Algunos pero bastantes de los jugadores recurrentes en la ouija se han encontrado con un ente que los ha seguido, este nunca dice su nombre, pero si se invoca este seguirá al que lo hizo por el resto de su vida, al menos que se destruya el tablero que lo invocó. Lo más recomendable para saber si lo has invocado es mantener un vaso de vidrio cerca, si se rompe significa que él te
encontró, ahora debes huir del lugar porque si te quedas lo que verás te va a traumar de por vida. También se dice que es más frecuente encontrarlo en hospitales abandonados o cerca de ríos, lagos o mares.

Muchos dicen saber de una forma para invocarlo pero sin esperar mucho, y es llamarlo mientras juegan a la ouija, pero con las condiciones de tener un espejo cerca, encender una vela negra, y mantener un vaso de agua cerca. En el caso de que el vaso de agua se quiebre, es una señal de que él ya te encontró, ahora lo que debes de hacer es salir rápido del lugar en el que estás o lo que verás seguido a ese suceso te enloquecerá.

Ya cuando todo esto haya pasado tendrás que tener en cuenta una cosa, y es que él te está buscando. Solo podrás verlo en espejos, charcos o cualquier cosa que refleje la luz, y no podrá hacerte daño, a menos que te encuentres en la total oscuridad. La única forma posible de evitar que te siga buscando, es destruir el tablero que se utilizó para invocarlo.

Si alguien ha tenido una experiencia con esta entidad, hágalo saber"  

Los archivos de la OIP (Organización de investigación paranormal), la ONG que recopiló la información de estos documento, hacen mención a haber sido llamados por alguien que tuvo una experiencia con esa entidad.

"Yo soy estudiante de secundaria, una típica estudiante de secundaria, una estudiante qué tiene una historia para contar. Una tarde, dentro del instituto, estaba hablando con mis compañeras, a las qué yo considero como mis amigas del colegio, pues ellas han estado estudiando conmigo desde qué aún iba a la primaria. Ellas me invitaron a la casa de una de ellas, la cual es con la qué más hablé, puesto que estaban haciendo una fiesta de pijama, así que yo asentí con la cabeza, y eso fue un grave error. La casa de mi amiga era una casa de dos pisos, y el fondo daba hacia una zona muy arbolada, con lagos, ríos, etc. Y en cierta parte de este, había una casa abandonada, una casa que ya mis compañeras habían visualizado, y tenían planeado ir desde hace tiempo a probar nuevas experiencias, así que nos llevamos un par de cosas, un tablero ouija, y fuimos directamente para aquel lugar.

Al entrar a la casa abandonada, sentí un frío recorrer mi cuerpo, parecía que ese lugar no hubiese sido pisado en siglos, el suelo de madera estaba crujiendo, había telas de araña en las esquinas, por lo que temía mucho a que una me terminase mordiendo y termine en algo malo, sin saber que algo mucho peor iba a ocurrir. También se podía notar una gran escalera en el centro de lo que parecía ser el vestíbulo, ésta escalera tenía un tapizado de color rojo con detalles marrón claro, qué quizás hubieran sido dorados si no fuera por la mugre y el polvo que tenían.

Nos sentamos en el suelo, sobre una alfombra qué habíamos traído, y estuvimos un largo rato jugando hasta que de repente la botella se partió. Una de mis compañeras se había lastimado, y no sabía qué hacer así que fui a buscar mi mochila donde había traído un poco de yodo para las heridas, ya que al ir a un lugar lejos, por un camino lleno de obstáculos, tales como: raíces, montículos, etc. Pero al momento de abrir la mochila oí los gritos horrorizados de mis compañeras, acompañado de ruidos a crujidos. En ese momento vi que había sangre que corría por el suelo, a lo que, ya habiendo asumido lo peor, me marché corriendo con mis cosas sin pensarlo, mientras oía que algo me seguía, pensando qué en algún momento me iba a alcanzar.

Al haberme ya ido del lugar me largué a llorar, ¿qué iba a hacer?, ¿por qué tuvo que haberles tocado eso?, si hubiésemos decidido hacer otra cosa, nunca hubiera ocurrido algo así, solo esperaba despertar al día siguiente y saludar en la secundaria a mis compañeras de toda la vida, habiendo sido todo lo ocurrido un sueño.

En la semana que ocurrió eso, las familias de mis compañeras me echaban las culpas a mí, pero la ley solo me interrogó, y me dejó fuera de sospechas debido a que no había pruebas de que yo haya sido quien causó la muerte de mis compañeras. Y una tarde de Domingo, me encontraba peinándome, toda demacrada debido al dolor que me provocaba vivir, la culpa de no haber podido hacer nada, de no haber dicho 'cambiemos de idea', la pena la sentía en el pecho, sentía el dolor, mientras el desgarrador grito de mis compañeras resonaba en mi cabeza, pero ya no podía llorar. De repente siento un escalofrío recorrer toda mi espalda hasta mi cintura, y visualizo una figura en el espejo, una figura aterradora (que hoy en día no recuerdo cómo lucía, pero recuerdo el sentimiento de terror qué me generó), así que me fui corriendo de ahí."

Esa es parte de la historia de una joven de 16 años, que ahora mismo está desaparecida, ya deben saber a qué viene lo ocurrido.