☕05☕

El recorrido había sido bastante tranquilo, pocas palabras habían sido las que cruzaron mientras caminaban por cada lugar importante de la empresa, aunque eso no quitaba el asombro que estaba sintiendo Jimin, quien veía todo como si se tratara de la quinta maravilla.

Fueron de un lado para el otro casi en completo silencio, compartiendo de vez en cuando miradas que se volvían a los pocos segundos muy incómodas.

Visitaron la sala de reuniones y le presentó a unos cuantos empleados de servicio y marketing, los mismo que se encargaban de idear las ideas más llamativas para conseguir la cifra de ventas propuestas.

Vio muy por encima las ideas que estaban en aquel gigante pizarrón mientras Min hablaba con uno de los tipos que tenía una sonrisa y una presencia que no le agradó para nada, por eso mismo prefirió no abrir la boca y decir que su plan de promoción estaba mal diseñado. Y aunque aún no conocía las propuestas de Min, estaba seguro que no lograría una buena promoción con aquel plan tan vago.

Aunque ese tema se podría decir que era el menos importante, ya que ni siquiera había artistas los cuales promocionar.

Se preguntaba cómo Min solucionaría aquello...

Por último visitaron la parte más importante de toda la empresa. Y si el joven rubio pensó que estaba fascinado y enamorado de la decoración de todo lo que ya había visto, entonces no sabia con que palabras expresar la fascinación que estaba sintiendo al ver el gigantesco estudio de grabación. Si, ese el que se utilizaba para crear cada pieza de arte y composición que salía de la empresa.

Miró de un lado a otro con admiración y sorpresa, tal y como si fuera un pequeño niño en su dulcería favorita, viendo con curiosidad y diversión todos los tipos de dulces que podría comer.

—Esta es la sala de ensayo...—lo sacó de sus pensamientos el pelinegro, el cual conservaba una mueca para nada cómoda—aquí viene los artistas a ensayar y tal vez descasar después de cada sección de grabación.

—Wow...nunca vi un lugar tan genial como este—admitió, no perdiéndose detalle de aquella gigantesca habitación, viendo con detenimiento el gran sofá curvo de cuero rojo brillante, pensando que fácilmente podrían sentarse diez personas sin problema alguno. Apreció de igual manera la alfombra de piel color champaña y la pintura color negro y vino que presumían las perfectas paredes, llenas de cuadros artísticos y discos de oro y platino—.

—Ja...si una simple sala de practica te parece genial no sé que dirás cuando veas la sala de grabación—dijo con una sonrisa socarrona y divertida que no fue trasmitida al menor, quien pensó que nuevamente estaba comparando su situación económica con la de el...¿acaso todo lo tenia que decir con un tono de burla?—mira, ven conmigo.

El rubio hizo una pequeña y rápida mueca de desagrado, siguiendo por detrás al pelinegro, quien lo guió por un pequeño pasillo y ante una puerta de madera de roble blanco pulido con clave digital, teniendo en el medio de esta una placa de color plata con un simpático dibujito de un micrófono con unos auriculares, haciendo soltar una pequeña risita al menor, quien al darse cuenta se tapo la boca, ocultando su único diente chueco del mayor, quien se dio cuenta antes que el contrario hiciera su intento de ocultar su sonrisa, la cual por alguna extraña razón hizo tragar pesadamente al mas alto.

—Aquí es donde ocurre toda la magia...—comentó, ingresando rápidamente un código de seguridad y abriendo la puerta luego de un pequeño sonidito y una luz verde, avanzando hacia la habitación, siendo seguido por el rubio por detrás—aquí es donde se realiza la mayor parte del trabajo, este es el estudi-

—¡El estudio de grabación!—gritó de la nada el mas bajo, haciendo saltar en su lugar al pelinegro, quien lo miró con el ceño fruncido por el improvisto susto, pero este fue rotundamente ignorado, viendo como el menor entraba y avanzaba a la habitación, viendo de un lado para otro, conservando de manera latente en sus pequeños ojos la admiración y curiosidad—¡siempre sentí curiosidad de como se vería este lugar!

—Y...¿es como te lo imaginabas?—preguntó con verdadera curiosidad, descubriendo con sorpresa que el enano era seguidor y tal vez admirador de la discográfica—.

—¡Es el triple de mejor de lo que imagine!—contestó con euforia, dejándose llevar por el momento, olvidando por unos segundos que la persona que estaba a su lado no era de todo su agrado, escapándosele una sincera sonrisa en donde sus mejillas se abultaban y sus ojitos se convertían en dos perfectas medialunas—es simplemente genial...

El mayor miró detenidamente al mas bajo, viendo con detalle como sus ojos se habían achicado hasta el punto de casi desaparecer, ganándose su completa atención su sonrisa y sus abultadas mejillas, las cuales estaba en un rojo muy notable, adornando así su blanca pero acanelada piel.

—Lo es...—dijo en un murmuro casi inaudible, viendo con atención los ojos avellana del contrario, perdiéndose por una rara fracción de segundo—no sabia que eras seguidor de la compañía—dijo luego de un repentino carraspeo, obligándose a si mismo a salir de sus pensamientos—.

—Lo soy, desde que vine a cumplir mi travesía en seoul...—confesó, bajando la mirada hacia el suelo, recordando cosas malas del pasado y una familia que nunca lo apoyo en sus sueños—irónicamente nunca siquiera pensé en pisar un estudio como este...y ahora míreme—dijo con una pequeña sonrisa perdida, viéndose muy poco genuina, siendo completamente diferente a la primera sonrisa, y eso el mayor lo notó, haciéndolo fruncir el ceño inconscientemente—estoy ayudando a que esta gran empresa no se hunda en el precipicio.

—No pintes las cosas como si estuvieran tan mal...—dijo en un murmuró con un tono frío, tal vez malinterpretando las palabras del menor—.

—Oh vamos Min, ni siquiera hay artistas con los cuales trabajar—contesto a la defensiva—¿Como planeas sacar a flote una empresa discográfica sin artistas con los cuales firmar y grabar?

—Pues fíjate que justamente hoy tengo una reunión con el mánager de un "supuesto" rapero—dijo con un claro tono irónico, remarcando unas comillas con sus dedos mientras ponía sus ojos en blanco.

—¿Supuesto rapero?—interrogó el menor, frunciendo el ceño de manera confundida—¿Por qué lo dices?

—¡Ja! porque no es tan bueno como todos dicen...—Dijo mientras se miraba las uñas como si fuera la cosa más interesante dentro de esa habitación—la verdad sus rimas son muy malas.

—¿Que sabrás tu de Rap?—Preguntó con evidente burla, poniendo una expresión y una sonrisa que solo hizo apretar los dientes al mayor—.

—Pues fíjate que y-...

El pelinegro iba a protestar e incluso hablar de más, pero sus palabras fueron acalladas por el firme golpeteo de la puerta. Escuchándose de pronto la aguda voz de alguna de las secretarias del mayor.

—Señor Min, el señor HyunSoo y el joven Kim Namjoon llegaron para la cita de negocios que usted agendo.

Un silencio se hizo presente en toda la sala de grabación, ambos hombres pensando cosas completamente distintas, preguntándose de cierta manera que es lo que pensaba el contrario con la mención del nombre del posible nuevo miembro de la empresa.

—¿Señor Min?—volvió a sonar la voz de la secretaria, insistiendo al no recibir respuesta alguna de su jefe—.

El mayor suspiro pesadamente, abriendo la puerta y pasando de largo a la secretaria, quien le brindó una coqueta sonrisa de dientes blancos, siendo olímpicamente ignorada al ser apartada de manera un poco brusca.

—¿Los hiciste pasar a mi oficina?—preguntó fríamente a la mujer, quien casi temblaba por el aura malhumorada de su superior—.

—Si señor, ambos lo están esperando en su oficina y ya les ofrecí un vaso de agua al joven Kim y un café al señor mayor que lo acompaña.

—Bien...—aprobó vagamente, sorprendiendo al rubio distraído, quien se estaba comenzando a sentir cohibido entre la conversación de la bella mujer y el hombre—vamos, asistente, tengo un negocio que cerrar.

El menor frunció su ceño con molestia, percibiendo el tono irónico en el honorífico, viéndo con algo de desdén el agarre que el mayor mantenía entre sus manos.

Percibió además la mirada de la joven mujer, quien parecía que recién en ese momento se había percatado de su presencia, sintiendo como esta lo miraba de arriba a abajo con típica mirada juzgadora y burlona.

El menor pegó su mirada a la de la castaña, sonriendo con malicia en su interior apretó el agarré entre las dos manos, entrelanzando sus pequeños dedos con los del mayor, quien ni se inmutó, pues no le dio mayor importancia a un simple agarre de manos. Aunque no podría decirse lo mismo de la castaña, quien fijó su mirada en el agarre, gruñendo por lo bajo al ver que su jefe no hacía nada por impedir semejante falta de respeto de alguien tan corriente como el menor.

Ambos se alejaron de la mujer, quien prefirió quedarse ahí con mala cara que seguir al par, haciendo sonreír con victoria al menor, quien estaba pensando que tal vez su estadía aquí podría resultar un tanto divertida si sabia sacarle el justo provecho.

Aunque eso lo vería después, pues ahora lo único que le interesaba era ver como Min cerraba un negocio, pues quería corroborar con sus propios ojos si era tan bueno como presumía en sus entrevistas.

Eso defintivamente sería algo interesante de ver...

Doble actualización amores míos 👉👈❤

⬇️⚘

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top