camino le envíe un audio a alexy contándole todo lo sucedido hoy.
Guardé el celular y llegué a mi casa.
Afortunadamente mi madre no estaba, significaba que estaba haciendo algo útil, buscando trabajo, trabajando o al menos haciendo las compras.

Almorcé y mientras lo hacía, buscaba trabajo en internet. Vi un anuncio que me llamó mucho la atención.
"Se busca colaboradora/asistente de profesor de guitarra."
El pago me daría únicamente para conseguir un alquiler bueno. Era un comienzo y solo eran 5 horas.
Iría en unas horas a probar suerte. Comencé a hacer él currículum.

Las horas pasaron y me llegó un mensaje de Alexy
Ax: no puedo creer el espectáculo que me perdí!
Yo: ya ves. En el parque te cuento mejor, si?
Ax: claro. Quiero avisarte que me surgió un inconveniente y que llegaré 10 minutos tarde. Si te sientes insegura, vete de inmediato.
Yo: descuida. Puedo yo sola
Ax: por como agarraste a charlotte, debería empezar a tenerte miedo.
Yo: jaja que dices. Ni drogada sería capaz de lastimarte.

Tomé mis cosas y marché al parque.
No parecía haber nadie por el momento. Habían niños jugando, ancianos alimentando aves y perros jugando. Me senté en la fuente, expectante.
Mire mi hora. Quedaban unos minutos para el encuentro.

Me incorporé y comencé a caminar, me sentía nerviosa e inquieta.
Sentí pasos corriendo hacia mi. No era humano lo que corría hacia mi. Antes que pudiera voltearme, algo me empujó al suelo y ese peso se quedó allí.
Sentí un líquido corriendo por mi cuello. ?que demonios?
Tenía miedo. Con el poco coraje que junté, me volteé y antes de darle un puñetazo, me detuve. Había un precioso perro encima mio. Me estaba babeando. Tenía una pelota en su boca.
-hola, precioso. Como llegasta hasta aquí? Me asustaste, sabes?-lo acaricié. Tomé la pelota, llena de baba y la arrojé cerca. Él salió corriendo tras ella.
Me incorporé y vi a un hombre observándome, escondido detrás de un árbol. Di un Respingo y él lo notó.
-oh. Lo lamento si te asuste- se disculpó lysandro.
-descuida. - respondí fríamente. Sentí algo frío tocando mi mano. Era el perro con la pelota. La tomé y se la arrojé nuevamente.
-eres Alaska?- preguntó el peliblanco.

Me sorprendí al saber que sabía mi nombre. Lo había visto anteriormente. Lo estudie. Era alto, podría ser la sombra del colegio?
Me alejé, involuntariamente.
-no te asustes. Mi nombre es lysandro. Somos compañeros de instituto. Y... !cuidado!-señaló detrás de mi. Volteé y me encontré una pelota, dirigiéndose a mi cara. La pude esquivar, pero no al gigante beauveron que venía corriendo a toda marcha. Me hizo perder el equilibrio y caí estrepitosamente al suelo. Escuché una risa.
-buen chico.-sonrió castiel.
-!eres un imbécil!-estallé.
-soy muy malo lanzando cosas. Demonio, disculpate-miró al perro y este saltó hacia mi, babeandome la cara.
-tienes suerte que tu perro sea adorable, sino ya te hubiera golpeado.-lo amenacé
-jaja, no llegas siquiera a mi cara.-se burló.
-chicos...-intentó interponerse lysandro.
-no hace falta. Eres hombre.-reí. Castiel cambió su cara.
-oh no. Eso no.
-!Alaska, castiel!- habló lysandro. Impuso presencia sin necesidad de alzar la voz.
-lo siento. Me estabas diciendo algo.- me disculpe.
-acerca de eso. Soy tu compañero de instituto. Ayer lamento haberte dado un buen susto.
-tu eras el que entró en la sala de profesores?-pregunté atónita.
-si. Lo siento. Dejame explicártelo. Castiel tenia un compromiso conmigo y al no llegar, decidí ir a observar qué podía haber sucedido en el colegio. Como castiel ya ha sufrido problemas-lo miró, buscando la palabra correvta- femeninos, creí que eras una de aquellas locas que lo acosaron. Me puse muy nervioso y ayer no supe como reaccionar. No sé cómo explicarlo- se excusó lysandro.
-en resumen: lysandro no estaba en sus cables, suele ser muy tranquilo pero él también tuvo sus problemas con acosadoras y cuando se trata de ese tema, no siempre es el buen chico que luce.- hablo castiel.
-es una persona. No un perro.-le corregí.
-tu eres una buena chica por acudir a mi invitación.-sonrió. Escuché la risa de lysandro por lo bajo
-tu me dejaste la nota? El encendedor?- pregunté. Ahora todo estaba claro. La sombra que se había ido con castiel era él, no era ningún asaltante.
-si que eres tonta, niña. De hecho, cuento con que traigas el encendedor contigo - comentó castiel. Metí mi mano en un bolsillo y lo saqué. Lo tomó de mi mano y encendió un cigarro.
-castiel, ya fumaste uno ayer.-comentó lysandro.
-lys...- susurró castiel.

Escuché mi móvil sonar. Era Alex. Me indicó en un mensaje de texto que no podía venir, le surgió un inconveniente. Le respondí que todo estaba bien.

-nuevamente me disculpo, Alaska- dijo lysandro
-descuida. Todo esta saldado.-Sonreí
-sabes, no soy partidario de la venganza, pero la forma en la que le devolviste la jugada a charlotte... Es excelente.
-gracias.- le Sonreí
-eh, y yo?- saltó castiel.
-también tienes tu crédito, castiel.
-chicos, me citaron aquí para planear una venganza contra amber?-pregunté
-de hecho si, pero(observó su móvil) tengo un compromiso, ahora no puedo. Lo hablamos mañana en el sótano en algún recreo. Adiós. Vamos, demonio.-dijo castiel.
Observé a lysandro.
-jamas hubiera adivinado que podías intimidar tanto-le comenté a lysandro.
-no intimido. Simplemente ayuda el hecho que seas tan pequeña. Cuanto mides?-preguntó.
-1,53 cm (suspire)
-en serio? Te llevo 30 cm exactos de diferencia. A cualquiera intimidarla esa diferencia de altura.
-jaja, lo sé. (Miré la hora) suspire.
-que sucede?-preguntó
-tengo una entrevista de trabajo y me gustaría que me aconsejara sobre una canción un gran amigo, pero no va a poder llegar a tiempo. De hecho, me iba a acompañar aquí y después le iba a pedir la opinión. Pero al parecer no surgió.
-canción?-preguntó-soy compositor y cantante. Te ayudo?
-en serio? Si podrías. Si.

Le tarareé el ritmo de la canción y la letra. El parecía asombrado.
-realmente el ritmo y la canción prometen. Tente fe. Todo va a salir bien y quien sabe, tal vez te añadamos a nuestra banda -sonrió. No entendí a que se refería con nuestra. Le agradecí y me despedí.

Llegué a mi casa y me di un baño rápido, debía ir a la entrevista de trabajo.
Coloqué el currículum, llevé las partituras de mi nueva canción y mi guitarra.

Tomé el ómnibus y llegué rápidamente al lugar acordado. Las instalaciones eran preciosas. Era todo muy moderno. Vi una recepcionista.
-buen día, vengo por una entrevista de trabajo.
-oh si, ya le comunicare al profesor encargado de ello. Un momento, por favor.
Hizo un papeleo, se incorporó y se fue.
En apenas un par de minutos vi una gran actividad. Habían muchas personas ingresando y saliendo todo el tiempo. Alumnos, supuse.
La señora llegó.
-sigame-me indicó. Me paré y la seguí.
Me llevó a un salón precioso. Parecía ser un salón principal.
-ya vendrá el profesor. Unos minutos por favor- pidió.
-no hay apuro.

Tomé mi celular y le envié un mensaje a Alex, comentándole dónde estaba y lo que había sucedido previamente.
Yo: no sabes todo lo que te tengo que contar.
A: pues dime!

En ese momento la puerta se abrió y lo vi.
Era él. Definituvamente tenía muchas cosas que contarle a Alex.
La puerta se abrió. Ingresó la señora.
-ella es la chica que vino por la entrevista. Los dejo solos.-sonrió y se fue.
-que haces aquí?-la cara de sorpresa de castiel era inmensa. Su voz no fue agradable, así como echandome.
-podría preguntarte lo mismo-estaba tan sorprendida como él.
-vine a pasear por aquí. Trabajo ¿que mas voy a hacer?
-puedes ser un poco más amable?-dije.
-es solo que no te esperaba a ti.
-eres el jefe?-pregunté. La curiosidad desbordaba en mi. Él sonrió.
-ojalá. Sigueme-lo seguí. Comenzó a pasearme por toda la institución mientras me explicaba algunos aspectos.
-no, no soy el jefe pero si soy el subjefe de la parte de percusión. No es noticia que la guitarra es un instrumento que muchos tocan y siempre esta lleno. Y hay gente que es muy buena y otros no tanto. Entonces es complejo.
-entiendo.
-mi función es guiar la clase y somos bastantes. Cuando alguien le surge un inconveniente, ahí estarías para ayudar. El jefe cree que la gente joven tenemos un vinculo más directo con la musica y que dos profesores siempre son mejor que uno.
-bien. Seria alfo así como un profesor particular para aquellos que se les dificulta más?
-algo así. Algunas veces hay gente que ensaya. Allí tengo que estar yo y otros colegas. Tu te quedarías dando la clase. Aunque son ocasiones puntuales.
-esta bien. Me gusta hablar n público.-comete.
-bien. Vamos a la sala de ensayos.-indicó
-me vas a hacer ensayar?-pregunté.
-no. Te voy a hacer dar una presentación enfrente de los alumnos.-sonrió con maldad.
-que dices?-estallé.
-no, no. Por tener el plus de conocerme, darás una presentación enfrente de los profesores -sonrió.
-te odio.-comente
-ja,ja. Lo sé.-sonrio-vamos. Si pasas eso, le doy un vistazo a tu currículum.
-no debería ser al revés?-pregunté.
-no. Lo más difícil es esto. Caerle bien a los profesores y tocar bien. Vamos.

Entramos a un escenario enorme. Castiel apretó un botón que daba a altavoces, pidió la asistencia de varias personas. Mientras ellos llegaban, yo me subí al escenario.
Habría lugar para unas 2000 personas. Nunca había hecho nada enfrente a tanta gente, apenas me había escuchado Alex.
Afiné mi guitarra, sentía la mirada de castiel.
Recordé las notas de la canción y las visualice en la guitarra.
-castiel?-pregunté
-que?-preguntó. Vi como algunos profesores comenzaban a llegar.
-podrías...descuida. Nada- iba a pedirle un micrófono. Jamás cante en público, pero había practicado toda mi vida. Suspire, preferí dejarlo expectante y darle la sorpresa.
-hola, querida. Como te llamas?-preguntó una mujer.
-hola. Me llamó Alaska y vengo por el puesto de ayudante del profesor de guitarra. Voy a tocar una canción que hice yo. Representa lo que siento desde pequeña por la música-informé
-cuando te sientas cómoda, puedes empezar-indicó un hombre.
-bien.- suspire. Vamos, solo tenia que hacer lo mismo que hacía cada vez que me sentía mal.
Cerré los ojos y dejé que la música me guiara.
Mis dedos tocaron la suave melodía, hasta que llegó el momento de cantar.

" Music brings joy,
to all of our hearts,
It's one of those,
emotional arts.

Sounds of melodies,
that we truly adore,
Brings us pure pleasure,
as our spirits do soar.

Music clearly,
enlightens our days,
Makes us happy,
in so many ways."

*tramo de su canción*

Seguí acariciando la guitarra. Apenas canté, vi como castiel se sorprendía. Los profesores comenzaron a hablar por lo bajo. Rogué que cantar no me costara el trabajo.
En un punto de la canción, las notas se elevaban al punto de tener que hacer un agudo, como pude, lo efectué cerrando los ojos.
De pronto, llegué a la parte que era más complicada. Necesitaba esa hoja, la hoja que había perdido la primera vez que conocí a castiel. Demonios. Esa nota tenía unas notas muy difíciles de alcanzar. Rogué que mi memoria no me fallara.
Sin embargo, otra guitarra, una eléctrica comenzó a sonar. Eran los acordes de esa hoja. Era castiel, con una preciosa guitarra negra y blanca.
Tomé una gran bocanada de aire y mis pulmones se vaciaron en un melódico agudo.
Crucé una mirada de agradecimiento con castiel, él parecía gratamente sorprendido.

Escuché como alguien se paraba, era la mujer. Tenía los ojos llorosos y apenas finalicé, ella aplaudió con euforia.
El otro señor y una señora parecían maravillados también.
-es...majestuoso. Cariño, tienes una banda?-preguntó la señora
-jaja, no. Soy más del estilo solista.
-deberías. Tu voz es maravillosa. Te tenemos una propuesta.-dijo él hombre.
-tienes trabajo. Aunque castiel te ayudó, lo cual no es válido, pero apenas fueron unos segundos. Tu trabajo será aquí, pero no con castiel- él se sorprendió ligeramente. -estarás con Dakota, es muy bueno con su voz y palabras.
-podemos discutirlo? A solas.-preguntó castiel.

Ellos se retiraron y me quedé sentada en soledad en el escenario. Me senté, dejando que mis pies colgaran.
Comencé a indagar en mi mente. ¿Cómo sabía castiel las notas de mi canción?
Era una canción que yo compuse, las probabilidades eran mínimas.

No había escuchado más que unos segundos, pero tuve que admitir que me erizó la piel la forma en la que él tocaba, aunque lamentablemente no lo había podido ver con exactitud. Simplemente no podía.

Comencé a pensar con quien trabajaría. Honestamente, no creía que trabajar con castiel fuera una buena idea. Lo conocía hace realmente poco, pero no era la mejor persona para un equipo, en especial con mi carácter.
Me pregunté quién sería ese Dakota.

Alguien abrió la puerta. Me incorporé pensando que serian los profesores y castiel. Sin embargo, era otra persona.

*castiel*
-castiel, no podemos desaprovechar sus talentos vocales. Tiene que estar con Dake.-dijo John.
-tiene una voz angelical. Sería un malgasto dejarla en sólo la guitarra.-dijo Laura.
-que es eso de "solo la guitarra"? Es un instrumento precioso- estallé.
-no nos referimos a eso. Es que su voz es muy difícil de encontrar y gente con talentos musicales hay por doquier.-dijo jared
-cómo??-estallé nuevamente.
-castiel, ella tiene que estar con Dakota.-dijo Laura.
-la gente que entreviste antes es un desastre. A ella la conozco, puede ayudarme el hecho de que sea una de las pocas personas que me soporta.-dije
-no será porque es una chica preciosa y te gusta?-sonrio jared.
-en serio?- respondí con sarcasmo.
-si, claro.-rió jared.
-creo que ya sé la causa de porque no quieres que estén juntos. Mira a tu espalda-notó john.

Me volteé y vi a través de una ventana a ese hijo de puta tomándola de la cintura y bajándola, sin su consentimiento por la forma en la que ella se separó de él y lo miró.
Le voy a dar una paliza algún día.

*antes de ello, alaska*
Entró un joven rubio y muy apuesto.
Se acercó a mí y sonrió.
-así que eres la dueña de esa preciosa voz que resonó en todo el lugar?-dijo
-no diría que es preciosa, pero si.-respondí.
-cuanta modestia. Vienes para el puesto de profesora de canto?-preguntó.
-en realidad no, pero creo que terminaré allí.-comenté de mala gana.
-oh, porque esa cara triste? Yo soy el profesor de esa zona y estaré más que complacido de tenerte en el equipo.-sonrió.
-gracias. Asumo que eres Dakota?-pregunté
-dime Dake. Por lo que escuché de tu voz, estarás más que contratada y seguramente seamos colegas. Si es que castiel no lo impide. Deberías verlo, es un pelirrojo que se cree el malo. Nunca lo vi pedir que no le quiten una compañera, normalmente no lo aguantan ni una semana. Menudo idiot...
-(lo interrumpí) es un...(busque la palabra, amigo no era, colega tampoco...) es un conocido mio.
-oh. Bueno, lo hace un poco menos idiota.-rió.

Arquee las cejas. No sabía cómo interpretar lo que me estaba diciendo. Pretendía convencerme que castiel era un idiota? Ya lo sabía. Pero era un idiota agradable. Por escasos momentos.
Él observó mi guitarra.
-alguna clase podemos hacer que los alumnos canten al ritmo de tu guitarra, sé que los artistas tenemos un vínculo directo con nuestros instrumentos. -dijo
-si trabajamos juntos, no sería una mala idea.
-podrías cantarme acapella? No tuve el lujo de poder escucharte bien y me gustaría juzgar qué tipo de voz eres, para ver cómo se acopla a la mía.
-soy barítono, pero si. Claro. Sube al escenario, así estamos al mismo nivel ambos-le dije.
-mejor baja aqui-me tomó de la cintura sin mi consentimiento.
-qué haces?-chillé
-que haces?-entró castiel con muy mala pinta.
Dakota me soltó de inmediato.
-ayudaba a mi amiga...(hizo una pausa para que dijera mi nombre, pero me quedé en silencio) a bajar del podio.
-si vas a intentar algo con ella, al menos pídele el nombre.-se enojó castiel.
-pueden calmarse? Parecen niños chicos.-chilló Laura.

Todos hicimos silencio. Me sentí avergonzada de saber que hacer.
Escuché como john tomaba aire y hablaba.
-Alaska, estas contratada y trabajarás con Dakota. Tu voz es una maravilla para desperdiciarla tocando una guitarra.
-es por la guitarra? Sé tocar el bajo y la guitarra eléctrica. Pueden prestarme una y les muestr...-me interrumpió Laura. Vi como castiel los miraba con cara de 'te lo dije"
-no, no. Es por tu voz. Si todo esta en orden, podrías venir a firmar el contrato?-sonrió Laura.
-oh, si. Por supuesto! Muchas gracias!
-estaré muy complacido de tenerte en mi equipo.-sonrió.

Me dirigió alegremente Dakota hacia la recepción. Allí tenían todos los papeles.
El contrato decía que trabajaría de las 5 de la tarde a las 10 de la noche. Me sentí aliviada por tener que trabajar una hora menos, creí que serian 6 horas. Sin embargo, me aclararon que muchas veces los horarios rotaban.
Me aclararon un par de cosas y finalmente firme.

Busqué con la mirada a castiel, pero no estaba. Genial. Dakota tendría que mostrarme el lugar.
Los adultos se marcharon, dejándome a mi con el rubio. Me contuve las ganas de decile que no me vuelva a tocar sin mi permiso. Pero apenas lo conocía, no quería crear un mal vínculo.

-ven, acompañame. Veamos donde dictaremos clases - me dijo Dakota. Lo seguí. Me llevó a un salón bastante lindo.
Estaba completo de elementos de música. Me sentí feliz. Este era mi trabajo ideal.
-es precioso.-me maraville
-lo sé. No escuché bien tu nombre, podrías repetirlo?
-siento no haberme presentado antes. Soy Alaska.
-ojos y nombre peculiares. Toda una chica especial. Hey, lamento lo de bajarte sin tu consentimiento. No sé que demonios me pasó y...-lo interrumpí.
-todo esta saldado siempre y cuando no se vuelva a repetir. No tengo un carácter fácil y siempre y cuando no hayan este tipo de inconvenientes, me comporto como una chica normal-dije
-jaja, esta bien. Bueno, ya es bastante tarde y en unos minutos tengo clase, así que si quieres eres libre de irte. O tal vez quedarte para ver la mecánica de la clase- sugirió Dakota
-te agradezco la propuesta, pero me siento bastante cansada y realmente me gustaría descansar. A fin de cuentas, nos veremos mañana.

Me despedí y salí.
Finalmente tenía trabajo. Era algo siempre había tenido miedo, desde pequeña. Pero desgraciadamente era necesario.
Una gota cayó encima de mi cabeza. Observé al cielo. Un rayo lo atravesó.
Oh no. Todo menos eso. Me aturdían mucho los ruidos extremadamente fuertes y los rayos me daban bastante miedo. Entré a la institución lo más rápido que pude. Me encontré con Laura.
-espero que te sientas cómoda con Dake.-sonrió.-puedes irte, por hoy tómatelo como el primer contacto con el edificio.
-gracias...(hice una pausa. Esperando que me dijera su nombre.)
-Laura. Me llamo Laura. Estoy encargada de los instrumentos de viento.
-un gusto. De hecho, esta por llover e iba a preguntar si podía ver cómo era la clase de castiel.
-oh, ya veo. Son novios?-sonrio simpáticamente.
-no no. Nos conocemos hace dos días, literalmente. Pero me cae bien y no sé. Sino puedo ir con Dake.
-creó que si lo mantienes en secreto, no habría problema.
-muchas gracias Laura!
-jaja. De nada, ve con tu amigo. Nos veremos mañana.

Recordé el camino mentalmente y llegue hasta el salón de castiel. Lo observé ayudando a una niña con la posición que debe tener su mano para tocar la guitarra. Por un instante pareció una persona exageradamente dulce, luego recordé que se trataba de castiel

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