Capitulo 17
—Hannie....—la voz de Sook me estaba a volviendo loca
—Hannie....
Gire mi cabeza del otro lado de la almohada y seguí mirando mi celular. Hace unas horas llegamos aquí al dormitorio y no he dejado de darle vueltas y vueltas al asunto de Jungkook.
Realmente estoy preocupada. ¡Nadie deja una nota así de la nada! Y lo peor....¡Sabía que la leería!
¿Por qué demonios me conoce tan bien? ¡Sabe mucho de mi!
Yo apenas se lo básico.
Esto me está matando....
—Hannie....por favor...duerme ya—la volví a escuchar—No se en lo que estás pensando, pero solo duerme.
—¡No te afecta a ti, ya déjame en paz!
Sook había soltado un largo suspiro. Escucho un silencio total durante algunos minutos. Me inclino nuevamente en mi cama, sin poder cerrar los ojos. El asunto no deja de dar vueltas en mi cabeza.
Vuelvo a cerrar los párpados. Trato de que no se abran colocado mis dedos en ellos. Sin embargo, una notificación llega a mi celular, y lo noto, al sentir su vibracion constante.
Numero privado
Ya el auto está fuera. Se que vienes hacia acá. Mejor ve antes de que su chófer quede sin paciencia y no te lleve a ningún sitio
¿Auto? ¿A las doce de la noche? ¿De donde saco eso? Y como sabe que tenía planeado ir hacia allá?
No mejor no hago nada. Deben ser bromas de el.
¿Que te cuesta ir a averiguar?
¿Tampoco es la gran cosa verdad? Me encogí de hombros y me coloque una ropa adecuada. Claro, busqué un abrigo, obviamente no permitiría congelarme del frío.
Mis pasos en el pasillo eran acelerados. El ascensor iba más lento que nunca. O al menos estaba desesperada por llegar alla abajo.
Di un toque en mi brazo, tratando de pellizcarme.
No, no se trataba de un sueño.
Salgo del edificio con más rapidez que una liebre. . Milagro y estaba abierto. Me paro frente al estacionamiento de los autos e inclino la cabeza hacia el frente. Las calles estaban aún iluminadas y se ve todo perfectamente.
Busco el taxi, pero no lo veo por ningún lado. Camino hacia todas partes y nada. Solo encuentro carros ridículos de los dueños de los otros edificios.
Genial. Todo ha sido una maldita broma.
Me retiro dando pequeños pasos hacia atrás. Camino molesta frotándome los ojos y ahí, presiono la perilla de la puerta principal.
Y ahí, en ese mismo instante unas manos por encima de las mías lo detienen.
Me giro, para ver si era lo que estaba pensando. Una persona, bien cubierta con capucha y vestida de negro estaba detrás de mi.
Busco mirarle a los ojos, pero no se ve nada.
¿Será lo que estoy pensando?
—¿Jungk....—me detengo. Se trataba de un chico rubio con un risotto totalmente diferente. En conclusión, era otra persona.
Bajo la mirada y me disculpo levemente. El chico pasa desconcertado a adentro. Yo suspiro, decepcionada, pero no lo hago.
Mi confusión cada vez es más próxima. Me quedo parada en el medio del estacionamiento. Cualquiera que me ve, diría que estoy alcoholizada o al menos drogada. La verdad, lo que tengo, siquiera tiene una definición.
Y soy tan estúpida, que ando persiguiendo a un chico, al cual ni siquiera conozco bien, estando en una relación con otra persona.
No sé por qué estoy sintiéndome de esta manera. Y no, no he experimentado esas maripositas ridículas en el estomago. De hecho, hay otras emociones que son indescriptibles.
A veces pienso que las matemáticas son más fáciles compradas con tus problemas y vida amorosa.
Niego repetidas veces, al escuchar a mi conciencia. Debería regresar al dormitorio.
De pronto, mi cuerpo se mueve sin yo planificar algún movimiento. Grito, asustada por lo que acabo de suceder.
Había sido un halon de brazos.
No tuve el más mínimo segundo a reaccionar. ¡Ya estaba dentro de un auto! ¿De casualidad tomo clases de velocidad ese hombre?
Bueno, al parecer Jeon envío a un hombre saludo de Corea del norte. Está cubierto con un cubrebocas, una gorra, su abrigo es color negro y azul y...solo esta centrado en mirar al frente
—Oye, no quiero molestarte, pero está haciendo un poco de fr....—no me dejó terminar, ya había colocado su dedo en el boton de calefaccion—Gracias....
Hubo un silencio algo incómodo. Al ser de madrugada el camino se veía oscuro, la carretera iba llena de luz por los autos, pero sus alrededores se encontraban color negro, solo veia una pequeña parte de las plantas y a una maxima velocidad.
Me recoste de la ventana que estaba de mi lado e incline la cabeza en la parte plana de abajo. Luego cerré los ojos. Ahora si estaba más tranquila.
Pasaron aproximadamente unos 5 minutos. Algo en mi rostro estaba picando, pero me encontraba medio entumecida, por lo tanto, no podía lograr movimiento alguno. Fue entonces, cuando siento que deja de picar y el roce de una mano ajena a mi cuerpo, unos dedos. Y entonces, mi cuerpo es apartado suavemente, girándose hacia el otro lado. Y caigo, en algo suave. Frunzo mi ceño y me levanto rápidamente, asustada.
—¿Q-que paso?—pregunto frotando mis ojos desconcertada, el había dejado de conducir.—¿esta descompuesto el auto? ¡Ay, no!—pongo mis manos en mi cabeza, con miedo—¡Estamos en medio de la nada! Y si....
—Relajate, solo me detuve—por fin lo escucho hablar. Y un pequeño detalle.
Ay no. Esto no era posible. Conozco esa voz. Joder, desearía no conocerla, pero estoy completamente segura. Esa ronca y hermosa voz. Si, era de Jungkook.
—J-jungkook....—murmuro. Se hace notar mi incredulidad—¿Por qué no me dijiste que eras tú?
El soltó una risita. Quito su cubrebocas y la gorra que lo cubría. Ahora podía ver perfectamente su rostro al descubierto. Estaba sonriendo. Y nada me podía hacer más feliz que aquel gesto suyo. Sobre todo, cuando se que en estos momentos no está bien, sin saber el por qué, pero estoy al tanto de su situación.
Y que Jungkook, sonria, me hace querer sonreír y seguir viviendo el mundo, con más tranquilidad.
—Me has vuelto a engañar—musito cruzándome de brazos. Intento parecer sería, con mi mirada hacia el otro lado de la ventana y un silencio constante.
—¿Esto es un deja Vu?—se vuelve a reír—Digo, es una demostración de que me se disfrazar
—Si, hiciste bien trabajo felicidades. Lograste engañarme a la perfección—aplaudo sarcásticamente—deberia darte unos mil wones y también un reconocimiento bien dorado—pongo una expresión super enfadada al decir eso y ruedo los ojos, haciéndolo reir sorprendido
—Venga, no seas tan gruñona. Así no es divertido molestarte—niega repetidas veces con su cabeza—vuelve a tu posición anterior
—¿Que posici....—En medio de la pronunciación de dicha palabra, mi cuerpo fue llevado hacia el de el chico, con mi cabeza recostada de él. Siquiera pude reaccionar, mis labios quedaron entre abiertos. Me dio la necesidad de decir alguna palabra, pero el fue más rápido que yo
—Me gusta tenerte cerca—murmura—y si es de mi cuerpo, me encanta
En ese choque de mundos, de palabras y de oraciones, quedé totalmente desconcertada. Mi corazón comenzó a revolotear, lo sentí muy dentro de mi, una energía diferente, porque jamás las palabras de una persona me habían hecho reaccionar mi pecho de esa forma. Comencé a ver a mi alrededor estrellas y sin darme cuenta, una sonrisa estúpida se reveló en mis labios.
Era mágico, cuando el estaba ahí. Simplemente, especial.
*******"******
La vez que me advirtieron que Jungkook en estos momentos se alejaba del mundo y de todos, jamás me dijeron literalmente que si lo estaba suficientemente lejos.
Y ese es mi pensamiento justo ahora. Estoy en medio de la nada, bueno, en el centro del bosque, y juro, que para serlo, tiene una casa muy bonita.
Esta rodeada por algunas plantas en su frente y las paredes se encuentran pintadas de un color azul y blanco muy claro.
Jungkook me ofrece su mano. La tomo con un poco de miedo, pero luego, su cuerpo se tensa y ahi me doy cuenta que habia pasado de mi diestra a sujetarme el brazo, o bueno, la muñeca.
Camino hacia el frente, había un silencio un poco molesto y es que no estaba acostumbrada a este tipo de cosas. Jungkook va al frente con toda la tranquilidad que pueda existir en su cuerpo. Yo simplemente me centro en detalles de la parte exterior de la casa.
Finalmente, abre la puerta con sus llaves y me invita a pasar. Imito la acción y quedó dentro, ahora en la sala principal. No es una casa completamente enorme, pero no la clasificaría en una pequeña tampoco. Quedó deslumbrada por lo bien cuidada que está y limpia. Realmente me encanta. Solo no comprendo, por qué viene siempre aquí.
—Es muy bonita—mascullo sonriendo. Este queda en un profundo silencio que me hace suspirar—¿Ya te arrepentiste de traerme, verdad?—supuse por la manera en la que se quedaba suspirando y mirándome—sabia que te cansarias de mi presencia—mi expresión se vuelve totalmente amarga y hago el intento de salir hacia afuera. Abro la puerta con enfado e intento salir, pero su mano toma mi brazo y me atrae hacia él.
—¿Que demonios te pasa?—me mira, otra vez, fijamente, pero con un poco de confusión—Esta casa ni mis amigos la han pisado. ¿Crees que si te traigo es porque al instante me voy a arrepentir?
Desvío la vista hacia otro lado, se me hacía incómodo verlo de esa forma, parecía que me quería asesinar.
—Jungkook, ahí está el problema—me encojo de hombros—Puedes haberte dado cuenta que fue una mala idea
—¿Crees que fue una mala idea traerte?—toma mi rostro y hace que lo mire a los ojos
—No puedo creer ni saber nada. Eres demasiado complicado, joder. No sabía que odiabas los días festivos porque nunca me dijiste que odiabas algo, nunca me has hablado de ti. Me enteré de esto porque prácticamente obligue a Hoseok, y aún así, no se prácticamente nada. ¡Tu lo sabes todo de mi! Yo apenas sé que te llamas Jungkook y eres un beisbolista. No puedo leer tus pensamientos, esto es difícil para mí, ¿de acuerdo?
Se queda en silencio. Eran demasiadas palabras por digerir, pensar y analizar. Lo comprendo a la perfección. Su vista se queda puesta en un punto fijo del suelo, traga duro y vuelve a suspirar. Intento apartarme por la cercanía que tiene su cuerpo con el mío, pero está acción es rebozada por las manos de Jungkook que sujetan mis hombros para que no me aleje. Y en ese instante, acerca su vista hacia mi.
—Eres de las pocas cosas que no me arrepiento en mi vida—confiesa. Siento un aleteo dentro de mi cuerpo. Por esta frase—Se que tenerte así de cerca está mal, se que tomarte de la cintura y coquetearte aunque sea de broma está mal, y ese idiota, aunque lo sea, merece respeto. Tu tambien lo mereces. Pero, joder—su mano se dirige a su cabeza frustrado. Mi respiración se entrecorta—Hace tiempo no me sentía tan bien con alguien
No digas eso, Jungkook. Aún no estamos preparadas para digerir estás palabras.
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