Día 20
✨ Prompt: Dominación asertiva.
✨ Sinapsis: Soo sabe lo que quiere; negociar con Nini nunca fue tan enloquecedor.
✨ Extensión: 4736 palabras.
✨ Advertencia: cambio de género.
. . .
Soo lo había notado cuando había acudido a una firma de abogados para acompañar a BaekHee, apoyándola en su decisión de pedir el divorcio de su esposo tonto e idiota: el tirón especial en su corazón, empujándola hacia la morena que había aceptado el caso de su amiga beta.
Fue instantáneo y completamente repentino. Un momento estaba tratando de calmar a Baek en medio de su retahíla incoherente y muy enojada y al siguiente estaba lidiando con el más delicioso aroma a canela que podría haber sentido en su vida. Ver a la mujer que los había recibido en su oficina y comprobar que el olor adictivo provenía de ella lo hizo todo un poco peor.
Porque ella era caliente, hermosa, sumamente llamativa. Una alfa completa, con cabello largo y castaño, curvas notables, de cintura estrecha, pechos bastante generosos para tratarse de una coreana y unas piernas impactantes, kilométricas y estilizadas.
Soo se había quedado de pie en su lugar, asombrada, embelesada mientras los pequeños ojos maquillados con un ahumado impresionante la inspeccionaban completamente, una sonrisa llenando los labios gruesos mientras el brillo del reconocimiento relucía en las irises cafés.
Ella era su pareja destinada.
Fue un encuentro inusual que ninguna de las dos esperaba. Soo atendía mesas en una pastelería mientras Nini era una abogada de renombre que se dedicaba a separar matrimonios cuando no tenía ánimos de ir a por las gargantas de los peces grandes. Era un tiburón letal y KyungSoo simplemente desvivía por los postres de MinSeok-oppa. No era algo posible encontrarse, no eran ni remotamente parecidas, no obstante, el destino era sabio y había formado la oportunidad perfecta.
Así pues, Baek terminó su tormentosa e infeliz relación de tres años y Soo consiguió una cita con la mujer más hermosa que haya visto en su vida.
Fue un ganar/ganar.
Y la química fue inmediata.
Donde Nini era atrevida y sugestiva, Soo era más silenciosa y de lengua larga al tomar confianza. Una era intrépida mientras la otra era considerada mucho más calmada. Una era sensual, erótica y usaba su imagen para salirse con la suya y la otra se armaba con su carácter y sus ojos bonitos para conseguir lo que deseaba. Eran diferentes, tanto como los tonos de su piel estando juntas, sin embargo, el cariño, el afecto y la aceptación que sentían hacia la otra era exactamente el mismo.
De esta manera, con el transcurso del tiempo, la costumbre a los coqueteos constantes de Nini, su presencia fuerte y notoria en una habitación y su personalidad juguetona, Soo pudo darle su confianza y rápidamente dejar el cascarón de la timidez inicial para poder mirarla con los ojos entrecerrados, alzar una ceja en desacuerdo y fruncirle el ceño cuando algo no le gustaba. No dudaba en reclamar y poner sus altos cuando era necesario... Justo como en ese momento estaba a punto de hacer.
Nini y ella se habían mudado juntas hace dos meses aproximadamente. Luego de un año y medio de relación exitosa, buena comunicación y aceptación completa de su alfa y omega respectivamente, decidieron dar el paso contundente.
De esta manera, Soo descubrió que disfrutar de ser novias y vivir juntas era algo completamente diferente. Porque Nini como novia era genial, pero como compañera de casa dejaba mucho que desear.
Demasiadas horas en su laptop, demasiadas llamadas telefónicas, demasiado poco tiempo para encargarse de los deberes y quehaceres sencillos de la casa... Muy poco tiempo para compartir juntas; simplemente todo era demasiado, y aunque Soo entendía la importancia de su trabajo, comenzaba a molestarle la idea de ser comparada como una criada en ese enorme ático en vez de la pareja sentimental de Nini.
Ella pensó, no sin cierta molestia mientras terminaba de enjuagar sus tazones del desayuno, que si las cosas estaban yendo por ese camino tan pronto después de haberse mudado, no quiere ni pensar en todo lo que tendrá que soportar en el futuro, cuando estén emparejadas, si no pone las cartas sobre la mesa.
Y justo mientras este hilo de pensamientos llenaban su mente, apareció la dueña de sus inquietudes y enojos silenciosos con su propio tazón sucio para dejarlo en el fregadero, justamente cuando había acabado de lavar los trastes. Nini se retiró no mucho después, con el teléfono en la mano y sin decirle nada más, y Soo simplemente explotó.
Tomó el tazón sucio y se encaminó hacia la más alta, sus pasos tronando con fuerza contra el suelo de madera mientras acortaba la distancia. Una vez a una distancia cercana, Soo exclamó:
—¡Kim Nini! ¡Es suficiente, joder!
Nini se sobresaltó ante el reclamo repentino y alzó su mirada de la pantalla del celular para poder mirarla a la cara. Soo sintió sus mejillas enrojeciendo, pasando por alto la semidesnudez de su pareja al extender el tazón sucio.
—¿Soosie?
—¡Estoy cansada, Nini! ¡¿Por qué demonios no puedes lavar tú misma tus tazones?! ¡¿No viste que acababa de terminar de limpiar la cocina?!
Nini definitivamente bajó el teléfono ahora y lo arrojó al sofá, girando hacia ella no mucho después para darle toda su atención. Soo ignoró olímpicamente las largas piernas descubiertas gracias a las bragas y la camiseta ancha que ella estaba usando en ese momento y frunció aún más las cejas, recriminándose y regañando con fuerza a la omega por hacerle pensar en esas cosas durante un momento importante.
—De acuerdo, este es un caso importante. ¿Quieres que hablemos de esto con un poco de té?
Soo dejó el tazón en la mesa mas cercana y se cruzó de hombros de inmediato.
—No quiero una mierda de té, Nini, quiero que dejes de ser tan maldita conmigo.
Las cejas de la alfa se movieron ligeramente, pero su rostro rápidamente formó una expresión atenta, justo la que usaba para enfrentar a sus clientes más difíciles e importantes.
Soo no sabía cómo sentirse al respecto. ¿Era su cliente más importante? Las cosas eran jodidas cuando salías con una abogada extremadamente profesional, así que no estaba segura si podría sentirse halagada o no.
—Vale, definitivamente tenemos que hablar. ¿Qué está pasando? Porque no creo que esto se trate de yo no lavando el tazón, ¿verdad?
Soo resopló y el aliento expulsado movió su flequillo. Nini siguió el movimiento de cerca, bajó la mirada a sus labios y luego regresó a sus ojos.
—Por supuesto que no se trata solamente de eso, Nini, estoy agotada, realmente agotada. ¿Crees que es agradable para mí terminar una larga y agotadora jornada laboral en la pastelería para venir aquí a seguir trabajando, lavando trastes, limpiando el ático, lavando nuestra ropa, cocinando para las dos y recogiendo todo el desastre que dejas en todos lados? Joder, Nini, soy tu pareja, no tu sirvienta. No estás conmigo cuando por fin tengo un respiro y vives con las narices metidas en el maldito teléfono o la maldita computadora. Estoy hasta los huevos que no tengo por todo esto y realmente quiero que pare.
—Joder, eres tan caliente cuando te enojas —fue lo que había respondido en un susurro muy bajo, no obstante, Soo poseía sentidos agudos que le permitieron escuchar de todas formas—.
Su ceño se frunció aún más y ella dio un pisotón fuerte en el suelo.
—¡Por Dios, ni siquiera me oyes, joder! ¡No quiero una mierda de halagos, Kim, no es el estúpido momento para eso!
Nini carraspeó y arrugó la nariz, mostrándose genuinamente culpable mientras se rascaba la nuca.
—Lo siento, lo siento, era mi alfa hablando. Escuché lo que has dicho, todo ello, y, honestamente, no tenía idea de que te sentías de esta manera, ¿de acuerdo? Soy estúpida, muy, muy estúpida y no pude notarlo antes.
—Sí, eres realmente muy estúpida y ahora mismo te estoy detestando.
Los pequeños ojos sin maquillaje de su alfa relucieron al mirarla y su postura se rectificó de inmediato, pareciendo aún más alta de lo que era en realidad. Nini se acercó a ella y Soo reunió todo el coraje que tenía en sus manos para no retroceder o flaquear en ningún momento.
—No, no me detestas, no obstante, te encuentras muy frustrada.
Entonces, con un movimiento bastante rápido, Nini la tomó de la cintura y la cargó sin ningún esfuerzo, tomándola por el culo mientras Soo le rodeaba el cuello y la cintura como acto reflejo para no caerse.
Soo frunció el ceño de inmediato y tomó el flequillo que caía desordenadamente sobre la frente de la morena para dejar un tirón amonestador; Nini arrugó los ojos y respondió dándole una sonora y dolorosa nalgada que le provocó un respingo.
—¡Nini, tú...!
Sus quejas nunca pudieron terminar de ser formuladas porque su novia la había besado en la boca de inmediato, silenciándola con su lengua dominante, con su olor a canela y con sus manos apretadas en sus nalgas mientras se conducía al sofá.
Soo frunció las cejas mientras la boca generosa, suave y dulce de su alfa se movía sobre la suya sin dejarla ir, mientras los dientes tiraban de sus labios y su lengua barría la suya con una enloquecedora experiencia y, mierda, Soo estaba realmente enojada; porque no podía alejarla, demasiado ensimismada y encantada con el sabor de sus labios y la atención de su lengua, por la fuerza de su aroma penetrando su nariz y porque su omega traidora adoraba la sensación de su cuerpo contra el suyo.
La naturaleza era tan jodida. Realmente Soo detestaba la facilidad con la que podían ocurrir las cosas solo con tener contacto físico de por medio.
Ella no la iba a dejar salir con la suya.
Sin embargo, Nini no tenía pensando dejar atrás su conversación y una vez sentada en el sofá, con Soo en su regazo, se alejó de su boca con un suave mordisco y se apoyó en el respaldo del mueble, mirándola nuevamente, fija y completamente mientras sus manos permanecían en sus caderas.
—Ahora sí. Soo, háblame de lo que quieres, ¿qué es lo que propones para tratar de mejorar nuestra convivencia, qué dejará de hacerte de sentirte de esa manera?
Soo frunció el ceño por milésima vez en ese corto periodo de tiempo, sus manos aún rodeando su cuello sintiendo la suavidad de los mechones de su cabello.
—¿Piensas acceder?
Nini asintió.
—Si es lo que necesitas y es completamente razonable, sí.
Esto le dio un poco más de seguridad. Porque Nini podría ser cualquier cosa, pero cuando daba su palabra, ella realmente hacía todo lo posible para cumplirla. Soo se acomodó en su regazo, rectificando su postura para verse un poco más alta y enserió sus rasgos rápidamente.
—Vale. No quiero continuar haciendo los deberes del hogar sola, no soy una ama de casa, soy tu destinada, así que simplemente deja de poner todo sobre mis hombros y ayúdame.
Nini arrugó ligeramente la nariz, pero asintió de todas formas.
—Está bien. Siento eso, pensé que no te importaba... Nunca dijiste nada antes, así que di por hecho que estabas bien con eso —admitió, iniciando suaves caricias en su espalda baja y cintura—.
Soo apretó la mandíbula de inmediato y sus labios salieron a relucir, atrayendo la mirada de su compañera rápidamente sobre ellos.
—No me importaba durante los primeros días, pero Nini, simplemente no puedes esperar a que haga todo por ti y acepte tus excusas de "amor, tengo mucho trabajo" "bebé, por favor" y "cielo, voy saliendo justo ahora". No es divertido; no soy realmente una amante de la limpieza, ¿sabes? Y, sin embargo, tengo que hacerme cargo de ello todos los días sin falta.
Los ojos de Nini volvieron a los suyos y en ellos reinó visiblemente la culpa. Sus labios se fueron a un lado, formando una mueca, y sus dedos dejaron algunas caricias reconfortantes directamente en su piel, bajo la camiseta amplia que cubría su torso.
—Está bien, lo comprendo. Yo... Nunca antes había vivido con alguien más, siempre fui tan independiente y nunca tuve que hacerme cargo de los sentimientos de un compañero, que realmente no supe cómo debía actuar con propiedad contigo. Te lastimé e hice enojar, y lo siento mucho por eso; voy a mejorar y te ayudaré en todo lo que necesites.
—Promételo.
—Lo prometo.
Soo asintió, un poco menos enojada que al inicio, y sus dedos se movieron hacia el cabello de la alfa, llevando toques suaves y gentiles a sus hebras brillantes y saludables. Nini sonrió suavemente, se hizo hacia adelante y la besó en los labios con delicadeza. Al alejarse, mientras le obsequiaba un dulce beso esquimal, le preguntó en un susurro:
—¿Hay algo más de lo que desees hablar? Es tu momento, dispárame con todo lo que tengas escondido en tu corazón. Me haré responsable.
Soo suspiró por lo bajo y sus hombros se hundieron cuando la lengua de su pareja recorrió su labio superior, delineando la figura acorazonada que formaba su boca. Ella separó los labios y dejó que su propia lengua le diera una lamida afectuosa a la contraria y su omega ronroneó cuando Nini gruñó con gusto.
—Quiero que estés más tiempo conmigo. Ahora no sólo tu trabajo es importante en tu vida, Nini, también estoy yo. Ya no somos novias viviendo por separado, quiero estar a tu lado y compartir contigo momentos fuera de la cama. Quiero ir a citas como antes, ver películas contigo, cocinar a tu lado aunque hagas un desastre. Te quiero aquí, conmigo, y no en tu oficina. Me encanta la Nini abogada, pero amo a Nini la mujer, mi compañera. ¿Puedes hacer espacio para mí, como lo hiciste antes y como espero que se mantenga en el futuro?
Los ojos de Nini brillaron intensamente, quizás porque le estaba pidiendo más tiempo con ella, porque la consideraba esencial y valiosa en su día a día, porque la anhelaba; sea cual sea la razón, su reacción le dio alivio y la hizo inclinarse para volver a besarla lentamente en los labios.
Nini la tomó de la nuca, ladeó su rostro y tomó las riendas de inmediato, sometiéndola a su voluntad mientras sus labios se unían, alejaban y volvían a encontrarse. El abrazo en su cintura se apretó y su cuerpo buscó contacto con el de su novia instintivamente, juntando sus pechos mientras Soo la mantenía sujeta del cuello.
Se alejaron luego de un mordisquito juguetón y un pico dulce en la esquina de su boca.
—Está bien. Moveré algunos de mis casos hacia Park y me encargaré de hacerte compañía... Tengamos una cita mañana, también.
—Hmm. Eso me haría muy feliz.
Nini sonrió y le besó la mejilla.
—¿Algo más?
Soo realmente no tenía más quejas sobre ese asunto en específico, así que tuvo que pensar por un momento alguna otra posible inquietud que haya tenido anteriormente. Entonces su mirada se enfocó sobre el rostro de su mujer y una sonrisa tiró de la esquina de su boca.
—Quiero estar arriba de vez en cuando.
El ceño de Nini se frunció un poco y sus labios se cerraron. Soo sintió la más profunda satisfacción al ver el cambio de expresión y sus manos apretaron el cabello sujeto de su novia.
—Quiero que me dejes montarte. Quisiera usar un consolador en ti alguna vez y morderte cuando nos hayamos unido finalmente.
—Soo, eso...
—Amo que me tomes, pero también quiero verte como me ves a mí, quiero tener poder sobre ti en la cama, Nini.
—Está bien, pero ¿consoladores? Me gusta más usarlos en ti.
—Y yo quiero usarlos en ti ahora. No es justo que sólo yo tenga que soportarlo. También quiero un vibrador.
—¿Vibrador? ¿Mi lengua ahí abajo no es suficiente?
Soo sintió sus mejillas sonrojándose y ella la golpeó en el brazo.
—Es, pero quiero probar cosas nuevas.
Nini pareció pensarlo esta vez. Ella dudaba y Soo conocía sus razones. Siendo una alfa criada a la antigua, Nini había tenido el pensamiento de tener relaciones sexuales solo entre ellas, sin nada más. También había creído por un tiempo que la omega debía hacerse cargo de mantener la casa limpia y en buen estado, no obstante, esto fue fácilmente modificado gracias a la propia Soo.
Esto último había sido bastante sencillo porque eran tareas fáciles, que ella podía aceptar para hacerla feliz y ayudarla, pero el sexo era un tema importante para Nini. Ella era amante de las relaciones físicas, de dominar, de ser quien complaciera y enloqueciera a su compañera de cama, y Soo podía entenderla dada su naturaleza alfa, naturalmente dominante y exigente, sin embargo, Soo siempre había tenido altas expectativas, que si bien Nini supo mantenerlas gracias a su ingenio y experiencia, siempre era una opción válida el más.
Descubrir, explorar, hacer algunos cambios. Era algo divertido y Soo quería hacerlo todo con ella.
—Cosas nuevas... Vale, lo pensaré.
—Vamos, piensa en el vibrador. Podemos usar uno juntas.
Nini volvió a guardar silencio y pareció irse muy lejos de ahí, encerrada en su mente y en un mundo de posibilidades. Entonces ella parpadeó y sus ojos recorrieron su cuerpo al completo, repasando sus pechos cubiertos, la delgada cintura y su rostro expectante y luego una sonrisa ladina tiró de su boca.
Su omega se removió y Soo sintió las orejas enrojecer.
—Bien. Considero al vibrador como una opción. El consolador está fuera. No necesitamos un pene falso para hacernos sentir bien, ¿correcto?
Y, para reafirmar su palabra, ella ondeó sus caderas contra las suyas, rozando la vulva precariamente cubierta por las bragas contra la suya mientras bajaba sus manos de su cintura a su trasero y lo apretaba a gusto. Soo suspiró cuando las manos estilizadas de su alfa se adentraron en el corto short para acariciar la piel de sus glúteos y se dejó caer sobre ella, estirando la espalda para empinar su trasero contra sus palmas y colocando su rostro en el cuello de la morena.
—Hmm. Correcto. Solo vibrador.
—Bien. ¿Alguna otra cosa?
Nini comenzó a besar su cuello y Soo estaba teniendo problemas para pensar con claridad. Entre su olor, su piel suave, las caricias cada vez más atrevidas de sus manos y los besos en su cuello, era difícil concentrarse. Ella susurró suavemente contra su oído, moviendo su rostro para darle más espacio a la boca de Nini sobre el lateral de su cuello.
—Quiero usar inhibidores cuando estemos en grupo. No me gusta que nadie más me huela.
—Hecho, ¿qué más?
Soo jadeó por lo bajo cuando Nini mordisqueó su garganta y nuca y su mano se cerró en su pelo, tirando de los largos mechones castaños.
—Debes lavar tu ropa... Y quiero que me apretes el trasero más fuerte.
Nini rió, pero no tardó en complacer su pedido, encerrando sus gordas nalgas en sus manos antes de darle una nalgada sonora que la hizo gemir.
Nini las giró y la acostó sobre el sofá, se posó sobre su cuerpo y le quitó rápidamente la camiseta y el short. Soo la imitó, arrancándole la franela gigante y las bragas y ambas se abrazaron con fuerza, sintiendo la piel caliente de la contraria contra la suya mientras se acomodaba en el mueble.
No tardaron en besarse y ser un desastre húmedo juntas.
Soo mordió la esquina de su labio inferior al sentir la lengua de Nini rodeándole los pezones endurecidos, succionando de ellos antes de llevarse su pecho derecho a la boca para poder degustarlos a gusto. Sus suaves manos morenas recorrieron su cuerpo, desde los brazos hasta las piernas, pasando por la cara interna de sus muslos hasta llegar a su intimidad para tantear la zona.
Soo suspiró, se abrazó a su espalda y deslizó sus manos por encima de la suave piel de olor acanelado; bajó por sus brazos y acarició suavemente sus pechos, toqueteando sus pezones mientras Nini gruñía contra su seno.
Se alejó de ahí con un chasquido húmedo, y con los ojos ardiendo con deseo, le preguntó.
—Dime, ¿qué más quieres, Soosie?
Soo realmente no tenía raciocinio suficiente para esa mierda. Ella la tomó del cabello y bajó su cabeza hacia la zona entre sus piernas. Sin dejar de mirarse, la comunicación fue bastante explícita y entendible para ambas. Nini se lamió los labios con anticipación y rápidamente la complació, cerrando su boca en su punto de placer para luego chupar con fuerza.
Soo arqueó la espalda, apretó su agarre en sus hebras y cerró los ojos con fuerza, sintiéndose complacida y bien atendida mientras Nini se encargaba de recorrer su clítoris con su lengua, delinear la forma de sus labios íntimos y arrastrar su sabor en su lengua, probándola, llenándose de su olor y de ella por completo.
Fue fácil terminar de perder la cordura. Nini era talentosa; ella introducía sus dedos en su vagina mojada, la penetraría con sabiduría, a un ritmo adecuado y lamería diligentemente aquel lugar preciado y enloquecedor.
Derretirse en sus dedos y su lengua sucedió en cuestión de pocos minutos; jadear y gemir su nombre fue necesario para exponer su deleite y no empujar la cabeza de la mayor contra su clítoris se trató de una dura tarea. Antes de darse cuenta, ella realmente estaba tocando el clímax con sus dedos y se había abandonado completamente al deseo carnal.
Nini tomó su orgasmo en su boca, lamiéndolo y degustándolo como si se tratase del mejor manjar del mundo; ella sonrió con los labios rojos, hinchados y húmedos con sus fluidos cuando hubo acabado y, agitada, Soo la tomó de la nuca y la acercó a ella para besarla con fuerza, hundiendo su lengua en su boca y tomando su propio sabor de la de la contraria.
Nini devolvió el beso con facilidad y prontitud, se coló entre sus piernas y alineó sus caderas sobre las suyas. Entonces, mientras sus lenguas se enzarzaban en una lucha devastadora, sus caderas comenzaron a moverse y el roce entre ambas fue exquisito. Rápidamente fueron dos cuerpos juntos compartiendo fluidos, jadeos y gemidos en los cuellos y bocas ajenas.
Soo le apartó el flequillo a su alfa mientras esta la tomaba y manejaba a su voluntad y Nini sonrió dulcemente, inclinándose para besarle la mejilla con gentileza mientras sus caderas eran duras y determinadas sobre las suyas. A Soo le temblaban las piernas, el sudor perlaba su cuerpo y apestaba a manzanas verdes con canela, sudor y sexo, y aunque allá abajo eran un completo lío de lubricante natural y saliva, aunque los gemidos resonaban en los oídos y el olor a lujuria flotaba en todas partes, ella no pudo evitar alzar sus brazos y abrazar a su novia contra ella.
Sus pechos se juntaron y Soo cerró los ojos mientras apoyaba la nariz en el cuello de la morena. Lamió la zona, la chupó y mordió ligeramente, y entonces, mientras Nini la llamaba en su oído y aumentaba la velocidad de su ritmo, ella susurró contra su piel caliente.
—Quiero que me muerdas.
Nini jadeó y buscó rápidamente su mirada. Sus ojos brillaban y sus labios temblaban y Soo no pudo evitar conectarlos con los suyos, adorando su sabor libre de labiales.
—Hazlo... Muérdeme. Siempre he sido tuya.
Nini gruñó, entrecerró los ojos y le ofreció su propio cuello bajo su mirada sorprendida.
—Tú primero. No merezco morderte aún. Cuando cumpla todas mis promesas, cuando estés feliz y bien de nuevo, entonces lo haré. Mientras tanto, yo seré completamente tuya. Muérdeme, Soo.
Soo sintió como su corazón dio un vuelco, como se quedó sin respiración por un momento y sus ojos se llenaban de calor. Ella miró a la alfa largamente, observó su expresión seria y segura, sus irises brillando con fuerza en medio de su lujuria, el rostro ladeado para exponer su cuello, y, mierda, era tan hermosa, tan perfecta y Soo la quería tanto.
Olvidó su enojo, lo hizo mientras le acariciaba la garganta y la acercaba a sus labios. Ella simplemente dejó todo de lado cuando la piel de su cuello entró en contacto con sus labios.
Nini retomó las embestidas que había dejado olvidadas momentáneamente y colocó una de sus manos bajo su cuello, apoyándola contra ella mientras la tomaba. Soo lamió la zona, la besó un momento después y luego desplegó sus colmillos. Cruzaron una mirada por un segundo y la alfa sonrió y asintió.
—Hazlo.
Y eso fue todo. Soo terminó de acortar la distancia y mordió la zona entre su hombro y su cuello, rompió la piel y tomó la sangre que salió de inmediato de la herida, bebiendo de ella mientras Nini gruñía y se dejaba ir finalmente sobre ella. Soo lamió la mordida para que comenzara a sanar, y mientras besaba a su pareja y esta continuaba arremetiendo contra ella, su segundo orgasmo llegó fácilmente.
Totalmente deshuesadas y temblando fuertemente, ambas se abrazaron con fuerza y hundieron las narices en el cuello ajeno. Nini le besó la mandíbula y el óvalo de la cara y Soo sonrió mientras trataba de recuperar el aliento, sintiendo el gusto de la sangre de su alfa en su lengua.
Minutos después, cuando estuvieron repuestas y se dedicaban a besarse, lamerse y sonreírse como un par de tontas colegialas, Soo le acarició el cabello desordenado a la más alta y le besó la frente afectuosamente.
—¿Estás feliz con nuestro acuerdo? —le preguntó Nini con suavidad y entre besos en los labios. Soo sonrió ampliamente y asintió, repasando la sensible mordida en el cuello de su alfa—.
—Lo estoy... Por ahora. Hay algunas cosas que estoy segura de querer negociar.
—¿Sí? Soy toda oídos.
Nini las giró en el sillón y dejó que Soo se acostara sobre sus pechos. Ella era más alta que Soo, así que pudo abrazarla fácilmente y soportar su peso con total normalidad. Soo se puso cómoda y besó uno de sus pezones cafés.
—Hagamos el amor tres días por semana.
—¿Tres veces al día, tres días a la semana?
—Demasiado. Siempre estoy agotada, Nini; acepto sexo mañanero y antes de dormir, tres veces por semana con días intercalados.
Nini arrugó la nariz y descubrió su frente al apartarle el flequillo húmedo debido al sudor.
—Eso suena a una tortura.
—Es mejor que dos días a la semana.
—Sí, bueno; si algo me ha enseñado mi profesión es que las cosas siempre pueden ser peor. Lo tomo antes de que este sea el caso.
Soo sonrió.
—Ni siquiera estás haciendo un esfuerzo por rebatir mis peticiones. ¿Dónde está mi abogada tiburón?
Nini le devolvió la sonrisa y le besó la punta de la nariz.
—No puede estar aquí; sé que necesitas estas cosas. Como alfa, mi vida ha estado llena de comodidades; puedo hacer lo que me plazca, tener lo que quiero y desplegar mi poder sobre otros. En cambio, tú has tenido que trabajar duro para continuar con tus estudios, encontrar trabajo, ser vista como alguien valiosa en la sociedad, esconderte y luchar contra los acosadores, huir de alfas locos y obstinados y soportar los prejuicios de la sociedad. Has tenido suficiente del resto del mundo, no quiero que te agobies también estando a mi lado.
Nini le acunó el rostro y Soo cerró los ojos, sintiendo sus cálidas palabras arropándole el corazón, dándole calor y cubriéndola por completo a pesar de su desnudez.
—Quiero que seas feliz, quiero destruir mis propios prejuicios y ser una mejor compañera para ti. Quiero que puedas ser libre conmigo y quiero que te sientas escuchada y valiosa, porque para mí eres lo más importante que puede haber en el mundo, cielo.
»Lamento haber sido una idiota antes. Trabajaré duro para darte una mejor versión de mí. Te lo prometo.
Soo sonrió y cubrió la mano de Nini con la suya; acercó su palma a sus labios y la besó con adoración antes de volver a colocar su mejilla contra esta.
—Gracias, Innie; con solo admitirlo y prometerlo has dado un gran paso para mí.
—Daré muchos pasos en el futuro y te sentirás orgullosa de mí.
Soo abrió los ojos y la miró profunda y fijamente a los ojos.
—Ya lo estoy. Me siento muy orgullosa de ti.
Como toda respuesta, Nini sonrió y la acercó para un abrazo cálido y afectuoso. Soo se acurrucó contra su cuello y suspiró su placer, porque en ese justo lugar, en ese momento, ella supo que estaría bien a su lado y que juntas podrían soluciona y superar cualquier problema futuro.
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