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Colocaba labial sobre sus labios mientras le daba un breve repaso a las sombras negras de sus cuencas, se veía bien, se sentía bien al verse al espejo, había logrado esconder las pecas y ojeras que se habían acumulado en su rostro.

O bien, Jimin trataba de sentirse bien al mirarse en el espejo. Su conciencia retumbaba en sus oídos más que nunca, le hacía saber en todo momento lo mal que estaba por continuar con lo que hacía, no había descanso de aquella voz que le repetía que era una mala persona.

Suspiro al terminar de arreglarse, se sonrío mirándose al espejo.

"Todo esta bien." Se susurro mientras mantenía su sonrisa.

Pero.

¿En realidad lo estaba?

Había perdido el completo control de su vida, había perdido a su hija en un juicio, había perdido su dignidad al mantener una relación con un hombre casado, había perdido el color de las flores que le llegaban todos los meses, había perdido el amor en su vida. No le quedaba nada, ni siquiera buenos modales pues era una persona de mierda, un egoísta que solo se había envuelto en su propia carencia de amor.

El timbre le saco de sus pensamientos, con una sonrisa fue a abrir, encontrandose con Eunwoo en la puerta, él estaba bien vestido y con un ramo de flores en sus brazos.

"Hola." Sonrió entregándole el ramo de flores. "Te ves precioso." Halago logrando que Jimin se sonrojara.

"Hola y gracias." Sonrió tomando las flores y acercándose a su pareja para darle un beso.

El beso fue correspondido, Eunwoo poso sus manos en la cintura de Jimin y profundizó aquel beso, lo beso profundamente demostrándole lo mucho que le había extrañado pues no se habían visto desde aquel bochornoso incidente.

"Te extrañe mucho, mi amor." Susurro Eunwoo sobre los labios de Jimin, cerrando la puerta con su pie, volviendo a besar a Jimin.

Aquel contacto cuerpo a cuerpo era lo que tenía en pie su relación, sobre todo por la parte de Jimin, pues necesitaba aquel contacto cálido que Eunwoo podía brindarle, necesitaba sentirse en los brazos de alguien, necesitaba que alguien besara cada porción de su cuerpo, necesitaba sentirse deseado y querido. Con Eunwoo se sentía deseado, querido y necesitado pues las manos grandes del alfa exploraban y acariciaban cada porción de su cuerpo.

Con los besos de Eunwoo se sentía vivo y muerto al mismo tiempo, se sentía deseado y miserable cada vez que sentía como las manos del alfa exploraban su cuerpo.

"Nos manchamos con el labial." Susurro Jimin al terminar el beso.

"Debemos vernos chistosos." Rió Eunwoo mientras posaba un beso sobre la nariz de Jimin

"Ve a la sala, iré a limpiarme y pronto serviré el almuerzo."

"¿No quieres que te ayude?"

"No, eres mi invitado y debo ser yo quien te sirva, ya en otra ocasión me podrás ayudar." Sonrió.

"Cómo digas." Sonrió de vuelta. "Pondré las flores en agua."

Con un último beso se separaron, Jimin subió a su habitación para limpiar sus labios y volver a pintarlos, al momento de entrar a su cuarto se sentó frente a su peinador, mirándose al espejo limpio los rastros rojos que se escurrian de sus labios y cuando se encontró con sus propios ojos, sintió asco por sí mismo, porque lucia como lo que era, el amante de un hombre casado, que limpiaba su labial escurrido por la apasionada sesión de besos. Dejó el labial sobre la mesita, observando como sus ojos se comenzaban a cristalizar, pero no lloraría, solo pintaría una vez más sus labios.

Termino con lo que había pensado en hacer y se fue directo a la cocina para servir el almuerzo, no quería pensar mucho, estos días su conciencia le había estado atormentando por demás. Sólo quería disfrutar del momento vacío con Eunwoo.

Entre sonrisas fingidas llevo la comida a la mesa y se sentó frente a Eunwoo, compartiendo un poco más de su tiempo robado.

"Me di cuenta que ya no hay más flores, ¿tan rápido se murieron?" Pregunto Eunwoo, refiriéndose claramente a las flores que su hermano le había estado enviando cada mes todos estos años.

Y tan solo basto con aquella mísera pregunta para romper en Jimin. La pregunta le había recordado lo miserable que era desde el día en el que le plantaron en el altar.

El dolor vino desde el fondo y se manifestó en gordas lágrimas que pintaban a Jimin del azul más profundo, fue tanto que tuvo que cubrir su rostro. Lloro en silencio, preocupando a su supuesta pareja quien no dudo en levantarse de su asiento para consolarle.

"No me toques." Susurro Jimin al sentir la mano de Eunwoo en su espalda. Fue ignorado. "Que no me toques." Alzó la voz.

"Minnie ¿Pasa algo?" Pregunto con preocupación en su rostro.

"Se terminó." Dijo mirando a Eunwoo a los ojos mientras el alfa estaba acuclillado frente a su lado.

"¿Qué?"

"Que todo, esto, tu y yo, se termino." Trato de levantarse pero Eunwoo se paro frente a él mientras sostenía sus manos.

"Minnie ¿por qué? ¿qué es lo que pasa?"

"Ya no puedo con esto, Eunwoo, yo..." Le comenzó a faltar el aire en sus pulmones mientras analizaba todo lo que había hecho. "Estás casado y yo..." Se soltó de Eunwoo tratando de alejarse de él.

Eunwoo le tomo de las manos, no dejando que se vaya de su lado. "Jimin, por favor, no hagas que mi matrimonio fallido sea un impedimento para lo nuestro."

"Yo no soy así, yo no soy esta clase de persona que se mete en los matrimonios ajenos, Eunwoo, yo no..." Volvió a llorar, le dolía en lo que se había convertido.

"Mi amor, mi amor, escúchame yo te amo y mi matrimonio fallido no significa nada." Tomó a Jimin de sus mejillas para que lo mirara.

"Vete." Se soltó de su agarre y lo empujó, pero una vez más fue sostenido de sus manos.

"No hagas esto, amor, no..."

"Fuiste el primer hombre que creí que me tomaba en serio a pesar de mi posición de padre soltero, creí que eras el primer hombre que me tomaba en serio después de mucho. Pero no fue así."

"Te tomo en serio, Jimin, te amo."

"¡No! ¡No me amas! ¡Me convertiste en tu amante!" Sollozo, era una vergüenza. "Sí hubiera sabido desde un principio que eras un hombre casado JAMAS hubiera aceptado todas esas citas, pero me engañaste, no fuiste sincero conmigo."

"Me divorciare, Jimin, sabes que lo haré, pero Jisung me ha puesto las cosas muy difíciles, prácticamente no puedo dejarlo."

"Eso no cambia que me hayas convertido en tu amante, Eunwoo, me hiciste caer muy bajo, demasiado." Lloro mientras lo veía a los ojos. "Yo no soy así, jamás me hubiera acercado a ti si hubiera sabido que tenías un esposo y un hijo. Jamás."

"Jimin..."

"Vete, por favor." Dijo. "Y no vuelvas a buscarme."

No hubo más discusión, solo un apretón en sus manos y su corazón al escuchar la puerta de su hogar cerrarse. Cayó en sus pies para llorar, se avergonzaba de todo lo que había hecho a causa de la falta enorme de amor, se sentía avergonzado de su soledad que lo había impulsado a ser el sucio secreto de alguien más.

;;

Después de llorar toda la tarde y compartir de su comida con su amada compañera de cuatro patas. Había sollozado hasta que su cabeza dolió y sus ojos se habían hinchado, pero se sentía liberado de todo aquel dolor y vergüenza que había cargado con él.

Las cosas serian difíciles ahora que renunciaría a su muy estable trabajo, solo esperaba encontrar algo tan bueno como el puesto que tenía y tiene en la empresa de Eunwoo, al dejar todas sus ataduras con él podría dejar de sentir tanta vergüenza por sí mismo.

La tarde había transcurrido muy vaga, solo pensaba en todo lo que había hecho, desde esconder la existencia de su hija hasta aceptar ser solo el amante de Eunwoo y se sintió muy abochornado de su actuar tan inmaduro, y sobre todo egoísta. Durante todo este tiempo solo había pensado en él y en su dolor, nunca más allá de él, por eso es que había revolectado tanta deshonra en su espalda.

Había tocado tan fondo que no creía que pudiese volver a la superficie. Pero lo haría, siempre lo había hecho.

Su flojo anochecer se le vio interrumpido en cuanto su timbre fue tocado, con pasos perezosos fue a abrir, sorprendiendose de ver a un hombre trajeado y a una policía, sintió miedo por alguna mala noticia.

"Buenas noches, ¿Park Jimin?" Preguntó el hombre de traje.

"Buenas noche, soy yo, ¿que es lo que sucede?"

"Le vengo a notificar una orden de desalojamiento impuesta por el señor Han Seungmin, propietario legítimo de esta propiedad." Las palabras hicieron eco en su cabeza y movieron su mundo.

"¿Qué? No, no, esta es mi casa, yo la compre hace años atrás, pago impuestos de ella y esta a mi nombre." Dijo con desesperación, no podía creer lo que escuchaba.

"Pues me temo informarle que la persona que le vendió el inmueble, Han Yoona, no era la propietaria legítima, sino que el señor Han Seungmin."

"No, no, deben estar equivocados, esto no puede ser." Negó con la cabeza mientras veía la orden, leyendo cada párrafo que efectivamente le decía lo mismo que el hombre frente a él.

"No hay ninguna equivocación, por lo que el señor Seungmin le dio el plazo de un día para desalojar todo."

"¿Un día? no, pero, ¿ni siquiera podré ir a juicio para pelear por mi casa?"

"Puede imponer la demanda, pero el propietario quiere que desaloje para mañana, o tendremos que usar otras medidas para su desalojo."

"Por favor, esto no es cierto, yo soy el legítimo dueño." Rogó ante nadie, pues a nadie le importaba la mirada asustada que tenía.

"Tiene hasta mañana para desalojar, buenas noches." Dándole la espalda su mundo se vino abajo.

¿Cuando había pasado todo? ¿Cómo es que le habían quitado su hogar?

No podía creerlo, era un infierno el que se desataba dentro suyo. Creía que ya había llorado todo, pero las lágrimas le inundaron una vez más.

Se sintió perdido y lejano a su propia vida, sollozo de rodillas en la puerta de su arrebatado hogar.







































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adiós eunwoo y adiós casita de jimin </3

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