Capítulo 3: El comienzo (parte 3)
Había dejado de hablarle a Félix y casi no hemos hablado en la escuela.
-"¡Dejar ya de discutir como niños! ¿Cuál es el problema?"- Preguntaba Lily mirándome preocupada, ella se había enterado que Bon había rechazado a nuestro amigo.
-"Es complicado de decir, solo sé que está muy deprimente por lo de Bon"-Dudé en una parte de lo que había dicho, no podía decirle a nuestra amiga de lo que me había propuesto, pues si bien se, Bon es hermano de Lily por lo que sería demasiado incómodo decirle eso.
-"¿Eso qué tiene que ver contigo?"-Me decía, yo tragué saliva y busqué alguna buena excusa que darle pero por más que quería encontrar alguna yo... me quedaba sin ideas.
-·B-bueno... eso... y-yo"- Me puse tenso y demasiado nervioso, aún no había encontrado la excusa perfecta para salir de dicho trance por lo tanto, era normal ser comido por los nervios y la ansiedad.
-"¿Podría ser que... te guste Félix?"-Me miró sorprendida y con un leve rubor, sus palabras me dejaron desconcertado, estaba por negarme rotundamente pero... podría ser una buena excusa ¿Cierto?
-"Si...e-es por eso"- Le dije, me sentía muy mal mentirle pero era la única forma de evitar más cuestionamientos, seguramente Félix me mataría si me escuchase decir algo así.
-"¡Te apoyaré en todo lo que quieras! No lo dudes nunca, ¡Deberías decirle que eres importante para él! Incluso decirle que te gusta si es necesario"-Me decía sujetando mis manos haciendo contacto con las suyas, me quedé callado por lo mal que me sentía por mentirle a mi mejor amiga pero... ¡No tenía opción!
Las clases fueron una maldita eternidad y miraba a Golden comer con sus amigos, de vez en cuando discretamente le decía cosas en el oído de Freddy provocando que él se sonrojara extremadamente y lo disimulaba con tontas excusas, parecían disfrutar de la presencia del otro, parecían divertirse y quererse mutuamente. Me quedé mirándolos por un rato más sintiéndome un poco solo sin la presencia de mi mejor amigo, debía admitir que me hacía falta y aun así, no tenía a nadie para descargar la incomodidad y furia que sentía al ver aquella pareja que se daba mimos sin ser vistos por los demás.
"Quisiera ser Freddy"
Esas palabras resonaban en mi cabeza y miraba con cierta molestia al castaño, quería ser besado por Golden y quería sentir sus caricias tal y como lo hacía con su compañero, quería sentir la misma felicidad que él sentía y que no era posible para mí...
Más tarde, estaba decidido a hablar con Félix ya que estábamos algo distantes pero todo era por mi decisión, necesitaba desahogarme con alguien y él era el único que me podía entender a la perfección.
Toqué la puerta de su departamento pero parecía no haber nadie dentro de ella, volví a tocar y no tuve respuesta, le llamé con la esperanza a que me contestara la llamada para poder hablar con él y que me abriera y nada. Tuve un mal presentimiento al respecto que tuve que tirar la puerta y entrar a la fuerza, sentí mi piel erizarse y fue entonces que entendí que algo le estaba sucediendo a mi amigo.
Corrí por toda su casa y no le encontraba en la sala ni en el baño, abrí cada puerta que encontraba y solo faltaba la de su habitación. Sin miedo, abrí la puerta para toparme a mi mejor amigo colgado con los pies en el aire y con su rostro pálido, lágrimas recorriendo sus mejillas y se estaba retorciendo un poco al verme.
Aquella escena marcó una parte de mi vida.
-"¡¿Qué mierda te pasa?! ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! ¡Eres un imbécil!"-Gritaba malhumorado pero al mismo tiempo llorando del enojo, gracias a dios que había una navaja en su escritorio y fue con eso que lo había usado para cortar la soga que estaba alrededor de su cuello, me había llevado la sorpresa de encontrarlo a punto de morirse.
¿Y si no hubiera llegado a tiempo? Él probablemente se hubiera muerto.
-"L-Lo siento, yo..."- Tartamudeaba sin cesar, estaba arrepentido y lo podía saber por su forma de actuar ahora. Ya se había disculpado por una media hora después de que cayera al suelo pudiendo al fin recuperar el aliento.
-"¿Por qué hiciste eso?"-Estaba llorando como nunca lo había hecho-"N-No me abandones... idiota"-Le dije dejándome caer en el suelo justo en frente de él, puse mis manos limpiando las lágrimas que no paraban de salir. Realmente tenía miedo de perderle, temía no volver a verlo.
-"L-Lo lamento Fede... pero es que ya no lo soporté, duele... d-duele mu...cho"-Me decía llorando de igual forma que yo, ambos teníamos los ojos y la nariz roja de tanto llorar, fue la primera vez que lloramos juntos. Tardamos una hora en calmarnos y de tranquilizarnos después de llorar tanto.
-"Nunca lo vuelvas... hacer, idiota"- Le dije abrazándolo con fuerza, necesitaba hacerlo, quería sentir que estaba conmigo y que no estaba muerto. Así es como nuestra relación se volvió más fuerte y más complaciente.
Al cabo de unos minutos habíamos dejado de llorar y los dos nos encontrábamos en el suelo en pleno silencio. Ninguno podía decir algo porque no era del todo necesario, con solo nuestra presencia bastaba para sentirnos seguros. Sabía que su intento de suicidio era por Bon, de alguna forma pude comprender el cómo se sentía, lo experimenté el día de hoy en la mañana así que debió ser complicado para él pero aun así, no era motivo para hacerlo.
Miré su cuarto y estaba limpio, lo que era extraño para un chico suicida pero dejando eso de lado. ¿Por qué había una navaja en su escritorio? Miles de pensamientos negativos pasaron por mi mente al querer responder ésa pregunta. Suspiré tratando de comprender sus acciones pero terminé molestándome por su manera tan irresponsable de querer acabar con su vida por algo como esto.
No quería que él volviese a hacer una estupidez, no más.
Félix se acercó hasta donde estaba pero en un rápido movimiento lo empujé con un poco de fuerza para que cayera al suelo y estuviera acostado. Me miró confundido pero no tardé mucho en acercarme a su rostro y besarlo torpemente en sus labios, era mi primer beso y no sabía besar profesionalmente así que lo besaba entre roces suaves para poner mis codos sobre el piso como apoyo para no poner todo mi peso encima de él, procurando el no herirlo ni aplastarlo.
Me alejé un poco rompiendo el beso y me miró sorprendido, no estaba seguro de cómo estaba pero podía sentir mi pecho más cálido y un leve calor en mis mejillas.
-"¿Qué fue eso?"-Me preguntó dudando de mis acciones y sin comprender mi actitud tan extraña a lo que solo le miré incómodo y desviando la mirada.
-"I-imagina que... soy Bon"-Le susurré con una expresión seria y decidido, con estas palabras no era necesario explicar a lo que me refería. Él me miró impresionado pero después su asombro se convirtió en una risita pícara de su parte.
-"¿De verdad quieres hacer esto? Una vez que aceptes, no hay marcha atrás"-Me decía tomando mi mejilla con una sonrisa calmada, parecía dudoso por mi decisión. Él tiene razón, una vez que esto inicie, no podremos volver a como era antes.
-"S-Solo no te enamores de mí... será nuestro secreto"-Le dije con una leve sonrisa, aceptando lo que propuso a lo que él me rodeó sus brazos alrededor de mi cuello, aun seguíamos en el suelo, él tirado y yo encima de él.
-"Trato hecho"-Dijo para luego besarnos sellando nuestro contrato, rompimos la distancia y nuestra relación cambió totalmente.
Me pregunto si... ¿Esto me vuelve egoísta?
(...)
**Presente**
-"Recuerda que el átomo de carbono tiene 4 electrones de valencia, lo que le permite formar 4 enlaces covalente con otros átomos"-Explicaba a Félix mientras le hacía un dibujo en su cuaderno para que me entendiera mejor, sin embargo él parecía estar distraído o al menos eso creí.
-"Bla bla bla, como sea, creo entenderlo lo suficiente, se acaba la hora de estudiar"-Dijo con un tono de burla e inexpresivo, bufé cuando escuché eso, no se estaba tomando muy en serio el estudio y temía que fuera a salir mal en el examen.
-"Félix, deja tu flojera a un lado, debemos estar preparados para"- Ni si quiera terminé de decir ya que Félix se me aventó encima, estábamos en la sala de hasta el fondo donde casi nadie pasaba y debido a que estábamos en una biblioteca, pues era silenciosa.
-"Necesito amor"- Dijo con un tono infantil para después besarme acomodándose encima de mis piernas rodeándolas en mi cintura. Me faltaba aire y apenas podía respirar, mi respiración se volvió muy dificultosa, tanto que rasgaba la camisa de mi amigo para que me dejara respirar.
-"H-Hey... esta...mos en un lugar... público, detente"-Le decía tratando de alejarlo un poco pero debido a su agarre fue imposible, estaba jadeando por falta de aire.
-"No importa, nadie nos está viendo"-escuché, me di cuenta que resistirme sería en vano así que correspondí a todo lo que me hacía, como besos y caricias.
De repente sentí que su rostro bajó a mi cuello y me dio un leve chupetón, dejé escapar un suspiro y gemí, estaba completamente rojo por la vergüenza, pude escuchar una risita de parte de él y me comenzó a besar el cuello.
Me comenzó a dar pequeños besitos por toda esa zona y no podía regular el ritmo de mi corazón, de cierta forma se sentía extraño, sentir esta clase de sensaciones eran indescriptibles y placenteros.
Y así fue que comenzó nuestra historia...
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Continuará...
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