"No todos los seres suelen invocarse mediante el tablero, si no, que también mediante rituales, y a veces pueden aparecer mediante probabilidades, cómo en el caso del Gingerheek, una entidad que la gente describe cómo "un ser macizo, encapuchado, calvo, sin ojos, con dientes horrendos y curvos que le sale de su boca, llegando hasta el cuello". Se cuenta entre la gente que lo vivió, qué solo hay probabilidades de que aparezca, y estas aumentan en ciertos lugares, como casas viejas, a oscuras, días lluviosos, o incluso el simple hecho de saber de su existencia, puede hacer que tenga probabilidades aún mayores de aparecerte.

En el caso de que alguien lo haya visto, este tendrá miedo de contártelo, ya que corren el riesgo de que aparezca en ese momento, si es que lo vio. Cuando aparece normalmente suele escucharse una risa muy aguda, seguido de pasos que se te van acercando cada vez más, y en el caso de que tengas las luces de la casa prendida, se cortará la electricidad antes de que empiece a manifestarse, esas señales indican que es el momento exacto de correr.

Si este monstruo te alcanza, debes de darte por muerto, ya que a diferencia de muchas otras entidades, esta tiene la costumbre de despedazar a sus víctimas vivas con sus dientes, y devorar sus sesos."

Monstruos como ese son peligrosos, y la verdad, es mejor no encontrárselo nunca, puesto a que la muerte que produce es muy dolorosa.

Una vecina del barrio dice que hubo gente desaparecida en su barrio debido a este ente, que el simple hecho de conocerlo, puede aparecerte así como no. En el barrio se conoce mucho a la entidad Gingerheek, ya que por extraños motivos solía frecuentarlo, pero solo a algunos les apareció alguna vez en su vida, y de estos, pocos fueron desaparecidos, y luego encontrados mutilados.

Es una bestia muy desagradable, y las formas en las que mata son horrendas, puede abrir la piel de un humano, manipularlo como una masa enorme, tan así que hace recordar lo frágil que es el cuerpo humano, un cuerpo material que tarde o temprano, está destinado a la muerte, aquello de lo que tanto queremos escapar, y tratamos de olvidar, sin saber que está presente en cada una de las etapas de nuestra horrible vida.