Día 9

✨Prompt: Mordida.
✨ Sinapsis: JongIn finalmente marca a KyungSoo.
✨ Extensión: 1709 palabras.
✨ Advertencia: sexo explícito.

. . .

KyungSoo gruñó profundamente, un sonido rico y sensual que nació en lo más profundo de su garganta y se expuso para erizar los vellos de quien lo escuchara.

La habitación apestaba a sexo y deseo, la humedad era palpable sobre su piel y en su entrada anhelante y palpitante. Introduciéndose tímidamente en su cavidad bucal, la lengua de su alfa se movía con torpeza e inexperiencia y sus manos lo recorrían con lentitud, tratando de memorizar la textura de su piel, los valles de sus costillas y la dureza de sus pezones hinchados.

JongIn gimió y un nuevo dote de lubricante fue esparcido en su entrada, manchando las piernas desnudas del menor mientras su excitación se disparaba.

KyungSoo lo miró a los ojos, se empapó del sonrojo en sus mejillas brillantes y apartó el flequillo húmedo que se adhería a su frente. JongIn temblaba bajo su cuerpo, la timidez visible incluso con las capas de deseo y necesidad cubriendo sus pupilas, su aroma saliendo a borbotones de su glándula olfativa y las manos apretándose en sus omóplatos.

Era lindo. Realmente lindo, dulce y tímido. Un alfa singular, si tiene que hablar sobre ello, pero no menos amado, no menos indicado para él.

KyungSoo se sentía tan feliz de tenerlo así en ese momento, de poder ser suyo y que JongIn le perteneciera finalmente.

—¿Estás bien? ¿Puedes continuar? —le preguntó con cariño, siendo consciente de sus dudas e inseguridades, pero JongIn pareció desligarse de todo lo que lo preocupaba normalmente porque no tardó en asentir y colocar su rostro contra su pecho, abrazándolo apretadamente—.

—Puedo. Quiero continuar si así lo deseas.

KyungSoo asintió y colocó su mano bajo su barbilla, instándolo a mirarlo nuevamente. Así, KyungSoo pudo acercarse y darle un beso en los labios, saborear su sabor distintivo sobre su lengua y rodar en su aroma acanelado.

Pronto volvieron a retomar las caricias y los toques explorativos.

KyungSoo lo acostó sobre la cama, se sentó en sus caderas y alzó las manos del menor por encima de su cabeza mientras lo besaba como si el alma se le fuera en ello, con entrega, aceptación y afecto. Sonrojado, despeinado y agitado, JongIn jadeó y buscó su lengua al alejarse de su boca, enloqueciendo ante la exquisitez del roce de su pene bajo el de KyungSoo, sintiendo su deseo y lujuria por encima de su timidez común. 

Era un aroma delicioso, y mientras KyungSoo se mecía sobre el alfa y le enseñaba sobre los placeres en la cama, se revolcó en su cuerpo, sobre su piel, para combinar su propia esencia y humedad con la del chico.

Era así de instintivo y primitivo. De eso se trataba un emparejamiento.

KyungSoo finalmente se separó de sus labios y pasó a probar el cuello cálido y sensual del alfa. Ahí su olor era profundo y fuerte, animal; KyungSoo no dudó en lamer todo el camino de piel y músculo que cubría su glándula olfativa, queriendo probar su aroma, enloqueciéndolo al punto de llevarse todo su raciocinio.

JongIn gimió bajo su cuerpo y él también se movió en busca de su cuello, probando la piel pálida salpicada con lunares, sonrojada y caliente por primera vez.

KyungSoo se estremeció y soltó un chillido involuntario cuando el menor mordisqueó instintivamente una zona cercana a la nuca, el lugar donde portaría su mordida.

—Joder... Joder, bebé, se siente bien. No muerdas tan fuerte, aún no debe romperse. Espera un poco más.

—Quiero morderte. Mi alfa... Oh, no puedo soportar mucho más.

Al escucharlo, KyungSoo liberó sus manos y JongIn, siendo dominado por sus instintos, lo tomó de inmediato por la cintura y lo giró el la cama. Sus ojos habían cambiado del cálido y dulce chocolate al negro más profundo, sus colmillos se habían alargado y su cuerpo se había fortalecido. Él había dejado de ser su lindo alfa vergonzoso a uno dominante a punto de aparearse.

KyungSoo rió un poco mientras era manejado a su gusto, y por voluntad propia hundió su pecho contra la cama, alzó el trasero para su novio y lo movió un poco, incitándolo a mirar, a perderse en un mundo donde solo los dos podrían explorar juntos. JongIn gruñó y apresó sus caderas con sus grandes manos.

—N-no. Es vergonzoso. KyungSoo...

—¿Hmm? ¿No te gusta? ¿Acaso no sientes deseos de probarlo, de hundirte ahí y derramar toda tu semilla en mi interior? ¿Qué dices de embarazarme? ¿No quieres un cachorro, cielo? Está tan caliente ahí dentro, tan suave y apretado... ¿No quieres sentirlo rodeándote con fuerza...? ¡Ay, JongIn! —KyungSoo gritó cuando repentinamente, el menor se inclinó y mordió uno de sus glúteos con fuerza—.

Sus piernas temblaron y la mordida sacudió cada célula de su cuerpo, haciéndolo vibrar y calentarse de una manera desconocida, como nunca antes lo había experimentado por su cuenta.

Jadeó y gimió cuando JongIn lamió las heridas y deslizó su lengua por la generosidad de su trasero mientras una de sus manos se mantenía bien puesta en su espalda, impidiéndole moverse de esta manera. KyungSoo se sentía apresado pero, joder, qué bueno era ser dominado por su alfa, el hombre que comenzaba a descubrir los beneficios de entregarse a la naturaleza y el instinto.

Escuchó el bombeo en el pene de JongIn y su sentido del oído se agudizó, tratando de llevarle mas de aquel adictivo y caliente sonido por encima de sus propios lamentos indecorosos. Finalmente, KyungSoo suspiró y se hundió en el colchón cuando sintió la punta del miembro de su novio contra su entrada, presionada a duras penas y creando un poco de incertidumbre y disgusto.

—¿Soo? ¿Cómo debo...?

KyungSoo no lo dejó terminar.

Él mismo había echado sus caderas hacia atrás y provocó la penetración inmediata y profunda.

JongIn gimió bajo y ronco y se sostuvo de sus caderas, sintiendo como era tragado y absorbido por su interior mojado sin ningún tipo de inconvenientes. KyungSoo no esperó demasiado; no mucho después de haberse llenado de su chico, comenzó a moverse, meciéndose sobre la cama para que JongIn descubriera el ritmo y la forma adecuada para hacerlo sentir bien. 

JongIn era rápido aprendiendo y pronto descubrió que si se mantenía de rodillas era más cómodo al momento de penetrarlo, sin embargo, si se echaba sobre la espalda de KyungSoo, podría llegar más profundo y mantener más contacto físico con él. Él optó por la segunda opción, maniobrando su peso para no incomodarlo, abrazándolo por la cintura con ambos brazos y repartiendo besos en sus hombros y nuca lo hizo suyo, se deslizó en su interior como si fuese algo acostumbrado y natural y disfrutó en primera fila de la belleza desnuda y sensual que era su omega durante el sexo.

Con el cabello desordenado, los lunares cubriendo todo su cuerpo, el sudor y sonrojos sinuosos y sus curvas bien formadas, KyungSoo podría ser fácilmente la imagen corpórea de la lujuria y el deseo.

—¿Así... Así está bien, hyung? ¿Te gusta? —preguntó sobre su oído justo antes de apretar el lóbulo rosado entre sus dientes—.

KyungSoo gruñó y echó sus caderas hacia atrás con más fuerza.

—Sí... Sí, lo estás haciendo muy bien. ¿Te gusta? ¿Es bueno para ti también?

JongIn hundió su nariz en su hombro y aspiró el delicioso aroma afrutado cubierto de sudor, excitación y su propio aroma. Simuló pequeñas mordidas en la zona y KyungSoo apretó sus paredes, asfixiando y tragándose su miembro apretadamente en su canal.

JongIn gimió profundamente ante esto y se abrazó a él con más fuerza, eliminando cualquier milímetro de espacio que pudiera quedar entre sus cuerpos juntos.

—Ah, hyung... Por favor.

KyungSoo sonrió a pesar de su propia agitación y giró las caderas en círculos profundos, disfrutando de los gemidos de su alfa y del roce delicioso de su pene contra sus paredes, su propio miembro restregándose en las suaves sábanas y el contacto entre los testículos pesados y su trasero.

Lo estaba llevando directamente a un abismo y JongIn estaba dispuesto a caer en él.

Cuando tuvo suficiente de provocaciones, y sintiéndose a punto de correrse, JongIn gruñó con fiereza sobre su oído y KyungSoo tembló bajo su cuerpo, enseñándole el cuello en respuesta.

—Voy a morderte ahora mismo —dijo toscamente, más animal que humano, y KyungSoo asintió contra la almohada—.

—Hazlo. Lo quiero.

Solo un segundo más tarde, JongIn impulsó sus caderas una última vez y sus colmillos filosos se cerraron sobre su nuca, mordiendo con fuerza y rompiendo la piel y el músculo en el proceso.

Fue doloroso, KyungSoo no puede negarlo, pero también había sido extremadamente satisfactorio. Saber que estaba emparejado, tener un compañero oficial, compartir su vida con esta persona... Era por lo que valía la pena un poco de dolor.

No supo realmente lo que sucedió después de recibir su mordida de pertenencia. KyungSoo había entrado en un estado de absoluta satisfacción y placer y se había abandonado a la dulce y cómoda inconsciencia justo después de correrse. Fue una completa lástima, porque esto le había impedido presenciar los actos de cuidados posteriores de su alfa.

JongIn lo había limpiado profundamente, había secado el sudor con toallitas húmedas y cambiado las sábanas. También salió en busca de un antiinflamatorio, un poco de agua y algunas gasas para cubrir la herida abierta y que esta no entrara en contacto con nada que pudiera infectarla. No fue hasta que ambos se encontraron limpios, todo estuvo en orden y KyungSoo se hallaba durmiendo plácidamente, cuando JongIn se reunió con él en la cama y se hizo un ovillo en su espalda.

Sonreía profundamente a pesar del sonrojo en sus mejillas y la timidez que comenzaba a llegar nuevamente, y aunque era un poco bobo sentirse abochornado en ese punto, vio como un gran logro poder abrazarlo y adherirse a su cuerpo desnudo después de lo que habían hecho.

Después de todo, se habían emparejado y la mordida en el cuello de KyungSoo era algo que jamás desaparecería. JongIn seguía siendo un alfa, y él se encontraba orgulloso y feliz por haberlo conseguido de forma exitosa.

—Te quiero, Soo. Gracias por estar conmigo.

Luego de decir aquello, dormir y encontrar serenidad era aún más fácil. Mañana podría enfrentar el coqueteo descarado de su omega, pero mientras tanto, él estaría tranquilo y sería dichoso.

. . .

Publicado tempranito porque estaré ocupada y no sé a qué hora me encontraré libre hoy 😔.

(Tal vez hubiera sido mejor un fluff super lindo para empezar el día, pero el sexo mañanero siempre te deja con más energía (?) Ajajsja).

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