[Único]
ǀPaper Jamǀ
De seguro todos alguna vez han sabido lo que es el dolor, tal vez algunos más constantemente que otros, como yo. No soy diferente a los demás, soy igual, y eso duele, agrieta aún más mi improvisada alma tejida. Improvisada, así es, nada de lo que soy ahora fue planeado como habría deseado. Eso es lo peor, que todo lo que hice para poder sobrevivir fue en vano, todas aquellas horas tortuosas en las que luché por tener un cuerpo propio, ni siquiera fueron unas cuantas horas ¡fueron meses! día tras día me mataba a mí mismo tratando de conseguir el "privilegio" de la vida. Quería saber.
¿Cómo fui recibido por Ink? Solo me mostró una sonrisa forzada, recuerdo que ambos nos sentíamos incómodos con la presencia del otro, aunque él no se preocupaba para nada en disimularlo. "Vivir" con él era vivir en la mismísima soledad, saber lo que se siente ser olvidado fue lo primero que aprendí, también a como sentirse hundido en la tristeza.
"─ ¡Ah! De nuevo te he olvidado Jammy, haha"
Frases que no puedo sacar de mi cabeza.
"─ Oh chico, ¿qué haces aquí?, ¿cómo llegaste?"
Intentos –a veces fallidos– para hacerte recordarme.
¿Cómo fui recibido por Error? Una gran cara larga cargada de confusión y asco por parte de él, se podía notar a kilómetros de distancia las ganas que tenia de matarme en cuanto me vio, y no se contuvo para nada. De el aprendí acerca de la hostilidad de las personas contenida en un solo esqueleto. Fue poco el tiempo que me dio para presentarme, apenas escuchó el nombre de Ink y la palabra "hijo" lanzó todos sus hilos en contra de mí.
"─ ¡No te acerques! Qué asco"
Recuerdo bien como apretaba mi cuerpo.
"─ ¿Que mierda eres?"
Su frustración por no poder atrapar mi escurridiza tinta.
"─ ¡Acabaré contigo! sé muy bien que no le importas a nadie, ¡ni siquiera Ink te debe de recordar ya!"
El momento en el que pudo sentir los hilos que llevo dentro mío como huesos.
"─ ¡¡BINGO!!"
El dolor que sentí al momento en que rompió estos.
"─ ¡¡HAHAHAHAHAHAHAHA!!"
Todavía puedo escucharle gritar.
" . . . "
Y luego silencio, silencio puro y misterioso, el tipo de silencio que te hace sentir ansiedad por la espera de algo más brusco, pero al final no llega nada más que nervios y dolor. Había escapado. No sé cómo, pero lo había echo, y me arrepentía seriamente, pues el futuro que me esperaba era mucho más tortuoso que aquel momento con mi padre.
Tuve tantos momentos de estrés en busca de mi propia esencia, de una forma de vivir que valiera la pena, en busca de una forma de ser diferente a todos los monstruos y personas que existiesen en todos los multiversos, en busca de lo imposible. Lo sabía. Sabía que no tenía esperanzas entre estos multiversos, pero me negaba a aceptarlo, me aferré al poco apoyo que me daba a mí mismo, pero al final todo se derrumbó alrededor mío, la realidad me golpeaba fuertemente en cada respiro que daba, por cada vez que parpadeaba. Así fue como aprendí a engañarme.
Las pesadillas me perseguían durante la noche, el insomnio se volvió parte de mí.
Fueron infinitas las veces en las que yo mismo traté de hacerme daño a mi persona. Ver el agua caer del cielo o arrastrarse en el suelo en grandes cantidades con rumbo fijo, era tentador, sentía unas ganas tremendas por dejarme llevar con el agua. O simplemente arrancar mis hilos internos y romperlos exactamente igual a como lo había intentado Error. Pero siempre me asustaba a mitad de la acción y nunca terminaba con mi labor. No podía hacer eso tampoco. No servía. Con tantos intentos aprendí de la perseverancia.
"─ Pero mira que alma en pena tan curiosa"
Le interesé a alguien por fin.
"─ Me podrías servir"
No como quería en realidad.
"─ Tu depresión es exquisita, me sienta bien"
Pero algo era algo.
Nighmare fue tanto mi salvación como mi perdición. Me enseñó a defenderme, también quiso enseñarme a atacar, pero no se me daba en nada. Su forma de asesorarme no era la más eficaz, o tal vez si, pues aprendí rápidamente. Sabía como dañarme perfectamente, con el aprendí lo que era el infierno imaginario, uno que solo podía vivir en mi propia mente. Las torturas duraban días e incluso semanas sin parar ni un solo segundo mientras él se deleitaba con mi sufrimiento, era como una droga de la cual le gustaba sacar provecho. O lo aprendía o lo aprendía, no existían más opciones con Nightmare.
Quería crear un arma conmigo.
"─ Ya te he dicho que hacer imbécil"
No le serví.
"─ Esa era fácil, ¡estúpida basura!"
Trató de desecharme y volví a escapar, sin saber cómo.
Me oculté otro largo tiempo de mis miedos, tratando de engañar mi mente de cualquier pensamiento negativo que pudiera tener, era otro tipo de tortura nueva para mí. Aprendí a controlar mis emociones un poco. Pero no resistí mucho tiempo, fue cuestión de segundos para que mis pensamientos me traicionaran y trajesen consigo penurias, cuando me di cuenta de mi error ya era algo tarde, alguien había notado mi presencia al igual que mis emociones.
"─ ¿Te encuentras bien?"
Una repentina ola de sentimientos me envolvió.
"─ ¿Necesitas ayuda en algo, niño?"
Después de tanto tiempo con dolor, la calidez no me hizo bien.
"─ ¡Espera espera, no te desmayes!"
De nuevo caí en un silencio, esta vez era diferente pues era un silencio del tipo hermoso.
Mi salvador se hacía llamar a sí mismo "Dream", su vida era casi tan trágica como la mía, claro que con sus respectivas diferencias pero al fin y al cabo similar. Con el aprendí que también quedaban gentes bondadosas que merecían ser felices. Desafortunadamente, mi cabeza estaba ya muy corrompida, acostumbrado a vivir entre la oscuridad y permanecer con las heridas abiertas todo el tiempo, no bastaron más que unas dos o tres semanas para que me alejara de él. La felicidad que emanaba su alma era demasiado para mí, casi hostigante. Y yo lo que quería era dolor, seguí mí resiente aprendizaje: la estupidez.
Lo abandoné.
"─ Lo entiendo..."
Siendo sincero, no sentí nada más que satisfacción.
"─ No te o-obligo... ¡Ja-jamás!"
Quizás era a causa de su aura.
"─ . . . "
Si de algo no puedo dudar es que aun siento culpa.
Regresé a mi vida cotidiana llena de remordimientos nuevos, los "hubiera" ya no servían de nada ni tampoco calmaban el dolor que sentía constantemente en mi pecho al recordar a Dream o Ink, si me hubiera quedado quieto en la doodled-sphere nada de lo que vivía ahora estuviera pasando y me habría ahorrado tantos sentimientos tontos que me inundaban sin compasión alguna y me quitaban el aliento.
Me pensé unos momentos algunas cosas, si aún le temía a la muerte quizás era porque tenía cosas por las cuales seguir vivo, valía la pena intentarlo de nuevo, ¿no? no perdía ni ganaba intentándolo otra vez.
De un momento a otro ya me encontraba a la orilla de un puente no muy alto, el cielo se veía traicionero y me amenazaba mudamente con matarme el mismo si me atrevía a retroceder con una espesa lluvia. Subí al barandal y caminé por el hasta llegar a la mitad del puente, por fin me sentía con el control de algo. Miré cuidadosamente los montones de agua que peleaban entre sí por la velocidad creando varios remansos, en realidad no era una mala vista, llegaba a ser tranquilizadora de cierta forma. Presté atención a todos los sonidos de los que era capaz escuchar a la vez que cerraba mis ojos, mi alma latía lentamente, sin darme cuenta quedé sentado en el barandal, un pequeño ardor se paseó por mis manos pues estaba un poco mojado el lugar. Una pequeña brisa me golpeo el rostro con fuerza dejando como consecuencia un gran ardor, allí fue cuando regresé a la realidad de sopetón, tanto, que resbalé.
"─ ¡Ayúdenme!"
Gritaba.
"─ ¡¡POR FAVOR ALGUIEN!!"
Nadie acudía rápidamente.
"─ Tranquilo, yo te ayudo bro"
Lo que parecía ser mi ayuda.
"─ Casi te empapas allí broski"
Era mi próxima más grande perdición.
El esqueleto que estaba delante mío casi me provocaba vómito, ¡tantos colores en un solo tipo debía ser imposible! Mi cabeza daba miles de vueltas. El contrario posó su mano en mi hombro pero su rostro no cambiaba, seguía aun con su sonrisa. Lo que la situación me daba a entender era que él sabía lo que había intentado hacer pero no quería mencionarlo directamente. No sabía de ese tipo de cosas, ahí mismo aprendí un poco acerca de la discreción.
Posó su otra mano en mi hombro restante y lo palpo, como sintiendo mi textura y la tinta de la que estaba hecho. El tipo seguía sin decir otra palabra y eso me ponía ansioso, su miraba se había vuelto seria, lo extraño era que así la sentía yo ya que su sonrisa seguía intacta. De repente, sentí algo envolver ambos brazos y piernas con fuerza, no logré ver que era pues aquella misma cosa había rodeado mi cuello impidiéndome voltear a curiosear, solo podía ver el rostro sonriente del extraño. De sus gafas de sol salió algo morado, era magia, pero también algo más...un parasito.
El miedo me consumía, sabía lo que era ahora, sabía que ya tenía mi futuro marcado y que de esto no iba a poder escapar como antes, era mi fin. Una gran decepción sentí, sabía que tenía que seguir viviendo y el único problema era que no sabía cómo. Resignado, acepté mi cruel muerte en vida. Esperé a que el parasito tomara mi cuerpo. Pero nunca pasó.
¿Había escapado?
" . . . "
¿Seguía vivo?
" . . . "
Abrí lentamente mis ojos, un lugar completamente amarillo, algo transparente estaba enfrente de mí, podía ver el lugar en el que había estado unos segundos antes, pude ver el parasito que quiso apoderarse de mi cuerpo. Se notaba frustrado. Y así como llego se fue. Aprendí en no bajar la guardia fácilmente.
Ahora tenía otro problema. No podía salir de ese lugar amarillo.
Actualmente, sigo aquí.
Moriré tan solo como nací.
Y ninguna de las enseñanzas que tuve durante mi vida me ayudara a salir de aquí.
Jamás.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top