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Había pasado ya unos cuantos días y Seokjin ahora era parte de la "familia" de la empresa.
Aquellos parecía ser una buena noticia, sin embargo los problemas parecian no querer parar y venian uno tras otro para el pobre empresario Min, quien ya no sabía cómo resolverlos sin estar al borde de perder la cordura.
Cuando Seokjin se implementó a la lista de idols en entrenamiento los medios no se hicieron esperar al igual que la maldita prensa amarillista, los cuales no esperaron ni una semana para sacar portadas tras portada y una exclusiva más escandalosa que la anterior.
Cosas como; "la empresa de Suga records de mal en peor" era articulos que salían a la velocidad de la Luz y se espacian como polen en dia de primavera en todo el mundo de la música y demás farándula dedicada a la insidia.
Incluso habían salido a la luz entrevista dadas de primera mano por Chanyeol y Mark. Hablaron pestes de la empresa y se 'vanagloriaronc" por no haber sido elegidos.
<<Traidores>> Esa clases de cosas hacían hervir la sangre de Min, quien comenzaba a dudar en secreto si realmente había hecho una buena elección al elegir a Seokjin entre los tres cantantes que el había seleccionado. Especialmente ahora que su publicista se encontraba indignado con el nuevo trabajo que él le había asignado para publicitar la nueva carrera de SeokJin.
Se supone que todo iría bien, que pondría la publicidad justa y le pediría a cualquier Dios que este ahí arriba observándole que la gente le interesara el nuevo proyecto de la empresa y apoyaran la carrera de SeokJin.
Sin embargo, todos los problemas parecían tener de objetivo comun amargarle la vida a Min, pues el hombre que siempre se encargó de publicitar sus artistas parecía realmente indignado con el hecho de tener que publicar a un "don nadie" que según él, eso afectaría a su imagen y nombre como publicista, pues siempre había publicitado a grandes artistas, y que de la noche a la mañana le asignen promocionar a alguien que ni siquiera tenía alguna canción que publicitar era sumamente "degradante"
¿Acaso había sido tan mala persona en su vida anterior como para que que tenga que estar pasando por todo esto?
—Me niego señor Min, usted sabe que fui uno de los mejores estudiantes dentro del curso de publicidad y relaciones publicas, no puede pedirme que publicite a alguien que literalmente no tiene nada que publicitar—vociferó el hombre joven de lentes de marco negros, caminando en círculos para expresar todo su enojo y confusión—¿En que estuvo pensando cuando me llamo? Usted dijo que necesitaba de mi para publicitar a un artista y me hizo creer que se trataba de un verdadero artista.
—Sigo sin ver el problema...—habló por fin el pelinegro, apoyándose con hostilidad en su escritorio de madera—Te recuerdo que tu trabajo no es gratis, te estoy pagando la maldita suma de dos millones de wons para que hagas tu maldito trabajo.
—¿Que cual es el problema?—preguntó esta vez mas enfurecido—Que estoy aquí a pesar de que su empresa se esta yendo a la mierda y de toda la basofia que los medios están hablando. Le recuerdo que mi nombre también esta en juego y si acepté su llamada y a asistir a esta reunión fue por todos los años que trabajamos juntos.
El aire se tenso aun mas y el ambiente comenzaba a tornarse pesado. Las miradas que ambos hombres se estaban lanzando comenzaban a intimidar al joven asistente rubio que estaba un poco apartado de toda aquella acalorada discusión.
Aunque ciertamente el tampoco veía el verdadero problema que imponían el hombre de lentes...
¿Acaso no es así como funciona la publicidad?
Ninguna marca o persona famosa se hizo reconocida de la nada, pues siempre desde tiempo antiguos hubo un buen plan de publicidad detrás de cada marca o rostro reconocido actualmente.
—Realmente no te entiendo Yesung...—suspiró Min con cansancio mientras acariciaba el puente de su nariz en un acto de hastío—simplemente te estoy pidiendo que diseñes unos cuantos carteles con el rostro de mi nuevo cantante y los distribuyas por toda la zona ¿Es acaso un trabajo tan grande para ti?
El hombre mayor se sacó los lentes unos momentos para limpiarlos contra su carísimo sastre gris y para luego ponérselos nuevamente bajo un suspiro derrotado.
Jimin vio desde su lugar la expresión del hombre y no le agradó para nada la sonrisa que pintó en sus labios.
Tenia una mala impresión y estaba seguro que estaba por decir alguna idiotez que terminaría solamente por perjudicar la economia de la empresa.
—Bien Min, acepto trabajar contigo...—informó con una pequeña sonrisa que el pelinegro no supo identificar—Pero como te dije hace unos minutos atrás...mi prestigio esta siendo puesto en todo esto, así que solamente como se trata de ti lo dejaré de lado, pero no aceptaré al menos que subas la remuneración de este trabajo y me des un contrato fijo de cinco años con tu empresa.
Un silencio gobernó en el momento y Jimin se inquietó en su lugar al escuchar las palabras del hombre.
Min soltó un pequeña risa llena de incredulidad al escuchar aquello.
¿Más? ¿Que tanto dinero podía pedir por unas cuantas pancartas?
Además. Hacer un contrato fijo con un publicista casi nunca era bueno, pues ellos siempre podían subir su tarifa y no habría más que aceptarlo por la simple estipulación de un contrato fijo.
Sus ganas de mandarlo al carajo incrementaron increíblemente. El hombre sabía perfectamente eso y lo estaba haciendo adrede, y por más ganas que tenga de golpearlo, no podía darse ese tipo de gustos. Menos ahora que su empresa estaba colgando de varios hilos que se iban cortando con cada decisión mala que tomaba. Debía ser extremadamente cauteloso con lo que decidía.
Exhaló el poco aire que conservaba en interior y accedió silenciosamente. No tenía demasiadas opciones, de hecho el hombre parado enfrente de él era justamente su única opción a recurrir, así que le dio la libre oportunidad a Yesung de proponer su verdadera tarifa de trabajo.
—¿De cuanto estábamos hablando?—preguntó de manera cautelosa y con escondida molestia detrás de sus palabras—.
El hombre sonrió de manera casi injuriosa y eso no pasó por desapercibido para Jimin, quien nuevamente se sintió incomodar en su lugar.
—Cinco millones de wons y cerramos—soltó en tono serio que terminó por enmudecer al pelinegro y preocupar al rubio asistente—.
El silencio se prolongó un poco más del gusto del tan predilecto hombre publicista, pero no era culpa de Min o de Park, solo era su ridícula e imprudente propuesta.
—¿Cinco millones?—habló por fin Min con un tono de voz más bajo que el normal—¿Te haz vuelto loco Yesung? Estamos prácticamente hablando de casi medio millón de dólares.
—Lo sé, tanto como tú sabes que mi nombre está en juego en todo esto—habló seriamente mientras se volteaba y fingía de manera muy engañosa pensar realmente las cosas— si hago la publicidad, si pongo mi nombre en ello, si llamo a mis contactos y organizó las publicidades y nadie se ve interesado en tu nuevo artista, la gente comenzara a hablar de mi y el pésimo trabajo que hubo detrás de todo esto. Las empresa dejarán de llamarme y eso indudablemente pondrá en riesgo mi futuro. Piénsa mejor que estas pagándome esa cantidad de dinero como un tipo de "protección" por si tu chistecito de querer ser afable y humilde con un don nadie sale mal.
Yoongi escuchó todo aquello y le pareció ridículo, sin embargo una pequeña parte muy dentro suyo que no lograba indenticar del todo le decía que el hombre que estaba enfrente suyo tenía razón y que su juego de "humildad y amabilidad" podría salirle mal y muy caro.
<<Saldrá todo mal>>
Tal vez era su pesimismo o incluso su miedo que no paraban de tener disputas dentro de su cabeza y lo hacían sentir mareado con la sola idea de verse realmente hundido como muchos lo querían ver.
<<Tienes que aceptar>>
<<No tienes más opciones, él tiene razón, solo está asegurando su futuro de este desastre>>
Jimin vio aquella escena desde su posición, queriendo seriamente golpear al hombre de lentes o en su defecto a Min, quien parecía realmente estar pensando que las estupidas palabras que soltó aquel idiota eran verdad.
¿Él realmente estaba si quiera considerando aquellas palabras?
Quería gritar, patalear o hacer un berrinche ahí mismo. Pero se detuvo por la simple razón de que él realmente no tenía ni voto ni palabra si el jefe, en este caso Min, no se lo pedía.
Y eso comenzaba a frustrarlo como la mierda...
—Entonces...¿que dices?—volvió a hablar aquel hombre con aquel tono arrogante que comenzaba a asquear al menor—¿Aceptas?
Jimin apreció como el hombre de nombre Yesung estiraba la mano a medio camino y la dejaba en el aire como una clara invitación a cerrar un trato de manera tradicional, estrechando sus manos en un "honesto" apretón.
Frunció su ceño y un pequeño puchero se pintó en su labios al ver como el pelinegro miraba aquella mano como si esta fuera la salida a todos sus problemas, sin embargo también en su mirada se podía indenticar con facilidad la duda, la inseguridad y el inconfundible miedo, brillando con avidez en sus felinos ojos negros.
Sintió muchas cosas en ese momento que sinceramente le terminaron por crispar la piel.
Min tenía miedo.
Y eso no pudo hacerlo sentir más raro consigo mismo...
Y tal vez fue la expresión tan agobiada de Min o la tensión de ver como en ese momento Min tuvo la intensión de estrechar la mano del hombre frente suyo que él no pudo evitarlo más y un pequeño sonido de frustración se escapó de sus pomposos labios, seguido de un gruñido meramente gatural.
—¡No!—gritó desde su lugar, arrepentiendose un poco en el momento al asustar levemente a Min con su repentino grito—Él...—pausó y se corrigió rápidamente con un pequeño carraspeo—Nosotros no aceptamos su oferta.
Un silencio se hizo presente y se sintió algo intimidado cuando Min lo vio alzando una de sus negras cejas en señal de confusión.
—¿Quien eres tú?—preguntó el hombre que al parecer recién ahora se percataba que había otra persona en la habitación—.
Desde que trabajaba en esta maldita empresa la gente no había dejado de preguntarle siempre lo mismo.
Y con el tiempo notó que todas las personas luego de preguntar siempre le daban una mirada que lo analizaba de pies a cabeza con claro desdén.
Muchas veces se ha tenido que regañar mentalmente para no contestar irónicamente y de manera para nada educada.
"Soy un fantasma del más allá que viene a cuidar las decisiones que hace el idiota del jefe de esta empresa"
Más de una vez se vio tentado a hacerlo, sin embargo prefirió simplemente ahorrarle la humillación a Min y que solo se tratara de un posible escenario fantasioso en su cabeza.
—Park Jimin, pero no hay tiempo para enumerar todos mis títulos y logros para que considere mi existencia, lo único que puedo decirle es que tengo la suficiente autoridad como para rechazar su singular y tan creativa oferta—cortó con la mayor educación que pudo, pudiendo apreciar como el hombre mayor colocaba una mueca de confusión—.
—¿Que te ocurre, Niño? ¿Acaso no vez que estamos por cerrar un contrato muy beneficioso?
—Beneficioso para usted, no para nosotros...—se atrevió a decir y profirió cruzar mirada con Min que con el sujeto—si usted cree que somos lo suficientemente ingenuo como para cerrar un trato con un persona que desde un primer momento intento aprovecharse de la situación, entonces esta muy equivocado—prosiguió—Y lamento informarle que nadie lo suficiente inteligente aceptaría un tarifa de remuneración tan ridículamente alta por unas simples publicidades que fácilmente cualquiera con el conocimiento básico y la pasión necesaria podría hacerlo.
Las simples palabras del menor crearon un silencio que convirtió el ambiente en uno pesado, denso y para nada agradable.
Min no lo admitiría ni en mil años, pero aun se sorprendía como el menor podía expresarse tan libremente sin tartamudear ni en una de sus palabras, o como su fortaleza parecía de acero.
¿Acaso necesitaba vestirse con suéteres horrendos para obtener algún tipo de poder que le brindara nervios de acero para este tipo de situaciones?
¿Acaso su asistente era ese tipo de persona que tenían más de un "mascara" y dependiendo la situación la cambiaba a su favor?
No lo sabía con exactitud, y ciertamente eso lo provocaba una sensación inquietante en su pecho. Jimin se veía tan inofensivo y vulnerable que ver esta clase de cosas viniendo de él, lo dejaba un tanto pasmado.
Hubiera seguido divagando en sus pensamiento si no fuera por que la gruesa voz de Yesung volvió a resonar como eco en la oficina, sustrayendolo de sus pensamientos y de aquella mirada perdida que le estaba dando a la pequeña nariz del rubio, la cual notó que se arrugaba tiernamente cuando estaba en medio de una discusión o situación tensa. Recordaba bastante bien como lo había hecho el día en el que él se comportó como un completo patán en aquella entrevista de trabajo...
—¿Acaso sabes quien soy, niñato?—alzó la voz el hombre, realmente irritado con la interrupción y palabras del menor. Él realmente estaba apunto de cerrar un trato millonario—Soy Kim Yesung, el mejor publicista de la industria.
—Ah ¿sí?—sonrió dulcemente de manera falsa, detalle que no pasó por desapercibido por Min al perderse un tanto en aquella singular manera de sonreír con los ojos—Pues yo soy Park Jimin, él es Min Yoongi y ahora déjeme presentarle la puerta de la salida.
El menor caminó hasta la gran puerta, la abrió lentamente y se posicionó a un lado, dándole una mirada plana al hombre mientras hacía una seña con su mano, invitándolo cordialmente a irse al carajo.
—Lamento no ofrecerle nada por su muy amable visita, pero la agenda del señor Min ahora mismo está muy ocupada y tiene una reunión en los próximos...—fingió mirar su reloj cuando ni siquiera tenia uno—diez minutos.
El hombre miró a Min expectante a que dijera algo, sin embargo Yoongi simplemente se limitó a boquear como pez fuera del agua, realmente absorto a como manejar todo aquello.
¿Realmente el era jefe de una famosa discográfica?
Yesung frunció el ceño y tomó su maletín sin más entre sus manos, dándole la última mirada a Min y el ultimo envenenado comentario antes de abandonar la oficina.
—Vas de mal en peor Min, dejándote manejar por un simple secretario, realmente eres deplorable.
Escupió aquello antes de salir hecho una furia de la oficina, ganándose una risa autosuficiente del rubio.
—¡Gracias por venir!—gritó Jimin en la puerta—¡Nosotros te llamamos cualquier cosa!—volvió a gritar para luego finalizar—¡Aunque realmente no lo haremos!
La puerta se cerró y fue en ese momento cuando a Jimin se le fue toda la valentía que había estado sintiendo, pues los ojos de Min lo estaban analizando desde su posición con una expresión en su rostro que no supo indenticar en el momento por la adrenalina que sentía quemar en su piel por poner en su lugar otro prepotente más del montón.
—¿Acaso estas loco?—la gruesa voz de Min resonó en los oídos de Jimin y este se sintió relajar al pensar que ni quisiera le dirigiría la palabra por su atrevimiento de literalmente hechar a su publicista de su propia oficina sin esperar opinión de él—Acabas de echar al único publicista que tenía.
—La verdadera pregunta es que si tu estás bien—cambió el rumbo de la pregunta mientras se acercaba solo un poco al mayor y se reacomodaba sus lentes—¿Realmente pensabas en aceptar ese trato?
—Es que tu no entiendes nada, Park—dijo con una voz seria mientras llevaba sus dos grandes manos hasta su rostro y se frotaba la misma en una clara señal de cansancio—Él era mi único y última alternativa, nadie ha querido trabajar con esta empresa desde que el mercado estadounidense nos cerró las puertas por ese estupido contrato mal hecho.
El menor vio desde cerca como Min se veía realmente cansado de la situación...
Podrían no llevarse bien e incluso podría odiarlo, pero nunca podría ignorar su lado humanitario que le gritaba desde su interior que debía ayudarlo a salir del hoyo que el mismo (y de manera tan estupida) se metió.
—Ya no sé que hacer, estoy seguro de que Yesung informara de esto a todas las personas que pueda y ya nadie aceptará nada de este empresa—agregó mientras caminaba hasta detrás de su escritorio y se desplomaba en su silla de cuero mientras soltaba un suspiro meramente derrotado y debil— Tú lo único que haz hecho desde que llegaste aquí es ayudarme a pesar de todas mis malas decisiones, y yo realmente quería hacer las cosas bien y darle a SeokJin un buen comienzo con una buena publicidad...—se mordió los labios y desvió su mirada a algún punto muerto del suelo, viéndose realmente vulnerable a todo, como si quisiera romper a llorar en cualquier momento—Pero nuevamente nada me esta saliendo como yo quiero y las cosas otra vez se están arruinando por enésima vez. Doy asco y Yesung tiene razón, soy deplorable. Estoy seguro que cualquier idiota podría venir y ocupar mi puesto, soy realmente inútil en este tipo de situaciones.
Jimin lo miró desde su lugar y nuevamente se sintió extraño consigo mismo.
Otra vez estaba viendo a Min derrotado con esos aires de pesimismo y tristeza.
Y muy diferente a como creyó que se sentiría al verlo, lo lastimó desde el muy fondo de su ser.
Realmente no sabía que sentir con su jefe o como catalogar su relación de trabajo, pues las últimas semanas no podía decir que se la pasó totalmente mal, pues sus tareas solo se reducían a hacer cuentas y presupuestos y interferir de vez en cuando en las decisiones que Min creía correctas y que en realidad no lo eran.
Fuera de eso, Min siempre le daba un momento para que tomara un descanso e incluso a veces intentaba hacerlo sentir "mejor" con chistes de humor algo pasado de tonos que eran tan malos que al final de cuentas siempre le sacaba una sonrisa.
No lo odiaba aunque así lo pensó en un primer momento...
Min era una persona extraña que abusaba de la ironía y que era un fiel seguidor del sarcasmo.
Su humor era frío e incluso a veces ofensivo cuando quería.
Pero él terminó notando que simplemente su personalidad era de aquella menera y que en el fondo de aquella extraña máscara frívola había en realidad un hombre lleno de inseguridades y miedos que salían a relucir en sus momentos más desesperados y tensos.
No le gustó para nada eso...
Carraspeó suavemente y se acercó al escritorio, pintando en sus labios una pequeña sonrisa, pues mientras meditaba todo este asunto se acordó de algo que podría solucionar todo esto sin necesidad de rogar a nadie o pagar extremas cantidades de dinero.
—No diga eso...—comenzó a hablar suavemente, intentando que su voz sonara lo más apacible y relajante que podía, pues sabia de sobra lo molesto que podía ser los gritos y sonidos fuertes cuando se esta triste o sofocado—Usted es muy bueno, o sino...¿como consiguió que esta empresa sea una de las mejores de la industria de la música? No debe de sofocarse de más por un error que todos podemos cometer, somos humanos Min, y usted también lo es por más que la prensa y los medios se molesten tanto en demostrar un estereotipo perfecto de hombre de negocios.
El pelinegro levantó la mirada y enfoco sus vidriosos ojos en su asistente, sintiendo como si aquellas palabras que salieron de sus rosados labios fueran lo que esperaba escuchar hace bastante tiempo.
Todos le decían que hacer o le remarcaban de manera imparable sus errores cometidos, pero nunca nadie le recordaba que el también podía cometer errores y que eso estaba bien.
El no era el hombre perfecto que todos pintaban, nunca lo fue por más que así intentó hacerlo ver.
Se había equivocado y a diferencia de otras personas que lo habían arruinado, él tenía la oportunidad de remendar este error.
Pero claro, no podía hacerlo solo, tenía que dejar de ser un maldito orgulloso y permitir entrar a su vida posible soluciones.
Lo haría por las personas que trabajaron tanto tiempo por él y por los artistas que confiaron en sus palabras. Pero sobre todo, lo haría por él y la vieja promesa que se hizo hace varios años atrás de no volver a caer en la mediocridad y falsa tranquilidad.
Él saldría de esto como sea...
—Sé como se debe de sentir...—habló nuevamente Jimin, sacándolo brevemente de sus pensamientos—Se siente realmente horrible que la gente en la que alguna vez confiaste en el pasado tiré tus sueños y esperanzas a la basura de manera tan sencilla—dijo con una voz que sonó decepcionada pero a la misma vez resignada—.
Quiso preguntar el porqué de sus palabras, sin embargo sabía perfectamente que no había ese tipo de confianza en su relación que le permitiera a él meterse en la vida o en este caso, en el pasado de su asistente.
—A diferencia de mi ¿que es para ti un publicista malintencionado o unos cuantos artistas hipócritas en tu vida?—preguntó esta vez, caminando más cerca del escritorio del mayor, extendiendo su pequeña mano hasta Min—Vamos, tienes que salir adelante de todo esto y demostrarle a esos idiotas que tu eres más fuertes que sus palabras y sus malos pronósticos.
Vio como le extendió su mano enfrente suyo y lo invitó con sus amielados ojos a que la tomara.
Él tenía razón y Min muy dentro suyo lo sabía.
Tomó la mano sin más y se levantó de su asiento con ayuda del menor, apreciando como una sonrisa se asomaba en los labios de éste y hacia que en sus almendrados ojos se formaran dos perfectas medialunas que debía de admitir que ese gesto le sacaría el aliento a cualquiera.
Por alguna razón, él también quiso hacerlo y ya no pudo evitarlo cuando una sonrisa de encías rosadas que tanto odiaba se asomó por sus labios.
Su rara sonrisa hizo ganarle una pequeña risa del menor, la cual sonó meramente dulce y pacifica, y que de alguna manera u otra le hizo sentir un cálido sentimiento en su estómago que terminó por formar un pequeño nudo en su estómago.
La mano de Jimin era realmente cálida y muy sueve, y lo había confirmado hace tiempo atrás cuando de imprevisto le tuvo que tomar la mano para guiarlo por la empresa en esos días en los que el menor se perdía por los inmenso pasillo y cantidad de pisos que la empresa tenía.
Pero con el pasar de los días Jimin se había memorizado todo más rápido de lo que el creyó, y ahora no tenía una excusa para tomar la mano del menor sin que se viera extremadamente raro.
Quería pensar que tener un gusto por tomar y sentir la calidez y suavidad de la mano de su asistente no era algo realmente extraño, pues prefería verlo como un gusto igual a tocar y acariciar las patitas de un minino bebé.
Jimin era eso...un minino que parecía de lo más inofensivo hasta que sacaba su garras y te demostraba todo lo contrario.
Muy dentro suyo quiso apretar el agarre y obtener más de aquella suavidad y calidez, pero el menor deshizo el agarré antes de poder si quiera poder procesar correctamente del porque tenía ese deseo si hace un tiempo atrás el repudiaba la idea de trabajar junto alguien que se veía y oía tan...pretencioso con tantos títulos y conocimientos.
Creía que Jimin eran un charlatán y un petulante de primera. Pero sorpresivamente para él y para todos, no lo era e incluso actualmente apostaba que era más inteligente de lo que aseguro en su entrevista.
Eso hizo sentirlo meramente como un novel*
...
Sjhshdjw volvi 🥺🥺🥺❤❤❤ ¿Me extrañaron? 👉👈
Hola amores mios~♡ los extrañé como no tienen idea ♡♡♡ TuT
Ya terminaron mis vacaciones y es hora de ponerme las pilas con mis libros ❤❤❤🌙
Este es un capitulo algo largo, pero como los extrañé mucho, ahí les va doble actualización ❤❤
Sigan abajo mis cositas preciosas~~~ >3<
Pero antes...
¡NUEVA PORTADA!
¿Les gusta? 👉👈🥺 espero que si 💛🌙
Ahorita si ⤵️⤵️⤵️ prosigan~
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