Epílogo

Universidad - Años después.

Un cabello largo hasta un poco más de sus caderas, un mechón de su pelo alborotado le bloquea la visión y mientras avanzaba, lo mueve una y otra sin prestar atención en el camino, intentando acomodarlo. Sus libros y hasta ella misma caen, cuando choca con alguien.

—Lo siento, no fue mi intención.

Reconoce la voz enseguida y levanta la vista.

—Jack.

Él le ofrece su mano y ella la acepta con gusto. Su corazón se acelera. Hace tanto que no la veía.

—Ha pasado tiempo, Mila. —Le sonríe.

—¿Estás estudiando aquí? —pronuncia tímida.

—La verdad no, solo vine a dar un examen, debo viajar pronto al sur.

—Oh ya veo. —Suspira estando tranquila—. ¿Admisión?

—Sí, trámites para estudiar a distancia, no hay universidades allá en mi zona —le explica también calmado.

—¡Jack, vamos! —Se oye detrás a una chica.

—¿Tu novia? —pregunta Mila curiosa.

—No, esa está en el sur. —Se ríe.

—¡Mila! —Ahora se escucha detrás de ella a un chico.

—¿Tu novio? —exclama Jack pícaro y mueve las cejas.

—¡No, qué va! —Ahora ella se ríe—. No necesito de eso. —Se gira—. Ya me voy.

—Me alegra que hayas aprendido. —Oye a su espalda y vuelve a mirarlo, lo observa mientras se retira con la chica.

—¿Quién era? —pregunta el otro muchacho cuando se acerca y ella sonríe.

—Un amigo.

Nota final

Para la congregación:

La verdad, no elegimos de quien enamorarnos, pero si podemos decidir por nosotros mismos nuestras propias decisiones. Aquellas, que nos enseñan a amarnos, a nuestro propio ser.

Entonces, aprendemos.

Al igual que Mila, mi amiga, obtenemos nuestra tranquilidad.

Atte: Tiago.

Quien se encuentra muy feliz en su retiro espiritual.

Fin.

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