60| Mi perversa adicción.
No hay palabras para explicar lo que siento ahora mismo mientras la veo dormir en mi cama, entre mis cosas. Normalmente estaría fascinado con la vista, enamorado, con el corazón desbocado, pero es diferente.
No puedo sentir felicidad si lo más importante en este mundo está sufriendo en silencio.
Lo veo en su rostro, está mal, no es ella. Tiene lágrimas secas que hacen un recorrido por sus mejillas, su nariz roja sería tierno si no supiera que está así a causa de varios movimientos fuertes que hizo, su cabello despeinado va acordé con sus sentimientos, completamente fuera de control y su tono de piel ha perdido su brillo natural, se ha convertido en un pálido color piel, ni siquiera hay un asome de la mujer que Ashley fue ayer.
No sé trata de belleza sino de esencia.
Tiene cuerpo encogido en forma fetal. Está durmiendo, pero su expresión es de sufrimiento.
Quisiera ir con ella, abrazarla, hacerla entender que no está sola, pero por alguna razón no lo hago. Quiero respetar su espacio, su dolor, pero sé que no lo estoy haciendo. Si no, no estaría sentado observándola, vigilando su respiración y atento a cualquier ataque que pueda tener.
En la vida real puedo defenderla, pero en sueños soy incapaz de hacer algo y teniendo en cuenta que tiene Ashley antecedentes con despertar a gritos por causa de su monstruo Vince, creo que es lógica mi precaución y acecho desde las sombras.
Por cosas simples cosas estas es que no me arrepiento de nada de lo que hice, saber de cada detalle de Ashley me da poder para estar atento.
Esa es la diferencia con Luke, mientras él utilizaba el poder para manipularla yo lo utilizo para hacerla crecer sin ataduras. Es como la vida misma, podrás tener todo el dinero del mundo, pero si no sabes invertir adecuadamente todo se perderá.
Y eso es justamente lo que Ashley está atravesando, se está perdiendo.
El terror se apodera de mí. No quiero que retroceda su proceso de años. Es irónico, Luke que con sus manipulaciones le ayudo a salir del pozo negro dónde se encontraba Ashley, puede ser el encargado de hacerla recaer, lanzarla sin un salvavidas.
El infeliz es inteligente, demasiado, ni todos los años que estuve en las sombras me preparo para la jugada que tenía guardada.
Cuando escuché el nombre de Jeremy por la llamada que Ashley dejo encendida, tuve pavor. Dereck y Ariel tuvieron que intervenir para que no corra dentro de la casa y saque a Ashley de ahí.
Sentía que la iba a perder.
Me sentía morir.
Luego vino sus llantos, sus gritos desgarradores y después un absoluto silencio que nadie soportó. Estaba quebrándome, pero entonces ella habló y el corazón de los tres oyentes volvieron a latir con normalidad.
No estoy seguro de como, pero haré todo lo posible para jamás volverla a escuchar llorar. Sus gritos siguen sonando en mi mente comprimiendo mi corazón y haciendo que unas intentas ganas de llorar se apoderen de mis lagrimales.
Fue una tortura y una pequeñez si lo comparamos con lo que Ashley vivió en ese momento.
Daría todo por tener su dolor.
No la considero débil, es una de las mujeres más valientes que conozco, pero verla sufrir está fuera de mis límites.
No lo merece.
Ashley gimotea y se aferra más a sus piernas. Tengo que poner todo mi esfuerzo para no saltar a su sitio y brindarle todo el calor que se merece.
—Jeremy —escucho su susurro que aplasta mi corazón.
Su amor por su mellizo es de otro mundo y si de algo estoy de acuerdo con Luke es que jamás nadie podrá reemplazar ese vacío que Jeremy dejó. Ashley tampoco es que busque a alguien, es él o nadie.
Cualquiera cedería ante la situación que se encontraba, pero se mantuvo firme e hizo lo que nadie imagino: Dejo ir a Jeremy.
Cuando Luke le propuso irse juntos toda una semana, supe que todo estaba perdido, ni siquiera le di el beneficio de la duda o la culpe, esperaba escuchar una afirmación a lo que le propusieron. Mi mente estaba planeado una manera de sacarla de esas telarañas, pero en un instante mi alma volvió a vibrar.
Ella se negó.
Ella nos llamó.
Clamaba por auxilio con desesperación, no sabía cuánto tiempo más iba a poder aguantar y así de simple fui en busca de Ashley. No es una mujer que necesite ser salvada, es una guerrera, pero diablos, mentiría si dijera que no disfruté cuando sentí cómo se calmaba entre mis brazos.
El poder que tengo sobre ella es tanto como el que ella tiene sobre mí. Equilibrado, mutuo.
La amo con locura, con fervor, con todo de mí. Soy joven, lo sé, pero la posibilidad de tener una vida sin ella es nula.
Es Ashley o no es nadie.
Así de simple.
Podría tener una gemela y ni aun así mi opción temblaría. Ashley Wood, no tiene reemplazo.
Por eso mismo sufro que esté en el estado en que está. Decir que no me gusta verla así es un eufemismo, lo detesto, lo repugno.
Su dolor es mi dolor.
Su carga la convierto en mía.
De eso se trata un equipo, una pareja, pero como siempre, cuando ella está en la ecuación deseo llevar todo al extremo, no tengo control, la apariencia es mi recurso más gastado durante estos años. Solo Dios sabe cuántas veces tuve que actuar como si ella no me interesara. Estoy dispuesto a tantas cosas por esta mujer que si se enterará de mis pensamientos, se aterraría.
Ashley está rota y todo por culpa de Luke, debí destrozarlo cuando tuve la oportunidad, debí estar con ella. De alguna forma debí suponer que algo estaba yendo mal cuando no empezó a contestar sus mensajes.
Me cegó el amor, la tranquilidad, confíe demasiado.
No es de las personas adictas al celular, pero responde con frecuencia, siempre, sin excepción y cuando no lo hace, se asegura de que alguien sepa su ubicación. Sin embargo, este día ha actuado como nunca antes.
No es para menos.
Ha estado recibiendo impacto tras impacto que su propio subconsciente le ha hecho tomar decisiones que jamás hubiera hecho, instinto de supervivencia le dicen.
Price, Luke, Boris, Lara, todos ellos son culpables y todos ellos han pagado por haber lastimado a mi novia.
Jamás me creí capaz de herir a una mujer, pero desde que conocí a Ashley he roto tantas creencias que se me es imposible enumerarlas.
Me tenso cuando la escucho jadear en pleno sueño, se remueve con desesperación y un grito es lo que me saca de mis casillas.
Voy hacia ella y la rodeo con mis brazos para que no se haga daño.
Su calor abraza mis latidos del corazón. Nuestros cuerpos se acoplan a la perfección, estamos hechos el uno para el otro y su automático relajamiento es otro indicio de verdad de mis pensamientos.
—¿Adrián? —balbucea mientras parpadea varias veces para acostumbrarse a la luz.
—Aquí estoy —jamás me iré.
—Agua —dice y un gesto de asco se implanta en su rostro.
Automáticamente me levanto y voy a la cocina por lo que Ashley necesita. Cuando regreso la encuentro sentada sobre el colchón y con las sabanas cubriendo su cuerpo.
Me tenso.
No me gusta para nada. Está tratando de esconderse, algo la incómoda.
Le tiendo el vaso y ella agradece, bebe el contenido y deja el recipiente en una de las mesitas de noche.
Yo estoy parado, lejos de su cuerpo, lo último que quiero es un bloque entre nosotros.
—¿Por qué me trajiste aquí? —pregunta mirando el entorno.
Aquí es la casa de playa, el lugar donde formalizamos y pasamos uno de los mejores días de mi vida ¿Por qué? Si fuera un chico normal diría por qué es la primera opción que se me cruzó por la mente, pero no, cada cosa tiene su motivo y el de este es recordarle nuestros momentos, nuestro amor, fortalecer cualquier quebradura que haya surgido durante el día.
Estaba tan molesto, tan jodidamente molesto cuando me enteré lo de Price, lo de Boris y por última Lara. Entendía, pero las ganas de hacerle recordar lo mía que era, la única que es en mi vida, me cegaron hasta que supe que fue a conversar con Luke, lo demás son sucesos que me niego a recrear.
—Pensé que querías estar lejos de todo —respondo sin moverme de mi sitio.
—¿Beatriz sabe de esto?
—Mi madre cree que necesitamos tiempo a solas —si no estuviera de viaje no le habría informado, pero no puedo arriesgarme a que la gente que vigila el recinto le alerte y se apareciera.
Sospechosamente no puso preguntas ni pretextos cuando le informe.
Su rostro se contrae cómo si recordara algo doloroso y después posa sus ojos en mí. Tiene mucho dolor y a diferencia de las otras veces, yo soy el causante no Jeremy ni Luke.
Relaciono su reacción con la mención de mi madre. Sé que ambas compartieron varias horas juntas, pero no tengo idea de lo que se ha enterado, no es que me preocupé, no tengo nada que ocultar, pero si sus propios demonios la están carcomiendo por algo, debo saberlo.
Debo remediar esto, tengo que explicarle las cosas, no puedo dejar que siga pensando imposibles. Sin embargo, creo que es pronto, recién se acaba de levantar, su dolor por perder a su hermano nuevamente está fresco, no es correcto que presione, podría desencadenar cosas negativas.
Pero al verla solo noto lo mucho que desea aclarar esto, dudas es lo último que necesita así que decido intentar una vez, si Ashley esquiva el tema lo respetaré.
—Pudiste pedirme la carta, pudiste haberme llamado y con gusto te hubiera aclarado todo —doy un paso y me siento a su lado.
Ella se tensa y se levanta con apuro. Después camina hasta el baño y se encierra.
No a echado seguro, puedo entrar, me ha dado una opción, pero sé que esto es una prueba.
Al cabo de cinco minutos sale teniendo un aspecto más presentable, su rostro está limpio, se ha colocado una de mis camisetas de cambio que hay en un pequeño espacio del baño y se ha amarrado su cabello en una coleta alta dejando dos mechones a cada costado. Le sonrío, no solo por lo hermosa que se ve si no porque empieza a lucir más viva.
Se coloca dónde antes estaba, incluida las sábanas.
—Me mentiste —es lo primero que dice.
—No lo he hecho —aseguro sin dudas.
No podría, a ti no.
—Amenazaste a Price cuando me dijiste que jamás harías algo así, que no eras como Luke —veo cómo quiere demorarse y entonces me tomo unos segundos para encontrar mi voz y desplegar mis ganas de tocarla.
No soporto el nombre de otro hombre en su voz, nadie es digno, ni siquiera yo.
—Como bien ya sabes, Price y yo éramos amigos en esa época, nuestra amistad era algo ruda, nada tranquila como talvez te imaginas ¿Qué relación sería normal entre dos hombres qué desean a la misma mujer? —farfullo con un poco de enojo— Price jamás se hubiera acercado a ti y cuando me enteré por él mismo que tu madre iba a hablar contigo para que mejores matemáticas simplemente intercedí por el bien de ambos. Aleje la tentación de mi amigo y te ayude a salvar el curso, nadie podría haberte enseñado como yo —no es egocentrismo, es un hecho, he estado observando tanto a Ashley que sé perfectamente que es lo que necesita, idee un plan de estudio personalizado.
—Él no lo sintió así.
—Estaba terriblemente celoso de que él podría engancharte en sus trucos baratos de coqueteo, salve a mi viejo amigo de una aventura que tal vez le haya costado su empleo, su prestigio, su vida. Es como yo lo veo. —declaro— Además ahora él está feliz con Lauren, ambos estamos felices con las mujeres que verdaderamente amamos.
Ashley se estremece y no, no es uno malo.
—Puedo entender eso, pero... —no completamente, pero su verdadera molestia es lo que dice a continuación— Encontré la cara de Lara, pero eso ya lo sabes ¿No?
Por la llamada, por supuesto. Sin embargo encontrar mi cuarto desordenado fue un gran indicio, obviamente cuando busque la carta y no estaba, sabía lo que estaba pensando, puras mentiras.
Recuerdo estar completamente tenso mientras escuchaba a mi novia marcar territorio con uñas y dientes. No la veía, solo era su voz, pero los celos, su posesividad salió a flote y, sino fuera por qué supo que estaba llegando, probablemente Lara hubiera acabado peor de la que encontré; hecha una ovillo en su sofá.
Dereck estaba a mi costado y cuando la examino dijo:
"¿Cómo pudiste cambiarla por eso?"
Claro, después de eso tuve que recordarle que nadie es mejor que Ashley, que es mi novia y que a pesar de que se muera de ganas, jamás lo elegirá por encima de mí, siempre estará en la zona de amigos
Obviamente esto desencadenó otra pelea y para cuando dejamos la casa de Lara, el hogar estaba destrozado junto con la persona en su interior.
—No me he acostado con ella, tú eres y siempre serás la única. —evito sonar agresivo, pero casi fallo al sentir mi quijada tensarse.
Si tan solo sintiera una pizca de lo que siento, si tan solo se mirará en mis ojos no tendría dudas por el resto de su vida a mi lado.
—Lo sé, pero —sus palabras se cortan y sé lo que viene. Le saque a Lara cada detalle después de que corte la llamada.
Paso mis manos por mi cabello, Ashley sigue mis movimientos y cierra sus ojos de golpe. Cuando los abre está normal o al menos eso cree, pero no se da cuenta de como su pómulo izquierdo tiembla por la presión que hace, es casi imperceptible ante los ojos de cualquiera menos los míos.
—Sí, la toque, pero no es como lo estás pensando. Ella te lo confesó, jamás nos acostamos.
—Dijo que le enseñaste dar placer a una mujer ¿Qué se supone que entienda con eso? —Ashley aprieta sus manos fuertemente contra las sabanas y me sostiene la mirada con ferviente enojo— Vi como la saludaste en la práctica de fútbol, vi su sonrisa estúpida ¿A eso le llamas alejarte? Por qué ella es la que te acosa ¿Verdad?
Enojo, furia, sus manos apretando las sábanas en un puño que sirve de canal para no desbordar en otras acciones. Yo debería ser el que mantenga el control, pero que se atreve a ponerse al mismo nivel que Lara, que sienta inseguridad por ella es un detonante que no sé con exactitud si voy a poder resistir.
Me acerco a su cuerpo y su olor a vainilla inunda mis fosas nasales, es ella, es natural, su esencia.
Ashley se endurece y estremece cuando toco su mano ¿Lo sientes? Tu mente podrá estar confundida, pero tu corazón y cuerpo reaccionan, saben la verdad, que jamás te haría daño.
Elevo sus dedos hasta mi pecho por debajo de mi camiseta y la coloco justo donde mi corazón late con fuerza. Su piel está caliente y su muñeca encaja perfectamente con mi mano.
Me enloquece ver lo bien que encajamos, no lo estoy inventando, ella también se percata porque retiene la respiración para no soltar un suspiro.
A Ashley le encanta tocarme y a mí me encanta que lo haga. De igual manera, tocarla es otro nivel de gusto, casi mágico, mi cerebro humano no logra comprender que alguien como ella sea real.
—¿Sientes el bombeo del corazón? ¿Sientes como late por ti? ¿Tienes una idea de todo lo que me causas aquí? —sus dedos se aferran a mi piel— Te amo y si existiera algo más poderoso en nuestra lengua entonces me corrijo. —su labio inferior tiembla y tengo que sostener su brazo para que no decaiga— Por ningún momento dudes de mi amor por ti, haz las preguntas que tengas que hacer, pero por favor no dudes.
Cierra sus ojos y la visualizo contar hasta diez para calmar la sensación de lagrimeo que ha tenido.
—Bien, quiero que me expliques todo, absolutamente todo. Sé que llevas enamorado de mi hace años, no recientemente, sé el porqué de tu cabello rubio, sé que no te has acostado con Lara, pero que si has ido cada maldito domingo a un prostíbulo cuando claramente me dijiste que te repudiaba ese espacio. —suelto su mano, pero en vez de alejarse aferra sus dedos en mi piel— Así que habla con el corazón, explícame las cosas, dime la verdad.
Su súplica es lo suficiente que necesito para contarle toda la verdad. Su temor se quiere esconder, pero cada sílaba está cargada con ella. Las cosas que ha dicho es sorprendente, no espere que se enterará así, algún día claro que le iba a contar de como verdaderamente surgieron mis sentimientos, de mis sacrificios por alcanzar su amor, de todo.
Sin embargo, el momento lo estaba prolongando y aquí las consecuencias: El amor de mi vida totalmente desorientada.
Su calidez me abandona y por un instante pienso que va a retroceder y huir, pero solo se acomoda atenta a mis siguientes palabras.
Tomo una respiración capturando cada detalle de su rostro, sus labios se mueven al no poder mantenerse completamente quieta, sus ojos me hablan diciendo "No me falles, tú no" y sus manos se juntan en un afán de controlar cualquier temblor de sus manos; cosa que solo pasa cuando está propensa a tener una crisis.
Noto como odia la situación, no es normal en ella demostrar debilidad, siempre ha sido aguerrida ante todos y su estado actual solo le recuerda los terribles momentos de su infancia dónde no tenía voz mi fuerza para luchar.
La incertidumbre la está apagando, ni siquiera un buen peinado o su belleza natural puede combatir con lo de su interior.
No espero más.
Mientras que el calor de su piel sigue hormigueando sobre mi pecho, entre abro mis labios y empiezo a contar cada detalle y a su vez que voy recordando cada fragmento en mi mente.
Todo empezó hace tres años, cuando la conocí...
Siempre pensé que la vida tenía un propósito y el mío era convertirme en profesional, multimillonario y ser la envidia de un millón de personas. Creía que nadie ni nada me haría cambiar de perspectiva. Tenía todo para lograrlo. Estudio en uno de los mejores institutos del país, alumno destacado, los profesores me amaban, tenía un horario estricto de estudio y lo más importante de todo, tenía a Beatriz como una persona a la que idolatrar, mi madre ha atravesado por mucho, es una guerrera en todo el sentido de la palabra.
Por ello siempre me he refugiado en los libros, es impresionante el poder que tiene un simple papel con letras, tan duradero como magnífico.
Ese era mi plan.
Estaba en el rumbo correcto para alcanzar la gloria, todo estaba bien hasta que ella entró en mi radar.
Un acto de magia.
Jamás podré olvidar la sensación que sentí al ver su rostro, sus expresiones, su cuerpo. En un instante memoricé cada detalle, cada minúsculo lunar visible, su tamaño, su aspecto, todo. Ella ni siquiera me miro y yo estaba en un trance.
Me atrapó sin esfuerzo.
¿Qué tan loco es ello? Ni siquiera estaba cerca de mí, su olor era incógnito, su belleza no era de lo más destacable según las preferías de muchos varones, pero maldición. Mis ojos la pusieron en un altar y hasta el día de hoy siguen adorándola cómo lo más jodido hermoso del mundo.
Recuerdo estar en el estacionamiento, dentro del carro de mi madre esperando que saliera de su junta con mi profesor. Recuerdo estar con un libro entre mis manos leyendo una de las novelas que más ansiaba durante todo un año.
En ese entonces nadie me distraía de una buena lectura, siempre fui del tipo que se dejaba envolver por la historia, sin embargo ella logró que cambiará, con su aparición redujo todos mis gustos a cenizas y Ashley tomo su lugar convirtiéndose en mi todo.
En un segundo, en una mirada y la volví el centro de mi universo.
Desde ahí supe que era única, especial.
Fue rápido. Primero un cosquilleo en la parte atrás de mi cuello, luego un calor excesivo, después la necesidad de levantar la mirada y finalmente cediendo a la petición de mi cuerpo.
Esa tarde no había sol y mi cuerpo no reaccionaba así nunca. No había explicación para el efervescente deseo que sentía por simplemente levantar la cabeza, mirar a mi alrededor.
Pero claro, cuando lo hice entendí, mis ojos se encontraron con un pequeño cuerpo corriendo con desesperación. Era Ashley, mi amor.
Todo tuvo sentido.
Jamás me había sentido vivo desde aquel día que la encontré.
El interés por ese imán fue inmediato.
No podía apartar mis ojos de ella, fue mecánico, todos sus movimientos se volvieron mi máxima prioridad. Mi espalda se enderezó y mi boca se abrió completamente embelesado por esa pequeña criatura. Fue y sigue siendo lo más hermoso que vi jamás.
Ella se detuvo, se recostó sobre una pared dura y respiro sin control.
Nunca fui de preocuparme por las demás personas, siempre estuve enfocado en mí y en mi propósito. Nunca hubo distracción. Sin embargo era consiente de lo fácil que se me hacía leer a la gente. No ha hubo nadie que escape de mi análisis, ni siquiera ella. Así que cuando la veo, observo la misma mirada de mi madre. Supe que Ashley también es una guerrera y puede que en ese momento no estuviera en su mejor momento, pero cuando eres una guerrera solo es cuestión de tiempo para que acabes con todo y resplandezcas.
Me enamoré en un segundo. En una mirada no correspondida.
No basto más.
Recuerdo sentir temor por la inexplicable sensación de asfixia que tuve, es como estuviera experimentando lo mismo que ella. Su agotamiento era el mío, cómo si nuestros seres se hubieran unido, cómo si algo más que la simple casualidad fuera causante de mi hallazgo, de ella.
A pesar de todo, mis ojos jamás se apartaron ni la dejaron de adorar.
Por eso mismo, no me percate de la presencia de otra persona acercándose a ella, solo lo tuve en mi radar cuando ella se recompuso y lo encontró con su mirada.
Ella no me vio, pero a él sí.
Algo creció en mi pecho, algo poderoso, nuevo.
Ya no era solo un imán que me atrajo y que estaba ansioso por explorar, era más.
Desde mi lugar noté un nerviosismo en su interior y ese simple gesto corporal me hizo el hombre más feliz como desdichado del mundo.
Supe que no está acostumbrada a tener hombres a su alrededor, supe lo pura que era. Pero todo se trastornó cuando también caí en cuenta de lo atractivo que le parecía el sujeto delante de ella, yo no, él sí.
Fue todo tan rápido, tan irreal, ella me transformó en otra persona.
Jamás tuve la necesidad de intimar, jamás necesité el afecto de nadie que no sea de mi madre. Pero ella derrotó cada creencia, me hizo sentir una agonizante necesidad que nunca había sentido. Había tanta rabia por unos ojos que no me miraban, tanto deseo por adentrarme en su piel y marcarla como un animal.
Nunca supe lo vacío que estaba hasta que la vi.
Mi vida brilló.
Cerré los ojos por un instante y me condené a mi mismo en el proceso. Mi mente imaginó la suavidad de su piel, sus ojos marrones sobre los míos, su mano tocándome y su voz pronunciando mi nombre, gimiéndolo.
Mi ritmo cardíaco aumento.
El sexo no era de mi interés, pero una simple alucinación de ella sobre mi cama y rogando por más, basto para que mi miembro se levantará. Dios. Su cabello se veía tan sedoso y brillante como para pasar mis dedos sobre ellos o que se pegarán sobre mi piel por el sudor de nuestros cuerpos. Su boca rosada podría deslizarse sobre cualquier parte de mí y yo estaría agradecido con ella el resto de mi vida.
Así de fascinada, demente.
Alucine miles de cosas eróticas como románticas de nosotros. Cada célula de mi sistema la exigía y yo no puse resistencia. Cada parte de mi alma se juró hacer realidad los sueños.
No era yo mismo, pero no me importo.
Cuando abrí los ojos, ella ya había desaparecido de escena, también el chico de antes. Me plantee la idea de que mi imaginación me estaba jugando una mala pasada, pero no, ni siquiera yo podía crear algo tan perfecto como ella.
Mis ojos se trasladan a un lado y entonces vi una melena rubia alejándose por el norte. Era el chico que tuvo el descaro de mirarla. Lo conozco, es Luke Brown, un chico conocido por sus amoríos de una noche, él junto a su grupo de amigos no tienen novias, les encanta utilizar a las personas.
Sin embargo, recuerdo cómo la miro, había algo distinto en él, era la misma necesidad que yo tuve, pero disfrazado de algo más. Un depredador conoce a otros de su clase, ella desencadenó mi verdadero ser.
¿Esto es normal para ella? ¿Enloquecer a cualquiera que la mire?
Por alguna razón, pensar en ese dato me hirvió la sangre y tomé una decisión. Ella iba a convertirse en mía, nadie podría tocarla, podrá ser una guerrera, pero deseaba tanto que me dejara ser su caballero no para protegerla, sino luchar a su lado.
No conocía su nombre, no sabía nada de ella, pero la necesitaba a mi lado. Mía y yo suyo, bajo cualquier medio, pero sucedería.
Me lo juré.
Lo cumplí.
Mi cerebro jamás trabajo tanto como esa tarde porque ideo un plan para que me eligiera.
La observé por días, averigüe cada detalle de su vida, se volvió mi prioridad. Ashley Wood, vive con su madre enfermera en el hospital central y como lo predije, Luke Brown rondaba en su entorno como un maldito depredador, ella lo alejaba y se centraba en cumplir su papel de alumna, pero Luke fue tan persistente que logro entablar una amistad con Ashley.
Odie cada momento que los veía juntos, no eran nada, pero ella siempre estaba con él. Tenía solo una clase con Ashley y jamás volteo en mi dirección, ni siquiera cuando el profesor me felicitaba o uno de nuestros compañeros rogaba por mi ayuda en algún examen. No importaba qué, yo no existía para Ashley cuando ella era y sigue siendo mi mundo.
Fue un año de análisis, de observarla de conocerla verdaderamente y sufrir por verla en brazos de alguien más. Sin embargo, no me arrepiento.
Los mejores resultados se notan a largo plazo y por supuesto, son más duraderos.
Mi plan se dio a inicio del siguiente año, en el primer mes. Un sacrificio doloroso, pero Ashley valía la pena. Me accidente a propósito para acabar en el hospital y conocer a su madre que trabajaba ahí. Cuando mi madre me recogió, le conté lo maravillosa persona que fue Giuliana, la madre de Ashley, desde entonces se hicieron amigas. A ellas las unía el pasado y muy pronto el compromiso de sus hijos, solo que aún es muy temprano para dar el gran golpe.
Mi madre me contaba pequeñas cosas sobre sus charlas con Giuliana y se notaba más en calma cuando paraba con ella. Utilizaba cada cosa que involucrara a Ashley, lo insignificante podría ser valioso en un futuro.
Supe lo de su padre gracias a las conversaciones que escuchaba a escondidas entre mi madre y Giuliana. Deseé revivirlo para matarlo yo mismo, hacerle sufrir lo que verdaderamente merece. Cuando me enteré de que ella fue la que venció a su demonio, me enamore más, no podía ser más perfecta, más valiente. Por otro lado, Jeremy, su hermano, era un tema que ni siquiera Giuliana se atrevía a hablar del todo. Sabía lo mala madre que se sentía, solo intentaba hacer lo correcto, pero Ashley guardaba tanto rencor. No juzgue, a ninguna de las dos, las comprendí.
Teníamos más en común de lo que jamás llegué a pensar.
Todo estaba yendo perfecto, Beatriz me había dicho que Giuliana quería presentarme a su hija, ya que no tenía muchos amigos, yo acepte. Sin embargo, hubo algo que me hizo echar para atrás.
Ashley y Luke empezaron una relación. No era oficial, pero actuaban como una, Luke la proclamó como suya al frente de todos y yo me quedé viendo sin poder hacer nada ¿Quieren saber por qué? Porque vi la maldita sonrisa de Ashley, estaba empezando a enamorarse, veía a Luke como un Dios.
Entonces mi enfoque paso a Dereck Orwell, otro que cayó en el embrujo de Ashley.
Me di cuenta de que me enfoqué tanto en mi plan, la necesidad de tener a Ashley para mí que no pude ver los cabos sueltos. Recuerdo que cuando Ashley entro al grupo de populares, Dereck fue quien se enamoró de ella al instante.
Pensé que tanto Luke como Dereck se iban a pelear por Ashley y con el tiempo ella se alejaría de ambos, ya que a ella no le gustan ese tipo de cosas, trata de evitar el conflicto a como de lugar, incluso cuando hay alguna pelea sin sentido en los pasadizos, ella se aleja como si hubiera visto un asesinato.
He visto como Dereck se niega a ceder ante ella, pero su comportamiento corporal no engaña, él la desea y ella hasta unas semanas buscaba acercarse a él.
¿Qué pasó?
Empecé a seguir a Dereck y supe todo. Luke resultó más enfermizo de lo que llegue a imaginar, esa oscura mente realmente me sorprendió y se volvió un desafío para mí.
Conozco todo de Ashley, sé sobre su pasado gracias al aporte de mi madre, sé sus gustos para una relación gracias a Luke, sé que tipo de cuerpo desea gracias a Dereck y por supuesto, sé que sus motivos con el voleibol no son del todo normales, su motivo es Jeremy. Puede que haya estado ausente durante mucho tiempo, pero ella jamás perdió la esperanza.
Con el tiempo, entendí la mirada de Ashley a Luke, ella no lo ama. Pero, en un ataque de desesperación, me teñí el cabello de rubio, incluso le tome una foto a Luke y demande el mismo tono al estilista.
Fue un ataque se desesperó.
Sin embargo, lo que fue instinto resultó mejor que cualquier plan planeado... Conseguí mi primera mirada de Ashley.
Sus ojos primero se posaron en mi cabello, frunzo el ceño, un gesto tan tierno que no pude controlar una sonrisa boba. Estaba tan nervioso, tan agradecido por su atención.
—Hola, Adrián, sé que no te gustan prestar tus apuntes, pero ¿Me prestas tus apuntes? —puso un mohín y se acercó tanto que pude oler su perfume.
Me tuve que agarrar de la mesa para no lanzarme contra ella.
Hermosa.
Perfecta en todos los sentidos.
—¿Prometes que lo cuidaras? —mi voz salió completamente ronca. Esperé que no se espantará, pero Ashley ni lo noto.
—Con el corazón —dice haciendo un gesto en su pecho. La miré con extrañeza y ella soltó un grito dramático— ¿No has visto la película Up? —sus ojos se agrandaron y sus iris cafés me hipnotizaron.
—Veo documentales.
—Deberías verla —dice y luego le tendí mi carpeta con todos mis apuntes, me dedico otra sonrisa y desapareció sin más.
Ese día rente la película Up para poder verla y después de una semana logré memorizar cada referencia que posiblemente Ashley utilizaría cuando me devuelva mis apuntes.
Sin embargo, jamás me los devolvió.
¿Debí molestarme? ¿Por qué? Ella tenía algo mío, pequeño, insignificante, pero mío al final del día. Yo estaba con ella.
Así pasaron los meses hasta llegar el día de mi cumpleaños del presente año.
Luke me había contactado para que convenciera a mi madre de volver y así Cayetana hiciera su último movimiento. Su madre estaba a punto de la ruina, se había enamorado de otra persona, fue infiel y Rogelio Brown quería hundirla cómo mínimo castigo.
Cuando Luke me soltó todo eso no podía creerlo, todo se estaba acoplando, recordé las palabras de Price, de que Ashley necesitaba un tutor con urgencia y por fin vi una luz.
Luke me necesitaba y yo claro que aproveche la situación.
Primero me libre/salve a Price, fue sencillo, sabía que fibra tocar. Y luego no vi mejor regalo de cumpleaños que por fin entablar una conversación con Ashley Wood.
Siempre iba a sus partidos para poder verla, cada golpe contra la pelota lo sentía como un grito a su hermano para que volviera a su lado. Era un espectáculo verla en acción, sin embargo, ese día me encontraba tan nervioso que no pude ir.
Estuve encerrado en mi cuarto hasta que Priscilla, una amiga que curiosamente tenía contacto con Ashley, me recogió. A Priscilla jamás le conté sobre mi obsesión por su amiga, pero era una rata inteligente que lo deducio en solo un par de ocasiones que me descubrió observando a Ashley.
Jamás dijo nada, pero repetía constantemente lo mucho que deseaba verme con ella, Luke nunca fue santo de su devoción. Tal vez por ello es que nuestra amistad es fuerte.
Cuando estuve en la fiesta supe que Ashley estaba arriba y las ganas de ir con ella me carcomieron, por ello me emborrache, no medi la cantidad de licor que ingerí. Y cuando la mire bajar las escaleras como la absoluta reina que es, mi corazón se aceleró, seguí si recorrido hasta caer en cuenta que ella estaba buscando a Luke.
Enfurecí.
Vi rojo.
Mis planes para esa noche ya no importaban.
Sin que se diera cuenta, me puse en un lugar visible y empecé a conversar con dos mujeres que jamás había visto. Seguí su coqueteo solo porque Ashley en algún momento debía notarme.
Cómo lo predije, Ashley se confundió por la baja luz del lugar y mi melena idéntica a la de Luke nublo su juicio.
Recuerdo perfectamente todo.
Primero un toque en mi hombro y luego su suave voz llevándome al infierno.
Ella me estaba provocando, invitando a una noche de sexo... No, Ashley estaba incitando a Luke. Cuando me miro a los ojos y se dio cuenta del error, cuando vi su vergüenza, no soporte y le dije palabras fuertes, hirientes.
Al día siguiente me arrepentí.
Estaba a punto de ir a buscarla para disculparme, pero entonces, ella llegó a mí rogando por clases particulares.
Price cumplió su palabra.
Ahí es cuando todo empezó.
Nuestro primer beso fue electrizante, removió mis células y me contuve por no marcar cada parte de su cuerpo. Su piel se sentía mucho mejor que cualquier fantasía, sus jadeos eran la gloria, ese día probé el cielo, me volví adicción a Ashley Wood.
Y ella se cuestionó todo, lo vi en su mirada después de separarse. No era cosa mía, después de año, Ashley por fin se dio cuenta de nuestra conexión.
No quería cogerla, follarla, deseaba hacerle el amor. Mis pensamientos eran de pura adoración, sin embargo, cuando la probé ya no podía seguir actuando. Los celos me consumieron, la posesividad me carcomió y con el tiempo la folle como nadie más lo hizo, la marque por todos los momentos que no pude, la hice temblar, desfallecer, la castigue por mi incompetencia.
Derribé cada maldita venda de sus ojos y la hice ver quién verdaderamente era Luke Brown.
Siempre supe que Dereck estaba rondando y lo deje, era el único que podía quitarle la máscara a Luke, Ariel fue alguien colateral, un hombre no deseado que tuve que dejar entrar. No me molesta que Ashley tengo amigos, puede tener cientos, pero exactamente ese duo no es de mi gratitud. Dereck la desea, Ariel quiere quitarme del ruedo para que su amigo pueda ser feliz. Amistad y deseo no es una combinación aceptable.
Ashley lo sabe perfectamente, si no no hubiera dejado que Leslie Dermin se acercará tanto a mí, no le hubiera importado que sea mi amiga. Pero por supuesto, la posesividad es de ambos lados.
Dos sacrificios para que Luke fuera enterrado en el corazón de Ashley.
Y aun así, él siguió sorprendiendome. Otra jugada no prevista: Tatiana. Siempre la mantuvo en las sombras y cunado lo describí no me dio tiempo para proteger a Ashley del golpe.
Pasamos momentos difíciles, hubo cosas que no vi venir y después de tantos años la calma vino. Ashley Woody se convirtió en mía, acepto ser mi novia.
Abrimos nuestros corazones y fuimos transparentes, por fin, después de tanto tiempo me sentí relajado, sentí que todo estaba bien.
Tenía en mente a Luke, sabía que iba a atacar, pero mientras no se moviera no iba a moverme. Con él, siempre es mejor dejarle el primer movimiento.
Pero todo lo bueno termina.
Llegó este día.
Price, el asqueroso video de Boris, otra jugada que no vi venir. Podré ser cauteloso, pero Luke Brown es el mejor jugador.
Ashley descubrió la carta de Lara, fue a su casa, le dio una golpiza, le saco una verdad que solo le generó más dudas. Un completo caos. La suma de Jeremy solo fue devastador.
¿Recuerdan que mencione sacrificios? Bien, Lara, el prostíbulo fue uno de ellos.
Solo deseaba tocar a Ashley, quería que ella fuera mi primera y última vez. Sin embargo ella se entregó a Luke.
Nunca lo anunciaron como un hecho histórico, pero con solo verlos era obvio que intimaron. El deseo en los cafés de Ashley me cegaron, la posesión de Luke me enfureció.
Sus besos en plenos pasadizos, clases era evidencia de lo mucho que ya avanzaron y de lo mucho que me han quitado.
Ashley iba a ser mía, pero no podía ser menos para ella. Le gustaba el sexo, se notaba, corrección, yo solo lo notaba.
Así que tuve que actuar.
Averigüe el prostíbulo más cercano y me adentre a ese mundo solo por ella, para complacerla cómo es debido. Al principio solo observa como algunas chicas bailaban, en otras era espectador de algunos encuentros sexuales y nada podía despertar ese fuego que aparece cuando miro a Ashley.
Con el tiempo coordiné citas privadas con las trabajadoras, gaste mi dinero. Nunca hice nada. Recuerdo que mi primer encuentro fue extraño, la mujer se me lanzó sin previo aviso y si no tuviera la fuerza que tengo, esa mujer me hubiera besado y me hubiera arrepentido toda mi vida.
Mis labios solo desean a Ashley.
Estuvo confundida cuando le pedí que me enseñará a tocar a una mujer, fue extraño, pero con gusto cumplió con mis peticiones. Jamás se desnudó, pero su ropa diminuta tampoco dejaba mucho a la imaginación. Jamás la toque, fue una enseñanza teórica y rara vez se tocaba, no como una masturbación, solo era un leve toque para que supiera dónde exactamente era. Jamás vi su interior y de cierto modo se convirtió en una convivencia, la chica que jamás me dijo su nombre, fue amigable. Tuve las mismas citas al menos durante un mes. Soy inteligente, capto rápido, pero necesitaba con quien demostrar que era capaz de satisfacer.
Lara.
Me fui acercando a ella y cuando creí que era el momento adecuado, acepto ser mi boceto. Jamás le mentí, desde un principio sabía que estaba haciendo esto por Ashley, pero en su retorcida mente creyó que era una mentira barata para acercarme a ella, por supuesto que cuando Lara supo que era verdad, no reaccionó muy bien.
Toque a Lara, pero jamás la bese, jamás me excité, jamás me introduje en su interior, ni con dedos ni con mi miembro. Ella por su parte igual, mi cuerpo aborrecía cualquier encuentro íntimo que no fuera con Ashley.
Así que jamás mentí, Ashley Wood fue mi primera vez en todo,
La carta que encontró se daba para especular mies de cosas, entiendo, pero espero que Ashley entienda, comprenda todos mis sacrificios y me siga viendo con el mismo amor que siempre.
Siempre he sido suyo.
Siempre la he amado.
Desde una mirada no correspondida. Desde hace tres jodidos años. Nadie más que yo sabe cuánto la he deseado, cuánto le he llorado, cuanto he ansiado que fuera mía. Sacrifique, luche, moví mis hilos, sí, pero también fue obra del destino. Ella no siente con nadie lo que siente conmigo y bueno, por mi parte está claro que es solo ella, después de todo, después de tanto y nada ha cambiado, mi amor por Ashley Wood sigue fuerte, duradero, real.
Le relato a Ashley cada detalle, le cuento la verdad de absolutamente todo y cuando termino, ella se levanta y empieza a caminar de esquina a esquina.
—Di algo, lo que sea —ruego mientras me levanto y bloqueo su paso.
—No puedo —susurra.
—Ashley.
—¡No puedo! —grita— Me he pasado todo el día pensando cada atrocidad con tal de que la verdad no me afecte porque realmente creía que la estúpida cosa que Luke tenía preparado para mí era de ti. Pero no, se trataba de mi hermano, de mi Jem. —sus ojos cafés lloran— Ahora me dices esto y no puedo pensar, quiero seguir con esto, quiero estar a tu lado, pero no puedo dejar de pensar en Jem. —su voz se rompe— Te amo, te amo, te jodidamente amo, Adrián, pero no tanto como a mi hermano.
—Lo entiendo, lo comprendo, jamás te haría elegir —me acerco, pero da un paso atrás.
Un puñal en el pecho.
—No, no lo entiendes. Tengo miedo de que te conviertas en Luke y que yo me convierta en la persona que estaba con él. —dice y el dolor la consume— No estoy bien, no estoy lista para una relación, no puedo darte el amor que una pareja se merece, no estoy completa, Adrián.
Mi rostro se distorsiona y está vez la tomo del brazo sin darle oportunidad de escapar. La tiro a mi cuerpo y una electricidad nos rodea.
¿Qué no lo siente? Cada parte de nosotros nos reclama, nos exige más y más.
—Eres suficiente, Ashley. Sea lo que estés pensando, bórralo, no pasará. —rugo— Te ayudaré a sanar si eso necesitas, con especialistas, con amor, con lo que haga falta, pero deshaste de este pensamiento.
—No puedo.
—Esfuérzate.
—Adrián...
—No ¡Jamás te fui infiel, jamás te mentí! Así que no, borra el puto pensamiento, Ashley.
—Mi hermano ha estado siendo engañado, no sabe nada de mi vida, Luke lo manipulo y no desea volver conmigo ¿Cómo puedo seguir adelante? Lo perdí una vez y me perdí a mi misma en el proceso, no volverá a pasar.
Se aleja de mi toque y entonces siento todo mi sistema congelarse.
Esto no es verdad.
Esto no puede estar pasando.
—No volverás con él —sentencio.
Lo mataré, juro que lo haré. Ese desgraciado no puede volver a tenerla y no solo se trata de merecerla o no, Luke la destruirá. Ahora que está consiente de que no lo ama, hará de todo para retenerla.
—No lo haré, pero necesito estar sola. No quiero a nadie a mi lado, quiero hacerlo sola. Constantemente he estado buscando llenar el vacío que Jeremy dejó, he tratado de hallar ese amor con locura y lo conseguí con Luke. —mis manos se hacen puño— Creo que contigo es diferente, estoy casi segura que es así, pero no es completo. No te mereces eso, ni yo tampoco.
—No puedes hacerme esto —es una pesadilla.
—Solo un tiempo. Siempre he estado con alguien, nunca sola, no quiero volverme dependiente de ti ¿Qué no lo ve? Esto es por nosotros, si realmente quieres un futuro a mi lado debes dejarme ir. Por nosotros, por favor.
—¿Por nosotros? Sabes cada maldito detalle de mi pasado, de mis sentimientos por ti y me dices que por nuestro bien es que nos separemos. —incredulidad, rabia, temor— No, nunca te tuve y me gane tu corazón, te enamore, te hice sentir la mujer más deseada del mundo ¿Cómo esto podría hacerme bien? Sabes lo que es perder a tu mitad, lo jodidamente sabes, Ashley, así que no me hagas eso, a mí no.
—¡Es lo mejor! Necesito estar segura de mí ¡Necesito sanar! —se sujeta el pecho, justo donde está su corazón— Esto te pertenece, jamás he amado a nadie como a ti y por eso mismo te estoy dejando ahora que tenga la valentía. No quiero malograr esto, estamos a tiempo, por favor entiéndelo, Adrián, no estoy bien, no estoy competente para una relación.
No me importa, no me interesa, si perderla es el precio que me está pidiendo entonces no acepto. Lo rechazo con todas mis fuerzas y me convierto en el peor de los egoístas.
Mi cabeza empieza a zumbar con alucinaciones nada gratas.
Quema.
Me mata por dentro.
—Por favor, por favor —ruego.
La veo retroceder otro paso y entonces caigo de rodillas ante sus pies con los brazos a cada lado en signo de derrota.
La respiración me falla y solo puedo volver a la realidad cuando sujeto sus manos y las aprieto fuertemente.
Ashley no lo soporta, jadea ante mi acción y niega frenéticamente si cabeza en negación.
Por favor, no me abandones. Tú no.
—No, Adrián, no hagas esto, no soporto verte así.
—No me dejes, podemos salir de esto juntos, no hay necesidad de separarnos ¿Por qué te empeñas en no ser feliz?
Suelta un grito doloroso y los recuerdos de ella llorando en la habitación de Luke inunda mi mente.
Basta. Basta. Basta.
—Tú lo oíste, Adrián, tú lo oíste ¡Jeremy fue violado! ¡Mi hermano se perdió porque no lo cuide! —vocifera y cada verdad va directo a mi cuerpo como apuñaladas.
—¡No te digo que no sanes, te pido que no me abandones! —junto sus manos y las llevo a mis labios dónde las beso con delicadeza— Podemos hacerlo juntos. Te amo, Ashley, lo eres todo.
Ashley se tensa y entonces sé que no dará marcha atrás.
Mi agarre se endurece.
—No quiero que te conviertas en tu padre y yo no quiero convertirme en dependiente de ti. Sé que ahora no es la realidad, pero es lo mejor ¿Qué pasará en el futuro? No estoy estable, mi alma necesita ser curada. Este es mi sacrificio, Adrián. Dejarnos ir para ver si verdaderamente esto es real y que no es un producto de mi imaginación, que no busco nada de Jeremy en ti... Solo entonces volveré, solo entonces podremos tener un futuro.
Su voz se quiebra en su última oración, me suelta, retrocede con inestabilidad y entonces la dejo ir.
La mención de mi padre es una bomba con la que no estoy preparado para afrontar.
No soy como él, ella no piensa eso, es solo su táctica para librarse de mí, lo sé, mi corazón lo sabe, pero mi mente no y por en de mis manos la sueltan como si su contacto fuera el mismísimo fuego.
Observo cómo se gira y se va corriendo dejando un rastro del eco de su dolor.
No voy detrás de ella.
No puedo.
Mi mano que antes tocaba su piel sedosa ahora toca el suelo frío y duro. Me dejo caer completamente mientras que varias lágrimas inundan mi rostro.
Quiero que la pesadilla termine.
No soy como mi padre.
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