24















;;

El timbre sonó y con aquello el cronómetro que le decía que era hora de entregar a su hija a un nuevo hogar. Su corazón se le destrozaba al pensar lo vacía y silenciosa que estaría su casa, le dolía pensar que ya nadie jugaría con los ramos de flores que siempre llegan a su puerta; por eso quería llorar, quería gritar, quería romper todo y huir con su pequeña en brazos.

Quería seguir siendo egoísta manteniendo a su pequeña para él solo, quería que ambos se ocultaran en algún arbusto en el profundo bosque y así no poder ser encontrados por Jungkook.

Pero las cosas no podían desarrollarse en un bosque imaginario que le de cobijo y escondite, las cosas eran demasiado distintas si es que dejaba de pensar con la cabeza pesada.

Y aunque quiso pelear, quiso encerrarse y volver toda la situación más pesada, Jimin fue a abrir la puerta, viéndose frente a frente a Jungkook.

Le dio mucha pena verlo, porque de repente se hundió en sus recuerdos, en aquel ayer en donde al ver a Jungkook su corazón latía en amor y sus mejillas se sonrojaban por su presencia, ahora solo su estómago se revolvía en rabia y su cabeza dolía por verlo tan de cerca.

Todo un amor inmenso que no supo como sobrevivir, explotando en mil partículas y luego perdiéndose en el vacío del universo.

"Yunjin esta comiendo su merienda, pasa." Dijo, dejando las cosas muy tranquilas, conteniendose de darle un puñetazo a Jungkook, realmente tenía un gran puñado de odio por él.

Se fijo que Heejin también había venido, supuso que era para hacer las cosas más cómodas con su hija, porque después de todo, Jungkook era simplemente un desconocido con el cual intercambio unas cuantas palabras.

Vio meticulosamente lo que Jungkook haría, él camino hasta sentarse al lado de Yunjin, sonriendole calidamente mientras le saludaba estrechandole la mano.

"¡Hola!" Saludo Yunjij mientras estrechaba la gran mano de su padre. "¿Traes pastel?"

Jungkook soltó una ligera risita. "No, no tengo el pastel conmigo, pero esta en otro lugar."

"¿Donde?" Los ojos de Yunjin se iluminaron, al parecer aquel pastel se había ganado su corazón.

"Ya pronto veras." Le sonrío, acariciando con el dorso de uno de sus dedos la mejilla de Yunjin. "¿Ya te dijo tu pa a donde iras?"

"No." Frunció el ceño en confusión.

Bien, Jimin no había podido decirle a su hija que se iba a vivir a otro lugar. No podía.

Jungkook le miró, en la mirada dura de Jungkook sintió todos los insultos que seguramente quería soltarle, sintió en la mirada sería de aquellos ojos redondos piedras y veneno.

Jungkook también lo odiaba.

"Acaba con tu merienda, ahora volvemos." Volvió a sonreirle. Fue sorprendente el cambio, porque a Jimin lo miró con rencor pero en cuanto sus ojos se posaron sobre su hija, estos brillaron.

Jungkook camino hacía Jimin y al estar lo suficientemente cerca lo tomó de su brazo, arrastrándolo fuera de la cocina.

"¿¡Que te pasa!?" Grito en un susurro en cuanto se soltó de Jungkook.

"¿Por qué estás haciendo las cosas tan difíciles? te pedí que hablaras con Yunjin para que no todo sea de sorpresa."

"Pues, no te la lleves y ya." Se encogió de hombros. Actuando de forma inmadura, lo sabía, pero no le importaba.

"Eres un estúpido."

La palabra ni era tan ofensiva, pero realmente pego en Jimin, hizo que soltara un suspiro de dolor. Algo tan simple le había dolido, porque en aquel 'estupido' sintió todo el odio y rabia de Jungkook.

Y dolió.

"Deja de actuar como un niño y por una vez preocúpate por Yunjin, lo que haces es ser un egoísta de mierda." Soltó. "En cuanto Yunjin termine su merienda me la llevaré de esta casa."

Jungkook tuvo la intención de volver a Yunjin, pero la mano de Jimin sobre la suya se lo impidió. Como si hubieran detenido el tiempo y solo fueran ellos dos.

"Por favor, Jungkook." Jimin rogó, la voz se le había roto y sus ojos brillaban avisando un diluvio. "No te lleves a mi hija."

Ante los ojos de Jimin, Jungkook lo detestaba, lo odiaba. Pero el corazón de Jungkook era distinto, en el solo habitaba mucho amor por Jimin, inmensas olas.

Por eso es que sintió sus rodillas flaquear al verlo de aquella forma, quiso tomar su rostro y acariciarlo para borrar aquellos rastros de lluvia, quiso abrazarlo en su pecho y susurrarle que no lo haría.

Pero estaba tan herido que el diluvio de Jimin no mojo en su piso.

Se soltó y volvió a la cocina, destrozando a Jimin.

Jimin se quedó un momento mirando la mano que sostuvo a Jungkook, recordando la piel cálida y suave de aquel hombre, su mente jugandole malas pasadas al hacer que recuerde como aquellas le habían abrazado y sostenido durante las noches de lluvia. En cuanto salió del trance de recuerdos, Yunjin estaba en los brazos de Jungkook, él la cargaba mientras Heejin sostenía las maletas de la niña.

"No..." Susurro. "Jungkook—"

"Yunjin, cariño, ve a despedirte de tu pa Jimin." Dijo Jungkook bajándola de su agarre.

La niña fue hacía su padre, abrazo sus muslos e hizo que Jimin se arrodillara frente a ella. "¿Cuánto tiempo me iré, ah?"

Jimin se rompió, no respondió su pregunta, solo la abrazo mientras soltaba sollozos.

"Ahh, pa, pa, no llores, pa, pa." La tristeza de Jimin se la transmitió a Yunjin quien ya comenzaba a llorar.

"Mi amor." Sostuvo el rostro de su hija mientras le limpiaba las lágrimas, besando su nariz y su frente. "Pórtate bien."

"Ahora no quiero irme." Lloro, abrazándose aún más a Jimin.

"No, mi amor, tienes que ir." Yunjin se sostuvo aún más a su cuello, por lo que la levantó con facilidad.

"Noooo." Yunjin creía que si se iba su pa iba a llorar aun más, por eso es que no se quería ir.

"Jungkook." Llamó. "Llévala."

Se pasaron a Yunjin, la niña aún quería mantenerse pegada a Jimin, se sentía triste por su pa. Jungkook hizo lo que pudo para tratar de calmarla, la mala jugada de Jimin no iba a molestar a su pequeña; con feromonas que soltó logró que su hija se calmara, aún así, ella se abrazo a Jungkook.

Fue así como Jimin vio como se llevaban a su hija, ella se despedía ondeando su manita.

Vio desde la puerta como el auto de Jungkook se llevaba a la razón de su vida entera, no pudo hacer más que llorar.

;;

Yunjin iba jugando con su tía en el asiento trasero, Jungkook chequeaba de vez en cuando por el retrovisor. Al llegar a su casa cargo a su hija, le mostró todo el jardín antes de entrar, se puso feliz al ver la alegría con la que Yunjin correteaba por el amplio jardín; recolectando un montón de flores y rocas que le parecían lindas.

Le mostró cada centímetro de su casa, explicándole cada uno de los lugares y regalándole una galleta por cada habitación explorada.

Jungkook estaba ansioso por mostrarle su habitación, nervioso por la reacción de su hija. Al llegar a aquella, Yunjin se puso feliz, cada mueble y juguete que había comprado valieron la pena al momento de ver como su hija recolectaba cada uno en sus brazos y trataba de jugar con ellos.

"Acá puedo jugar." Dijo mientras tiraba los peluches e iba por los suyos propios. "¿Tu jugarás conmigo?"

"Con mucho gusto."

"¡Siiiii!" Dio unos saltitos, tomando a su peluche amarillo en sus brazos. "¿Cuando pa Jimin vendrá?"

Las preguntas de los niños deberían considerarse un arma, siempre lograban lastimar, eso pensaba Jungkook.

"Muy pronto." Prometió falsamente.

Si bien Jungkook no pensaba evitar que Jimin vea a Yunjin, no creía que su casa fuera el mejor lugar para verse.

"¿Ahora jugamos?" Pregunto Jungkook y Yunjin asintió alegremente.

"Yo jugaré con ustedes tambien." Dijo Heejin entrando a la habitación y sentándose al lado de Yunjin.

"Primero, Heejin quiero que hablemos." Dijo Jungkook. "Será rápido."

Ambos hermanos cerraron la puerta de Yunjin y se colocaron para hablar.

"Cuando quieras puedes venir, también mamá, así Yunjin va acostumbrándose poco a poco, ver caras conocidas será bueno para ella."

"Esta bien." Asintió. "¿Cuando le dirás que eres su otro papá?"

"Quisiera que Jimin se lo diga, o que se lo digamos los dos, así ella lo toma mejor." Hizo una mueca de disgusto. "Cuánto quisiera que las cosas fueran distintas u que nada malo hubiera pasado."

"Ya no te lamentes." Dijo Heejin mientras colocaba sus manos en los hombros de Jungkook. "Solo trata de recuperar el tiempo perdido con tu hija, ella estará bien contigo, hazla feliz."

"Lo haré." Asintió con una sonrisa plana, colocando una de sus manos en la de Heejin. "Ahora vamos a jugar con mi pequeña."

Fue la primera vez en mucho tiempo que Jungkook se sintió tan vivo y tan feliz. Pasar tiempo con su pequeña le dio mucha alegría y paz, fue como si viviera un sueño perfecto en el que solo escuchaba las risitas de Yunjin y los diálogos de sus peluches.

Y aunque se sentía tan feliz, no pudo dejar de pensar en el llanto inconsolable de Jimin, no dejó de pensar en el deseo que tuvo de abrazarlo y limpiar sus lágrimas. Deseo que fuesen una familia de tres feliz y unida.

Pero el deseo era solo eso, un deseo.

























;;

uds piensan q kook es un maldito PERO NO ES ASI, él es bueno y jimin tmbn, solo q son personas asquerosamente miserables

ahora, quiero ver cuantos teams hay sknskd

team jimin comenten aquí!!!!

team jungkook aquí!!!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top