Capítulo 25: Secuestrada.
*Castiel*
Me dejé caer fuertemente sobre mi cama mientras veía la imagen que anoche me había enviado Alaska. Soy un imbécil, hubiera ido con Lysandro a ensayar, seguramente podría hablar con ella. Pero ahora ya era demasiado tarde, en una hora salíamos con Viktor en su auto para Texas y una hora no me alcanzaba para hablar con ella. Miré una vez más su rostro en la pantalla, estaba ojerosa, se veía como sus ojos estaban irritados. La había escuchado llorar como una demente y no me había importado. ¿Por qué me comportaba así? La quería, no, la amaba. Sin embargo parecía un loco sacado de un manicomio cuando hablaba con ella. ¿Habría tomado mi camisa únicamente para sacarse la foto? ¿Sería casualidad que yo anoche me hubiera dormido con su remera? Si tan solo Alexy no hubiera abierto la boca, seguramente ella nunca me hubiera dicho que ella se había besado con su mejor amigo, era eso lo que me molestaba. La conocía, sabía que para ella era solo un beso y nada más, aunque debía admitir que ahora sentía que estaba corrompida, es decir ella no es mi propiedad pero sí es mi novia. Demonios, ¿por qué todo era tan complicado? ¿Por qué no podía ser como una persona normal? Y lo peor, es que hoy en la noche se iría de fiesta con el imbécil de Dakota. Como le pasara algo, lo iba a lamentar, profundamente. No conocía lo que era capaz de hacer por Alaska, ¡amaba esos ojitos! No podía despegar mi vista de mi celular. Era cruel, sabía que no podía resistirme a su mirada, sin embargo no era la típica carita que me hacía siempre que quería algo, esta vez se le veía la tristeza en su mirada. Lamentaba haberla hecho llorar, pero no había podido controlarme. Debía calmarme. Leí las partituras de la canción que Lys me había enviado, me dijo que la había escrito Alaska hacía un tiempo. Debía reconocer que la niña tenía buen gusto para escribir canciones, leí dos versos en particulares de los cuales sentí que eran casi indirectas para mi "I'll kiss you in a way, you'll never forget about me" (te besaré de una forma que nunca te olvidarás de mí.) ¿Alaska en verdad era capaz de escribir esto? Sentía que toda la canción estaba dirigida hacia mí. Debía dejar de pensar en idioteces, ella simplemente estaba escribiendo y haciendo lo que le gusta.
Busqué mi guitarra para practicar un poco, tenía un ritmo tan violento que sentía que desconocía ese lado oscuro de mi novia, parecía que prácticamente odiara el amor, como si quisiera desquitarse de algo con la música. Recordé que la primera vez que la escuché cantar fue cuando se postuló para el trabajo y en él cantó una canción prácticamente odio hacia el amor. Ahora sabía que esa canción estaba completamente dirigida hacia su madre y padre, pero ¿y esta? Vi la fecha en la que la escribió, nos conocíamos. Me pregunté si de una u otra forma ella tendría miedo de enamorarse de mí por miedo a que le volviera a pasar lo mismo que a su madre y padre. No, era seguro que no. Tomé mi guitarra y comencé a tocar con la misma violencia que aparecía en estas partituras, definitivamente la niña tenía un ritmo único. Observé con cuidado la guitarra que Alaska me había regalado, era increíble mi novia. Sin embargo, el instrumento no fue lo que me llamó la atención, sino unos papeles que habían dentro de mi estuche de la guitarra, los tomé bastante confundido y descubrí que era la canción que le había hecho a Alaska. Mierda, era la persona más cursi del universo. Lo peor, es que tenía pensado cantársela, ella no sabía que sus oídos explotarían una vez que me escuchara cantando, pero sabía que me quería y que seguramente me querría más por el gesto. O eso esperaba, debía sacarme de la cabeza que no salía más con Debrah, ella me hubiera terminado porque canto horrible, Alaska era distinta. ¡No! Se supone que estaba enojado con ella, por lo que no debía pensar en esas cosas. Iba a comenzar a cantar, pero un sonido proveniente de mi casa me llamó la atención. Observé como la puerta se abría y de allí aparecían Lysandro, Viktor, mi madre y Nathaniel, éste último se veía visiblemente incómodo. Casi que contuve una risa sarcástica, si él hubiera aparecido en mi casa dos semanas atrás seguramente lo hubiera matado, pero ahora todo parecía estar bien entre ambos.
-¡Castiel! Trae tus cosas, nos vamos a Texas.-dijo Lysandro. Entró a mi habitación y de inmediato junté las partituras pero él llegó a tomar una: mi mente volvió como un flashback al primer instante que vi a Alaska. Fue cuando Nathaniel y yo estábamos discutiendo en la sala de detención en el instituto, golpeé al rubio y él cayó encima de Alaska, haciéndola perder muchas partituras. Pero la voz de Lysandro rápidamente me trajo a la realidad. Lo observé, me corrí un poco el cabello que se me metía en los ojos y lo vi cerca de mí. Estaba leyendo el papel que tenía en la mano y se estaba ahogando en su propia risa.
-Anda, romanticón. No necesito nada más que leer el titulo para saber que se trata de Alaska. ¿Vas a publicar esta canción? Podemos ayudarte, no está nada mal.-dijo Lysandro. Pude ver como Viktor y Nathaniel parecieron repentinamente curiosos, pero no demasiado.
-Cierra la puta boca, tú eres igual con Violeta. Solo, dejame en paz. No me encuentro de buen humor sobre la niñ... Alaska.-dije. Tome mi guitarra, un pequeño bolso con objetos personales y allí guardé las hojas. Cuando salí de la sala pude ver como Nathaniel hablaba con mi madre como si la conociera de toda la vida, y de hecho lo hacía. Cuando Valerie me vio, me sonrió.
-¡Casssy! Me contaba Nathaniel que te has estado comportando sumamente bien con él, me alegro mucho, ya era tiempo. Cuando quieras pasa por casa, como los viejos tiempos. Sigues siendo bienvenido allí.-dijo Valerie.
-Muchas gracias, Val. Sería un gusto volver a ver a Louis después de tantos años.-dijo Nathaniel. Pude ver que no cruzó la mirada conmigo, aun me tenía miedo. Vik, Lys y Nathaniel bajaron con sus pertenencias, quedándome mi madre y yo, junto a Demonio que tenía su collar en la boca. Adoraba a ese perro, sabía perfectamente mi rutina, él se quedaría con mi madre durante los días que yo estuviera ausente, no podía dejarlo tanto tiempo sin comer, de hecho no podía dejarlo ni 6 horas sin comer. Lysandro solía decirme de todo porque creía que estaba gordo...
-Castiel, cariño. Siento mucho lo que te sucedió con Alaska, pero debes llamarla. Debes decirle que la quieres, no necesitas perdonarla, pero debes aclararle que la quieres. Sino ella puede pensar que todo está terminado. Ella no es tonta, sabe que eres hermoso y que puedes conseguirte a la chica que quieras, puede pensar que ya la dejaste de lado, puede pensar cualquier tontería.-dijo Valerie. Al comienzo ella me había abrazado, pero al ver que no le devolví el abrazo se separó de mí y me puso una mano en la mejilla. Por un instante me recordó a los cariños de mi novia, solo que Alask tenía las manos diminutas, finas, delicadas y mi madre... bueno, no. La miré y como pude le sonreí.
-Ma, ella sabe que la quiero. No hace falta que se lo diga.-dije. Ella suspiró, le puso la correa a Demonio y me miró. Parecía enojada.
-Castiel, nunca en mi existencia te vi tan feliz como con esa chica, y ella parece estar loca por ti. ¿Crees que habría besado a su mejor amigo apropósito? ¿Qué es lo que ganaría? Confundiría a su amigo y perdería lo que sea que tenga contigo, ¿solo por un beso? ¿Para qué quiere un beso si puede besarte cuando quiera? No es idiota, tú te comportas como uno. Así que llamala en este instante.-dijo valerie. La miré, me extendía su mano en señal de que le diera el celular.
-No, solo dejame en paz. Voy a llegar tarde por tu culpa y es un trabajo serio, es una discográfica. Ya sé que no ganaría nada, pero me duele, siento que ya no me pertenece. No lo sé, mamá. Sabes que no entiendo una mierda del amor, y que es la primera vez en mi vida que estoy enamorado. Solo llevate a Demonio y dejame irme a tocar la guitarra.-dije. Ella iba a chillar y no pude contenerme.- ¡No le he hablado porque estoy celoso y preocupado! ¿Bien? Demonios, eres peor que Iris. Estoy de los putos nervios porque ella debe estar con su "amiguito" Dakota en un baile y no quiero ni pensar lo que puede ocurrir si su celular me da apagado. Por lo que quiero creer que todo está bien. Si sé que su celular está fuera de servicio seguramente no vaya a la única oportunidad que esta banda ha tenido de llegar lejos para corroborar que mi novia esté bien, y seguramente lo esté. Por lo que, es mucho mejor que las cosas sigan así. Mañana en la mañana le mandaré los buenos días, algún mensaje cursi de los cuales no te incumben y listo. Si quieres te envío una captura de pantalla a ti y a la pesadilla de hermana que tengo. Algunas veces creo que Iris está enamorada de Alaska, y ya sería el puto colmo.-dije. Solté cada una de las palabras con enojo y a la vez pánico. Ahora mi madre me miró sorprendida, me tomó del brazo y me hizo sentarme en el sillón. Me acarició el pelo mientras hablaba suavemente.
-Cielo, todo estará bien. Enviale un mensaje de texto, solo eso. Ella no parece ser una persona resentida y orgullosa, seguramente te responda alguna de las cosas cursis que a ti también te gusta oír. No te puedes hacer el rudo ni con ella ni conmigo, cariño.-dijo ella. Le solté una sonrisa a mi madre, por más que el mundo era una mierda, ella algunas veces era simplemente mi pilar.
-Seguro, eso haré. Escribí una canción para ella, por lo que si la extraño demasiado, a las malas puedo utilizarla para mostrarle que no soy la mierda que todos creen.-dije. Ella me dio un beso en el pelo y se sonrojó, completamente orgullosa de mi.- Ma, no me toques el pelo así. Alaska hace lo mismo cuando estamos acostados y lo único que necesito en este momento es sacármela de la cabeza.-dije. Ella se rió, me ayudó a bajar mis cosas. Pude ver como ella bajaba con mi perro a toda prisa, y antes de cerrar la casa con llave pude ver por un segundo la ouija moviéndose. Me acerqué al puntero y pude ver como éste se movía solo, pude leer "Alaska secuestrada." No, no. Era el cansancio, seguramente fuera eso. Suspiré y bajé a la calle, allí mi madre enfrente de mis amigos e inclusive con Carmen observando hacia afuera, decidió hablar.
-¿Acostados? Así que tú y ella ya... Felicitaciones, ¿es tu primera vez? ¿Usaste protección?-dijo ella. Pude escuchar la risa de Lysandro, Viktor como podía se aguantaba y Nathaniel se puso tanto o más ruborizado que yo.
-¡mamá! Cierra la boca, anda, nos veremos cuando llegue.-dije. Sentí mis mejillas ardiendo y pude ver como Lysandro se secaba las lágrimas que le habían causado la risa, le mostré el dedo del medio y se volvió a reír. Seguro, peliblanco. Al menos yo ya pude hacer algo, tu no. Y por el bien de Violeta, espero que siga así. Saludé a mi madre al igual que mis amigos, me metí en el asiento de detrás junto a Nathaniel, quien iba visiblemente incómodo. Pude ver que apenas se percató que iría junto a mí se puso a usar su celular. Lysandro, el cual iba junto a Viktor puso algo de música y escuché como iban hablando entre los tres mientras me metía en mis pensamientos. ¿La ouija en verdad se había movido? ¿Y si de verdad era una advertencia de mi abuelo o algún ente? Mi corazón empezó a latir con fuerza, de inmediato tomé mi celular: vi la hora y descubrí que eran casi las 11 de la noche. Seguramente Alaska ya estaría entrando en el baile, por lo que le envié un mensaje.
Yo: Suerte en el baile, después cuentame como te fue.
No me esperaba que me respondiera, seguramente estaría bailando con sus amigas, pero el móvil vibró rápidamente en mis manos.
Alaska: Cariño, ya te extrañaba. Me estoy divirtiendo mucho, hay luces y todo es súper alegre.
Yo: Me alegro, niña. Sabes, debo confesarte que suenas poco enojada y espero que así sea. Val estaba preocupada por ti, por nosotros.
Alaska: ¿Quién es Val, pequeño?
¿Pequeño? ¿Quién es Val? Decidí no responder, le mostré el mensaje a Lysandro y rápidamente me miró extrañado, pero se despreocupó. Pude ver como Viktor y Nathaniel parecían algo interesados en el tema.
-Alaska no sabe quién es Valerie.-dije.
-Estará borracha, o tal vez Rosa tomó su móvil y te está haciendo una broma.-dijo Lysandro. Peor, si estaba borracha significaba que cualquiera podría hacerle cualquier cosa, la podría secuestrar, besar, tocar, violar... Demonios.
-Lys, ¿puedes preguntarle a Violeta si está con Alaska?-dije. Él asintió y le envió un mensaje, pero no obtuvo respuesta. –chicos, si no responde en media hora, me voy a empezar a preocupar.
-No puedes hacer eso, estará bien. Espera la respuesta de Violet.-dijo Viktor. Suspiré, pero afortunadamente mi móvil vibró en mis manos, era un mensaje de ella.
Alaska: ¡Oh Val! Mi querida suegra, por supuesto. Enviale saludos de mi parte y un beso para ti, voy a bailar un tiempo cariño. Después te hablo. Te amo.
Apenas leí ese mensaje mi corazón se calmó de un instante al otro, mi respiración se relajó y solté un suspiro que les valió a mis amigos como respuesta de que Alaska estaba bien. Lys soltó una risa burlona y pude ver como Vik me miraba por el espejo retrovisor.
-Está bien, estaba bailando. Me había preocupado la pequeña, de todas formas usó el comentario "pequeño" y nunca en su vida me dijo así, no lo sé. Fue extraño.-dije.
-Despreocupate, romeo. Seguramente lo dijo porque quiere irse de fiesta de una vez por todas. Al menos le hablaste, ayer la vi devastarse por tu culpa. Estaba sumamente mal por ti, te quiere mucho. Y en verdad me alegro que hayas encontrado alguien que te quiera por quien eres, imbécil.-dijo Viktor. Ese último comentario sonó, obviamente, en broma. Le sonreí y no pude evitar coincidir con él.
-Lo sé, ¿por qué todos están del lado de ella? ¿Por qué nadie me cuenta sobre sus parejas? No lo sé, Lys está con Violeta y nadie le dice nada. Tú estás, aparentemente, en algo con Laeti. Y Nathaniel, no sé nada de tu vida.-dije. Noté que cuando le hablé al rubio él se sorprendió ligeramente y apagó rápidamente la pantalla de su celular. Me miró, algo nervioso. Lys volteó a observarlo, intentando darle confianza.-Nathaniel, no muerdo. Tuvimos nuestros momentos de mierda pero ahora estoy intentando reponer mi amistad contigo, debes poner de tu parte, sino avisame y me ahorro el hecho de intentar hacer algo que me cuesta, y mucho.
-N-No, no. Gracias. Yo, eh bueno estoy más o menos en algo con Kim, pero mi hermana la odia así que es complicado.-dijo Nathaniel.
-El otro día conocí a tu hermana y con todo respeto, es una auténtica mierda.-dijo Viktor. Nathaniel soltó una carcajada.
-Lo sé, somos dos quienes opinamos exactamente lo mismo. Pero supongo que no debe importarme lo que ella opine, Kim me gusta y mucho.-dijo Nathaniel.
-Debo admitir que me sorprende, Kim parece una persona que no saldría contigo. Ya sabes, porque eres tranquilo, te gusta leer, eres educado y te comportas, Kim parece una chica más a mi estilo. Aunque sé que me odia, me lo ha dicho desde el primer día que nos vimos.-dije. Lys cruzó una mirada con Viktor, parecía sorprendido que estuviéramos hablando sin insultarnos.
-¿Quieres robarme a Kim? Podría decirte lo mismo de Alaska, aunque creo que es mejor no hablar de ella, no sé muy bien qué pasó pero por como tú y ella están, podría decir que no fue nada bueno.-dijo Nathaniel.
-¿Ella? ¿Has hablado con ella? ¿La viste?-dije. Nathaniel se mordió el labio, como si hubiera dicho algo que no le correspondía. Titubeó un poco antes de sacar su celular del bolsillo, desbloquear la pantalla y mostrarme una conversación que tenía con su hermana. Era eso lo que estaba haciendo antes de que lo observara. Leí lo que decía.
Ámber: ¿recuerdas que hoy iba a salir a bailar con Charlotte? Pues mira a quien me encontré, a la puta de tu amiga. ¡Aun no puedo creer que te lleves bien con esa cerda! ¡Me tendió una trampa! ¡Me humilló enfrente de mi amado Castiel! Debes convencerlo que deje a esa leprosa.
Nathaniel: Ámber, basta. Ya dejalo, hacen una pareja hermosa y se merecen el uno al otro.
Ámber: Pues no lo parece, porque creo que ella es Alaska entrando con Dakota al VIP. ¿Y Castiel? ¿Qué dirá si lo publico en las redes sociales? Seguro terminarán.
Nathaniel: Si haces eso, juro que te haré la vida imposible. ¡Ya dejalo! Alaska tuvo una vida de mierda y merece ser feliz por primera vez, además no te metas con mis amigos, los pocos que tengo. Y Castiel, a pesar de toda la porquería que atravesamos juntos, aun me simpatiza y también merece ser feliz con su chica.
Ámber: Veo que esa pecosa ya te lavó el cerebro, no vale la pena tratar contigo. Lo publicaré de todas formas.
Pude ver como enviaba una foto donde aparecía una chica de mediana estatura, piernas delgadas, cabello negro oscuro y muy corto. Hasta allí parecía Alaska, pero me sorprendía el hecho que llevara un vestido blanco y que en verdad la niña era mucho más pequeña. Desde que la conocía no recordaba haberla visto usar vestimenta clara, de hecho siempre usaba negro, rojo o violeta oscuro. Acerqué la foto pero realmente no me parecía ella, vi que esta chica llevaba zapatos de taco aguja y por más que Alask se vestía hermoso, nunca la había visto con ello y realmente dudaba que fuera capaz de caminar con esos zancos. Debían tener al menos 20 cm, no, no era ella.
-¿Puedo enviarle un audio a tu hermana?-pregunté. Nathaniel me sonrió algo sorprendido o más bien divertido, pero asintió rápidamente a modo de respuesta.-Escucha, Ámber. Por mi puedes hacer lo que quieras, sube esa foto a toda red social que quieras. Confío en mi novia y además, sé que iba a salir con Dakota y con sus amigas, así que por mi puedes usar esa fotografía para limpiarte el culo. Oh, y antes de amenazar a alguien con una foto, al menos verifica que se trate de la persona en cuestión, imbécil.
Escuché la risa de Viktor y pude ver como Lysandro me regañaba con la mirada, de inmediato le devolví el celular a su dueño, el cual no se encontraba molesto de la forma que le hablé a su hermana. Sentí que debía agradecerle el hecho que me hubiera defendido a mí y a mi novia. Suspiré, me cago en todo, esto sería algo que seguramente Alaska me diría si se encontrara en el auto. Observé la oscura ruta y vi como un rayo atravesó el cielo, negué con la cabeza para mí mismo y decidí hablar. Lo miré, seguía aun con su celular.
-Sabes, agradezco mucho lo que hiciste por nosotros. Cuando me enteré que te gustaba mi novia sentí deseos de matarte pero ahora te estoy profundamente agradecido que intentaras detener a tu hermana. Alask es muy importante en mi vida, pero al menos me deja más tranquilo que si ese imbécil esta con otra chica, seguramente ella esté con sus amigas.-dije. Nathaniel pareció increíblemente cómodo, me sonrió y se sintió una persona normal: relajada con sus amigos. Aún era extraño llamarlo amigo, pero supongo que cuanto antes asumiera eso, antes realmente seríamos amigos.
Observé hacia la ventana, había comenzado a llover con tormenta, por un instante recordé a mi novia, no podía quitármela de la cabeza, ¿estaría teniendo miedo en medio de la discoteca? Sabía que ella tenía fobia a las tormentas, por un segundo quise bajarme del auto e ir corriendo hasta tenerla enfrente, besarla y abrazarla. Mierda, daba asco de lo enamorado que estaba. Agradecí que esto fueran mis pensamientos y no lo estuviera diciendo en voz alta.
-¿Castiel? ¿Escuchaste el mensaje que te dejó Alaska?-dijo Lysandro. Lo miré confundido, busqué en los mensajes de voz y descubrí que, efectivamente tenia uno de ella, lo iba a abrir pero Vik me interrumpió.
-Eh, pelirrojo, llevo casi una hora manejando y en verdad me duelen bastante los brazos y piernas, ¿puedes cambiarme?-dijo Viktor. Asentí, bajamos corriendo para mojarnos lo menos posible y una vez que me senté en el asiento del conductor me puse el cinturón y comencé a manejar. Las luces de los autos me adormecían pero agradecía que mis amigos estuvieran hablando del sencillo. No supe cuánto estuve manejando, pero se sintió como una eternidad, hasta que finalmente llegamos al hotel donde la discográfica nos había señado para nosotros. Bajamos del auto junto a nuestras cosas e ingresamos en el lobby del lugar, la recepcionista chilló de alegría apenas nos vio, nos sacamos una foto con ella y posteriormente nos dirigimos hacia nuestra habitación. Notamos que habían dos camas matrimoniales, demonios. Todos cruzamos una mirada, algo incomodos. La recepcionista nos dejó solos y de inmediato hablé.
-Duermo en el sofá, pero ni loco con ustedes. Inclusive en el suelo.-dije.
-No seas homofóbico, no va a pasar nada. Anda, acomoda tus cosas.-dijo Lysandro. Solté un suspiro e investigué la habitación con la mirada, era muy al estilo de Lys. Descubrí que había un hermoso balcón en el que se veía todo, aunque lamentablemente no pude acceder porque si no me empaparía. Pero sentía ganas de quedarme toda la noche mirando las estrellas. Unos pasos cerca de mí me distrajeron, era Viktor.
-Tendrás que dormir conmigo, Nathaniel no me desagrada pero es algo muy íntimo como para ello. Y si tu duermes con el rubio seguramente corra sangre, mejor dejemos que Lys y él duerman juntos que se llevan bien y tu conmigo, prometo no decirle nada a tu chica.-dijo Vik. Pude ver como soltaba una sonrisa pícara, me sentí una mierda por hace unos días ponerme celoso de él y Alask. Sabía que Viktor no traicionaría nuestra confianza, pero nunca se sabe. Le devolví la sonrisa e iba a hablar, pero Lysandro me interrumpió.
-Me acaba de llegar un mensaje de Agatha, la dueña de la discográfica. Leeré en voz alta lo que me puso. "¡Demons! Me alegro que todos hayan llegado bien al hotel que les señamos, lamentamos la sencillez del mismo pero supusimos que como Lysandro es el cantante, seguramente le gustaría este estilo victoriano. En fin, mañana los esperamos a las 10 de la mañana para filmar su sencillo, no debería tardar demasiado. Pero una vez que éste se publique al aire, la radio junto a la discográfica nos pidió una entrevista para ustedes, así que si acceden seguramente tengan publicidad gratis."-dijo Lysandro.
-¿Qué? Tienes que estar jodido bromeando. Lys, es atípico de ti hacer bromas.-dije. Sentí mi corazón dando un brinco de alegría, si mi amigo estaba bromeando lo iba a tirar por el balcón, no me importaba nada. Él estaba sonriendo con una alegría que también era atípica de él.
-¡No es broma! Miren, lean el mensaje.-dijo Lysandro. Él nos lo mostró y una vez que confirmamos que no era una broma cruzamos una mirada entre todos, Nathaniel soltó al diablo su guitarra y se puso a saltar de la alegría, Viktor estaba atónito, Lys me observaba esperando mi reacción: la más inmadura de todas. Me quité los zapatos y me puse a saltar encima de la cama, sí. Escuché las risas de mis amigos, el rubio y el peliblanco se me sumaron, el castaño se iba a sumar pero le prohibimos subirse a la cama, Viktor pesaba más que un toro. Pero eso no pareció importarle, ya que seguía festejando. Agarró una cerveza en el minibar, la abrió y apenas brindó él solo, se la tomó de un solo trago. La dejó en la mesa y vino saltando hacia nosotros, los cuales bajamos y nos unimos en un salto masivo. No parecíamos nosotros, parecíamos Alexy, Rosalya, Iris y Laeti. No importaba, ¡una radio nos iba a hacer entrevistas! Estábamos teniendo el mayor salto de nuestras carreras en apenas un día. ¡No lo podía creer!
-Gracias por darme esta oportunidad de estar aquí con ustedes, tienen merecidísimo todo esto. ¡Felicitaciones!-dijo Nathaniel.
-Habla en plural, tenemos merecido esto, incluyete: ya eres un Demon.-dijo Viktor. Le revolvió el cabello como si de un niño se tratara, algo que al rubio no pareció molestarle. Luego de unos minutos intentamos calmarnos y agradecerle a Agatha por lo que estaba haciendo.
-¡Esperen! Me envió otro mensaje. "¡Me alegro mucho que estén tan alegres, inclusive Castiel que suele ser el más reservado. Pero hay un detalle que omití, la radio transmite a unos 10 estados, por lo que 10 de 50 no es nada malo, incluido a Florida donde ustedes viven. Así que si quieren avísenle a sus familias, novias, lo que sea."-dijo Lysandro.
Solo bastó mirarnos todos para que la situación de unos minutos anteriores se volviera a repetir, todos saltando, bebiendo alcohol y descontrolados. Empezamos a cantar al ritmo de "¡Demons!" hasta que alguien nos golpeó la puerta.
-¡Hagan silencio! ¡Algunos intentamos tener sexo!-dijo una voz masculina. Escuchamos esa voz masculina proveniente de afuera del pasillo, nos miramos entre todos y soltamos una risa. A mí no me importaba realmente si el hombre necesitaba viagra porque 4 idiotas estaban gritando, si no fuera porque mis compañeros de banda se calmaron, yo hubiera seguido. Una vez que todos nos calmamos decidimos comentarles a nuestros seres queridos lo que mañana haríamos. Yo se lo notifiqué a Iris y a Valerie, pensé en comentárselo a Alaska pero no se había vuelto a conectar desde la última vez que hablamos, por lo que se lo diría mañana en la mañana. Si es que me respondía, esa niña era un oso perezoso, un koala, todo animal durmiente: ella era. Al demonio, le envié un mensaje. Noté que la tenía agendada como niña, ese nombre lo había tenido desde siempre, tal vez era momento de cambiar ese apodo a uno más de relación formal y estable, aunque esta palabra sobraba. ¿Qué ponerle? ¿Amor? Nah, demasiado cursi. Busqué en mi mente algunos apodos pero el que más se le ajustaba era niña, por lo que lo dejé así.
Yo: Hey, ¿recuerdas que mañana vamos a hacer el sencillo? Pues, una radio local quiere entrevistarnos y adivina a qué estado lo transmiten, sí, a Florida. Así que si quieres escucharnos... ya sabes. Cuidate, nos hablamos mañana.
Leí el mensaje y le di enviar. Suspiré y me acosté en la cama, en el borde exacto, intentando estar lo más lejos de Viktor que mi cuerpo me permitiera. Solo rogaba que en la mitad de la noche mi subconsciente no extrañara a mi novia y lo abrazara como si fuera ella, que horror. Seguramente me molestarían todos por ello por el resto de mis días. Pensé en atarme las manos, pero era una exageración. ¡Bah! No importaba, debía descansar bien, mañana sería el gran día.
*Al otro lado de la ciudad.* *Kentin*
Venía siguiendo el auto de Viktor hace unas buenas horas, aun no podía saber si sospechaban o no, pero si Castiel estaba con sus amigos seguramente actuara un poco más normal. El movimiento del coche y las luces de los otros automóviles hacia que me estuviera durmiendo, estaba exageradamente cansado. No había dormido bien, de hecho había dormido unas 2 horas. Debrah y su maldita histeria, aun no sabía por qué estaba con ella. Era claro que seguía interesada en Castiel y ahora en vengarse con Alaska. Admito que la novia del pelirrojo me caía como la mierda, pero últimamente no encontraba motivos para odiarla. Ella estaba intentando hacer su vida, y durante los días que la seguí pude ver los horrores de golpes que le había causado, apenas se podía mover. Pero bien que para tener relaciones con Castiel si podía moverse, ¡basta! Ya estaba pensando como Debrah y no podía hacer eso. Afortunadamente mi celular me despertó, era una llamada de Dakota. Puse el celular en altavoz mientras bajaba la música de mi auto.
-¿Qué sucede? Vengo manejando, no se supone que deba hablar y menos cuando los estoy siguiendo.-dije.
-Dakota: ¿Ya los estás siguiendo? Necesito que te infiltres en la radio junto a la discográfica donde ellos irán y que digas que necesitas entrevistarlos, a todos. Cuando Castiel hable le enviaré una foto de mí besando a su novia y seguramente le dé el ataque total. Ve, dejalos de seguirlos. Son órdenes del jefe.
-Alaska: ¡No! No puedes hacer eso, no voy a dejar que me toques, hijo de puta. ¿Quieres otro puñetazo? Puedo golpearte más si quieres. Si tienes problemas resuelvelo conmigo, no con el amor de mi vida.
-Dakota: ¡Cierra la boca, imbécil! Estás esposada, nunca podrás hacerme nada. Y "el amor de tu vida" te va a odiar como a nadie cuando vea lo que te voy a hacer.
-¿Ya tienen a Alaska? ¿Estás seguro que no traerá consecuencias con la policía?-dije.
-Dakota: Por supuesto que tenemos a Alaska, idiota. Y el jefe se va a encargar de que nadie sepa nada por si la cagas. Extorsionalos un poco y el resto será problema del jefe. Avisame, yo voy a tocar otro poco a esta mocosa, a fin de cuentas siempre me ha gustado y pienso aprovechar que está esposada. Le haré un favor, al menos antes de morir podrá tener sexo.
-Alaska: ¡Alejate de mí! ¡Dakot...!
La llamada se cortó, lo último que escuché fue la voz de Alaska completamente paralizada. ¿Qué mierda estaba haciendo con mi vida? podía tener un empleo medianamente normal, pero no. Estaba atado a esto porque el jefe me sacó de prisión, todo por un jodido malentendido. Recordé en mi mente ese acontecimiento: un asaltante le disparó en el abdomen a una señora, corrí desesperado a ayudar y sin embargo la policía me arrestó a mí por tener las manos manchadas de sangre. Inútiles. Y todo esto porque papá era el jefe. Nadie aceptaría en ningún trabajo al hijo de un mafioso, solo quería ser normal. Y sin embargo ahora estaba dirigiéndome a secuestrar personas y extorsionarlas. Pero al menos no era tan mierda como Dakota, por un segundo la voz aterrada de Alaska invadió mi mente. Solo esperaba que no la violara, debía tener algo de integridad. Nuevamente el celular me sacó de mis pensamientos, era Debrah.
-Hola, Deb. ¿Qué sucede?-dije.
-Debrah: ¡Hola Ken! Dakota me dijo que vas a entrevistar mañana a Cassy, ¿es cierto? De serlo, ¿podrías preguntarle qué opina de su ex? En base a eso veremos qué tanto daño le hacemos a Alaska.
-¿Lo autorizó el jefe? Sabes que no haré nada que él no diga, lamentablemente fui entrenado para ello.-dije.
-Debrah. ¡Oh vamos, cielo! Cuando llegues a casa dejo que me hagas el amor, ¿te parece bien?
Amor, lo que menos siento es amor por ti, arpía. Aunque debía reconocer que tenía una buena delantera, pero no me rendía tan fácil.
-No lo sé, Debrah. Supongo que puedo preguntárselo, pero no quiero nada a cambio. Escucha, te dejo, estoy manejando y ya casi estoy llegando.-dije. Ella chilló con alegría y me cortó el teléfono. Por un segundo me comparé con Castiel y Alaska, inclusive ellos que eran unas mierdas de personas se despedían antes de cortar una llamada. Suspiré, ¿de qué me sentía mal si sabía que ella estaba conmigo únicamente por el sexo? No quería sonar creído, de hecho era bastante realista, pero si yo tuviera sobrepeso y no me matara horas en el gimnasio entrenando seguramente Debrah me odiaría. ¿Por qué estaba con alguien como ella? Ya no importaba, debía concentrarme porque estaba aparcando el auto en el estacionamiento de la radio. Puse el freno de manos, punto muerto y me bajé de mi auto. Fui al maletero y me puse el cinturón con mis pertenencias: cuchillo, gas pimienta, cloroformo y mi pistola. Me pasé la mano por la cara, deseaba nunca tener que usarla. Miré hacia arriba, la lluvia ya me había empapado, no importaba. Caminé en completo silencio hacia la radio, pude ver una ventana de la azotea abierta por lo que con gran destreza subí hasta ella en cuestión de segundos. Observé con precaución que todo estuviera vacío e ingresé de un salto. Mis pies soportaron todo mi peso y rápidamente me dirigí a la única sala que tenía luz. Pude ver a un solitario locutor hablando con un micrófono, me percaté de un sonidista también solitario. Cerré la puerta en silencio y agradecí a sus auriculares. Sin embargo un poderoso relámpago reveló mi posición, el locutor de inmediato se percató que venía armado y le hice un gesto con mi cuchillo de que se callara o le cortaba la garganta a su compañero. Corrí y tomé al sonidista por su espalda, le puse el cuchillo en su cuello y hablé suave.
-Apaga todo, no hagas ruido y coopera.-dije. El hombre comenzó a sudar, no se resistió y apenas me obedeció fui a la sala del locutor, allí tranqué la puerta y saqué mi pistola amenazándolos con ella y mi cuchillo.- El primero que haga una estupidez se quedará sin una falange del dedo, el segundo que haga una estupidez se quedará sin el dedo entero y así hasta que ustedes lo decidan. Lamento informarles esto, pero los voy a secuestrar hasta mañana en donde vendrán una banda a ser entrevistada. Una vez que ellos se vayan los liberaré, pueden llamar a la policía pero no sucederá nada porque mi padre es un gran mafioso de la ciudad y créanme, no tienen idea de lo que va a pasar si se arriesgan a hacer eso. Les recomiendo que cierren la boca, y obedezcan. Yo cada 3 horas les traeré agua, comida, los dejaré ir al baño, inclusive ahora les permitiré una llamada para que en caso que tengan familia les avisen que llegarán mañana.
-Dejanos ir, entrevistaré a todas las bandas que quieras, solo no nos lastimes.-dijo el sonidista.
-Lo siento, no puedo subordinar las órdenes de mi jefe. Créanme, no quiero hacer esto, prefiero estar acostado en mi cama viendo una serie, pero me tocó hacer el trabajo sucio, como siempre. Solo cooperen y yo también lo haré.-dije.
-Y una mierda, te haces el bueno y eres un maricón.-dijo el locutor. Le puse mi cuchillo en su cara, inserté suavemente el filo en la mejilla de él mientras chillaba del dolor, cuando vi la primera gota de sangre me detuve.
-¿Decías? Esto es lo que sucederá, yo los voy a atar, los llevaré en mi auto a un lugar del que es imposible escapar y se quedarán allí, solos. Cooperen o recibirán otro regalo y no será en la mejilla.-dije. Apunté hacia la entrepierna de ambos y puse mi peor cara, ellos de inmediato cerraron sus piernas y me extendieron las manos. Odiaba hacer esto, lo odiaba. Los até, los dirigí hacia mi automóvil y una vez que llegué al refugio donde llevábamos todos los posibles sospechosos, los solté. Les dejé dos bidones de agua, varias raciones de comida y los até de un pie al suelo, podrían moverse en un radio de un metro. Si necesitaban orinar, bueno, eran hombres. Y ante la emergencia podían defecar, no me importaba. Solo quería que Alaska fuera quien estaba buscando, la mataran rápido y todo esto terminara de una buena vez.
*A la mañana siguiente* *Castiel*
Me estaba despertando, poco a poco, aunque aún tenía los ojos cerrados. Mi cuerpo comenzaba a salir del profundo sueño que había tenido, aunque a decir verdad no me sentía descansado. Por un momento no supe donde me encontraba, me costó volver a la realidad, hasta que sentí como abrazaba a alguien. Alaska... La intenté atraer hacia mí, pero me pareció más pesada, grande y peluda. ¿Desde cuándo Alask tenía hombros tan anchos? ¿Y las piernas peludas? ¿Qué? Abrí mis ojos y descubrí a Viktor durmiendo junto a mí mientras yo lo abrazaba por detrás, lo solté de inmediato y escuché rápidamente la risa de Lysandro, el cual estaba en un rincón de la habitación filmándonos y riéndose como un anormal.
-¡Lysandro borra eso de inmediato!-chillé. Él se limpió una lágrima que le salía de tanto reírse, salí corriendo de la cama a perseguirlo pero él hizo esfuerzos para contenerse la risa.
-No se puede borrar algo que es en vivo. Estaba haciendo un directo en una red social, lo siento colega.-dijo Lysandro. No, no, no. ¡Lo iba a matar! Mi rostro se transformó, pero Lysandro me mostró su celular completamente apagado, no estaba grabando nada, simplemente me estaba molestando con una broma sumamente idiota. Le di un golpe suave en el brazo y esto sirvió para que se callara.
-Serás hijo de puta. Anda, levanta a Viktor. ¿Y Nathaniel?-dije. Lys se dirigió a despertar a Vik mientras me hablaba.
-Fue a buscar el desayuno, apenas venga nos podremos a ensayar y una vez que sepamos bien lo que estamos haciendo iremos a la discográfica. Recuerden que después iremos a la entrevista a la radio. ¿Vas a confirmar lo de Alaska y tú?-preguntó Lysandro. Me alcé de hombros, tomé mi celular y vi que tenía un mensaje de ella. Lo leí.
Alaska: Suerte hoy, estaré esperando escucharlos a todos en la radio y en especial a ti.
Noté que mandó miles de emojis y ella nunca solía hacer eso, de hecho los detestaba. Suspiré y no pude evitar sonreír, estaba algo extraña desde ayer pero eso seguramente tendría una explicación.
Yo: ¿Quién eres y qué hiciste con mi novia? ¿Tu enviando emojis? ¿Despertándote con tan buen humor? Anda, siento que no te conozco niña. Escucha, en la entrevista ¿te importaría si digo lo nuestro? Estoy algo ansioso por ello y en verdad me gustaría hacerlo oficial.
Alaska: Ja, ja, ya sabes. Soy yo, tu amorcito. Tu bombón... Y si, por supuesto que sí. Hazle saber al mundo que eres mi tesoro, mi vida, mi todo.
¿Qué mierda le pasaba? ¿Estaría drogada? ¿Qué hacía despierta a las 8 de la mañana? Dormía como un camión. Por un instante sentí que no estaba hablando con ella, pero no podía ser tan paranoico.
Yo: Bueno, está bien. Nos hablamos después niña, tengo que ensayar.
Alaska: Por supuesto, ¡te amo mucho, mucho! Eres el único hombre de mi vida. Recuerdalo.
-¡Lys! Mira esto, está muy rara. ¿La habrán drogado? ¿Violeta qué te dijo sobre anoche?-dije. Lysandro se acercó a ver la conversación y apenas leyó los mensajes arqueó una ceja me miró completamente confundido.
-Es muy raro en verdad, pero no creo que no sea ella. A fin de cuentas, tanto tu como ella se comportan exageradamente dulces cuando están solos o en compañía de otro. Tal vez simplemente está algo somnolienta, no lo sé, Castiel. Violet no me ha respondido, y si es por ella puedes esperar hasta las 3 de la tarde que no se despertará, pero si puedo preguntarle a Rosalya.-dijo Lysandro. Vi cómo le escribía un mensaje a la peliblanco, pero una vez que él terminó de hacer eso se dirigió a las partituras, se aclaró la garganta y comenzó a cantar. Una vez que todos llegaron hicimos lo mismo, ensayamos hasta que decidimos que era tiempo de irnos a filmar nuestro primer sencillo.
Bajamos nuestras pertenencias y la subimos todas al automóvil de Viktor, fui atrás, esta vez con Lysandro mientras iba viendo constantemente los mensajes de Alaska. Seguía muy enojado con ella por haber besado a Alexy, pero me parecía que ella estaba enojada conmigo y no quería que yo me enterara, por eso actuaba tan extraño. Era eso o no lo sé, no había otra explicación coherente. Crucé una mirada con mi amigo, él me sonrió intentando despreocuparme.
Una vez que llegamos a la discográfica sentía que mi corazón estaba a punto de explotar de los nervios, nunca sentía nervios cuando iba a tocar. La música era lo único que sabía hacer bien, y tampoco sin exagerar, de hecho la música me calmaba. Tomé la guitarra que me regaló mi novia, di un suspiro y me volteé a ver a mis amigos, todos estaban esperando a que abriera la puerta de la discográfica. Me asintieron en señal de que me apoyaban e ingresé. Habían enormes y largos pasillos que la recorrían pero apenas entramos un joven se incorporó y nos hizo una seña para que lo siguiéramos, nos dirigió por varios minutos entre los pasillos hasta que por fin llegamos al despacho de Agatha. Nathaniel y Lysandro, los más educados se dispusieron a hablar. Tocaron la puerta y Agatha nos la abrió con una sonrisa.
-¡Demons! Pasen, chicos. Siéntanse cómodos.-dijo ella. La oficina no parecía coincidir con el resto de lugares, de hecho ni siquiera con ella. Me esperaría que un ejecutivo con camisa y corbata estuviera aquí, no una mujer tatuada y vestida como si viviera en los 80 estuviera ante esta responsabilidad. Ella nos hizo un gesto para que nos sentáramos y obedecimos.
-Permiso, Agatha. ¿Cómo ha estado?-preguntó Nathaniel.
-¡Nada de formalidades! Parezco vieja, pero solo tengo 28 años. Escuchen, vayamos a lo importante: ¿cómo se sienten ustedes?
-Más que felices, vamos a hacer nuestro primer sencillo auspiciado por una discográfica, ¿qué más podríamos pedir?-pregunté. Ella sonrió, de su escritorio extrajo unos cuantos papeles.
-Este es el contrato, si quieren un abogado les podemos dar uno. Pueden leerlo, en grandes medidas dice que la canción será de ustedes, pero como nosotros les damos el primer empujón debemos recibir un 35% de las ventas totales. Ustedes podrán elegir la caratula del mismo y todo lo demás es de ustedes, solo es eso.-dijo Agatha. Me sentí extraño cuando todos los chicos me miraron, claro, hacia derecho. Era el único que medianamente entendía algo de esto. Leí el contrato y como me pareció que estaba todo bien, decidí firmar primero. Después prosiguió Viktor, Lys y finalmente Nathaniel. Ella sonrió y nos entregó copias de lo que habíamos firmado, se incorporó y nos guio hasta donde deberíamos tocar para hacer la canción. Era un recinto bastante pequeño con aislantes del sonido, tenía todo lo que podía llegar a necesitar cualquier tipo de instrumento, era prácticamente mi paraíso. Los ojos de mis amigos también se iluminaron cuando vieron la sala, pero la voz de Agatha nos distrajo.
-Ay sus reacciones, son adorables. Esta sala es nuestro pequeño orgullo, pero bueno, ¡vamos a la acción! ¿Listos? Conecten lo que necesiten y me avisan, cuando les diga "ahora" ustedes comienzan a tocar. ¿Bien?-dijo Agatha. Asentimos y nos posicionamos en los lugares de siempre. Vimos un vacío junto a Lys y a mí, faltaba Alaska. Mierda, era extraño no tenerla con su enorme guitarra, por lo que decidí tapar el vacío que ella generaba moviéndome hacia donde ella iría. Escuchamos como Agatha nos daba la indicación para que comenzáramos a tocar y las baquetas de Vik sonaron fuertes y claras. La primera guitarra que sonaba era la mía y desaté toda mi furia contra ella mientras Nathaniel comenzaba a acompañar el sonido de su guitarra con la mía. Viktor soltaba todo su odio contra su batería, que soportaba la furia de él como podía. Lysandro, el cual tenía auriculares comenzó a cantar cerca de un enorme micrófono. Todo parecía sacado de un musical, de uno de mis mayores sueños. Estaba tocando con mis amigos de toda la vida una canción para que se mostrara a nivel país en una discográfica sumamente conocida, y todo porque a mi novia se le dio por integrar al rubio en un concurso. Le debíamos mucho a la pequeña. Pero no era tiempo de pensar en ella, la canción trataba de desamor y el rock que nosotros tocábamos no era precisamente agradable ni romántico. Por lo que lo que siempre me ayudaba a tocar con tanto odio y violencia era pensar en las injusticias de la vida: Francis, la sumisa madre de Alaska, mi padre cuando se comportaba como un auténtico imbécil, los que habían golpeado a mi novia... un grito histérico de Lysandro me volvió a la realidad, la canción era así: histeria tras histeria. Veía la pua en mis dedos, la música era mi mejor remedio. Las cuerdas de mi guitarra se movían con la misma violencia que intentaba mostrar la canción, levanté la mirada y vi como Nathaniel me sonreía, venía una parte donde él tenía que sonar muy aguda su guitarra. Mierda, eso lo había aprendido conmigo cuando teníamos 14 años. Le sonreí y corroboré que tocó increíble. La canción ya casi terminaba, hasta que Lysandro le puso final junto a las baquetas de Viktor. Lysandro se sacó los auriculares y observó rápidamente hacia el espejo donde podíamos ver a Agatha en los paneles, ella estaba completamente atónita, nos miramos algo preocupados.
-¿Hicimos algo mal, Agatha?-preguntó Nathaniel.
-¿Mal? ¡Lo hicieron de maravilla! En todos los años que llevo con esto, nunca vi un grupo hacerlo de una. ¿Cuántos días estuvieron ensayando?-preguntó. Cruzamos miradas y yo hablé.
-En verdad desde anoche y un poco hoy de mañana. Esta canción es de Alaska y nos la pudo dar recién ayer por la mañana.-dije. Ella se sorprendió aún más.
-¿Es broma, cierto?-dijo. Todos negamos con la cabeza.-Disculpen, pero ¡a la mierda! Son increíbles, el sencillo ya lo enviaré a editar y eso y supongo que para cuando terminen la entrevista ya podrán escuchar su canción en el aire.-dijo Agatha. Sentí euforias en mi pecho, un sentimiento de alegría que no sentía hacia... bueno, desde Alaska. Chocamos los cinco entre mis compañeros, el aire alegre se respiraba por doquier. Salimos con nuestros respectivos instrumentos y Lysandro se quedó hablando con Agatha mientras Viktor, Nathaniel y yo hablábamos sobre el sencillo. Aun no podía creerlo, todo esto parecía demasiado irreal. En cuestión de horas o tal vez minutos nuestra banda sería escuchada a nivel nacional, ¡nacional! En un país con tanta importancia como lo es Estados Unidos, no lo podía creer.
-Debo decirlo, no entiendo una mierda de lo que está pasando aquí. No sé si estoy drogado, no sé si esto es un sueño porque que por fin nos reconozcan nuestra música parece algo del otro mundo y me alegro que sea con ustedes dos.-dijo Viktor. Le sonreí al igual que Nathaniel.
-Lo mismo digo, siento que todo esto es demasiado nuevo para mí, no quiero ni imaginar cómo estarán ustedes que ya vienen con esto desde hace tiempo.-dijo el rubio.
-Se siente raro, como dice Vik, no sé bien si esto es una especie de subrealidad, no sé, pero no parece real.-dije.
-Es real, Kentin Foster, soy el hijo del dueño de la radio. Algo confuso, ya sé, pero hoy mi padre no puede hacerles la entrevista, sin embargo yo sí puedo. De hecho, antes de que comencemos con la misma, si es que están dispuestos a hacerla, quería comentarles que soy un gran fanático de ustedes. Alaska tuvo un ojo increíble en ti, Nathaniel.-dijo él. Nos extendió la mano y el rubio de inmediato se la tomó, luego Viktor y finalmente yo. Pero cuando tuve sus manos entre las mías noté que llevaba ropa militar, ¿Alaska no había dicho que uno de sus agresores llevaba ropa militar?
-¿Cómo sabes de Alaska?-dije. Kentin pareció bastante sorprendido.
-Es conocida, he ido a varios de sus conciertos y me parecen increíbles. Nada más...-dijo. Viktor resopló.
-Castiel, por favor, controlate. Por mí no hay problema que tú nos hagas la entrevista, de hecho es hasta un poco mejor, eres de nuestra edad y seguramente nos desenvolvamos mejor contigo. Lysandro en breves debería aparecer por aquí. Muchas gracias por los halagos, en verdad nos ayudan a seguir con lo que tanto nos gusta que es la música.-dijo Viktor. Ellos prosiguieron hablando pero yo me dediqué a mirar con cara de pocos amigos a ese sujeto. Es decir, podían haber miles de personas en el planeta con ropa militar, hacia unos años estuvo de moda, pero él parecía cargarlo con orgullo. Rogué que Lys saliera de una buena vez por todas de allí, necesitaba que interfiriera y de hecho, escuché como se despedía y agradecía de Agatha.
-Pronto, ¿vamos a la entrevist...? Oh, buenos días. Soy Lysandro, un gusto. ¿Tú eres?-preguntó.
-Kentin, les haré la entrevista. Síganme por favor.-dijo kentin. Nos dirigió dentro del lugar donde parecía que no había nadie, él iba a la delantera mientras podía ver como Viktor le comentaba algo a Lysandro.
-Sabes, me parece bastante sospechoso este chico. No lo digo por quedar bien, sino porque en verdad es extraño. Mira esto, esta desolado, no hay nadie, ni sonidistas, ni productores, editores, locutores, nada. Y de hecho el estacionamiento de la radio esta igual de vacía que este lugar. Y lo más extraño es él, entiendo que sea el hijo del dueño, pero no puede vestir de esta forma.-dijo Nathaniel. Me sorprendió bastante que estuviera de mi lado, pero él actuaba en base a la razón, no a bandos.
-Lo sé, es todo demasiado extraño. Pero no creo que pase nada y si sucede algo, se supone que es en vivo así que seguramente alguien lo reportará a las autoridades.-dije. Intenté calmarme, lo bueno es que si él era en verdad el atacante de Alaska y Alexy, eso implicaba que anoche cuando ella salió no la pudo herir. Pero no lo sé, todo me sonaba demasiado extraño. Él nos sonrió y nos hizo pasar por la sala de grabación, supuse. Allí habían varios micrófonos y auriculares, otras tantas computadoras y una televisión donde se veía la audiencia y algún anuncio. Nos dio asiento mientras se ponía los auriculares y presentaba el espectáculo.
-Y aquí estamos de vuelta con Demons en el set de grabación, démosle una cálida bienvenida a este nuevo grupo oriundo de Florida. Sean bienvenidos, Lysandro, Viktor, Nathaniel, Castiel y Alaska, que por más que ella no está aquí, es una parte del grupo.-dijo kentin. Los chicos saludaron y yo me remití al silencio, Nathaniel estaba en modo investigación, observando todo. Kentin una vez que nos presentó nos miró, como esperando a que dijéramos algo más además de un saludo. Yo me presenté.
-Hola, audiencia. Somos Demons, como dijo su presentador, somos una banda que comienza a ser conocida hace poco, pero en verdad hace unos 3 años que estamos juntos como banda, a ésta hace 4 meses se nos sumó una muy buena amiga y hace menos de una semana se nos unió Nathaniel, quien ha estado rompiendo la pista desde entonces.-dije. Él me sonrió como agradecimiento.
-Felicitaciones, tienen merecido el reconocimiento. En unos minutos podrán escuchar la primera canción oficial que esta banda publicará, Castiel una pregunta. Tu dijiste que Nathaniel ha estado rompiendo la pista desde que ha llegado, ¿eso significa que Alaska no?-dijo kentin.
-No, no, no es lo que quise decir. Alaska es una parte tan importante de la banda que, sin ella Nathaniel no estaría. Y nos ha ayudado desde el primer día que se unió a nuestra banda. Además, debemos reconocer que su guitarra y voz se lucen mucho.-dije. Kentin hizo un gesto con el rostro como diciendo "si tú lo dices."
-¿Han considerado cambiar el nombre de la banda? Demonios parece hacer referencia a gente del sexo masculino, y si Alaska se ha integrado en la banda...-dijo kentin.
-No existen demonias, la palabra no tiene género así que se aplica para todos. Pero creo que no deberíamos hablar de Alaska, en especial cuando ella no está presente para argumentar o defenderse en caso de que lo necesitara.-dijo Lysandro.
-Por supuesto, seguramente nos esté escuchando, saludos para ti, Alaska. Y tú, Lysandro. Causaste controversia entre tus fanáticas cuando confirmaste que tenías novia. ¿Violeta, cierto?-dijo kentin. Lysandro se sonrojó y los chicos se rieron incómodamente, él le narró un poco lo sucedido entre ellos pero sin especificar demasiado. Me imaginé que si Violeta lo estaba escuchando, estaría más roja que mi pelo. Kentin prosiguió indagando con Viktor, el cual le dijo que le gustaba una chica pero no dijo quién y Nathaniel el cual no respondió, era demasiado reservado para su vida privada.
-¿Y tú, Castiel? ¿Alguna persona especial?-preguntó kentin. Esta vez fue mi turno de sonrojarme, iba a contarle a todo aquella persona que estuviera escuchando esto que tenía novia, y no era cualquier persona: Alaska. Lo que todos los medios de comunicación sospechaban se haría realidad y ya no tendríamos que ocultarnos, podría besarla cuando quisiera y donde quisiera, es decir, lugar físico no zona del cuerpo... Mierda. Debía dejar de pensar en ello. Suspiré, le sonreí a kentin y eso le dio a entender que sí tenía pareja.
-Sí, de hecho del grupo solo Lysandro, Alaska y yo tenemos una pareja estable y que parece ser duradera.-dije.
-¡Vaya confesión! Y completamente en exclusivo de la mano de radio 14. Apuesto que muchos medios masivos de comunicación matarían por ese dato. ¿Puedes contarnos quién es?-dijo kentin. Iba a hablar pero mi celular me interrumpió. Vi el mensaje por las notificaciones y vi que se trataba de Alaska enviándome una foto, por un instante me sentí ella y me dejé guiar por la curiosidad. De haber sabido de lo que se trataba, jamás hubiera abierto esa foto. Lo que vi allí hizo que mi rabia creciera a un punto anormal, me dejé guiar por mi temperamento de mierda. Alaska me acababa de enviar una foto de ella siendo besada por Dakota. Sí. Él estaba tomándose una selfie mientras besaba en los labios a Alaska, él la tenía con fuerza de los mofletes y ella tenía los ojos cerrados, estaba pálida y ojerosa. Dakota tenía un enorme machucón en el ojo, casi invisible por el ángulo de la foto, pero se podía ver algo. Pero no me importaba el estado que él estuviera, solo podía ver ese beso. Alaska no lo estaba deteniendo, ni siquiera parecía oponerse. De hecho tenía los ojos cerrados como si estuviera dormida, sedada o teniendo un gran placer por el acto. No supe cómo reaccionar, mi corazón se quedó inmóvil por un segundo. Después llegó la traición, ¿cómo se atrevía a hacerme eso? ¡Había dicho que me amaba! Que hija de puta, las mujeres eran todas iguales, todas eran exactamente iguales a Debrah. ¡Todas y cada una de ellas! Me incorporé de inmediato, cargado de odio, dejé los auriculares en la mesa y me dirigí hacia la salida. Sin embargo, la mano de kentin me lo impidió, me tenía del brazo con algo de fuerza.
-¿A dónde vas?-dijo.
-¿Qué mierda te importa? No, no. ¿Sabes qué? No tengo novia, tengo una hija de puta traidora que se deja besar por imbéciles. Eso es lo que tengo, tú, la persona que solía ser mi novia. Si estás escuchando esto, terminamos. Vete a la mierda.-dije. Me fui del salón sin siquiera mirar atrás. Escuché de inmediato pasos de alguien, se trataba de Lysandro. Me llevó hasta la salida donde pudimos estar solos.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué hablas así de Alaska? No te ha hecho nada, si es por lo de Alexy...-dijo Lysandro. Lo interrumpí de inmediato.
-¡Sabes lo que me pasa! ¡Alaska es una puta de mierda! Mira, mira lo que me ha mandado. ¡Encima es tan asco de enviármelo! Pudo haberlo mantenido en secreto como lo hizo con Alexy, pero no, le gusta ver como sufro por ella. ¿Lo ves? ¡¿Ahora puedes verlo?! Es precisamente por estas cosas que no quería enamorarme. Debes terminarle a Violeta, te hará lo mismo Lysandro, y no quiero verte atravesar la mierda que estoy pasando por este momento.-dije. Lysandro tomó mi celular y se sorprendió tanto como yo lo hice en su momento. Pero posteriormente comenzó a agrandar la pantalla y a buscarle la vuelta.
-Cast...-dijo Lysandro. No lo dejé hablar.
-Castiel nada, Castiel está enojado. No es justo, Lys. ¡Siempre me pasa lo mismo! Y lo peor, es que ella pudo haber jugado conmigo antes, cuando no me importaba tanto, pero esperó a aprovecharse al máximo de mí para clavarme el cuchillo por la espalda. Qué asco me dan las mujeres, son todas unas traidoras, son todas unas mierdas.-dije.
-Castiel, clamate. Mira, Alaska tiene esposas en esta fotografía. Se ve pálida, seguramente no se encuentre bien. Además mira este mensaje que te acaba de enviar, no suena como ella.-dijo Lysandro. Él me entregó mi celular y pude ver que ella había enviado un par más de mensajes.
Alaska: Oh, lo siento. Era para Dakota, jaja que incómodo, ¿no? Bueno, cuando llegues a Florida te lo compenso.
Eso fue el puto colmo, tomé el celular y lo lancé al suelo con todas mis ganas. No me importaba los contactos, las fotos, nada, solo quería romper algo. Me tomé de la cabeza y sentí que quería arrancarme cada pelo de mi cabello. Necesitaba romper algo, era eso o terminar golpeando a alguien. Así que con mi mayor enojo comencé a golpear un tarro de basura, sentía que cada patada que daba me dolía más que la anterior. Poco me importaba, solo quería desquitarme. Sentí como dos pares de manos me tomaron como pudieron ya que estaba sumido en una histeria incontrolable. Me volteé con cara de pocos amigos y encontré a Lysandro y a Viktor intentando calmarme.
-¡Debes calmarte! No es ella, ¿no lo entiendes? ¡No es Alaska! ¿Crees que se dejaría hacer eso? Ella no es una persona con quien debas meterte, seguramente le hubiera dado un puñetazo antes de que pudiera respirar nuevamente. Es obvio que alguien te está jugando una broma, si no fueras tan imbécil de haber roto tu celular, podrías haber visto que ella estaba encadenada.-dijo Lysandro.
-¡¿Qué?! ¿Qué mierda dices? Ten, pon tu número de teléfono en el mío y busca la foto que ella te envió. Si en verdad te está engañando con él te acompaño en tu furia y te dejamos que rompas todo lo que quieras, pero si Alaska está encadenada, algo grave le debió pasar.-dijo Viktor. Me dio su celular y resoplando ingresé mi teléfono. Allí cargaron los datos y pude ver nuevamente el mensaje que me envió Alaska, le di el teléfono a Viktor.
-No puedo ver eso, miren la foto y juzguen por ustedes mismos.-dije. Lysandro aún no me soltaba, de hecho me tenía con tanta fuerza que comenzaba a lastimarme, pero no me importó demasiado. Ellos tres se apelotonaron para ver lo que el peliblanco decía, agrandaron la pantalla y después de unos segundos, todos me observaron completamente asombrados. No lo podía creer, Alaska en verdad me había traicionado. No lo hubiera esperado de ella, de hecho creía que había encontrado la persona con la que quería estar por siempre y he aquí esto... no lo podía creer.
-Está encadenada con esposas enormes.-dijo Viktor.
-¿Puedes reenviarme esa imagen? Kim está haciendo un curso de policía y ya estuvieron viendo los tipos de esposas, seguramente nos pueda ayudar.-dijo Nathaniel. Viktor le reenvió la imagen y él a su vez a Kim. Para mí estaban intentando justificar lo injustificable, seguramente si ponía un micrófono en el auto y si yo me iba, ellos hablarían de como mi ex novia me traicionó. Sí, definitivamente era mi ex novia, no iba a estar con alguien que por segunda vez había estado besando chicos mientras estaba de novia conmigo. O chicas, a esta altura mi paranoia y el hecho que mi ex novia fuera bisexual no me ayudaba en nada. Lysandro ahora me soltó y me puso una mano en el hombro.
-Todo va a tener una lógica razonable, te lo prometo, Castiel. Ella no es el tipo de persona que te haría algo así.-dijo Lysandro.
-Me da igual, Lys. No puedo estar con ella, lo mejor que me ha pasado se volvió en contra de mí, mejor estoy solo. No estoy feliz pero al menos no estoy triste.-dije.
-¿Qué dices? Mientras estuviste solo entre Debrah y Alaska tu vida fue una miseria, fumabas unos 30 cigarros por día, no podías correr una cuadra porque tus pulmones estaban hechos mierda, tuviste que ir al médico por tu hígado varias veces por todo lo que tomaste, yo estoy seguro que si en esos momentos te sacabas la campera encontraríamos cortadas. Basta, Castiel. Alaska es lo mejor que te pasó, y ya no lo digo porque ella es mi amiga, también es porque tú lo eres y ambos se complementan de una forma impresionante. Fue eso lo que me dijo que no tenía ni siquiera una chance con ella antes de que fueran pareja.-dijo Viktor.
-exacto, fuimos. Nada más que eso.-dije.
-Tal vez esto te abra los ojos. Mira, Kim dice que eso no son esposas convencionales, las de policía. Dice que cree que son una especie de esposas que se ponen en las manos, tan gruesas que son imposibles de romper o escaparse, a su vez esas esposas tienen eslabones que hacen que se puedan atar a una pared o suelo. Y a juzgar por la palidez y las pronunciadas ojeras de Alaska, diría que ella está secuestrada, además mira: su maquillaje está muy corrido. En sus ojos parece que hubiera estado llorando y el maquillaje se hubiera corrido. Yo no sé mucho más de lo que aprendí con mi hermana. Pero ella cada vez que quiere algo se pone maquillaje, se lo restriega con las manos y parece que hubiera llorado. Después pone vocecita tierna y listo.-dijo Nathaniel.
-¿En verdad todos creen que ella está secuestrada?-pregunté. Todos ellos asintieron. Suspiré, no podía ser.- Dejame ver la foto una vez más.-dije. Observé con cada detalle la imagen, sentía ganas de tirar a la mierda el celular, odiaba ver como la estaba besando. Lo peor es que yo la besaba exactamente igual cuando me causaba ternura: la tomaba de los cachetes con cuidado y le daba un suave beso. Mierda. Me enfoqué en su mirada, tenía los ojos cerrados y Nathaniel tenía razón en todo lo que decía. Sus labios maquillados de negro se habían corrido y no parecía que fuera por otro motivo más que por un poderoso beso. No lo sé, en verdad no tenía ni idea de cómo el maquillaje funcionaba. Dakota parecía que la estaba obligando a besarlo, ¡quería matarlo! Honestamente no sabía qué esperar, en el fondo quería que esto se tratara de una enorme broma. Pero si no lo era tendría que decirle adiós a la chica de mis sueños, sin embargo si ella estaba secuestrada implicaba que si me quería y que nunca me había traicionado. ¿Qué tan mierda debía ser para "querer" que ella estuviera secuestrada? Solo quería tenerla en mis brazos.
-Voy a llamar a Violet. Ella debería saber si Alaska está o no secuestrada, a fin de cuentas Violet y Rosa fueron las que deberían haber estado toda la noche con Alaska.-dijo Lysandro.
-¿Alguien tiene el número de Dakota? Tú deberías tenerlo.-dijo Viktor. Solté una risa completamente sarcástica y negué con la cabeza.
-¿En serio crees que tendría el celular de ese hijo de puta? Lo dudo mucho. Pero tal vez Rosalya y Violeta lo tengan, a fin de cuentas simpatizaron con él.-dije. Lysandro de inmediato abrió los ojos como platos.
-¡¿Qué?! ¿Violeta? ¿Estás completamente seguro?-dijo él. Asentí, refunfuñó algo y marcó el número de su novia y éste no le atendió, sonaba y sonaba. De inmediato Lysandro comenzó a preocuparse tanto como estaba yo.-Carajo. ¿Y si la secuestraron a ella también? No, no, no. No mi Violet. ¡Mierda que conteste el condenado teléfono!
-Sigue llamando, yo llamaré a Rosa.-dijo Nathaniel. Puso su celular en altavoz y tras dos tonos de marcado escuchamos como una somnolienta Rosalya nos respondía.
-Rosa: ¿Nathaniel? ¿Eres tú? ¿Qué sucede? No sabía ni que tenías mi número.
-Escucha, Rosa. Es una emergencia. Necesitamos que nos digas qué sucedió anoche en el bar.-dijo Nathaniel.
-¡Rosa! ¿Violeta y tú están bien? ¿Y Alaska? ¿Está con ustedes?-dijo Lysandro. Se escuchó una pausa detrás del móvil y Rosa ahora habló un poco más nerviosa.
-Rosa: Ehhhh, Violeta está durmiendo conmigo en mi casa. La tengo al lado de mí, si quieren la despierto. Con respecto a Alaska anoche nos llegó un mensaje a Violet y a mí que no se sentía bien y que se iría a su casa, que había discutido con Castiel y que no estaba de humor para ello. Por ende, ya que Violeta y yo estábamos allí decidimos divertirnos, espero que no te moleste, Lys.
-¿Segura? Porque Ámber le sacó una foto a Alaska entrando al bar con un tipo que creemos que es Dakota. Además a mí me llegó una foto del celular de Alaska donde ella es besada por él, Nathaniel dice que esta encadenada y que seguramente estuvo llorando.-dije.
-Rosa: ¡¿Qué?! Vengan de inmediato a Florida, necesito que me expliquen eso de inmediato. Si quieren nos encontramos en mi casa, Lysandro y Castiel saben cómo llegar.
-Genial, nos vemos allí. Gracias por todo, Rosa.-dijo ella. Tomé mi celular completamente atónito y vi una vez más la imagen. No lo podía creer, ¿en verdad mi novia había sido secuestrada? Dakota lo iba a lamentar, y mucho. Todos mis amigos corrieron al auto de Viktor, él se sentó en el lugar del conductor y yo en el del acompañante, aun no podía creerlo. ¿Quién tendría un problema con ella? Alaska era un ser bondadoso y lleno de amor, en verdad no. Pero conmigo si lo era. ¿Francis estaría involucrado en esto? ¿Su madre? ¿Su ex novia? Alaska había dicho que era una persona muy fría, ¿sería capaz de hacer eso? Al menos sabía que no podía desconfiar de las cuatro personas que tenía enfrente, todos habían estado conmigo mientras ella fue secuestrada. Por un instante me pregunté qué es lo que le podrían estar haciendo, ¿golpearle? ¿Torturarla física o mentalmente? ¿Besarla? ¿Violarla? ¿Matarla? Mierda, debíamos encontrarla y rápido. Le escribí un mensaje a quien fuera que tuviera el celular de mi novia.
Yo: Vamos a por ti, hijo de puta. Tocale un pelo a mi novia y te quedarás sin huevos.
Alaska: ¿Qué dices, cariño? Soy yo.
Yo: Y una mierda, vamos a por ti y juro que voy a matarte.
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