final.

"¿En serio dejaste que Jimin se encargara de todo?" Preguntó Jaehyun con una ceja levantada mientras ayudaba a Jungkook a atar su corbata.

"Sí." Sonrió asintiendo, luciendo como un cachorro feliz. "¿Qué tiene?"

"Pues." Termino de atar la corbata y fingió limpiar una lágrima de su mejilla. "Es típico que el alfa se encargue de todo para el día de su boda, pero supongo que eso es algo anticuado."

"Aja." Asintió. "Además, Jimin se ofreció y me obligó a aceptar, quería ser yo quien organice todo, quería que nos casaramos en una cúpula dentro del mar mientras los peces nadan a nuestro alrededor."

"Eso ni siquiera existe."

"Pero podía construirlo solo para nuestra boda." Rodó los ojos como si dijera la cosa más obvia. "Pero deje que él se encargará de todo, después de todo Jimin hará un buen trabajo."

"¿Ni siquiera sabes como es el salón?" Jungkook negó. "Es como una boda sorpresa."

"Algo así." Se encogió de hombros. "Pero no importa, yo solo quiero estar con Jimin."

"Me da tanta ternura como Jungkook siempre esta apunto de mover la cola al hablar de Jimin." Dijo Sooyoung mientras retocaba su maquillaje. "Es impresionante ese amor."

"¿Verdad?" Las mejillas de Jungkook se tiñeron en carmín, sonriendo mientras veía su anillo de compromiso. "Es impresionante nuestro amor."

Después de su exitosa recuperación Jungkook tuvo una conversación con Jimin
en donde le expreso que quería casarse lo más antes posible, quería jurar su amor ante el estado y ante la luna, quería ser suyo completamente, que Jimin sea suyo enteramente. Fue fácil llegar a una fecha, ambos querían lo mismo después de todo.

Mientras los días pasaban y la fecha acordada llegaba Jimin hizo que Jungkook le dejara todo el trabajo, el omega le dijo que aún debía guardar reposo por su pierna herida -que ya no estaba herida, estaba totalmente recuperada- fue muy difícil mantenerse ajeno a los planes de su boda, pero acepto, quería hacer feliz a Jimin y si renunciar a la planificación del día más feliz de su existencia lograba aquello pues no dudaría nada en hacerlo.

Le causaba mucha curiosidad pues todo era una sorpresa, boda sorpresa como sus amigos lo habían catalogado, sentía como las abejas dentro de su estómago comenzaban a alborotarse de los nervios.

"Bueno." Soltó un suspiro, metiendo sus manos a sus bolsillos para disimular los nervios. "Ya es hora, vamos."

Con palmadas en su espalda y cuello salió junto a sus amigos, la limusina que Jimin había contratado los llevaría hasta el salón donde todo se llevaría a cabo, estaba tan nervioso que podría vomitar sobre sus zapatos.

Sus nervios no se apaciguaron, jamás, sentía un ligero miedo el cual fue causado por recuerdos del pasado. Volvió al día de su boda años atrás, en donde antes de llegar a donde estaba Jimin todo su camino cayó, recordó una vez más como es que Minho le arruino la vida, no era tan fácil olvidar aquellos acontecimientos que lo marcaron tanto, cuando abría los ojos veía una vez más la prueba de embarazo de Minho, una vez más veía las lágrimas de Jimin, una vez más escuchaba los gritos del mejor amigo de Jimin.

Todo se repetía una y otra y otra vez, una inmensa rosca que le tenía prisionero en medio, con la cabeza pesada y la vista nublada encontró su salida al sentir la calida mano de Jimin sobre la suya.

Cuando miro a su prometido en la puerta y sosteniendole la mano, todo lo que recordó se esfumó, todo lo que le estaba molestando se le olvidó y solo pensó en el feliz momento que viviría ahora.

"Hola, amor." Saludo Jimin con una sonrisa, acariciando su mano con su pulgar. "¿Listo?"

Jungkook asintió, tomando la mano de Jimin firmemente y saliendo de la limusina. Estando dentro del coche no pudo ver bien a Jimin, cuando estuvo a su lado recién lo pudo escanear y podría exagerar pero sus ojos se convirtieron en corazones al ver a su omega de blanco.

El atuendo de Jimin era simple pero hermoso, llevaba pantalones blancos algo sueltos, una blusa con cuello en 'v', flores sobre su cabello y un velo que estaba puesto en su nuca, se veía precioso, hermoso como siempre.

"Eres el hombre más hermoso que jamás podré admirar." Dijo Jungkook mirando a los ojos a Jimin, siendo sincero en cada sílaba.

"Ah, Jungkook." Las palabras de su pareja lo hicieron enrojecer, miró a sus zapatos mientras sentía los ojos de Jungkook sobre él.

"Déjame mirarte." Llevo su mano a la mandíbula de Jimin, levantándo su rostro para encontrarse con sus ojos. "Te ves hermoso, mi amor."

"Gracias, Jungkookie." Sonrió logrando volver a sus ojos dos lunas menguantes. "Tu también te ves muy guapo, eres hermoso con tu sonrisa de conejo en el rostro y ese pequeño sonrojo en tus mejillas. Tanto que quisiera besarte, pero eso es para después." Soltó una risilla, tomando una vez más la mano de Jungkook con la suya.

"Bueno, es hora de entrar, esperan por nosotros." Dijo Jungkook a lo que Jimin asintió.

Esta vez, ambos entraban al salón juntos.

Y no era un salón, ahora que Jungkook podía observar con atención el lugar se dio cuenta que el lugar de su boda tomará lugar en un jardín, un enorme jardín.

Jungkook creía que se casarian con la naturaleza observando, que sólo serían árboles y algunas flores, pero que equivocado estaba. Porque cada vez que daba un paso más en el jardín veía muchísimas flores, tulipanes cubriendo todo el lugar.

Con emoción en su rostro, observó a Jimin quien compartió su alegría con una sonrisa.

"Sorpresa." Dijo. "Tu...tu me has mandado flores todos los meses desde que nos separamos, siempre una especie distinta, siempre un color distinto, las flores nunca pararon ni cuando estabas en la ciudad, me demostraste tu amor atraves de esas flores, tu presencia estaba en cada pétalo que me obsequiaste, Jungkook." Se detuvieron, Jimin se volteó a verle a los ojos mientras sostenía sus manos. "Ha sido el acto más romántico que alguien pudo hacer por mi, me demostraste tu amor con esas flores a pesar de la distancia y ahora, yo, quisiera imitar tu accionar y obsequiarte este momento lleno de tus flores favoritas, lleno de todo el amor que siento por ti expresado en flores, en tulipanes." Apretó las manos de Jungkook y las llevo hacía sus labios, besando cada nudillo, besando las cicatrices de sus quemaduras y acariciando su piel. "Te amo, Jeon Jungkook."

El amor se desbordó por las lágrimas de felicidad que corrieron por las mejillas de Jungkook, con una sonrisa y con ilusión en sus pupilas dijo "Yo también te amo, mucho, amor mío, Park Jimin."

Se sonrieron tomándose de las manos, quedándose plasmados mientras se miraban olvidando que tenían una boda que llevar a cabo, cuando salieron de su burbuja de amor se rieron y continuaron caminando hacía el lugar exacto donde se casarian.

Su llegada fue alegre, sus amigos les aplaudieron mientras hacían su caminata y la ceremonia fue tranquila, entre sus votos y las promesas de amor que se hacían en silencio llegaron a la parte más ansiada.

"Park Jimin, ¿aceptas a Jeon Jungkook como tu futuro esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad?"

"Acepto." Dijo con una sonrisa y apretando la mano de Jungkook.

"Y tu, Jeon Jungkook, ¿aceptas a Park Jimin como tu futuro esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad?"

"Acepto." Dijo mirando a los ojos de Jimin, haciéndole saber la sinceridad de sus palabras.

No esperaron a que les dieran el permiso, ellos solo besaron, sellando la promesa de su eterno amor. Su beso fue cálido, tierno y romántico, al separarse no dejaron de mirarse a los ojos, el amor brotaba por sus pupilas.

Al fin habían podido cumplir aquel gran paso, al fin se habían casado y nada había interrumpido la felicidad que se merecían.

Después de tanto dolor estaban ahí, tomados de la mano mientras se paseaban como recién casados, tomados de la mano para empezar el primer vals, tomados de la mano mientras cortaban el pastel y tomados de la mano para salir del jardín de camino a la playa.

Fue un camino largo el que pasaron, fue casi una vida la historia amarga que se había escrito a su alrededor, pero después de anochecer vino el día cálido en donde podían ser felices juntos, así debía ser desde un principio.

"Papá, appa." Dijo Yunjin saltando en su asiento mientras señalaba la playa, ya estaban cerca. "Ya casi llegamos."

"Ya casi, pequeña." Sonrió Jungkook apretando una mejilla de la niña.

"Yunjin no te olvides ponerte el abrigo al salir, ya esta comenzando el ventarrón." Recordó Jimin, ni siquiera en un momento romántico se le olvidaba su papel de padre.

"Pero deja que vaya sin su abrigo, tal vez se moja y después no tendrá algo calentito para ponerse." Dijo Jungkook.

"Ah, ¿pero las mantas que te dije que siempre tuvieras en el auto?"

"Se me olvido." Susurro, hizo un gesto que demostraba su olvidó mientras miraba a Yunjin quien se reía tapándose la boca.

"Tu nunca me haces caso, la anterior vez te dije que las metieras por cualquier emergencia, Jungkook." Regaño Jimin mientras veía fijamente a Jungkook quien seguía atento al camino.

"Yaaa, nos pararemos en una tienda y compraremos mantas."

Jimin rodó los ojos, suspirando mientras trataba de controlar el enojo por la desobediencia de Jungkook, miro por la ventana para así calmarse y después volvió su vista hacía su alfa, mirando su perfil su corazón se altero, latió rápido mientras la sonrisa sobre su rostro se ensanchaba. No podría nunca enojarse con él, jamás.

Se acercó a Jungkook y le dio un beso en la mejilla. "Compraras diez mantas en castigo."

"Cómo diga, capitán." Sonrió haciendo la típica seña militar, una vez más haciendo reír a Yunjin.

"¡Y que compre helados!" Agrego Yunjin dando un pequeño salto.

"Cómo ordene, capitana." Volvió a hacer el mismo gesto, haciendo una vez más reír a su hija.

Entre pequeñas bromas llegaron a la playa, Jimin y Yunjin fueron los primeros en salir, fueron descalzos y tomados de la mano, Jungkook les miró desde su lugar con una sonrisa, les tomó una foto y al fin se deshizo de su corbata y se sacó los zapatos para acompañar a su familia.

Corrió hasta llegar a Yunjin y la tomó en sus brazos, hizo que diera un salto en el aire mientras reía y tomó la mano de Jimin mientras caminaban.

"Hagamos esto muy memorable." Dijo Jungkook.

"¿Cómo?" Pregunto Yunjin.

"Entremos al agua los tres, juntos."

"Bien." Dijo Jimin con una sonrisa. El clima no era el adecuado, pero quería tanto que este día sea más memorable que correría el riesgo del agua helada. "Por suerte si dejamos el abrigo de Yunjin en el auto."

"Yo te dije. Pero ya, dame la mano y no me sueltes que entraremos corriendo." Apretó la mano de Jimin, asegurándose que no le vaya a soltar por equivocación.

Comenzaron caminando hasta acercarse lo más posible, ya estando más cerca tomaron vuelo y comenzaron a correr.

"Uno." Grito Jungkook.

"Dos." Le siguió Jimin.

"¡Y tres!" Termino Yunjin justo antes de que los tres se metieran al mar.

El agua no estaba helada, estaba perfecta y más aún cuando escucharon sus risas al salir del agua. Los tres estaban empapados en sus trajes de fiesta, las flores del cabello de Jimin se había caído, los moños de Yunjin se habían deshecho y el cabello de Jungkook estaba todo despeinado, pero entre todo ese caos encontraron la belleza de su familia; entre risas y saltos en el agua, entre guerra de agua y recolección de piedras.

Ahí estaban ellos, una familia de tres jugando en el agua.

Cuando se cansaron de reír, volvieron a la orilla, Jungkook aún teniendo a Yunjin en sus brazos y sosteniendo la mano de Jimin, los tres se sentaron, su pequeña hija en las piernas de su padre alfa y el omega al lado de su pareja, miraron el atardecer mientras el agua de mar resbalaba por sus ropas.

"Que día." Susurro Jimin recostandose en el hombro de Jungkook.

"Que vida." Dijo Jungkook besando la cabeza de Jimin y besando la frente de Yunjin.

Miraron el atardecer entre su calor de hogar y mientras lo observaban pensaron en todo el camino que recorrieron, en como aquel camino comenzó en el infierno y que el mismo camino les haya llevado al paraíso.

"Que vida, que bella vida." Jungkook susurro feliz observando el horizonte.

Su corazón estaba tranquilo y en paz, su alma había sacrificado tantos pedazos que no se arrepentía porque cada uno de esos pedazos le guió hasta lo que vivía hoy, habían valido todas esas lágrimas.

Porque las espinas que le rodearon hicieron un camino el cual le guió a un jardín en donde dos abejas le esperaban.

Jungkook era feliz con su pequeña familia de tres, como siempre debió de ser.





















fin.






















jungkook encontró paz y felicidad con su familia :")

y jimin al fin pudo vivir feliz y enamorado con el amor de su vida y su hija :")

jeje y bueno, aquí termina este viaje doloroso muajaja

muchísimas gracias por todo su apoyo <3 sin sus lágrimas y su enojo no seríamos nadie !!!



hago lo de siempre y me promociono !

nos vemos en siguientes historias <3

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