CAPÍTULO 25
7 de marzo, 2029
Simon
Mi última hora se ha resumido a discutir con Kiara sobre si la escena de sexo debe narrarla Harland o Selene. Su argumento es que quiere que Selene se vea humana, yo creo que la hemos mostrado demasiado humana, todos los quiebres han sido suyos y poco se ha visto de Harland.
—Sigo creyendo que debe ser Harland —insisto.
—¿Lo haces para darme la contra?
Ruedo los ojos.
—Ya pasamos esa faceta, Harmony, te estoy dando las razones por las cuales debería ser Harland quien narra, no es aleatorio.
—Pero Selene...
—Selene ha dado demasiadas señales de que ya cayó por él, sería genial entrar al cerebro de Harland para ver como la percibe.
Suelta un bufido, pero yo no doy mi brazo a torcer.
—¿Si narramos ambos? —propone.
—¿Y adjuntamos el otro como un extra?
Asiente. Me encojo de hombros, el de Harland va a quedar para la versión oficial, debe hacerlo.
—Tú escribes el de Harland y yo el de Selene.
—¿Qué? Yo no escribo eso.
—No seas estúpido, solo guíate de lo que yo voy a escribiendo y cambias la perspectiva, no es cosa del otro mundo, ya yo corrijo al final.
Le doy unos minutos de ventaja, porque debo guiarme de lo que ella hace, entretanto, observo como en la pantalla van tejiéndose oraciones que describen algo bastante candente. Kiara se muerde el labio, concentrada, conforme sus dedos teclean con prisa, como si temiera que las ideas se le escapen. Me sorprende un poco lo gráficas que son las escenas y me halaga la similitud de la conducta de Harland con la mía, ¿está inspirándose en nosotros?
—Kia —la llamo—. ¿Lo de la mordida en el cuello, fue en el lado derecho o izquierdo?
Se toca el cuello, por instinto, me imagino, y presiona el área donde, semanas atrás, dejé una pequeña marca.
—Idiota —se queja cuando me ve sonreír.
—¿En el izquierdo entonces?
Sus mejillas están encendidas y yo disfruto la vista, imagino que leyendo esto sabré cómo fue que se sintió en ese momento, seré gentil al plasmar mi punto de vista también. Después de años escribiendo, he adquirido la habilidad de poder teclear sin necesidad de ver el teclado ni la pantalla, mis dedos conocen las teclas a la perfección, por lo que enfoco mi vista en ella, rememorando sus ojos encendidos por la lujuria, su boca entreabierta liberando gemidos, la piel de su cuello y clavícula, la flexibilidad de sus piernas, la ronquez de su voz cuando pedía más... cada mínimo detalle que grabé en mi memoria.
«—Vas a gemir mi nombre, hija de la luna —le susurro al oído.
Selene cierra los ojos y niega, contoneándose contra mí. Bajo la mano a su centro húmedo e introduzco dos dedos en su canal, robándole un gemido que despierta mis nervios. Sus labios inflamados se entreabren buscando aire, no detengo la arremetida, acaricio su punto débil y perpetuo su imagen, capturando cuanto puedo, una fotografía mental que va a seguirme al infierno si no salgo vivo de esta misión.
—Ahí, justo ahí —ruega, clavando las uñas en mi antebrazo.
Retiro los dedos y sujeto sus caderas, la agonía termina aquí y ahora. Me hundo en ella, mi nombre se le escapa alimentando cada nervio de mi cuerpo, Selene acaricia con su voz cada sílaba una y otra vez, empujo con fuerza reiterándole quién es el que la está follando, quien la está tomando como suya.»
—¿Qué hacen? —Ayla aparece detrás de nosotros—. Voy a preparar té.
Escucho el murmullo en la cocina, Kiara ve de reojo mi pantalla y noto como su respiración se agita un poco. Yo sonrío, ella rueda los ojos e intenta calmarse a sí misma, su amiga colabora cuando trae las tazas de té, agradecemos.
» ¿Qué están escribiendo? —indaga curiosa, mira ambas pantallas y suelta una carcajada—. Joder, me apiado de ustedes, yo tomo mi té e iré a quedarme donde Sophie.
—¿Te toca escribir allá?
—Ajá, ella estuvo viniendo los últimos días, esta vez me toca a mí, así que tienen el departamento para ustedes.
Ninguno le responde y Ayla vuelve a su habitación dejando la tensión palpable en el ambiente.
—Antes de que lo olvide, el trece Jane cumple un año y Adara ha insistido demasiado en invitarte, Lois igual, así que intenta hacer espacio ese día, de lo contrario pensarán que no te pasé el mensaje. Probablemente él te envíe un mensaje, cuando recuerde que tiene tu número.
—Estaré ahí, descuida —aseguro.
Probablemente Lois me interrogue, pero quiero ver a Jane otra vez y, sobre todo, quiero seguir compartiendo con la rubia engreída que me mira ahora. Terminamos nuestro té y volvemos a escribir, lo genial de esto es que yo puedo ver lo que ella escribe, pero ella no lee lo mío. Ayla se despide de ambos y cierra la puerta, empeorando todo.
—Quiero leer —me dice.
—Pero aún no has terminado.
—Ya, pero quiero leer.
Intercambiamos de laptop, la observo conforme sus ojos se deslizan por la pantalla, noto como traga saliva, como el rostro se le tiñe de rojo y como su respiración empieza a volverse irregular. Mierda.
Me pongo de pie para ir al baño, la tensión es demasiada, nos estamos exponiendo directamente al recuerdo, ambos lo hemos plasmado a nuestro modo y la intensidad del momento me está nublando el juicio.
Me mojo el rostro, pero no sirve de nada porque, cuando salgo, Kiara me intercepta.
—Estoy consciente —me dice—. Estoy consciente y te estoy dando consentimiento.
Su cuerpo se pega al mío y es probable que sienta las reacciones que ha provocado. Su boca me invita a besarla, su cuerpo me pide que lo toque y sus ojos... joder, sus ojos, ese gris inundado en lujuria ruega por algo más que un roce.
» Simon, necesito que me folles.
La crudeza, mierda.
» No te lo diría si realmente no lo necesitara, ese jodido orgasmo está atascado y no voy a conseguirlo sola.
¿Quiero? Claro que quiero, pero no quiero reducir esto a lo sexual, incluso cuando disfruto demasiado ese aspecto, quiero más de Kiara y temo que ella solo quiera quedarse con esto.
—Kia...
—Simon.
—Yo...
—Y una mierda.
Se gira y se mete a su habitación, cerrando la puerta. No tardo en escuchar la vibración y el primer gemido que es un ataque directo a mi entrepierna, ¿Qué tanto voy a soportarlo? Descubro que no mucho cuando mi nombre escapa de sus labios, está pensando en mí y la idea hace temblar mi propio objetivo.
Abro la puerta, está recostada sobre la cama, con las piernas abiertas y con los ojos llorosos que me miran, suplicándome que intervenga. No soy tan fuerte.
Me arrodillo frente a ella y le quito el vibrador para redireccionarlo, lo introduzco en su canal, moviéndolo a mi antojo mientras mi lengua y labios juegan con el nudo de nervios que sobresale tomándolo como sé que le gusta. Los gritos se atoran en su garganta, sus manos se aferran a mi cabello y sus piernas se cierran detrás de mi cabeza ahogándome con sus fluidos.
—Simon —suspira—. Mierda sí, ahí, así, sigue... ay.
Quito el vibrador para volverlo a donde estaba y limpio cuanto puedo con mi lengua, recorriendo sus labios, inundando su centro, reconociéndolo y explorándolo. Empujo con fuerza y me ayudo de un par de dedos para acariciar la zona que la hace voltear esos ojos que tanto me encantan. Un último gemido se le escapa y queda rendida, liberando mi cabello.
Me limpio el borde de los labios, llevando el rastro a mi boca, en tiempos de escasez uno no debe desperdiciar.
—Bésame —pide.
Subo hasta donde está su rostro y de verdad me tiento a hacerlo, pero acabo solo besando su barbilla, ella suelta un quejido.
» Ya lo hiciste, ¿por qué no terminamos con esto y reanudamos el inicio del acuerdo?
Niego. Busco sus bragas y la ayudo a ponérselas, lo hace a regañadientes.
—El tema es, Harmony, que yo no quiero reanudar tu estúpido acuerdo, ahí discordamos.
Le ofrezco la mano y ella la toma para sentarse, sus piernas tiemblan un poco aún.
—¿Ya te vas?
Asiento.
—Tú quédate hasta que recuperes la movilidad —le sonrío.
—Idiota —me mira mal.
—No dijiste eso hace un par de minutos —le beso la frente—. Buenas noches, Kia.
Tomo mi laptop, la apago y guardo mis cosas para irme. Quedarme no es una opción, ya me doblegué, nada me dice que no podré hacerlo otra vez y sé bien que una vez me hunda en ella no habrá modo de recuperar la cordura.
13 de marzo, 2029
—Soy amigo de Kiara —insisto.
—Pues ya la llamé, solo espera a que venga —rueda los ojos el guardaespaldas.
También le escribí a la rubia porque hay un tipo grandote aquí que no quiere dejarme pasar, ella dijo que ya venía y no mintió, llega agitada y me sonríe.
—Nick, de verdad esto es grosero de tu parte —lo regaña.
—Pero no lo conozco —asevera él.
—Lo describiste y te dije que sí era él —rueda los ojos—. En fin, Simon, él es Nick, Nick, ahora lo conoces y no volverás a hacer esto, ¿verdad?
El hombre gruñe, pero acaba ofreciéndome la mano que estrecho y me guardo el quejido cuando la estruja con demasiada fuerza. Joder.
Kiara se engancha a mi brazo y me lleva con ella, le dice a Nick que no tarde en subir.
—Disculpa, es un poco celoso —me dice—. Creo que me ve como una hija de pequeña, me conoce desde que soy una niña y supongo que ha desarrollado el aura sobreprotectora, al menos respecto a chicos.
—Creo que no le agrado.
Ella sonríe y presiona el botón del ascensor.
—No te conoce, descuida —se aparta al ingresar y puedo detallarla.
Lleva el cabello atado en una media cola que le deja un par de mechones sueltos dándole un aire relajado, está usando un vestido rojo que se ciñe a su cuerpo hasta la cintura, la falda es holgada, pero corta, permitiéndome detallar sus piernas que finalizan en unos tacones bastante altos.
—Eres preciosa —se me escapa.
Niega con una sonrisa que acompaña el sonrojo en sus mejillas. Se me acerca y toma mi mano, separándola de mi pecho, ni siquiera me había percatado de su posición.
—¿Puedo preguntar que trajiste? —indaga, echándole un vistazo a la bolsa de regalo que escondo detrás de mi espalda.
—Es para Jane —alego.
—Ya, pero soy su tía.
—Lo verás en cuanto abra los regalos.
Rueda los ojos y se aparta cuando la puerta del ascensor se abre. Me da un empujoncito y me guía hasta la puerta por la cual ingresaremos.
—Intenta actuar normal, ¿vale? Todos son geniales.
—¿De qué hablas?
Abre la puerta y... de acuerdo, ahora entiendo. Lexie Jones está moviéndose de un lado a otro acomodando la mesa decorada, Josie Bennet tiene a Jane en brazos, Andrew Yates se ríe con Lois a un costado y Diego Mason ayuda a Adara con una fuente. ¿Es Sean Weissman el que está junto a la ventana?
Kiara me pellizca para salir del ensimismamiento momentáneo.
Lois es el primero en notarme, acercándose de inmediato para darme un breve abrazo.
—Gracias por venir —me dice.
Yo sonrío, no soy una persona tímida, pero admito que sí me ha tomado por sorpresa la cantidad de gente famosa que hay en un solo lugar y no sé exactamente cómo proceder.
—¿Ese es Simon? —Lexie Jones se acerca, yo asiento—. Hola, soy Lexie, un placer, Lois nos ha hablado mucho de ti.
—¿Lois? —sonrío.
—Bueno, Kia también, pero creo que Lois es el más emocionado —se ríe.
Volteo a ver a la rubia y ella solo sonríe, se acerca y me toma del brazo para hacerme tour por el departamento mientras me presenta con los invitados como "un amigo de la universidad". Todos son gentiles al saludarme y pronto me siento bienvenido, Josie Bennet me sonríe y le entrega a Jane a Kia cuando ella se lo pide. La pequeña no duda en lanzarse a mis brazos.
—¿Ahora también tendré que competir contigo? —se queja la rubia.
Jane me toca el rostro y sonríe balbuceando algo. Sus ojos siguen pareciéndome fascinantes. Me entretengo con ella que no me suelta hasta que ve a un chico de cabello negro y ojos color chocolate.
—¿Qué sucede, pequeñita? —le pregunta, ella agita los brazos pidiéndole que la cargue y él no se niega—. Imagino que tú eres Simon.
—Lo soy, un placer —le sonrío.
—Soy Finn —me dice—. Suerte con la pequeña rubia.
Frunzo un poco el ceño.
—Que odioso eres a veces —interviene Kiara.
Él le saca la lengua.
—Ya le bajó el nivel de locura, pero aún se le sueltan algunos cables a... —Kiara le da un empujoncito que lo hace irse riendo.
—Perdona —me sonríe avergonzada—. Joder, Eli también va a molestarme.
—¿Eli?
—El hermano de Lois, quizá has escuchado de él, ¿Te suena Elián Aymerick?
—Tengo la sospecha de que le gusta a Tellie —le digo.
—Vale pues le pedimos a Eli que le grabe un video, que valga la pena la molestia.
Me encojo de hombros, Kia intenta no dejarme solo, pero cuando Lois viene a verme, ella se va a la cocina, imagino que aún hay cosas por poner en orden.
—¿Ya gané mi apuesta?
Sonrío.
—Todavía.
—Joder, ya me lo imaginaba.
—¿Les ha hablado de mí?
Se lo piensa.
—Ya no destila tanto veneno como antes, te tiene cariño y yo, personalmente, creo que le gustas, aunque no va a decírtelo, no aún, al menos —hace una mueca triste—. Tienes mi voto de confianza, de igual manera, el de Adara también.
La mencionada se acerca dejándose rodear por su esposo que la mira como si su mundo se redujera a ella.
—Bienvenido, Simon —me sonríe.
Le entrego el regalo para Jane y ella lo deja junto a los demás antes de volver con nosotros.
» ¿Hubo progreso?
Lois suelta una risita.
—Luego yo soy el inoportuno.
—Mira, ese momento no era el adecuado, ¿vale? —vuelve a mirarme, y yo niego.
—¿De qué hablan? —llega Kia.
—El pastel —respondo yo.
—La música —dice Lois
—La comida —miente Adara.
Los tres hablamos al mismo tiempo, lo que la hace entrecerrar los ojos.
—Me desagradan —se queja—. Dejen de interrogarlo, pobrecito.
—No me estoy quejando —alego.
Kiara me mira mal y acaba tomándome del brazo para alejarme de ellos, revisa el área, imagino que buscándome una mejor compañía, cuando la encuentra me lleva ahí. Es Andrew Yates.
—Te lo encargo, no dejes que Lois lo moleste, por favor.
—Kiara, tu invitado no es un muñeco —la regaña el rubio.
—Lois no estaba molestándome —intervengo.
Ella se va y con Andrew la plática fluye de manera regular, me pregunta por la universidad y acabo descubriendo que él también fue por un par de semestres antes de abandonar, su pasión no era esa, me pregunta qué escribo y acabamos conversando sobre la nueva temporada del reboot de Harry Potter.
—Quise hacer la audición para Lucius Malfoy, pero mi agenda no me permitía adecuarme a las grabaciones, ya estoy comprometido con una serie —se lamenta—. Igual la estoy disfrutando bastante.
—Yo crecí con las películas, pero amo los libros y la serie le está haciendo muchísima más justicia.
—Dime que estás de acuerdo en que Ginny y Ron merecían más.
—Ginny en especial, su personaje es genial y en las películas la redujeron demasiado.
—Maldición, sí, gracias.
—Y Ron... le robaron muchas líneas para dárselas a Hermione, me alegra que estén corrigiendo ese error.
El rubio hace una mueca.
—Debo confesar que le tengo algo de resentimiento a Kloves, no puedo evitar mirarlo mal cuando lo veo en premiaciones.
Me rio, lo que lo hace reír también.
—Eso es un poco personal.
—Mira, arruinó mi saga preferida, creo que estoy justificado.
—¿Escuché Kloves? —interviene Lexie—. Que no los escuche Adara porque tiene un discurso bastante fuerte sobre su labor en el guion de Harry Potter.
La castaña llega a decirnos que la comida está deliciosa, que Lois, Sarah y Hazel se lucieron, desconozco quienes son las dos mujeres que menciona. Kiara vuelve a salir de la cocina y me busca con la mirada, sonriendo cuando me encuentra. Quiere venir, pero la puerta se abre mostrando a un hombre que guarda cierto parecido con Lois, ello hace cambiar la dirección de sus pasos, se cuelga de su cuello y él la rodea alzándola un poco.
—¡Te eché de menos!
—Ya, pequeña rubia, lo sé, extrañas la competencia —se ríe él antes de besar su coronilla.
Yo avanzo un poco, alejándome del anterior grupo y los miro. Él lo nota y le susurra algo a Kiara que se aparta un poco para ver hacia donde estoy. Alzo la mano a modo de saludo, ella tira de él para traerlo conmigo.
—Él es Eli —me dice y luego me señala—, y él es Simon.
Nos estrechamos las manos.
—Simon... ¿de casualidad mi hermano habla contigo?
Sonrío.
—Supongo que sí.
—Vale, entonces, asumo que me agradas —me sonríe también—. Esta rubia es algo insoportable a veces así que...
—Elián Aymerick, sabías que Jane ya me dice "ti, ti" —le dice Kia, interrumpiéndolo.
—Sí, me lo has dicho como cincuenta veces, déjame advertir al muchacho, Lois se ciega por tu encanto y de seguro no le dijo lo molestosa que eres...
Sus mejillas enrojecen y empieza a parpadear, lo que es indicador de que podría empezar a llorar, Elián lo nota también y tira de ella para abrazarla.
—Estoy bromeando, tonta —le besa la frente y me mira—. Esta rubia es inteligente, sensible, creativa y con un corazón de oro, rómpelo y vas a encontrarte con más de diez manos dispuestas a acabar contigo.
Me sonríe.
» Solo una pequeña advertencia.
—Lo tengo claro, descuida.
—Es solo mi amigo —se queja Kiara, limpiándose la mejilla.
—Ajá —se ríe Eli—. Te dejo con tu amigo, iré a buscar a mi sobrina, a ver si me reconoce de las videollamadas.
Kia asiente y se acerca a mí, dudo si debo abrazarla o no.
—¿Estás bien?
—Sí, pero mi periodo está por llegar y estoy sensible.
—Vale, ¿quieres que te abrace?
Sus ojitos grises parecen dudar, pero finalmente asiente. Rodeo su cuerpo y suspiro cuando lo siento pegado al mío, como si cada molécula de mi cuerpo despertara y recobrara el sentido cuando ella está cerca. Kiara Harmony me tiene tan mal, joder.
Se aparta y me sonríe.
—Mamá quiere conocerte —me dice—. Ada debe haberle dicho lo de las nueces, tiene un pequeño trauma con eso así que probablemente solo quiera agradecerte, no te asustes si te abraza muy fuerte, a veces lo hace.
—Kia, me adviertes como si fuese algo malo.
Niega.
—No, solo que, no lo sé, no te asustes.
Tira de mi brazo haciéndome cruzar el salón para llegar a la cocina. Dos mujeres alzan la mirada y nos miran.
—¿Sucede algo? —pregunta la que creo es mamá de Kiara y Ada, guardan cierto parecido.
—Él es Simon, mami.
La mujer se quita el delantal y se me acerca, creo que me sonrojo por la intensidad de su mirada.
—Es un placer Simon, soy Sarah —me rodea recordándome a los abrazos que suelo recibir de mi madre, es cálido, familiar—. Gracias por cuidar de mi pequeña.
Le doy una palmadita.
—No es nada —le susurro.
Ella niega.
—Bienvenido, la comida ya está, pronto serviremos. Vayan al salón, aquí todo está un desastre, no quiero atraer la atención de Lois —sonríe.
La otra mujer se acerca antes de que nos retiremos y se presenta como la mamá de Lois. Debe ser Hazel. Son muchos nombres para procesar, pero intento recordar todos. Así como el de la morena que está en el salón cuando vuelvo, su rostro me resulta familiar de algún lado y descubro el origen cuando Kia la abraza. Es Kallie, ha trabajado con mi hermana.
—Eres el hermanito de Chloe, ¿no es así? —me sonríe, yo asiento—. Qué pequeñito es el mundo.
Pasa rápido porque va en busca de Jane que ya está siendo acaparada por otro grupo que le puso música de Taylor para verla bailar.
—Mi sobrina está solicitada —sonríe Kia—, ¿estás cómodo?
Asiento.
—Todos son geniales, incluso Nick.
Ella se ríe.
» Entiendo que te cuida, no todos son buenas personas.
Se encoge de hombros y me dice que Ayla vendrá más tarde y lo hace, parece ya estar familiarizada con la mayoría porque con soltura se pasea por el salón saludando a todos, se ríe con Elián y es abrazada por Sarah. Cenamos juntos y me deleito con la comida, que delicia está probando mi paladar hoy, no puedo decirle a mamá eso porque se enfadaría, pero he descubierto un nivel más alto de disfrute al comer.
Cuando llega la hora de cantar el "cumpleaños feliz", Jane es cargada por su papá que, a su vez, rodea a Adara. Sonrío viéndolos, creo que son de esas parejas que miras y resulta imposible no notar el amor que los rodea. Todos aplaudimos y Jane nos imita, los tres soplan la velita. Veo a Kiara que sonríe mirando a su hermana, me pego a su espalda y ella apoya su peso contra mi pecho, gira un poco el rostro y me regala una sonrisa preciosa que me distrae de nuestro alrededor, está feliz y no sabía que su felicidad era capaz de despertar tanto dentro de mí.
Una hora después, todos empiezan a despedirse, Ayla viene con nosotros hasta afuera que es donde Dylan la espera, creo que tendrán una cita. Kia me mira y no sé qué se supone que debo decirle, al final ella es la que habla.
—¿Me llevas? No traje el auto.
Asiento y le abro la puerta para que suba. Sus piernas desnudas son una distracción que me esfuerzo en evadir mientras conduzco. El pequeño desliz de la otra noche en su departamento no es que haya ayudado a calmar la tensión, por el contrario, me ha mantenido despierto por las noches, rodeado de recuerdos nítidos.
—A tu departamento, ¿verdad?
—A menos que quieras llevarme al tuyo —me sonríe.
Enciendo el auto y niego con la cabeza, llevarla conmigo sería condenarme.
—Eres una tentación andante, rubia.
—Solo reanudemos el acuerdo —señala—. Tú quieres, yo quiero, ¿Cuál es el inconveniente?
—Que yo no quiero solo eso —empiezo a conducir—. Te he dicho ya que tu acuerdo me parece estúpido y no quiero que se reanude, quiero que no exista.
—¿No es mejor eso a nada?
Niego y decido cambiar el tema de la conversación, le pregunto por sus prácticas, me dijo que había ido a algunas editoriales a preguntar.
—Apliqué a cinco, aún estoy esperando respuestas —me dice—. ¿Y tú?
—Igual, no me han respondido todavía.
—¿Viste que van a guardarse los promedios hasta el inicio de clase? No tiene sentido.
Sonrío.
—Queda un mes, no es demasiado —me encojo de hombros.
—Estás muy confiado —me acusa.
Volteo a verla cuando el semáforo me indica que debo detenerme.
—Quizá porque sé que vas a ganarme.
—¿Eso no te molesta?
—Me molestaba pensar que Ada tenía algo que ver, hace tiempo dejé de creerlo porque sé que todo lo que has conseguido lo has hecho sola. No soy mal perdedor, Harmony, si estás primera será porque lo mereces.
Conduzco otro poco hasta su departamento y aguardo afuera hasta que la veo ingresar, me hace adiós con la mano desde la reja robándome una sonrisa. Joder, realmente es preciosa, con ese cabello resplandeciente y esa sonrisa amplia, con los ojos brillosos y las mejillas sonrosadas por el frío.
Kiara Harmony, ¿qué estás haciendo conmigo?
Holaaaaaaaaaaaa, empezamos bien la semanita con cap, además es April 29th así que hagamos algo loco hoy jajaja
Este si salió algo larguito, así que disfrutemos jeje
En fin, yo solo sé que ese Simon ya cayó fuertísimo, ¿ustedes que dicen?
Nos vemos prontitooo, que tengan bonita semana y felices lecturas<3
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