CAPÍTULO 14
Kiara
24 de diciembre, 2028
Estoy jugando con Jane e Ivette, la hermanita de Lexie, cuando mi alarma me avisa que ya es hora de mi reunión con Davis. Hoy es domingo, se supone que no escribimos los domingos, pero decidimos hacerlo hoy y cancelar la cita de mañana. Llamo a Cristina, la hermana de Finn, y ella toma a Jane para yo poder ir a mi habitación.
La casa está llena, literal, vino la familia de Finn desde Italia, la de Lois desde Londres y la de Lexie desde Francia. Además, Kallie se unió a la celebración con su nuevo novio, ya acordamos ponerlo en la esquina en caso de que debamos cortarlo de la foto. El tema es que somos muchos, así que, si uno falta, no es que se le eche mucho de menos, en este caso ese uno soy yo, por lo que me refugio en la habitación que me dieron para poder escribir tranquila.
Enciendo la laptop y ya Davis me envió el link al que debo unirme.
—Harmony, quedamos en que sería con cámaras encendidas —me recuerda cuando entro a la reunión.
—Dame dos segundos.
Claro que recuerdo ello, pero quiero hacer algo.
—Uno, dos, listo.
Enciendo la cámara y él sonríe al verme, o bueno, al ver mi fondo.
» Listilla.
Sonrío.
—Para que no eches de menos el parque.
Me puse el fondo de un parque, siquiera para simular que todo va, así como lo habíamos planificado al inicio. Dialogamos un poco sobre lo último que escribimos, que fue la razón de nuestra última discusión, y Davis acepta que Selene no es un robot.
—En mi defensa, nunca he escrito romance.
—Entonces deja que la experta se encargue de ello, yo no te debato en temas que obviamente dominas.
Suspira y asiente, dándose por vencido.
—¿Debemos dejar señales de que hay algo?
—Ajá, el romance no sale de la nada, tiene que haber algo. ¿Recuerdas lo que dijo tu Lichi? Debemos dejar pistas para que sea realista, las personas no se enamoran de la noche a la mañana.
—Vale.
Acordamos que pista dejar, si suspirará, si se le acelerará el pulso o si solo será un intercambio tenso de miradas que habrá que describirse en el ambiente. Estamos debatiendo eso cuando la puerta de mi habitación se abre y Adara cruza el umbral con Jane en brazos.
—Ti, ti —abro los ojos y mi hermana sonríe.
—Ha estado así desde hace rato y no sabía que quería, creo que quiere decir Ki o puede ser auntie.
—Simon, dame dos minutos, mi sobrina aprendió a llamarme.
Sonríe.
—De acuerdo.
Recibo a Jane que me toca la cara con sus manitos y repite el "Ti, ti" en medio de un suspiro, como diciendo "Aquí estás". Creo que voy a llorar.
—Oficialmente venciste a Eli —me sonríe Ada que, de manera nada disimulada, mira mi pantalla—. ¿Es el chico odioso?
La riño con la mirada, no apagué el micrófono. Escucho la risa de Simon.
—Si, soy yo, aunque la mayoría de las personas me llama Simon.
—Ah, ¿es el chico que fue al buffet?
—También soy yo.
Simon hace hola con la mano y Ada lo imita asomándose a la cámara.
—Un placer, soy Ada —le dice mi hermana.
Cómo si no la conociera.
—El placer es mío —le responde Davis con galantería, claro, ahí si es caballeroso—. ¿Ella es Jane?
Asiento y le digo a Jane que salude. Mi pequeñita mueve las manitos y le sonríe al imbécil que le devuelve la sonrisa embobado. El efecto Jane, mi sobrina heredó las mejores facciones de sus dos padres, tiene mucho de Adara, pero la intensidad de sus ojos azules son definitivamente un rasgo de mi cuñado.
—Vale, Jane ya dejó su encanto, ahora me la llevo para que puedan continuar —me besa la mejilla y yo beso a mi bebé que repite su "ti, ti" para mí antes de irse.
Mi hermana vuelve a cerrar la puerta y yo enfoco mi mirada en la pantalla otra vez.
—Entonces, "Ti, ti", ¿saliste del embrujo?
—Oh, no seas idiota, es lo más tierno que he escuchado. Probablemente muera y vuelva a nacer cuando me llame tía por primera vez.
Se ríe, me deja hablarle de Jane por unos breves instantes antes de volver a escribir. Una vez agarramos el hilo del cual tirar todo se vuelve más fluido y solo tecleamos mientras conversamos respecto a lo que vamos plasmando en la pantalla, a veces él quiere cambiar la dirección y lo dejo hacerlo, o yo quiero que algo vaya diferente en la ambientación y también me permite hacer los cambios que considere necesarios. Me quedo absorta en la pantalla y en el movimiento de mis dedos que no capto el transcurrir del tiempo, solo salgo del trance cuando Simon me llama por mi nombre.
—¿Qué sucede?
—Feliz navidad, Harmony —me sonríe.
—¿Qué? ¿Ya son las doce?
—Doce y diez, sí.
Me asombro, eran las nueve cuando empezamos.
—En ese caso, feliz navidad, Davis.
—¿Quieres un descanso para ir a saludar?
Niego.
—Creo que ya todos se fueron a dormir, solemos saludarnos al despertar. Soy la única lechuza en esta familia, yo y quizá Lois. Pero si gustas puedo esperarte.
Niega.
—Tampoco nos saludamos a la medianoche aquí, descuida, sigamos entonces.
Mis dedos vuelven a la carga y no volvemos a parar hasta que empiezo a bostezar y es Simon quien sugiere que lo dejemos ahí. Yo quiero seguir, pero él se empecina en que ya nos vayamos a dormir.
—Mil palabras más —intento negociar.
—Harmony, te vas a dormir sobre la laptop y no habrá quien te acomode para que no te caigas.
—Que pesado eres.
—Vale, lo tomo, pero vete a dormir.
Reniego otro poco solo por gusto y sé que no lo toma en serio porque se ríe de mí en mis narices. Le saco la lengua mientras cierro las ventanas que tenía abierta y su carcajada inunda la habitación.
—La gente duerme, Davis, ríete más bajito.
—¿Quieres que me ría en mute?
Esta vez soy yo quien se ríe.
—Sí, ríete en mute, por favor y adiós.
—Adiós, Harmony, que recibas muchos regalos.
La pantalla donde antes estaba su rostro se torna negra. Supongo que debo ir a dormir, sueño no falta, después de todo.
28 de diciembre, 2028
Hicimos dormir a Jane hace veinte minutos y vinimos a ver una película, hoy nos hemos dispersado por toda la casa, yo estoy con Ada en su habitación; mamá y Hazel, la suegra de mi hermana, están en la cocina con Minnie y Cristina, hermanas de Finn, preparando la cena. Lexie ha de estar en la nieve con Ivette y los demás por ahí. Es una casa inmensa, así que espacio no falta para encontrar algo que hacer.
—¿Tiene alguna lógica especial el cambio de ángulo de la cámara? —le pregunto a mi hermana.
—Supongo que quieren hacer ver diferentes perspectivas, eso pregúntaselo a Eli.
Suelto una risita.
—Creo que sigue dolido porque Jane dijo "Ti, ti" antes que "Eli".
—Es probable, Lois me dijo que está pensando en pasar un par de meses en Nueva York, le está pasando factura el no compartir tanto con Papita.
—No voy a negar que lo echo de menos, incluso cuando quiere quitarme el título de tía favorita.
—Mi cuñado es encantador, Lois también está feliz con eso, aunque les encanta molestar al otro, se adoran y sé que él también lo extraña.
—Voy a provocarlo, quizá consigo que tome la decisión más pronto —sonrío—. Tengo a Jane de mi lado.
Mi hermana niega con la cabeza y vuelve la mirada a la película que ya hemos visto en más de una ocasión, tantas que algunos diálogos permanecen en mi cerebro de manera inconsciente.
—¿Qué hacen? —la voz de mi cuñado llega desde la puerta, ambas volteamos a verlo.
Yo señalo el televisor y él se acerca.
—¿Dónde está Jane? —le pregunta mi hermana.
—Se quedó con Eli, me echaron de la cocina así que vine a buscarte —se encoge de hombros—. ¿Puedo ver con ustedes?
—Te hará llorar —advierto.
—No viene mal que mis ojos se hidraten.
Adara se mueve al centro de la cama y le hace espacio a su lado, Lois sonríe como un niño y se recuesta junto a ella, rodeándola por los hombros. Yo me acerco y rodeo la cintura de mi hermana, le saco la lengua a mi cuñado.
—No voy a competir contigo, Kia.
—No podrías.
—No jugamos en la misma liga.
—¿Pueden guardar silencio y dejarme ver cómo le romperá el corazón?
Ambos murmuramos un "vale" amortiguado y nos acomodamos cada uno a su lado. Miro a Ada y tiene una sonrisa feliz en el rostro, joder, como adoro verla así. Conforme avanza la trama, Lois empieza a emitir comentarios en desacuerdo con el protagonista, se queja en algunas escenas y, por supuesto, llora en las que predije que lo haría. Me encanta su sensibilidad. Para el final, los tres tenemos pañuelos en las manos y lágrimas en los ojos.
—No me gustó —señala.
—La película es buena, de algún modo encuentras el sentido del final.
—¿Pero no debían terminar juntos? —insiste Lois.
—No habrían sido felices —explico yo.
—Pero se amaban —se indigna.
—Ella lo amaba, él no, era cariño y ternura, pero no amor —Ada apoya la sien en su hombro—. Si terminaban juntos habría sido porque él sentía pena y esa pena no iba a ser eterna, a la larga dolería más.
Mi cuñado asiente lentamente, comprendiendo.
—Vale, ¿entonces dices que Simon...?
—Damon —corrijo demasiado deprisa.
La sonrisa peligrosa en el rostro de Lois me hace cerrar los ojos con fuerza, lo que, obviamente, despierta las sospechas en mi hermana que mira de uno al otro intentando comprender que sucede.
—¿Simon? ¿No es el chico odioso?
—Ajá, al que viste el otro día en la pantalla.
—Vale, ¿qué sucede con él?
—Nada, a tu novio se le cruzan los cables.
—Esposo —me corrige Lois —. Es que se ven lindos juntos, Ada.
—Ahora pareces una comadre chismosa —lo miro mal.
Él se ríe.
—Concuerdo, cariño —Adara le da dos palmaditas en el rostro —. Sin embargo, ¿por qué te indignas tanto? Se ve buen chico.
—Es odioso.
—No me pareció.
—A mí tampoco —segunda Lois—. Y le trajo helado a Kia.
Entrecierro los ojos, me las va a pagar.
—Vale eso no me contaste —le reclama mi hermana.
—Se me fue, disculpa. El tema es que...
—Voy a desordenar tus expedientes y no te ayudaré a acomodarlos —lo amenazo.
Suspira derrotado.
—Pero... entonces cuéntale tú.
—Solo fue un helado, no es nada, es poco para todo lo que jode mi existencia y dejemos el tema ahí, dejen de inventarse historias porque nada sucederá.
Ada hace una mueca.
—¿Hace cuánto no sales con alguien? —pregunta.
—Creo que el último fue Brendon, no me agradaba mucho.
—Eso fue hace seis meses —indico—. Y sí, fue el último.
—¿Por qué fue que terminaron?
—Me aburrí —me encojo de hombros.
Mi hermana sonríe. ¿Por qué lo hace? Porque esa ha sido la razón de todas mis rupturas, me aburría. Sucedió con Bryce, el primer chico con el que salí y de quien, puedo asegurar, sí que me encontraba enganchada. Un par de besos y toqueteos, sirvió para saciar mi curiosidad respecto a ciertas cosas relacionadas con mi sexualidad, pero transcurridas unas pocas semanas, el aburrimiento llegó. No sabría decir si tuvo algo que ver el secuestro y el tiempo que pasé en cautiverio, habíamos terminado antes, pero él tenía intenciones de seguir intentándolo, sucedió lo de Billy y, cuando volví, mis problemas eran muy diferentes a los que tenía antes de ello, mis prioridades cambiaron y mi mente no estaba precisamente enfocada en arreglar algo que, en principio, no quería que continuase. Desde ahí, solo he salido con uno que otro chico de la universidad, nada serio, ninguno llegó a casa; Ada y Lois conocían sus nombres, pero nada serio. Eso hasta Brendon, lo conocí en una fiesta y, debo confesar, me voló la cabeza, al menos lo hizo los primeros dos meses, cuando incluso lo presenté con mi hermana, pasado ese tiempo, los primeros síntomas de monotonía empezaron a surgir, me ponía de mal humor su intensidad, sus actitudes empezaban a fastidiarme y, la gota que colmó el vaso fue el mensaje que llegó a mi correo de su novia, su otra novia. Omití esa parte de la historia para ellos, Adara no habría tenido piedad y no quería involucrarla en eso, así que usé la excusa de siempre, el aburrimiento.
Brendon fue el último, luego han sido encuentros casuales, que, para ser sincera, en su mayoría, no fueron nada memorable.
—Menos mal —suspira Lois—. Me habría costado fingir que me caía bien.
—No habrías fingido, no lo hiciste cuando se conocieron —alega mi hermana.
Sonrío, recuerdo que por poco le rompió la mano cuando se saludaron y la cara no es que haya ayudado mucho. Imagino que entre hombres saben verse los crímenes pasados y Lois notó algo que, para mí, no era evidente en ese momento.
—En fin —le resta importancia—. Simon si me agrada y regala helados, además.
Ruedo los ojos.
—Y dale con el helado.
—Hay que admitir que fue un bonito gesto —interviene mi hermana—. Lois me traía pollito frito.
El aludido le besa la mejilla.
—Te sigo trayendo pollito frito, amor, no he dejado de hacerlo.
—Y por eso te amo —le sonríe Ada.
Intento contener el suspiro, pero acaba escapándoseme, joder, me encanta lo enamorados que siguen el uno del otro, incluso con tantos años de por medio, el amor en sus miradas no ha cesado ni por un instante, por el contrario, es como si siguiera creciendo con cada día que transcurren juntos. Son un ideal, algo a lo que aspirar.
Me pongo de pie y ambos me miran.
—Iré a la cocina, quizá haya algo en lo que ayudar.
Asienten y vuelven a encerrarse en su burbuja. El amor, definitivamente es el amor.
Salgo al pasillo y me choco con Finn besándole la nariz a Lexie, la castaña sonríe y le murmura algo que no consigo escuchar. Cuando captan mi presencia, se apartan un poco, ella me sonríe y Finn entrecierra los ojos. Creo que les he causado alguna especia de trauma a los guardaespaldas de mi hermana, cada que me ven creen que he hecho algo malo.
Alzo las manos en señal de inocencia, Finn se ríe y Lexie le da un empujón, como regañándolo.
—Kia tiene veintidós, ya no es una adolescente loca que se mete en problemas.
—Tiene la locura en la sangre, Adara tiene treinta y la cordura sigue sin ser su mejor amiga.
—Yo soy su mejor amiga —señala Lexie.
—Por eso —sonríe su novio.
—¿Qué intentas decir? —lo reta.
—Que eres igual de loca que mi hermana —respondo yo.
Finn se carcajea y yo acabo riendo también.
Les digo que bajaré y ambos asienten antes de sumirse en una conversación cuyo tópico desconozco. Tarareo "Shivers" de Ed Sheeran conforme bajo las escaleras, pero me encuentro con otra melodía en cuanto entro a la cocina. Una canción latina resuena en el pequeño parlante y me encuentro a Minnie intentando explicarle a Ivette la pronunciación de cada palabra. Tengo entendido que ha estado estudiando español, así que muy ajena no debe resultarle la explicación. Mamá me sonríe en cuanto me acerco, pero es Hazel quien me abraza, le encanta abrazarme, tanto a mí como a Ada y cuanta mujer se halle cerca. Somos las hijas que nunca tuvo, pero que el destino se encargó de darle.
No tardan en encomendarme una tarea que realizo sin quejas, al menos hasta que la hora me gana y debo subir a mi habitación para mi reunión con Davis. Le transfiero mi tarea a Cristina que no refuta y toma la masa mientras yo me disculpo antes de volver a desaparecer para encerrarme en la burbuja que comparto con Simon Davis.
Buenas, buenasssss
Lois siendo #teamsimon es algo que amo mucho jajajaja y como Kia lo amenaza con desordenar sus expedientes JAJAJAA los amo.
Nos vemos mañana con otro cap, las amoo<3
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