Capítulo 7
❝Cada pelea, cada palabra que no podemos retractar.
Porque con todo lo que ha pasado,
creo que ambos sabemos cómo termina la historia.
Entonces, solo por un minuto,
quiero cambiar lo que pienso,
porque esto no se siente bien para mí.
Quiero levantarte el ánimo,
quiero verte sonreír❞
Happier — Marshmello ft. Bastille
Kaminari se pasó todo el día y la noche anterior intentando comprender qué diablos había pasado con Shinsou.
Vale, él sabía que era un poco lento. Y también tenía claro que era un idiota que solía meter la pata hasta el fondo...
Pero estaba casi seguro que aquella vez no la había embarrado, ¿verdad?
La inseguridad le hacía carcomerse la cabeza. Shinsou se había puesto como loco de repente; se preguntó si quizá le habría ofendido de alguna forma. O si le hizo sentir pena ajena por caerse del estante de su librero que rompió.
Había arreglado su estante en la noche anterior que no fue capaz de dormir. Pero no dejaba de preguntarse si sería capaz de arreglar las cosas con Shinsou... por la razón que fuera que se habían arruinado tan rápidamente.
Deja de pensarlo tanto, se regañó. Ni que tú y él fuesen amigos.
Aquel pensamiento le hizo sentir un bajón repentino. Era verdad que ellos no eran amigos —no sabían nada el uno del otro. Pero...
Kaminari quería serlo. Era como si tuviera el tonto presentimiento de que podría hacer sentir a Shinsou menos solo.
No hacía falta ser inteligente para notarlo. Todos tenían ojos. Todos veían que el muchacho solía deambular solo y que jamás se aparecía en la hora del almuerzo.
Estaba recargado contra su casillero cuando reconoció la melena corta y oscura de Jirou al otro lado. La chica era pequeña en medio de todos los estudiantes, pero él la reconocía en todas partes.
—¡Eh! ¡Jirou! —exclamó mientras daba empujones a los que pasaban.
Ella no se dio por aludida. Claro —llevaba audífonos. Típico de Jirou.
Kaminari logró abrirse paso a base de codazos —y algunos insultos de los otros chicos— pero finalmente la alcanzó cuando se acercaba hasta su casillero para depositar toda su mochila y quedarse con los libros de la primera hora.
Dio unos toquecitos sobre su hombro.
Ella se dio la vuelta sin quitarse los cascos. Frunció las cejas cuando vio la sonrisa bobalicona y arrepentida de Kaminari. De todas formas, apagó su música.
—¿Qué? —preguntó Jirou, cruzada de brazos—. ¿Necesitas algo?
—Yo... —Kaminari carraspeó incómodo—. Perdóname. Fui grosero y odioso contigo el otro día...
Jirou permaneció a la defensiva. La única diferencia es que arqueó una de las cejas.
Kaminari bajó la mirada. Se sentía bastante avergonzado y apenado de tener que disculparse por haber sido un idiota.
—Sabes que te quiero —dijo nervioso—. No me gusta estar peleado contigo... y tampoco quiero que pienses que pasamos tiempo juntos porque quiero arreglarte, o lo que sea... así estás bien. ¡Digo! ¡Estás bien cada vez que tú sientes que lo estás...!
Kaminari se golpeó en la frente por siempre tener tan poco tacto. Para su suerte, algo se aflojó en el duro semblante de Jirou. La muchacha le dedicó una media sonrisa algo entristecida.
—Eres un tonto —espetó ella con un bufido. Luego le golpeó en el pecho—. Pero te perdono... siempre y cuando tú me perdones por haberte dicho todas esas cosas.
Kaminari intentó ocultar su emoción del momento.
Falló.
Extendió ambos brazos hacia Jirou. Le dio otra de sus sonrisas tontas.
—¿Abrazo de reconciliación?
Jirou le dio otro golpe en el mismo lugar. Kaminari hizo una mueca, pero su propuesta seguía en pie.
—Me vas a contagiar tu tontera...
Denki le hizo puchero. No es como si realmente le importara que la gente lo llamase estúpido. Al menos, no Jirou —sabía que era de las pocas personas que no lo decía de verdad.
La chica suspiró, vencida y frustrada.
—Ya qué...
Acabó enterrando la cabeza en su pecho. Ninguno de los dos era demasiado alto, pero a Jirou le gustaba acurrucarse contra él como si fuera un animalillo asustado que esperaba que Denki cerrase los brazos en torno a su figura.
Estaba seguro que era la única persona a la que le daba aquellas muestras de afecto. Quizá porque los dos se comprendían a un nivel que nadie más de sus amigos lo hacía.
Kaminari le había estado acariciando los cabellos desmechados —porque sabía que siempre le molestaba—, pero otra figura al final de aquel pabellón de casilleros le llamó la atención.
En cuanto se dio cuenta que Denki le había descubierto, fingió que había algo demasiado interesante para ver en el suelo.
—Huh... —musitó Kaminari casi sin darse cuenta.
Jirou se separó de él, curiosa. Siguió la dirección de su mirada —y supo exactamente a quién estaba escrutando en ese momento.
Ella frunció las cejas. Más que por molestia, parecía ser por no comprender la situación.
—¿Qué hay contigo y ese tipo? —inquirió ella—. ¿Por qué parece que se te van a caer los calzones cuando aparece?
—Mis calzones está muy bien... ¡hey! —Kaminari se separó—. No es nada. Es que ahora soy su tutor...
Jirou soltó una carcajada mezclada con bufido. Tuvo que cubrirse la boca.
—¿Tú...? ¿Un tutor? —No podía dejar de reír—. ¿Qué vas a enseñarle? ¿La evolución de los diferentes Pokemon o qué?
—Le enseño Literatura —dijo Denki con orgullo—. ¡Y soy jodidamente bueno!
—Bueno, estoy seguro que los dioses se sintieron mal de no darte ningún otro talento... ¡Hey!
Kaminari le dio un pellizco suave en la cabeza. Jirou terminó dándole un manotazo que le hizo doler más que el anterior golpe.
Fingió ofenderse ante la rudeza de su amiga. Ya sabía que no era inteligente meterse con ella; no si quería conservar todas sus extremidades o partes íntimas.
Ganar a Jirou era sencillamente imposible.
—Anda, ve a buscarlo —Jirou le enseñó con la cabeza hacia el lugar en que Shinsou estuvo—. Al parecer, él tampoco es muy bueno disimulando que se le van a caer los calzones.
Jirou dio un suspiro tras cerrar su casillero. Kaminari casi no había estado escuchándola por mirar embelesado hacia el mismo punto donde Shinsou se paró.
—La juventud está perdida...
Jirou estaba exagerando. Sus calzones no se caían por Shinsou.
Era guapo, no mentiría. Guapo en un sentido etéreo y melancólico, pero Kaminari no negaría que Shinsou tenía rasgos simétricos y bonitos. Sus ojos eran de un índigo que se mezclaba perfecto con un tono lavanda. Su rostro era cuadrado, al igual que sus amplios —aunque algo desgarbados— hombros.
Vale, sí que era guapo.
Quizá si se duchara más seguido o usara ropa diferente, no le cabrían dudas de que todas las señoritas de la escuela suspirarían a su paso. Era superficial pensar de esa forma, pero las personas no solían dar una segunda mirada a aquellos que no se ocupaban el tiempo suficiente en arreglarse.
Era en momentos así que, Kaminari pensaba: ¿qué importancia tenía todo eso? ¿Por qué determinaban las primeras impresiones de una forma tan banal y ridícula?
¿Acaso no se podía, simplemente, dar el primer veredicto de una persona, luego de compartir con ella unas palabras?
Le persiguió a través de una ola de alumnos recién madrugados. Shinsou se movía rápido pese a verse cansado todo el tiempo. Kaminari era el torpe que se terminaba chocando con todos.
—¡Uf! ¡Lo siento!
—Ya muévete, tonto.
—¡Disculpa!
—Ya déjalo, es el payaso de la Clase A —contestó otro—. Dicen que le fallan algunos jugadores.
Kaminari les ignoró deliberadamente. No tenía por qué contestar a un montón de alumnos estúpidos que parecían encontrar divertido el insultar a alguien a la cara.
Él era un tonto —pero era un tonto con orgullo.
Shinsou desapareció por uno de los pasillos y Kaminari apenas pudo seguirle el paso. Al final, descubrió que aquel corredor estaba bastante desértico a aquellas horas. Era donde se encontraban la mayoría de las aulas de clubes extracurriculares.
Shinsou estaba a varios metros de distancia. Fingía demasiado bien el estar entretenido leyendo algunos folletos colgados sobre la plancha de corcho en las paredes.
—Vaya —Kaminari silbó mientras veía por todo el pasillo—. Te has conseguido un lugar tranquilo para fugarte en las mañanas. Las clases de biología son un asco, creo que empezaré a venir aquí...
—No te creas —contestó Shinsou con una risa ronca—. Más de una parejita viene a cosechar pensamientos pecaminosos aquí. O eso escuché que decía Iida.
—¿Pensamientos pecamino-...? Oh —Kaminari carraspeó—. Vienen a follar.
—Básicamente —Shinsou encogió los hombros. Tenía las manos metidas en los bolsillos—. Nada que unos buenos audífonos y una playlist no solucionen.
—Suenas como Jirou... —notó Denki—. Solo que estoy seguro que tú y ella no han tenido que escuchar nunca a una parejita follar como conejos en el cuarto de al lado. Y se nota.
Kaminari tuvo algunos flashbacks de guerra.
Su inocencia nunca volvió a ser la misma.
—Déjame adivinar —Shinsou dijo—. ¿Kirishima y Bakugo?
—¿Tanto se les nota que follan como conejos?
Kaminari se dio cuenta que acababa de mandar a sus dos mejores amigos al frente; si Bakugo lo descubría, iba a golpearlo.
Shinsou al menos pareció tomárselo divertido. Esbozó una ligera sonrisa torcida —era un poco socarrona y burlesca.
Pero no le duró demasiado tiempo. La borró al instante para dar lugar a un suspiro cansado.
—Kaminari, sobre ayer...
Denki empezó a agitar las manos delante de su cuerpo. Intentó darle una sonrisa lo suficientemente alentadora y tranquila; quería hacerle sentir que estaba en confianza.
Que Kaminari era una persona lo suficientemente confiable como para que, algún día, le dijera sus motivos para ser como era.
—No digas nada —Se apresuró Denki—. Quizá te intimidé. Lo entiendo. Soy un tonto que siempre quiere ser demasiado hospitalario, pero me olvido que existe la gente introvertida... no quise invadir tu espacio... además, fui yo quien te hostigó para estudiar...
—Ya deja eso —Le cortó Shinsou con un chasquido de lengua—. Solo quiero disculparme por abandonar tu casa de una forma tan grosera. No era la manera. Podría haber sido más agradecido, pero fui un idiota.
—Bueno, entonces hay dos idiotas en este corredor —rió Denki con dos dedos alzados—. O eso dice todo el mundo de mí...
Shinsou apretó los labios. Por la mueca que tenía en su rostro, estaba convencido que sabía exactamente a lo que se refería.
—No tienes que permitir esas cosas —dijo Shinsou—. No deberías dejar que hablen de esa forma de ti.
Su mirada se perdió en algún punto en particular de la pared. Tal vez recordaba cosas, también.
Kaminari se sintió culpable de apenas tener recuerdos de Shinsou. Iban a la misma escuela desde pequeños, y fueron compañeros demasiados años luego de que Shinsou se pasara de clase...
¿Por qué se habría pasado de clase en un principio? ¿Tal vez los niños lo molestaban demasiado?
¿Quizá no tenía amigos?
Aunque no recordaba verlo con nadie por aquellos días...
Se le estrujó el corazón de solo pensarlo. Shinsou se veía como alguien extraño, difícil de leer y muy complicado de tratar.
Pero Bakugo también era así. Y Jirou, algunas veces.
Eso no quitaba que Kaminari hubiese intentado con todas sus fuerzas el hacerse amigo de los dos.
—Realmente no me importa —carraspeó con una sonrisa—. Mientras yo sepa quién soy, es suficiente.
—Sí... —Shinsou comentó todavía perdido—. Es suficiente...
—Podríamos empezar otra vez —propuso Denki—. Ya sabes... Drácula no va a leerse solo. Y tienes que prepararte para el próximo informe. El profe Vlad King me dijo que será Frankenstein. Ah, te lo prestaría de no ser porque Bakugo me lo destrozó durante una pijamada... se le cayó su taza de café, aunque estoy empezando a pensar a dudar de que fuese un accidente como le llamó... lo cual es una pena, porque adoro ese libro...
—¿Vlad King? —inquirió Shinsou con las cejas fruncidas, ignorando todo lo demás.
—¡Oh, soy idiota! —Kaminari se golpeó la frente—. Es como Kiri, Sero y yo le llamamos... ¡pero no le vayas a decir o nos va a dejar calvos y sin trasero! ¡Aprecio mucho mi cabello!
—Vlad King... —repitió Shinsou con otra sonrisa torcida—. Suena estúpido. Creo que me gusta.
—Puedes llamarle también así —dijo Kaminari con una mueca inocentona.
—¿Así puedas tener algo en mi contra para que yo nunca le cuente al profesor? —Shinsou arqueó una ceja—. Eso no es algo que un idiota pensaría.
—¡Oye, eso es...! —El rostro de Kaminari se iluminó—. Una gran idea...
Shinsou se cubrió la boca para que Kaminari no lo descubriera riéndose de su infinita estupidez.
Pero le agradó descubrir que no era una piedra sin sentimientos como decían por ahí. Haría que Bakugo tragara sus palabras más tarde.
Si es que Bakugo no pateaba antes su trasero.
—Empecemos de nuevo —dijo Shinsou finalmente. Se volteó para quedar frente a frente—. Hola, soy Shinsou Hitoshi, y apesto en literatura.
Kaminari caminó hasta quedar más cerca de él. Fingió que en realidad solo eran casualidades del destino el hecho que estuvieran los dos solos en un oscuro corredor.
—Hola, soy Kaminari Denki —Extendió su mano para estrecharla—. Y apesto en todos menos en literatura.
Shinsou asintió como si le sorprendiera su presentación. Seguía siendo algo torpe para socializar, y tal vez fuese ese el motivo por el que Kaminari buscó su mano para agitarla fuertemente.
O quizá solo quería tocar su mano.
—Creo que nos estábamos necesitando —dijo Kaminari sin pensarlo demasiado bien.
—Pues eso parece —contestó Shinsou siguiéndole el juego.
Kaminari nunca había sonreído tanto luego de hacer una idiotez o comportarse como un niño que ama hacer el ridículo.
Tenía el presentimiento de que aquello no era una idiotez del todo.
Los capítulos de Kaminari del principio me quedaron bastante cortos, por alguna razón ;;;; pero ya más adelante entre los dos se normalizan ;u;
Escribí esto a principios de marzo, así que no me juzguen x'D creo que es porque la historia de Kami comienza a desarrollarse más en concreto luego del capítulo 14 ;u; y por cierto (?) ya ando escribiendo el 17 uwu tenemos todavía para esto las actualizaciones súper puntuales
Ahora si, Shinsou y Kaminari han dado un nuevo paso en su relación ♥️ y aunque puedan dar pasitos hacia atrás, ya no hay retorno luego de permitirse entrar en la vida del otro. Pueden dejar aquí sus teorías ——>
Por cierto, a alguien le gusta la canción? ♥️ porque fue la primera que decidí para esta historia TuT ya deseaba utilizarla... oh! Y si tienen canciones para recomendar que creen que podrían venir bien con la historia, las acepto gustosa uwu
Muchísimas gracias por todos sus votos y comentarios! Cada día estoy mas sorprendida del amor a esta fic uwu ya casi tenemos 200 votos por capítulo ToT les juro que les recompensaré por tanto amor ♥️ déjenme terminar la actu de DHYL, al menos uwu y lo haré
Y antes que me olvide, y como Wattpad es pendejo siempre... a quienes lean mi otro fic, HPE, ayer hubo actu uwu ya saben que no siempre avisa esta porqueria de app que habitamos (?)
Nos vemos el otro jueves! (O en otro fic, a quienes me sigan uwu) besitos ♥️
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