55| ¡Boom! ¿Te dolió?
No recuerdo cómo llegué a casa, solo sé que despierto en mi cuarto, en mi cama y que un olor exquisito inunda cada rincón. Me levanto y estiro al borde mi cama como un felino. Frotó los ojos con pesadez y después le doy un rápido repaso a mi cuerpo.
Estoy con la misma ropa de ayer con excepción de que estoy sin zapatillas ni medias. Lo último que recuerdo es estar en el auto de Adrián y de ahí todo es oscuro.
Voy al baño y cepillo mis dientes para despertarme completamente. Hoy es viernes, así que me apuro con mi higiene si no quiero morir por los gritos de mi madre. Ya casi la escucho "¡Tienes que estudiar, Ashley, baja ahora mismo!"
Al salir del baño envuelta en una pequeña toalla celeste, escucho el susurro de voces provenientes del primer piso. Me cambio con un vestido suelto y bajo.
Ya en las escaleras puedo escuchar la conversación con claridad.
—¡Me alegro amiga! Ya te extraño ¿Cuándo crees que podamos vernos? —silencio y luego habla— Por supuesto, en seguida salgo ¿Sabes si Adrián va a pasar por mi hija hoy?... Si, Bea, él siempre la recoge, has criado a un gran chico... No te preocupes, estaré a tiempo.
Entro a la sala y veo a mi madre caminando de un lugar a otro con el celular a la altura de su oído. Nuestras miradas chocan y entonces se despide y esconde el aparato.
—¿Te vas a reunir con Beatriz?
—Sí. Me dijo que Adrián no podía venir. —trato de no expresar tristeza. Nos sentamos en la mesa para desayunar— Ella realmente se siente mal por lo que pasó.
—No debería, no la culpo ¿Le podrías decir que me gustaría hablar con ella? Para iniciar bien y hazle saber que comprendo todo.
Giuliana sonríe mientras asiente.
—¿A qué hora regresaste ayer? Sé que debes divertirte, pero solo estás a tres partidos para la final y tu cuerpo aún no se recupera de tu probable anemia.
—No fue anemia. —arrugo la nariz y ella ladea su cabeza— Y Adrián me trajo a casa, no he bebido una sola gota de alcohol, pero tienes razón, si Sullivan se enterará de que hora volví ayer, seguramente me tendrá practicando cuatro horas seguidas —mi madre entrecierra sus ojos— ¿No sé lo dirás, verdad? —mi voz delata mi nerviosismo.
—No, pero debes cuidarte. He preparado un desayuno rico en nutrientes —extiende sus brazos señalando los alimentos, la mesa parece un festín de colores, hay de todo un poco.
Sé que Giuliana le comento de mi situación a su compañera de trabajo, especialista en Nutrición y por amistad, ella le dio una receta para mejorar mis defensas y mantener activa.
Mi madre no me lo ha confesado, pero estoy segura. Las recetas elaboradas que ha estado haciendo estos días no son de ella. Además mi plato siempre está dividido en tres sectores, demasiado evidente.
—Gracias —digo cuando termino.
Le ayudo acomodar un poco la mesa y después cojo mis cosas para ir al instituto, cuando estoy a unos metros de abrir la puerta, el timbre suena.
Mi madre se asoma desde una pared.
—¿Esperas visitas? —le pregunto mientras sigo avanzando a la puerta.
—No. —se escucha un silbido desde la cocina— Es la tetera —informa y se va.
Tomo la perilla y la giro para empujar la puerta a un lado.
Mi corazón empieza a latir desenfrenadamente.
Oh por dios.
Estoy muerta.
Price, mi profesor de matemáticas, el mismo que Adrián le hizo una escena de celos y después lo despojo de su oficina para poder follarme en su escritorio, se encuentra parado en el lumbar de mi puerta. Su sonrisa serena me perturba ¿Esto es un truco? ¿Trata de mantenerme con la guardia abajo para atacar y destruir todo mi futuro?
—¡¿Quién es hija?!
No respondo, estoy alucinando en las posibilidades de salvar mi carrera sin cometer un asesinato. Escucho pasos acercándose y entonces actuo rápido.
—¡Nadie, seguro fue una broma! ¡Ya me voy, cuídate, te amo! —mis palabras van silenciándose a medida que tomo a Price de su corbata y lo empujó más afuera para cerrar la puerta atrás de mí.
Siento que el corazón se me va a salir del pecho.
Nos miro, aún mantengo mi agarre en su corbata y por alguna razón Price parece estar cómodo en la situación. Algo me recorre la médula espinal. Lo suelto y alejo inmediatamente.
Miro la puerta de mi casa y los mareos que ya creían extintos, vuelven con fuerza.
Debo alejarlo de mi madre.
Con toda la valentía del mundo, tomo su brazo y lo jalo hasta la acera, él se deja llevar con gusto, tiene la fuerza para frenarme, pero no lo hace.
—Profesor, por favor...
—Llamame Price.
Aclaro mi garganta.
—¿Le va a contar a mi madre sobre lo de ayer? —junto mis manos y respiro despacio.
Price entrecierra sus ojos y me mira de tal forma que siento que me está analizando completamente. Es guapo, ardiente, sí, pero en mi mente no puede dejar de repetirse de que es mi profesor y de que hay algo que nos separa.
—He venido a negociar —dice.
—Lo que sea —respondo en automático.
Price se ríe y no dejo pasar los pequeños hoyuelos que se forman en sus mejillas. No es para nada tierno.
—Por favor elige bien tus palabras para la próxima.
Jamás he visto a Price de manera íntima. Jamás desde ayer. Fue como si viera a dos amigos charlar, Adrián y él, y hoy es la misma situación.
Afuera del aula es distinto a la persona tengo al frente, hasta podría bromear sobre tonterías y creo que se dejaría sin ningún problema.
Nunca fue así, siempre me trato con formalidad, con respeto. Ahora me siento parte de su círculo cercano.
—Cuéntame sobre el rumor de ayer y a cambio prometo guardar silencio —se ajusta su corbata y espera mi reacción.
—¿Rumor? ¿Se refiere que supuestamente me gustaría escuchar... —me detengo en seco, no puedo completar mis pensamientos.
Inapropiado y terriblemente vergonzoso.
—Si, el mismo por el cual Irman vino a mi oficina y te follo sobre mi área de trabajo. —se cruza de brazos— Ah y no te atrevas a mentirme, eres fácil de leer así que piensa en tu futuro cuando decidas hablar.
Evito jadear de la impresión. Dijo "follo" mi profesor acaba de decir esa palabra y yo estoy estática. Price mi mira neutral, no hay diversión, pero tampoco es una esfera de piedra. Estoy consiente de que no es un viejo como el mayor porcentaje de los profesores del estado, pero el simple hecho de que sea mi profesor me reprime. No puedo fingir que es mi amigo o un conocido, no puedo actuar como si está situación fuera casual.
Carraspeo al sentir mi saliva atorarse en mi garganta. No quiero parecer más avergonzada de lo que estoy.
—Okey. —dejo de tocarme las mano y las dejo caer a cada lado— Primero que nada quiero que sepas que el rumor es falso, al menos mi parte involucrada, jamás diría algo así. —tomo un respiro— ¿Conoce a Priscilla y a Lauren?
—Sí. —asegura— Sin mentiras y no omitas ningún detalle —recuerda.
No debería exponerlas, pero es mi futuro. Estoy segura de que a Priscilla le daría igual, incluso me agradecería de avisar a Price de sus intenciones, pero Lauren... No, ella realmente me va a odiar después de esto y no creo actuar con normalidad, no podría.
—Lo que paso fue que Priscilla y yo estábamos hablando cuando Lauren apareció en el aula y la interrogamos porque ella no tomaba esa clase, al menos no a esa hora. —miro al suelo y después lo enfrento— Lauren dijo que estaba huyendo de usted y ahí surgió el tema. Priscilla comento que tomo clases con usted el año pasado y que fue una... Muy buena inspiración y vista durante ese periodo. La profesora Jeani nos escuchó y nos dijo que compartieramos la charla con toda la clase, entonces Lauren se levantó y dijo lo que usted ya sabe —me renuevo incómoda, no pienso repetir las palabras en frente suyo
—¿Así que solo estuviste en medio de una conversación? Escuchando, pero no compartiendo la idea.
—Exactamente.
—¿Lauren dijo algo más después de eso? —niego con la cabeza.
—Fue mandada a la dirección en ese instante.
—Ya veo.
—¿Eso es todo?
Mira a un costado y después vuelve a mirarme, observo malicia en sus iris.
—Dejame llevarte al instituto —retrocedo un paso ante su solicitud.
—No.
—¿A qué le tienes miedo?
—Los rumores solo se incrementarán si me ven bajando de su vehículo, no seré un blanco de burlas ni alimentaré el morbo, si esto llega a los oídos de Boris puede ser perjudicial para ambos.
Hablo seria, pero Price se ríe en mi cara.
Aprieto mis puños.
—¿Tienes miedo de que el director tomes medidas contra ti? —pregunta con incredulidad.
—Esto es serio, Price.
Ante mi tono, detiene sus risas y me mira. Después de unos segundos niega.
—No puedo creerlo, en serio no lo sabes.
—¿Saber qué?
—Que eres la protegida de Boris —declara.
Bufo.
—¿De qué hablas? Boris me detesta.
—A pesar de todo te protege. Eres más inocente de lo que jamás creí, Ashley, me tienes gratamente sorprendido.
—Profes... Price, no sé que intenta hacer, pero...
—No intento nada, te estoy contando la verdad ¿Por qué es tan difícil de creerlo? Después de todo, Luke lo hace de buena fe —se encoge de hombros.
—¿Luke? —su nombre sale entre dientes, como un rugido.
—¿Recuerdas cuando el profesor de ciencia los descubrió teniendo intimidad en el aula? Fue hace un año. —asiento— Todos los profesores estaban indignados con la situación, todos esperamos sus expulsiones inmediatas, pero jamás fue así. Todos estos años te has metido en varios líos, incluso este año te has expuesto como nunca con Irman ¿En serio pensaste que un instituto privado no iba a tomar acciones contra tu comportamiento, que lo iba a dejar pasar como si nada?
Algo se remueve en mi pecho. Es ardiente, pero no me dejo consumir por completo.
—¿Luke me ha estado protegiendo?
—Todos estos años. No sé cómo lo hace, pero ¿Te cuento un secreto? Los docentes creemos que Brown le da una cantidad de dinero excesiva para que Boris se haga de la vista gorda de tus asuntos. —no, no es cierto— Incluso Boris nos pide estar atentos a ti ante cualquier movimiento indecente, exige saber para qué él se encargue de la situación.
En mi mente aparecen imágenes de las conversaciones que escuche de Luke y Boris, no hay un trato amable entre ambos. Se detestan, jamás podrían trabajar en equipo. Recuerdo los momentos en que los atrapé conversando y mi mente va uniendo los cables.
Inhalo y exhalo.
No, Luke no le da dinero a Boris. Su familia tiene suficiente, pero de eso no se trata. Esto va más allá. Luke ha estado, sigue siendo chantajeado.
No debería importarme, no debería sentir lástima, pero no se siente bien ¿Por qué se deja? ¿Por la misma razón que Dereck se dejó golpear todos estos años? ¿Boris tiene algo fuerte contra él? Cómo si la pregunta despertara algo en mi interior, recuerdo las palabras que escuche el día del primer partido de fútbol con el nuevo equipo.
"¡Borra el puto video!"
"No hasta que cumplas con la parte del trato ¿Piensas que borraría el asqueroso video así de fácil? No me subestimes, Brown"
No, no puede ser.
Miro a Price con terror.
—Por favor llévame lo más rápido que puedas al instituto —me sujeto el pecho. Quema.
Price asiente y me indica su vehículo. Cuando subo no dice nada, pero me mira con extrañeza.
En el camino me distraigo con cualquier cosa, paisaje, persona, lo que sea necesario para no dejar que mis pensamientos tomen el control y me lleven aún lugar que no quiero ir.
Una promesa atormenta mi cabeza, así que sin más remedio saco mi celular y escribo.
Ashley
¿Dereck ya llegó al instituto?
Ariel
Recién se acaba de levantar ¿Qué sucede?
Ashley
Descubrí algo de Luke, voy a ir a hablar con él.
Ariel
No, no sola ¿Estás demente?
Ashley
Cumplo con informar no con obedecer sus órdenes.
Por favor dile a Dereck que no se demore, si le cuento a Adrián se volverá loco y creo que me lo prohibirá. De verdad necesito hablar con Luke.
No hay respuesta. Froto mis manos en mi cara.
Ashley
No quiero estar a solas con él, no molestaría a Dereck, sino fuera sumamente importante.
Ariel
Recuerda lo que está en juego.
Jadeo. Por supuesto que lo sé, si de alguna manera provoco a Luke, Dereck reaccionara y muy posiblemente traten de destruirse mutuamente. Ambos tienen poder, un vídeo publicado y todo abra ha sido por nada
—¿Estás bien? —pregunta Price. Frunzo el ceño.
De alguna forma, todo lo que siento lo enfoco en Price y la tonta timidez de antes se va.
—¿Por qué estás actuando extraño? Nunca te agrade, ya tuviste la información que querías así que déjame en paz.
—Eres la hija de mi amiga, me agradas.
Suelto una risa detonando todo el sarcasmo que puedo.
—Claro, por eso cuando te pedí que seas mi tutor te negaste, corrección, te cerraste. Sé que das tutorías en tu casa, no te costaba nada tener a otra alumna más. —paso mis manos por los muslos, he empezado a sudar sin alguna razón— Tú y mi madre me dieron la espalda, si esa es forma de demostrar tu agrado por mí entonces detestame, Price, ódiame.
Sus manos se tensan ligeramente contra el volante.
—Tu madre me pidió que te diera las clases, yo fui quien se opuso —dice.
Me congelo, solo un segundo. Lo miro en busca de algo, lo que sea que me diga que miente, pero su rostro se ha vuelto más serio que antes.
Suelto un suspiro corto, doloroso. Siempre culpé a Giuliana, supuse que se había aliado con Price para ponerme las cosas difíciles, jamás le di la opción de duda. Siempre creía lo peor de ella.
—¿Es por lo de Boris? ¿Creías que era una chica caprichosa que no le importaba nada y que si me tenías como alumna, te iba a traer problemas?
—No, tu madre no te crío así. Además te dije que me agradas, no tengo tan malos gustos.
—¿Entonces?
Price se detiene en un semáforo, me mira y veo toda su lucha interna ¿A qué le tiene miedo? Pasa su mano por su mandíbula y parece estar contrariado, tira su cabeza para atrás y entonces me mira.
Se ha decidido.
—¿Eres perjuiciosa, Ashley?
La pregunta me toma por sorpresa.
—Depende.
—¿Qué pensarías si te digo que me siento atraído por ti?
Quiero controlar mi asombro, pero mis ojos se agrandan y me remuevo en mi lugar.
Miro mis manos tocarse entre sí, estoy actuando demasiado rara para mi verdadera personalidad. Sin embargo, me detengo con frenesí y alzo mi cabeza para mirarlo con ímpetu.
"Giuliana te odiaría en un chasquido de dedos si le cuento la verdad"
La escena de celos de Adrián, sus ganas de demostrar que soy suya delante de Price, sus palabras con un pasado detrás y el comportamiento irracional de Price ante la situación.
Todo me cae de golpe.
—¿Qué tipo de relación tienes con Adrián? —pregunto.
Price sonríe y avanza el vehículo al escuchar un claxon del auto de atrás.
—Éramos amigos, —confiesa— pero él tuvo que arruinarlo todo.
—¿Cómo? —insisto.
—Compartíamos un mismo interés, pero cuando me lo arrebato todo se fue por la borda.
Hago puños mis manos, es un suave apretón que se va endureciendo con los segundos.
—¿Por qué no aceptaste ser mi tutor, Price?
—Por Adrián.
—Él prometió que no te amenazo.
Tira su labio a un costado.
—Yo no lo veo así, prácticamente amenazo con ir con Giuliana y contarle sobre mi pequeña fijación sobre su hija —jadeo. Esto no puede ser verdad— Ashley, quiero dejar algo en claro algo. Jamás intenté hacer nada contigo y mucho menos ahora, eres mi alumna, soy mayor que tú y amigo de tu madre. No soy un enfermo sexual, quiero que te despreocupes por mí.
Por más irracional que suene, le creo. Nunca me ha dado motivos para pensar lo contrario, no hasta este momento. Bajo el vidrio de la ventana y permito que el aire me pegue con fuerza.
Una duda se instala en mi pecho y pregunto:
—Ese día que fuiste a mi casa ¿Realmente a qué fuiste?
—A contarte la verdad —confiesa.
—¿Por qué ahora?
—Estoy empezando una relación y ella se enteró de la amenaza de Adrián. Era contártelo, que manejaras la situación como quisieras sabiendo como empezaron verdaderamente las cosas o perderla a ella.
Soy buena viendo el dolor de las personas, desde niña he sido muy receptiva a esa emoción y ahora que veo a Price hablando de su interés amoroso sé que algo malo ha pasado y que cualquier cosa que haya sentido por mí no es nada comparado con los sentimientos por ella.
—Eso fue hace tres semanas.
—Sí, la perdí. Entonces no le vi sentido volver insistir contigo.
—Pero me lo estás contando.
Hay una pausa larga, tediosa antes de que hable.
—Asegurate de que Lauren se entere —me quiña un ojo.
—Ella es...
—No soy un enfermo sexual, Ashley, te lo dije y Lauren realmente no es una estudiante común, esconde demasiados secretos para siquiera enumerarlos. —su voz ruge mientras aprieta el volante. La simple mención de mi amiga es un detonante para su humor pésimo.
—No te preocupes, me aseguraré de que lo sepa y gracias por contarme la verdad.
Le sonrío a pesar de sentir mi mundo desplomarse.
Estoy tan asustada por el vídeo que tiene Boris en su poder y en la mentira de Adrián, que mi cabeza no me da para pensar en la clase de relación que tiene Price y Lauren, ni mucho menos en lo que esconde la última. "Demasiados secretos para siquiera enumerarlos" Es lo que dijo Price ¿Qué puede esconder? Muchas preguntas surgen, pero mi cerebro solo piensa en Adrián y Luke.
Parece como si hubiera retrocedido en el tiempo, es como en un inicio, con ellos dos al centro de mi enfoque.
Inhalo y exhalo.
No es para tanto, es solo una mentira pequeña, no es tan grave como las patrañas de Luke. Aun así me siento decepcionada, no por el acto en sí, sino por su mentira. Le pregunté si había amenazado a Price y mintió, Adrián me mintió, él jamás hace eso o he sido muy tonta para darme cuenta de las señales.
Ariel
¿Dónde estás? Dereck no te encuentra.
Ashley
Recién estoy llegando, voy a entrar por la puerta principal
Ariel
Ni se te ocurra confrontar a Luke sin que Dereck esté cerca.
Hablo en serio, Wood.
Cuando la visión del instituto se revela ante mis ojos, le pido a Price que estacione en la acera. Insiste en que no pasará nada si lo ven llegar conmigo, pero declinó su oferta y agradezco nuevamente por todo.
Mis pisadas se van haciendo pesadas a medida que voy avanzando, mi cuerpo se niega a afrontar la verdad mientas que mi mente me da ánimos para seguir.
Al entrar escucho algunos susurros sobre el rumor del día anterior. No me importa, no es nada contra el verdadero problema.
Me abro paso entre los estudiantes, pero cuando estoy atravesando una de las puertas del complejo principal, escucho el ruido de un motor.
Miro en la dirección del estacionamiento y encuentro a Dereck subido en su moto. No lleva su chaqueta de cuero característico, pero su polo sigue siendo oscuro. Me mira con frialdad, con un fingido desinterés. No me dejo llevar por las emociones negativas que me provoca. Esto es lo mejor, necesita recuperarse. Dereck pisa el suelo y entonces me da un leve asentamiento.
Él va a estar detrás de mí, no tengo por qué preocuparme por la manipulación de Luke. No voy a ceder, solo necesito despegarme de una duda.
Vuelvo a mi camino. Sé a dónde ir, conozco el horario de Luke.
Mi celular empieza a vibrar desde su escondite y lo voy ignorando mientras llegó al aula de literatura. Cuando llegó hecho un vistazo desde la puerta, algunos me miran con extrañeza.
No está.
Luke no está.
Maldigo. No tengo otra opción. Agarro mi celular, las notificaciones de los mensajes de Adrián llenan mi visión. Los ignoro. Desbloqueo el número de Luke y entonces presiono en el botón de llamar.
En el segundo tono contesta.
—¿Dónde estás?
—Práctica —una palabra, miles de sentimientos negativos.
Cortó la llamada y entonces me encamino al campo de fútbol.
Esto es una terrible idea.
Debería esperar a la salida, cualquier otra hora, pero mis pensamientos son despejados a un lado cuando visualizo al equipo de fútbol practicando en el césped.
Mi presencia no es de interés porque hay algunos estudiantes en las gradas observando a los jugadores. Ya es muy tarde para arrepentirse, necesito saber la maldita verdad.
Visualizo la cabellera de Luke entre la multitud y estoy a punto de ir a su lado, sin importarme Hugo, Adrián o nada. Sin embargo algo me detiene, mejor dicho una persona.
Está sentada en la primera fila de las gradas, sus manos están en sus muslos y mira atenta a una persona en específico: Adrián. Es ella, lo sé, bajita, tímida y con unos ojos que gritan atención, es Lara.
Me digo a mi misma que no debo preocuparme, que ella es la obsesionada con él y que no tiene nada de malo que lo vea entrenar con el equipo. Me trató de convencer de mil formas, pero nada tiene resultado.
No es enojo, pero tampoco indiferencia. Hay algo aquí, en mi pecho, que me hace eco en la mente.
Todo se va por la borda cuando ella se levanta y alza su mano en forma de saludo, cariñosa, íntima. Giro mi visión. Espero que Adrián no conteste, que la ignore, pero entonces alza su mano y le devuelve el saludo.
"Ella no deja de perseguirme"
"Está enferma"
La palabra "mentira" se repite en un eco en mi cabeza.
Doy un paso atrás.
Solo salgo del trance cuando alguien me sostiene del brazo y me arrastra afuera del campo. No pongo objeción, sé de quién se trata y realmente no quiero permanecer aquí más tiempo.
Escucho gritos desde nuestras espaldas, pero son solo simples ecos. Mi audición parece perderse en un recóndito sitio.
No sé cuánto tiempo pasa para que Luke encuentre un lugar apropiado para conversar, pero sé dé su elección cuando nos encierra y se despeja de mi piel rápido.
Levanto la mirada. Sus ojos azulados me impactan con fuerza, ha pasado un largo tiempo desde que los vi, incluso desde que sentí su cercanía. Mi cuerpo ya no reacciona y sé por qué, no soy suya, dudo mucho que verdaderamente fui de él alguna vez. No puedes entregarte cuando solo ves mentiras ¿Verdad? Mi cerebro recuerda cuando éramos unidos, dónde estaba vendada, Luke destruyó todo lo bueno y lo redujo a cenizas.
Así que no puedo mirarlo de otra forma: Con desprecio, asco y un profundo dolor.
Sacudo el brazo que me ha sujetado y entonces doy un paso adelante poniendo mi cuerpo sobre el suyo. No es nada erótico, es intimidante, le estoy dejando muy en claro mis intenciones sobre esta próxima charla.
—El vídeo que tiene Boris es sexual —ni siquiera pregunto, es una afirmación— ¿Verdad? Ese maldito vídeo es mío.
¿Están bien? 🤭🤗
Bueno, creo que es buen momento para decirles que tengo pensado escribir la historia de Price y Lauren 👉👈 y sería un enemis to lover candente.
¿Teorías? Quiero leerl@s, solo quedan 5 capitulos para el final (creo) y bueno, cada capítulo va ha a hacer bomba de tiempo.
Ahora, esto me lleva a mi siguiente pregunta ¿Subo todos los capítulos juntos hasta el final o prefieren que sea uno por uno? Cabe resaltar que si es junto, no actualizaré en unos largos días, pero será más satisfactorio leer todo el rompecabezas armándose, mientras que si es un capítulo por semana... Pues sufrirán mucho xd.
¡Así que voten! Yo soy su esclava, obedeceré 🛐
1. Maratón de la recta final.
2. Actualizaciones como siempre.
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