Primer Beso

Día 2.
Niños.
Advertencia: Un poco de Travestismo y Falta de cuidado Maternal :v

"El en amor para los niños no hay barreras, no hay excusas no hay prejuicios; para los niños amar es simplemente entregarle todo al otro sin miramientos y por eso, para un niño amar siempre sera  un tesoro."

—Isavett449—

Día 2

***

Para el pequeño Kaminari el ir al parvulario era toda una tragedia, no le gustaba pues significaba no ver a su familia en todo el día y también significaba que los demás niños le molestaran todo el día.

¿Era su culpa ser bonito? No queridos, no, simplemente Dios lo había quería hacer así de precioso y por esa misma razón los demás lo molestaban por ser "demasiado bonito" y esa era su razón para no ir al Parvulario.

Ahora si nos ponemos a pensar en eso como una tragedia, entonces lo era aun mas tener que ir a una guardería en Domingo, día se supone es de la familia ¡Ya soportaba ir a la escuela 5 días! ¿Porque arruinarle su fin de semana con un día mas en otra escuela?

La situación actual era así, todos los Domingos su familia salia a pasear por allí, pero esta vez era diferente, pues su hermano mayor tenia que ir a un museo y de allí su padre fue con él, sus hermanas habían ido a casa de una amiga y eso lo dejaba solo con su madre.

Hasta que la abuela llamó diciendo que estaba enferma.

Con rapidez habían ido a verla y pese a que no era nada grave debían llevarla al hospital y el de 4 años no podía ir, fue entonces cuando su madre se acordó que tenia una vieja conocida que era maestra en una guardería.

Tras una llamada, algunas risas y chismes ambos partían al dichoso lugar, y así de pronto ya estaban frente al lugar blanco con extraños dibujos de animales.

Te lo encargo mucho — Escucho a su madre decirle a la otra, ambas se sonrieron como las viejas amigas y tras unas cuantas despedidas y un beso en la frente el rubio veía a su madre alejarse mientras el tomaba la mano de la cuidadora.

Cuando entres te presentas, estoy segura que te divertirás mucho — La sonrisa cálida de la mujer lo tranquilizó un poco mientras asentía.

Al entrar al lugar noto que era un gran jardín donde muchos niños jugaban se sintió algo nervioso pero sonrió grande cuando la maestre les llamo.

Niños, el es Denki nos acompañara por hoy traten lo bien — Sonrió la dama dejándolos solos, los niños curiosos de manera inmediata fueron con el a saludarle y a invitarlo a jugar.

En especial un niño mas grande, algo gordito y que traía una gorra anaranjada con una hoja de árbol bordada en dorado de adorno.

Jugo un buen rato con todos los niños, desde las escondidas hasta con el balón y así se fue olvidando poco a poco de temor a la guardería y sonrió y río con todos.

Entonces llego la hora de la comida y como estampida todos corrieron a la sala del lugar a tomar algo.

La maestra les había dejado como una clase de aperitivo bolitas de arroz en forma de conejo en un plato donde todos tomaron uno y los mas abotagados mas de uno.

Denki sonrió feliz al ver el suyo, admirando el conejito como si fuera lo mas hermoso que hubiera visto, o eso hasta que sus ojos encontraron algo mas lindo.

En el fondo de la sala se encontraba un niño, sentado en el piso recargado en la pared con un libro de dibujos en la mano muy concentrado en su lectura.

El rubio miro de un lado al otro para después verle fijamente, sus cabellos revueltos de un color oscuro y su piel pálida que le hacia resaltar, noto que ningún niño se le acercaba o le decía del bocadillo así que de manera decidida y tomando coraje tomo otro del plato.

¡Hey eso es mio! — Refunfuño el mismo niño que le había hablado cuando llego, cabe mencionar que dicho niño ya había tomado más de 5 conejitos, Denki lo había notado y además el que había agarrado era el ultimo así que no planeo soltarlo.

No, es mio — Respondió para después correr a donde el otro, se detuvo en seco mientras le veía pensando en que decir.

Oye — Llamo algo nervioso mientras el otro de manera perezosa volteaba a donde el dejando el libro de lado, los ojos de diferentes tonalidades chocaron y a Denki se le fueron los nervios.

¿Eres nuevo? — Fue todo lo que pregunto el niño, normalmente se la pasaba leyendo o haciendo cualquier cosa pero no le gustaba mucho estar con los demás, así que ver al niño rubio le llamo la atención pues nunca lo había visto.

Recordaría un cabello tan escandaloso sin duda.

Algo así... Ten — Dio el conejito de arroz al otro con una sonrisa, el contrario le miro sin entender hasta que tomo el conejito — Soy Denki un gusto — Saludo sonriendo.

Shinsou Hitoshi, un placer — Se presentó formalmente el otro sin titubear y mirando el bocadillo fijamente — Gracias

No es nada — Asintió ya sin nervios mientras veía al otro comerse rápido aquello y volver a su libro —¿Que lees?

Algo de el mar — Aclaró el otro mostrándole la portada con animales acuáticos.

¡Denki juguemos! — Llamo de pronto el niño gordito de la gorra anaranjada.

El otro volvió a su libro sin mirarle pero apretando con un poco mas de fuerza el libro, Denki miro al niño que le llamaba y sonrió.

¡No, estoy con él gracias! — Sonrió amable para después sentarse de golpe aun lado de Shinsou — ¿Puedes decirme que dice? No se leer —  Pidió algo avergonzado mientras le miraba con suplica, el peli morado le miro sorprendido para después sonrojarse levemente.

Era la primera vez aje alguien prefería estar con el que con cualquier otro.

Claro —  Aceptó con una pequeña sonrisa mientras se acomodaba y empezaba a leerle, con el tiempo Denki se pego más a el y recostó su cabeza en el hombro contrario, no sabía leer pero escuchar a Shinsou era agradable y relajante.

Shinsou en cierto punto también se relajo y con toda la confianza recargo su cabeza en la del otro aún leyéndole a su manera lo que decía aquel libro.

Aquella escena había conmovido tanto a la cuidadora que solo atino a tonar una foto de aquellos dos niños mientras suspiran con amor.

Por el contrario al otro lado de la sala les veía rencoroso el niño de la gorra anaranjada, con cierto odió y resentimiento a Denki pues el había sido el primero en hablarle y aun aso lo traiciono robándose el ultimo conejo de arroz y dándoselo al rarito de Shinsou.

— ¡Hey Denki-Kun! — Llamo de pronto una linda niña de cabellos rosados y el cabello lleno de moños rojos, el rubio se separó adormilado y tras sonreír le a su amigo corrió a donde la niña para ver que necesitaba.

El resultado era un gran moño rojo en su cabello, al parecer a la niña le encantaba el cabello rubio y solo quería ver como se vería uno de sus moños en él.

Denki sonrió agradecido por el halago a su cabello, fue entonces que de pronto los padres empezaron a llegar, la cuidadora los dejo solos para atender a los adultos y despedir a los que ya se iban quedando muy pocos en el jardín.

— Pareces una niña — Fue lo primero que escuchó el pequeño Denki cuando salio al jardín a jugar mientras esperaba a su madre, el niño gordito de la gorra anaranjada había encontrado su oportunidad para molestarlo.

— ¡No es cierto! — Dijo algo decaído, siempre le molestaban por lo mismo, no era su culpa ser lindo, pero no reacciono hasta que sintió como el otro niño le jalaba el moño con todo y cabello.

Shinsou al verlo rápidamente corrió en su ayuda sin importarle haber dejado caer el libro por alli.

— ¡Eres una niña!—

— ¡No es cierto! —

— ¡Claro que si! Eres demasiado femenino, así nadie querrá siquiera casarse contigo — Blasfemo, y Denki apretó los puños tratando de no llorar.

Odia el parvulario, odia las guarderías... Odiaba su rostro.

— ¡Si es así yo me casare con él así que deja de molestarlo! — La voz de Shinsou junto a que se paraba frente a el lo obligo a levantar la mirada asombrado, el niño peli morado estaba temblando un poco pero veía con fuerza y decisión al otro — Ven Denki, vamonos—

— ¡Dos hombres no se casan que asco! — Volvió a gritar con ánimo de molestar el niño de la gorra anaranjada, pero no se espero el golpe que se le vino después.

— ¡Callate que mis padres son dos hombres! — Grito en lágrimas la niña de los moños rojos mientras le pegaba con sus pequeños puños, ambos empezaron a discutir y hasta que la cuidadora se dio cuenta y los separó y regaño.

El rubio ya no supo nada de eso pues solo se concentró en la mano ajena que lo jalaba al jardín en la parte mas alejada.

— Lo siento — Se disculpo el niño de cabellos morados mientras le soltaba levemente sonrojado — No debe ser lindo que otro niño diga eso —

— ¡Me salvaste! — Sonrió alegre con los ojos algo húmedos por las lágrimas que quisieron salir, y entonces le miro con cariño — Cuando sea grande... Cuando cresca me casare contigo — Sonrió grande mientras le miraba.

— ¿Ah Porque? — Preguntó sonrojado el otro sonrojado y sorprendido.

— Porque eres mi héroe —  Contesto sin mas mientras causaba un gran revuelo en el otro, la palabra "Héroe" resonaría durante mucho tiempo en él. Miro al niño rubio y apretó sus manos entre las suyas decidido, crecería y tendría un quirk genial, uno con el que podría proteger a Denki por siempre.

— Si, cuando seamos grandes nos casaremos — Sonrió, Denki le acompaño y justo en ese momento sonó el grito de la cuidadora avisando que había llegado la madre del rubio.

Ambos se miraron, apretaron mas fuerte sus manos y temblaron sabiendo que era el momento del adiós.

—Debo irme... — Susurro algo desanimado para después mirarle y decidirse, se un sólo impulso tomo valor y choco sus labios contra los del otro en un cálido y suave contacto — Ese fue mi primer beso así que tienes que devolverlo — Declaro rojo hasta las orejas y saliendo corriendo del lugar a donde estaba su madre esperándolo.

No volteo atrás, tampoco sintió la necesidad, eso hasta que estaba arriba del auto y a través del vidrio de la cajuela logró ver a Shinsou saliendo de la guardería junto a su madre.

Ambos par de ojos volvieron a chocar y se sonrojaron, para que después Shinsou sonriera y le despidiera con un movimiento de mano mientras Denki sonreír y se despedía desde el auto.

Aquel beso nunca mas fue devuelto pues como era de esperarse... Nunca volvió a esa guardería.

— ¿Que piensas bro? — Le cuestionó Kirishima mientras le picaba el hombro, a medio almuerzo el rubio se había perdido en sus pensamientos preocupando a los demás.

— Oh... — Reacciono de manera lenta mientras veía su comida como si fuera lo mas interesante del mundo — Me acorde... Me acorde que di mi primer beso en una guardería y a otro niño — Soltó como si fuera un gran descubrimiento mientras comía de rápido.

— Sabia que eras joto desde siempre — Molesto Bakugo mientras trataba de alegra a Kirishima de su espacio vital.

Denki no respondió, se quedo pensando, era rato que recordará todo eso ahora y mas que... No recordaba ni el nombre ni el rostro de aquel niño que fue su primer amor.

Ojala estuviera bien.

— Hey bro, hay va tu novio — Comento Sero al ver al susodicho caminando fuera de la cafetería, Denki sonrió animado botando la bandeja de si comida por alli y corriendo atrás de este hasta lanzarse a su espalda.

Shinsou le miro mal y luego sol suspiro resignado cargando al rubio en su espalda hasta su salón, cosa que los demás veían entre risas.

Formaban una extraña pareja.

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