18. La boda.

pasaron los meses, dos, para ser exactos, Chile se encontraba ya vestida de novia, se encontraba en su casa arreglándose, Venezuela y Perú estaban con ella.

-luces genial chama.- decía la venezolana. 

-es verdad, luces muy linda. -dijo Perú quien le entregaba el ramo de flores a Chile 

-estoy tan emocionada. -dijo Chile sonriendo.

-y el pequeño Jachi, tiene algún antojo? -pregunto Venezuela mirando el vientre algo abultado de Chile

-querí la verda? -pregunto Chile alzando una ceja.

-solo di cual es tu antojo culinario. -dijo Perú riendo

-perdóname Perú... -dijo Chile

-por que? -pregunto ella

-México!!! -grito Chile

de pronto se escucharon unos pasos apurados dirigirse a le puerta, luego esta abriéndose para ver a México algo preocupada:

-chamaca por que gritas.

-México querido de mi alma... -dijo ella sonriendo- me arias unas quesadillas?

el mexicano suspiro aliviado de que n le pasara nada malo a su hermana, y luego dijo:

-mija no tienes que asustarme de ese modo por tus pinchis antojos.

-weon, tu sobrino es el que me da los antojos, no es mi culpa. -dijo Chile

Perú y Venezuela contemplaban sonriendo y riendo de vez en cuando el momento. México miro a Chile y le dijo:

-las quieres con queso? 

Chile se puso a reír y dijo:

-pero obvio po wacho! 

-bien. ya regreso. -dijo México yendo a la cocina.

mientras tanto en la casa de Japón, el se encontraba con dos de sus amigos, desde mucho tiempo, Alemania e Italia. 

-mas te vale cuidarla mucho. -dijo Alemania

-por que lo dices? -pregunto Japón mientras se arreglaba la corbata.

-Chile es muy cercana a mi familia, y la considero como una hermana. -dijo Alemania

Japón miro a su amigo y le sonrió diciendo.

-tranquilo, ella esta en buenas manos. te prometo que la protegeré cueste lo que cueste. 

-mas te vale, si no quieres una invasión alemana, será mejor que cumplas. -dijo Italia riendo.

mas tarde, estaban todos los invitados reunidos en el lugar de reunión para que Chile y Japón se unirían de manera civil. 

en ese instante Japón se encontraba llegando al lugar, y poco después Chile también llego, entonces la ceremonia comenzó, Chile y Japón de vez en cuando se miraban el uno al otro sonriendo.

llego el momento de la gran pregunta. 

-Japón, ¿aceptas a Chile como esposa? para amarla y respetarla, ¿hasta que la muerte los separe? -dijo el juez que los casaba. 

-acepto. -dijo Japón

-Chile, ¿aceptar a Japón como esposo? para amarlo y respetarlo, ¿hasta que la muerte los separe? -pregunto el juez. 

-acepto. sin duda. -dijo Chile mirando con una sonrisa a Japón

-entonces, de acuerdo a la ley de matrimonio, los declaro marido y mujer.-dijo el juez. 

les pasaron una libreta de matrimonio y Chile y Japón la firmaron, luego se besaron y entonces los invitados aplaudieron. 

mas tarde, en la fiesta de matrimonio, Chile se encontraba bailando el vals de los novios junto a su ahora esposo, Japón.

-te dije que cumpliría mi promesa. -dijo el japonés 

-y eso me alegra. -dijo Chile 

ambos se sonrieron y se dieron un beso. al cortar el beso, Chile tomo la mano de Japón y la poso en su vientre.

-lo sientes? 

-claro que si. -dijo Japón acariciando en vientre de su esposa.

-esta feliz. -dijo ella 

de repente Japón se arrodillo ante ella y beso su vientre, Chile le sonrió con ternura, Japón contemplaba maravillado a Chile, le gustaba que ella ahora fuese su esposa, le había prometido a ella y a si mismo que la desposaría, y había por fin cumplido su promesa.

.

.

.

pasaron los meses, Chile ya había dado a luz, a un bebe cuya bandera era parecida a la de Japón pero el circulo rojo que tiene Japón, el del bebe era azul y en el centro una estrella blanca como la de Chile.

ese día Chile se encontraba en la habitación del bebe, sentada en un silloncito, estaba amamantando a su bebe, de repente vio como Japón entrar a la habitación, este le dijo susurrando:

-como te encuentras? 

-tengo algo de sueño. -dijo Chile

-claro que vas a estar cansada si casi nunca dejas a Jachi solo. ni cuando duerme lo dejas. -dijo Japón- debes descansar.

-tienes razón. -dijo Chile.

mas tarde, Chile se encontraba en la habitación matrimonial dormida, en ello Japón le cubrió con una manta, de pronto Chile le sujeto de la muñeca y lo jaló hacia ella, haciendo que el se recostase a su lado, el la miro, Chile le miraba con una sonrisa.

-quédate conmigo. -dijo ella abrazando a su esposo.

-me quedare contigo para toda la vida, mi amor. -dijo Japón besándola.

un amor tan bello como un copihue, tan delicado como una flor cerezo. un amor que floreció en medio de la inocencia y pureza de un sentimiento fuerte y hermoso. un amor... Entre Copihues y Cerezos.

FIN

Nota de Autora: perdón por la ultra demora de este libro. pero, si soy sincera... me había olvidado de esta historia D: 

les agradezco a todos por su paciencia conmigo y esta historia, espero les haya gustado todo el libro.

y nos leeremos en otro libro.

chau!!

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