Capitulo 35: Quiebre


La tensión en el paddock era palpable. Cada minuto parecía estirarse, cargado de expectativas y secretos. Charles y Carlos continuaban su investigación con la esperanza de desentrañar la verdad detrás del sabotaje. Sin embargo, la presión estaba empezando a hacer mella en Charles.

Era una tarde particularmente calurosa y agobiante. Charles había estado revisando meticulosamente sus notas y documentos, pero su mente estaba nublada por la acumulación de estrés y frustración. Mientras caminaba por el garaje, sus pasos se volvían cada vez más pesados.

Finalmente, Charles encontró un rincón apartado, en el que se dejó caer al suelo, agotado. Carlos, que lo había estado observando con creciente preocupación, se acercó y se arrodilló a su lado. La escena que tenía frente a él era dolorosa: Charles, normalmente fuerte y decidido, estaba visiblemente quebrado.

—Carlos, no aguanto más —dijo Charles, su voz temblorosa—. Estar en Ferrari siempre fue mi sueño y ahora darme cuenta de esto duele. He dado lo mejor de mí, horas de dedicación, esfuerzo, sudor, lágrimas, para que ahora me quieran botar como si no valiera nada. Pero aquí la verdadera pregunta es, ¿cuál es la razón? En una escudería tan grande y prestigiosa como Ferrari no harían esto sin tener un plan bien estructurado.

Carlos se inclinó para abrazarlo, apretándolo con fuerza.

—Lo sé, Charles. Lo sé. No puedo imaginar lo difícil que debe ser para ti. Has dado todo por este equipo, y ver cómo se desmorona así debe ser devastador. Pero, por favor, no pierdas la esperanza. Estamos cerca de descubrir la verdad y de exponer a los responsables.

Charles se aferró a Carlos, buscando consuelo en su abrazo.

—Me duele tanto porque todo lo que he hecho ha sido con la esperanza de que algún día esto significara algo. Ahora, siento que todo ha sido en vano. No entiendo por qué están haciendo esto, qué ganan con hundirme.

Carlos lo miró con una determinación inquebrantable.

—No vamos a dejar que esto quede así. No importa lo que hayan planeado, no lo permitiré. Te prometo que encontraremos las respuestas y que haremos justicia.

Las palabras de Carlos dieron a Charles una chispa de esperanza en medio de su desesperación. Sabía que, aunque el camino por delante era incierto y peligroso, tenía a Carlos a su lado.

—Gracias, Carlos. No sé cómo habría llegado hasta aquí sin ti. Me das fuerzas para seguir adelante.

Carlos asintió, con la firme resolución de enfrentar lo que viniera.

—Estamos juntos en esto, Charles. Vamos a descubrir la verdad y asegurarnos de que la justicia prevalezca. Te lo prometo.

Charles se levantó lentamente, impulsado por el apoyo de Carlos. Aunque la situación seguía siendo grave, el consuelo y la determinación compartida entre ellos les daban la fuerza para seguir adelante.

Los días que siguieron fueron intensos y agotadores. La búsqueda de pruebas se volvió más urgente. Carlos y Charles estaban más decididos que nunca a sacar a la luz el entramado de corrupción y sabotaje.

Mientras el equipo continuaba su investigación y preparaba el terreno para el enfrentamiento final, la certeza de que estaban cerca de descubrir la verdad era el motor que los impulsaba.

A pesar de los desafíos que enfrentaban, Charles y Carlos estaban listos para confrontar el oscuro secreto de Ferrari, dispuestos a luchar hasta el final.

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