Parte única.
|•Autora: _MisteryFangirl_•|
|•Fandom: Boku no hero.•|
|•Tema: Día de playa.•|
|•Shipp: Shinkami.•|
|•Cantidad de palabras: 3593•|
—¿Ir a la playa dices? –Preguntó el muchacho mientras a su vez masticaba un trozo de pan, su madre lo miró con desaprobación por aquel comportamiento pero decidió hacer omisión de el y seguir con su imposible tarea de doblar las sabanas —podrán haber pasado años desde que se casó y tuvo que hacerse cargo de una casa pero jamás logró descifrar el secreto de cómo doblar aquella infernable cosa—, una vez que se rindió le respondió a su hijo.
—Así es, con tu padre creemos que será relajante para tí en estos días libres que tienes, después de todo la UA enfrenta un problema tras otro, te aseguro que será divertido. –Respondió la mujer mientras tomaba otra prenda de ropa para doblar.
Un hombre rubio entró a la habitación, era alto y llevaba gafas, su pulcro traje azul marino quedaba completamente opacado por el delantal rosa que usaba con grandes letras que lo coronaban como "El rey de la cocina".
—Hikari, cariño, ya te he dicho que yo me encargo de las tareas domésticas, tú debes descansar de tu trabajo en la empresa. –Murmuró el hombre antes de sacarle con suavidad la cesta con ropa a su mujer.
Bueno, puede ser que les haya mentido cuando dije que Hikari era la que se encargaba de la casa, mis disculpas por eso.
La familia de Denki era pequeña —tan solo tres integrantes—, su padre antes era un héroe aunque apenas pudo ejercer ya que cuando se casó y tuvo un hijo eligió volverse el encargado del hogar y aquel que cuidara al bebé Denki mientras su mujer trabajaba, Kaminari Riku jamás se arrepentiría de esa decisión. Por otro lado tenemos a la tenaz y competente Kaminari Hikari, a la edad de quince años utilizaba su don para recargar baterías de móviles o de autos aunque hoy en día había logrado construir ella sola el imperio que es la compañía eléctrica Kaminari, sin duda alguna Hikari es una mujer extremadamente capaz aunque a veces está tan centrada en su trabajo que olvida su propio bienestar y tranquilidad, gracias a ello es que tuvo un colapso en su oficina y se vió obligada a tomar unas vacaciones. Finalmente tenemos a nuestro ya conocido Kaminari Denki, no hace falta que hagamos grandes presentaciones: aspirante a héroe y estudiante de la UA, ya todos somos conocedores de todos los problemas y sufrimientos que padecen nuestros héroes de la clase 1-A, pero fue luego de una de sus tantas crisis con la Liga de Villanos que la institución decidió darle un par de días libres a sus estudiantes, para que pasaran tiempo con su familia y se relajaran, Denki se sintió especialmente aliviado de oír aquello ya que... Bueno, les revelaré un pequeño secreto de nuestro chico eléctrico, últimamente tenía problemas ¡Pero tranquilos! No es algo demasiado grave o riesgoso para su persona, es tan solo un problema amoroso (Aunque tampoco hay que subestimar esta clase de problemas, ¿No?), bueno, una vez finalizada la presentación de esta familia podemos continuar con el relato.
—Pero cariño... –Se quejó Hikari al ver que su marido le quitaba la tarea entretenida que había encontrado. —Nos iremos mañana y debemos hacer las maletas. –Se quejó con un puchero formándose en sus labios. El hombre le sonrió dulcemente.
—Pues dejame informarte que tanto nuestra maleta como la de este revoltoso, que llena de migas mi alfombra, ya están listas. –Su mujer abrió su boca con sorpresa. —Así que sólo debemos relajarnos hasta mañana a la mañana, ¿Qué les parece si miramos una película?
Hikari no tardó en aceptar pero Denki se encontraba ensimismado mirando por la ventana que daba hacia el patio trasero, donde se podían apreciar las amadas plantas de su padre, que ya estaban floreciendo y mostrando sus colores vivaces. Fueron ellas las que lo cautivaron y transportaron por los estrechos pasillos de su memoria, reproduciendo una y otra vez una escena en particular que lograba que el corazón del adolescente revolotee en su pecho.
Una mano extendida entregándole flores.
Riku y Hikari notaron de inmediato la distracción de su hijo e intercambiaron una mirada en la que ambos confirmaron lo que pensaba el otro.
Ha llegado a esa edad.
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De acuerdo queridos lectores, imagino que llegados a este punto tendrán alguna que otra duda pero tomenselo con calma, que cada detalle dado es importante para comprender de manera correcta los sucesos que se llevarán a cabo en esta historia.
Sin nada más que agregar, pasemos directamente a la llegada de la familia Kaminari a su lugar de vacaciones, Riku había elegido una alegre isla tropical de nombre Initiis, la isla de los comienzos. He aquí otro particular detalle que han de tener en cuenta.
En fin, la familia Kaminari no tuvo inconvenientes a la hora de viajar a su destino y llegaron perfectamente al hotel en el que se hospedarían durante tres días y tres noches.
—¿No soy acaso un excelente padre por pedir una habitación para ti sólo? –Preguntó Riku mientras llevaban las maletas hacia sus cuartos. Denki le sonrió a su padre.
—¿El favor me lo haces a mi o a ti? –Preguntó una vez que se detuvo frente a su habitación. —Espero que esta vez consiga un adorable hermanito o hermanita. –Agregó con sorna y rió por lo bajo ante la cara de sorpresa de su padre. —Ya no soy un niño papá, suerte con eso. –Le guiñó un ojo y cerró la puerta antes de que su padre asimilara todo lo que le acababa de decir y le aventara la guía turística que llevaba en la mano a su rostro.
El adolescente dejó en un rincón su maleta y se acercó a la ventana para observar la bella vista a la playa que no estaba tan concurrida. Pese a la hermosura de la isla aquellos días no gozaba de muchos turistas pero aquello les proveía más tranquilidad a la familia.
Denki no tardó en tomar la sabia decisión de ir a la playa por lo que se puso el traje de baño y el bloqueador solar para que, con una toalla en el hombro, partiera camino a un destino predestinado (O eso es lo que ésta humilde escritora quiere creer).
El viento soplaba y movía ligeramente los rubios cabellos del joven que se encontraba sentado en la arena observando pensativo el mar pero una voz conocida lo hizo observar un poco hacia la izquierda, donde se sorprendió de ver a una niña que le era familiar acuclillada en la orilla del mar, juntando caracoles, aunque aquello que terminó de sorprenderlo fue el adolescente que estaba al lado de la niña, sosteniendo todo los pequeños tesoros que la pequeña iba encontrando. Denki sintió su rostro enrojecer cuando la mirada de aquel chico se posó en él, con sorpresa. El corazón del rubio latía con fuerza mientras se acercaba al joven y se preguntaba: ¿Qué es lo que hacía Shinsou Hitoshi en aquel lugar?
El muchacho pelimorado sonrió de forma tímida una vez que tuvo a Denki frente a él.
—Que sorpresa verte aquí Denki. –Fue lo primero que dijo Shinsou. Kaminari sonrió y, en un gesto nervioso, puso un mechón rubio detrás de su oreja.
—Definitivamente es una sorpresa Hitoshi, ¿Qué haces aquí y en tan agradable compañía? –Preguntó con una sonrisa dirigida a la tierna Eri que lo miraba con curiosidad.
—Bueno, el profesor Aizawa quiso traer aquí a Eri para que conociera el mar y se relajara, también me invitó a mi para que lo ayudara a cuidarla. ¿Tú qué haces aquí? –Sus manos movían con cierto nerviosismo los caracoles en su mano.
Denki decidió posar su vista en la pequeña Eri —que limpiaba sus manos llenas de arena con el agua que llegaba a la orilla— para así poder calmar su acelerado corazón.
—Estoy de vacaciones con mi familia. –Respondió en un susurro. —¿Te quedaras mucho aquí?
—Oh sólo será un día, no quiero dejar sola a mi madre por mucho tiempo, mi padre está en un viaje de negocios. –Explicó el pelimorado. El incómodo silencio no tardó en instalarse entre los adolescentes quienes luchaban internamente para evitar sonrojarse frente al otro, para suerte de los jóvenes Eri salvó aquella situación pidiéndole a Hitoshi que por favor la llevara de vuelta con Aizawa para mostrarle su descubrimiento. —Bueno yo debo llevarla así que... –Shinsou tragó saliva y se armó de valor. —Tú... –Carraspeó. —¿Puedes esperarme aquí un momento? Necesito hablar contigo, por favor. –Los nervios que le provocó decir eso lo hicieron retirarse con prisa de la mano de Eri, olvidando esperar una respuesta, aunque tampoco la hubiese recibido con rapidez ya que Denki había entrado en un estado de pánico mientras nuevamente los recuerdos afloraron en su mente.
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Sé que encontraran de lo más extraño aquella tensión entre estos dos jóvenes pero claramente hay una explicación a ésto, así que déjenme ponerlos en contexto: debe de ser de conocimiento público ya la amistad que forjaron éstos dos durante el entrenamiento por equipos, poco a poco se fueron conociendo más y más, incluso llegando al punto de confesar cosas que jamás le habían contado a otra persona, como la afinación que Hitoshi sentía por las flores y la obsesión que sentía Denki por las historias de amor de época. Hasta aquí todo normal, una estrecha relación amistosa entre dos muchachos, pero la cuestión está en el progreso de sus sentimientos por el otro.
¿Es normal que se me acelere el corazón de esta forma tan sólo por ver la sonrisa de mi amigo?
¿Por qué comienzo a sentirme acalorado por la cercanía de mi amigo?
¿Realmente son así las amistades? Pensaban nuestros afligidos chicos.
Consiguiente a estas dudas comenzaron los regalos, oh los regalos, otra pieza clave en esta historia. Fue durante una charla casual entre nuestros dos jóvenes que Denki mencionó jamás haber recibido flores como regalo pese a que le parecía un obsequio de lo más bello, fue allí que Hitoshi le dijo que él le regalaría todas las que quisiera, aquí comenzó la encubierta declaración de Shinsou. Primero fueron dos alegres girasoles que dejaron más que encantado al rubio, luego una tierna camelia rosada, a ella le siguieron tres bellos tulipanes blancos y finalmente unas hermosas orquídeas blancas. Hasta este punto todo fluía de forma normal, con una amistad entre dos jóvenes que lentamente se estaba transformando en algo más, pero todo los sentimientos se amontonaron de golpe durante una pequeña reunión en la habitación de Mina:
—¿Qué? –Preguntó perplejo el rubio. Sero rió y palmeó el hombro de su mejor amigo.
—Ya te dije Denki, tu reto es darle un pequeño beso en los labios a Hitoshi. –Repitió el pelinegro. Kaminari miró con confusión a Shinsou, que se veía igual de petrificado que el rubio. Mina notó de inmediato el cambio en los dos jóvenes y pellizcó con fuerza la pierna de Sero mientras le transmitía un claro mensaje con la mirada. —O sino puedes...
—Lo haré. –Dijo finalmente, interrumpiendo a Sero. —¿No te molesta Hitoshi? –El pelimorado se encontraba atónito ante la respuesta de Kaminari por lo que únicamente fue capaz de negar lentamente con su cabeza. —De acuerdo. –El rubio relamió sus labios y se acercó con lentitud a su amigo, sin quitar la vista de sus labios se encontró pensando en si aquel beso le gustaría tanto como creía, tomó con suavidad el rostro de Hitoshi entre sus manos y le dedicó una tierna sonrisa antes de juntar sus labios con dulzura.
Al principio todo se mantuvo estático, con los dos jóvenes analizando aquella situación y asimilando la sensación de los labios del otro encima de su boca, luego fue Denki el que bajó sus manos hacia el pálido cuello de Hitoshi y abrió un poco su boca, ansiando probar un poco más del sabor del joven pelimorado quien finalmente reaccionó y mordió suavemente el labio inferior del rubio en respuesta. A partir de aquí fue un caos, todos los sentimientos que se encontraban retenidos comenzaron a fluir de golpe y la única forma de transmitirse que encontraron fue aquel beso, la mano de Denki ya se encontraba subiendo ansiosa para poder sentir los cabellos de Hitoshi entre sus dedos cuando el ruido de alguien masticando una papa les recordó que no se encontraban solos. Se separaron algo avergonzados y observaron la sonrisa burlona en los labios de Sero.
Quisieron continuar aquella reunión como si nada pero la tensión entre nuestros dos muchachos no hacía más que crecer con el pasar de los minutos por lo que Mina —bajo la excusa de que se estaban quedando sin snacks— arrastró a Sero hacia un supermercado y dejó a Denki y Hitoshi solos para que hablaran. Los dos quedaron callados por un largo rato, con la incomodidad acrecentandose de a poco.
—La verdad es que...
—Yo...
Dijeron al unísono y luego rieron por lo bajo, Hitoshi fue el primero en seguir hablando.
—Lo siento Denki pero la verdad es que yo... Bueno la cosa es que... –Despeinó sus cabellos con frustración. —Las flores que te he dado, todas ellas simbolizan... –Suspiró. —El significado de las flores representan mis sentimientos por ti Denki, me gustas y esta situación hace que me sienta aún más atraído a ti, lo siento. –Se levantó del suelo en el que estaba sentado y salió con rapidez de la habitación, dejando a Denki solo, tratando de comprender su sentir.
Ese día Denki apenas pudo dormir, pensando en lo que aquella confesión acarreaba y asimilando cómo era ver a Hitoshi desde otra perspectiva que no fuera de amistad. Por alguna razón no le costó mucho aceptar esa nueva percepción, pero aún así habían pasado ya dos semanas en las que evitaba cruzarse con él.
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He aquí las circunstancias que llevaron a ésta situación, sin duda nuestros adolescentes se encontraban en una posición complicada y era necesario que se aclararan las cosas de una vez por todas, fue por eso que Denki ignoró la temblorosa voz de su mente que le decía que debía huir y se mantuvo firme mientras miraba el mar, aguardando la llegada de Hitoshi quien tardó unos pocos minutos en regresar.
Shinsou notó de inmediato el claro nerviosismo del rubio por lo que sonrió de forma tranquilizadora y preguntó con voz suave:
—¿No quieres refrescarte un poco en el mar?
He de confesarles otro secreto sobre Denki, en realidad le teme un poco a las profundidades y ver esas olas rebeldes que rompían con brusquedad no ayudaron en nada a calmar sus nervios.
—Vamos, no pasará nada. –Agregó Hitoshi mientras extendía su mano, Kaminari se lo pensó un momento pero finalmente tomó de la mano al pelimorado y juntos se adentraron al mar. Denki no tardó en olvidar sus miedos y poco a poco se fue soltando, el estrecho muro que se había forjado entre ellos se fue requebrajando y no tardaron en bromear y charlar con soltura, volviendo a sentir aquella calma en sus corazones que le brindaba la presencia del otro.
Estuvieron un buen rato nadando y jugando dentro del agua, ya casi atardecía cuando decidieron salir y se sentaron sobre unas rocas que estaban cerca de la orilla, fue mientras despedían al sol y a sus agradables rayos que Shinsou decidió hablar.
—Fue muy cobarde. –Dijo con seriedad y Kaminari lo miró sin comprender. —La forma en la que me declaré fue muy cobarde y me arrepiento de eso. –Confesó. —Es por eso que en este tiempo en el que estuvimos separados tomé la decisión de hacerlo de la forma correcta. –Le devolvió la mirada al rubio y apreció los dos orbes dorados y relucientes que lo observaban con curiosidad. —Las flores que te regalé simbolizan mis sentimientos por ti Denki, no sé cuándo empezó y tampoco el por qué pero si hay algo de lo que estoy seguro es que me siento completamente atraído hacia ti, hacia tu personalidad y hacia tu sonrisa, cada faceta tuya que me muestras la atesoro dentro de mi corazón. Por eso puedo asegurarte que te digo esto sin ninguna duda: Realmente me gustas Kaminari Denki. –Dijo con una bella sonrisa en el rostro que era acompañada por un ligero rubor en las mejillas.
Denki sintió como su corazón se aceleraba a un ritmo alarmante y como un extraño sentimiento invadía su cuerpo y alma, estaba abriendo la boca para responder cuando Shinsou levantó la mano, haciéndolo guardar silencio.
—Lo lamento pero... ¿Podría esperar tu respuesta hasta más tarde a la noche? A las diez volveré aquí a la playa a buscar más caracoles para Eri, ¿Te importaría hacerme compañía y darme la respuesta en ese momento? Por favor. –Kaminari asintió un tanto confundido. —Ahora si me disculpas, debo volver con el profesor y Eri, nos vemos más tarde. –Se despidió con un suave beso en la mejilla de un atónito Denki y caminó sintiendo como el calor se le subía hasta las orejas mientras pensaba en la declaración que acababa de hacer.
Kaminari caminó de regreso al hotel sumido en sus pensamientos pero se vió sacado de ellos cuando se cruzó a sus padres en el pasillo.
—Oh hijo aquí estabas, ¿Disfrutaste de la playa? –Preguntó su madre a lo que él asintió torpemente. —Nosotros nos iremos a cenar algo y luego a pasear por la playa, ¿Nos acompañas?
A Denki le costó unos segundos encontrar su voz para responder.
—No gracias, me bañaré y me acostaré a dormir un rato. –Se despidió de sus padres e ingresó a la habitación, a continuación cada cosa que realizó fue de forma automática, aún no lograba despertar del todo de aquella ensoñación que era que Shinsou Hitoshi se le declarase de esa manera, apenas pudo dormitar algo antes de que se haga la hora acordada.
De caminó a la playa los nervios de Denki aumentaron al notar que nunca arreglaron un punto de encuentro y se maldijo por no haber traído su móvil, sin otra opción, se dirigió a la roca en la que habían estado charlando y aguardó mientras sentía el rítmico sonido de sus latidos llegando a sus oídos.
Quizá habían pasado segundos, minutos o horas, la cosa es que Kaminari lo sintió como una eternidad hasta que vió a Shinsou acercándose a él con una tímida sonrisa formándose en sus labios, llevaba una mano oculta detrás de su espalda como cual niño que esconde una travesura, fue otra eternidad para nuestro rubio hasta que finalmente estuvieron frente a frente.
—Hola. –Saludó con sus mejillas sonrojadas Hitoshi.
—Hola. –Respondió, con su corazón revoloteando en su pecho, Denki. —¿Qué es lo que llevas ahí? –Preguntó curioso mientras intentaba mirar lo que ocultaba el pelimorado, éste rió nerviosamente.
—Me da algo de vergüenza, por favor cierra los ojos. –Pidió con la voz ligeramente temblorosa, Denki alzó una ceja confundido pero optó por complacer al muchacho y cerró los ojos. —Sólo espera que... Un momento y... Listo, abrelos. –Kaminari obedeció y sonrió alegremente al ver un ramo de flores frente a él, extendido por un muy avergonzado Hitoshi. —Son narcisos. –Indicó el pelimorado. —Entre sus muchos significados es un mensaje de amor sincero cargado de expectativas y que espera una pronta respuesta. —Explicó sonrojado hasta las orejas. —Pensé que eran perfectas para este momento. –Confesó tímidamente.
Denki sonrió tiernamente y las tomó con delicadeza, rozando adrede sus manos.
—Yo también he pensado mucho en nuestro tiempo separados, creo que desde un inicio mis pensamientos y sentimientos hacia ti iban más allá de una simple amistad pero el miedo a tu rechazo y lejanía me impidieron explorarlo en profundidad, por eso luego de ese beso y tu primer confesión estaba bastante abrumado pero luego de pensarlo bien comprendí a la perfección. –Con su mano libre tomó la temblorosa mano de Hitoshi. —Desde el primer momento en que te ví me has gustado Shinsou Hitoshi. –Confesó y sintió alegría al pronunciar aquellas palabras. —Cuanto más cercanos nos hacíamos más deslumbrado me sentía por ti y tu forma de ser, comencé a comprender y admirar cada detalle de tu persona, a saber lo que piensas y no te atreves a decir, a apreciar cada momento que paso a tu lado y a atesorar cada risa que me brindas, creo que estoy locamente perdido por ti. –Dijo mientras acortaba la distancia entre ellos.
Hitoshi sonrió y acarició una sonrojada mejilla del rubio.
—Sabes... –Susurró mientras sus rostros se acercaban. —El narciso también simboliza los comienzos. —Mencionó mientras juntaba con suavidad sus labios.
Allí, frente al mar y bajo la luz de la luna, una dulce pareja daba inicio a una tierna y amorosa relación. Ambos sentían la calma y la dicha en su corazón, se tomaron su tiempo en explorar la boca del otro y no podían evitar sonreír entre beso y beso, verdaderamente alegres de que aquello estuviera pasando.
Nuevamente para Denki pasó una eternidad, sólo que ahora se sentía feliz de disfrutar de ella.
Cuando finalmente se separaron Hitoshi acarició el dorso de la mano del rubio.
—¿Te apetece ir a buscar caracoles? –Preguntó con una sonrisa que rápidamente fue correspondida por Kaminari.
—Me encantaría. –Respondió mientras comenzaban a encaminarse a la orilla del mar, entre sonrisas y caricias disfrutaron de una velada que los hizo sentirse los más afortunados del mundo.
A cierta distancia, Hikari y Riku observaban con una sonrisa la felicidad en el rostro de su hijo.
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Es así, queridos lectores, que éste relato finaliza.
Fue entre caracoles y flores que esta hermosa pareja encontró el comienzo de su relación, fue en Initiis, la isla de los comienzos que los corazones de estos dos jóvenes encontraron la calma.
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Significado de las flores:
•|Girasoles|• son reconocidos como el símbolo del sol y simbolizan el amor y la admiración. También se cree que son símbolos de la felicidad, la vitalidad, el positivismo y la energía.
•|Camelia rosada|• simboliza el deseo de tener más cercana a la persona a quien se le regala.
•|Tulipanes blancos|• el color blanco se suele asociar a la pureza y la paz, por ese motivo, el color blanco en los tulipanes muestra elegancia y amor puro.
•|Orquídeas blancas|• expresa un amor puro, inocente y duradero ante la persona amada.
•|Narcisos|• El narciso representa el renacimiento y el comienzo de algo nuevo, es portador de un mensaje de amor sincero y de deseo impaciente, expresa una expectativa profunda y galante que desearía ser satisfecha, pero de forma sutil y velada, con toda discreción.
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Aguarden que la escritora se puso soft 😭😭😭
aaaaaaa ustedes no se dan una idea de lo mucho que disfruté escribir esto, estoy muy contenta con el resultado
Durante mis vacaciones en la playa me puse a pensar en crear una historia shinkami ambientada ahí y gracias a que me anoté en #ElsotanodeWattpad tuve la oportunidad de hacerlo
Quería expresar y contar de manera correcta la historia de ellos dos pero tampoco quería hacer un relato muy extenso fue por eso que tomé dos decisiones: narrarlo de esta forma y usar las flores para simbolizar el sentir de los protagonistas
Nunca había notado que tanto puede expresar regalar flores con significados específicos hasta que leí «Flores en tu corazón» una historia Tododeku de stelfy94 (posta les recomiendo mucho este fic porque es HERMOSO
En fin estoy muy contenta con este os y espero que lo disfruten tanto como yo disfruté escribirlo, no se olviden de votar y comentar que amo leer sus reacciones, también lxs invito a leer mis otros fics.
Nos vemos en otro fic mis cielitxs
les ama, Darkness
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