Capítulo 12

Estábamos en uno de los lugares de reunión, Vince tenía un mapa en medio de la que usamos como mesa.

-- Ahí, seguiremos las vías como dijo Aris y llegaremos al final, ahí es donde tienen a Minho -- Thomas comenzó a hablar -- llevaremos a quien sea que pueda pelear --

-- ¿Que cosa? nos llevó seis meses llegar aquí. No podemos quedarnos ahora. Quieres deambular un punto en el mapa, ¡Ni siquiera sabes lo que hay ahí! -- le gritó acercándose peligrosamente a la cara de Thomas.

-- Yo sí... -- la voz de Jorge los saca de la discusión -- Estuve ahí, la última ciudad, así la llamó C.R.U.E.L era su base de operaciones, si eso sigue así es el último lugar al que quieres ir, es la boca del lobo --

-- Nada que no hayamos enfrentado ya -- habló Thomas de nuevo, tenía razón, con mis propios ojos he visto como C.R.U.E.L se esfuerza realmente en atraparlos.

-- ¡La última vez que intentamos hacerle frente perdí todo lo que tenía! -- sí, había perdido a Mary por culpa del disparo de Janson -- Perdimos el factor sorpresa... Yo sé que es por Minho, pero no vale la pena que arriesgue a todos por un hombre, ¿Bien? -- ok, eso me enfureció, ¿Qué no pensaba en mí?, cuando él conoció a Mary quedó cautivado, pero nunca la hubiera conocido si yo no la hubiera salvado horas antes de un grupo de crancks.

Y tampoco hubieran compartido su vida por esos cortos años de no ser porque casi lo golpeo para que le dijera lo que sentía por ella.

¿Ahora dice que no vale la pena ir a buscar a Minho?

-- Será una semana y volveremos rápido -- refutó Thomas.

-- No... -- levanto mi mirada de inmediato hacia Vince por su contestación -- tenemos a más de cien muchachos allá afuera, cien muchachos que logramos arrebatarles a C.R.U.E.L, prepararemos el bote y sarparemos lo más pronto posible --

-- ¿Temes por tu vida? -- sentí las miradas de todos en la sala encima mío, me había mantenido callada durante toda la discusión -- ¿Mmh? -- estaba enojada, no, furiosa.

-- ¿D-de que estás hablando? -- lo voltee a ver con enojo.

-- Tu actitud --

-- Estoy cuidado a todos esos niños... Y no arriesgaré que se los lleven por tu estúpido capricho con ese maldito asiático -- me levanté de la silla dónde estaba, quitando mis codos recargados.

-- ¡Es el padre de mi hijo el que C.R.U.E.L tiene entre sus garras! -- lo estampé a la mesa, estaba harta de toda esta actitud de líder supremo que no obedecía ni aceptaba concejos de nadie.

-- Ya te lo dije... No dejaré que se los lleven -- hablaba algo entrecortado ya que lo sostenía de la camisa que tenía.

Me quedé mirándolo con rabia, quería golpearlo hasta que no pudieran conocerlo como Vince.

De pronto las luces se apagaron, fruncí las cejas extrañada por eso. Una radio comenzó a sonar a lado nuestro captando la señal de alguna transmisión.

Salgo algo apurada al entender las palabras que se escuchan a través del aparato, a lo lejos, en realidad no tanto, varios Bergs y helicópteros pilotean y alumbran con grandes faros unos edificios destruidos.

-- Están cerca -- escuché de nuevo a Vince a mis espaldas. Me observaba fijamente al rostro, como citando de forma burlona un "Te lo dije".

-- Llevátelos a todos mañana y mantenlos a salvo... Cuida a Kyong  -- camino sin prisa entre las pocas personas que salieron a ver también los Berg.

No escucho contestación de su parte, pero sí como la voz se corre informando a todos que comiencen a empacar antes de dormir.


Cierro con fuerza el cierre de la mochila.

Reviso las balas de mi arma de la pierna y vuelvo a colocarla en su lugar.

Está todo listo.

Antes de salir de mi carpa me detengo y regreso a besar la frente de Kyong que está plácidamente dormido.

Puedo escuchar sus leves ronquidos, su pecho subir y bajar lentamente y su cabello alborotado.

Coloco su gorra en mi almohada y debajo una nota diciéndole por qué no me encontrará en unas horas más.

“Iré por el amigo que no pudimos rescatar, regresaré en una semana.  Obedece a Vince, no importa si quiere irse a otro lado lejos, tú ve con él y espera mi regreso”

Abandono nuestro pequeño e íntimo hogar y salgo a la par de Brenda y Jorge.

Ellos asienten hacia mí comenzando a caminar juntos hacia una camioneta.

-- ¿A dónde vas, mamá? -- una
vocecilla muy conocida me detiene de seguir caminando.

Les hago una seña a Jorge y Brenda para siguieran caminando y ellos obedecen.

-- Tú deberías estar dormido jovencito -- me volteo dándole una mirada aparentando estar enojada.

-- No puedo dormir sabiendo que mi mamá planea irse sin decirme nada a buscar a otro hombre -- se cruza de brazos viéndome con una mueca enfadada.

Alcé una ceja por su acción, ¿Quién se creía este chaparro?

-- Te dejé una nota... Y no es otro hombre, iremos por el amigo de Thomas y los demás -- le explico acercandome más.

-- Papá y yo somos los únicos en tu vida -- suspiro agotada, él es una mula pero mula.

¿¡Por qué lo cargué en el vientre por nueve meses para que al final resultará demasiado parecido a Minho!?

-- Hay algo que aún no te he dicho -- me mira con esos sus ojos rasgados -- el chico por el que vamos es más que un chico -- su confusión se nota aún a kilómetros -- el nombre del muchacho es Minho... -- sus pequeños ojos se abren de más ante mis palabras -- y tú y él tienen mucho de lo que hablar... Porque no dejaré que se vaya tan fácil de nuevo de nosotros --.

-- M-mamá -- se quedó callado bajando de repente su cabecita, me preocupé por ese gesto -- tráelo de vuelta -- me arrodillo a su altura tratando de escuchar entre sus susurros -- trae de regreso a papá -- levantó la mirada viéndome directo a los ojos. Una sonrisa y lágrimas se mostraban entre todo su rostro.

Le sonreí de regreso sintiendo mis ojos pícar por toda su actitud hacia la situación que le mostré con esas simples palabras. Lo abracé apresurada besando sus cabellos y su frente con desespero, está salida sería peligrosa, demasiado y temía por mi vida.

Él ya lo sabía, y solo me abrazaba más fuerte por todo esto que estamos atravesando juntos.

Mi niño, eres el mejor hijo que pude haber esperado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top