CAPÍTULO 27
16 de abril, 2029
Kiara
Nuestra clase de hoy se ha suspendido y, gracias a ello, estoy junto a Simon en un aula, aguardando por la lista de méritos. Llevo actualizando la página desde hace media hora y no hay resultados.
—Dijeron a las ocho —me quejo.
—Pero ya sabes cual es el resultado —me dice.
—Con Harris nunca se sabe.
El desplaza la pantalla de su teléfono, refrescando la pagina otra vez. Nada. Ayla llega con dos vasitos de café.
—¿Nada?
Yo niego y agradezco por la bebida. Dirijo una de mis manos a mi boca, Simon interrumpe el camino, tomándola entre las suyas. Mi amiga no se pierde el gesto, pero desvía la mirada de manera rápida.
—¿Recibiste respuesta de las editoriales?
—¿Qué?
—Cuéntame sobre la pasantía, ¿te respondieron?
Asiento, lo hicieron esta mañana.
» ¿A cuál irás?
—Rosetta Books —respondo de manera automática.
Publican libros de romance, que es mi fuerte, fue mi objetivo cuando postulé, las otras cuatro opciones eran solo un respaldo en caso de no obtener el puesto. Simon me pregunta cuando iniciaré, cual es mi horario, que tan emocionada estoy, y así de fácil consigue que mi mente viaje a un lugar en el cual no pienso de más respecto a los resultados que llegan tras un rato y, definitivamente, son los que temía.
—Te lo dije.
—No voy a aceptarlo, esto no es justo —niega Simon, siento mis ojos arder.
—Claro que lo es.
—Es por Harris, Kiara, no debieron dejar que él te evaluara cuando iniciaste un procedimiento disciplinario en su contra.
—Coincido —interviene Ayla—. Era obvio que te calificaría bajo.
—Yo no llené el examen —confiesa Simon—. Es imposible que tenga un diez y me lo ha puesto.
Volteo a verlo.
—¿Por qué no lo llenaste?
—Porque sabía que intentaría beneficiarme, no estábamos jugando en las mismas condiciones y quería que mis ventajas disminuyeran. No quiero un primer puesto que no merezco, Kia.
Rodea mis hombros y no soy tan fuerte como para rechazar su abrazo, solo me recuesto contra él. No me apetece iniciar otro trámite en su contra, ya fue agotador seguir el procedimiento con Jaden, lo suspendieron por este semestre y Harris corrió la misma suerte. Imagino que, debido a ello, quiso desquitarse.
Era el único curso que podía definir esto, en los demás tenemos notas iguales o, si no lo son, nos equilibramos.
—Como dice Simon, no es un resultado real, Kia —alega mi amiga.
—Este diez es imposible, él ha manipulado la nota —insiste Simon, acariciando mi brazo.
—No quiero quejarme otra vez —digo en voz baja.
—Tendría que hacerlo yo —me dice.
—Pero me llamarían, de igual modo, a intervenir. Estoy cansada.
—De acuerdo, pero este primer puesto es tuyo, ¿lo tendrás claro?
No respondo.
» Kia, si yo lo mereciera, así me gustaras todo lo que me gustas, no te lo daría porque estas cosas se ganan, no se regalan —mis mejillas se sonrojan—. No lo merezco, tú sí. El nombre en ese diploma no significará nada, ¿está bien?
Asiento.
—Celebraremos incluso —me sonríe Ayla—. ¿Quieres un pastel?
Sonrío.
Simon me apretuja contra su costado y besa mi coronilla. No sé cómo apartarlo, no sé si quiero hacerlo. La culpa me estruja el corazón, ¿a qué carajos estoy jugando?
18 de abril, 2029
Simon
Ayla me dijo que había celebrado con Kia por el primer puesto que estuvo a mi nombre de forma injusta; sin embargo, no quise colarme y decidí armar mi propio plan. He cumplido con lo que le dije a mi hermana, he seguido intentando. Subo al departamento de la rubia con un regalo y un par de entradas para el teatro en mano, la pasantía inicia la próxima semana así que debe estar en casa.
Toco y preparo mentalmente lo que diré porque algo de nervios sí siento, me da miedo obtener otra mueca triste, sonrío en cuanto la puerta se abre, pero la sonrisa no me llega a los ojos cuando quien abre no es Kiara, tampoco Ayla.
—Oh, hola, Simon —me sonríe Sophie, sus irises celestes me reparan.
—Hola, ¿está Kiara?
Niega.
—Salió hace un rato, aún no ha vuelto.
—Vale, dame un momento, voy a llamarla.
Ella asiente y abre la puerta para dejarme pasar, imagino que está aquí porque le tocó escribir con Ayla, es su compañera después de todo. Marco el número de la rubia y contesta al tercer tono.
—¿Qué sucede?
—¿Estás ocupada?
Escucho bullicio.
—Sí, ¿por qué?
—Vine a verte.
—No estoy en casa.
—Sí, ya lo vi.
Sophie me mira con curiosidad.
—¿Nos vemos mañana? —indaga.
—De acuerdo.
La llamada finaliza y no sé como sentirme, puede que mi error haya sido no preguntar antes de planificar. Debo tener alguna mueca en el rostro, porque Sophie se me acerca.
—¿Todo bien?
Asiento.
» ¿Esas son entradas para Mamma Mia? —indaga señalando mi mano izquierda, que aún retiene el pequeño paquete y las entradas a la vista.
—Sí, eran para hoy —respondo.
—¿Kia no va?
Niego.
» Yo estoy libre, por si no quieres que se desperdicien, puedo pagarte de la mía, adoro mamma mia.
Niego otra vez, igual la entrada iba a perderse. Quizá podría llamar a Stella, pero no quiero hablar sobre Kia ahora, igual este fue error mío por no consultar primero.
—No hace falta, vamos. Solo dame dos minutos, dejaré esto en la habitación de Kiara —le digo, alzando el paquete.
Avanzo, pero Sophie se interpone en mi camino.
—Ya, es que no sé si debo dejarte hacer eso —me sonríe culpable.
—¿Sophie? —Ayla aparece—. Oh, Simon, Kia no está.
Sus ojos me miran apenados.
—Ya me lo dijeron, ¿puedo dejar algo en su habitación?
Ayla concede el permiso, miro a Sophie y ella se mueve para dejarme pasar. Recorro el camino hasta allí, el recuerdo de la otra noche me golpea, ¿y si Kia solo quiere que esto sea sexual? Me siento un poco imbécil.
Dejo la pequeña libreta sobre su cama, es color rojo y le mandé grabar una frase de Ed Sheeran que dice "Cause I love the way you wake me up, for goodness sake Will my... not be enough". Busco en su escritorio un post it y un lapicero para dejarle una nota.
«Había planeado llevarte al teatro, supongo que debí consultar tu agenda primero, quizá pueda darse en otra ocasión.
Felicidades por la pasantía y por el primer puesto, te los mereces, así como todo lo bonito que el mundo tiene para ofrecerte.»
Salgo y ya Sophie me está esperando, Ayla nos despide a ambos y le quito el seguro al auto para que suba. Se siente extraño, creo que nunca he mantenido una conversación fluida con ella, no me desagrada, solo no la conozco lo suficiente.
—¿Cómo van con el libro? —me pregunta.
—Avanzando.
—¿Qué tal estuvo el congreso?
Está intentando ser amigable y yo estoy encerrado en mis pensamientos que derivan en una rubia de ojos grises. Me quito la estupidez, si acepté venir con Sophie, no puedo ser un completo idiota al respecto, ella no tiene la culpa de mis problemas con Kiara.
—Estuvo genial —le respondo mientras conduzco al teatro—. Hubo bastantes ponencias que resultaron fructíferas para seguir armando la trama de nuestro libro.
Me sonríe.
—Era un poco obvio que saldrían ustedes, Kia es muy competitiva, pero no del tipo malo, ya sabes —se encoge de hombros—. No es cruel ni nada, pero sabemos que ella va primera, creo que a los demás no nos importa demasiado, así que no ha tenido digna competencia hasta que llegaste tú.
—Supongo que por eso chocamos al inicio.
Suelta una risita.
—Al inicio, ahora parecen haberse complementado muy bien —me pregunta si puede subirle un poco el volumen a la música, yo asiento—. En fin, yo solo quiero acabar esto y dedicarme a escribir.
—¿Escribes romance?
Niega.
—Misterio y thriller —responde.
Conversamos sobre la trama del libro que escriben con Ayla, se emociona al respecto dándome todo tipo de detalles, me resulta interesante y pido la oportunidad de poder leerlo en cuanto terminen.
—¡Claro!
Estaciono cerca del teatro, aún tenemos quince minutos, así que nos acercamos con calma. Mi cariño hacia los musicales surgió gracias a Tellie, buena parte de mis gustos han sido por ella, he visto este musical en más de una ocasión, pero una más nunca está mal. Además, son otros intérpretes y eso siempre varía.
Ingresamos juntos, tenemos buenos asientos y Sophie vuelve a ofrecerse a pagar por su entrada.
—Que no —le sonrío—. Deja ya eso, gracias por la compañía, más bien.
—No es nada —se acomoda en su sitio—. Siento que no estoy vestida acorde.
Niego.
—Estás bien, descuida.
Está usando jeans, una blusa sencilla y lleva su bolsito de tela, trae el cabello negro recogido en una coleta alta. No es la manera en la cual esperaba terminar mi día, yo había imaginado a Kia usando alguno de sus vestidos que luce tan bien, con su media cola y sus tacones altos, sus uñas largas tamborileando en el reposabrazos aguardando ansiosa porque inicie la función. Sophie lleva las uñas cortas y, si bien mencionó que le gusta la obra, no luce tan emocionada como sé que lo haría Kia.
Sacudo la cabeza, no tiene sentido que las compare cuando es obvio que no son iguales, que tontería.
La obra empieza, Sophie saca su teléfono y toma una foto al escenario, la acción se repite durante toda la función donde hasta me convence de sacarnos una "para el recuerdo". Sus comentarios me hacen reír y mantienen distraído para no recaer en los pensamientos de siempre. Cuando el telón se cierra, ella me propone ir a por un café.
—Anda, yo invito —me dice—. Es lo mínimo que puedo hacer ya que me colé en tu salida.
Me rio.
—Te he dicho que no me debes nada, Sophie.
Rueda los ojos y tira de mi brazo.
—No es deuda, solo un café y un par de muffins, anda —me dejo llevar, no la haré rogar tampoco—. Conozco una cafetería cerca que vende un café delicioso.
Conduzco a donde ella me indica y llegamos a una cafetería que probablemente le gustaría a Kiara. Tiene lámparas con formas de libro colgando del techo, casi puedo imaginarla con la laptop y un café sentada en una de las mesitas. Pido un café y Sophie me recomienda los muffins, acabo aceptando uno de naranja con chispas de chocolate. Hablamos sobre la universidad, las pasantías que nos tienen a todos emocionados, cuando le pregunto en que editorial quedó me sorprende al mencionar la que yo pensaba elegir.
—Ya confirmé —me dice.
—Yo pensaba hacerlo mañana —le sonrío—. Supongo que será genial tener un rostro conocido ahí dentro.
—Ay, sí —suspira—. Estaba un poco asustada, si te soy sincera, es un ambiente totalmente nuevo y no sabía cómo iba a desenvolverme, acabas de aliviarme, gracias.
—Ahí veremos como solucionamos, tranquila.
Toma otras pocas fotos del ambiente, de su café y una selfie a la cual no puedo decir que no, Sophie es buena convenciendo personas, ojalá esa habilidad nos sirva en la editorial. Cuando le pido que me la pase descubrimos que no tenemos el número del otro, lo cual no es demasiado sorprendente, después de todo, no habíamos interactuado demasiado en clase.
Terminamos y la dejo en la residencia, me agradece, yo hago lo mismo y vuelvo a mi piso, Dylan está viendo una serie.
—¿Le gustó? —me pregunta, poniéndole pausa.
Habla de la libreta, él me pasó el dato de donde mandarla a hacer.
—Espero que le guste en cuanto la vea —me encojo de hombros y me siento a su lado, tomo un puñado de sus palomitas.
—¿No la viste?
Niego.
—No estaba.
—¿Y por qué tardaste tanto?
—Sophie estaba en el departamento y me acompañó para no perder las entradas.
Forma un puchero.
—Pudiste llevarme a mí.
Me rio.
—Para la próxima.
—De acuerdo.
Me concentro en la serie que ni siquiera entiendo y reviso mi teléfono para ver si Kiara envió algo, imagino que ya llegó a casa, pero nada.
Solo están las fotos que Sophie tomó.
20 de abril, 2029
Kiara
Es estúpido. Lo tengo clarísimo, es estúpido y, sobre todo, incoherente; sin embargo, eso no evita que me moleste, que me desagrade por completo la sola idea que ha rondado en mi cabeza desde hace unas horas. Ayer vi a Simon, agradecí por la libreta y escribimos, no me dijo nada, tampoco debía, no está obligado, pero hoy, entro a Instagram y veo fotos de él y Sophie en el teatro, dato que desconocía y que a él se le olvidó mencionar porque, como ya dije, no está obligado a hacerlo.
Joder.
Toco la puerta de su departamento, nos toca escribir y yo no sé como disimular mi mal humor, es obvio que soy pésima haciéndolo porque la sonrisa con la cual me recibe se desvanece en cuanto ve mi rostro.
—¿Todo está bien?
—Todo está perfecto —respondo, pasando por su lado para ir directo al sofá.
Escucho como cierra la puerta y me alcanza, haciéndome girar.
—No lo parece, ¿qué sucede?
—Nada —dejo salir, con más frialdad de la necesaria—, nada, solo me alegra que no hayas perdido esas entradas.
Frunce el ceño.
—¿Hablas del teatro?
Debería respirar, es una buena técnica para controlar lo que una dice, para filtrar tus emociones y no generar caos. No respiro, solo hablo.
—Fuiste con Sophie, ¿no es así?
Asiente, confundido.
—Estaba en tu departamento y estaba libre —se encoge de hombros, mirándome con cautela.
—Genial —suelto una risa que no refleja precisamente alegría.
—¿Qué sucede? —vuelve a preguntar.
Doy un paso hacia adelante, acercándome a él, levanto el mentón para mirarlo, sus ojos verdes me devuelven la mirada con confusión.
—Esa cita la planeaste para mí y fuiste con ella.
Parecen aclarársele las ideas porque asiente y sonríe, pero no es de las sonrisas que me gustan.
—Déjame ver si entiendo, ¿estás celosa de Sophie?
—Esa cita era para mí.
Simon retrocede, pero no deja de mirarme, esta vez habla con un tono más amargo del que suele usar conmigo.
—No era una cita —aclara—. Tú no me dejas sacarte a citas, lo he intentado y me has rechazado. No sucedió nada con Sophie, Harmony.
—¿Entonces? —le increpo, volviendo a avanzar.
Él retrocede otra vez y suspira.
—Solo vimos la función y luego fuimos por un café —simplifica—. ¿Sabes qué? Sigues confundiéndome, nada de esto tiene sentido. Me dices que no puedo sacarte a citas, si hago algo lindo, me dices que no debo; sin embargo, podemos dormir juntos y puedes celarme, ¿me explicas a donde vamos? Porque, si te soy sincero, ahora sí he perdido el hilo que dirige nuestra complicada relación.
Ahora las palabras se me escapan, olvido como tejerlas, lo que es irónico para una escritora, pero de verdad no encuentro un modo de explicarme y probablemente eso se deba a que no existe una explicación coherente que justifique mi conducta. Soy una idiota.
Simon aguarda, pero nada sale, siento la culpa recorriéndome entera, otra vez. Porque últimamente soy más culpa que persona. Me quedo callada y después de un par de instantes él avanza y toma mi rostro entre sus manos, la respiración se me atasca.
» No me molesta seguir conquistándote, Kiara, me gusta hacerlo. Me gusta sorprenderte y robarme tus sonrisas, pero necesito, de verdad, necesito saber a donde vamos, si tengo una mínima oportunidad o si debo acostumbrarme a ser solo tu amigo y respaldarte solo como lo hace un amigo —pega su frente a la mía, siento mis ojos arder—. Si hay una esperanza, así sea mínima, dímero y me aferraré a ella, pero si no, necesito que me lo digas también.
Tonta, tonta, tonta.
» Escribamos mañana y piensa en lo que te dije, por favor.
Deja un beso sobre mi frente que dura más de lo que debería. Joder, yo y los debería. Quizá debería dejar de pensar en lo que "debería ser" y empezar a pensar en lo que es. Ni siquiera dejé mi mochila, así que solo me aparto y salgo por donde ingresé hace un momento. La presión en mi pecho no se va, puede que sea culpa, no tengo idea. No entiendo el porqué de lo que hago. Lo único que tengo claro es que no sirvo para las relaciones, que me aburro y temo aburrirme de Simon, me aterra la sola idea de iniciar algo y no sentirme feliz cuando transcurran unos pocos meses, ¿qué sucedería entonces? Lo perdería, así cómo he perdido a cada una de las personas que he llegado a querer de manera romántica.
Mis lágrimas caen conforme bajo las escaleras, porque decido tomarlas para no encontrarme con nadie que pueda mirarme raro en el ascensor. Una tras otra rebota mojando la blusa roja que llevo puesta, hoy Simon no me dijo lo preciosa que me veía y creo que puedo entenderlo, si estuviese en su lugar, ya me habría mandado a la mierda. Camino al estacionamiento sin ver con claridad y por un instante mi corazón se acelera pensando que Simon me espera ahí, pero no es él, es Dylan que voltea a verme para pedirme las llaves de mi auto.
—Le da miedo que conduzcas, no te vio bien —explica—. Déjame llevarte.
Niego.
—Puedo cuidarme sola.
Suspira y tira de mi brazo para abrazarme.
—Ayla me mataría si tienes un accidente —me dice y acaricia mi espalda—. Solo por esta vez deja que alguien conduzca para que tú puedas llorar tranquila.
—Ya me va a pasar —argumento.
—En serio eres terca —me aparta y me sostiene por los hombros—. No sé que ha sucedido entre ustedes, pero si estás llorando es porque, de algún modo, duele y cuando algo duele tenemos derecho a llorar. No te arrebates ese derecho.
Me limpio las mejillas y le entrego las llaves.
» Sube, pondré a Taylor para que puedas llorar con música de fondo.
Me monto al asiento de copiloto y abrocho mi cinturón, Dylan cumple poniendo una canción de Taylor que, de alguna manera extraña, coincide con lo que siento y con lo que creo que siente Simon. La misma canción se repite una y otra vez durante el trayecto, convirtiéndome en una catarata andante con la culpa rebanándole en pedacitos el corazón. Llegamos y Ayla ya me espera en la puerta, le agradece a su novio que me da las llaves para luego irse, supongo que luego le agradeceré yo.
—Ay, corazón —me dice Ayla limpiando mis mejillas.
—Quiero dormir —le digo.
Ella asiente y me lleva a nuestro piso, ha preparado té de jazmín, lloro otro poco cuando recuerdo el día en el que Simon me regaló el brazalete de lavanda y me preparó el mismo té para mantenerme tranquila.
—¿Quieres hablar de lo que sucedió? ¿Te dijo algo?
—Solo la verdad —le digo llorosa—, me dijo que lo estoy confundiendo. ¿Cómo cambio eso si yo también lo estoy? No me entiendo, Ayls.
—Kiara, tú quieres a Simon, sigo sin comprender por qué te esfuerzas en pretender que no es así.
Me encojo de hombros.
Termino mi té y me muevo a mi habitación, Ayla se recuesta a mi lado y se queda ahí hasta que me quedo dormida. Ni siquiera en mis sueños me salvo de la culpa, veo a Simon llorando, con gruesas gotas saliendo de esos ojos verdes que tanto me gustan y, tal y como sucede en la vida real, me veo atada de manos sin poder hacer nada para detener su dolor.
Holaaaaaaaaaa
Volvemos con las actualizaciones, la semana pasada fue realmente pesada en términos universitarios, pero ya conseguí organizarme para volver jeje.
Nos vemos prontito <3
Felices Lecturassss<3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top