CAPÍTULO 35

20 de junio, 2029

Simon

Juego con Jane que sonríe sobre mis piernas y me balbucea robándome suspiros. Adara está a mi lado contándome cómo le está yendo en el rodaje de la película que está grabando. Es una especie de "come back" para ella, porque se ha abstenido de participar en proyectos desde que quedó embarazada.

—Oregón me está gustando mucho y disfruto bastante ver las fotos que Lois y Jane se toman.

—¿Alquilaron un departamento?

Ella asiente.

—Tengo el trailer a mi disposición y solía bastar cuando solo éramos Lois y yo, pero Jane necesita espacio, por eso decidimos mejor alquilar un lugar, para mayor comodidad.

—Ojalá siguiera en secundaria —Kia interviene, dejando la cocina para venir a acompañarnos.

—Te la pasarías metida en las grabaciones conmigo, de seguro.

—Cuando salga de vacaciones podría darme una escapada.

Jane extiende los brazos a su tia y Kiara la recibe. Adara sonríe.

—Deberías usar ese vale para el Eurotrip, Eli sigue esperando que le confirmes la fecha.

—¡Es cierto! Voy a ver de acomodar mi agenda para programarlo.

—¿Eurotrip? —pregunto.

Kia me cuenta sobre la apuesta que hizo con su concuñado y sonrío cuando me dice que planea hacer ese viaje pronto, no sé si quiere hacerlo sola, pero si no, no me molestaría acompañarla.

—¿Ya comemos? —indaga Lois, apareciendo con el delantal aún puesto.

Aún no he tenido oportunidad de conversar con él, cuando llegué con Kiara, él ya estaba metido en la cocina y las ganas de estar con Jane pudieron más, ¿que puedo decir? Esta niña es encantadora.

Ada se pone de pie para poner la mesa y yo aguardo con Kiara y Jane en el sofá.

Resulta un poco extraño ver a Adara haciendo algo tan común como colocar cubiertos para la cena, supongo que a veces tenemos una idea algo distorsionada de los famosos, olvidamos que también son personas, no solo figuras públicas.

—¿A qué países irás en ese viaje? —le pregunto a Kia.

Jane tiene las manos en sus mejillas.

—Aún no lo he pensado —me responde con una voz graciosa.

Yo sonrío. La pequeña rubia la suelta y se deja caer sobre mi regazo, extiende las manitas y las cierra en puños. Kiara le hace cosquillas y ella rie mientras se retuerce e intenta huir.

—Vengan ya —nos llama Adara y viene a tomar a Jane para sentarla en su sillita para comer.

Me siento junto a Kia, Ada a la cabecera, a su lado Jane y, al lado de ella, Lois.

Hablamos otro poco sobre el rodaje, me muestran fotos de Jane en Oregón y, cuando llega el momento, preguntan también sobre el libro.

—¿Lo publicarán? —indaga Lois.

Espero a que sea Kiara quien responda, no quiero meterle presión aunque sé bien que ella si quiere verlo en papel.

—Lo hemos pensado —le dice—, ¿te paso el docu para que lo leas?

—Estaría encantado —le sonríe.

Kia empieza a contarme que cuando Lois empezó a salir con su hermana leía con ella los libros que le gustaban para que puedan conversar sobre ello.

—... y por eso es mi cuñado favorito.

—Soy tu único cuñado, rubia.

Kia rueda los ojos.

—Igual.

—También es porque Lois te cumplía los caprichos de sacarte a pasear cuando ibas con nosotros a los rodajes, no puedes negarlo.

Mi rubia se encoge de hombros.

—Las razones son irrelevantes.

Todos nos echamos a reir.

Parece que Jane también ama la comida de su papá porque su plato queda vacío para el término de la cena y su carita está llena de una pasta verde que, al parecer, le encantó.

—Yo me encargo de lavar con Kia —informa Adara y le guiña el ojo a su esposo que capta rápido y me señala a la sala con la mirada.

Agradezco y lo acompaño, no estoy nervioso, para nada, después de todo, creo que Lois sabe que quiero a Kia.

—Tarde, pero gané mi apuesta —me sonríe—, ¿están bien?

Asiento.

—Todo está yendo de maravilla, si te soy sincero.

—¿Tienes algún plan para ese libro?

—¿Por qué?

Se encoge de hombros.

—Sé leer a las personas —me dice—. Estás ocultando algo respecto a eso, ¿qué es? Si se puede saber, claro.

Hace unos días fui a hablar con la señorita Gerard para comentarle respecto a la idea de publicar el libro, para mi sorpresa, ella ya había pensado en eso y me dijo que había seleccionado algunos manuscritos para enviarlos, entre esos estaba el nuestro y ya habia pasado la primera fase de selección.

Le digo eso a Lois que sonríe, imagino que orgulloso de Kiara, ella me dijo que él fue quien la animó a dedicarse a esto y es él a quien le confío su primera novela.

—Pero Kiara me dijo que le daría ansiedad tener que esperar por una respuesta —le explico lo que sucedió con Dylan—. Entonces he preferido guardármelo hasta que sea seguro, ¿crees que se enoje?

Se lo piensa un poco y eso me hace temer por reacciones futuras.

—No lo creo, después de todo, fue ella quien te dijo que no lo soportaría, además, no has enviado la propuesta tú, no actuaste sin su consentimiento.

—De verdad no quiero someterla a ese estrés, además, ya se vienen los examenes y se volverá un poco loca de pensar en todo.

Asiente.

—Si llegase a enojarse, que lo dudo, me echas la culpa —sonríe.

—Realmente te agrado, ¿eh?

Se rie.

—Como te dije, sé leer a las personas.

—¿Gajes del oficio?

Se encoge de hombros.

—Debo saber si mi cliente está mintiéndome, no puedo defenderlo si no me dice la verdad.

—Además —mi rubia hace acto de aparición—, a Lois no le gustan los chismes que vienen de mentiras.

Se sienta a mi lado y Lois rueda los ojos.

—Tú ibas a lavar los platos —le recuerda.

—Ya lavé —le informa, sacándole la lengua.

—Estaba conversando con Simon —le dice.

—Tiempo pasado —le sonríe mi rubia—. Ahora estás conversando con ambos.

Lois suspira, derrotado, yo me rio.

—A veces me caes un poquito mal —le dice.

—No, tú me adoras, soy la hermanita que nunca tuviste.

—Cierto, pero eso no quita que ahora me caigas un poquito mal —reitera—. Quería hablar con Simon, no sé hasta cuando no lo volveré a ver.

—Es mio y no te lo voy a compartir —lo reta.

—Kia.... —intervengo, ella me mira mal.

Ah, viejos tiempos, echaba un poco de menos sentir su odio.

» Me ves todos los días —le recuerdo.

—Ya, es que Lois es un acaparador —dice, el aludido se indigna un poco.

—Kiara, deja de hablarle así a mi esposo —la regaña Adara, apareciendo por el pasillo—, y ven aquí, Papita quiere jugar contigo.

La pequeña colabora llamándola "Ti, ti", lo que derrite a Kia y sin rechistar va tras ella, las tres rubias desaparecen, dejándonos solos otra vez.

—Entonces... —Lois se acomoda para mirarme—. Te decia que me agradas y eso es, de algún modo, reconfortante. Siento confianza como para que Kia esté contigo sin tener que preocuparme porque pueda salir lastimada. Su anterior saliente me daba muy mala espina y no me equivoqué.

—Yo puedo prometer que haré lo posible porque ella esté bien y feliz.

—Ya lo creo que vas a cumplirlo. Kia no tardará demasiado, creo que teme que te cuente las anécdotas ridículas que he compartido con ella.

—¿Y las vas a compartir? —pregunto, realmente interesado.

Él se ríe y empieza a hablar. Al parecer Kia tenía cierto amor por los dinosaurios cuando era adolescente, Lois me dice que sabía todo sobre ellos y lo llevó al museo para ser ella la guía. La facilidad con la cual puedo imaginarla me sorprende un poco, es que me resulta sencillísimo verla tirando de su brazo y señalando alrededor, emocionada con todo lo que ve.

—Adoro a Kiara, como ella dijo, es la hermanita menor que nunca tuve y... te lo ha contado ya, ¿cierto? —sus ojos enrojecen un poco y creo saber a qué se refiere.

Yo asiento.

» Vale, Adara desapareció con ella cuando sucedió, fueron dias horribles, imaginarla a ella, tan pequeñita, sin haber disfrutado lo suficiente de la vida como para pasar por eso... entendía perfectamente a Ada por ir tras su hermana, agradezco al cielo que ambas volvieron completas.

Siento cierto pesar en el pecho, no termino de comprenderlo, pero es lo mismo que sentí cuando Kia me contó por primera vez sobre el secuestro, la vulnerabilidad en su voz, el ligero temblor de su cuerpo cuando me dejó abrazarla, el miedo tenue que se vislumbraba en sus ojos cuando hablaba.

—Ella sabe defenderse ahora —le recuerdo.

Asiente.

—Recuerdo haberle pedido que entrenara con Nick por Ada, pero, joder, yo también me siento más tranquilo sabiendo que puede cuidarse, que tiene las herramientas para hacerlo.

Deja salir el aire de su pecho, como si lo hubiese estado reteniendo por bastante tiempo. Escuchamos sus risas y ambos acabamos sonriendo, él embobado por su esposa y su hija y yo cada vez más perdido por el hermoso tono que tiene la felicidad de mi rubia.

» En fin, bienvenido a la familia, Simon —me da una palmada en el hombro.

—¿Hay algún ritual de entrada?

Se rie.

—Creo que te lo dio Nick cuando no te dejó entrar para el cumpleaños de Jane.

Me echo a reir.

—¿Tampoco te dejó entrar a ti la primera vez?

Niega.

—Me llamó "el tipo" y, ni aunque le juré que conocía a Ada, me dejó pasar. Ella tuvo que confirmarle por llamada.

—De acuerdo, entonces supongo que ya tuve mi ritual.

Asiente y mira al pasillo a para ver, supongo, si vienen las chicas, luego me mira con seriedad antes de hablar otra vez.

—Yo volveré en un par de semanas porque tengo una audiencia, pero, si sucede cualquier cosa, puedes llamarnos, ¿vale? Lo que sea, tienes mi número y el de Ada. Los guardapaldas se turnan, así que siempre hay uno en la ciudad, puedes pedirlo.

—Sí, descuida, espero no necesitarlo, de igual modo.

Está por decirme algo más cuando ambos escuchamos el balbuceo de Jane que llega riendo a donde estamos, lo que nos indica que las otras dos rubias no tardarán en llegar también.

—¿Terminaron su charla? —se asoma Kia, con una sonrisa inocente.

—Si, rubia, ya terminamos —le responde Lois, sosteniendo a su hija que le llena la cara de besos.

Entonces ella viene y se sienta en mi regazo antes de besarme la mejilla, yo suspiro.

—¿Ya te sientes parte de la familia? —me susurra en el oido.

Sonrío.

—¿Quieres conocer a mis papás?

Abre los ojos de manera desmesurada haciendome reír.

» La primera vez no estabas en desacuerdo.

Sus mejillas se sonrojan.

—Ya, es que, no esperaba que fuese tan pronto. Nunca he conocido a papás.

—¿El idiota de Brendon no te llevó? —interviene Lois.

—Amor... creo que estás pasando demasiado tiempo con Finn—Ada aparece y tira ligeramente de su cabello

—Vale, disculpa.

—Realmente te estás convirtiendo en una vieja chismosa —lo molesta Kia, él le saca la lengua.

Se bromean otro poco antes de que decidamos irnos, mi rubia abraza fuerte a su hermana y se rehúsa a soltar a su sobrina. Le digo que puede quedarse, pero niega, alegando que mañana le resultará más difícil despedirse. Por último, se sume en un abrazo con Lois, que besa su coronilla antes de dejarla ir.

—Cuídate, ¿vale?

Ella asiente y le da otro abrazo corto. Nos acompañan hasta el ascensor y, cuando las puertas se cierran, Kia se deja caer contra mi pecho y suspira. Rodeo su cintura y acaricio sus manos que se encuentran sobre su vientre.

—¿Estás bien?

—Voy a echarlos de menos, es todo.

—¿Quieres que me quede contigo hoy?

—Eso no se pregunta.

Se gira un poco y frunce los labios, aguardando por un beso que no dudo en darle. La campanita sonando me hace soltarla para poder salir. En el estacionamiento se asegura de despedirse de todos los guardaespaldas, dándoles más tiempo a Finn y Nick.

—Ya ve, rubia loca —Finn le da un empujoncito que Kia devuelve con más fuerza haciéndolo reír.

Nick los regaña con la mirada, yo sonrío.

—Intentaré ordenar mis turnos para estar aquí el sábado, ¿de acuerdo? No podemos dejar de entrenar.

Kia asiente y le da un abrazo de despedida a ambos, yo solo les doy un apretón de manos, aún no hay confianza suficiente como para abrazos.

Vinimos en el auto de Kiara, así que le quita el seguro para que yo pueda subir al asiento de copiloto. Conduce hasta su apartamento y cuando llegamos, a ambos nos sorprende el silencio, al salir dejamos a Ayla limpiando su habitación y, según me dijo la rubia, eso le toma unas cuatro horas, por lo menos.

Kia revisa su teléfono y suelta un gritito.

—¡Le llegó el correo a Dylan! —sonríe—. Ayla está con él.

Leo mis mensajes y sonrío también, mi amigo me envío la captura de pantalla del mail que, por fin, le llegó.

—Joder, que agonía, pero al menos tenemos un final feliz.

Abrazo a Kia cuando ella extiende los brazos para mí, la hago dar un par de vueltas que consiguen arrancarle una risa. Aún sonríe cuando la bajo y robo esa sonrisa cuando la beso, saboreo sus labios y me trago sus suspiros, sus dedos se enredan en mi cabello y da un brinquito para rodearme con sus piernas. La sostengo y camino con ella a cuestas hasta su habitación.

Con cuidado la dejo sobre la cama y continúo besando su piel, bajo por su cuello, desabotono su blusa y dejo un camino de besos por su torso. Levanto la mirada y ella sonríe.

—Ven aquí —pide.

Subo a sus labios que me reciben gustosos, pero un bostezo se le escapa en medio, haciéndome sonreír.

—Vale, ya entendí.

—Perdón —se tapa el rostro con las manos mientras ríe—. Es que fue un día agotador y...

—Oye —tiro de sus muñecas —, no tienes que excusarte, Harmony. No voy a obligarte a nada, estás cansada y se entiende, yo también lo estoy, así que solo durmamos, ¿de acuerdo?

Suspira.

—De acuerdo —me sonríe con ternura.

Quiero besarla, me apetece demasiado llenarla de besos y no lo resisto, dejo besos por todo su rostro hasta que estalla en risas y yo me detengo a contemplarla por unos segundos, ¿cómo le hace para ser tan preciosa?

—Te quiero —le digo.

—Eres un lindo —me aprieta las mejillas y se levanta a penas para besarme—. También te quiero, Davis.

Me levanto para ir por su pijama y, como la consentida que es, aguarda tirada en la cama, le quito la ropa y la vuelvo a vestir. Una vez con pijama, se acurruca en su lado del colchón, yo me desvisto y la acompaño, atrayéndola lo suficiente como la sentir el calorcito que desprende su cuerpo.

Creo que dejo salir un suspiro antes de quedarme dormido, es bastante probable que sí, después de todo, no termino de acostumbrarme a esta realidad y es que... tanta perfección asusta un poco. ¿Tener a Kiara Harmony durmiendo entre mis brazos? Un sueño para mi yo de hace unos meses, el día a día de mi yo actual. Una maravilla, definitivamente.

HOLAAAAAA

Perdón por la ausencia de la semana pasada :') la universidad me está consumiendo, pero ya conseguí un hueco para subir esto. 

Es el penúltimo y, si les soy sincera, no quiero que acabe aún, lloro. 

Me encariñé mucho con ellos dos, helppppp

Nos vemos el viernes<3 las quiero, que tengan bonita semana y felices lecturasss

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top