PREFACIO
12 de agosto, 2022
Mis dedos sobre el teclado se mueven con una rapidez que incluso a mí me sorprende, las oraciones van tejiéndose y mi imaginación va plasmando en letras lo que antes vagaba solo por mi mente. He aprendido a hacerlo a mi modo, los esquemas que encontraba en internet no me funcionaban al inicio y siempre pensé que la culpa era mía por no poder encajar con ellos; con el tiempo comprendí que cada escritor funciona a su modo, mi planificación se reduce a anotar en una agenda todas las ideas que llegan, luego empiezo a unirlas y al final veo lo que resulta.
Es curioso, bastante, la verdad. No he escrito más que un libro y unas cuantas historias cortas que dejé a medias, pero mi vínculo con la escritura ha ido haciéndose cada vez más fuerte con el paso de los días. ¿Cómo una actividad puede convertirse en parte de ti? Imagino que es lo que sucede con mi hermana cuando actúa, creo que Ada no sería ella misma si no tuviera la actuación consigo.
He tenido dudas, en plural porque sí, fue más de una y la conversación que tuve hace unos días con mi cuñado consiguió aclararme un poco la mente. Siempre he querido igualar a Ada, ser cómo ella; pero nunca me había dado cuenta de que no hace falta parecerme a ella para poder enorgullecerla. Me encargué durante toda mi adolescencia de alcanzar los mismos méritos que mi hermana, porque, incluso si ella no siguió el orden de vida que suele seguir el resto de la gente, sus méritos escolares le permitían acceder a la universidad que ella deseara. Me divertí, lo hago aún, claro que sí, puede que un poco de más, pero he mantenido mi estatus académico siempre en alto.
Mamá nunca ha sido muy exigente, Ada tampoco, ambas me han dejado en claro que lo importante es que yo sea feliz; no obstante, la autoexigencia ha sido siempre mi peor enemiga y me comenzó a pasar factura cuando mis compañeros iniciaron a comentar lo que querían hacer con su vida una vez que la escuela finalizara. Han sido semanas, incluyendo las que pasé bajo la sombra de Billy, el exnovio de Adara, que me retuvo por unas semanas solo para torturar mentalmente a mi hermana. Una experiencia para nada agradable y que aún sigue presente en las noches donde no consigo conciliar el sueño. Mantengo mi postura de que es algo que volvería hacer, porque lo haría, pero por supuesto que ha dejado secuelas en las que aún trabajo. El punto de esto es que, ese suceso, por más traumatizante que fuese, consiguió hacerme ver algo: no era más que la hermana pequeña de Ada. ¿Quién es Kiara Harmony? La hermana menor de la princesa de Hollywood. No me malentiendan, amo a mi hermana con todo mi ser, puede que incluso más que a mí misma, fue por ello que no me rehusé a entregarme para que la dejaran en paz, pero quiero ser más.
Es un honor poder decir que Adara Harmony es mi hermana mayor; sin embargo, sería increíble que se me reconociera por algo más que un vínculo familiar. Mi autoexigencia ha puesto eso como meta: ser alguien por mi cuenta. Que, cuando mi nombre se mencione, no giren el rostro a mi hermana, sino que me admiren por quien soy. Así que, cuando todos empezaron a decir lo que querían ser, lo único que vino a mi mente fue: ¿Qué profesión me hará sobresalir lo suficiente como para que se me reconozca? No pensé en mi escritura, no lo hice porque sé bien que ese no es un camino fácil y me aterraba la sensación de poder fallar. ¿Qué tal si la escritura no era para mí? ¿Cómo saberlo? Un clic, siempre me guie de ese clic que mencionaba Ada al hablar de actuar. Un clic que he ansiado sentir y que hasta ahora no ha llegado a mí, pero Lois, mi cuñado, dijo algo que baila en mi mente desde entonces.
—No creo que tu clic sea similar al de tu hermana, su pasión es actuar y lo descubrió plantándose frente a un escenario, es algo momentáneo, no escribes un libro en dos horas, puede que tu clic llegue cuando lo termines o cuando leas lo que has escrito.
Así que eso estoy haciendo, escribo mi epílogo, ansiando sentir algo similar en cuanto el punto final esté escrito. Me concentro en las letras que van apareciendo en la pantalla conforme mis dedos continúan moviéndose. Organizo las palabras en mi mente y sigo el camino que me lleve a la escena final que tengo planteada desde que inicié a escribir esta historia. «Fin» No noto que mis lágrimas están empapando mis mejillas hasta que una mancha el cuadernito que tengo frente a mí.
Un calorcito me abriga el pecho cuando leo la ultima oración que escribí. Más de cuatrocientas hojas escritas por mí y no sé como describir con exactitud lo que siento, imagino que debe ser algo como el orgullo, quizá sea eso. No sé si esto sea un clic, yo lo describiría como una sensación tibia, cautivadora, adictiva. Es algo que te llama a volver a repetir la ocasión, volver a escribir un final, ¡ja! Como si eso fuese tan fácil.
Adjunto el documento a un correo que le envío a Lois, el asunto es: Al parecer tenías razón, hallé mi clic.
Bueno, supongo que la licenciatura de escritura creativa me dará lo necesario para pulir mejor mis escritos, para conseguir las herramientas que requiero para sobresalir lo suficiente en esto. Me aterra, mucho, si soy sincera. Pero imagino que la valentía que me caracteriza al enfrentarme a temores físicos, servirá también para hacerle frente a lo que sea que pueda salir de este intento. Tengo un año para prepararme, puede que unos meses más para aplicar a una universidad que me reciba y unas cuantas semanas para estar completamente lista para la atemorizante vida universitaria.
¿Qué monstruo puede ser tan grande como para detenerme?
estoy emocionada, just that
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top